Un corazón oscuro bañado en oro y plata

por **Renato O. D´Souza** Dom Dic 27, 2015 11:56 pm

Diamante Oscuro

I talia, ella nunca había esperado viajar a ese lugar nuevamente, un sitio donde solo se puede encontrar inmundicias, No, no es solo la inmundicia en las calles si no que debe ser el hecho que aquella maldita desgracia haya pasado por aquí antes. Pero, de que otra manera podía ser si ya no era esa idiota la frágil mujercita a la cual uno podría haber aniquilado con facilidad. Nada en ella era como solía ser antes y a pesar de haber ansiado viajar a Italia todo se había derrumbado al saber que aquella mujer también estaría aquí. Lo que sería unas vacaciones familiares terminaron siendo una decepción y desperdicio de tiempo. Claro que eso lo sentía ahora que llevaba dos días ahí, se imaginaba entre las personas como un pez fuera del agua.

Era un pez ligeramente más feliz, lo había sentido en su interior en los días pasados cosa que ahora no sentía igual quizás era parte de un efecto extraño que Venecia provocaba, así que tras engaños tuve que mantener a mi mente distraída durante todo el viaje diciéndome que probablemente cuando abandonara Venecia y fuera a otro lugar se sentiría mejor.

Este era el comienzo del odio que cultivé por ella, por mi propia hermana al ver como nuestros padres le daban más apoyo a aquella bastarda, ojala y nunca hubiese nacido aquella molestia de plaga.

por **Renato O. D´Souza** Miér Ene 27, 2016 10:17 pm

Planes Futuros

Desprecio absoluto, el odio aumentaba cada día, desde aquel fatídico día en que ha obligado tuve que ser llevado a visitarla en su viaje por el mundo; para mí contento aquella molestia no duró mucho porque la propiedades merecían atención, mi regreso fue la mejor noticia que pude haber escuchado con eso habían arreglado mi humor en niveles conmensurables.

De regreso en casa, las cuentas no paraban de llegan, deudas y más deudas todo gracias a la maldita buena para nada de mi adorada hermana, mis deseos de verla muerta aumentan conforme llegan las planillas de pagos. ¿Podía existir una solución más fiable que la muerte?, pensar en ello, en como librarme de aquel lastre inservible hace que olvide mis obligaciones sociales con los nobles, quizás una noche de distracción era lo mejor.

Bendita la hora de haber asistido a aquellas reuniones, en esos lugares encontré la respuesta. ¿Por qué manchar mis manos en una sangre sucia?, no valía tanto la pena arriesgar el título de noble por una zorra vulgar y sin clase, por lo que no quedaba de otra que armar un matrimonio, uno en donde su esposo estuviera en la quiebra y ella terminara al final en un burdel, al fin y al cabo ya no tendría el apellido O. D´Souza, si no el de su flamante esposo, eso sería el mejor castigo para ella que sufra en la miseria y tenga que venderse por unas pocas monedas.

Imaginarla era el mejor placer de todos, ahora debía pensar como proponérselo a mis padres, pero antes debía encontrar al “candidato” ideal, eso sería lo más sencillo gracias a mis amistades que ya habían comenzado a mover sus influencias para encontrar al bastardo que se lleve al infierno a la bastarda de mi indeseada hermana.

Solo era cuestión de tiempo.

por **Renato O. D´Souza** Vie Feb 26, 2016 11:32 pm

Infortunio

Molestia, eso es lo que significa aquel maldito nombre, lo aborrezco tanto que escupo sobre él cada vez que oigo que la mencionan en mi presencia, los empleados saben que tiene prohibido decir aquel nombre de prostituta barata en mis dominios y menos delante de mí y quien lo hace termina con una mano delante y otra atrás en la más absoluta miseria en donde solo la muerte los aliviaría de las calamidades.

Nadie quiere pasar eso en estos tiempos, por lo que cumplen con mis disposiciones que he encomendado, entre ellas, el hecho que toda carta que llegue a la propiedad de parte de esa víbora debe pasar primero por mi registro caso contrario será quemada inmediatamente; ella no puede comunicarse con nuestros padres y menos saber que están en casa; el regresar lo tiene prohibido ha sido desterrada de la familia y los empleados tienen la autorización de insultarla para hacérselo saber a la buena para nada.

Y aun con todo ello, no deja de enviar facturas de sus deudas, gastos y gastos tanto así que por su despilfarro se acabará toda nuestra fortuna y patrimonio, pero mi padre sigue consintiéndola a la bastarda, incluso veo que han vendido dos propiedades, una en Londres y otra en New York, las explicaciones no son convincentes porque sé que el dinero no fue a las arcas de la villa si no a los bolsillos de la suripanta esa.

Tengo que formar una plan económico que ayude a que la familia no se hunda en la bancarrota gracias a los gastos innecesarios de esta mujer; en una de sus cartas aprovechó para responderle haciéndole saber que está por acabarse su parte de la mesada, cuantiosa, del mes y que no tendrá adelanto alguno que si quiere tener ingreso tendrá o que trabajar en las calles como lo que es, o entonces regresar a casa y casarse con un viejo rico que, como parte de una mentira, ha conseguido nuestro padre, quien lo ha conseguido he sido yo pero eso ella no tiene que saberlo.

Solo tenía que esperar por la respuesta pero lo que obtuve fue ver a la maldita en persona en mi estudio en las siguientes semanas.

Ella es una maldición que crea el Infortunio.

por **Renato O. D´Souza** Jue Mayo 26, 2016 10:18 pm

Estragos

Y entonces todo lo que había planeado se había desmoronado en un segundo con la presencia de aquella peste inútil e inservible de mi adorada hermanita, con su pavoneo y mirada de inocencia ha convencido a nuestro padre de anular ese matrimonio falso que he creado para ella, con lo que me había costado convencerlos de que aceptaran por ello, ahora todo estaba perdido. Realmente ella es una plaga, una molestia que debe desaparecer para siempre.

El estrés estaba realmente matándome, así que en una de las noches donde se busca liberarse de él y olvidar hasta el nombre es cuando un hombre acude a esos lugares y más acompañado de amistades, muy buenas amistades con las que uno puede unir lazos mientras se negocia con mujeres bellas en las piernas. Un burdel era la cura de mal que un hombre pudiera presentar.

Licor, mujeres, placer en su máximo esplendor ¿Qué más podía uno pedir? Incluso dentro de las habitaciones se podía oír los gemidos de placer de aquellas prostitutas que se entregaban al dinero fácil. Sonreía con aquella jovencita entre mis piernas; el sonrojo en sus mejillas demostraba su inocencia, virgen debía ser, con una invitación sugerente su habitación nos espera arriba, los tragos que he tomado son suficiente para encender a cualquier hombre, aunque a mí realmente no lograron el cometido.

Lo peor de la noche no fueron los gritos y lágrimas de aquella joven, si no el hecho de haber tenido una excitación al haber pensado en esa maldita, al verla visto en la joven y todo lo que hacía y le hacía, quizás por eso la primera vez de aquella joven quedará marcada como la peor, así como en mi mente quedará ese estrago amargo de odio porque todo eso ocurra..

por **Renato O. D´Souza** Vie Ago 26, 2016 11:22 pm

Secreto

Las calles estaban abarrotadas, más que de costumbre, pero aun así supo moverse por ahí esquivando a la gente con habilidad. Sonreía a modo de disculpa cuando debía y alzaba una ceja ante los groseros cuando también debía. Lo cierto es que había gente en el mundo porque sobraba aire que sino... Otro gallo cantaría. Cuando quiso darse cuenta pasaba junto al escaparate de la joyería. Se paró en seco. Aquella bombilla que tenían todos, sobre la cabeza se iluminó con demasiada fuerza. Giró sobre sus talones y se acercó al cristal, pero sin tocarlo, observando algunas de las cosas que ponían ahí y los precios. Entró por la puerta y notó frío aire. Dios, que bien se estaba allí dentro. No se había dado cuenta del agobio que le había producido tal calor hasta que entró en aquel establecimiento. Se acercó a un mostrador y comenzó a observar algunas de las joyas que habían expuestas ahí. Pendientes con forma de mariposa de plata. Otros con forma de copo de nieve pero brillantes. Unos aritos pequeños de oro. Un colgante con un corazón hecho de un producto que parecía diamante, seguramente fuera cristal o algo por el estilo, de color rosa y otro collar de plata, éste más largo, con la forma de una pluma como decoración. Dios sí que había donde elegir. ¿Qué le gustaría a su hermana? Que de cosas en aquella tienda. Resopló por lo bajo, procurando no llamar la atención y, cuando alzó la vista, encontró a una dependienta frente a él. No le costó mucho reconocerla. Alzó una ceja y volvió a bajar la mirada hacia el expositor con una mirada y un tono de voz que notaba la desgana. No le apetecía lidiar con ella en aquellos momentos, y menos tener una mini discusión de las suyas.

por **Renato O. D´Souza** Miér Oct 26, 2016 10:56 pm

Turbio

Ahi estaba luego de tantos días de rodeos, mi madre y la rastrera de quien se supone es mi hermana han llegado luego de meses de viaje por todo el viejo continente gastando aquella perra todo el dinero que he trabajado en conseguir, y todo despilfarrado en cosas innecesarias como maquillaje, vestidos, y esas estupideces en el que gastan las mujeres. Que maldita obsesión la de ella de tener miles de esas cosas. Mi padre solo me informa que en el día que ellas lleguen deberé estar presente, claro que antes de soportar aquel infierno que se espera tendré que hacer algo para calmar las ira y el apetito que surge luego de años del ausencia de aquella perra.

El día llego y mi padre desesperado por recibir a su amada esposa, y a la engendro de mi hermana, mandó incluso a preparar toda la casa para ellas como si fuera esa maldita una princesa. Y eso me hizo dudar, nuestro padre jamás se mostraba tan complaciente cuando los cuatro nos reuníamos, solo hacia esas muestras para mi madre, pero no para la perra de Renata o para mi, así que había que tener algún interés en todo esto, solo tendría que esperar a que ellas lleguen para saberlo. En la mañana tuve que pasar por horas trabajando en la propiedad y en la fábrica, y por la tarde era el momento de llenar mi cuerpod e alcohol, lo suficiente para resistir aquella cena y también de gastar algo de dinero en unas que otras delicadeces, como los cuerpos de algunas mujeres no tan agraciadas económicamente. Eso, eso era lo que me haría olvidar aquel rostro, pero lamentablemente todo es lo contrario con cada una de las meretrices con quien trato por todos los medios de arrancar ese deseo

por **Renato O. D´Souza** Dom Feb 26, 2017 4:18 pm

Encuentro

La cena llegó, mi humor no era el mejor como para recibir a mi hermana, todo lo opuesto, solo con oír su nombre en la boca de los sirvientes hacía hervir mi sangre con deseos de tomarla y llevarla a las caballerizas para ahí azotarla hasta arrancarle la piel por ser una despilfarradora, una molestia y dolor de cabeza para mí, pero no podría, mis padres estaban ahí así que tendría que soportar con buena cara más que nada con una sonrisa. Que fastidio de noche.

Mis padres hablaban de todo lo ocurrido en el vieja durante al cena, yo solo podía pretender el comer un poco y luego retirarme, ya había hecho acto de presencia y con eso bastaba, pero no; mis padres tenían otros planes y era el hecho de que mi hermana y yo pasáramos más tiempo de “calidad” como hermanos. Ni mi cara de desagrado ni la cara estúpida de felicidad de la zorra esa fue suficiente para ellos tuvieron que dejarnos en el jardín a compartir un momento.

Ella se pegaba todo el momento en que nuestros padres nos observaban, tratando de hacerles feliz, sabía que era su teatro y eso me enfurecía más, ya cuando vi que entraron la tomé de los hombros empujándola lejos de mi.

—Ya se acabó, ahora regresa a tu postura de una prostituta barata, eso te queda mejor que ser una señorita de clase—

Mi insulto atrajo más de ella, pero solo quería callarle esa boca y no con la mano precisamente y fue ella la que dio una palabra para darme paso a mostrárselo.

—Entonces si te pago unas cuantas monedas que usarás para bajármela ¿tus manos o tu boca?—

Sin pudo me froto frente a ella solo para molestarla pero más que nada era para sentirme realizado en unos minutos.

por **Renato O. D´Souza** Dom Mar 26, 2017 11:05 pm

Maldición

Su cara de asco me excitaba más tanto que mi respiración se agitaba como mi mano se aceleraba en frotar mi intima parte deseando que fueran las de aquella mujerzuela.

Le agarro de la cintura pegando contra su cadera aquel gran problema que tenía entre manos solo para ofuscarla más, ya de por si estaba tan enojada con sus palabras hirientes e insultos así como su boca hablando y dejando esa palabra de manera tan sensual que se escapa entre sus dientes, como me excita y ella lo sabe, lo está usando para sus planes tanto que me provoca al moverse más contra mí; nuestros padres pasan por donde estamos y nuevamente la máscara se palma entre los dos, el buen trato, la gentileza al tratarnos así como las sonrisas que nos damos hace tan felices a nuestros padres que prometen anunciar aquello que tanto nos haría feliz a los dos.

Juntos caminamos los cuatro por el bello jardín que me ha costado mantener y en la que a muchas zorras invité para desfogar mi frustración sexual, y ahí está la misma mujer que causa todos mis males y descarga mi odio. Tan cerca de mí que podría arrancarle ese vestido y meterle algo en la boca hasta hacerla llorar de felicidad por estar de rodillas frente a mi. Solo necesito una excusa, una razonable excusa para ello, y espero que al menos mis padres hagan algo bueno por mí en vez de darle algo bueno a ella.

Estábamos llegando al centro del jardín, donde estaba la glorieta que mi padre tanto amaba y donde compartió muchos bellos momentos con mi madre, al parecer querían algo romántico para los cuatro. Quizás la noticia era que venderían a esa zorra a un prostíbulo barato y querían mi ayuda para saber cuál era el peor de todos.

Aunque la sorpresa era otra.

por **Renato O. D´Souza** Miér Jul 26, 2017 8:08 pm

Encuentro

Iba saliendo del gym donde había pasado tres horas entrenando boxeo. Ese deporte lo relajaba mucho ya que podía liberar toda esa rabia ahí en el ring, pero a veces era un arma de doble filo porque cuando se lo tomaba personal ya no era capaz de detenerse cuando su oponente se lo pedía. Era un hombre agresivo por naturaleza y Dios sabe que intentaba controlarse, pero en sus peores días le era imposible. Ya estaban a punto de vetarle de ese gyim, y con ese ya serían tres los que le prohibirían la entrada. Ese hombre no tenía remedio. Le daba vueltas a todos esos pensamientos, caminando por la calle distraído con su mochila al hombro y escuchando a The Weeknd en su teléfono móvil cuando unos gritos enfurecidos de un hombre hicieron que se quitara los cascos y mirara hacia la acera de enfrente. Era de noche y esas calles estaban casi vacías, justo como sospechaba, en esa acera había un hombre con una navaja intentando asaltar a una rubia que parecía muy asustada. Chris había sido el único que se había dado cuenta de aquel incidente a pesar de los gritos, así que no dudó en cruzarse y sin más preámbulos empujó con fuerza la mano donde el ladrón tenía la navaja para después forzarlo hasta que la tiró al piso. El irlandés pateó fuerte el arma para mandarla lo más lejos posible y luego le dio un puñetazo fuerte en el rostro a aquel maleante aturdiéndolo. Intentó arrebatar ese bolso de las manos del hombre, pero entre forcejeos se rompió haciendo que todo callera al piso – Ya basta. – Murmuró Christoph cansado de aquel tipo que pensó que se rendiría más fácil y le dio otro golpe con más fuerza reventándole la nariz haciendo que saltara sangre a su camisa.

Ese golpe le dio tiempo a agacharse y tomar la cartera y algunas cosas más de las pertenencias de la rubia para después mirarla de reojo. – ¡Venga, corre! ¡vámonos! – Gritó y se echó a correr hacia el lado contrario de donde estaba el maleante esperando que ella lo siguiera y que a aquel idiota no se le ocurriera seguirles. No quería meterse en problemas con la policía y sabía que si alguien más había presenciado todo aquello probablemente llamarían a la policía por instinto así que giró en la primer calle que vio y se detuvo para esperar a la mujer que acababa de ayudar. – Toma, aquí están tus cosas. – Murmuró con la respiración entrecortada y le entregó todo lo que llevaba en las manos junto con ese bolso roto que probablemente ya no tendría arreglo pero la había salvado a ella y era lo que importaba ¿no?

por **Renato O. D´Souza** Sáb Ago 26, 2017 11:15 pm

Encuentro

Mientras tanto ella se estaba haciendo con todo lo que era mio, no podia permitirselo o de lo contrario mi padre le dejaría a ella todo para administrar y a mi nada, es decir, todo lo que yo había hecho y construido se iría a la mierda si ella tomaba el control de las cosas. Mi padre fue claro o ambos contraíamos matrimonio o dejaría todo a los podres o a ella. Mi madre estaba hablando con aquella maldita mujer y no tenía más que aceptar esa locura.

Ella había arruinado mi vida desde niños y ahora volvía a hacerlo al tener que casarnos. Me fui a un prostíbulo necesitaba deshogarme con alguna puta del lugar, y a quien siempre usaba estaba libre. La noche se nos hizo larga entre conversaciones, sexo, golpes, placer, delirio, al menos hasta que amaneció y nos quedamos tumbados en la cama. No podía dormir solo con saber que pronto debería casarme con una mujer como ella. Solo de recordar nuestra historia de niños me ponía mal y tenía una erección. Aquella negra tendría que soportar otra guerra en la cama.

Regresé a casa y quien salió a mi encuentro fue mi madre, tan amorosa como siempre pero fue su mano la que se recibió en mi rostro así como sus reclamos por llegar a esas horas siendo un hijo cruel, un hermano desconsiderado, un futuro esposo infiel. Comenzó ella con la historia familiar y que nunca en la familia había habido eso. Yo solo cerré los ojos tratando de no pensar en nada, hasta que mi madre fue clara con sus palabras “o te compones o tu hermana se casará con otro quien heredará todo lo nuestro” Maldita sea, mis padres se habían puesto de acuerdo para fastidiarme.

Pregunté si mi hermanita la zorra había aceptado y la respuesta de mi madre me dejó estupefacto, ella había aceptado sin reproche alguno.

por **Renato O. D´Souza** Dom Nov 12, 2017 9:06 pm

Encuentro

Maldiciones que terminan en un tremendo caos. Ahí esta ella tan triunfante al salir, pero solo necesito una excusa pequeña para acabar con todo y esa excusa tiene nombre y cuerpo de mujer, una mujer tan poderosa como para quitar cualquier sospecha de mis hombros. Ella es a quien acudo para que termine con aquella maldita bruja, no es lo más loable pero en estas circunstancias no se tiene que ser noble si no letal y ella lo es.

No se que tan caro puede resultar esta alianza por cuanto aquella mujer no ha pedido nada de retribución económica o alianza política, al contrario me ha pedido una sola cosa, ser parte de su pequeño grupo de brujas y brujos aliados a ellos con el fin de acabar con la vida de otra bruja y llegar a obtener poder, no sé aun a que se refiere del todo pero puedo hacerme una idea sobre todo porque cuando habla aquella mujer de poder sus ojos brillan oscuramente y no solo eso sino que tiene entre sus manos un collar que siempre brilla en tonos verdes y eso solo ocurre cuando ella habla de algunas personas.

¿miedo? Temer a una bruja cuya presencia es tan inestable como poca peligrosa, es imposible para el primogénito de Portugal, al contrario, lo que siento es una gran curiosa y con ella pacto la alianza del mal. Ella me ayuda a derrotar a mi bastarda y maldita hermana y yo le ayudo prestando mi apoyo económico y mis poderes para cuando ella los necesito, eso si dejamos por fuera nuestras almas, soy brujo y se lo que conlleva prestar una cantidad de poder para hacer ciertos actos o ritos, y por como aquella bruja se pinta es mejor dejar aclarado.

La mujer acepta y nuestra forma de cerrar el pacto es en su cama.

Esa parte no sabía, no sabía que las brujas firmaran ese tipo de acuerdos con sus cuerpos y energías que fluyen por toda la habitación como un droga que extasía a todo el mundo.

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