Hidden realms [Priv]

por **Kyra** Mar Ene 19, 2016 11:02 am

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

No encontraba momento para ir y darse un baño en el lago cerca de la pequeña casa que habian encontrado vacia. Cuando la encontraron vieron señales de lucha o que todo estaba desmantelado. Olía a perfume barato y a sangre sobre todo. Cuando entro en la casa el aroma de Georgia contaminó la entrada. Orinya entro más adentro de la casa y fue habitacion por habitación, encontrandose la habitación principal con aroma a prostituta cara. Su nariz se reprimió del perfume y el polvo. Estornudó y suspiro.

Podrían quedarse de momento.

Volvió hasta Georgia quien estaba herida de un latigazo de sus acechores. Orinya escupio en su mano tras quitarle la venda improvisada del costado. Pasó su mano sobre la herida y le volvio a poner la venda, con esfuerzo la llevo hacia un sofá en donde la tumbó con cuidado. Orinya entonces se quejó de la herida de bala que había recibido en la pierna, esperaba que no fuera de plata, pero con la proteccion que traia encima, no debería de estar muy adentro de su piel.

No dijo nada a las peticiones de Georgia. Cuando le dijo que no la siguiera, Georgia la siguió haciendo que la descubrieran y la obligaran a abdicar del titulo. Estupida y mimada chiquilla. Ahora estaba tendida sobre un sofá mullido y ahora ella misma se iba en busca de algo de comer - Ahora vuelvo - Espetó con la sequedad de siempre Orinya hacia la desobediente Georgia. Suspiro antes de adentrarse en los bosques, armada con su puñal en mano. A mitad de camino, vio como un carruaje se acercaba hacia ella, rápidamente se escondió entre unos arbustos. Escuchó como se detenian las pisadas de los caballos que transportaban el carruaje, apretó el puñal en su mano en caso de que necesitara usarlo y unas nuevas pisadas caminaban hacia donde ella estaba.

Se alejo hacia su izquierda unos pasos para esconderse más, cuando intentaron mover el seto en donde se escondia ella se movió rapidamente hacia la persona, tirandose con ella al suelo y amenazandola en el cuello con el puñal, para darse cuenta de que era un conocido de ambas, más bien alguien muy conocido y que no tendría que estar ahí - ¿Que haceís aqui? -Pregunto a quien no esperaba encontrarse, se levantó rapidamente y suspiro enfadada - No debería estar aqui, Barón.

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por **Adrians Blancquart** Vie Ene 22, 2016 12:39 pm

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Reencuentro Inesperado...

Estos últimos meses ha habido tiempo de encuentros y reencuentros, estos últimos con finales que esperaba, cortando de golpe las falsas amistades que solo buscaban por interés al otro, descubriendo que no había un objetivo en común como hubo en su momento. Tal vez mi padre se enfrente a mi por estos pequeños pasos que hice sin su aprobación, pero no podía permitir que el apellido Blancquart quede en entredicho mediante bulos que llegaron a mi, por parte de estos negociantes.

Como abogado de mi familia y otros, debo siempre mirar por el interés de quien represento, aunque debo reconocer que aunque siga siendo justo en cuanto a las decisiones que tomo por y con ellos, es costoso no cruzar la línea en la que tire más fuerte hacia mi línea de sangre, a veces es difícil conseguirlo, tanto que llega a resultar estresante, por ello en este último encuentro pedí a Joshep — nuestro fiel cochero y guardián de algunos secretos —, que al regreso a casa se introdujera en interior del claro, necesitaba respirar aire puro proveniente del alma del bosque, aun sabiendo que era arriesgado tal camino, no tenía por qué temer a los árboles y si fuera necesario usaría mi magia para deshacerme de ello, esperando claro que el rival no fuera más fuerte que yo, porque entonces estoy perdido.

Antes pensé en ello antes ocurría, a mitad de camino cuando creía que todo iba a pedir de boca, escucho un ruido que se acerca hacia nosotros — lo suficiente rápido como para que cualquier oído humano pueda oírlo—, pido detenernos al momento para poder bajar y comprobar que no eran imaginaciones mías.

Me introduje entre los arbustos en dirección al ruido que en unos pasos mas se acerca, siempre alerta, aunque no lo suficiente, cuando de manera repentina fui derribado cayendo al suelo, perplejo al darme cuenta de quién me amenazaba.

Trague saliva mientras alce la mano para quitar aquello que atenta contra mi, me reincorporé poco después de que ella se quitara de encima, sacudí las ropas. Miré extrañado a Orinya, suspiré.

—¿Qué no debería?— fruncí el ceño y negué dejando escapar una escueta risa—….¿por que?,¿ y vos,Lady…..que os trajo hasta los bosques…?— Dije volviendo a negar, relajando el ceño.

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por **Kyra** Miér Feb 10, 2016 5:10 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Hasta tres tuvo que contar la licana para no destripar al susodicho de su vida.

Los orbes dilatadas por la excitación del momento la hicieron recapacitar sobre lo que había estado a punto de hacer. No. No lo hizo, pero estuvo por poco y eso endiabladamente la enervó tanto, que no se disculpó después de separarse del barón, ayudarle a levantarse del suelo y empujarlo contra un seto, sin importarle que los “matones” que respaldasen al barón se pusieran a la defensiva contra el acto vacilón de la guarda espaldas de la ex – duquesa.

-¡Solo un poco más! ¡UN POCO MÁS Y OS MATO! ¡QUE SE SUPONE QUE HACÉIS AQUÍ? - Exaltada, Orinya simplemente estaba fuera de control emocional, desconocía si era por el ciclo escondido de la luna pero estaba o había estado a punto de matar a un ser de la nobleza, de la realeza mas bien. Gracias a Dios nada pasó esa noche. Su respiración aún era agitada, guardó el puñal en su funda, justo situada en el muslo. Suspiró de nuevo, con motivos para poder recuperar la calma, estaba, oh dios mío. Quería quedarse calmada, pero, esos malditos ojos azules del barón, quería que dejara de mirarla, le molestaba - ¿Qué hacéis aquí? – Pregunto nuevamente, calmada, menos exasperada que antes – Aquí no pinta alguien como vos, cualquier ladrón puede salir de la nada y estar en peligro –Dijo dando validez a su preocupación.

Los “matones” del barón parecieron entender que no habría más revuelo entre la licana hacia el barón. La calma ya descansaba en el ambiente, Orinya, esperando la respuesta estaba de brazos cruzados, sabía que Georgia estaba herida en el costado pero tenía que calmarse, no podía dejar que otro inepto saliera herido, que bien, otra carga más de la que cuidar. Solamente volvió a suspirar – Decidme por favor –Orinya saco de nuevo su puñal para poder andar un poco hacia su derecha y coger unas bayas que sabía que no eran venenosas, de hecho, estaban en buen estado. Comenzó a comerse lentamente una baya, observaba desde su posición al barón de pie, aún con la paciencia de un santo por la respuesta.

Solo temía que no insistiera en ir con ella cual perrito faldero con collar caro de diamantes.

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por **Adrians Blancquart** Dom Feb 14, 2016 7:51 am

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Nobleza

Termine por reincorporarme con su ayuda, tal fue el impulso que di un paso hacia adelante donde la punta de mis zapatos frenan al tocar con los de ella. Sacudí mis ropas traseras al tiempo que miraba a Lady Orinya, frunciendo ligeramente el ceño por la respuesta con la que no esperaba una pregunta, sin responder a la que hice. Su forma tan alterada, alertó a mi cochero, el único que me acompaña hoy, quien miró por la pequeña ventana del carruaje, sin moverse aún.

Me acerque un paso más cerca, tanto como para que no circulase aire entre los dos, coloque ambas manos sobre sus hombros— una en cada hombro-, sin apartar la mirada, apretando mis pulgares sobre ellos—No lo hiciste así pues tranquilizaos,Orinya.¿De acuerdo? — Dije, alzando la mano derecha para acariciar su mejilla— ¿vale?— repetí, viendo de reojo cuando guardo guardo su arma, antes de volver a mirarla.

— ¿Alguien como yo? — dije alzando la ceja, reí por lo bajo— ¿..que quieres decir? — dije a propósito, para poco después dar respuesta a la misma—¿un noble, de la realeza. Ma cherie?... —dije , negando poco después —… no deberías preocuparte por eso...Sé guardarme las espaldas al respecto.. y si aparecen…. — dije haciendo mueca,sin terminar de responderla, dejándole libertad de movimiento.

—..Necesitaba despejarme, han sido unos días estresantes y no me venía mal un poco de aire puro, sin una masa de gente queriendo acercarse al ver aparecer un carruaje relacionado con la realeza— dije con total honestidad hacia ella, saltándome el protocolo de pronunciarme por mis actos. Volví a negar ,antes de hablar de nuevo, dando cortos pasos y mirando a un lado y a otro para no hacerla sentir incomoda, —..aún no me respondistes, my lady..¿que hacéis vos aquí y no allí? —dije refiriéndome a palacio con la Duquesa Georgia, suspiré y esperé a que me respondiera.

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por **Kyra** Sáb Mar 05, 2016 3:04 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Orinya llevaba puesta la alarma en su cuerpo aun, pero la pregunta del barón le descoloco un poco. ¿No se había enterado? No. ¿Para qué? Seguramente entre tanta realeza hay tantos chismes que ni él mismo llega a enterarse de todos – De hecho no puedo decir mucho de mis razones –levanto una ceja - ¿Me siguió? –pregunto sin dejarse nada en el tintero, pretendiendo ser directa en querer saber del porque la siguió. Estaba pretendiendo ser educada pero ella misma sabía que era impulsiva, con lo que tenía que controlarse a menudo – Solo paseaba y fui a mi refugio que tengo propio cuando no quiero estar cerca de la Duquesa que a veces me manda a paseo –Inquirió pretendiendo convencer al barón. Aquellos que serían guardaespaldas del barón parecieron mantener la calma todo el rato. Orinya no iba a intentar nada, no pretendía si quiera hacerlo.

El caso es que ahí estaban ambos, Orinya rezaba para que Georgia no hiciera ningún gesto o gemido que pudiera delatarla y así ella misma poder mantener su mentira y poder alejar al barón hacia donde podría estar a salvo y no en mitad del peligro de los bosques, y más en este momento en el cual quien sabe si aquellos que arruinaron a Georgia estuvieran siguiéndolas – Deberíais iros, total, no hay nada que ver por aquí…supongo – Y en cuanto menos se lo esperaba, Georgia grito como si estuviera ardiendo por dentro.

Orinya balbuceo interiormente, solamente quería morirse…bueno, no, le daba igual pero cuantas menos ojos estuvieran presente donde se escondían mejor, así no torturarían al barón para saber la localización de Georgia – Maldita idiota, no sabe callarse –murmuro con molestia para sí misma aunque en cierto modo le escucho seguramente el que tenía delante de suya – Vete, mejor que no sepáis donde nos alojamos o sino seréis blanco de cada aquel que quiera saber de la localización de Georgia –Espeto sin tener respeto por el título mobiliario de Adrians, que era el barón.

-¡aaaGH!! -Orinya seguía escuchando los gritos de dolor de Georgia. Estaba parada, mirando a los ojos del barón, pensando en que poder hacer para que se fuera pero algo le decía que no se iba, que no la iban a dejar solas – Ufff ¡ESTA BIEN! –Murmuro convencida – Vayamos al interior de la casa, ahí te lo explicaré todo….-Ante todo le puso una mano sobre su pecho, demostrando que no andaban aun hacia la casa.

– Tú te vienes, tus gorilas se quedan en el carruaje –La manera en que lo dijo era más bien una condición a modo de advertencia, nadie más tenía que saber lo que había en el interior de la casa, nadie excepto Adrians – si no, no te digo lo que está pasando ahora mismo y el peligro que estas corriendo aquí en esta zona y en este momento de la noche – Suspiro después de decir aquello, ella misma anduvo antes que Adrians, mirándole mientras se iba de allí mismo – Decide – Y con ello se metió en la casa, a la espera de que el brujo viniera solo y sin sus gorilas.

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por **Adrians Blancquart** Mar Mar 22, 2016 9:55 am

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No hay nada que ver aqui…

El principio de su argumento, no dio claridad a mi duda, así como tan poco el gesto y su actitud hacia mí. Fruncí el ceño y hable de inmediato por si no había quedado claro para dar un retundo — No—hice pausa y añadí la coletilla—…por supuesto que no.Tan solo tome un desvío …—dije antes de que aquella conversación prosiguiera, dando por fin respuesta a lo que pedía, pero aun así no había algo que no me convencía en ella, puesto que cuando nos encontramos en las cortes y hablamos , no menciono la existencia de ese lugar, aunque tal vez tampoco hice la pregunta adecuada.

— ¿Que está pasando aquí,Orinya?—insistí con la misma firmeza que sus palabras me invitaban a irme, lo que dio pie a quedarme allí cruzado de brazos y sin moverme ni un paso más. En ese instante parece que algo altera a la castaña, tanto que su modales se salen de modales; — Sabes que no me iré, ¿verdad?—dije clavando mi claras pupilas sobre las de ella, sin hacer mueca alguna.

Con molestia accedí, pero no si antes dejar claro algo— Sí, por supuesto que se quedaran…—hice una pausa para mirar de reojo a los guardias— ..pero por orden mía, señorita Orinya —dije con tal enfado que quien me conoce lo más mínimo podría identificarlo al momento.

Pedí que se quedaran y me esperaran dentro de una hora en el mismo sitio de ahora y mientras podrían estar cerca sin entrometerse en los asuntos entre la realeza, ellos asintieron dando u golpe en el suelo con uno de sus pies, reafirmando su paso a una sola voz — Si, alteza—.Después de eso y haber escuchado a Lady Orinya,estos se marcharon y me giré hacia ella.

— Detrás de ti…— dije con firmeza, aun sabiendo que había alto porcentaje de que me estuviera metiendo en la boca del lobo, tal y como menciono.

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por **Kyra** Lun Abr 04, 2016 1:16 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

No supo saber cuál de los dos era más cabezota pero solamente suspiro y dejo que el barón tuviera lo que quisiese. Comenzó a andar con el barón detrás suya, no le hacía mucha gracia pero él se lo habría buscado y entonces ella ala, a defender a una casi muerta y a un miembro de la realeza. Lo siguiente que vio al entrar a la casa no le gustó nada.

Vio a Georgia dolorida, angustiada y simplemente luchaba por su vida. Estaba en el suelo, retorciéndose de dolor y había sangre saliendo a borbotones - ¡dios santo, Georgia! –Dijo rápidamente a lo que Orinya salió pitando hacia la cocina, cogió un par de trapos y un cubo lo lleno rápidamente de agua cerca de los grifos que había en el jardín.

Volvió para encontrarse a una escena sangrienta, a ella misma no le entusiasmaba la sangre pero aun así, movió como pudo a Georgia de nuevo en la rectitud de aquel sofá – Esto es lo que sucede –Dijo Orinya dirigiéndose hacia Adrians que seguramente no se habría esperado tal escena.

Orinya sabía que a la vista de Adrians Georgia estaba segura, por lo que hizo un rápido reconocimiento de la casa y enseguida se empezó a quitar capas de ropa, quedándose sin la chaqueta y solamente con el armatoste del corsé, la camisa negra de tirantes y los pantalones con las botas. Las armas las dejo cerca por si tenía que usarlas pero se puso enseguida a limpiarle la herida a Georgia, lentamente y claramente vio lo que pasaba.

– ¡Plata!..-Dijo como si fuera algo tabu, cuando en realidad lo era, enseguida agarro el trozo de plata pura, su loba interior gritaba al mismo tiempo que retiraba el trozo de plata fuera, pero le era imposible -¡AAGHH! –Le ardía demasiado, no podía extraer el trozo de plata – ¡DIOS! –Quejándose ahora ella estaba herida, tenía la mano quemada por la plata - ¡Sácale el trozo de plata ahora mismo si no quieres ser el segundo en morir! –Grito sin importar el rango que hubiera entre los tres en ese instante.

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por **Adrians Blancquart** Mar Abr 05, 2016 3:23 pm

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Bala de plata…

Seguí sus pasos hacia el frente, justo detrás de ella y sin descruzar los brazos, observando a mi alrededor la numerosa arboleda y plantas que bajo mis pies crujían después de que el viento las depositara sin vida, tierra y hierba arrastré hasta llegar a la cabaña que menciono, descruzando los brazos en el instante que cruzamos la puerta, después de encontrarme semejante escena.

De la calma al alboroto extremo entre tanto grito de Orinya y Georgia a la vez, que casi me dejan sordo. Pasos de un lado a otro, del interior al exterior para traer un cubo de agua, unos trapos que poco iban a solucionar y deshacerse de la ropa que la tapaba, aunque menos hice hasta entonces, pues tan solo observe hasta que un grito desgarrador y amenazante de Orinya ordenó que hiciera algo y aunque los modos que uso no fueron propios para pedir ayuda, me acerqué a ella, a las dos— Deja que observe…— dije tomando su muñeca con suavidad, observando la quemadura de ambos dedos con los que intento quitar la plata que perforó su piel.

Suspiré y me senté a un lado de Georgia, fruncí el ceño al ver la gravedad de la herida, tuvo suerte de que no fuera más allá de las primeras capas, herida superficial pero escandalosa era la sangre brotaba que parecía mayor de lo que era. La propia práctica en mí, por heridas menos graves hizo despertar en mí la curiosidad por ver cuán elástica era la magia blanca para la curación de heridas. Este era un nuevo reto por la dimensión y el estado.

Saque la bala de plata, semi-deformada y la dejé en la mesa. Tomé uno de los trapos que trajo, remojé y estruje para evitar el goteo y limpié los bordes de su herida. Miré a Orinya con el ceño ligeramente fruncido, antes de relajarle con la normalidad y firmeza que me caracteriza, evitando así ponerme a la altura de su grito y provocar una discusión por un gesto que tal vez hasta yo mismo tendría si mi hermana Charlotte estuviera en la misma situación de Georgia.

— Ya está, bala fuera…—dije antes de retirarle la mirada y volver a mirar la herida— por suerte no está infectada, solo queda cerrar la herida para evitar que ocurra…—trague saliva— ¿tenéis algo con lo que hacerlo?…—dije, sin mirarla directamente a ella, mientras con uno de los dedos estire su piel por un extremo, quería asegurarme que no había nada más.

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por **Kyra** Miér Mayo 04, 2016 7:41 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Era de noche y nadie vería su rostro de asombro en como vio al brujo reaccionar tan deprisa al sacarle la herida que en evidencia, a Georgia le había sentado como una patada en el trasero. Estaba calmada, relajada y enseguida fue a por algo para poder coser la herida y algunas vendas más que estuvieras limpia o algo que hiciera de vendas – Creo que esto podría servir barón –Dijo dejando cerca de la mesa los instrumentos para que el otro intercediera. Sus pasos retrocedieron debidos a que a la vista mucha sangre se estaba desperdiciando, sin embargo ella sabía que Georgia se recuperaría en seguida.

Había perdido algo de sangre pero al tener sangre licana podría regenerarse pronto aunque le costaría más si no paraba de moverse – Georgia para, tienes que descansar – Pudo ver en los ojos de Georgia el dolor por el que estaba pasando en ese instante. Solamente Orinya se sentó al lado y tomo la mano de su amiga, cerró los ojos y como pudo fue extrayendo el dolor del cuerpo de Georgia, soltó la mano y volvió a la cocina para ocultar las náuseas que sentía en su interior.

Todo había pasado tan rápido que Orinya ni se había dado cuenta de que aquella situación paso antes de que ella misma falleciera, pero Georgia la encontró y la curó de lo que podría haber sido su muerte. Cosas, demasiadas cosas pasaron al parecer. No quería que nada le pasara a Georgia. Orinya sabía de qué la familia de su amiga aun la quería de vuelta, una familia lejana que no era muy conocida, una familia de granjeros que vivían en el anonimato y a salvo de miradas curiosas.

Sabía por haber estado un par de veces que en aquella familia, en aquel pequeño pueblo solamente había una iglesia, un hospital y lo demás eran hogares. La gente trabajaba para poder pagar la renta del hogar y eran más favores entre los vecinos que un oficio en realidad. Orinya supo que había Cambiaformas, licántropos y demás especies en aquel pequeño pueblo. Un sitio en donde Georgia se sentirá a salvo de las personas que aun la están buscando y que por resultado ahora mismo estaba ella en el salón debatiéndose entre la vida y la muerte.

Orinya estaba en la cocina, preguntándose como estaría Georgia, en si estaba aguantando el dolor de –posiblemente – las suturas del barón.

Se quedaron en silencio los pensamientos de la loba. No pensó en nada. Solamente respiraba, escuchaba y se tensaba mientras escuchaba algún que otro quejido viniendo de Georgia, pero Orinya estaba quieta, en la cocina sentada sobre un banquete alto de madera, como si estuviera abstraída del mundo real y de lo que se acontecía en el otro lado de la casa del bosque que encontraron por casualidad.

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por **Adrians Blancquart** Sáb Mayo 21, 2016 11:01 am

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Sanguine et Regenerationem…

Miré de reojo aquello que trajo, una cajita en el que apenas había recursos, una aguja e hilo y un tarrito de cristal sin tapa, nada que hiciera demasiado sobre la herida de Georgia y por ello me ayudaré de la magia, a la que recurro en contadas ocasiones como es esta vez y solo si había cierta confianza como para dejarla ver. Mire de reojo los movimientos de Orinya,algo inquieta ante la situación u así me lo transmitía hasta que se colocó al lado de Georgia y tomo su mano, las muecas de dolor que hacían moverse a Georgia amainaron, no obstante la parte dolorosa viene ahora, el hechizo que usaría provoca resquemor sobre la piel, sin llegar a ser una quemadura visible, lo sé lo he probado en mí, por zonas que no se ven y con heridas superficiales como lo es un corte accidental con la hoja de algún libro de Pagos.

Después de que Orinya se fuera, volví mi atención a Georgia— Ahora que Orinya no está…— hice una pausa mientras sacaba el tarrito de cristal y lo sumergía en el agua hasta que las burbujas cesan y lo saque— ¿Qué ha pasado, porque estás herida?…— dije mirándola de reojo, antes de tomar el hilo en el pequeño tarro. Cubrí el mismo con ambas manos, para que no entrase luz mientras me pronunciaba— vita , sanguine et regenerationem…— repetí varias veces en voz baja, cerrando los ojos intuitivamente al principio, poco después miraba a Georgia de la quien esperaba respuestas una vez terminara aquél hechizo y de que Lady Orinya regresara a este peculiar salón tan recogido.

— ¿Georgia?…— repetí su nombre, esperando que respondiera mis preguntas y así entender mucho mejor esta situación que por ahora no.

Saque el hilo una vez el agua escapara entre un par de dedos que puse como tope, evitando echar a perder la efectividad de la simple poción. Enhebré la aguja, mire a Georgia— Va a doler… trata de no moverte cuando lo sientas…— advertí mientras terminaba de igualar el hilo y procedía coser su herida. Si todo sale como aquella vez, dolerá bastante, el quemazón es casi insoportable, no obstante es la única opción que ahora puedo ofrecer.

Fue lento, conforme cosía ambos extremos de esa piel rota, minúsculo humillo salía, sonreí y no por el dolor que pudiera sentir, sino porque estaba funcionando y lo hice saber en voz alta— Funciona tal como esperaba…— dije, aun acabando las últimas puntadas, viendo como conforme se cerraba los bordes cicatrizaban, lo que detendría la hemorragia u al menos que no fuera mucho mayor que todo esa cantidad de sangre que limpie. Dejé escapar el hilo del ojos de aguja una vez di las puntadas de cierre.

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por **Kyra** Mar Jun 07, 2016 5:38 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

En busca de alguna paz interior, Orinya estaba pensativa, sintiendo por su cuerpo las caricias del silencio que invadía en ese preciso momento. La inseguridad en la loba era algo inusual. Normalmente rebosaba de tranquilidad en si misma, dispuesta a mantener la calma pero con una persona como Georgia a punto de morir que esperaba que el barón hiciera milagros. De varias pataletas de las botas con tacones sobre el suelo de piedra, Orinya se levanta de su asiento esperando y dando vueltas por la cocina, daba vueltas esperando, escuchaba los gritos de dolor y por primera vez sufría al escucharlos.

Cuando cedieron los gritos se asustó pero en cuanto llego al salón se encontró a Georgia descansando, siendo calmada por el barón y todo lo que sentía alrededor era el sentimiento del alivio. ¿Debería de estar ella de la misma forma? Como loba que era, obviamente escucho la pregunta del barón, pero se hizo la loca, no preferiría hablar del tema de momento, ahora le importaba demasiado Georgia como para preguntarse o decir lo que pasó para llegar a tal problema.

- Gracias Barón, la verdad no sé qué habría hecho ella sin vos –Dijo mirándose las manos, temblaban por sentirse inútiles, culpándose a sí misma de no poder haber hecho nada útil como de costumbre – He sido inútil esta vez. Le debemos una, Barón…-suspiro, pero después cogió la mano de Georgia y le beso la frente con cuidado, retiro parte del sudor en su frente perlada con un paño del cubo de metal, retiro mechones rubios del rostro de Georgia.

Con esto practicado, volvió a su lugar en silencio, aguantando las lágrimas que por mucho tiempo no lo consiguió. Estaba tan inepta, se sentía tan impotente que no le quedaba más remedio que esconderse a la cocina, volviéndose a sentar sobre el taburete alto en el que esperó a que todo dejara de suceder, en donde esperó a que la tormenta dejara la calma llegar - …*Sniff^* Soy inútil –Se dijo a sí misma, replanteándose si en verdad, el de su pasado tenía razón sobre ella de que si era realmente inútil para todo.

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por **Adrians Blancquart** Jue Jun 23, 2016 3:40 am

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¿Qué ha pasado?…

Seguía sin obtener respuesta, solo pequeños quejidos por parte de Georgia mientras la herida cicatriza en su interior y poco después al llegar Orinya que da agradecimientos por ayudar en la recuperación de la Duquesa a lo que asentí mientras me retiraba un poco, dejando espacio para ambas. No me di cuenta del temblor de sus manos hasta que se puso por delante para sostener la mano por quien velaba a pesar de ser una mandona como me hizo ver en una de las ocasiones en las que la visité en las cortes donde se alojaba, vivía y servía a Georgia y luego le secaba el sudor de su frente. Más inquieta que antes, acaba por levantarse e irse, eche una última ojeada a la herida, el humillo no salió y el hilo parecía que no se aflojaba, por lo que me daba el visto bueno a ese pequeño hechizo que se llevó un trozo de su energía vital, nada en comparación con lo que pudo haber ocurrido si no llego a detener la hemorragia y la infección.

— Si me disculpa Duquesa Georgia… — dije hacienda reverence a ella, tirando la aguja en el cubo, quedó flotando sobre el agua coloreada de la sangre que limpie de los laterales antes de coser y fui tras Orinya, tenía que calmarla y aliviar en lo que podía su inutilidad como decía, pero más por aquellas lagrimas que el sollozo anunciaba antes de irse.

Llegue a hacia la cocina donde el desorden salta nada mas cruzar la línea invisible divisoria que en comparación a la que poseía en las zona céntrica de Paris, pero nada que no le permitirá tener lo esencial sobre lo que poner la comida o recipiente de los que beber. Me acerque a ella y con las manos aun rojas por la sangre que no me limpie, cogí la mano que vi temblorosa y bese el dorso de su mano mientras la miraba— Dejaros de decir que no sois inútil… — Dije alzando su mentón con un par de dedos para que me mirara, — no lo sois, ¿de acuerdo, Orinya? — reafirme sin apartarle la mirada, soltando libre su mano, haciendo una pequeña pausa, buscando otro trapo con la mirada para limpiarme la sangre que aún no se seca en dorso de ellas.

— Ahora decidme… —Dije tomando el trapo que encontré por encima de la mesa y me limpie, entretanto volví los ojos a ella, — ¿Qué ha pasado?,¿porque Georgia ha acabado en esas condiciones?… — dije haciendo pausa en un suspiro y finalice con una nueva pregunta, aquella que me ayudaría a entender esta situación y el por qué acabaron aquí,— ¿Por qué os alojáis en el interior de los bosques y no donde os pertenece? —.

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por **Kyra** Vie Jul 08, 2016 9:54 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Preguntas de las que ella misma prefería que sus respuestas quedaran ocultas, sin responder si quiera.

El tacto de la mano del barón contra las suyas le brindaba todo el apoyo que en ese momento necesitaba tener. Orinya que estaba vulnerable en ese instante, solo agarro la mano ajena para sentirse sujeta a algo y no a nada. Suspiró profundamente mientras varias lágrimas continuaban saliendo sin permiso. Tosió y de inmediato levanto la mirada hacia el barón, la llamo por su nombre así que no habría problema en que ella le llamara por su nombre de pila – A-Adrians…-sollozó- Ha sido todo tan rápido que ni yo misma encuentro momento para recapacitar y pensar en todo lo que ha pasado – Estaba contando más de lo normal.

- Estábamos en palacio, yendo hacia las habitaciones y cuando fui al baño para prepararle la bañera había desaparecido, entonces la encontré yendo a caballo hacia los bosques y mientras la seguía para hacia donde se dirigía, la encontré espiando en una casa, agachada entre los arbustos. En el interior del edificio había unas personas de poco talento, como mercenarios – Tomo un vaso vacío y lo llenó de agua pero estaba temblando, no lo llego a sostener y se le cayó al suelo, haciéndose añicos con lo que la loba se asustó como una niña pequeña – Dios mío…-sollozaba de nuevo- Lo siento…-Bajó del taburete y lo primero que hizo fue coger el cepillo para barrer el cristal roto –que torpe…-entonces miro a Adrians y lo siguiente que escuchó fue ruido afuera.

-Son esas personas otra vez –Dijo levantándose del suelo – Debo esconder a Georgia –Salió corriendo de la cocina, dejando a mitad el cuento para otro día mientras se preocupaba en ir a esconderla, pero para cuando llegaba a ella, uno de los guardaespaldas del barón abrió la puerta preguntando por su realeza. Orinya respondió que estaba en la cocina y enseguida cogió en brazos a Georgia para llevarla a otra habitación – quedaos aquí –Dijo pero fue tontería decir aquello, no podía moverse. Salió y cogió lo primero que vio, una vara de hierro que había cerca de la chimenea – No la van a matar – Dijo Orinya con firmeza en sus palabras y antes de que nadie dijera nada, salió al exterior para poder encontrarse con ellos pero la sorpresa la sobresaltó.

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por **Adrians Blancquart** Jue Ago 18, 2016 2:00 am

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Intrusos...

Manteniendo el trapo en mis manos, limpiando uno a uno los dedos que aún tienen restos de la sangre de Georgia y la mirada puesta en ella, esperando una respuesta directa, odiaba los rodeos cuando se dejan a la vista los hechos como aquella herida que por suerte pude curar o al menos reducir las posibilidades de infección y por ello enfermara. No tardo en hablar y para cuando lo hizo, denote en su voz la sinceridad de cada palabra como así la preocupación tras desparecer su “hermana” sin decir nada para acabar a hurtadillas en casa ajena, vigilando los movimientos de los que habitaban en su interior, fruncí el ceño y moví mis orbes claras hasta donde se dirigieron sus pasos, seguía sin saber el motivo de lo que vi.

—¿Y por qué fue hasta allí por..? —Dije sin terminar de la pregunta, acercándome de inmediato, el vaso cae a añicos y el agua se vierte formando un charco, un pequeño déjà vu ante mí, solo que las personas no eran mismas así como la razón de su descuido tampoco lo eran. Me acerque a ella sin dejar que terminara de recoger los cristales, coincidiendo nuestras miradas en el mismo instante que el silencio se ve interrumpido por otros que hacen reaccionar con rapidez aun habiendo visto el temblor de sus manos y el sollozo que apunto estaban de dejar paso a las lagrimas quedaron en segundo plano, sacando fuerzas para salir de esa cocina e ir por Georgia.

No tarde en ir tras ella para saber quien tuvo la osadía de interrumpir, quien eran esas personas que parecían haberlas localizado, la situación no se aclara y siempre es por un interrupción, dejo el trapo a mi paso para encontrarme con uno de mis guardias nada mas cruzar el invisible umbral de aquel reducido salón.

— Señor Blancquart, debemos irnos, no estáis seguro aqui — Dijo con total confianza a la que mi gesto de ceño fruncido desaprobaba la misma acción, aun sabiendo que era por mi seguridad.

— Señor — Dijo mientras Orinya pasaba tras de él una vez aseguró a Georgia , decida a averiguar por su cuenta. Viendo este como mi atención iba tras ella y no a sus palabras—Nos iremos en cuanto acabe aquí, pero ahora debo ocuparme de Lady Orinya, vos encargaos de proteger a la Duquesa Georgia — en parte mentí, no por mi orden pero si era cierto que hasta no averiguar lo que quiero no iba a irme de aquí. Pase por su lado, mirada incrédula ante mi acción que dista mucho de mi posición como barón, pero sabría que no iba a decir nada, pues sabe de qué dependía su trabajo y parte de eso no había nada malo en ayudar. Él se quedó atrás, en el interior para proteger a Georgia como le pedí y yo salí fuera.

Al salir fuera me encontré con Orinya y la razón frente a ella. Un muchachuelo que no aparenta ser mayor que yo, ropas de pícaro armado con un pequeño hacha en su mano derecha.

De inmediato hice uso de mi magia, pronuncie muy bajo el hechizo para invocar, — e terram miseriae , lapsus subter eam sunt , ambulat volutpat ...( resurge de la mas profunda tierra, deslízate bajo ella, deslízate...camina ) — repetí un par de veces, un ligero temblor bajo nuestro pies y que se contagia por la tierra en línea recta hasta los pies del muchacho. La tierra se quiebra y resurgen de ellas raíces desde abajo, rodean sus tobillos y las manos con fuerza. Me acerco a él, dejando atrás a Orinya. Usando mis habilidades de tiritero, usando un par de dedos que dibujan en el aire dos lineas hacia la derecha, sin dejar de mirarle, deteniéndome en los pasos al despojarle de su arma. Usando la misma habilidad sobre el colgante que adorna su cuello y apretando poco a poco. Estaba muy molesto por su amenaza.

—¿ Quien sois, muchacho..? — dije aflojando, aunque no demasiado su agarre para que hablara, —Dime tu nombre — Dije apretando mi habilidad, este llevándose la manos al cuello intentando deshacerse de aquello que le atacaba por mi.

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por **Kyra** Jue Sep 08, 2016 7:54 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Observando lo que se esperaba del barón, Orinya suspiro y en cuanto vio correctamente al joven más esta se sorprendió. Le conocía. Es más lo había cuidado desde bebé – Helios –Murmuro y se acercó hasta el barón pidiendo que lo dejara libre, que era un niño inocente guiado por malas personas. Esas personas no iban detrás de Georgia, no, sin embargo esa noche su pasado se había presentado en forma de un niño al que conoció hace tiempo – Déjalo Adrians –dijo la loba llamando por su nombre al barón – es un niño inocente que no sabe dónde se mete –puso su mano sobre el brazo de Adrians – por favor…

La esperanza de que en algún momento Adrians dejara de hacer funcionar su magia era un 50% por ciento de probabilidades, por lo que se le acercó y le susurro – Te contaré todo Adrians, por favor pero suelta al joven –Dijo casi en una súplica, agarrando el brazo con más fuerza a medida de que la súplica iba creciendo en necesidad.

Escucho como el pequeño la miraba con familiarización – hermana…-Murmuró el joven. Orinya estaba segura, tenía una corazonada de quien era y no era un pasado bonito – Yo…solo me escapé –Comenzó a relatar el pequeño atado con la magia del barón – me escapé de las garras….de..
-Greyson –murmuro enseguida Orinya, recordando el nombre de aquella persona que le hizo su vida un infierno - ¿No ves que te ha dejado libre para que seas el cebo y así atraparme? –Era evidente el plan. Según sus borrosos recuerdos, Greyson no dejaba libre así como así a nadie de su manada. Nunca dejaba libre a nadie a no ser que tuviera algo en mente.

-Ese Greyson es muy peligroso Adrians, más vale que lo sueltes ya si no quieres morir a manos de un psicópata desquiciado que además….es una bestia horrible – dijo con tanto temor en su voz que temía esta vez en serio por Adrians- ni siquiera tus guardaespaldas pueden con este tipo, nunca vas a volver a vivir si te enfrentas o nos pilla ese hombre aquí…y Georgia está enferma, es decir, mal herida, ¡no puede moverse! –Dijo tomando con una de sus manos el rostro de Adrians con cierta dulzura – Suéltale ya Adrians…hazme caso.

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por **Adrians Blancquart** Miér Oct 05, 2016 1:52 pm

Hidden realms [Privado]

Sorprendentemente bien…

Seguir apretando aun viendo como las venas de su cuello se marcan mientras sus manos sigue intentando deshacerse pero sus uñas no son suficientes como para liberarse.Mis ojos que se tornan de un claro a tono oscuro haciéndose más grande mi iris sin salirse de la proporción natural, escuchando cada intento por respirar pero continúe usándolo contra él , me sentía sorprendentemente bien.

—¿Helios?…—Dije repitiendo el nombre, desviando la mirada por instantes para clavarlos en ojos ajenos; —¿de que conoces a este chiquillo..? —Dijo antes de suspirar, viendo de reojo de nuevo al niño, aflojando apenas y no porque Orinya me lo pidiera argumentando que era manipulado por terceros ni siquiera por el toque de su mano en mi brazo.

—¿eso crees?…—negué mientras seguía mirándole, volviendo a apretar durante los segundos que sus labios me susurraban al oído una explicación mas junto a todo esto que sigue en el aire.En ese mismo instante escuche las primeras palabras de aquél chiquillo, cediendo finalmente por mi cuenta,bajando el brazo junto con la mano de Orinya en él aun.El colgante del chiquillo vuelve a sus itio pero las ataduras en muñecas y tobillos por las raíces aun no los deshice y tampoco lo haría hasta que terminase el relato que había comenzado.Una conversación que entre ellos completaban y del que yo solo estaba de escucha hasta que hablo de ese segundo nombre “Greyson” describiendo como un psicópata y un monstruo,advirtiendo que él estaba detrás de este chico.Muerte asegurada o eso parecía por la voz quebrada de Orinya mas aquellas ramas apretaban por su cuenta hasta el instante que las hiciera desaparecer.

—Ira detrás de ti de todos modos, Orinya…—Dije escuchando su dulce suplica de que liberara la atadura.Entrecerre los ojos antes de que mi vista volviera al chiquillo,—Va a traicionarte…—;Me aparte del muchacho después de la advertencia.

—Si es una bestia desquiciada, debería estar aquí y no mandar a niño…—Dije con un tono de voz que hacía visible la molestia por esta situación que ahora se complica.Suspiré con pesadez accediendo a lo que me había pedido,— abscondere sub iterum (bajo tierra vuelve a esconderte)…—Dije moviendo la mano en círculo hacia adelante,haciendo que aquellas raíces volvieran bajo tierra dejando aquellas grietas como pista de lo que pudo haber ocurrido aquí.

Deje atrás a Orinya y al mocoso y me fui hacia el interior, encontrándome con mis guardias;— Señor,la señorita tiene fiebre —Dijo uno de ellos, el mismo que me encontré al salir de la peculiar cocina y que había mandado cuidar de Georgia.Chasquee la lengua al tiempo seu asentía antes de pasar por su lado y llegar a la Duquesa.

—mas complicaciones… — añadí por lo bajo antes de tocar con mi mano su frente, confirmando su estado febril.La tome entre mis brazos y volví a llevarla al sofá para recostarla—.. te seré franco,Georgia, tu recuperación será lenta,esa bala creo que tenía algo mas que plata… —Dije mirándole a los ojos, subiendo los retales de su ropa para ver un par de puntadas idas.

—Georgia que agunates y vos..Orinya…—Dije sin terminar, buscando su mirada—Aseguraos junto a mis guardias que no tenemos mas problemas que todo lo de aquí…—Dijo haciendo una pausa, esperando que se fueran y asípoder usar la magia sin más testigos que pudieran irse de la lengua ya que no habia otro recurso.

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por **Kyra** Sáb Oct 08, 2016 8:58 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

De algun modo noto la exasperación de Adrians en su voz. Estaba enfadado con ella, seguramente porque le había escondido secretos de su pasado de los que posiblemente quería huir y como no iba a solucionar nada hablando ahora con Adrians, se llevó al exterior a Helios al que tomo del hombro, sacándolo de la mansión.

-Helios… ¿Sabes lo que pasara? Sabes que Greyson es un buen rastreador, él nunca te dejaría libre, lo sabes? – Dijo Orinya nerviosa. Si la encontraba, seguramente volvería a maltratarla, a poseerla con malicia y viviría una vida que no deseaba para nada. No quería volver a esa vida.
- Se ha vuelto loco, ¡LOCO! –Dijo replicante el infante, esperando que esta le entendiera -
-Yo perdí la memoria y la recuperé poco a poco, por desgracia también recupere la memoria donde Greyson me tiene como su esclava, como su maldito objeto personal para no aburrirse – Decía Orinya haciendo entender el error del infante – Nunca nadie ha logrado salir con vida de sus garras, Helios

Durante Orinya intentaba convencer al muchacho para que volviera al campamento, Orinya sentía muy cerca la energía débil de Georgia. Al parecer esta estaba siendo tratada nuevamente por las habilidades de Adrians, no podía dejar al pequeño a solas y que se fuera a contar su posición a Greyson que era aquello lo que estaría esperando mientras hablaban.

- Helios, se que quieres escapar, seguramente todos quieren escapar pero nunca nadie ha podido….-Encogió los hombros-Excepto yo que me dio por muerta –le pico el hombro- y ya sabes lo que hará si me atrapa. Sufriré de lo lindo y no será nada bonito –le mira – ¿quieres acaso que me mutile? –Vio al niño negar de un lado a otro y vio las emocionadas lágrimas del muchacho – Bueno, no llores tampoco –suspiro brevemente y las manos fueron a parar a los hombros del chico – Tienes una oportunidad….vete y busca refugio, no vuelvas a los bosques en una temporada – Dijo intentando alejarlo también del interés de la pequeña casa en la que estaba Georgia herida. No quería involucrarla a ella también después de haberla salvado de la muerte.

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por **Adrians Blancquart** Sáb Nov 26, 2016 7:18 am

Por esta vez tome las riendas de la situación.Mis guardias y Orinya salieron fuera junto a aquél muchacho que casi es presa de la magia negra que anida en mi interior y que me tienta a acercarme a ella cada vez que hago uso por minúsculo que sea.

Mire al mi alrededor,viendo los recursos que podría servirme para bajar esa fiebre que es efecto claro de que la herida era y es mas grave de lo que aparentaba ser a simple vista.Mire una vez a Georgia,— Mademoiselle… quizás esto te duela —Dije antes de posar mis dedos sobre su piel,que al borde de las heridas se apreciaba el calor que emana de la herida,la punta de mis dedos se manchan de sangre por aquellas puntadas que se deshicieron por el movimiento de ella al esconderse de aquél intruso,que poco después supimos que se trataba de un pícaro conocido por Orinya,un detalle que no se porque no me da buena espina,aparte de deberme una explicación por este extraño de atracción que nos envolvía donde sabía entre su secretos lo que su aura rebela junto a el aroma peculiar de ella.

— Argentum venenum, sanitas vulnus aperto, lux intrat effectum et folia eorum… —Repetí concentrado un numero de tres veces,ojos cerrados, primera donde dos de mis dedos rodea su herida,donde podía oírse su alarida junto al gesto fruncido por el dolor que estaba causándolo.Las siguientes repeticiones fueron colocando por encima sin aplastar su herida.Tenue luz en esa grieta que me hizo sonreír y abrir los ojos al notar ese calor, diferente.Observe otra vez a Georgia que se quejaba por el escozor, mientras mi s labios pronunciaban una vez mas, viendo efecto inmediato de cicatrización lenta pero suficiente como para avanzar un paso para que esos puntos solo le quedaran días para retirárselos.

Puse la mano en su frente y la fiebre había remitido pero no remitido,¡ojo!.Suspiré aliviado y me levante impulsándome un poco para quedar en bipedestación e ir a esa peculiar cocina a lavarme las manos una vez tape de nuevo con su ropa su herida, — state(quédate quieta)… —Dije, negándome a mi mismo y reí mientras cogía el trapo, —quise decir,quédate quieta… —Reí antes de ir a donde pretendía y lavarme las manos.

A veces como ocurrio ahora tiendo a hablar latin, sin desconetar y reconectar con miprpia legua, como si el contrario entendiera de Latín.Cuando terminé abrí la puerta y oí mas amplio lo que antes era murmullo,aunque eso si solo alcancé a oir,” vete y busca refugio,no vuelvas a los bosques en una temporada”,funci el ceño,lo desaprobaba pues si es tan listo como aparenta,volverá a buscarla y temo que no sea solo.

—Podéis pasar… —Dije buscando la mirada a Orinya a que tome de la mano para hacerla entrar antes para llevármela a esa cocina donde también deje el trapo, —por un par de días no ha de moverse Georgia…Cuídala e iros de aquí cuando pase para evitar que os encuentre —Dije soltando su mano con suavidad,subiendo la misma a su mejilla para acariciársela—No puedo quedarme más pero volveré a verte,eso seguro.. —,acaricie con el pulgar su barbilla con la mirada clavada en ella, —y esta vez os hare llegar el aviso donde mis guardias no me acompañaran…y el tiempo no sea el límite —Dije,acercandome a su rostro para besar su comisura, —Hasta pronto,Orinya.. —,finalicé, pasando por su lado e ir a el encuentro con mis guardia he irnos.

por **Kyra** Jue Dic 08, 2016 8:18 pm

Fuera de París | 11:00pm | Bosques

Solía despedirse a menudo de personas, pero la despedida de Adrians le estaba costando aceptarla. Esta sabía amargo, no sabía por dónde tomarlo, se quedó mirando al brujo con ojos vidriosos, esperando a que decidiera hacer lo contrario. Nos vemos cuando el destino tenga ganas de juntarnos, mientras tanto cuídate y se feliz. Las despedidas tienen una curiosa forma de personar sin decir palabras. Soñar como si fueses a vivir para siempre y vivir como si fueses a morir hoy mismo.

-Un millón de palabras no pueden hacer que vuelvas. Lo sé, porque lo he intentado. Tampoco un millón de lágrimas. Lo sé porque he llorado hasta no poder más

Soltó Orinya de sus labios antes de que el brujo hiciera algún que otro movimiento. Le sujeto del brazo para que no se alejara de momento de su lado ¿Por qué se sentía tan desesperada de mantenerlo a su lado? Podría ir lenta con su desarrollo hacia quien podría tener algo de afecto además de Georgia, podría sentirse dichosa por querer sentirse cerca de alguien por una vez que no fuera por puro interés. Los recuerdos construyen un camino que llega hasta el corazón y logra que los amigos siempre los sienta uno muy cerca, aunque en realidad estén muy lejos.

¿Por qué solo se tarda un minuto en decir hola, y toda una vida en decir adiós? ¿De verdad se sentía como que tenía que tenerlo en ese momento para ella sola? Es verdad como aquello que siempre querrás en tu vida no lo valoras hasta que se pierde de entre tus dedos como polvo en el aire. Tenía que hacer algo para pasar un poco más de tiempo con Adrians, pero Georgia estaba también necesitada de cuidados médicos y más de ella. Georgia le salvo la vida, tenía que hacer algo inmediatamente, pero tampoco podría dejar ir al brujo.

Dios solo sabe cuándo se volverían a ver las caras.

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