AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fuegos cruzados || Privado
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Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Hermosas estrellas encendidas de rojo que van cayendo por la ciudad. Los estallidos en el cielo que resuenan por toda las calles anunciando la ya conocida vida cirquera que en las noches parisinas alegrara las vidas de grandes y chicos. Los rugidos de los leones, los gritos de los anunciantes junto a las risas de los niños que corren por todo el lugar por donde los violines tocan y van haciendo sonar esas melodías tan suaves y exóticas, el fuego que se consume en quienes escupen y otros que leen las manos van dando más vida y color a la noche oscura.
Chispas de emoción que llenan las fraguas que son las carpas donde la magia empieza; el embellecimiento al arte nocturno de la diversión. Todo está listo, pero entre las carpas más alejadas de la principal esta una mujer de cabellos largos y con un vestido extravagante, pintura en su rostro y una coleta alta que sus manos elaboran para tejer sus finas hebras. Termina de alistar las medias de rayas bien altas, los zapatos de balletista y esa sonrisa, su cuerpo cubierto por las telas de rayas también que la hacen ver más estilizada.
Sale de aquel lugar caminando con una sonrisa enorme en su rostro, sus pasos son tan delicados como si se tratara de una danza estudiada, en su diestra tienen una sombrilla pequeña. Camina dando saltos tarareando una melodía extraña…
—Río canta, río baja…donde llega el río, a la esquina gira y a otra baja, porque al final toco canta—
Una pequeña risita que acompaña su andar hasta la entrada principal.
Chispas de emoción que llenan las fraguas que son las carpas donde la magia empieza; el embellecimiento al arte nocturno de la diversión. Todo está listo, pero entre las carpas más alejadas de la principal esta una mujer de cabellos largos y con un vestido extravagante, pintura en su rostro y una coleta alta que sus manos elaboran para tejer sus finas hebras. Termina de alistar las medias de rayas bien altas, los zapatos de balletista y esa sonrisa, su cuerpo cubierto por las telas de rayas también que la hacen ver más estilizada.
Sale de aquel lugar caminando con una sonrisa enorme en su rostro, sus pasos son tan delicados como si se tratara de una danza estudiada, en su diestra tienen una sombrilla pequeña. Camina dando saltos tarareando una melodía extraña…
—Río canta, río baja…donde llega el río, a la esquina gira y a otra baja, porque al final toco canta—
Una pequeña risita que acompaña su andar hasta la entrada principal.
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 10/09/2013
Re: Fuegos cruzados || Privado
Blaine solo recuerda el hecho de tener a su familia a su lado. Ellos era su todo hasta que aquella noticia del incendio le destruyó todo rastro de felicidad que pudiera haber en su corazon. Su madre le decia que no tuviera rencor hacia las personas, pero su padre en cambio le decia lo contrario siempre. Estaba enterado de los múltiples piromanos que habia llevado ante la justicia. Se habia creado una reputación entre ellos y en el cuerpo de policia. Para atraparlos Blaine jugaba con fuego y el fuego atraia a esos mal nacidos. Entonces, una noche Blaine tan solo incendio una casa abandonada y uno que habia cerca y que era muy buscado lo encontro y lo llevó a comisaría. Después él mismo se encargó de llevarlo a prisión pero en lugar de ello lo torturo en su mansión privada para sonsacar un poco de información al criminal.
Lo que iba buscando no lo encontro. Seguia sin saber quien habia sido el causante de la muerte de su familia, estaba al borde de la desesperación. Los criminales que torturaba eran devueltos a la prision donde deberian estar y seguia poniendo trampas a los pirómanos hasta que una pista le dirigió hacia el circo gitano. Estaba confundido pues no sabia si era el area de gitanos o un circo. Igual le daba, era una raza que tenia que ser extinguida de inmediato, pero ahora no eran su problema. Siguio entrando y se vistio de paisano, armado pero pasando desapercibido y con la lista de sospechosos y directos pirómanos en busqueda y captura.
Algunas veces se preguntaba si este era el camino a seguir, sentia que asi era, otras que no, pero simplemente tenia en mente la venganza, vengar a su familia, pero ¿y si la culpable fue una mujer? Estaba dispuesto a encender la llama del amor en contra de la mujer pero siempre el fuego se alia con aquellos que toman más control y poder sobre todas las cosas, aquel quien tiene mayor dominación sobre todas las cosas. Tenia que ponerse en guardia por si él ahora caia en la trampa, por si acababa su corazón incinerado llegando asi a un fuego cruzado con una posible criminal experta con el fuego.
Lo que iba buscando no lo encontro. Seguia sin saber quien habia sido el causante de la muerte de su familia, estaba al borde de la desesperación. Los criminales que torturaba eran devueltos a la prision donde deberian estar y seguia poniendo trampas a los pirómanos hasta que una pista le dirigió hacia el circo gitano. Estaba confundido pues no sabia si era el area de gitanos o un circo. Igual le daba, era una raza que tenia que ser extinguida de inmediato, pero ahora no eran su problema. Siguio entrando y se vistio de paisano, armado pero pasando desapercibido y con la lista de sospechosos y directos pirómanos en busqueda y captura.
Algunas veces se preguntaba si este era el camino a seguir, sentia que asi era, otras que no, pero simplemente tenia en mente la venganza, vengar a su familia, pero ¿y si la culpable fue una mujer? Estaba dispuesto a encender la llama del amor en contra de la mujer pero siempre el fuego se alia con aquellos que toman más control y poder sobre todas las cosas, aquel quien tiene mayor dominación sobre todas las cosas. Tenia que ponerse en guardia por si él ahora caia en la trampa, por si acababa su corazón incinerado llegando asi a un fuego cruzado con una posible criminal experta con el fuego.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Suave brisa que acaricia el rostro sonriente y disperso de aquella joven que va entre saltitos y brincos acercándose más y más a la carpa principal que reluce contra ella con ese brillo que respira, el calor de la gente que se asemeja a la combustión de las cosas cuando las llamas las están acariciando por vez primera a sus amantes, se entusiasma demasiado al oír los gritos de quienes están dentro de aquel lugar, gritos que a su mente pueden ser mejor como el coro angelical con las notas de las llamas al crecer y devorar todo a su paso como un baile, uno que ella imita al moverse de lado a lado como si fuera una pequeña llama que va creciendo al abrir sus brazos.
Miradas que la observan cual experimento o rareza andante se tratara pero a ella no le interesa simplemente sonríe ampliamente mostrando la calidez de su persona, una que espera se exteriorice en cualquier momento, uno como el viento que corre aquella noche llevándose consigo el pequeño adorno de sombreo que sobre su cabeza llevaba, en silencio va tras él por entre los monstruos que la miran y no toman entres su garras aquel bien para ella, solo se ríen, ríen y patean el sombrero pero eso en la mente dispersa de la joven que cuando toma entre sus manos le pequeño objeto y lo coloca sobre su cabeza mira a todos con desagrado
Suelta una risa y da un golpecito a su sombrero acomodándolo pero antes de dar un paso en falso choca contra el cuerpo de otra persona, el choque la obliga a retroceder y está a punto de caerse pero se mantiene de pie, en un solo pie, como si fuera un concurso y luego da una venia como quien agradece a un jurado, ladea la cabeza dos veces de cada lado y del otro mirando al hombre extraño parado frente a ella
—Por esta pared mi nariz resultó roja, no podré oler el humo del fuego así—
Murmura con la mano en su nariz subiendo la mirada hasta los ojos del hombre que hace un clic en su mente en un vago recuerdo de haberlo visto antes, se acerca más a él tan cerca que sus ojos están en los labios de él.
—Tu eres…¿quién eres tu?—
Pregunta sin alejarse del hombre mirándole los labios para seguir las palabras
Miradas que la observan cual experimento o rareza andante se tratara pero a ella no le interesa simplemente sonríe ampliamente mostrando la calidez de su persona, una que espera se exteriorice en cualquier momento, uno como el viento que corre aquella noche llevándose consigo el pequeño adorno de sombreo que sobre su cabeza llevaba, en silencio va tras él por entre los monstruos que la miran y no toman entres su garras aquel bien para ella, solo se ríen, ríen y patean el sombrero pero eso en la mente dispersa de la joven que cuando toma entre sus manos le pequeño objeto y lo coloca sobre su cabeza mira a todos con desagrado
Suelta una risa y da un golpecito a su sombrero acomodándolo pero antes de dar un paso en falso choca contra el cuerpo de otra persona, el choque la obliga a retroceder y está a punto de caerse pero se mantiene de pie, en un solo pie, como si fuera un concurso y luego da una venia como quien agradece a un jurado, ladea la cabeza dos veces de cada lado y del otro mirando al hombre extraño parado frente a ella
—Por esta pared mi nariz resultó roja, no podré oler el humo del fuego así—
Murmura con la mano en su nariz subiendo la mirada hasta los ojos del hombre que hace un clic en su mente en un vago recuerdo de haberlo visto antes, se acerca más a él tan cerca que sus ojos están en los labios de él.
—Tu eres…¿quién eres tu?—
Pregunta sin alejarse del hombre mirándole los labios para seguir las palabras
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 10/09/2013
Re: Fuegos cruzados || Privado
Aquella mujer estaba completamente loca y desarmada y ese tipo de mujeres siempre son las más peligrosas con las que poder pasar el rato
.A Blaine no le convencía demasiado que hubieran muchas personas en donde estaban pero había ido para divertirse un rato e ir sinceramente hasta un rincón apartado donde se situaba un ventanal, separándole....Se estaba liando y no sabría - no, no te conozco. Pregunto algo molesto a l señora que parecía estar cargada con algún que otro cosmético.
La decepción, la tristeza y el abatimiento expresado en citas que por desgracia será complicado que olvides. Son pequeñas reflexiones que tratan sobre momentos difíciles a los que uno se tiene que enfrentar en la vida. Bien sea en el amor, la pérdida de un ser querido o algún fracaso nuestro personal.
Cuando uno es joven uno cree que habrá mucha gente con la que se conectará. Siguió contemplando a la mujer que sujetaba de la cintura que por su culpa ella habría estado a punto de caerse al suelo y mancharse el vestido, pero sinceramente, algo extraño le vino a la mente, un recuerdo, uno difuso entre humo y llamas desvaneciéndose de su antigua mansión.
Unos ojos entre las sombras, líneas sin definir le llevaban a su objetivo, pero negó reaccionando a la pregunte de la muchacha – Perdón, me quede atascado en un recue…Nada, nada –Soltó a la mujer y le trajo sin cuidado si se caía al suelo – Procure ver mejor por donde va – Dijo bastante seco, pasaba de coquetear con jovencitas a las que posiblemente doblaba la edad. Era un hombre viudo y un padre devastado. Un hombre en la que su familia había sido desvanecida del mapa dejándole a él solo en penurias.
Ahora quería solamente estar a solas. Con su negra alma deambulando en la venganza, en el objetivo de poder encontrar a aquella persona que destruyó su completa felicidad. Blaine se dirigió hacia una mesa de café en la que enseguida le atendió un camarero disfrazado de Conde Drácula, ah si, es verdad, era algo así como el café del horror, esperaba que el café no estuviera al pie de la letra del cartel de la cafetería “Café du horrore” esperaba que no porque si fuese así, el pobre camarero tendría los minutos contados.
.A Blaine no le convencía demasiado que hubieran muchas personas en donde estaban pero había ido para divertirse un rato e ir sinceramente hasta un rincón apartado donde se situaba un ventanal, separándole....Se estaba liando y no sabría - no, no te conozco. Pregunto algo molesto a l señora que parecía estar cargada con algún que otro cosmético.
La decepción, la tristeza y el abatimiento expresado en citas que por desgracia será complicado que olvides. Son pequeñas reflexiones que tratan sobre momentos difíciles a los que uno se tiene que enfrentar en la vida. Bien sea en el amor, la pérdida de un ser querido o algún fracaso nuestro personal.
Cuando uno es joven uno cree que habrá mucha gente con la que se conectará. Siguió contemplando a la mujer que sujetaba de la cintura que por su culpa ella habría estado a punto de caerse al suelo y mancharse el vestido, pero sinceramente, algo extraño le vino a la mente, un recuerdo, uno difuso entre humo y llamas desvaneciéndose de su antigua mansión.
Unos ojos entre las sombras, líneas sin definir le llevaban a su objetivo, pero negó reaccionando a la pregunte de la muchacha – Perdón, me quede atascado en un recue…Nada, nada –Soltó a la mujer y le trajo sin cuidado si se caía al suelo – Procure ver mejor por donde va – Dijo bastante seco, pasaba de coquetear con jovencitas a las que posiblemente doblaba la edad. Era un hombre viudo y un padre devastado. Un hombre en la que su familia había sido desvanecida del mapa dejándole a él solo en penurias.
Ahora quería solamente estar a solas. Con su negra alma deambulando en la venganza, en el objetivo de poder encontrar a aquella persona que destruyó su completa felicidad. Blaine se dirigió hacia una mesa de café en la que enseguida le atendió un camarero disfrazado de Conde Drácula, ah si, es verdad, era algo así como el café del horror, esperaba que el café no estuviera al pie de la letra del cartel de la cafetería “Café du horrore” esperaba que no porque si fuese así, el pobre camarero tendría los minutos contados.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Palabras duras a las que simplemente niega con un gesto de desagrado por la forma en las que fueron proferidas; con un gesto de espanto fingido en su rostro observó con detalle la figura masculina cuando este se alejaba de ella con ese desplante tan frío, tan cortante. Unos pequeños pasaron junto a ella tomandole de los vuelos de la falda cantando mientras giraban haciendo volar los volantes de su atuendo en medio de risas y cantitos suaves.
La mano dulce se posa sobre la cabeza de cada uno de ellos como si fuera un juego, sus ojos cerrados mientras da vueltas con los pequeños entonando como melodía aguda aquella canción de los pequeñines, la música se detiene ante la mirada de varios visitantes que sonríen y ven tan hermosa aquella representación de acto espontáneo, uno de los pequeños se detiene y corre gritando por todo el lugar “fuego, fuego, me quemo me quemo” en medio de las risas de los pequeños que aún se sostienen de la falda de la joven. Corre, brinca por el lugar ante la mirada estupefacta de todos los que pueden observar el juego de los pequeños, hasta que este corre por el restaurante gritando ante la risa de los que ya conocían el truco aquel de los chiquillos con la joven dueña del lugar.
Corre, ingresa, sale nuevamente gritando que se quema y termina de rodillas frente a la joven que gira nuevamente con los otros dos, en el pequeño puesto improvisado como restaurante, uno de los meseros vestidos como un payaso se cuela observándole —Juegan a los quemados nuevamente y ahí le tocó ser de nuevo a ella la llama del incendio— susurra aplaudiendo y soltando un silbido, llamando a los tres niños y a la señorita que se acerca entre pequeños saltos como alevines, ingresando con los pequeños al lugar sentándose de manera lejana sin mirar incluso al que le ha plantado cara extraña, es más lo mira y le tuerce la boca sonriendo a los niños.
—Todo lo que quieran pueden pedir, pero todo aquello que se lo vayan a comer—
La sonrisa tan complaciente y junto a la voz de uno de ellos que susurra en tono alto
—Gracias pequeño fuego, eres única así como eres, deberías causar más incendios—
Todos en esa mesa se ríen tomando a gracia el comentario del pequeño, pero no es ninguna gracia.
La mano dulce se posa sobre la cabeza de cada uno de ellos como si fuera un juego, sus ojos cerrados mientras da vueltas con los pequeños entonando como melodía aguda aquella canción de los pequeñines, la música se detiene ante la mirada de varios visitantes que sonríen y ven tan hermosa aquella representación de acto espontáneo, uno de los pequeños se detiene y corre gritando por todo el lugar “fuego, fuego, me quemo me quemo” en medio de las risas de los pequeños que aún se sostienen de la falda de la joven. Corre, brinca por el lugar ante la mirada estupefacta de todos los que pueden observar el juego de los pequeños, hasta que este corre por el restaurante gritando ante la risa de los que ya conocían el truco aquel de los chiquillos con la joven dueña del lugar.
Corre, ingresa, sale nuevamente gritando que se quema y termina de rodillas frente a la joven que gira nuevamente con los otros dos, en el pequeño puesto improvisado como restaurante, uno de los meseros vestidos como un payaso se cuela observándole —Juegan a los quemados nuevamente y ahí le tocó ser de nuevo a ella la llama del incendio— susurra aplaudiendo y soltando un silbido, llamando a los tres niños y a la señorita que se acerca entre pequeños saltos como alevines, ingresando con los pequeños al lugar sentándose de manera lejana sin mirar incluso al que le ha plantado cara extraña, es más lo mira y le tuerce la boca sonriendo a los niños.
—Todo lo que quieran pueden pedir, pero todo aquello que se lo vayan a comer—
La sonrisa tan complaciente y junto a la voz de uno de ellos que susurra en tono alto
—Gracias pequeño fuego, eres única así como eres, deberías causar más incendios—
Todos en esa mesa se ríen tomando a gracia el comentario del pequeño, pero no es ninguna gracia.
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 10/09/2013
Re: Fuegos cruzados || Privado
Cuanto fuego, pólvora y corrupción. Blaine estaba pendiente de su café que cuando se lo trajeron, temeroso fue a probarlo para después notar que estaba completamente delicioso, pero la conversación en su mente se interrumpió por unos gritos de unos niños que aclamaban ser quemados, Blaine hizo un ademan para ir en su ayuda pero después los ve jugar alrededor con una mujer, la misma mujer que ayudo a mantener en el aire con su agarre en la cintura.
Gruño por lo bajo sentándose con cuidado e ignorando todo lo que pasaba, constatando una pelea mental en su propia mente, recordando detalles de aquella que pudiera haber destrozado su futuro, cualquier detalle que se hubiera pasado por alto los repasaba en su cabeza en una batalla mental en la que esperaba encontrar algo, aunque fuese lo más mínimo, pero estaba comenzando a juntársele todo por lo que su cabeza pronto explotaría si no se distraía de alguna manera.
Suspiro por unos segundos, observo a las personas que seguían el bolo a los niños y a la camarera fea que parecía ser la dueña de la cafetería. Valgale dios, estaba completamente loco si quería seguir ahí. Por lo que pronto llamo al camarero, se limpió con la servilleta sus labios lentamente con la mirada tosca fija en los alrededores y cuando el joven volvió con la cuenta, Blaine pago hasta podría haberle sobrado pero prefirió salir antes de que cualquier cosa pasara, pero cuando estaba cruzando el umbral de la puerta exterior del café, la palabra “Incendios” hizo que su subconsciente le mandara quedarse quieto in situ en el sitio.
Cuando se declara la guerra ¿Se nos consulta previamente a nosotros, los combatientes encargados de ella? O luchamos cumpliendo órdenes. Si nuestro juicio aprueba la guerra, es mera coincidencia. No obstante, al considerar estos hechos en relación a los demás del caso, resulta difícil no dejarse dominar por su terror supersticioso. El carácter completamente absurdo de todo esto parece no aconsejar el uso de las palabras "azar" y "coincidencia". En este caso, el escéptico tiene la posibilidad de un único consuelo: si existiera algo así como una ley sobrehumana, estaría administrada con una ineficacia infrahumana, por lo que no podría ser…no podría ser. Sería también demasiado fácil, tendría que ponerse una medalla al mejor explorador y retener a un sospechoso porque no tenía pruebas tampoco. No podía hacer nada, pero ¿Qué era esta sensación en su interior, en su corazón palpitante tan inmensamente rápido de como si hubiera encontrado algo por fin después de tanto tiempo?
Podria ser verdad, pero sus pies le dirigieron disimuladamente hacia un puesto de tiro al blanco, reflexionaba, si, se estaba acercando a un puesto de tiro al blanco por lo que el siguiente paso era sacar el monedero con unos cobres de francos para poder pagarle al del puesto. Se aguantaba, quería hacerlo, pero a mitad de camino se detuvo en seco.
Estaba en una tesitura. No sabía que hacer ahora mismo.
Gruño por lo bajo sentándose con cuidado e ignorando todo lo que pasaba, constatando una pelea mental en su propia mente, recordando detalles de aquella que pudiera haber destrozado su futuro, cualquier detalle que se hubiera pasado por alto los repasaba en su cabeza en una batalla mental en la que esperaba encontrar algo, aunque fuese lo más mínimo, pero estaba comenzando a juntársele todo por lo que su cabeza pronto explotaría si no se distraía de alguna manera.
Suspiro por unos segundos, observo a las personas que seguían el bolo a los niños y a la camarera fea que parecía ser la dueña de la cafetería. Valgale dios, estaba completamente loco si quería seguir ahí. Por lo que pronto llamo al camarero, se limpió con la servilleta sus labios lentamente con la mirada tosca fija en los alrededores y cuando el joven volvió con la cuenta, Blaine pago hasta podría haberle sobrado pero prefirió salir antes de que cualquier cosa pasara, pero cuando estaba cruzando el umbral de la puerta exterior del café, la palabra “Incendios” hizo que su subconsciente le mandara quedarse quieto in situ en el sitio.
Cuando se declara la guerra ¿Se nos consulta previamente a nosotros, los combatientes encargados de ella? O luchamos cumpliendo órdenes. Si nuestro juicio aprueba la guerra, es mera coincidencia. No obstante, al considerar estos hechos en relación a los demás del caso, resulta difícil no dejarse dominar por su terror supersticioso. El carácter completamente absurdo de todo esto parece no aconsejar el uso de las palabras "azar" y "coincidencia". En este caso, el escéptico tiene la posibilidad de un único consuelo: si existiera algo así como una ley sobrehumana, estaría administrada con una ineficacia infrahumana, por lo que no podría ser…no podría ser. Sería también demasiado fácil, tendría que ponerse una medalla al mejor explorador y retener a un sospechoso porque no tenía pruebas tampoco. No podía hacer nada, pero ¿Qué era esta sensación en su interior, en su corazón palpitante tan inmensamente rápido de como si hubiera encontrado algo por fin después de tanto tiempo?
Podria ser verdad, pero sus pies le dirigieron disimuladamente hacia un puesto de tiro al blanco, reflexionaba, si, se estaba acercando a un puesto de tiro al blanco por lo que el siguiente paso era sacar el monedero con unos cobres de francos para poder pagarle al del puesto. Se aguantaba, quería hacerlo, pero a mitad de camino se detuvo en seco.
Estaba en una tesitura. No sabía que hacer ahora mismo.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
—Y los causo, pero nadie los entiende tan bien como ustedes. Coman, que pronto empezará nuestro major número—
Muestra la mera sonrisa con pequeños aplausos de su mano inquieta que una y otra vez tamborilean sus dedos contra si.
—Nosotros si lo hacemos pequeña llama de fuego—
Rien los cuatro niños, si cuatro porque ella también era parte de ese mundo onírico y tranquilo, pero su sonrisa guarda el secreto de su mayor deseo y pasión, el fuego. Los niños comen todo lo más rápido que pueden quieren ir a dar un paseo con aquella mujer de coletas altas y traje extraño, ellos saben la verdad de ella, saben que es la dueña del lugar así como de su verdadero rostro extraño que se oculta tras el maquillaje del circo.
Al terminar de comer, la mujer cancela la cuenta dejando dinero de más, ella sale como si estuviera todavía en el juego moviéndose como si fuera un fuego devastador contrastada con la risa de los niños, de la nada un tragafuegos se acerca a ellos escupiendo llamaradas a los ojos atónitos de todos los presentes. Uno de los pequeños jala la falda de la joven trayéndola de regreso a su triste realidad
—Lyd, haz uno así para nosotros. Hazlo, hazlo, hazlo—
Repetían los tres una y otra vez pidiendo y rogando que aquella mujer hiciera lo mismo que entre sonrisas tomó las manos de los pequeño llevándolos de manera alejada del circo, camino por entre los negocios hasta chocar contra un hombre que estaba de pie estoico en la de tiro al blanco, no se disculpó y siguió su camino entre las risas de los niños y sus cantos y alabanzas al fuego prometido.
Al pasar solo pudo soltar a los pequeños para tranquilizarlos una frase que podría asustar a cualquier, menos a ellos —Les daré el mejor fuego que hayan visto, un incendio que nadie podría jamás imaginar y solo ustedes podrán apreciarlo porque son amigos del fuego ¿verdad?— los niños asienten y siguen los pasos alocados de aquella joven alejándose lo suficiente a la parte trasera del circo donde poca iluminación se encontraba y otros implementos de utilería.
Es ahí donde ella los ata en el centro de lo que se suponía una fogata, atados con listones de payasos, coloca la madera quemada junto con la cenia cerca a los pies de los niños que emocionados ovacionan cada acto de aquella loca pirómana que solo les responde con una sonrisa mientras danza alrededor cantándoles melodías muy calientes relacionadas al elemento que la constituye, el fuego.
Muestra la mera sonrisa con pequeños aplausos de su mano inquieta que una y otra vez tamborilean sus dedos contra si.
—Nosotros si lo hacemos pequeña llama de fuego—
Rien los cuatro niños, si cuatro porque ella también era parte de ese mundo onírico y tranquilo, pero su sonrisa guarda el secreto de su mayor deseo y pasión, el fuego. Los niños comen todo lo más rápido que pueden quieren ir a dar un paseo con aquella mujer de coletas altas y traje extraño, ellos saben la verdad de ella, saben que es la dueña del lugar así como de su verdadero rostro extraño que se oculta tras el maquillaje del circo.
Al terminar de comer, la mujer cancela la cuenta dejando dinero de más, ella sale como si estuviera todavía en el juego moviéndose como si fuera un fuego devastador contrastada con la risa de los niños, de la nada un tragafuegos se acerca a ellos escupiendo llamaradas a los ojos atónitos de todos los presentes. Uno de los pequeños jala la falda de la joven trayéndola de regreso a su triste realidad
—Lyd, haz uno así para nosotros. Hazlo, hazlo, hazlo—
Repetían los tres una y otra vez pidiendo y rogando que aquella mujer hiciera lo mismo que entre sonrisas tomó las manos de los pequeño llevándolos de manera alejada del circo, camino por entre los negocios hasta chocar contra un hombre que estaba de pie estoico en la de tiro al blanco, no se disculpó y siguió su camino entre las risas de los niños y sus cantos y alabanzas al fuego prometido.
Al pasar solo pudo soltar a los pequeños para tranquilizarlos una frase que podría asustar a cualquier, menos a ellos —Les daré el mejor fuego que hayan visto, un incendio que nadie podría jamás imaginar y solo ustedes podrán apreciarlo porque son amigos del fuego ¿verdad?— los niños asienten y siguen los pasos alocados de aquella joven alejándose lo suficiente a la parte trasera del circo donde poca iluminación se encontraba y otros implementos de utilería.
Es ahí donde ella los ata en el centro de lo que se suponía una fogata, atados con listones de payasos, coloca la madera quemada junto con la cenia cerca a los pies de los niños que emocionados ovacionan cada acto de aquella loca pirómana que solo les responde con una sonrisa mientras danza alrededor cantándoles melodías muy calientes relacionadas al elemento que la constituye, el fuego.
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 10/09/2013
Re: Fuegos cruzados || Privado
Blaine seguía ahí plantado, buscando la similitud entre las palabras de aquella mujer que iba acompañada de los críos que seguían avivando ardías palabras de fuego y sufrimiento y cuando precisamente vio atando a los críos, Blaine empezó a alarmarse un poco, pero pensó que no estaría tan loca como para lo que pensaba que podría hacer, pero en cuanto vio que empezaba a juntar troncos cerca de los pies de los críos, estos no se daban cuenta de nada de lo que estaba pasando, abrió los ojos, comenzó a andar rápidamente y ni corto ni perezoso, cogió un poste que lo aplasto contra la parte occipital de la cabeza de la mujer que enseguida vio que cayó inconsciente en el suelo de aquel circo gitano.
Los gritos alegres de los niños enmudecieron al instante, Blaine los miraba fijamente - ¡IROS A VUESTRA PUTA CASA MUCHACHOS! –Grito tras desatarlos de las cuerdas a los que estaban atados y los niños salieron corriendo de donde estaban, yendo cada uno en busca de sus padres. Por otra parte, Blaine observo el cuerpo inconsciente de la mujer. Le tomo el pulso, aun estaba viva. Maldición para él asi que lo primero que hizo, fue cogerla al hombro, mucho a su pesar encontró un lugar apartado de donde se refugiaba el circo, un lugar entremetido en los bosques, lejos de las atracciones del parque o del mismo circo lleno de gitanos.
Cuando dejó a la mujer sobre el suelo con cuidado, un gitano se acercó hasta Blaine, sonriéndole. Blaine lo miro y le pagó con una bolsa de monedas de oro
– Ya sabes lo que tienes que hacer gitano. Procura que nadie nos moleste y que tus armas de tortura sirvan para algo y no como la otra vez.
-No te preocupes, estás son mejores aun de las que te preste la última vez
Y con aquello dicho el gitano se fue, dejando a solas a Blaine con el cuerpo inconsciente de la mujer. Blaine tenía muchas preguntas, comenzó a atarla a un árbol por los brazos, a modo de crucifixión, los brazos en cruz y el cuello atado a modo de soga y todo directo a una sola cuerda de la que él tiraba y podía estirar cada extremidad al mismo tiempo que la de la soga. Muchas preguntas serían respondidas, muchas lágrimas serían vengadas, muchos sentimientos volverían a salir para poder envalentonarse y así poder vengar a su familia.
Los gritos alegres de los niños enmudecieron al instante, Blaine los miraba fijamente - ¡IROS A VUESTRA PUTA CASA MUCHACHOS! –Grito tras desatarlos de las cuerdas a los que estaban atados y los niños salieron corriendo de donde estaban, yendo cada uno en busca de sus padres. Por otra parte, Blaine observo el cuerpo inconsciente de la mujer. Le tomo el pulso, aun estaba viva. Maldición para él asi que lo primero que hizo, fue cogerla al hombro, mucho a su pesar encontró un lugar apartado de donde se refugiaba el circo, un lugar entremetido en los bosques, lejos de las atracciones del parque o del mismo circo lleno de gitanos.
Cuando dejó a la mujer sobre el suelo con cuidado, un gitano se acercó hasta Blaine, sonriéndole. Blaine lo miro y le pagó con una bolsa de monedas de oro
– Ya sabes lo que tienes que hacer gitano. Procura que nadie nos moleste y que tus armas de tortura sirvan para algo y no como la otra vez.
-No te preocupes, estás son mejores aun de las que te preste la última vez
Y con aquello dicho el gitano se fue, dejando a solas a Blaine con el cuerpo inconsciente de la mujer. Blaine tenía muchas preguntas, comenzó a atarla a un árbol por los brazos, a modo de crucifixión, los brazos en cruz y el cuello atado a modo de soga y todo directo a una sola cuerda de la que él tiraba y podía estirar cada extremidad al mismo tiempo que la de la soga. Muchas preguntas serían respondidas, muchas lágrimas serían vengadas, muchos sentimientos volverían a salir para poder envalentonarse y así poder vengar a su familia.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Jugando entre las risas de los niños ella juega y danza como si invocara el fuego sonriéndoles a los pequeños que gritan al sentir el fuego en sus cuerpos, pero solo es la imaginación de ellos; alza los brazos bailando como si se tratara de las llamas con las risas de los pequeños hasta que la oscuridad se cernió sobre ella cayendo al suelo.
Un lindo sueño con el color rojo, el sonido de los gritos, una niña que golpea con fuerza la puerta tratando de salir pero solo oye la voz grave que niega su salida y tras la ventana puede a penas ver una hoguera tan alta con algunas de sus pertenencias terminar ahí, sus pequeñas pertinencias en mano de aquella persona que le arrancó todas sus emociones y esperanzas con cada una de ellas. Al levantarse sentía una sed grande así como el dolor que latía en su cabeza y una cálida sensación algo pegajosa en su cabello. Algo desorientada sus ojos se abrieron viendo a un hombre sentado mirándola.
Trató de moverse pero algo se lo impedía al ver las cuerdas comenzó a reír sin entender la razón de todo eso.
—Si quería jugar al fuego debía habérmelo pedido en vez de atarme, o será que usted quería ser el fuego si era así hubiera estado sentada con los niños gritando mientras usted nos quemaba y así aliviaba su tensión o encontraba esas sensaciones perdidas — Apenas y sonríe alzando un poco la cabeza pegándola contra aquel poste lamiéndose los labios —Antes de quemarme, me darías agua por favor para poder gritar, además, algo para el dolor de cabeza no sé por qué me duele tanto y esta postura no es buena para ver un cuerpo arder te recomiendo mejor estar encerrada— sonríe tosiendo un poco, la alegría de la bailarina no se termina ni por estar maniatada
Un lindo sueño con el color rojo, el sonido de los gritos, una niña que golpea con fuerza la puerta tratando de salir pero solo oye la voz grave que niega su salida y tras la ventana puede a penas ver una hoguera tan alta con algunas de sus pertenencias terminar ahí, sus pequeñas pertinencias en mano de aquella persona que le arrancó todas sus emociones y esperanzas con cada una de ellas. Al levantarse sentía una sed grande así como el dolor que latía en su cabeza y una cálida sensación algo pegajosa en su cabello. Algo desorientada sus ojos se abrieron viendo a un hombre sentado mirándola.
Trató de moverse pero algo se lo impedía al ver las cuerdas comenzó a reír sin entender la razón de todo eso.
—Si quería jugar al fuego debía habérmelo pedido en vez de atarme, o será que usted quería ser el fuego si era así hubiera estado sentada con los niños gritando mientras usted nos quemaba y así aliviaba su tensión o encontraba esas sensaciones perdidas — Apenas y sonríe alzando un poco la cabeza pegándola contra aquel poste lamiéndose los labios —Antes de quemarme, me darías agua por favor para poder gritar, además, algo para el dolor de cabeza no sé por qué me duele tanto y esta postura no es buena para ver un cuerpo arder te recomiendo mejor estar encerrada— sonríe tosiendo un poco, la alegría de la bailarina no se termina ni por estar maniatada
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
Fue rapidez lo que se introdujo en la cabeza de Blaine esta vez mientras hablaba la mujer. La manera en que la había atado no era la correcta. Rápido y ágil volvió a atar a la mujer al árbol, apretando el agarre para que ella no pudiera escapar, había hecho varios nudos nuevos y algunos estaban mágicamente por una loción que había traído desde la inquisición. Las palabras de la mujer entraban y salían por los oídos de Blaine, vamos, lo que hizo entonces fue abofetear a la mujer con una sonrisa asquerosa en su rostro – me das asco mujer….
Suspiro comenzando a desesperarse.
– Veo que te gustan los incendios o todo lo que tenga que ver relacionado con el fuego – Saco un puñal, lo desenfundo y con ello rompió el escote de la mujer, haciendo que el escote se hiciera más pronunciado, por lo que aprovecho para meter una mano en la calidez del seno ajeno mientras la otra mano amenazaba con el puñal cerca de la yugular ajena, si, ahora mismo Blaine estaba acariciando uno de los senos de aquella mujer sin ni siquiera haberle pedido permiso, pero eso le daba igual – Vas a responderme a preguntas y cada vez que me des rodeos, comenzare a asaltar alguna zona de tu anatomía, ya sea con placer o con dolor, tú eliges…
En su última palabra pellizco el pezón del seno que por decoro tocaba a placer y pareció seguir continuando, pero se detuvo debido a que lo mismo era una pérdida de tiempo, suspiró algo cansado – Solo quiero hacerte unas preguntas…luego podrás irte si quieres –Dijo con una sonrisa socarrona en su rostro, pensando en las una y mil maneras de poder corromper a la mujer que tenía atada contra el árbol. Sí, prácticamente la mujer no podía decir nada y todavía con el puñal en su mano y cerca de aquel precioso cuello, Blaine se acercó lo bastante como para levantar con una mano el bajo del vestido e indagar en la suavidad de aquellas piernas, de aquella ropa interior que deseaba quitarle del cuerpo de un momento a otro.
Suspiro comenzando a desesperarse.
– Veo que te gustan los incendios o todo lo que tenga que ver relacionado con el fuego – Saco un puñal, lo desenfundo y con ello rompió el escote de la mujer, haciendo que el escote se hiciera más pronunciado, por lo que aprovecho para meter una mano en la calidez del seno ajeno mientras la otra mano amenazaba con el puñal cerca de la yugular ajena, si, ahora mismo Blaine estaba acariciando uno de los senos de aquella mujer sin ni siquiera haberle pedido permiso, pero eso le daba igual – Vas a responderme a preguntas y cada vez que me des rodeos, comenzare a asaltar alguna zona de tu anatomía, ya sea con placer o con dolor, tú eliges…
En su última palabra pellizco el pezón del seno que por decoro tocaba a placer y pareció seguir continuando, pero se detuvo debido a que lo mismo era una pérdida de tiempo, suspiró algo cansado – Solo quiero hacerte unas preguntas…luego podrás irte si quieres –Dijo con una sonrisa socarrona en su rostro, pensando en las una y mil maneras de poder corromper a la mujer que tenía atada contra el árbol. Sí, prácticamente la mujer no podía decir nada y todavía con el puñal en su mano y cerca de aquel precioso cuello, Blaine se acercó lo bastante como para levantar con una mano el bajo del vestido e indagar en la suavidad de aquellas piernas, de aquella ropa interior que deseaba quitarle del cuerpo de un momento a otro.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Sangre corría por su labio con el golpe fuerte que recibió, lame esa sangre que brota soltando un gemido, sus ojsos se encienden con un brillo prohibido al oir como es repudiada por el hombre que apenas conoce aunque el parecer conocerla bien; ladea la cabeza de lado a lado mirando los ojos enfurecidos de aquel joven como si le diera un rasgo familiar pero no lo encuentra aun en su saltarina mente.
Cierra los ojos, ciente la melodía de un fuego que canta contra ella, uno ardiente y salvaje que se mueve entre sus pechos pellizcando su piel poniéndola más sensible como quemándola, si, su cuerpo comienza a arder y su sonrisa se muestra así como gemidos que emite por el fuego al que está siendo expuesta, abre los ojos mirando al hombre y lame la punta de su nariz sonriéndole —¿Quieres quemarme verdad? Quitalas y quémame, quémame fuerte— susurra abriendo sus pierna para él —¿Te respondí con eso? ¿No? Entonces puedes tocarme abajo, puedes meter tu mano hasta lo más profundo de mi— respira agitada mirando como el frio de la noche muestra sus pezones, su pudor es inexistente y al ver la parte de arriba expuesta se la ofrece al hombre.
—Pregunta pregunta lo que quieras me encantan estos juegos dolorosos soy muy fanática de ellos, pero no te detengas ¿por qué dejaste de pellizcar mi cuerpo? ¿Quieres que yo me pellizque o te pellizque a ti? Puedo hacerlo pero con estas cuerdas y tu puñal apuntándome me es difícil ¿me desatas?— pregunta rozando la punta de su pie contra la pierna de él sonriéndole como si fuera una inocente propuesta.
Cierra los ojos, ciente la melodía de un fuego que canta contra ella, uno ardiente y salvaje que se mueve entre sus pechos pellizcando su piel poniéndola más sensible como quemándola, si, su cuerpo comienza a arder y su sonrisa se muestra así como gemidos que emite por el fuego al que está siendo expuesta, abre los ojos mirando al hombre y lame la punta de su nariz sonriéndole —¿Quieres quemarme verdad? Quitalas y quémame, quémame fuerte— susurra abriendo sus pierna para él —¿Te respondí con eso? ¿No? Entonces puedes tocarme abajo, puedes meter tu mano hasta lo más profundo de mi— respira agitada mirando como el frio de la noche muestra sus pezones, su pudor es inexistente y al ver la parte de arriba expuesta se la ofrece al hombre.
—Pregunta pregunta lo que quieras me encantan estos juegos dolorosos soy muy fanática de ellos, pero no te detengas ¿por qué dejaste de pellizcar mi cuerpo? ¿Quieres que yo me pellizque o te pellizque a ti? Puedo hacerlo pero con estas cuerdas y tu puñal apuntándome me es difícil ¿me desatas?— pregunta rozando la punta de su pie contra la pierna de él sonriéndole como si fuera una inocente propuesta.
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
Blaine solamente rodo sus ojos contempalmdo que la mujer simplemente se estaba divirtiendo a su costa. Suspiro profundamente y poco a poco iba dando vueltas alrededor de su presa atada al árbol. Esta mujer que tenia delante de sus ojos podria o no haberle echo perder a su esposa e hija pero tenia que tener un poco de esperanza.
- Seguro que el frio como una brisa glacial no son las de tu agrado - Dijo, preguntandose si esto iba en serio - Hace unos años, una familia quedo destrozada por un incendio provocado y el único superviviente fue un hombre que quedo entristecido y se quedo completamente a solas en este mundo - hizo una pausa y de un saco, sacó un papel de pergamino, que contenia una orden o una liberación para la asesina - en este papel esta tu perdicion o tu salvacion - la miro con firmeza, aguantando la posicion con el papel en la mano - que será? - sonrie- ¿la salvación o tu condwna para pudrirte en la prisión...?
El silencio estaba en su punto mas álgido.
"No puedes cambiar la opinión de los demás hacia ti, vive tu vida y se feliz." Eso le decían sus compañeros de la inquisición. Después lo criticaban por sus ortodoxas maneras de sacar información pero otros simplemente estaban de acuerdo con sus métodos, probablemente son de la vieja escuela, aquellos peces gordos que tienen plazas para todos si hacen bien el trabajo.
- Seguro que el frio como una brisa glacial no son las de tu agrado - Dijo, preguntandose si esto iba en serio - Hace unos años, una familia quedo destrozada por un incendio provocado y el único superviviente fue un hombre que quedo entristecido y se quedo completamente a solas en este mundo - hizo una pausa y de un saco, sacó un papel de pergamino, que contenia una orden o una liberación para la asesina - en este papel esta tu perdicion o tu salvacion - la miro con firmeza, aguantando la posicion con el papel en la mano - que será? - sonrie- ¿la salvación o tu condwna para pudrirte en la prisión...?
El silencio estaba en su punto mas álgido.
"No puedes cambiar la opinión de los demás hacia ti, vive tu vida y se feliz." Eso le decían sus compañeros de la inquisición. Después lo criticaban por sus ortodoxas maneras de sacar información pero otros simplemente estaban de acuerdo con sus métodos, probablemente son de la vieja escuela, aquellos peces gordos que tienen plazas para todos si hacen bien el trabajo.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Ladeaba su cabeza de lado en lado buscando la mejor posición sin dejar de ver al hombre frente a ella que le hacía preguntas ella las asimilaba y solamente buscaba alguna respuesta aceptable, realmente lo que buscaba era la relación de un incendio con las características que le indicaba pero todos para ella eran diferentes y nunca prestaba atención a las personas solo a las llamas que suben y suben como su pecho que subía con sus pezones duros por la brisa fría que los mostraba impudoroso a los ojos del hombre.
Su apariencia estaba fuera de ser de la de una dama respetada, era deplorable su apariencia y más aún su comportamiento extraño que tenía con aquel hombre, relamió sus labios que estaban algo secos por el viento de la noche —hay muchos incendios que causan bien a todos los que le reciben ¿por qué el que mencionas es especial? ¿Acaso no has visto sus llamas? No puedo recordar algo si no me dices algo más— susurra algo cansada y con la somnolencia que estaba abrumándola —Ese incendio ocurrió aquí el mes pasado, sus llamas devoraron tres casas aunque nadie resultó herido muchos perdieron sus dineros y propiedades, joyas y otras cosas materiales ¿eso quieres recuperar? ¿te paso a ti?— traga y el sueño le estaba ganando más y más
Mira a los ojos del hombre y luego a ese papel sin entender claro lo que decía solo sonrió y termino por dormirse en aquel momento con un susurro —soy culpable por ser una loca, otra, otra pregunta siento que no gané nada si formulas mal la pregunta, a menos que quieras formularlas con tu mano entre mis piernas y tu boca en mis senos— las luces se le apagaron quedando inconsciente con una sonrisa de pura inocencia y locura, de confusión y trauma. De su demencia.
Su apariencia estaba fuera de ser de la de una dama respetada, era deplorable su apariencia y más aún su comportamiento extraño que tenía con aquel hombre, relamió sus labios que estaban algo secos por el viento de la noche —hay muchos incendios que causan bien a todos los que le reciben ¿por qué el que mencionas es especial? ¿Acaso no has visto sus llamas? No puedo recordar algo si no me dices algo más— susurra algo cansada y con la somnolencia que estaba abrumándola —Ese incendio ocurrió aquí el mes pasado, sus llamas devoraron tres casas aunque nadie resultó herido muchos perdieron sus dineros y propiedades, joyas y otras cosas materiales ¿eso quieres recuperar? ¿te paso a ti?— traga y el sueño le estaba ganando más y más
Mira a los ojos del hombre y luego a ese papel sin entender claro lo que decía solo sonrió y termino por dormirse en aquel momento con un susurro —soy culpable por ser una loca, otra, otra pregunta siento que no gané nada si formulas mal la pregunta, a menos que quieras formularlas con tu mano entre mis piernas y tu boca en mis senos— las luces se le apagaron quedando inconsciente con una sonrisa de pura inocencia y locura, de confusión y trauma. De su demencia.
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
Cuando vio a la mujer desplomarse en el suelo en cuanto la soltó de aquellas ataduras, Blaine tan solo suspiró y se puso a pensar mientras veía a la mujer todavía en el suelo, con las ropas raídas y casi con los pechos fuera. Entonces le ato las manos con las cuerdas, la tapo con la capa oscura que traía encima y se la cargo al hombro como bolsa de patatas para después llegar hasta su caballo y dejarla ahí como mercancía importante.
Miro alrededor, a la gente que le había observado llevar a Lydia como saco de patatas y él había dicho que la mujer no se sentía bien que por eso se la llevaba de aquellos lares circenses. Se la llevaría hacia su hacienda en donde la metería en una cama, la calentaría con la chimenea de la habitación de invitados y lo quiera o no, tenía que tenerla en sus dominios, vigilada y a la espera de que recordara la familia que destruyo.
Cuando dijo aquello de que no recordaba que familia o que fue lo que perdió, su corazón se había revolcado en sentimiento de odio y tristeza, pero ¿y si se equivocaba de pirómana? ¿Y si no era en realidad aquella por la que había jurado vengarse? Los caminos que ahora mismo estaba recorriendo, le recordaba a sus antiguos tiempos con su esposa y su hijo. Puede que en otro lugar pero los paseos que se daba con su esposa o bueno, con aquella que fuera antes su esposa eran bastantes mágicos, románticos e inolvidables pero para que después esos recuerdos fuesen borrados por el odio del fuego, a Blaine le parecía completamente injusto.
Él quería aquellos días con su familia.
los quería tener de vuelta en los días que estaban por venir. Aún era pronto para él dejar recuerdos tan bellos atrás, habían sido momentos efímeros al parecer de los que él mismo no podría recuperar jamás con nadie ya que ahora le tocaba estar soltero para su mala suerte.
Miro alrededor, a la gente que le había observado llevar a Lydia como saco de patatas y él había dicho que la mujer no se sentía bien que por eso se la llevaba de aquellos lares circenses. Se la llevaría hacia su hacienda en donde la metería en una cama, la calentaría con la chimenea de la habitación de invitados y lo quiera o no, tenía que tenerla en sus dominios, vigilada y a la espera de que recordara la familia que destruyo.
Cuando dijo aquello de que no recordaba que familia o que fue lo que perdió, su corazón se había revolcado en sentimiento de odio y tristeza, pero ¿y si se equivocaba de pirómana? ¿Y si no era en realidad aquella por la que había jurado vengarse? Los caminos que ahora mismo estaba recorriendo, le recordaba a sus antiguos tiempos con su esposa y su hijo. Puede que en otro lugar pero los paseos que se daba con su esposa o bueno, con aquella que fuera antes su esposa eran bastantes mágicos, románticos e inolvidables pero para que después esos recuerdos fuesen borrados por el odio del fuego, a Blaine le parecía completamente injusto.
Él quería aquellos días con su familia.
los quería tener de vuelta en los días que estaban por venir. Aún era pronto para él dejar recuerdos tan bellos atrás, habían sido momentos efímeros al parecer de los que él mismo no podría recuperar jamás con nadie ya que ahora le tocaba estar soltero para su mala suerte.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Luego de desmayarse apenas y sentía algo, no estaba ella para nada consciente y más a un no se fijó en lo que a su alrededor ocurría, cuando estuvo moviéndose se levantó pero miraba hacia el suelo comenzando a reírse como si fuera parte de la diversión, agitaba sus pies como si fuera algún otro juego y como si ella estuviese todavía en el circo.
Podía oír el canto de los animales de la noche y trató de girarse en aquel estado pero le era impedido —Hey que esto no es justo la pequeña llama no puede bailar y encender todo a su gusto, si quieres mejor juguemos a que tú me desnudas y luego lo hago yo y danzamos juntos mientras nos besamos y tocamos ¿quieres?— suelta una risilla y comienza a frotarse contra el cuerpo del hombre pero luego siente sus pechos aun por fuera del vestido —Deberías al menos haberte tomado la molestia de acomodarme los senos en el vestido y no llevarme de esta manera o será que te gusta que vean el cuerpo de la mujer que quieres poseer eso te excita? Porque a mí no me excita mucho— ladea su cabeza pero comienza a tener arcadas por el movimiento del caballo.
Trata de bajarse a como de lugar peleando contra el hombre —Pido tiempo fuera, estoy mareándome y creo que voy a vomitar si seguimos así puedes dejarme en mi casa luego— comienzan las arcadas más fuertes.
♔
Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
Blaine la escuchaba y tan solo rodaba los ojos.
- Callate mujer…o no querras llamar mas la atencion ¿o si? – con semblante serio y sin ganas de querer sonreír apenas, Blaine se quedo atento a lo que hacia la mujer a lomos del caballo. Cuando llegaron a su residencia, la bajo con cuidado – mira que eres rara mujer – con aquello dicho, Blaine llevo a la mujer hasta el interior de su hogar – estaba loco si – y la llevo a una modesta habitacion de invitados.
La doncella que habia cuidando la casa se ocupo de la mujer mientras Blaine se iba a su habitación para darse un baño y vestirse con ropas nuevas. El dia apareceria pero aun la noche gobernaba el horizonte. No habia rastros de fantasmas o de malos augurios. Estaba en su casa y con la piromana. En esa casa no quemaban nada ni tenian objetos con los que provocar un incendio por si solo.
Cuando fue a la sala del salon ahí estaba la mujer observando la chimenea de cerca. Dios, no. De todas maneras, Blaine se sirvio una copa de licor y se sento en el sofa observando a la mujer que esa noche estaba con él.
- Tu, piromana….- Blaine estaba estresado y necesitaba ayuda – ¿quieres…sexo ahora o despues de cenar- se desabrocho un poco la camisa y aflojo la hebilla del pantalón, se levanto y cuando la giro en el sitio para poder verla la cara le quito aquel sencillo vestido por los hombros que la doncella le puso encima – Joder eres hermosa a pesar de estar pirada como una cabra – Blaine dejo el licor en la repisa de la ventana y comenzó a besar los labios de la mujer que estaba en su casa esa noche, mientras la besaba le iba acariciando parte de su cintura y llegando a sus nalgas se las estrujo con ganas.
- Callate mujer…o no querras llamar mas la atencion ¿o si? – con semblante serio y sin ganas de querer sonreír apenas, Blaine se quedo atento a lo que hacia la mujer a lomos del caballo. Cuando llegaron a su residencia, la bajo con cuidado – mira que eres rara mujer – con aquello dicho, Blaine llevo a la mujer hasta el interior de su hogar – estaba loco si – y la llevo a una modesta habitacion de invitados.
La doncella que habia cuidando la casa se ocupo de la mujer mientras Blaine se iba a su habitación para darse un baño y vestirse con ropas nuevas. El dia apareceria pero aun la noche gobernaba el horizonte. No habia rastros de fantasmas o de malos augurios. Estaba en su casa y con la piromana. En esa casa no quemaban nada ni tenian objetos con los que provocar un incendio por si solo.
Cuando fue a la sala del salon ahí estaba la mujer observando la chimenea de cerca. Dios, no. De todas maneras, Blaine se sirvio una copa de licor y se sento en el sofa observando a la mujer que esa noche estaba con él.
- Tu, piromana….- Blaine estaba estresado y necesitaba ayuda – ¿quieres…sexo ahora o despues de cenar- se desabrocho un poco la camisa y aflojo la hebilla del pantalón, se levanto y cuando la giro en el sitio para poder verla la cara le quito aquel sencillo vestido por los hombros que la doncella le puso encima – Joder eres hermosa a pesar de estar pirada como una cabra – Blaine dejo el licor en la repisa de la ventana y comenzó a besar los labios de la mujer que estaba en su casa esa noche, mientras la besaba le iba acariciando parte de su cintura y llegando a sus nalgas se las estrujo con ganas.
Blaine Renaud- Inquisidor Clase Alta
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Re: Fuegos cruzados || Privado
My Little Fairy
El fuego aleja los malos pensamientos
Risas y más risas era lo que salía de ella, risas que rompían la paciencia de aquel hombre pero era ella la que se estaba burlando de él. Se deja llevar entre pasitos danzando como si fuera una pequeña bailarina de ballet siendo manejada por los hilos del viento acompañado por una suave criatura que la mirada confundida, aquella doncella teme a las acciones de aquella que ríe y da brincos como si de una pequeña se tratara. Apenas con algo de indiferencia y evitando las preguntas que la hacía aquella que es acicalada con un baño y con ropas nuevas que la hacen más decente a la vista de la doncella.
Baja con curiosidad, pero antes de llegar escucha a la doncella el nombre de su señor “Blaine”, en ese momento Lydia comienza a sonreír más y más acercándose a la chimenea viendo entre las llamas los recuerdos que se consumen y queman por completo, entonces escucha la petición del hombre y ella no para no sonreír como una boba, como alguien que tiene algo planeado. Besa en los al hombre mordiéndole la lengua y labios, se frota contra él desespera y en un intento loco, termina de rodillas frente a él tomando entre sus manos su miembro llevándoselo a la boca completamente.
Lo toma por la boca dando una exhibición de sus pocos conceptos morales, lame toda la longitud de su miembro, lo besa, lo recorre con su lengua, juega con sus manos y su boca en aquella dura carne, hasta sentir que está completamente cargado y listo para la guerra, le toma la mano llevándolo cerca de la chimenea, se recuesta sobre la alfombra mostrando su cuerpo desnudos —Lo quiero ahora, Blaine, toma a Lydia como siempre Lydia lo desea— lo llama con sus manos abiertas, sonriéndole —Sé que tu también deseabas a Lydia ahora puedes tenerla como siempre quisiste— abre sus piernas exponiendo su parte más íntima a los ojos del inquisidor, pero ella solo sonríe, no deja de hacerlo ni lo hará..
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Lydia Atzerias- Humano Clase Alta
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