De Osos y Mar - Barend's ID

por **Barend Graat** Miér Dic 30, 2015 4:06 pm

DATOS BÁSICOS

▲ NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Barend Let Graat

▲EDAD▲

47 aparentes, 94 reales.

▲ESPECIE▲

Cambiante - úrsido.

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

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▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase Alta - Capitan de alta mar, mercante.

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Bisexual.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Norteamérica.

▲HABILIDADES/PODERES▲

Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana. Longevidad. Sanación acelerada, percepción del aura.

Transformación – Por orden de relevancia/habitualidad: Grizzly, Polar, Kodiak

PODERES:
Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros cambiantes por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los Licántropos). Funciona únicamente a cortas distancias.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Suele ser práctico, decidido y tener una gran fuerza de voluntad. Es una persona estable y conservadora, peresozo más no por ello sedentario. Le encanta la paz y tranquilidad y es muy respetuoso con las personas, los bienes materiales, leyes y reglas; sus propias leyes y sus propias reglas.
Es listo, despierto, pero resulta más práctico que intelectual, y, como le gusta la continuidad y la rutina, suele ser de ideas fijas. Es prudente, estables y tienen un gran sentido de la justicia. No suele hundirse ante las dificultades sino que siguen adelante hasta salir.

A veces puede ser demasiado rígido, argumentativo y terco ¡Cabezón! Pero con una buena demostración puede cambiar de opinión; es agnóstico, cree en lo que siente, huele, ve…
Le gustan las cosas bellas y, sin ser un gran conocedor, es aficionado al arte y la música (más la primera que la segunda, mucho ruido junto le abruma). Le encantan los placeres de la vida, el lujo y la buena comida, bebida, compañía. De hecho, debe esforzarse para no dejarse llevar por la tentación de satisfacer en exceso sus gustos.

Es un amigo fiel y generoso. Tiene una gran capacidad para ser cariñosos aunque rara vez haga amigos con personas fuera de su entorno. Evita los conflictos y los disgustos, y prefieren el buen humor y las bromas. No obstante, si pierde los nervios es capaz de tener un genio tan furioso que trasgrede cualquier limite.
Tiene mucho amor propio y tiende a ser posesivo, celoso en extremo, pero, si el otro intenta hacer las paces y comprenderle, hace un esfuerzo para olvidar su enfado.
Es trabajador y no se le caen los anillos con ningún tipo de trabajo manual. Es fiable, metódico y ambicioso. Asume autoridad sobre los demás y rinde más dirigiendo que acatando en cualquier aspecto de la vida.

HISTORIA

Su madre nació en Irlanda, llegó a las Américas sin cumplir los 20 años, buscando un nuevo hogar como parte de un pequeño grupo de colonos. No bastando cruzar el ancho océano, embarazada de un hombre sin rostro que no tuvo reparos para tomarla por la fuerza a días de tocar tierra, incursionó en una peligrosa y extenuante travesía a lo largo de nuevo continente. Su propósito: hallar tierras sin amos donde asentarse, cultivar, vivir, pero la aventura resultó mucho más peligrosa de lo pensado. Las inclemencias de una tierra indómita vencieron uno por uno a cada miembro de la caravana hasta dejar a un solo sobreviviente, un pequeño con apenas días de nacido, salvaguardado por el vientre de su madre de las fuerzas de la naturaleza, del agotamiento, de la deshidratación, pero todo esto Barend no lo sabe.

Sus recuerdos comienzan horas después, gracias a historias y relatos de sus guardianes, una tribu Winnebago y uno de sus guerreros/exploradores, Nawkaw, quién le encontró entre cadáveres y carroñeros, vió en él una extraña fortaleza, una vivacidad inagotable, y, convenciendo a su concubina aun en contra del consejo de su tribu, decidió tomarlo bajo su ala para protegerlo, criarlo y educarlo bautizándolo “He lush ka”, el luchador.

Los primeros años pasaron con la extraña simplicidad de la vida aborigen. Para un bebé, no significó mucho más que dormir, comer, observar y asombrarse con cada nuevo descubrimiento. Para un niño, fue aprendizaje, práctica, incontables errores, unos más dolorosos que otros y el constante rechazo de personas que, pese a cuidarle y enseñarle, no dejaron de encontrarle diferente. Para un adolescente, sería tiempo de desafíos y pruebas, su primer cacería, salir de pesca, expedicionario, acampar lejos del seno familiar, pero este niño de cabello vagamente cobrizo no seguiría las costumbres de cualquier niño Winnebago, su naturaleza lo impediría.

Una noche de Marzo, cerca de su décimo cumpleaños, en plena primavera, cuando las plantas florecen y los animales conciben, el bosque le llamó de tal manera que no fue un hombre quien respondió. Un Grizzly joven, poco más que un cachorro, apareció entre los fogones y casas de la tribu cuyos miembros, al reverenciar la naturaleza como parte de su vida, no hicieron sino maravillarse. Poco después, al despuntar el alba, la torpe y aturdida bestia, resguardada entre pieles y miradas atentas a espera del reclamo de una madre osa, cambió de forma para adoptar el cuerpo del pálido y delgado extranjero adoptado por Nawkaw.

Sorpresa, espanto, temor. Al final, el respeto de la tribu hacia la naturaleza y la insistencia de su padre bastaron para asegurar la vida del joven, confundido y asustado He lush ka, quien, inevitablemente, fue condenado al destierro, pero no iría solo; Su tutor, Nawkaw, tomo como propia la misión de proteger y educar al Cambiante, y nunca faltó a su palabra.

Padre e hijo caminaron al norte dotados con abrigo y comida suficiente para unas pocas semanas pero, contando con el conocimiento ancestral sobre la tierra y sus virtudes, sus vidas como nómadas fueron prosperas.

Hicieron del bosque su hogar y, con el paso del tiempo, aprendieron a convivir con los esporádicos cambios del oso. Evitaron tanto a nativos como colonos, las tribus eran agresivas con los extraños y He lush ka era, sin dudas, un ser extraño. Por otra parte, los colonos mostraban una gran aversión hacia los nativos, y este par de Winnebago lo eran, sin lugar a dudas.

Una vez más, la vida se volvió simple. He lush ka cumplía 20 años sabiendo controlar considerablemente bien sus dones y Nawkaw envejecía tranquilamente contando con la ayuda y protección del formidable Grizzly que normalmente le acompañaba ocupándose de tareas como cazar y obtener leña. Los años continuaron pasando y con ellos el bosque comenzó a achicarse, perdía su misterio, ya no quedaba nada por conocer, cada piedra, cada aroma, cada sonido, todo se volvió tan familiar que no bastó para contentar la activa mente de He lush ka. Llegó el buen día en que el joven quiso regresar a los asentamientos, quiso viajar, dejar la nieve, conocer las ciudades, otras personas y culturas, y, por qué no, una esposa. Su padre, reacio al cambio y consiente de los peligros del hombre, intentó detenerle, no hubo pero que valga, He lush ka tenia un mundo por conocer y se lanzó a la aventura llevando consigo a su padre.

Tras mucho caminar y conocer, llegaron a las márgenes este del continente. Enamorado del basto océano con solo verlo, He lush ka arrastró a su padre hasta un navío pesquero donde formaron parte de la tripulación por varios años.

Nawkaw murió un 27 de Enero, en alta mar, junto a la mayor parte de la tripulación del Bolungarvík, bajo la inclemencia de una poderosa tormenta. El frondoso pelaje blanco de He lush ka no bastó para protegerlo del frío ártico, pero el oso devolvió el favor que su padre tuvo para con él tanto tiempo, cuidó del cuerpo de su padre hasta tocar tierra, varias semanas después, en las inacabables planicies del polo donde le dio un digno entierro según las costumbres de su tribu.

Perdido y solo, He lush ka vagó durante largos y pesados meses, extrañó a su padre, extrañó a los marinos, extrañó a la tribu y a cualquier persona que llegó a conocer al menos un poco. La soledad hizo mella en él como ninguna otra cosa, la compañía de ningún animal podía llenar un vacío tan grande, nunca estuvo tan solo.

Comenzaba a considerar la idea de aventurarse solo en busca de un camino hacia las Américas cuando, sin mayor aviso, se topó con un enorme buque alemán capitaneado por un viejo explorador, un hombre de ciencia sediento de conocimiento, amante de la flora y la fauna que le descubrió al mismo tiempo que él vio el barco.

- Bär! (¡Oso!) –exclamó el hombre, maravillado ante semejante bestia blanca, y He lush ka supo que debía abordar ese barco.

Cual polisón, se coló al interior del buque esa misma noche y aguardó de escondite en escondite los meses que duró la travesía, pretendía pasar desapercibido pero terminó forjando una buena amistad con el capitán. El barco toco puerto en la costa inglesa y, con poco más de 30 años y luciendo como un simple adolescente, He lush ka volvió a la civilización adoptando un nuevo nombre, uno que, dado su origen y afinidad, no traicionaba su crianza Winnebago.

Barend se enlistó en la marina inglesa para conocer, para aprender todo eso que jamás aprendería en un pesquero; rutas, táctica, y obtener contactos. Se interesó sumamente en la navegación, aparejo y cartografía. Nunca entendió demasiado los mapas, letras, números, y signos no hacían sino confundirle, pero contaba con un sentido de la orientación sobresaliente por lo que pudo prescindir de compases y sextantes.

En el mar no solo aprendió de navegación, poco a poco, gracias rumores, cuentos, pasajeros y la infinidad de personas que conoció alrededor del mundo, supo más sobre su condición de cambiante, se enteró de la existencia de otros como él y de muchos diferentes, más poderosos e igualmente respetables, vampiros y licanes. No hizo enemistad con ninguno por mucho que la sangre tirara, siempre fue un alma gentil y generosa, aunque llevara la violencia dentro, nunca le abrió la puerta sin razón ni sentido, y un enemigo de sangre no fue suficiente razón.

Muchos, muchos años después, otro desafortunado accidente forjaría su destino. Piratas atracaron el Saint Louis, la nave mercante en la que, después de suficientes guerras y seguir ordenes, Barend quiso trabajar y fue aceptado como segundo al mando. Gracias a sus capacidades especiales, y haciendo uso de su astucia, pudo repeler a los piratas prácticamente por sí solo. Incluyéndole, solo una docena marineros sobrevivieron a los piratas, y ningún pirata sobrevivió a sus fauces. Al llegar a tierra, muy mal herido pero con el inquebrantable apoyo de sus marineros, tomó la capitanía del buque que hizo propio con sus rutas, contratos, y generosas ganancias. Así forjó una pequeña fortuna de la que prescinde bastante. Posee dos casas, una finca en su adorada América con espacio suficiente para una veintena de criados y su establo con varios equinos, en la costa atlántica, tan al norte como le fue posible, y otra en la magnífica metrópoli francesa, una casita más humilde pero igualmente lujosa, a las afueras parisinas, donde bastan dos personas para cuidar y mantener ya que, aunque Barend la visita cada vez que su trabajo le permite, no es tan a menudo.

DATOS EXTRA

- Aprendió a leer tras cumplir los 40 años, aun así nunca adquirió la fluidez necesaria para disfrutar de la lectura.
- Es dueño y capitán de un barco mercante, el orgulloso Saint Louis.
- Toda su tripulación conoce su condición de cambiante, todos son de confiar y guardan en secreto aun a costa de su propia vida.
- Le encanta pasar el tiempo entre animales pero más entre personas.
- Adora el pescado frito, las papas a la francesa, la res bien cocida…
- Siente debilidad por el buen beber, vestir, comer.
- Ama el mar y el océano, nadar bajo la luz de la luna, sobre todo en invierno.
- Es especialmente vulnerable al calor por lo que evita fervientemente navegar cerca de los trópicos, en verano se ve reducido a un tapete tan inactivo cómo es posible, pero es increíblemente resistente al frío.
- Fumador ocasional.
- Es coqueto al vestir, intenta lucir como dicta su estatus pero no por ello reniega de su origen humilde. Si le preguntan, dirá que nació pobre en tierra americana, que ganó con su esfuerzo todo lo que tiene, pero no dará detalles.

por Invitado Miér Dic 30, 2015 5:25 pm

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