AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Corre, corre... --Privado
2 participantes
Página 1 de 1.
Corre, corre... --Privado
-Éstas especies son muy finas. ¡No las vayas a perder o te daré una buena tunda! -enfatizó- Se las llevas a Rose, ya sabes donde vive Marcelino. Y sé donde vives, así que no te pases de listo. Anda corre que se hace tarde.
La clienta era una de las muchas personas que compraban en la tienda de "especias" y utilizaban al chaval para fungir como recadero. Como sabía moverse perfectamente por cualquier cuadro de la ciudad, y conocía muchos atajos por los cuáles se colaba, llegando más rápido.
-No se preocupe, yo llegaré muy muy rápido, no le voy a fallar.
Echó a correr como alma que llevaba el diablo. Sin embargo no iba solo, ya un par de sujetos maliciosos, se echzban miradas uno a otro. Una clase de código sin hablar. Eran ladrones de pocamonta que tenían asoleados a los lugareños sin que la policía les hubiera echado el guante hasta el momento. Uno de ellos tomó por la izquierda y otro por la derecha, cortándole el paso.
-Muy bien chico, será mejor que nos des lo que llevas, si no quieres que te entierre el fierro y te saque las tripas.
Marcelino se puso pálido, pero no se inmutó. Tomó carrera hacia otra parte para tratar de evadirlos. Nada ni nadie iba a impedirle entregarlo, pues una muy buena propina le esperaba. Necesitaba dinero.
-¡NO VAS A LLEGAR MUY LEJOS! -comenzaron a perseguirle enfurecidos.
La clienta era una de las muchas personas que compraban en la tienda de "especias" y utilizaban al chaval para fungir como recadero. Como sabía moverse perfectamente por cualquier cuadro de la ciudad, y conocía muchos atajos por los cuáles se colaba, llegando más rápido.
-No se preocupe, yo llegaré muy muy rápido, no le voy a fallar.
Echó a correr como alma que llevaba el diablo. Sin embargo no iba solo, ya un par de sujetos maliciosos, se echzban miradas uno a otro. Una clase de código sin hablar. Eran ladrones de pocamonta que tenían asoleados a los lugareños sin que la policía les hubiera echado el guante hasta el momento. Uno de ellos tomó por la izquierda y otro por la derecha, cortándole el paso.
-Muy bien chico, será mejor que nos des lo que llevas, si no quieres que te entierre el fierro y te saque las tripas.
Marcelino se puso pálido, pero no se inmutó. Tomó carrera hacia otra parte para tratar de evadirlos. Nada ni nadie iba a impedirle entregarlo, pues una muy buena propina le esperaba. Necesitaba dinero.
-¡NO VAS A LLEGAR MUY LEJOS! -comenzaron a perseguirle enfurecidos.
Marcelino De Amicis- Humano Clase Baja
- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Re: Corre, corre... --Privado
El día había sido tranquilo y las limosnas bastante generosas, me había alcanzado para saciar completamente mi necesidad de comer, en ese entonces me preparaba para dormir eso era lo que yo llamaba "un buen día". Estaba a punto de caer en el sueño profundo cuando un potente grito resonó, interrumpiendo el silencio de la noche el cual hizo sobresaltarme. Giré la cabeza hacia todas partes, tratando de encontrar el origen de aquel sonido.
Al mirar hacia la calle no podía dar crédito a la escena que tomaba lugar. Vi a un niño corriendo desesperado mientras dos sujetos iban tras él. Me quedé atónito, conocía a esos dos sujetos y sabía perfectamente que no dudarían en hacerle daño al chico, todo con tal de obtener lo que sea que él cargaba entre sus manos. Antes de darme cuenta de lo que hacía, tomé el primer objeto que tenía a la mano, que resultó ser un trozo de madera que seguramente antes había formado parte de una silla.
Corrí hacia donde estaban los tres y antes de pensar lo que estaba por hacer, le encesté un golpe en la cabeza a uno de ellos, derribándolo. Volteé a ver al pequeño. -¡Corre! -Grité con fuerza mientras sentía unas manos sujetándome del cuello que comenzaban a presionar con fuerza. Tomé mi arma y comencé a darle golpes en el rostro, uno tras otro hasta que por fin me soltó. Aproveché el que por fin estaba libre de su agarre para tomar al niño de la mano y salir corriendo con él hasta un callejón.
Llegando ahí, lo escondí tras un montón de cajas de madera para ponerlo a salvo, adopté una posición de defensa por si regresaban pero por suerte no fue de esa forma. Estando ya a salvo no pude evitar soltar mi arma improvisada y comenzar a toser debido al ataque de aquél hombre. Me agaché entonces hacia donde estaba el pequeño. -¿Es... estás bien? -Pregunté mientras trataba de contener la tos
Al mirar hacia la calle no podía dar crédito a la escena que tomaba lugar. Vi a un niño corriendo desesperado mientras dos sujetos iban tras él. Me quedé atónito, conocía a esos dos sujetos y sabía perfectamente que no dudarían en hacerle daño al chico, todo con tal de obtener lo que sea que él cargaba entre sus manos. Antes de darme cuenta de lo que hacía, tomé el primer objeto que tenía a la mano, que resultó ser un trozo de madera que seguramente antes había formado parte de una silla.
Corrí hacia donde estaban los tres y antes de pensar lo que estaba por hacer, le encesté un golpe en la cabeza a uno de ellos, derribándolo. Volteé a ver al pequeño. -¡Corre! -Grité con fuerza mientras sentía unas manos sujetándome del cuello que comenzaban a presionar con fuerza. Tomé mi arma y comencé a darle golpes en el rostro, uno tras otro hasta que por fin me soltó. Aproveché el que por fin estaba libre de su agarre para tomar al niño de la mano y salir corriendo con él hasta un callejón.
Llegando ahí, lo escondí tras un montón de cajas de madera para ponerlo a salvo, adopté una posición de defensa por si regresaban pero por suerte no fue de esa forma. Estando ya a salvo no pude evitar soltar mi arma improvisada y comenzar a toser debido al ataque de aquél hombre. Me agaché entonces hacia donde estaba el pequeño. -¿Es... estás bien? -Pregunté mientras trataba de contener la tos
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/09/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Corre, corre... --Privado
De la nada salió un muchacho que me dijo que corriera. Por un instante dudé en hacer lo que me pedía porque yo no lo conocía y tenía mucho miedo de que me hiciera daño. Pero los otros hombres tenían la cara muy fea y con ganas de de atraparme. Hice caso a su consejo y corrí desesperadamente hacia alguna parte, mientras yo me ubicaba. El me llevaba de la mano. Recuerdo haberla apretado con mucha fuerza. No quería ser un estorbo para él. No podía perder ése paquete que con tanta importancia me habían encargado, porque de lo contrario estaría en graves, muy graves problemas. Nos escondimos detrás de unas cajas de madera, ahi me agaché apretando el paquete contra mi pecho, respirando acaloradamente:
-Muchas... Gracias por ayudarme. Esos hombres iban a robarme y no es mío. ¡Debo entregarlo hoy mismo... ¡O de lo contrario me van a dar una buena tunda!
Cerré los ojos para tratar de tranquilizarme. Yo me consideraba un niño valiente, pero enfrentarme a varios hombres que me doblaban en tamaño y edad, nunca había ocurrido.
-Espero que se vayan muy lejos... Tenían cara de enojados. -tosí un poco. -
-Muchas... Gracias por ayudarme. Esos hombres iban a robarme y no es mío. ¡Debo entregarlo hoy mismo... ¡O de lo contrario me van a dar una buena tunda!
Cerré los ojos para tratar de tranquilizarme. Yo me consideraba un niño valiente, pero enfrentarme a varios hombres que me doblaban en tamaño y edad, nunca había ocurrido.
-Espero que se vayan muy lejos... Tenían cara de enojados. -tosí un poco. -
Marcelino De Amicis- Humano Clase Baja
- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Re: Corre, corre... --Privado
-Niño, ¿acaso estás loco? -Cuestioné cuando mi respiración se normalizó. -Esta zona es peligrosa, y además estás muy chico, encima vas solo... -Sabía que no era cuestión mía el decir esas cosas pues no le conocía pero no podía evitarlo, me había asustado mucho por él y por lo que le pudo haber pasado, cuando yo llegué a París existía una especie de código moral entre ladrones, aunque sonara paradójico. En ese entonces aprendí que algunos tenían decencia y, hasta cierto punto, uno era justo.
Pero últimamente las cosas se venían desmoronando, cambiaban de bando, se cometían traiciones entre grupos rivales, competían violentamente por el dominio de ciertas zonas y uno ya no tenía escapatoria, antes uno estaba a salvo si estaba dentro de cierto grupo y si alguien andaba por su cuenta no tardarían en percatarse y ofrecer algo de "protección" pero eso ya se había acabado. Las reglas se habían roto y esa noche fue un ejemplo, dos hombres corpulentos contra solo un niño...
Mis facciones cambiaron por completo al escucharlo. Yo era un tanto sensible a ese tema de las golpizas, aunque alguien lo dijera como exageración siempre me daba escalofríos pues tenía muy malos recuerdos de eso. Dejé escapar un suspiro, no podía dejar que el niño siguiera solo, alguien podría estar acechando en la siguiente esquina, o tal vez en la otra calle. Uno ya no sabía.
-¿A dónde tienes que ir? -Pregunté mirándolo a los ojos. -Escucha, las calles ya no son seguras, si algo te pasa no me lo voy a perdonar nunca ¿entiendes niño? -Pasé una mano por mi pelo. -Voy a acompañarte a tu mandado. -Declaré, sin dar lugar a una objeción.
Pero últimamente las cosas se venían desmoronando, cambiaban de bando, se cometían traiciones entre grupos rivales, competían violentamente por el dominio de ciertas zonas y uno ya no tenía escapatoria, antes uno estaba a salvo si estaba dentro de cierto grupo y si alguien andaba por su cuenta no tardarían en percatarse y ofrecer algo de "protección" pero eso ya se había acabado. Las reglas se habían roto y esa noche fue un ejemplo, dos hombres corpulentos contra solo un niño...
Mis facciones cambiaron por completo al escucharlo. Yo era un tanto sensible a ese tema de las golpizas, aunque alguien lo dijera como exageración siempre me daba escalofríos pues tenía muy malos recuerdos de eso. Dejé escapar un suspiro, no podía dejar que el niño siguiera solo, alguien podría estar acechando en la siguiente esquina, o tal vez en la otra calle. Uno ya no sabía.
-¿A dónde tienes que ir? -Pregunté mirándolo a los ojos. -Escucha, las calles ya no son seguras, si algo te pasa no me lo voy a perdonar nunca ¿entiendes niño? -Pasé una mano por mi pelo. -Voy a acompañarte a tu mandado. -Declaré, sin dar lugar a una objeción.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/09/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Corre, corre... --Privado
-Tu, ¿quieres acompañarme? -acostumbrado estaba a solventar sus propios problemas y siempre saliendo avante de cada uno de ellos-. Pero...bueno, si, estaría bien un poco de ayuda. - se ajustó la chaquetilla -. Me llamo Marcelino, mucho gusto.- Estiró su mano-. Suelo hacer mandados a gente importante. Conozco toda la ciudad. No hay lugar al cuál no sepa llegar.- hablaba con orgullo de sí mismo.- ah, y yo tengo que llevar éste paquete a una de esas mansiones a fuera de la ciudad. ¡Esas que son bien enormes! ¿Las conoces? Debo entregarlo en menos de tres horas o no me pagarán y necesito el dinero para llevar a casa. -se acercó a su salvador y le picó el brazo -. Eres fuerte. Si los maleantes regresan les podrás dar una buena zurra. Pero ya voy tarde, bien tarde. ¡Vámonos ya!
Casi lo arrastró a la salida del callejón. Asomó la cabeza por ambos flancos antes de salir. Debían tomar todas las precauciones.
-Parece que los hemos perdido. ¡Menos mal! Ya estaba preocupado. De todos modos tendremos que tomar una ruta alternativa. Pero no te preocupes, la mayorìa son mis amigos y no nos harán nada. Es por aquí...
Fueron caminando pir nuevos y oscuros callejones donde habían habitantes y comerciantes de todo tipo. Dinero iba y venía, pero parecían no reparar en ellos.
Casi lo arrastró a la salida del callejón. Asomó la cabeza por ambos flancos antes de salir. Debían tomar todas las precauciones.
-Parece que los hemos perdido. ¡Menos mal! Ya estaba preocupado. De todos modos tendremos que tomar una ruta alternativa. Pero no te preocupes, la mayorìa son mis amigos y no nos harán nada. Es por aquí...
Fueron caminando pir nuevos y oscuros callejones donde habían habitantes y comerciantes de todo tipo. Dinero iba y venía, pero parecían no reparar en ellos.
Marcelino De Amicis- Humano Clase Baja
- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Re: Corre, corre... --Privado
-Puedes llamarme Cailen. -Respondí ya más calmado. El pequeño extendió su mano en señal de saludo, claro como debía de ser, pero por mi parte tenía dudas, no estaba acostumbrado a tanta cercanía viniendo de quien fuera, era como un desafío para mí, aun así devolví el gesto, tratando de que hubiese el menor contacto posible por esa misma razón y también porque mis manos estaban cubiertas por una capa de suciedad.
Alcé la ceja divertido ante la actitud del chiquillo, tan típico de los niños. -No lo cuestiono. -Respondí con una sonrisa, si bien su actitud me contentaba de cierta manera, también me traía algo de preocupación, estaba bien que el niño tuviera confianza de sí mismo porque en medio de la oscuridad de la noche, sabía de muchas fuentes, incluida la experiencia, que los bandoleros se iban encima de aquellos que caminaban con trémula, pero también contra los que aparentaban confianza excesiva. -Sí, he visto esas mansiones, claro aunque nunca he estado cerca de una.
Lo miré extrañado por un momento ¿fuerte? ¿yo? Tal vez para la percepción de un chiquillo podía serlo pero la realidad era completamente distinta, era un flacucho, las pocas veces que había tenido un combate cuerpo a cuerpo había perdido, esa vez… no tenía explicación lógica para lo que había pasado. Ni siquiera me lo podía creer. -Seguro que sí, pero lo mejor será evitar a cualquier persona que nos encontremos.
Fue así como volvimos a las calles, caminando entre la poca gente que transitaba, la mayoría comerciantes tratando de regatear lo poco de mercancía que les quedaba. De reojo notaba sombras que se movían, seguramente más ladrones aguardando víctimas, con algunos crucé miradas y pude reconocer sus rostros, al verme se dieron la vuelta y tomaron otro camino, ellos me recordaban, tal vez como antigua amistad o aliado. Los pocos que aún tenían algo de decencia.
Exceptuando aquello, el viaje fue de lo más tranquilo. Después de una conversación con el muchachito y un par de giros, por fin llegamos a la zona rica de la ciudad. -Bien, ahora guíame, ¿hacia dónde es?
Alcé la ceja divertido ante la actitud del chiquillo, tan típico de los niños. -No lo cuestiono. -Respondí con una sonrisa, si bien su actitud me contentaba de cierta manera, también me traía algo de preocupación, estaba bien que el niño tuviera confianza de sí mismo porque en medio de la oscuridad de la noche, sabía de muchas fuentes, incluida la experiencia, que los bandoleros se iban encima de aquellos que caminaban con trémula, pero también contra los que aparentaban confianza excesiva. -Sí, he visto esas mansiones, claro aunque nunca he estado cerca de una.
Lo miré extrañado por un momento ¿fuerte? ¿yo? Tal vez para la percepción de un chiquillo podía serlo pero la realidad era completamente distinta, era un flacucho, las pocas veces que había tenido un combate cuerpo a cuerpo había perdido, esa vez… no tenía explicación lógica para lo que había pasado. Ni siquiera me lo podía creer. -Seguro que sí, pero lo mejor será evitar a cualquier persona que nos encontremos.
Fue así como volvimos a las calles, caminando entre la poca gente que transitaba, la mayoría comerciantes tratando de regatear lo poco de mercancía que les quedaba. De reojo notaba sombras que se movían, seguramente más ladrones aguardando víctimas, con algunos crucé miradas y pude reconocer sus rostros, al verme se dieron la vuelta y tomaron otro camino, ellos me recordaban, tal vez como antigua amistad o aliado. Los pocos que aún tenían algo de decencia.
Exceptuando aquello, el viaje fue de lo más tranquilo. Después de una conversación con el muchachito y un par de giros, por fin llegamos a la zona rica de la ciudad. -Bien, ahora guíame, ¿hacia dónde es?
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/09/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Corre, corre... --Privado
-Déjame ver cuál de todas será. Ah. ¡Debe ser la última! Ven corre, corre.
Corrímos hacia la parte última de la calle, para llegar hacia un inmrnso pirtón negro que se levantaba muy muy alto. Estaba abierto, por lo que fue sencillo traspasar sus puertas. Más adelante estaba la residencia, circundada por bellos jardines de flores multicolores que hacían todo a la vista muy hermoso y mágico. A Marcelino le gustaba mucho visitar esos lugares porque pensaba que algún día tendría una como esa o más grande y sus abuelitos estarían muy felices y bien atendidos.
- Es la segunda vez que vengo - susurró a Cailen - A veces me dan dulces o una propina, pero no es todas las veces. Sólo espero que lo que esté aquí dentro no se haya echado a perder o me darán una buena tunda. - encogió los hombros.
Tuvo que tocar el eslabón tres veces más, hasta que un hombre trajeado, mal encarado y ojeroso, les abrió. Marcelino iba a explicar las cosas, pero el pariente de la momia, se apresuró a tomar el paquete entre sus manos. Los barrió con la mirada e inmediatamente estampó la puerta en sus narices.
- Eh ¿gracias? - estuvo atentado a tocar nuevamente pero iba a ser completamente inútil. Había esperado una buena recompensa pero no hubo nada de nada. Se sintió muy triste pirque tenía planes con la supuesta recompensa.
- Lo siento. Iba a repartir los dulces contigo, pero ya no puede ser... Recórcholis. -hizo algunas rabietas con los pies. Te hice venir en vano. - sus ojos se tornaron de un azul oscuro. Se puso triste.
Corrímos hacia la parte última de la calle, para llegar hacia un inmrnso pirtón negro que se levantaba muy muy alto. Estaba abierto, por lo que fue sencillo traspasar sus puertas. Más adelante estaba la residencia, circundada por bellos jardines de flores multicolores que hacían todo a la vista muy hermoso y mágico. A Marcelino le gustaba mucho visitar esos lugares porque pensaba que algún día tendría una como esa o más grande y sus abuelitos estarían muy felices y bien atendidos.
- Es la segunda vez que vengo - susurró a Cailen - A veces me dan dulces o una propina, pero no es todas las veces. Sólo espero que lo que esté aquí dentro no se haya echado a perder o me darán una buena tunda. - encogió los hombros.
Tuvo que tocar el eslabón tres veces más, hasta que un hombre trajeado, mal encarado y ojeroso, les abrió. Marcelino iba a explicar las cosas, pero el pariente de la momia, se apresuró a tomar el paquete entre sus manos. Los barrió con la mirada e inmediatamente estampó la puerta en sus narices.
- Eh ¿gracias? - estuvo atentado a tocar nuevamente pero iba a ser completamente inútil. Había esperado una buena recompensa pero no hubo nada de nada. Se sintió muy triste pirque tenía planes con la supuesta recompensa.
- Lo siento. Iba a repartir los dulces contigo, pero ya no puede ser... Recórcholis. -hizo algunas rabietas con los pies. Te hice venir en vano. - sus ojos se tornaron de un azul oscuro. Se puso triste.
Marcelino De Amicis- Humano Clase Baja
- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Re: Corre, corre... --Privado
-¿Qué? ¿Solo eso? -Comenté molesto ante lo que acababa de acontecer. -Vaya gente ingrata, solo porque tienen dinero no significa que tengan derecho a ser tan maleducados. -La actitud del sujeto sí que me había puesto de malas, era común para mí encontrarme gente así de grosera, era un vagabundo a fin de cuentas pero ¿tratar así a un niño? ¿solo porque pueden y ya?
Sentía mi sangre que comenzaba a hervir, de ninguna manera las cosas se iban a quedar así. -Marcelino, perdóname por esto. -Comenté, antes de que pudiese responder de alguna forma comencé a despeinarlo un poco más, desjafé su pequeña camisa y también doblé una de las piernas de su pantalón, a simple vista parecería que era uno de segunda mano mal hecho y por eso la tela era más corta de un lado. Me alejé por un momento y lo contemplé. -Falta algo… espera ya sé. -Y tomé algo del polvo que estaba en el barandal de la escalera, luego sostuve su rostro entre mis manos tratando de no apretarlo demasiado para no asustarle. Froté el polvillo en algunas partes de sus mejillas y frente. -Nunca te rindas sin dar pelea. -Le dije mirando sus orbes que me miraban algo confundidos, le dediqué una sonrisa antes de darme la vuelta y tocar nuevamente.
-Buenas noches monsieur. -Respondí en un tono sombrío y tímido en cuanto abrió la puerta, de repente parecía tener dotes de actor, de alguna manera había que ingeniárselas en las calles. -Lamento molestarle nuevamente, solo espero que pueda escucharme un momento… mi hermano y yo hemos venido hasta acá a hacerle entrega de ese paquete, que tal vez no sea mucho, pero créame que es el mundo para nosotros dos. Nuestra madre ha caído gravemente enferma, y la única forma de poder pagar sus medicinas es que tanto mi pequeño hermano y yo trabajemos del amanecer al anochecer. Si no juntamos el dinero no logrará recuperarse… -Para ese punto de la conversación el hombre parecía mirarme con ojos desconsolados, había concentrado mi mente en recuerdos deprimentes con el objetivo de crear lágrimas -Marcelino ven acá… -Le indiqué al niño para que saliera de la oscuridad, si mi discurso no lo convencía, seguramente sus grandes ojos y apariencia deplorable lo harían.
Sentía mi sangre que comenzaba a hervir, de ninguna manera las cosas se iban a quedar así. -Marcelino, perdóname por esto. -Comenté, antes de que pudiese responder de alguna forma comencé a despeinarlo un poco más, desjafé su pequeña camisa y también doblé una de las piernas de su pantalón, a simple vista parecería que era uno de segunda mano mal hecho y por eso la tela era más corta de un lado. Me alejé por un momento y lo contemplé. -Falta algo… espera ya sé. -Y tomé algo del polvo que estaba en el barandal de la escalera, luego sostuve su rostro entre mis manos tratando de no apretarlo demasiado para no asustarle. Froté el polvillo en algunas partes de sus mejillas y frente. -Nunca te rindas sin dar pelea. -Le dije mirando sus orbes que me miraban algo confundidos, le dediqué una sonrisa antes de darme la vuelta y tocar nuevamente.
-Buenas noches monsieur. -Respondí en un tono sombrío y tímido en cuanto abrió la puerta, de repente parecía tener dotes de actor, de alguna manera había que ingeniárselas en las calles. -Lamento molestarle nuevamente, solo espero que pueda escucharme un momento… mi hermano y yo hemos venido hasta acá a hacerle entrega de ese paquete, que tal vez no sea mucho, pero créame que es el mundo para nosotros dos. Nuestra madre ha caído gravemente enferma, y la única forma de poder pagar sus medicinas es que tanto mi pequeño hermano y yo trabajemos del amanecer al anochecer. Si no juntamos el dinero no logrará recuperarse… -Para ese punto de la conversación el hombre parecía mirarme con ojos desconsolados, había concentrado mi mente en recuerdos deprimentes con el objetivo de crear lágrimas -Marcelino ven acá… -Le indiqué al niño para que saliera de la oscuridad, si mi discurso no lo convencía, seguramente sus grandes ojos y apariencia deplorable lo harían.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/09/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Corre, pequeña criatura, corre tan rápido como puedas. { A r l e t t e. }
» Corre...corre que te alcanzo... (Lenneth P. Stratowski)
» Corre corre que muerdo. (XD)
» La suerte corre por su cuenta (Privado)
» ¡Corre! Pero no grites... /Privado
» Corre...corre que te alcanzo... (Lenneth P. Stratowski)
» Corre corre que muerdo. (XD)
» La suerte corre por su cuenta (Privado)
» ¡Corre! Pero no grites... /Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour