AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Regrets (Serge)
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Regrets (Serge)
Eran casi las 3 de la madrugada cuando arribó al techo del hospital con el humano inconsciente en brazos, había atravesado media ciudad saltando de techo en techo desde las zonas abandonadas, había tardado al rededor de diez minutos en llegar gracias a su velocidad sobrenatural, al haber bebido de Serge, se sentía lleno de energía y fuerza para correr una maratón completa. El hospital tenía 4 pisos y el vampiro entró por la puerta que daba con la terraza y buscó el consultorio de Erkki, su mentor.
Erkki era un vampiro como él, le doblaba en años y se dedicaba a la medicina desde que era humano hacía varias centurias. Aparentaba estar en sus cuarentas, con el cabello cano en los costados de su cabeza y una expresión afable que inspiraba confianza. Le había llevado a su consultorio porque era el único médico que podría atender aquella particular emergencia. No quería que un médico humano le viera y tener que dar explicaciones sobre como había sido atacado y dar pie a especulaciones sobre el tipo de criatura que lo había hecho.
Una vez en el consultorio, Erkki le recibió con el ceño fruncido, no parecía muy contento con la inesperada intromición de Soren, era un alivio que ninguna enfermera estuviese rondando el consultorio en ese momento, por lo que el vampiro mas viejo cerró la puerta apenas Soren entró con el humano cargado.
-¿Otra vez? - Exclamó Erkki indicándole a Soren que colocara al chico en la camilla - ¿Es que no aprendes? ¡Es la segunda vez que traes un chico así a mi consultorio! - Le reprochó acercándose a observar al humano inconsciente.
-La vez pasada fue culpa del hombre lobo no mia – Se defendió Soren recordando que había sido atacado por un licantropo y el humano que le acompañaba había salido herido en medio del combate.
-¿Y cual es la excusa con este? - Exclamó su mentor casi gritando y señalando al paciente, Soren desvió la mirada al suelo con expresión avergonzada.
-Es mi culpa, yo lo mordí... - Aceptó, le avergonzaba sobremanera saber que había perdido su autocontrol, que se había entregado al deseo y la necesidad de sangre hasta el punto de no medir la cantidad que tomaba.
Erkki no respondió nada, sólo lo miró seriamente, sus tupidas cejas haciendo su mirada más intensa, por unos instantes Soren temió que Erkki se negara a revisar al Serge, pero dadas las circunstancias no tenía a nadie más a quien acudir. El vampiro más viejo se giró y comenzó a buscar en el enorme armario que estaba contra la pared y volvió con gaza, espadrapo y vendas, también tenía una botella de alcohol antiséptico.
-Siempre termino limpiando tu desorden – Refunfuñó el doctor mientras revisaba la herida abierta y comenzaba el proceso de curación. Humedeció algodón en el líquido antiséptico y limpió la herida meticulosamente. Soren se quedó observando con expresión de niño regañado que acaba de robar las galletas a escondidas de la cocina. Erkki contuvo la hemorragia rápidamente con las vendas y el espadrapo, demostrando una gran habilidad digna de alguien que lleva en el oficio casi 400 años.
-Ha perdido mucha sangre – Comentó Erkki colocando su mano en el cuello de Serge – Pero sobrevivirá, eso si necesita comer y beber muy bien para recuperarse, por ahora podemos darle caldo de pollo y costilla – Le indicó Erkki – Baja al primer piso y busca las calderas, las cocineras siempre tienen caldo y estofado caliente para los enfermos, ¡Date prisa! -
Soren se apresuró a salir del consultorio, el hospital estaba desolado a esas horas y le fue fácil encontrar la cocina, en ella habían dos mujeres una estaba recostada contra la mesa durmiendo y la otra revolvía una enorme olla con caldo hirviendo. Soren le indicó a la mujer que el doctor Erkki le había enviado por caldo, la mujer no hizo preguntas ni siquiera sobre las manchas de sangre que Soren tenía en el cuello de su camisa y se limitó a servirle caldo en un enorme tazón.
Cuando estuvo listo, Soren volvió tan rápido como pudo al consultorio, cuando entró en él descubrió que el humano estaba volviendo en si mismo lentamente.
- ¿Monsiur me escucha? - Exclamó Erkki al lado de la camilla – Soy el doctor Erkki Aliranta, está en el hospital estatal ¿Cuál es su nombre? -
Erkki era un vampiro como él, le doblaba en años y se dedicaba a la medicina desde que era humano hacía varias centurias. Aparentaba estar en sus cuarentas, con el cabello cano en los costados de su cabeza y una expresión afable que inspiraba confianza. Le había llevado a su consultorio porque era el único médico que podría atender aquella particular emergencia. No quería que un médico humano le viera y tener que dar explicaciones sobre como había sido atacado y dar pie a especulaciones sobre el tipo de criatura que lo había hecho.
Una vez en el consultorio, Erkki le recibió con el ceño fruncido, no parecía muy contento con la inesperada intromición de Soren, era un alivio que ninguna enfermera estuviese rondando el consultorio en ese momento, por lo que el vampiro mas viejo cerró la puerta apenas Soren entró con el humano cargado.
-¿Otra vez? - Exclamó Erkki indicándole a Soren que colocara al chico en la camilla - ¿Es que no aprendes? ¡Es la segunda vez que traes un chico así a mi consultorio! - Le reprochó acercándose a observar al humano inconsciente.
-La vez pasada fue culpa del hombre lobo no mia – Se defendió Soren recordando que había sido atacado por un licantropo y el humano que le acompañaba había salido herido en medio del combate.
-¿Y cual es la excusa con este? - Exclamó su mentor casi gritando y señalando al paciente, Soren desvió la mirada al suelo con expresión avergonzada.
-Es mi culpa, yo lo mordí... - Aceptó, le avergonzaba sobremanera saber que había perdido su autocontrol, que se había entregado al deseo y la necesidad de sangre hasta el punto de no medir la cantidad que tomaba.
Erkki no respondió nada, sólo lo miró seriamente, sus tupidas cejas haciendo su mirada más intensa, por unos instantes Soren temió que Erkki se negara a revisar al Serge, pero dadas las circunstancias no tenía a nadie más a quien acudir. El vampiro más viejo se giró y comenzó a buscar en el enorme armario que estaba contra la pared y volvió con gaza, espadrapo y vendas, también tenía una botella de alcohol antiséptico.
-Siempre termino limpiando tu desorden – Refunfuñó el doctor mientras revisaba la herida abierta y comenzaba el proceso de curación. Humedeció algodón en el líquido antiséptico y limpió la herida meticulosamente. Soren se quedó observando con expresión de niño regañado que acaba de robar las galletas a escondidas de la cocina. Erkki contuvo la hemorragia rápidamente con las vendas y el espadrapo, demostrando una gran habilidad digna de alguien que lleva en el oficio casi 400 años.
-Ha perdido mucha sangre – Comentó Erkki colocando su mano en el cuello de Serge – Pero sobrevivirá, eso si necesita comer y beber muy bien para recuperarse, por ahora podemos darle caldo de pollo y costilla – Le indicó Erkki – Baja al primer piso y busca las calderas, las cocineras siempre tienen caldo y estofado caliente para los enfermos, ¡Date prisa! -
Soren se apresuró a salir del consultorio, el hospital estaba desolado a esas horas y le fue fácil encontrar la cocina, en ella habían dos mujeres una estaba recostada contra la mesa durmiendo y la otra revolvía una enorme olla con caldo hirviendo. Soren le indicó a la mujer que el doctor Erkki le había enviado por caldo, la mujer no hizo preguntas ni siquiera sobre las manchas de sangre que Soren tenía en el cuello de su camisa y se limitó a servirle caldo en un enorme tazón.
Cuando estuvo listo, Soren volvió tan rápido como pudo al consultorio, cuando entró en él descubrió que el humano estaba volviendo en si mismo lentamente.
- ¿Monsiur me escucha? - Exclamó Erkki al lado de la camilla – Soy el doctor Erkki Aliranta, está en el hospital estatal ¿Cuál es su nombre? -
Última edición por Soren Kaarkarogf el Dom Nov 01, 2015 10:53 pm, editado 1 vez
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“Memories are dangerous things. You turn them over and over, until you know every touch and corner, but still you'll find an edge to cut you.”
― Mark Lawrence, Prince of Thorns
― Mark Lawrence, Prince of Thorns
¡¿Qué carajo había hecho ese vampiro?! ¡¿Qué cosa recóndita había removido en su mente?! En su estupor era lo único que podía pensar… o ensoñar. Su enojo se mezclaba con las visiones de un pretérito más inocuo, aunque del todo. Serge siempre había poseído vileza en su alma y había querido a muy pocas personas. Pero era ese punto en el que se hallaba. A propósito o por accidente, el vampiro había metido los dedos justo en esa herida y volvía a doler y escocerle, con menos intensidad, pero la suficiente para hacer consciente sus debilidades, mismas de las que quería deshacerse, la causa de si irresponsable coqueteo constante con la muerte. Sí, a propósito o por accidente, pero algo le decía que el vampiro de gafas era más de hacer las cosas por accidente.
Si había obrado como lo hizo fue por el hambre y la constante provocación suya. Era una pena, hubiera podido aprender un truco o dos.
Todo fue un viaje interior, oscuro y confuso. No sentía nada, excepto unos dedos fríos, muy fríos, acariciarle el rostro. Quizá era sólo el efecto del aire golpeando contra su cara al ir por encima de los tejados parisinos, pero él cómo iba a saberlo.
Creía en Dios, pero no como los cristianos lo hacen. Creía en una fuerza enorme de luz y bondad, porque también se aferraba a la idea de una fuerza opositora, a la que él debía lealtad. Pero en su letargo no encontró ni el paraíso, ni los fuegos del Hades, sólo se vio envuelto en recuerdos velados y frío. Sentía también mucha debilidad, como si no pudiera mantenerse en pie ni siquiera en sus propios sueños. Y ahí estaba ella, Arrietty, con su cabello rojo trenzado y su mirada inteligente como de gato. Estiró la mano para alcanzarla, y justo cuando iba a tocar su mano…
«¿Monsieur, me escucha?» Una voz lo trajo de vuelta. Abrió los ojos de a poco, se sentía mareado. La voz, demasiado gruesa y profunda definitivamente no era la de su atacante. Tardó un par de segundos en enfocar bien y ante él se dibujó otra figura, la de un hombre mayor. El olor le dio indicios de donde estaba, olía a pócimas y medicina. Se llevó una mano al cuello por acto reflejo y lo encontró cubierto de vendas. Giró el rostro y ahí estaba su agresor. Sonrió.
—Estoy bien —confirmó con voz débil que no respaldaba mucho su respuesta. «Gracias» hubiera ido muy bien ahí, pero no para Serge. No es que deseara morir y le hubieran arrebatado la oportunidad, oh no, era simplemente que era demasiado arrogante como para pronunciar esa palabra. Trató de incorporarse sin éxito, aún exánime por la pérdida de sangre—. ¿Dónde demonios estoy? —Su voz aún sonaba como las hojas secas de otoño bajo unos pies traviesos, pero aun así, logró colocar algo de su forma procaz que tenía siempre para hablar.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
El chico por fin volvía en si mismo con lentitud, Soren había colocado el plato con caldo de pollo y costilla a un lado de la cama en una mesita donde también habían frascos con diversas medicinas y vendajes. El vampiro más viejo le colocó una mano en la frente al humano como para palparle la temperatura por unos minutos antes de decir – Está en el hospital Estatal – Le repitió con voz calmada – Soy el Doctor Aliranta, ha sufrido un desmayo – Le indicó, Soren se mantuvo callado, no sabía que decir en un momento como ese.
¿Era apropiado pedirle disculpas por casi matarle? ¿O un simple “gracias por tu sangre estúvo deliciosa” sería suficiente? También estaba el hecho de que se había metido en su cabeza más de lo debido, por unos instantes sus poderes mentales se habían salido de control y había visto cosas que probablemente eran privadas y no se atrevía a abordar el tema de ninguna forma.
-Está en buenas manos no se preocupe – Comentó Erkki colocando la mano izquierda en el cuello del chico al otro lado de la herida para contar las pulsaciones de su corazón – Lento pero seguro – Murmuró con una media sonrisa – Trae ese caldo – Agregó haciéndole una seña a Soren quien se sintió muy incómodo con la tarea.
Apenas si conocía al chico, es decir, lo había encontrado por casualidad caminando en esas callejuelas abandonadas y había decidido que sería la víctima perfecta, quería que el asunto fuera anónimo, tomar la sangre que necesitaba y desaparecer del sitio sin dejar rastro, pero las cosas raramente salían como lo planeaba, ahora se encontraba en una habitación de hospital con una gran taza de caldo de costilla y la mirada maliciosa de un humano que parecía tenerlo todo bajo control aún cuando ni siquiera podía ponerse de pie.
-Es mi doctor de confianza – Dijo al fin Soren haciéndose a un lado de Serge, metiéndo la cuchara en la sopa, soplando un poco para que no fuera a quemarse y luego ofreciéndosela con lentitud.
- La sopa te ayudará a recuperar algo de fuerzas – Comentó Erkki – Pero me temo que debes descansar aquí el resto de la noche y probablemente el día de mañana -
¿Era apropiado pedirle disculpas por casi matarle? ¿O un simple “gracias por tu sangre estúvo deliciosa” sería suficiente? También estaba el hecho de que se había metido en su cabeza más de lo debido, por unos instantes sus poderes mentales se habían salido de control y había visto cosas que probablemente eran privadas y no se atrevía a abordar el tema de ninguna forma.
-Está en buenas manos no se preocupe – Comentó Erkki colocando la mano izquierda en el cuello del chico al otro lado de la herida para contar las pulsaciones de su corazón – Lento pero seguro – Murmuró con una media sonrisa – Trae ese caldo – Agregó haciéndole una seña a Soren quien se sintió muy incómodo con la tarea.
Apenas si conocía al chico, es decir, lo había encontrado por casualidad caminando en esas callejuelas abandonadas y había decidido que sería la víctima perfecta, quería que el asunto fuera anónimo, tomar la sangre que necesitaba y desaparecer del sitio sin dejar rastro, pero las cosas raramente salían como lo planeaba, ahora se encontraba en una habitación de hospital con una gran taza de caldo de costilla y la mirada maliciosa de un humano que parecía tenerlo todo bajo control aún cuando ni siquiera podía ponerse de pie.
-Es mi doctor de confianza – Dijo al fin Soren haciéndose a un lado de Serge, metiéndo la cuchara en la sopa, soplando un poco para que no fuera a quemarse y luego ofreciéndosela con lentitud.
- La sopa te ayudará a recuperar algo de fuerzas – Comentó Erkki – Pero me temo que debes descansar aquí el resto de la noche y probablemente el día de mañana -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“Memories are killing. So you must not think of certain things, of those that are dear to you, or rather you must think of them, for if you don’t there is the danger of finding them, in your mind, little by little.”
― Samuel Beckett
― Samuel Beckett
Con el ceño fruncido de tal modo que parecía que había nacido con esa expresión, Serge miró al vampiro más joven y luego al otro. Odiaba sentirse como un maldito inútil, sin embargo, ahí estaba, sin poder moverse si quiera. Gruñó por toda respuesta ante la aclaración del doctor Aliranta. Con los recursos de la familia Auric podía estar en un mucho mejor hospital, aunque claro, la situación fuera de lo común lo había conducido hasta ese sitio.
—Otro vampiro —musitó al sentir el tacto del médico. Helado. Sonrió de lado, retador, como si una experiencia cercana a la muerte por esa noche no hubiera sido suficiente—. Bueno, al menos sé que ha tenido tiempo suficiente para practicar la medicina y no moriré esta noche —miró de forma significativa al joven vampiro, como si le recriminara, ¿el qué? A saber… el no haberlo matado o el haberlo dejado tan débil, podía ser cualquier cosa viniendo de Serge. Era increíble la capacidad que tenía para ser altanero incluso cuando la situación no estaba a su favor—. ¿Cómo demonios lo hace? Atender pacientes con… no sé, heridas abiertas, donde la sangre sale a borbotones, ¿cómo lo hace? —Y aunque no dejó de sonar engreído, su curiosidad era real.
—¿Qué carajo haces? —Si hubiera tenido más fuerzas, le hubiera soltado tremendo manotazo a su atacante—, no soy un bebé que no puede alimentarse, deja eso ahí… —señaló con la mirada el mismo sitio donde el caldo descansaba hace tan sólo unos segundos. Olía bien y se dio cuenta que moría de hambre, pero tenía más orgullo que ganas de recuperarse, al parecer.
—¿Qué? ¿Hasta mañana? Oh, no, no, mi familia debe estar buscándome —y no mentía, él podía ser un jodido patán, pero definitivamente Etiénne padre e hijo lo estarían buscando—. Necesito llegar a casa hoy —no era una petición, ni una observación. Serge estaba acostumbrado a dar órdenes y que éstas se cumplieran—. Todo es tu culpa, ahora arréglalo.
Quiso, una vez más, incorporarse sin éxito. Sólo alcanzó a medio sentarse en su lugar, pero insuficiente. ¡Por los mil demonios! Nunca había sentido un agotamiento tal. Era horrible. Fulminó con la mirada al joven vampiro, aunque también deseó ser capaz de provocar tal sufrimiento en otros.
—¿Qué pasó con la vieja? —La vampiresa que los acompañaba y esa fue su primera pregunta—, ¿y qué tanto viste en mi cabeza? —Esa era la cuestión que realmente le importaba en ese instante. Clavó los ojos azules como fuego en el vampiro de gafas. Con la sola mirada le exigía una respuesta veraz, pues no estaba para juegos. No le importó a presencia del médico, en ese instante no le importaba nada, sólo el hecho de que el recuerdo de Arrietty había sido removido en su interior. Como quien llega de la nada a remover una daga clavada en el pecho.
Última edición por Serge Auric el Sáb Nov 07, 2015 11:11 pm, editado 1 vez
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Erkki alzó una ceja ante la observación del humano y una sonrisa torcida se ensanchó en su boca – Casi 400 años de experiencia, así que no tienes nada que temer – Exclamó, sin embargo al escuchar lo siguiente, dado el tono por el que hablaba fue claro para Erkki que ese humano no sentía miedo en lo absoluto – Bueno... con el tiempo uno aprende a controlarse, es parte del oficio – Le explicó desviando la mirada hacía Soren que parecía querer esconder la cabeza dentro de su saco como una tortuga en un caparazón.
El chico había rechazado la sopa y Soren frunció el ceño dejándola en la mesita, aquel chico era más difícil de lo que pensaba ¿Iba a poner en riesgo su recuperación por su orgullo? Se preguntó, no estaba en condiciones para exigir nada y aún así su mirada desafiante demandaba que se cumpliera lo que pedía. Como una especie de príncipe altanero pensó.
-¿De donde has sacado a este chiquillo? - Exclamó Erkki al escuchar como Serge demandaba ser llevado con su familia esa noche – Te lo juro que siempre desentierras a las personas más extrañas de París, eres como un imán para los problemas – Comentó el vampiro más viejo meneando la cabeza, su voz sonaba sarcástica – Te diré algo, si te llevamos a casa ahora, tendremos que explicar las heridas en tu cuello y la falta de sangre – Le explicó dirigiéndose al humano una vez más - ¿Quieres que tu familia se entere de tus andanzas nocturnas? - Meneó la cabeza con vehemencia – No, esta noche duermes aquí y te recuperas, mañana podrás inventar una historia cuando te sientas mejor como para caminar -
-G..gracias Erkki – Murmuró Soren y Erkki lo fulminó con una mirada de reproche antes de salir del consultorio. Cuando quedaron solos Soren volvió la vista hacía Serge tímidamente, el tema de haberse entrometido en su cabeza le daba mucha vergüenza, no era algo que el hiciera por que quisiera averiguar secretos o chismes, la verdad era más simple, había perdido el control por la sed que tenía.
- Siento mucho lo que paso – Dijo al fin, luego pareció pensar bien sus palabras y agregó – No el haber bebido de ti... no de eso no me arrepiento – Aclaró, Serge sabía bien, es más podría darle otro mordisco ahora mismo si pudiera – Perdí un poco el control y por eso... vi cosas que no debía ¿Verdad? Pero mis labios están sellados – Agregó alzando la mano izquierda y con la derecha colocándole en el pecho como un juramento, parecía un niño que intentaba convencer a su mama de no haber comido las galletas de la alacena – Oh... si, Madame Isabelle, ella se fue una vez tu... perdiste el conocimiento -
El chico había rechazado la sopa y Soren frunció el ceño dejándola en la mesita, aquel chico era más difícil de lo que pensaba ¿Iba a poner en riesgo su recuperación por su orgullo? Se preguntó, no estaba en condiciones para exigir nada y aún así su mirada desafiante demandaba que se cumpliera lo que pedía. Como una especie de príncipe altanero pensó.
-¿De donde has sacado a este chiquillo? - Exclamó Erkki al escuchar como Serge demandaba ser llevado con su familia esa noche – Te lo juro que siempre desentierras a las personas más extrañas de París, eres como un imán para los problemas – Comentó el vampiro más viejo meneando la cabeza, su voz sonaba sarcástica – Te diré algo, si te llevamos a casa ahora, tendremos que explicar las heridas en tu cuello y la falta de sangre – Le explicó dirigiéndose al humano una vez más - ¿Quieres que tu familia se entere de tus andanzas nocturnas? - Meneó la cabeza con vehemencia – No, esta noche duermes aquí y te recuperas, mañana podrás inventar una historia cuando te sientas mejor como para caminar -
-G..gracias Erkki – Murmuró Soren y Erkki lo fulminó con una mirada de reproche antes de salir del consultorio. Cuando quedaron solos Soren volvió la vista hacía Serge tímidamente, el tema de haberse entrometido en su cabeza le daba mucha vergüenza, no era algo que el hiciera por que quisiera averiguar secretos o chismes, la verdad era más simple, había perdido el control por la sed que tenía.
- Siento mucho lo que paso – Dijo al fin, luego pareció pensar bien sus palabras y agregó – No el haber bebido de ti... no de eso no me arrepiento – Aclaró, Serge sabía bien, es más podría darle otro mordisco ahora mismo si pudiera – Perdí un poco el control y por eso... vi cosas que no debía ¿Verdad? Pero mis labios están sellados – Agregó alzando la mano izquierda y con la derecha colocándole en el pecho como un juramento, parecía un niño que intentaba convencer a su mama de no haber comido las galletas de la alacena – Oh... si, Madame Isabelle, ella se fue una vez tu... perdiste el conocimiento -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“Man is not what he thinks he is, he is what he hides.”
― André Malraux
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Su irritación, que para esas alturas ya era casi intolerable, se hizo aún mayor cuando el doctor Aliranta habló de él como si no estuviera en la habitación. Nunca se había sentido tan insultado en su vida. Si bien ansiaba conocer de cerca a los seres como los dos que tenía enfrente, hubiera agradecido que al menos se trataran de especímenes más dignos, aunque a decir verdad, el único que lo incomodaba era el de gafas, el otro parecía ligeramente más a la altura.
Bufó ante las indicaciones de médico, aun sabiendo que tenía razón. Lo sentía en cada músculo y cada gota de sangre que le quedaba, debilidad era lo único que podía experimentar en ese instante. La verdad no le importaba lo que su padre o hermanos pudieran suponer de sus escapadas nocturnas. No era un secreto para nadie lo incorregible que podía llegar a ser. Tampoco pensó que tuviera necesidad de inventarse nada. Pocos se atrevían a cuestionarle. Pero no dijo nada, en cambio sólo fulminó con la mirada al vampiro de la cabellera encanecida y agradeció que lo dejara solo con el otro.
Aguardó hasta que la puerta no se hubo cerrado. Por lo que él sabía, el doctor podía estar al otro lado de puerta escuchando todo. Pero resultaba mucho más sencillo hablar sin un segundo par de ojos escrutándolo. Carraspeó y asintió.
—Ven, ayúdame. ¿Es que no ves cómo me dejaste? Ayúdame a sentarme —ordenó sin miramientos. Estaba jugando la carta del chantaje. «Mira cómo me dejaste, ahora obedéceme como pago», no sabía si iba a resultar, pero no le importaba. Tenía planeado empezar a comer. Supuso que entre más rápido se recuperara, más pronto podría largarse.
—Umh —gruñó por toda respuesta y se quedó en silencio algunos segundos—. ¿Todos los vampiros pueden hacer eso? Ver la mente de otros, quiero decir, mientras beben de ellos —preguntó. Se deleitó con la sola idea de meterse a los recuerdos de un tercero y hacer un caos ahí dentro. La destrucción a veces parecía lo único capaz de conmoverlo. Tenía muchas preguntas y pocas concernían a su estado de salud.
—No me preocupa si abres la bocota —mintió—, es sólo que… son cosas que ni yo mismo visito a menudo, no es grato traerlas de regreso —por un mínimo instante pareció de hecho vulnerable y eso lo transformó en alguien más… humano. Era raro, porque Serge estaba completamente separado de la realidad en muchos aspectos y su apariencia delgaducha, en lugar de hacerlo ver como alguien débil, lo hacía lucir como alguien envilecido. Pero aquello duró poco, tan rápido que si no estabas prestando atención, probablemente te lo perderías.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Cuando Erkki se fue, Soren no se sintió aliviado de quedarse a solas con el humano, era un joven bastante singular en cuanto a actitud de se trataba y el vampiro tenía que aceptar que se sentía intimidado aún cuando era claro que el depredador era él, no la presa. Le pareció mejor idea mover la cama para que el chico pudiera comer aún estando recostada en ella. La cama tenía unos engranajes en la parte del cabezal cerca a las patas de hierro, le dio vueltas a una manivela y la cabecera de la cama se fue levantando hasta quedar casi como un sillón.
-No todos – Aceptó trayendo un asiento para sentarse frente a él, el chico no había querido que le ayudara con la sopa, así que se quedó sólo observando – Hay una gran variedad de habilidades, algunas necesitan entrenamiento y destreza, otras son más naturales, los más viejos como mi mentor por ejemplo – Comentó haciendo alucinó al doctor Aliranta – Tienen un mejor control y pueden hacer muchas otras cosas – Su respuesta era algo vaga pues no estaba seguro si debía darle mucha información a ese chico sobre la naturaleza de los de su raza – Yo puedo meterme en la mente de las personas a voluntad – Aceptó con expresión avergonzada – No solamente cuando me alimento, sino en cualquier momento – Carraspeó y desvió la mirada para continuar – Pero juro que no lo hice a propósito contigo... no voy metiéndome en las cabezas de quien se cruce por mi camino... en realidad perdí el control porque estaba muy hambriento -
Aquella era la pura verdad y escuchar al chico decir que aquellos eran recuerdos que no quería revivir no ayudaba a que se sintiera mejor. Por supuesto que todo el mundo tenía cosas que quería ocultar, por eso eran secretos, por eso uno los guardaba en las profundidades de la mente. Soren se mordió el labio inferior paseando la mirada por las paredes hasta dar con una araña que caminaba por una larga telaraña en el techo.
- Me llamo Soren Kaarkarogf... es un placer conocert... quiero decir...- Se calló y se sintió bastante torpe, dada las circunstancias decir “un placer conocerte o gusto en conocerte” era inapropiado. - ¿Puedo saber tu nombre? -
-No todos – Aceptó trayendo un asiento para sentarse frente a él, el chico no había querido que le ayudara con la sopa, así que se quedó sólo observando – Hay una gran variedad de habilidades, algunas necesitan entrenamiento y destreza, otras son más naturales, los más viejos como mi mentor por ejemplo – Comentó haciendo alucinó al doctor Aliranta – Tienen un mejor control y pueden hacer muchas otras cosas – Su respuesta era algo vaga pues no estaba seguro si debía darle mucha información a ese chico sobre la naturaleza de los de su raza – Yo puedo meterme en la mente de las personas a voluntad – Aceptó con expresión avergonzada – No solamente cuando me alimento, sino en cualquier momento – Carraspeó y desvió la mirada para continuar – Pero juro que no lo hice a propósito contigo... no voy metiéndome en las cabezas de quien se cruce por mi camino... en realidad perdí el control porque estaba muy hambriento -
Aquella era la pura verdad y escuchar al chico decir que aquellos eran recuerdos que no quería revivir no ayudaba a que se sintiera mejor. Por supuesto que todo el mundo tenía cosas que quería ocultar, por eso eran secretos, por eso uno los guardaba en las profundidades de la mente. Soren se mordió el labio inferior paseando la mirada por las paredes hasta dar con una araña que caminaba por una larga telaraña en el techo.
- Me llamo Soren Kaarkarogf... es un placer conocert... quiero decir...- Se calló y se sintió bastante torpe, dada las circunstancias decir “un placer conocerte o gusto en conocerte” era inapropiado. - ¿Puedo saber tu nombre? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“The past is never dead. It's not even past.”
― William Faulkner, Requiem for a Nun
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Si esa tarde, cuando decidió dar su temerario paseo, le hubieran dicho que iba a terminar así, curado por un médico-vampiro y en compañía del peor espécimen de aquella raza que tanto le intrigaba y atraía, no se lo hubiera creído. Se hubiera reído con descaro y sorna. Pero ahí estaba ahora. No movió un dedo mientras el otro lo acomodaba. No podía, de todos modos, pero aunque hubiera tenido fuerza suficiente, no lo hubiera hecho. Sólo lo observó y no fue hasta que tomó asiento frente a él que se decidió a coger la cuchara y probar el caldo. Ahora que los minutos habían transcurrido, la temperatura era ideal para ingerirse sin problema.
Mientras engullía la primera cucharada, alzó los ojos al escucharlo hablar. Lo dejó terminar sin dejar de comer. A pesar del hambre que sentía, lo hizo pausadamente, quería conservar su dignidad. Estiró la mano para alcanzar una servilleta y se limpió la boca. Podía estar en aquella posición tan incómoda, en un hospital, exánime, pero no abandonaba sus modales principescos.
—Ya veo —apuntó primero como si estuviera procesando la información. Si él conseguía su meta, si lograba convertirse en inmortal, seguramente no tendría autocontrol alguno y la idea lo complació. Su meta en la vida era destruir. Crear caos. Arrasar con todo—. Una vez que estás dentro, ¿puedes interferir? Ya sabes, mover algo, trastocar a la persona para siempre —aquel vampiro no lucía como alguien con intenciones tan oscuras, pero no perdía nada con preguntar.
—Eso quiere decir, si no tienes autocontrol como demostraste, que no eres tan antiguo —no era pregunta, sino una simple conclusión. Lo dijo con inquina. Llevó la cuchara de nuevo al plato, pero antes de meterse el bocado a la boca, preguntó algo más, algo que podría resultar incómodo—: ¿él te transformó, Soren? ¿El doctor Aliranta te transformó? —Sonó malicioso adrede y usó el nombre que acababa de obtener.
Siguió comiendo como si nada. Prolongando el momento de él mismo tener que presentarse. De nuevo pausó, se limpió la boca y miró al vampiro.
—Serge Auric —no esperaba que el nombre le sonara de nada, pero lo dijo como si debiera conocerlo. Como si el mundo entero tuviera esa obligación—. ¿Siempre procuras así a tus víctimas? —Arqueó una ceja. No sabía por qué, quizá porque tenía buen olfato para esas cosas, pero sentía que estaba echando vinagre a algún tipo de herida. Como si avanzara precisamente por los terrenos que incomodaban a Soren. Quería que así fuera. Quería molestarlo.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Le observó comer, tenía muy buenos modales que delataban la cuna de oro donde seguramente había sido criado. Parecía muy calmado a pesar de la situación, cualquier otro humano estaría horrorizado, pero el chico parecía bastante cómodo con todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, como si de alguna forma estuviera teniendo el control de la situación, aún cuando, claramente no la tenía y estaba en desventaja.
-Si se puede – Murmuró Soren incómodo con las preguntas, no era buena idea revelar tanto acerca de la naturaleza de su raza, ese humano podría usarlo de alguna forma en su contra, le daba la impresión de que era capaz de hacer cualquier cosa – Prácticamente no hay límites en ese aspecto... si sabes como controlar ese poder -
La referencia de que el no era muy viejo, le hizo sonreír, se llevó el dorso de la mano para cubrir la sonrisa, no le gustaba enseñar sus colmillos cuando lo hacía.
-Soy muy viejo en términos humanos – Le explicó – Soy tan viejo que podría ser tu Abuelo de tu bisabuelo – Le indicó y luego meneó la cabeza – Pero en términos vampíricos... se puede decir que soy joven pues hay muchos otros más viejos que yo – La percepción del tiempo cambiaba drásticamente dependiendo de si se era humano o Vampiro. Ante la siguiente pregunta asintió con honestidad – Así es, Erkki es mi mentor, el me creó y me dobla en edad – Le aclaró por si se sentía curioso de que tan viejo era – Nos llevamos bien... cabe decir, no muchos Vampiros pueden gozar de una buena relación con sus mentores -
Aquello era cierto y no estaba muy seguro de la razón, pero la mayoría de Vampiros que conocía tenían una mala experiencia con los mentores, algunos inclusive ni los conocían pues habían sido creados por accidente y abandonados.
- Pues... la verdad es que la mayoría de mis víctimas no se dan cuenta de lo que les ha pasado – Le respondió encogiéndose de hombros – Precisamente porque puedo mover 'cosas' en sus cabezas – Agregó, esta vez su voz sonaba pícara – Pero contigo...no se porqué pero perdí el control – Finalizó.
-Si se puede – Murmuró Soren incómodo con las preguntas, no era buena idea revelar tanto acerca de la naturaleza de su raza, ese humano podría usarlo de alguna forma en su contra, le daba la impresión de que era capaz de hacer cualquier cosa – Prácticamente no hay límites en ese aspecto... si sabes como controlar ese poder -
La referencia de que el no era muy viejo, le hizo sonreír, se llevó el dorso de la mano para cubrir la sonrisa, no le gustaba enseñar sus colmillos cuando lo hacía.
-Soy muy viejo en términos humanos – Le explicó – Soy tan viejo que podría ser tu Abuelo de tu bisabuelo – Le indicó y luego meneó la cabeza – Pero en términos vampíricos... se puede decir que soy joven pues hay muchos otros más viejos que yo – La percepción del tiempo cambiaba drásticamente dependiendo de si se era humano o Vampiro. Ante la siguiente pregunta asintió con honestidad – Así es, Erkki es mi mentor, el me creó y me dobla en edad – Le aclaró por si se sentía curioso de que tan viejo era – Nos llevamos bien... cabe decir, no muchos Vampiros pueden gozar de una buena relación con sus mentores -
Aquello era cierto y no estaba muy seguro de la razón, pero la mayoría de Vampiros que conocía tenían una mala experiencia con los mentores, algunos inclusive ni los conocían pues habían sido creados por accidente y abandonados.
- Pues... la verdad es que la mayoría de mis víctimas no se dan cuenta de lo que les ha pasado – Le respondió encogiéndose de hombros – Precisamente porque puedo mover 'cosas' en sus cabezas – Agregó, esta vez su voz sonaba pícara – Pero contigo...no se porqué pero perdí el control – Finalizó.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“Pero, ¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?”
― Ernesto Sabato, El Túnel
― Ernesto Sabato, El Túnel
—Entonces no se diga más. Controlaré ese poder llegado el momento —aquello sonó a proclama real. No hubo duda, ni titubeo alguno en su breve discurso. Parecía una verdad irrefutable en el futuro venidero. Serge clavó los ojos en Soren y le sonrió. Le sonrió casi amistoso, aunque se sabía que aquello era una máscara, un señuelo para hacer caer a cualquiera ante sus encantos de jovencito bien educado y apuesto. La sola idea de destruir a alguien desde dentro le encantó, incluso más que la noción de destruir a alguien desde fuera.
Antes de poder continuar, con una calma inaudita, quizá acentuada por su propio estado, dejó la cuchara de sencillo metal (no la platería a la que estaba acostumbrado) junto al plato de caldo. Miró la comida a medio comer y luego, de la nada, soltó una carcajada como un trueno que cruza el cielo nocturno. Algo lo estaba divirtiendo mucho y era difícil saber qué.
—Si alguna vez tuve duda de que quería ese camino para mí, ya no más —anunció después. Parecía más un diálogo interno, personal, un monólogo infernal de un villano que anuncia sus horribles planes. Terminó suspirando, por el esfuerzo que la carcajada había significado considerando su deplorable estado.
—Ya veo. Existe esta idea popular de que un vampiro viejo elije a aquellos que ha de convertir porque ve algo en ellos. Pero no cabe duda que sólo es un mito más, un hilo más al entretejido que es la leyenda de los que son como tú. Porque me cuesta trabajo creer que el doctor Aliranta pudo ver algo de potencial en ti —su desdén fue palpable. El veneno de su voz escurrió como la sangre de una herida abierta.
Después, continuó comiendo. Escuchó a Soren una vez más pero tardó en contestar. Como si la sopa, para esas alturas ya fría, fuera lo más interesante en ese instante. Al fin terminó, dejando un poco en el plato, pues entre la gente de las más altas esferas sociales, estaba mal visto limpiar un traste, por más hambre que se tuviera. Lo hizo a un lado.
—Entonces… ¿te resulté tan irresistible? —Arqueó una ceja y dijo con sarcasmo—. Soren, no te mentiré, me pareces un vampiro muy… peculiar. Pero aunque siempre aspiro a encontrarme a uno de los tuyos con más presencia, quizá como Aliranta, viéndolo en perspectiva, no estuvo del todo mal que fueras tú. Dudo que alguien más resolviera mis dudas. Porque aunque toda mi vida he aspirado a la inmortalidad, muchas cosas al respecto siguen siendo un misterio para mí —fue claro en su retahíla. Y ahí confesaba sus intenciones, no del momento, sino en la vida.
—Dime, después de todos esos años —no sabía cuántos, pero seguía creyendo que eran pocos para términos vampíricos—, ¿qué te motiva? —Era una pregunta lo mismo en extremo filosófica que personal, pero quedaba claro que a Serge poco le importaba el tacto y los sentimientos de los demás. Él exigía, todo siempre había sido de ese modo, y demandaba ser atendido.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Soren comenzaba a comprender porqué se sentía tan extraño junto a Serge, sentía una mezcla de incomodidad e inseguridad, lo cual era bastante irónico considerando de que se trataba sólo de un humano, al cual podría fácilmente partirle el cuello de un mordisco, sin embargo Serge emanaba un aura oscura, tanto como la de muchos no-muertos, su sonrisa era perversa y su mirada denotaba tintes de maldad pura. ¿Estaba frente a un simple humano o un demonio disfrazado?.
Mientras le escuchaba hablar y reír con toda esa propiedad y seguridad dignos de quien tiene las riendas del asunto y no se asusta frente a nada, Soren se sintió cada vez más intrigado frente la posibilidad de que ese chico se convirtiera en Vampiro, porque era eso lo que quería ¿no?, buscaba la inmortalidad y lo aceptaba sin escrúpulos. ¿Que clase de vampiro sería?
-Todos tienen diferentes motivos... y ese potencial del que hablas, bueno, eso es muy relativo, no todos tienen la misma opinión sobre lo que significa tener potencial – Comentó un tanto molesto con el desdén con el que había dicho aquello ¿Pero y que iba a saber un simple jovencito como Serge que apenas si había pasado los 20 años?. Ante lo siguiente Soren sonrió, no se molestó en cubrirse la boca como solía hacer para evitar que la gente le viera los colmillos.
-¿Entonces soy el primer vampiro que conoces? - Preguntó con cierta fascinación – Soy el primero que te muerde... - Agregó esto último más como un pensamiento que puso en palabras sin querer – Pues déjame decirte que eres tan irresistible para mi como lo es un conejo para cualquier depredador, jugoso y suave – Mientras hablaba su mente regresaba al momento en el que el placer había estallado en su boca una vez la sangre había deslizado por su lengua, no fue consciente de que las pupilas en sus ojos se habían dilatado hasta el punto de que el iris azul había casi desaparecido, en efecto aún podía sentir la sangre de Serge circular por su cuerpo, tibia y cosquilleante.
Sacudió la cabeza suavemente para alejar esa sensación y esos pensamientos, no quería caer en la tentación de morderlo por segunda vez.
- Oh...eso es fácil de responder – Dijo al fin frente a la pregunta – Me gusta ver el progreso de la humanidad, los avances de la ciencia, las nuevas tendencias en el arte, es como ver crecer a un chiquillo – Agregó pensativo - ¿Tu porqué deseas la inmortalidad? Parece algo llamativo, pero tiene sus desventajas... aunque algo me dice que a ti poco te importa lo que puedas perder... - Finalizo.
Mientras le escuchaba hablar y reír con toda esa propiedad y seguridad dignos de quien tiene las riendas del asunto y no se asusta frente a nada, Soren se sintió cada vez más intrigado frente la posibilidad de que ese chico se convirtiera en Vampiro, porque era eso lo que quería ¿no?, buscaba la inmortalidad y lo aceptaba sin escrúpulos. ¿Que clase de vampiro sería?
-Todos tienen diferentes motivos... y ese potencial del que hablas, bueno, eso es muy relativo, no todos tienen la misma opinión sobre lo que significa tener potencial – Comentó un tanto molesto con el desdén con el que había dicho aquello ¿Pero y que iba a saber un simple jovencito como Serge que apenas si había pasado los 20 años?. Ante lo siguiente Soren sonrió, no se molestó en cubrirse la boca como solía hacer para evitar que la gente le viera los colmillos.
-¿Entonces soy el primer vampiro que conoces? - Preguntó con cierta fascinación – Soy el primero que te muerde... - Agregó esto último más como un pensamiento que puso en palabras sin querer – Pues déjame decirte que eres tan irresistible para mi como lo es un conejo para cualquier depredador, jugoso y suave – Mientras hablaba su mente regresaba al momento en el que el placer había estallado en su boca una vez la sangre había deslizado por su lengua, no fue consciente de que las pupilas en sus ojos se habían dilatado hasta el punto de que el iris azul había casi desaparecido, en efecto aún podía sentir la sangre de Serge circular por su cuerpo, tibia y cosquilleante.
Sacudió la cabeza suavemente para alejar esa sensación y esos pensamientos, no quería caer en la tentación de morderlo por segunda vez.
- Oh...eso es fácil de responder – Dijo al fin frente a la pregunta – Me gusta ver el progreso de la humanidad, los avances de la ciencia, las nuevas tendencias en el arte, es como ver crecer a un chiquillo – Agregó pensativo - ¿Tu porqué deseas la inmortalidad? Parece algo llamativo, pero tiene sus desventajas... aunque algo me dice que a ti poco te importa lo que puedas perder... - Finalizo.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“You walk for days among trees and among stones. Rarely does the eye light on a thing, and then only when it has recognized that thing as the sign of another thing: a print in the sand indicates the tiger's passage; a marsh announces a vein of water; the hibiscus flower, the end of winter. All the rest is silent and interchangeable; trees and stones are only what they are.”
― Italo Calvino, Invisible Cities
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Lo escuchó y aunque sabía que tenía razón, no le gustaba aceptar que estaba equivocado, por ello guardó silencio, un silencio inquietante. Pero todo resultaba de ese modo viniendo de él. Pero cuando Soren, sin más tapujos, mostró sus colmillos, Serge lejos de sentirse aterrado, como el sentido común dictaba, sobre todo cuando esa misma noche había sido mordido, se sintió atraído. Una y otra vez la idea del chico de lentes como señor de la noche lo perturbaba, pero no dejaba de ser lo que era, y eso era todo a lo que Serge aspiraba.
—No y sí. No eres el primero que conozco, pero sí el primero que me muerde —para alguien que coqueteaba tanto con la noche y el peligro como él, era toda una suerte que hasta ahora, ningún vampiro lo hubiese atacado antes. Y no lo deseaba, si iba a ser mordido, sería para ser transformado, pero Soren había echado a perder sus planes. Rio con sorna luego, un sonido débil, como él mismo se encontraba, salió de sus labios.
—Entiendo, y es fascinante —apuntó nada más. Si ya de por sí, siendo un mortal, desdeñaba todo a su alrededor, no podía imaginarse lo que sería tener el poder de quitar vidas con esa facilidad. A menudo creía que, él había nacido para esto, para ser vampiro. Durante un tiempo simplemente careció de norte y de conocimientos, pero fue Arrietty quien abrió ese nuevo mundo para él.
Luego giró los ojos y bufó, algo como un «pfff…» al escuchar lo que Soren le respondía. Consideró todo aquello sumamente soso, pero ¿qué podía esperar? Rio después, una risa incisiva, sardónica, fabricada para herir como quien afila con mucho cuidado un cuchillo.
—Qué enternecedor —fue lo primero que dijo, con sarcasmo pero pronto su rostro se tornó serio—. Te equivocas Soren. No tengo nada que perder, esa es la diferencia. ¿Qué para que busco esto? Para poder gobernar por sobre los mortales. Para poder trascender —su voz sonó ominosa, temible, con una convicción apabullante.
No lo dijo tácitamente, pero ser el quinto hijo de una familia como los Auric, su destino era incierto, por decir lo menos. Los negocios caerían en manos del primogénito y lo que sobrara sería repartido entre todos, y esa no era la vida a la que estaba acostumbrado. Una vez que su amiga hechicera le develó el mundo de lo sobrenatural, la idea de que sólo pasando a ese lado lograría algo se instaló con vehemencia en su cabeza. Nada lo iba a hacer cambiar de parecer. Su personalidad, corrosiva y volátil, en todo caso, iba bien con lo que tanto ansiaba.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
No había conocido antes a una persona que estuviera tan segura de si misma y que sin importar lo extraña y terrorífica de la situación, siempre lograra mantener una actitud confiada. No sabía si Serge era demasiado listo o demasiado ingenuo como para creer que podía tener el control de todo lo que acontecía a su alrededor. Le escuchó decir que no era el primero que conocía pero si el primero que le mordía, parecía algo decepcionado, aunque no por el hecho de ser mordido, sino porque quizás esperaba algo más de ese encuentro. ¿Desearía haber sido convertido?.
No se mostró inquieto o asustado cuando Soren se había referido a él como una presa y sólo dijo que le parecía fascinante ¿De verdad estaba hablando con un humano común y corriente?.
Ante lo último, Soren parpadeó varias veces sin dar crédito a lo que escuchaba ¿Gobernar?, había escuchado muchas tonterías en su vida, pero esta si que era la más grande de todas, al parecer Serge tenía unas ideas muy particulares de lo que significaba ser un vampiro.
- Puedes gobernar sobre los mortales siendo mortal, no necesitas convertirte en un vampiro – Comentó haciendo un ademán con la mano como si aquello fuera obvio – Eres un chico rico, vienes de una familia con poder, seguro que será fácil escalar en la aristocracia hasta obtener un título en el gobierno, tu padre seguro que podría mover influencias aquí y allá para eso –
Giró su rostro y observó la posición de la luna a través de la ventana en el consultorio, faltaban un par de horas para el amanecer, de hecho las velas en los candelabros sobre las paredes se estaban consumiendo casi por completo.
- ¿Que hay de tu familia? Una vez convertido en Vampiro, tendrás que cortar comunicación con ellos y abandonar el estilo de vida que llevas, sin mencionar claro que eventualmente verás envejecer y morir a todas las personas que son importantes para ti ¿Has pensado en ello? -
No se mostró inquieto o asustado cuando Soren se había referido a él como una presa y sólo dijo que le parecía fascinante ¿De verdad estaba hablando con un humano común y corriente?.
Ante lo último, Soren parpadeó varias veces sin dar crédito a lo que escuchaba ¿Gobernar?, había escuchado muchas tonterías en su vida, pero esta si que era la más grande de todas, al parecer Serge tenía unas ideas muy particulares de lo que significaba ser un vampiro.
- Puedes gobernar sobre los mortales siendo mortal, no necesitas convertirte en un vampiro – Comentó haciendo un ademán con la mano como si aquello fuera obvio – Eres un chico rico, vienes de una familia con poder, seguro que será fácil escalar en la aristocracia hasta obtener un título en el gobierno, tu padre seguro que podría mover influencias aquí y allá para eso –
Giró su rostro y observó la posición de la luna a través de la ventana en el consultorio, faltaban un par de horas para el amanecer, de hecho las velas en los candelabros sobre las paredes se estaban consumiendo casi por completo.
- ¿Que hay de tu familia? Una vez convertido en Vampiro, tendrás que cortar comunicación con ellos y abandonar el estilo de vida que llevas, sin mencionar claro que eventualmente verás envejecer y morir a todas las personas que son importantes para ti ¿Has pensado en ello? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“All monsters are human.”
De haber sido cualquier otra persona, hubiera encontrado enternecedores los esfuerzos de Soren por hacerle entender lo terrible que era la inmortalidad. Pero se trataba de Serge, incapaz de sentir empatía o de medir el peligro. En alguna parte de su enrevesada mente, las palabras del vampiro resonaban con fuerza diferente, y las sabía verdad, incluso las aceptaba, quizá en ese sitio donde seguía siendo humano.
—En eso tienes razón —habló con desdén, a pesar de que le concedía la verdad—. Los humanos son manipulables y débiles, gobernar sobre ellos es fácil, mira a nuestros reyes, unos pusilánimes —ahí dejaba claro el verdadero grado de su veneno. Ni siquiera se consideraba ya un humano, él estaba por encima de ello—. Pero aun así, creo que vale la pena el intento —y ahí simplemente podría estarse burlando.
—Soren, Soren… —negó con la cabeza, algo en el discursillo lo molestó pero consiguió no salirse de sus casillas, quizá porque estaba débil, y aunque no lo estuviera, si arremetía a golpes, tenía todas las de perder frente al vampiro. Serge era impulsivo, no estúpido, mucho menos suicida—. No hables de mí como si me conocieras. Mi padre ya tiene decidido nuestro futuro, el mío y el de mis hermanos y aunque me heredara el mundo entero, yo siempre voy a querer más. ¿Y mi familia? ¿Acaso luzco como alguien a quien le interesan esas tonterías? Ellos se pueden ir al demonio, por mí mejor no volverlos a ver —era terrible lo que estaba diciendo, sin embargo, lo pronunció con convicción, sin titubeo alguno.
Serge no podía decir que tuvo una infancia desdichada, porque sería mentira. No podía decir que fue maltratado por aquellos con los que compartía sangre, todo aquello no era verdad. Incluso, con su hermano mayor tenía una sociedad que les funcionaba, pues el heredero Auric constantemente lo llamaba para ayudarlo, conociendo de los instintos y la inteligencia de Serge. Pero la cosa era que el joven odiaba a todos, ninguno era merecedor de su atención, mucho menos de su afecto y veía el amor filiar (o el amor de cualquier índole) como un lastre.
—He pensado en todas las consecuencias y le veo más beneficios que pérdidas. Tú y yo pensamos muy diferente, y mientras tú lloras todo lo que dejaste ir, yo deseo eso que tú tienes —culminó con aplomo. Mirando fijamente al otro con tal intensidad que parecía que sus ojos podían calcinar.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Conocer a Serge era una de las cosas más raras que le había pasado en los últimos años. Era la primera vez que daba con un humano tan extraño. Completamente desapegado de sus seres queridos y con un indomable espíritu, así como un ego que podía alcanzar alturas insospechadas. Le escuchó en silencio, porque era cierto que le juzgaba por sus ropajes de niño rico pero no sabía la realidad que se escondía en su familia, sin embargo estaba descubriendo de que no se trataba de un problema grave familiar, más bien era como si la ambición de Serge no tuviera límites conocidos por el ser humano.
-Oh... no, te equivocas en eso, yo no lloro no lamento lo que he perdido – Comentó al escucharle decir eso último – De hecho, cuando estaba vivo, era el segundo hijo del barón Kaarkarogf en Suecia, mi padre era bastante poderoso, pero mi hermano mayor era el primogénito y heredero de la familia, sin embargo, a mi siempre me fue indiferente el dinero o la posición social, me daba igual no heredar nada de aquella riqueza ni ser la cabeza de la familia, mucho menos quería casarme con alguna doncella que mi madre escogiera de otro feudo para así mantener el nombre de la familia – Le explicó ¿Y porqué diablos le contaba todo eso? Quizás era necesario para hacerle entender su punto – No me tomes por un simple sentimental que añora sus años humanos, llevo mucho tiempo siendo inmortal como para lamentar mi vida humana – Meneó la cabeza con una media sonrisa.
-Creo que tu y yo somos parecidos aunque no sea muy evidente – Continuó y se puso de pie caminando hasta la ventana cerrada, a través del vidrio que podía ver que había comenzado a nevar, los copos caían silenciosamente ajenos a lo que se desnvolvía en esa habitación – Cuando el Doctor Aliranta me ofreció el Don... había escapado del castillo, ya había decidido irme y no volver a ver a mi familia, la cual aborrecía – Posó una mano en el vidrio helado – Todos tan ignorantes y tan básicos... siempre preocupados por la apariencia, la clase, la imagen, cuando el mundo real estaba ahí afuera esperando por ser analizado y estudiado... -
Se giró de nuevo y le miró a los ojos, resultaba extraño sentir algo de empatía por un humano que más bien parecía un monstruo.
- Sin embargo tenía que mencionarlo Serge, es bueno pensar en todas las implicaciones antes de tomar una descripción tan importante... aunque claro, primero tendrás que conseguir un vampiro que quiera estar a tu lado por el resto de su eternidad – Comentó alzándose de hombros – No creerás que es así de fácil, una vez recibes el Don, quedas atado a tu mentor lo quieras o no -
-Oh... no, te equivocas en eso, yo no lloro no lamento lo que he perdido – Comentó al escucharle decir eso último – De hecho, cuando estaba vivo, era el segundo hijo del barón Kaarkarogf en Suecia, mi padre era bastante poderoso, pero mi hermano mayor era el primogénito y heredero de la familia, sin embargo, a mi siempre me fue indiferente el dinero o la posición social, me daba igual no heredar nada de aquella riqueza ni ser la cabeza de la familia, mucho menos quería casarme con alguna doncella que mi madre escogiera de otro feudo para así mantener el nombre de la familia – Le explicó ¿Y porqué diablos le contaba todo eso? Quizás era necesario para hacerle entender su punto – No me tomes por un simple sentimental que añora sus años humanos, llevo mucho tiempo siendo inmortal como para lamentar mi vida humana – Meneó la cabeza con una media sonrisa.
-Creo que tu y yo somos parecidos aunque no sea muy evidente – Continuó y se puso de pie caminando hasta la ventana cerrada, a través del vidrio que podía ver que había comenzado a nevar, los copos caían silenciosamente ajenos a lo que se desnvolvía en esa habitación – Cuando el Doctor Aliranta me ofreció el Don... había escapado del castillo, ya había decidido irme y no volver a ver a mi familia, la cual aborrecía – Posó una mano en el vidrio helado – Todos tan ignorantes y tan básicos... siempre preocupados por la apariencia, la clase, la imagen, cuando el mundo real estaba ahí afuera esperando por ser analizado y estudiado... -
Se giró de nuevo y le miró a los ojos, resultaba extraño sentir algo de empatía por un humano que más bien parecía un monstruo.
- Sin embargo tenía que mencionarlo Serge, es bueno pensar en todas las implicaciones antes de tomar una descripción tan importante... aunque claro, primero tendrás que conseguir un vampiro que quiera estar a tu lado por el resto de su eternidad – Comentó alzándose de hombros – No creerás que es así de fácil, una vez recibes el Don, quedas atado a tu mentor lo quieras o no -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“There are no heroes... in life, the monsters win.”
― George R.R. Martin, A Game of Thrones
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A pesar de estar postrado, incapaz de hacer demasiado, la mirada de Serge seguía siendo la misma. Esos ojos que calcinaban, que sabían que aquello que miraran sería suyo. Y alzó el mentón para acentuar la expresión de desdén que el mundo parecía merecerle siempre. Sonrió de lado, sin decir nada, escuchando las palabras del vampiro. Si bien seguía convencido que este era el peor espécimen de su raza, también sabía que resultaba conveniente escuchar a uno tan de cerca. Sin embargo, la mueca cambió conforme siguió hablando y arqueó una ceja. Lo siguió con la mirada hasta la ventana, donde notó la nevada que caía, haciendo más complicada aún su situación, pues eso ya resultaba un obstáculo demasiado difícil de sortear debido a su condición. Porque sí, dentro de Serge aún existía la esperanza de poder largarse. Aunque ésta quedó enterrada bajo la nevada.
—Ya veo —al fin abrió la boca—. Tienes razón. No somos los más unidos a nuestras familias —rio con sorna—, pero donde importa, diferimos bastante, ¿no lo crees? Aunque estoy contigo y no me gusta la banalidad, es ahí donde me he desenvuelto, donde he confeccionado el disfraz perfecto, ¿me entiendes? Mientras tú la rechazaste, yo la uso a mi favor —pero Serge resultaba un ser meramente utilitario, no sólo en ese aspecto. Era capaz de sacarle provecho a cualquier situación, por precaria que fuera. Como esta también, con el vampiro que lo había atacado… pues obtenía información de él; quizá a cuentagotas, pero información al fin.
—Oh, eso lo sé, Soren. No me voy a lanzar a los pies del primer vampiro que vea. Como tú. Oh, no, debo elegir muy bien, debe ser alguien lo suficientemente… —¿qué? ¿Valiente para lidiar con él? ¿Terrible para considerarlo a él como neófito? ¿Lo suficientemente qué…?—. Interesante —terminó la frase con aquel adjetivo, que también calzaba para sus propósitos.
—Como te dije, no eres el primero que conozco, pero aunque busco esto con vehemencia, no le concederé el honor a cualquiera —claro, Serge consideraba que dejarse transformar, como tanto quería, era un honor. Si bien los vampiros antiguos elegían a esos que van a convertir la mayoría de las veces; el joven Auric también estaba en ese proceso.
—Agradezco tus intenciones —lo dijo de tal modo que quedaba claro que no lo hacía—, pero la decisión está tomada, y lo ha estado durante mucho tiempo. Ya esperé lo suficiente… ya sólo me queda aguardar por aquel que sea apto. Aquel que quiera condenar al mundo de manera tal como para hacerme inmortal —incluso él sabía lo que significaba. Lo que su búsqueda inevitablemente traería.
Última edición por Serge Auric el Miér Dic 16, 2015 12:25 am, editado 2 veces
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Le escuchó hablar, el chico estaba más seguro de lo que quería aún cuando implicaba renunciar a tantas cosas de su vida cotidiana, sin mencionar lo más importante (para la gente normal al menos) los seres queridos, Serge parecía no sentir ningún lazo afectuoso con ninguno de ellos, lo cual Soren comprendía pues uno podía llegar a odiar a la familia en ciertas circustancias, pero las fantasías megalomanas de querer gobernar sobre los mortales y demás, hacían a Serge un sujeto bastante peligroso para ser convertido en Vampiro.
-¿Y que pasaría si ese Vampiro o Vampiresa no aparece? - Le preguntó más curiosidad que por cualquier otra cosa, no le molestaba que lo tratara como un vampiro inferior o indigno de su raza, Soren estaba acostumbrado a ser pasado por alto o subestimado por su apariencia y personalidad, que Serge lo hiciera no era nada nuevo – ¿O si envejeces primero? Quiero decir, si eres tan quisquilloso al respecto, deberías tener un plan B de vida mientras esperas a ese Vampiro que buscas, ¿Que harás mientras tanto? -
Aunque por supuesto, Serge era de una familia adinerada, lo que significaba que su padre lo mantendría así no trabajara, seguro que podía darse el lujo que quedarse en el castillo tonteando con su vida mientras esperaba al vampiro perfecto.
El cerrojo de la puerta se corrió y el Doctor Aliranta entró en el consultorio una vez más con varios papeles y archivos agarrados en su mano derecha y una expresión pensativa. Se dirigió a su escritorio y comenzó a organizar los papeles con el ceño fruncido hasta que finalmente levantó el rostro para observar a Serge, como si de repente hubiera recordado su existencia.
- Ah cierto – Comentó y se acercó al humano para revisar su pulso y su frente – Te ha subido un poco de fiebre – Le informó, luego revisó la herida en el cuello para ver que no estuviera infectada. Se giró y comenzó a buscar en unos cajones que tenía en un gran armario de madera, habían cientos de hierbas y plantas distintas en pequeños compartimientos, escogió varias de ellas y las fue echando en un cuenco para luego machacarlas con un palo de madera.
-¿Y que pasaría si ese Vampiro o Vampiresa no aparece? - Le preguntó más curiosidad que por cualquier otra cosa, no le molestaba que lo tratara como un vampiro inferior o indigno de su raza, Soren estaba acostumbrado a ser pasado por alto o subestimado por su apariencia y personalidad, que Serge lo hiciera no era nada nuevo – ¿O si envejeces primero? Quiero decir, si eres tan quisquilloso al respecto, deberías tener un plan B de vida mientras esperas a ese Vampiro que buscas, ¿Que harás mientras tanto? -
Aunque por supuesto, Serge era de una familia adinerada, lo que significaba que su padre lo mantendría así no trabajara, seguro que podía darse el lujo que quedarse en el castillo tonteando con su vida mientras esperaba al vampiro perfecto.
El cerrojo de la puerta se corrió y el Doctor Aliranta entró en el consultorio una vez más con varios papeles y archivos agarrados en su mano derecha y una expresión pensativa. Se dirigió a su escritorio y comenzó a organizar los papeles con el ceño fruncido hasta que finalmente levantó el rostro para observar a Serge, como si de repente hubiera recordado su existencia.
- Ah cierto – Comentó y se acercó al humano para revisar su pulso y su frente – Te ha subido un poco de fiebre – Le informó, luego revisó la herida en el cuello para ver que no estuviera infectada. Se giró y comenzó a buscar en unos cajones que tenía en un gran armario de madera, habían cientos de hierbas y plantas distintas en pequeños compartimientos, escogió varias de ellas y las fue echando en un cuenco para luego machacarlas con un palo de madera.
Última edición por Soren Kaarkarogf el Miér Dic 16, 2015 7:39 pm, editado 1 vez
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“[Man] literally drives himself into a blind obliviousness with social games, psychological tricks, personal preoccupations so far removed from the reality of his situation that they are forms of madness, but madness all the same.”
― Ernest Becker, The Denial of Death
― Ernest Becker, The Denial of Death
Echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Descansó las manos en su regazo y de ese modo, parecía tranquilo, incluso inofensivo, con esas facciones delicadas y aniñadas que tenía. Un príncipe dormido, a pesar de que debajo de sus ojos yacían dos círculos negros, el rostro se le notaba consumido y el cuello lo tenía magullado y herido, incluso así, mantenía esa elegancia digna de los Auric. Sonrió entonces.
—Llegará —aseguró sin moverse, sin abrir los ojos, completamente relajado. Lo dijo como si hubiera visitado el futuro ya y lo hubiera visto, pero en realidad, como muchas otras cosas que había pronunciado esa noche, y su vida entera, carecía de bases. Era así, porque así lo deseaba, no porque se tratara de una certeza—. Aún soy joven, y hay más de ustedes de lo que creía. Llegará —repitió sin darle mayor importancia.
Sin ver que Soren parecía más preocupado por los cabos sueltos de su plan que él mismo. Para Serge no existía la derrota, mucho menos en un juego que estaba jugando solo. La única posibilidad era coronarse con la victoria, ataviarse con el sayo color borgoña que tanto deseaba.
Tuvo que abrir los ojos cuando la puerta se abrió de nuevo. Vio ingresar al médico y se acomodó para que lo revisara. El aroma de la mezcla de hierbas resultaba fuerte y embriagador. Le ayudó a destapar las vías respiratorias y pronto los ojos comenzaron a llorarle también. Se preguntó qué efecto tenía aquello en los dos vampiros. Primero observó al doctor Aliranta y luego clavo los ojos en Soren con una expresión digna de un chiquillo que se ha salido con la suya, que le ha robado la atención de su padre a otro niño de su edad.
—¿Crees acaso que soy el más desquiciado en este mundo? Te equivocas, hay miles peores… no digo que mi meta no sea superarlos, pero ser el asesino más sádico no es mi objetivo. Los que son como tú, suelen ser así, tú eres una anomalía, pero el resto buscan arrasar con todo como yo, ¿no crees acaso que uno de ellos sirva? —Habló mientras el doctor seguía curándolo, pero sin despegar la mirada del inmortal con gafas. Le sonrió maquiavélico. Y por supuesto, habló así… «¿no crees acaso que uno de ellos sirva?», porque incluso el vampiro hipotético que fuera a transformarlo no era más que una herramienta para él.
—Fiebre —gruñó y se dirigió al doctor—. Eso quiere decir que no saldré de aquí hoy —se lamentó.
Última edición por Serge Auric el Mar Dic 22, 2015 10:59 pm, editado 1 vez
Serge Auric- Humano Clase Alta
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Re: Regrets (Serge)
Mientras escuchaba a Serge hablar, varias ideas empezaron a formarse en la cabeza del vampiro más jóven. Conocía poco de ese joven y aún así sentía que esa poca información era suficiente para descubrir que era todo un peligro para la sociedad. Soren no conocía muchos vampiros, ni podía llamarlos amigos, pero sabía que muchos de ellos habían tenido vidas mortales comunes y que la transformación les cambió para convertirles en seres sádicos y deseosos de poder.
¿Qué pasaría entonces con Serge quien ya tenía una personalidad arrogante? ¿Que pasaría al convertir alguien quien como humano ya había perdido la compasión y el respeto a la vida?
Serge ya era un monstruo, no necesitaba sangre vampírica para convertirse en uno, reflexionaba mientras veía como Erkki le atendía y ofrecía brebajes, las palabras de Serge eran sin duda intimidantes, hablaba de otros vampiros como si fueran simples instrumentos para alcanzar la inmortalidad que él tanto deseaba.
¿Y si lo matas?
Una voz en su cabeza le interrumpió el hilo de pensamientos. ¿Y si lo mato?, se preguntó así mismo sin dejar de mirarlo, ¿Y si termino con él con un simple mordisco y le dejo desangrar hasta que la vida se extinga de sus ojos?
¿Y si le dejo morir lentamente mientras veo como el desespero por no haber conseguido su tan aclamada inmortalidad y el miedo al abrazo de la muerte, lo envuelve en aterradores minutos, mientras la sangre fluye y la vida se escape de él?
Soren sonrió y sus colmillos fueron completamente evidentes, una sonrisa un tanto extraña, macabra quizás, demasiado para su rostro inocente.
-Deja de sonreír como idiota y trae coloca más leña al fuego – La voz de Erkki lo sacó de su ensoñación y Soren se giró rápidamente hacía la chimenea colocando un par de maderos que habían a un lado junto al fuego que estaba cada vez más débil.
- Eso quiere decir... qué estás en lo cierto – Comentó Erkki con voz tranquila – El amanecer se aproxima, así que te recomiendo intentar dormir un par de horas, eso te ayudará a que tu cuerpo se recupere – Le explicó, Soren había terminado la tarea y se había acercado a la cama – El doctor del turno diurno vendrá en un par de horas, el sabrá si puedes irte o si debes quedarte un rato más – Le indicó tomando el cuenco vacío donde previamente había estado la medicina que Serge había tomado.
Rondaban ya las 5 de la madrugada, Soren había perdido noción del tiempo con todo lo sucedido, Erkki se despidió con un movimiento de su mano y salió del consultorio, muy pronto Soren tendría que hacer lo mismo.
- ¿Sabes? Podría acabar con tu vida ahora mismo y ahorrarle al mundo un vampiro más – Comentó encogiéndose de hombros, seguía sonriendo – Pero... debe existir caos, para que haya orden, debe existir maldad para que haya bondad y sinceramente tengo más curiosidad por saber que tipo de vampiro serás que ganas de acabar con tu vida -
¿Qué pasaría entonces con Serge quien ya tenía una personalidad arrogante? ¿Que pasaría al convertir alguien quien como humano ya había perdido la compasión y el respeto a la vida?
Serge ya era un monstruo, no necesitaba sangre vampírica para convertirse en uno, reflexionaba mientras veía como Erkki le atendía y ofrecía brebajes, las palabras de Serge eran sin duda intimidantes, hablaba de otros vampiros como si fueran simples instrumentos para alcanzar la inmortalidad que él tanto deseaba.
¿Y si lo matas?
Una voz en su cabeza le interrumpió el hilo de pensamientos. ¿Y si lo mato?, se preguntó así mismo sin dejar de mirarlo, ¿Y si termino con él con un simple mordisco y le dejo desangrar hasta que la vida se extinga de sus ojos?
¿Y si le dejo morir lentamente mientras veo como el desespero por no haber conseguido su tan aclamada inmortalidad y el miedo al abrazo de la muerte, lo envuelve en aterradores minutos, mientras la sangre fluye y la vida se escape de él?
Soren sonrió y sus colmillos fueron completamente evidentes, una sonrisa un tanto extraña, macabra quizás, demasiado para su rostro inocente.
-Deja de sonreír como idiota y trae coloca más leña al fuego – La voz de Erkki lo sacó de su ensoñación y Soren se giró rápidamente hacía la chimenea colocando un par de maderos que habían a un lado junto al fuego que estaba cada vez más débil.
- Eso quiere decir... qué estás en lo cierto – Comentó Erkki con voz tranquila – El amanecer se aproxima, así que te recomiendo intentar dormir un par de horas, eso te ayudará a que tu cuerpo se recupere – Le explicó, Soren había terminado la tarea y se había acercado a la cama – El doctor del turno diurno vendrá en un par de horas, el sabrá si puedes irte o si debes quedarte un rato más – Le indicó tomando el cuenco vacío donde previamente había estado la medicina que Serge había tomado.
Rondaban ya las 5 de la madrugada, Soren había perdido noción del tiempo con todo lo sucedido, Erkki se despidió con un movimiento de su mano y salió del consultorio, muy pronto Soren tendría que hacer lo mismo.
- ¿Sabes? Podría acabar con tu vida ahora mismo y ahorrarle al mundo un vampiro más – Comentó encogiéndose de hombros, seguía sonriendo – Pero... debe existir caos, para que haya orden, debe existir maldad para que haya bondad y sinceramente tengo más curiosidad por saber que tipo de vampiro serás que ganas de acabar con tu vida -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Regrets (Serge)
“Man is the cruelest animal.”
― Friedrich Nietzsche
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Por un Segundo la expresión de Serge cambió a una de duda al observar a Soren. Arqueó una ceja, ¿qué pretendía? ¿Qué cruzaba por la cabeza de aquel extraño vampiro? Pero no fue hasta ese momento que logró verlo como lo que realmente era, así, cuando le mostró sus colmillos de aquel modo pudo, al fin, notar que Soren era un vampiro, como si hasta entonces no se hubiera hecho a la idea aún. Intrigado y fascinado, mas no asustado.
Antes de poder hacerlo notar, el médico volvió a hablar y de haber tenido más fuerza, el humano se hubiera reído de la distracción de su atacante. Luego observó al doctor Aliranta y bufó por toda respuesta, ya sin luchan ni discutir. Lo mejor era tratar de dormir. En peores lugares había dormido, se consoló. No dijo nada, ni siquiera «gracias» porque por supuesto en nunca las daba, aunque ese hombre le hubiera salvado la vida.
Rio por lo bajo cuando escuchó a Soren, una vez que ambos estuvieron solos. Y le sonrió. Tal vez no era tan tonto como aparentaba. Una vez más, en lugar de sentirse amenazado por la amenaza de muerte, se sintió satisfecho de la impresión que había dejado en el vampiro.
Se acomodó y cerró los ojos. No podía moverse mucho, porque el cuerpo le dolía, así que se quedó boca arriba, puso las manos a la altura del estómago y de ese modo sólo le faltaba una espada para parecer un monarca en su tumba.
—Entonces te visitaré cuando lo consiga —dijo, sin abrir los ojos, aún en aquella posición rígida—. No olvidaré hacerlo —una sonrisa rompió su expresión más bien solemne—, ahora, largo, que necesito descansar, ya escuchaste. No olvides cerrar la puerta cuando te vayas —y con ello dio por terminada la conversación, ni siquiera se cercioró si Soren salía o no.
La verdad, estaba demasiado agotado como para preocuparse. Pronto Morfeo lo asió con manos cálidas. Durmió sin soñar, absolutamente agotado.
TEMA FINALIZADO.
Serge Auric- Humano Clase Alta
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