Tiaret Farey

Nombre & Apellido

Tiaret Farey

Edad real | Edad Aparente

32 años reales | 27 aparentes | Convertida hace 10 años

Especie

Licántropo

Clase Social

Clase Media

Orientación Sexual

Heterosexual

Lugar de Origen

Virginia, América

Poderes

→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
→ Ojo superior: Habilidad para tener visión aún con los ojos cerrados o en la oscuridad. El licántropo posee naturalmente una visión más aguda, pero no se compara con esta habilidad que se puede igualar a la visión de un halcón.
→ Aullido: Habilidad para aturdir y dejar paralizado, por algunos instantes, a sus enemigos por medio de un aullido ensordecedor. En ese momento, el sonido golpea fuertemente el oído del enemigo y en ocasiones puede llegar a destrozarle los tímpanos o incluso causarle algunas lesiones cerebrales. El aullido también sirve para llamar otros de su misma raza.

La personalidad de Tiaret esta condicionada por el abuso que sufrió por parte de su dueña, o madrastra según se mire. Una de las principales características de su persona es que no le gusta que la toquen y principalmente aborrece el contacto de todas las mujeres, por eso intenta mantenerse alejada de cualquiera de ellas que intente ser su amiga y solo aceptó, medianamente, a la madre de su difunto marido Victor Farey. Aquella mujer demostró su valía al recibirla desde el primer momento en su núcleo familiar a pesar de ser negra y una ex esclava sin ningún tipo de apellido. A su vez, es una de las pocas personas por las cuales Tiaret movería cielo y tierra de necesitar en algún momento ayuda. La otra persona por la que sería capaz de ello es, desde luego, su alfa Alec Windor. Tiaret no conoce palabras justas para describir lo que siente por el licántropo ya que el agradecimiento le quema por dentro, pero además siente una especie de admiración y hasta amor. Un amor torpe, rudo y extraño, pero al fin de cuentas amor por aquel que le regalo el más preciado de los presentes, la libertad disfrazada de "maldición".

Sabe, sin lugar a duda, que no hay nada mal en ella. Que esa maldición solo lo es para los ignorantes y que no hay cosa más hermoso que dejarse llevar cada luna llena por los dolores de la conversión. Un tanto masoquista también, Tiaret adora sentir el dolor de sus huesos rompiéndose y volviéndose a reconstruir para dar forma a una hermosa bestia, porque eso piensa que es. No posee aun la capacidad de razonar en aquellas noches, pero porque disfruta demasiado cediendo el control a alguien noble con ella y su lobo no ha sido más que eso. En cierto modo eso supone un peligro para los que la rodean pero no sabe como tomar las riendas de su consciencia cuando hay otra bestia en su interior que busca salir y evadirse. Es como verse a si misma todos los días de su vida en los cuales estuvo encarcelada en la casa de su padre y la dueña, por lo que no quiere que eso le pase a nadie y mucho menos a un ser tan querido como el lobo.

En cuanto a las demás partes de su ser... desde luego no siente la necesidad de amor tal y como ocurre con la mitad de la población femenina. Se caso con Victor por un tema conveniente y lo disfrutó pero hasta ahí. No lo amo y no iba a permitir que su amor la encarcelara otra vez. Como tampoco siente la necesidad del tacto es un poco indiferente a las relaciones intimas de cualquier tipo y, como no, emocionales. Su único cometido en la vida es preservar aquella libertad, de la cual a veces, curiosamente, se siente presa; además de cumplir con las obligaciones hacía su alfa, la única persona capaz de destruirla de dentro para fuera. Por lo demás es callada, una sombra en la noche, aunque un tanto agresiva si el agravio va dirigido a personas cercanas a si corazón. Por último, es importante mencionar que es una mujer muy elegante y fina a pesar de tener unos orígenes tan turbulentos.  

Nació un 22 de enero en una plantación esclavista siendo, a pesar de todo, hija del dueño y una negra a la cual su padre había mantenido como amante ocasional. La vida como esclava negra no era fácil, pero la vida como esclava y siendo la hija del amo era aun peor. Todos los niños de su edad le echaban la culpa de los errores del padre y todos los mayores la evitaban. Su madre no la pudo proteger mucho tiempo ya que a sus cinco años murió de edad de ella por culpa de las fiebres, tras ser azotada hasta el cansancio por haber robado un trozo más de pan. Tiaret recordaba que constantemente estaban hambrientas y tras la muerte de su madre esa hambruna se disipó aunque, a su juicio, los tiempos fueron empeorando considerablemente. Su estomago estaba lleno, pero su animo era otra cosa totalmente diferente.

Su padre la metió dentro de casa, con el servicio selecto, para así no tener que enfrentar el duro trabajo de fuera, aunque ella lo habría preferido indudablemente. Cuando él estaba en casa nadie le hacía daño pero cuando se iba los maltratos de sus hermanas y hermanos legítimos la dejaban amoratada durante meses. Golpe tras golpe, insulto tras insulto, fue superando esos años iniciales para convertirse luego en una joven esplendida, preciosa, digna para admirar con los ojos. Todos se dieron cuenta de ello, incluso su padre, por lo que sus hermanos ya no se solían acercar a ella, ni para insultarla, por miedo a las represalias. En cambio, la que sí tenía acceso a ella era la esposa de su padre, su dueña, que parecía suponer que tenía todo el derecho sobre ella, y de hecho así era pero solo sucedía cuando su padre no estaba cerca.

La primera noche que se aprovecho de ella fue justo la noche que cumplió dieciséis años. El contacto fue muy duro para Tiaret y más siendo una muchacha inexperta, puesto que nunca nadie antes le había puesto la mano encima. A eso le siguieron más noches y siempre era la dueña, casi su madrastra si hubiese sido reconocida, la que se aprovechaba de ella. Nunca intentó huir, aguanto con entereza pensando que se iba a vengar en algún momento y que esa venganza iba a ser más dulce que el azúcar, pero hubo una noche que no pudo aguantar más. Tenía una edad muy precoz aún cuando unos hombres, conocidos ricos de sus padres, se presentaron en la casa para una fiesta que iba a haber dos días después. Como era de esperar, los hombres tenían que ser atendidos adecuadamente, lo que significaba bebida y mujeres, pero Tiaret nunca pensó que su madrastra iba a pasar de entretenerse con ella a algo más. La hizo llamar al despacho de su padre y le dijo, delante de una multitud cercana a los diez hombres, algunos más jóvenes y otros muchos viejos, que se quitara la ropa. Verles la cara a tantos hombres, que probablemente iban a querer tocarla, le revolvía las tripas, por lo que fue la primera noche que actúo por sus impulsos y alcanzo el arma que tenía su padre en una de las vitrinas y le pego un tiro a su madrastra en la cabeza sin pestañear. No fallo, la puntería fue perfecta, pero porque tenía mucho odio acumulado hacía ella y en ningún momento iba a permitir que otros la tocaran tal y como ella la había tocado.

Tras aquello, salió corriendo con el arma en mano y durante aquella noche y el día siguiente se estuvo escondiendo de todos los hombres que la rastreaban para matarla con sus pecados. Dado que conocía aquella tierra mejor que nadie pudo ser capaz de pasar desapercibida, aunque en la noche siguiente todo cambio puesto que era un lobo el que le daba caza en vez de un hombre. Al poco tiempo la alcanzo y el mordisco le quemo desde el pecho hasta la yema de los dedos, convirtiéndola en un ser superior. Nunca supo porque Alec Windor la había elegido a ella, y tampoco se lo pregunto, pero estaba agradecida con él por haberle dado una nueva oportunidad. Con su protección, se marcharon de América hacía Londres en donde Alec le presentó a muchos miembros de la manada.

Pronto se convirtió en la favorita, en la mano derecha de Alec, pero no fue completamente aceptada por los demás, ajenos a la manada. porque era una ex esclava sin un apellido además de tener un color de piel muy oscuro. Ese hecho preocupaba y al final Tiaret se vio en la necesidad de buscar una solución. Cuando Victor Farey, un miembro de la manada, le ofreció matrimonio ella, aceptó su propuesta de movida por el deseo de encajar. Se caso con él y fueron medianamente felices. Él le proporciono un apellido y cierta tranquilidad dentro del núcleo de la pareja y fuera la dejaba ser como quería. Incluso se plantearon en tener hijos, pero la desgracia no lo permitió ya que un atentado contra la vida de Alec acabó con el sacrificio de Victor. Todos los miembros lloraron su muerte, incluso Tiaret, pero al mismo tiempo todos tenían claro de quien era más preciada la existencia.

Ahora Tiaret sigue siendo una de las compañeras más fieles de Alec, una jinetes, y tiene un apellido que la respalda, además de la familia de su difunto marido que la tratan como una hija más.

→ Es una mujer de gustos sencillos. Adora los atardeceres, la lluvia en primavera y las bebidas calientes capaz de calentar cara rincón de su alma.  
→ La lectura se ha convertido en su más hábil aliada y pasa mucho tiempo leyendo libros sobre conocimiento general. Algunos de los cuales roba de la biblioteca de su alfa, aunque él eso ya lo sabe.
→ Dio caza al hombre que acabo con la vida de su marido, cuyo objetivo no era otro que el mismo alfa.