Regina Colville ID

por **Regina M. Colville** Dom Dic 20, 2015 5:37 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Regina Margaret Colville.

▲EDAD▲

47 aparentes, 177 reales

▲ESPECIE▲

Vampiresa

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Londres, Inglaterra

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Confusión: El vampiro puede hacer que su víctima se sienta completamente desorientada sin más que mirarle a los ojos y hablar con él. La víctima sólo será consciente de fragmentaos sueltos de sus propios recuerdos. Se sentirá confuso constantemente y vagará de un lado a otro, aturdido y sin saber que hacer exactamente. La confusión es temporal.

→ Telepatía: Habilidad para sondear los pensamientos superficiales de cualquier sujeto cercano y escucharlos como escucharía hablar a esa persona. Con el tiempo suficiente, puede enterarse casi de cualquier cosa sobre el sujeto.

→ Visión compartida y visión remota: Habilidad de poder ver a través de los ojos de los demás o en otros casos, hacer que los demás puedan ver lo que estamos viendo en ese momento. Esta habilidad funciona únicamente cuando se toca a la persona.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Regina era una dulce niña de mirada clara y cabellos rubios que encandilaba a todo el mundo que la rodeaba. Inteligente como pocas y muy despierta, pronto se dio cuenta de que podía conseguir todo lo que deseara casi sin esfuerzo ya que sus padres la adoraban y le concedían todo los caprichos. Eso, al principio, fue divertido, pero cada vez se fue convirtiendo en algo tedioso puesto que se aburría con demasiada facilidad. Su vida no tenía apenas estímulos. Risueña y alegre, siempre tenía una sonrisa en sus labios, pero eso poco a poco fue cambiando. No porque dejara de tener ganas de sonreír, sino porque, sencillamente, prefirió utilizar otros gestos para añadirle algo de diversión a su día a día.

Algo clasista y superficial, solo se centraba en ella y en su familia, dejando todo lo demás en un segundo plano. Eso cambió con la llegada de su hermano, porque descubrió que había todo un mundo de posibilidades a su alrededor. Comenzó a descubrir que podía despertar el interés de los hombres con un leve movimiento de caderas o una caricia descuidada por su cuello. Se divertía seduciendo, por supuesto que lo hacía, durante varios meses, puede que incluso años, se convirtió en su pasatiempo favorito.

Es una mujer fría y distante, que mira por encima del hombro a cualquiera que piense que no está a la altura. No maquilla sus palabras, al menos no ahora, y le encanta utilizar la ironía y el sarcasmo. ¿No dicen que eso es propio de personas inteligentes? Solo hay una excepción en su vida, alguien en el que confía ciegamente y por el cual haría cualquier cosa: Lucern Ralph.

Ha aprendido que los vicios son los que realmente mueven a las personas, lo vio desde que era pequeña, y durante muchos años no le importó aprovecharse de ellos para conseguir lo que quería. Al principio fue tan solo por diversión, pero luego se dedicó a ello cuando comenzó a llevar el prostíbulo. Sabía calar al cliente a la perfección con tan solo un par de visitas, y se aseguraba que volviera ofreciéndole eso que anhelaba, lo que su corazón escondía. Allí no había secretos, no importaba nada que no fuera el placer. Y el dinero, por supuesto. Eso era lo que más importaba. Y es que sin dinero no eres nadie o eso pensaba Regina, acostumbrada a tenerlo todo en la vida.

HISTORIA

Margaret Wilde fue la primogénita de un matrimonio formado por un acaudalado hombre de negocios y una joven de la nobleza. Creció teniéndolo todo, solo tenía que dejar caer sus párpados y entreabrir los labios para que lo que su boca pidiera le fuera concedido, lo que hizo que comenzara a aburrirse con demasiada facilidad. Es cierto que su padre esperaba que su primogénito fuera un varón, pero ella era la niña de sus ojos, su debilidad, la persona a la que no le podía negar nada. Unos años después, cuando ella ya comenzaba a ser una jovencita encantadora, nació su hermano. El primer chico llegó a la familia y eso supuso que la acomodada existencia de la muchacha se alterara. Seguía teniendo todo lo que quisiera, era cierto, pero ahora prestaban más atención al pequeño que a ella, por lo que comenzó a encontrar algo de diversión en otras personas. Comenzó a fijarse que los hombres que la rodeaban, ya fueran sirvientes o amigos de sus padres, empezaban a mirarla de arriba abajo. Había crecido, ya no era la niña que una vez fue y la figura del cuerpo femenino comenzaba a dibujarse en sus carnes como si de una escultura de mármol se tratara y el tiempo, un escultor.

Así pasaron unos años en los que se entretuvo rompiendo los corazones de los jóvenes que la pretendían, hasta que un día, decidió dejar la seguridad que le proporcionaba su apellido para convertirse en Madam de un Burdel. Esto no ocurrió de la noche a la mañana, por supuesto que no. Nadie deja una vida cómoda y placentera solo por el hecho de aburrirse, y menos ella que medita cada paso que da. En su familia ya no ostentaba el mismo puesto desde la llegada del pequeño. No puede decirse que tuviera celos o lo odiara, sino que entendía que su sitio se había desplazado y buscó entretenerse en seducir a los muchachos de su alrededor y dejarlos poco después. Hasta que eso comenzó a pasarle factura. Su padre puso las manos sobre su cabeza cuando la descubrió en una actitud algo más que cariñosa con el hijo de un viejo amigo familiar. Eso supuso un antes y un después, otro al menos. Comenzaron a decir que Regina ya tenía edad más que de sobra para contraer matrimonio y que sería una buena idea unir a los dos jóvenes en matrimonio para consagrar las relaciones que tenían desde hacía tantos años. El negocio es el negocio.

No se despidió de nadie, tan solo de su hermano, que por aquél entonces contaba tan solo con unos cuatro años. Sabía que si levantaba sospechas sus padres no le permitirían no solo no contraer matrimonio, sino acabar con la libertad que hasta ese momento había experimentado. Sentía que su apellido la asfixiaba, por lo que se marchó todo lo lejos que pudo, dejando atrás el respaldo que le daba su apellido. Cambió de nombre y de apellido, dejando únicamente el que una vez fue su nombre como el segundo que ahora lleva. Dejó de ser Margaret Wilde para convertirse en Regina Colville. Utilizó su inteligencia y las horas y horas que había pasado observando cómo su padre hacía negocios para emprender el suyo propio. Contaba con algo que muchas mujeres de su época no tenían: Una educación. Se convirtió en Madame de un burdel. Pasaron los años y un buen día, cuando una de las prostitutas bajo su protección no regresaba, ella entró a la habitación y, para su sorpresa, la encontró muerta en la cama; junto a Lucern, quién simplemente se limita a preguntar cuánto tiene que pagar por los servicios prestados. A partir de allí, entre Regina y el conde inicia una relación un tanto morbosa. Ella le muestra a sus prostitutas para cumplir las fantasías del vampiro mientras a cambio, espera deseosa que él la convierta. Lucern siempre se negó a hacerlo, pues convertirse en un creador acarreaba una gran responsabilidad. Incluso cuando ella le dice que puede convertirla y tomar rumbos separados, él se niega. Una de las noches en que él va a verla, la encuentra desangrándose, producto de cortes que se hizo en las muñecas. Tras un serio debate interno, éste accede a convertirla en uno de los suyos.

Pasaron varios años juntos, aunque su relación nunca fue más allá y Regina lo aceptaba. Aunque Lucern era su amor platónico, sabía muy bien cual era su papel, no esperaba nada más. Varios años después de que la transformara, cuando pensaba que nadie se acordaba ya de la joven que una vez fue, llegó a sus oídos que su hermano había muerto. Atormentada por no haberlo conocido, por haberlo abandonado, volvió a marcharse hasta su ciudad natal para poder despedirse de él, tal y como había hecho hacía años. No dijo nada a nadie, tan solo iban a ser unos días, tal vez una semana, pero nada es lo que parece. La muerte de su hermano no era más que una trampa para atraparla, un plan elaborado por el joven con el que se iba a casar, que vio que sus posibilidades de contraer matrimonio se fueron con ella ya que los rumores corrieron como la pólvora y ninguna familia quiso unirse con una familia cuyo hijo se dedicaba a seducir a inocentes muchachas hasta corromperlas. Nada más lejos de la realidad, es cierto, pero eso fue lo que pensaron. La odiaba y gastó su tiempo en encontrarla, en observarla entre las sombras, nunca en persona, siempre enviando a alguien para no ser descubierto.

El que durante unas semanas fue su prometido le confesó que la había estado buscando, que había sido algo más complicado de lo que pensó en un primer momento encontrarla, pero que, cuando lo hizo, no esperaba encontrarse con que ella llevaba un prostíbulo y que, encima, se acostaba con un monstruo. Ella no abrió su boca para decir algo al respecto desde el mismo momento en el que se dio cuenta de que él sabía de la existencia de Lucern, aunque malinterpretaba su relación. El extraño brillo de su mirada hizo que, por prudencia, callara. Estaba a punto de irse cuando alguien más apareció entre las sombras. Un cazador que tenía la misión de sacar toda la información que pudiera ser útil de ella. No sabe cuánto tiempo pasó encerrada en unas malolientes mazmorras, quizás fueron semanas, quizás fueron años...El hambre se hacía cada vez más patente en ella, ya que solo se podía alimentar de la escasa sangre que ellos le proporcionaban, y siempre esperaban a que sus fuerzas llegaran a su límite, a que no pudiera más. Encadenada como estaba, soportó el hambre y las diversas torturas a las que fue sometida en busca de información, pero no dijo nada que pudiera dar pistas sobre el paradero de Lucern o su origen. De ella no saldría nada que pudiera perjudicarlo o ponerlo en peligro. Seguramente habría encontrado la muerte si no fuera porque la mujer de su hermano se enteró de su existencia y la liberó, no sin antes mirarla con desprecio. No cruzaron más que una frase en la que la chica le decía que se marchara y que no volviera. Se alejó de nuevo del lugar donde creció, pero no volvió al burdel. No porque sabía que el que fue su prometido iría en su búsqueda, que era contra ella su venganza, por lo que partió en dirección contraria. Estuvo en distintos países, hasta que su pasado dejó de tener importancia por el paso del tiempo y pudo establecerse, disfrutar de su eternidad, volver a buscarlo.

DATOS EXTRA

Escribe aquí los datos extra de tu personaje, todo lo que no hayas mencionado anteriormente.

por **Tarik Pattakie** Dom Dic 20, 2015 8:08 pm

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