Hidden memories and abandoned, recovered[Privado]

por **Björk** Mar Feb 19, 2013 12:50 pm

Las cosas eran perfectas cuando la mente no planeaba, no trazaba un plan estipulado en el cual buscas un objetivo, una recompensa. Quien había pensado que al llegar a parís buscando algo nuevo, innovador y diferente, me iba a encontrar con una parte de mi pasado, que aunque había deseado olvidar, no lo había podido hacer. Yo mismo en ocasiones, me maldije, me odie y no podía soportarme, por estar como un estúpido perro faldero detrás de mis recuerdos en donde él estaba. Todo tiene un propósito, me recordaba, nada en la vida se da por darse, tal vez mi trasformación era algo de ello, algo que ya estaba escrito en la historia de nuestras vidas. También estaba seguro que el que dos almas se hubieran separado hace muchos años y vuelto a encontrar cuando ya la llama estaba a punto de extinguirse, cuando la esperanza ya comenzaba su partida, era algo del divino destino.

Me había vuelto unos años más joven, sentía que estaba en aquella etapa de estúpido enamoramiento que para muchos hombres era la perdición, pero para mí solamente era sensaciones olvidadas que volvían a renacer gracias a las cenizas que habían dejado atrás, muchos años atrás. Era cierto que éramos ya diferentes de esos años, pero nuestros corazones no habían cambiado, no habían olvidado aquellos sentimientos. Era como un niño ansioso arreglándome para aquella ocasión, que yo podría llamar especial.

Estaba ya en el carruaje mirando a un horizonte que parecía cambiar mediante llegábamos al lugar, era extraño volver a vernos desde aquel día que nos habíamos encontrado, comenzaba a sentirme un poco ansioso, ya lo deseaba ver, por suerte comenzábamos a llegar del recorrido que solamente había durado una hora de la residencia. Ya habíamos llegado y rápidamente pude sentir como los caballos se detenían y el hombre que manejaba el carruaje bajaba para abrirme la puerta. -Gracias- susurre mientras mis ojos buscaban aquella figura que ya conocía muy bien, pronto apareció entre aquella pequeña multitud de sirvientes que se habían instalado en la puerta, cuando nuestros ojos se encontraron me sonrió levemente con un pequeño sonrojo en sus mejillas. Parecía buscar ocultar la alegría que tenia al verme, pero era casi imposible hacerlo, yo simplemente sonreí cuando él lo hizo, saltando de aquel carruaje para apresurarme a llegar a su hogar y así poder al fin estar junto a él, pues eso era lo único que quería en esos momentos, tenerlo cerca para amarlo con todo mi ser.

por **Valentin Zukovski** Vie Mar 15, 2013 7:07 pm

-¡No, no podía ser que le vaya a ver tan pronto!...-Quizás había estado tanto tiempo sin estar con él que no sabría cómo actuar frente a su persona. Sonrió de forma tranquila, siempre era así con las personas, un ser tranquilo que no mostraba sus emociones o problemas a simple vista, al final de cuentas era uno de los funcionarios de Rusia que tenía más importancia en el país, pero especialmente, aquel día, se revolcaba por las sabanas y las mantas de la cama con cierto nerviosismo, sin saber si bajar de la cama o no, estaba hasta riendo para sí mismo, tendría que calmarse o lo tomarían por alguna clase de locura desconocida...aunque, qué decir del amor...Nunca sabes cómo tocara a tu puerta. Había decidido seguir con su vida en el círculo social de la nobleza, pero en cuanto menos se lo esperó con la llegada del tren, llego otro viaje que posiblemente sería el viaje del destino que tendría que afrontar en el futuro, un futuro que posiblemente estuviera incluso más negro que el caviar que comía en cada recepción de la más alta sociedad.

Y sin darse cuenta, aún estaba metido entre las ropas de cama, metido en sus pensamientos como un naufrago al que necesitan encontrarlo con un golpe de suerte y podría decirse que ahora estaba confuso en si debía de bajar o quedarse en la cama, hasta que desapareciera Björk de su casa, que había sido un error, pero algo en su interior le dijo que no le dejara pasar, que no dejara pasar esta oportunidad que quizás podría estar arrepentido durante el resto de su vida. Suspiró y finalmente se dispuso sin ninguna prisa a vestirse y a ponerse elegante, tal y como a él le gustaba vestirse cuando tenía visitas tan importantes, quizás esta ocasión lo requería. Tras pasar un tiempo en el comedor, desayunando y leyendo el periódico sobre la mesa y enterándose de las últimas noticias de París, finalmente estaba dándose paseos y paseos, se sentó, se intentó calmar para finalmente distraerse con un libro hasta que ya, finalmente, uno de los mayordomos dio la noticia de que el carruaje de un invitado esperado había llegado finalmente.

-Esta aquí...-Murmuro en un suspiro para sus adentros, se recolocó la camisa y miró a su mayordomo- ¿Cómo estoy? Da igual...-¿Estaba algo nervioso? Lo intentaba ocultar, vamos, conocía a Björk, sabía que se pondría como un histérico empedermido y enamorado cuando estuviera frente a él, pero no pudo evitar ponerse las manos en las mejillas, sentía el rubor y el calor de las mejillas tan solo en recordar aquello que le dijo Björk en aquel sitio cerca del pozo donde le salvó de aquella anciana que estaba un poco mal de la cabeza. Suspiro tranquilizándose, pero tuvo que ir al lavabo para poder lavarse la cara, iba a explotar de los nervios que le recorrían la cara.

– Señorito, el carruaje de Monsieur Björk, espera...-No hizo falta completar la frase pues Valentín salió escopetado hacia la puerta de entrada, eso sí, procurando permanecer calmada, sonreía, pero vamos, intentaba ocultarlo, pero le era imposible, si, veía que se acercaba a él, ¿Qué haría? ¿Qué diría? ¿Qué? Estaba frenético, ¡SE ACERCABA! Ya!! ¡Estaba a pocos centímetros! Le hizo una reverencia y Valentín se la respondió como su educación le mandaba pero al momento siguiente le rodeaba el cuello con ambos brazos, abrazándolo sin poder evitar sacar una sonrisa de oreja a oreja y con el color de las mejillas subido varios tonos de rojo.

por **Björk** Vie Mar 22, 2013 10:44 am

Tomándolo de la cintura, suavemente me alejaba de él para hacerle una reverencia y paso siguiente poder acercarme a su comisura derecha, bien cerca de sus labios pero sin llegar a tocarlo, dejándole un rastro de libido que creciera poco a poco en el, pero le tome de las manos para poder finalmente acercarlo y rodearle la cintura con fuerza y quedarme cerca de él-...Te eché de menos Valentín...-me quede mirándole como siempre lo había hecho. Estaba cerca de él pero termine separándome, la gente parecía vernos con un aire extraño que no me gustaba, daba igual, yo me comportaría, si, pero de igual modo seguiría siendo yo mismo frente a Valentín.

El día había comenzado para ambos, sonreí y le bese el dorso de la mano para ponerme después a su lado, viéndole como se comportaba con cierto nerviosismo, sonreí-...Tranquilo...-le agarre de la mano y solamente comencé a caminar hacia delante para adentrar en el camino que me dejaban libre los sirvientes. Sonreí brevemente y enseguida varios caninos, aunque solo uno se acerco a lamerme los pies.

Que puta ironía. A veces me hartaba de ser de la familia, pero tenía sus ventajas, ser como era, pero no tenía que tener a tantos perros a mis pies o si? Me separe demasiado del perro al ver sus intenciones de querer mearse en mis botas nuevas. Maldito animal ¿Así me tratan? Menuda educación, pero que se yo, si el perro es el ser más salvaje y domado a la vez. Un perro era como algo que los humanos tenían por tener compañía otros solamente por tener algo y ni siquiera los atendían o simplemente los amaestraban para matar.

En eso no sabría que decirte.

por **Valentin Zukovski** Dom Abr 07, 2013 11:57 am

Era gratificante poder volver a estar con él, los sentimientos eran algo confusos, pero al final todo se resumía en un bienestar que invadía a Valentín, era como poder haber dejado de llevar un peso, ahora si podía volver a sonreír sin tener que esforzarse por mostrarse verdaderamente feliz. Los movimientos de Bjork le indicaba que el también estaba ansioso de volver a sentirlo cerca, de abrazarse y mostrar el amor que desde hace muchos años se había estado almacenando y que extrañamente no se había marchitado como las flores cortadas y alejadas de la tierra lo hacen. Su aliento le era como el agua que necesitaba para avivar la flor que estaba dentro de el, su presencia era como el mismo sol radiante que daba vitalidad y lo hacía crecer mas y mas. Comenzaba a sentirse verdaderamente avergonzado por todos aquellos sentimientos y pensamientos que en su cabeza explotaban como si fueran fuegos artificiales.

Como siempre Bjork lo dejaba un poco impresionado pero poco a poco comenzaba a acostumbrarse otra vez, que no debía importarle lo que podrían decir la gente de él. Su mano era más cálida de que recordaba, le miro por unos segundos algo extrañado, al sentir aquel calor proveniente de su cuerpo, pero luego se desintereso mientras caminaban hacia adentro de la mansión. Algunos de los caninos que estaban sueltos por allí comenzaron a perseguirlos para ver hacia donde se iban, Valentín solamente miro con ánimo como uno de ellos se acercaba a oler a Bjork, era algo normal en ellos buscar interacción con los desconocidos. El ruso rápidamente le dio una reprimiendo al cachorro que estaba teniendo intensiones de orinarse en los pies, cuando dio la orden los otros también salieron lejos de ese lugar, mientras Valentín seguía caminando por un largo pasillo en donde se podían ver diferentes obras de diferentes artistas y épocas, encima de aquel tapizado azul celeste que hacía ver más amplio el lugar.

Abrió la puerta de su estudio, en donde había muchos libros ordenados en pirámides en el piso y otros documentos en el escritorio de madera en el fondo. Dos sillones estaban a la derecha, con una pequeña mesa que hacia juego, además unos pastelillos para disfrutar, no había ordenado te, porque era algo extraño estar bebiéndolo a esta hora, pero si Bjork deseaba algo de beber, el se lo facilitaría. Llego a uno de los sillones y se sentó en aquel cómodo lugar, invitando a su compañero con un ademan de manos a hacer lo mismo -¿Cómo te ha ido en los negocios?- pregunto deseando poder comenzar una conversación cálida con él, aunque sus nerviosismo no era un buen aliado que se día, agarro un pequeño pastel de limón y de un bocado desapareció, con su otra mano sujeto una servilleta para limpiarse los labios por si habían quedado algunos residuos de aquel postre.

por **Björk** Lun Abr 08, 2013 4:31 pm

No era normal que me sintiera nervioso en ese momento. Me quede en la puerta, cerré la puerta haciendo que nos quedáramos a solas. Bien había tenido tiempo antes que nada de hacer una parada a ciertos comercios, sonreí seguro de lo que haría aunque de algún modo tendría que esperar a que ambos estuviéramos seguros.

De algún modo le veía nervioso, eche el pestillo en la puerta, no quería ser molestado cuando estaba con Valentín, nunca más, comencé a caminar hacia él y finalmente pude sentarme en el sillón que había al lado del de Valentín, pero con las mismas me volví a levantar y daba vueltas por la sala. Me pare en seco y solamente me volví a sentar en el aquel sillón el cual acerque para estar más cerca de Valentín, escuche su pregunta mientras movía el mueble pero después me quede mirándole a los ojos, sonriéndole hasta que me encogí de hombros.

-¿Negocios? –Pregunte algo nervioso pues no me había acordado de mi hermana pequeña, ni de mis padres que seguramente estarían preguntándose el donde estaba y me había concentrado en Valentín al cien por cien. Entonces fue cuando las imágenes de aquellas noches en continua batalla volvían a mi mente de nuevo sin previo aviso, apartando la mirada de Valentín y de nuevo teniendo que adquirir una sonrisa, levantando el rostro hacia él sin poder evitar soltar unas lagrimas-...Valentín....yo.....te amo...-le tome de las mejillas para poder acercarle, le bese lentamente en sus labios para después lamerle la comisura donde tenía una pizca de pastel, pero lentamente, aquel cálido beso que le di fue convirtiéndose en una separación entre ambos demasiado fría.

-Pero debo contarte algo....-le tome de las manos para poder tenerle bien cerca de mí-....Todo este tiempo que he estado lejos de ti....lo he pasado en la guerra...-Dijo tomando sus manos y besándoles el dorso a cada una con lentitud, tirando de él para acercarle y poder olerle lentamente y besarle su cuello, olerle otra vez y finalmente mantenerme en el sillón en donde estaba sentado.

Me agarre a los brazos de aquel sillón-...Dame uno de esos...-trague con fuerza saliva para poder hablar normal-...Dame...un pastelito...-dije mirándole con una mirada casi siniestra, pero el libido que sentía por mi cuerpo quería mandar sobre mi voluntad y abalanzarse sobre Valentín y violarlo hasta que me pidiera que se lo hiciera una y otra vez, tuve que hincar las uñas en la tela del sillón, mirando a Valentín, aguantando cada vez más las ganas, pero no pude y tan solo comencé en acercarme a su oído-...Quiero acariciarte, besarte, tocarte hasta que nuestra piel se funda en una sola pero cómo hacerlo si temo separarme de ti...-le lamí la forma de su oreja pasando la lengua por aquel cartílago de él a la vez que mi mano se deslizaba por la hilera de botones de aquel chaleco y camisa que llevaba esa mañana mi querido Valentín para de una forma u otra morderle con suavidad el lóbulo de su oreja, saboreándola sin poder evitar rodear con mi mano la cintura de Valentín.

-Aquella vez en palacio habíamos empezado algo que jamás pudimos terminar....-me quede mirándole fijamente, tome un pastelito entre mis dedos y lo comía como si fueran los labios que debería de estar devorando de parte de Valentín. Volviéndome al sillón de donde estaba antes me quede mirándole fijamente a los ojos, le tome de una de las mejillas para hacer que se fijase en mi-.... Ese es un negocio el cual quisiera tener contigo hasta que mis años de licano termi....nen...-Me había emocionado en hablarle, pero ni me di cuenta de que había soltado la palabra “licano” algo que no pretendía que supiera hasta entrado más adelante en la plática. Trague saliva para después mirarle a los ojos con cierto nerviosismo. Esperaba que ahora no se alejara de mi..o que no se hubiera dado cuenta de mi torpeza.

por **Valentin Zukovski** Mar Mayo 07, 2013 9:56 pm

Era un momento electrizante, no podía pensar bien, sus ojos se mantenían en los de él, lo miraba y no entendía como era que no podía dejar de mirarlo, de detallar cada expresión de su rostro. Su confesión era como un eco que invadía cada rincón de su mente, el también lo amaba, como no tenía idea, le hacía daño el solamente pensar que no pudiera estar más con él, el que aquel hombre estuviera tan cerca de él lo dejaba sin armas, estaba indefenso, completamente indefenso. El lobo había llegado a dominar a aquel cachorro, se estremeció al sentir su lengua tan cerca de sus labios, entrecerró sus ojos disfrutando aquella sensación que le recorría todo su cuerpo, todo caminaba a una dirección y no le molestaba hacia donde iba, entrecerró sus ojos, estaba dispuesto a entregarse, ya no mas escusas sería feliz con la persona que había elegido para eso.

-No te preocupes, Bjork- le dijo con una amplia sonrisa, lo veía nervioso, el normalmente era más tranquilo, le preocupaba su actitud, deseaba que estuviera relajado, pero parecía estar algo tenso para gusto del ruso –puedes decirme lo que tú quieras- sus tiernos detalles hacia que se estremeciera, era algo a lo cual ya no estaba muy acostumbrado, pero trataba de no sentirse aturdido a la final quedo muy cerca de el, podía sentir su respiración tan cerca en su piel, sonrió suavemente, no se sentía mal, le gustaba, estaba muy a gusto, entrecerró sus ojos, se quería acomodar y relajarse entre aquel gran pecho. Aun así su inquietud y la forma en que estaba no le permitía a Valentín disfrutar cómodamente de su compañía, aun así disfrutaba las cosas que susurraba a su oído como si se tratara de un terrible secreto.

Entre susurros y leves caricias, su libido también comenzaba a crecer, ya estaba a punto de perder los estribos, olvidar el protocolo que lo protegía y convertirse en una persona que solamente deseaba amar a su alma gemela-¿Quieres terminarlo hoy?- pregunto él con una voz entrecortada por su respiración algo agitada. Las mejillas comenzaban a sentirse calientes, pero la temperatura hace mucho había subido. Se quedo mirando como este comía aquel pastelillo mientras de reojo se cercioraba que todo estuviera vacio, aunque ya no le importaba nada. Ese era el poder de Bjork, hacerlo sentirse perdido, que nada le importara solamente él.

Lo había llevado otra vez a mirarlo, si hubiera sabido que le era tan difícil dejar de mirarlo, que su esfuerzo en voltear a otro lado era demasiado como para explicarlo concretamente, le quedo mirando fijamente mientras hablaba -¿Qué has dicho?- pregunto un poco nervioso de no haber entendido bien lo que este había dicho, pero entendía bien el francés que el contrario hablaba. -¿Qué es lo que has dicho Bjork?- pregunto nuevamente notando el nerviosismo del otro. Dejo salir un leve gruñido al notar que Bjork parecía querer evitarlo, frunció el ceño levantándose de forma precipitada. -¿Por qué dejas de mirarme?- pregunto enfurecido porque sus ojos no se encontraba con los de él -¿Qué te sucede, porque no me miras y me explicas lo que significa aquello de años de licano?-

No podía seguir así, comenzaba a enojarse y angustiarse aun mas, ya conocía a los sobrenaturales, aunque siempre había tenido sus sospechas desde el encuentro con aquel vampiro años anteriores, lo había confirmado todo, se toco sin querer el cuello en donde alguna vez estuvo aquellas marcas de sus colmillos. Recordó levemente lo que sabía de los licántropos, no era mucho pero debía hacer algo que indicara algo en su cuerpo –Déjame ver tu cuerpo- dijo de repente mirándole mientras aun tenia la mano en su cuello. –Quítate la camisa- susurro con un tono que nunca había utilizado con él, era autoritario, parecía que no volvería a atrás, si él no se lo quitaba el lo haría.

por **Björk** Miér Mayo 08, 2013 10:59 am

Me quede o no pensando en si quitarme la camisa frente a Valentín-... ¿Y si no me da la gana?-Alce una ceja mirando incrédulo a Valentín, pero después de pensármelo mejor, resople, me levante del sillón y le tome del mentón en cuanto me acerque, le rodee la cintura con mis manos para después besarlo lentamente-....Nunca jamás he enseñado esto a nadie...-me quede mirándolo fijamente a los ojos, me senté para antes sacar una caja rectangular algo pequeña que la puse en la mesita en la que estaban los pasteles.

Nunca jamás había escuchado aquellas palabras de Valentín, no, jamás en los años que había pasado con él y en los que estaba ausente. Bien había sido mi torpeza en haber hablado, pero si íbamos a empezar algo que juntos ya habíamos empezado, no quería ocultarle nada. Volví a mirarlo, me levante de aquel sillón y le senté yo mismo sobre el sillón en el que estuve sentado, me agache para tener sus ojos frente a los míos-....Valentín, fui...herido en la batalla...pero sé cómo eres, se que eres sensible hacia las cosas tan terroríficas, como heridas y cicatrices espantosas, por eso te pido que...no te alarmes...ya apenas es nada....-me fui incorporando lentamente, me fui quitando la corbata, el chaleco y la camisa fui desabrochándola lentamente, me saque una manga de la camisa para mostrar donde estaba la cicatriz que me llegaba desde el pecho hasta el codo del brazo derecho.

La verdad es que me estaba sonrojando bastante, me estaba tensando al estar así, tomé la mano de Valentín con suavidad, me arrodille ante él y puse la mano ajena sobre uno de mis pectorales, haciéndole sentir mi soledad que se encontraba en esa cicatriz-....Cuando nos separamos, años después me mandaron a la guerra, pasaron épocas en las que jamás me olvide de tu rostro y siempre te mantuve en mi mente...-moví mi mano hacia mi izquierda, por debajo de la camisa y poniéndolo sobre mi corazón-....y ahora comparto una vida eterna y mortal, una vida en la que tú quedarás eternamente grabado.....-Parpadee un poco, no quería ahora parecer el débil de los dos o el sensible, pero solo pude poner mi cabeza sobre las piernas de Valentín, abrazando su cintura con mis brazos.

El tiempo pasó y sentí como el silencio era cálido. Miré a Valentín y le tome del rostro para que me mirara-¿Valentín? –Espere su respuesta un buen rato, le abrí las piernas para meterme entre ellas y cuando estaba cerca, sin querer le olí su cuello el cual no pude parar de seguir oliendo-Val....-me lamí los labios, se me estaba haciendo la boca agua-....Me están entrando ganas de...hacerte mío....-susurro lentamente, besándole con pequeños besos en la curva de su cuello, le tome de sus muslos, oculte mi mirada en su curva-...ahg...-Intentaba controlarme, no es que...Dios, cuanto lo deseaba tenerlo entre mis brazos y no parar nunca de acariciarle, le tome del mentón, comencé de nuevo a besarlo lentamente, acariciando sus suaves y sonrojadas mejillas.

por **Valentin Zukovski** Vie Mayo 17, 2013 8:22 am

No podía negarse a él, estaba en su territorio, debía hacer lo que él le decía, no porque se sentía como un muchacho caprichoso que desea algo y lo deben complacer, era porque el debía darle una explicación si quería que algo de ellos, de su pasado volviera al presente. Por suerte este se levanto de donde estaba y el conde pudo suspirar aliviado de no tener que abalanzarse hacia él y comenzar una pelea para simplemente quitarle la camisa. Recibió su beso con cierto deje de importancia. Lo escuchaba y sentía que su corazón latina a millón, no pudo evitar mostrar un rostro asombrado por lo que decía, pero no le daba chance de reaccionar y tal vez era mejor así, le vio incorporarse mientras sacaba cada cosa de su parte superior del cuerpo. Llevo una de sus manos a su boca al ver la herida que se presentaba lentamente en el cuerpo del otro mientras este iba revelándolo –Oh Beliath- susurro sintiéndose terriblemente culpable, pues sabía que había sido por despecho que se había ido a la guerra.

¿Había querido dejarse matar a propósito? Era demasiado grande, no sabía cómo había sobrevivido pero le alegraba que lo hubiera hecho… cuánto dolor debió haber soportado, bajo la mirada, sentía que estaría a punto de llorar al pensar que tal vez nunca supiera realmente cuando había sufrido en aquella batalla y por aquella herida y todo por culpa de su persona… él le sujeto la mano y eso lo hizo venir en a la realidad, el había sobrevivido ¿eso no lo alegraba? Demasiado en realidad, estaba feliz y podía suspirar aliviado. Sus dedos tocaron aquella superficie irregular, de aquella herida provocada ya hace años por lo que podía ver -¿Una vida eterna?- retiro su mano y dejo que se hundiera en sus muslos, sin pensarlo dos veces le acaricio la cabeza mientras veía lo acomplejado que estaba.

Lo entendía, entendía lo que decía, cuando este le tocaba sentía que su mundo temblaba, se sonrojo notablemente mientras sentía como este se inundaba en su cuello y comenzaba a darle pequeños besos en su cuello, no sabía si podría resistir mucho tiempo, pero quería saber más de lo que había sucedido, tal vez sería duro para el contrario pero él lo necesitaba –Bjork… dime por favor- le susurro mientras sin pensarlo buscaba sus labios para besarlos lentamente, saboreando su labio inferior como si no quisiera separarse de el nunca -¿Qué eres? ¿Vivirás después que yo me muera?- era su culpa, el lo sabía, se sentía totalmente devastado por la suerte que había tenido el otro. Se aferro a su cuello para luego separarse de sus labios y jadear suavemente, el aliento choco en los labios, estaban ya demasiado cerca, podían sentir cada cosa del cuerpo del otro y además el conde podía percibir la calidez del cuerpo del otro, aquella calidez que comenzaba a despertar otra parte de el.

por **Björk** Mar Mayo 28, 2013 12:39 pm

En un rápido movimiento, lo sujeto de la cintura y cambiaron posiciones, ahora Björk estaba sentado en aquel sillón y sentó a Valentín sobre sus caderas, sobre su regazo y con cada pierna a un lado-Voy a vivir...para siempre....pero siempre permaneceré eterno en tu corazón Valentín...-Dijo mientras lo había sujetado de la cintura y con la otra mano le sujetaba su rostro, de su mentón para que lo mirara fijamente. ¿Cómo había evolucionado? Bien, pensaba, que ahora cuando llego, entro por aquella puerta estaba nervioso, sin saber que decir o como actuar, pero ahora estaba mirándolo fijamente, estaba calmado y a la vez ansioso de dejarlo desnudo en como dios lo trajo al mundo, encadenarlo a la cama y hacerlo suyo. Aquella idea tan solo le aumento las ganas. ¿Por qué le ponía el libido por las nubes? No lo entendería nunca, pero así era desde la primera vez que le conoció en aquella fiesta tan aburrida.

-¿Te acuerdas de nuestro primer escueto encuentro? –susurro rodeándole ahora las caderas con ambos brazos, pegando ambos cuerpos, comenzando a besarle de nuevo aquel cuello tan inocente que tenia. Sabía a algodón de azúcar. Se quedo mirándole fijamente a los ojos- Valentín...-se quedo mirándolo fijamente-...No voy a dejarte ya que he llegado tan lejos para estar contigo...-negó-...ya no...-susurro sobre su oído con suavidad a la vez con las dos manos apretó las nalgas de Valentín-...tu cuerpo me pertenece...-besó su torso encamisado- y me perviertes demasiado...-dijo sonriéndole, tomando sus mejillas con ambas manos y terminando en un beso sobre la frente y los mechones de Valentín.

Ruidos desde la cocina, cacerolas cayéndose al suelo- Hum? –Quedo mirando a la puerta cerrada, había escuchado ruidos extraños y solamente por eso, ya se puso en guardia. Se puso la camisa bien, en su sitio y entonces miro a Valentín - ¿Tenéis alguna visita inesperada? –se quedo mirándolo fijamente a los ojos, esperando su respuesta, con las manos sobre sus muslos tras terminar de vestirse, seguía esperando entonces los ruidos se hicieron más pronunciados, Björk puso cara de malas pulgas, tenía que alejar a Valentín en un radio de 10km lejos de esta habitación por seguridad, estaba exagerando pero no iba a perderlo-...Val..

Bajo lentamente a Valentín de sus piernas, este se levanto del sillón lentamente poniéndose de pie, mirando a la puerta, entonces se giró a Valentín-....Puede que sea precipitado, no quiero que te sientas agobiado el primer día o segundo de nuestro encuentro, pero...-se puso bien frente a frente a Valentín-...¿Te importaría si pudiera trasladarme aquí? Digo...Algo pasa en la cocina...-encogió los hombros-...No sé qué pasa...pero desde que volví de la guerra aparte que me lleve lo de ser licántropo, mis habilidades han incrementado bastante, y pienso utilizarlas tan solo para protegerte de cualquier amenaza...-Ahora que dijo aquello, ahora que se dio cuenta del modo en que lo dijo, solamente se rasco la cabeza, avergonzado-...Disculpa...pero no puedo evitarlo...sentirme así de protector contigo...-Finalmente tomo otro pastelito, se lo metió en la boca tan rápido que no le dio tiempo a masticar y comenzó a toser, a toser y se agacho para poder tomar el plato y echar lo que le salía por la boca.

por **Valentin Zukovski** Jue Mayo 30, 2013 11:52 pm

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.

¿Era acaso eso un sueño? Creía que debía parpadear varias veces para poder sentir que no iba a despertar en su cama en un momento a otro, no quería despertar de aquella situación. Estaba sentado sobre sus caderas, con sus mejillas encendidas, sin saber donde poder sus manos, aun no podía procesar todo lo que le decía, tal vez comenzara a buscar textos referente al tema. Lo tenía a su merced, podría hacerle cualquier cosa y Valentín se dejaría complacido de poder volver a sentir su tacto cálido en su cuerpo, asintió levemente mientras una sonrisa comenzaba a dibujarse en sus labios mientras recordaba en su mente aquel primer encuentro entre ellos dos. Rodeo su cuello mientras ambos cuerpos comenzaban a unirse cada vez más y eso no le molestaba, al contrario le gustaba sin poder evitarlo.

Los dos habían quedado marcados por un pasado que ya había pasado, por suerte para ellos, ahora había un futuro que le tocaba a sus puertas y Valentín estaría dispuesto a enfrentar con la frente en alto cualquier cosa que tuviera que enfrentar, si era con el único ser en toda la faz de la tierra al que había amado, estaría dispuesto a hacerlo. Lo necesitaba a su lado, no importaba cual fuera el precio, lo protegería como pudiera, eso ya estaba en su mente y ahora nadie podría sacárselo.

De cierta forma lo odiaba por el hecho de que cualquier cosa que hiciera le provocaba un suspiro, un leve y sexoso suspiro que solamente indicaba que no era inmune a sus encantos y que poco a poco comenzaba a perder su cordura, que evitaba que buscara sus labios y comenzaran a hacer el amor en ese mismo lugar. ¿Le echaba la culpa? Debía ver como lo tenía, jadeando a cada rato. –No he escuchado nada- le dijo algo extrañado por su reacción. Prontos e vio otra vez en el sofá mientras Bjork se arreglaba su camisa, ocultando aquella fea cicatriz-Solamente esperaba a una persona- explico, refiriéndose claramente al que estaba al frente de el. Se cruzo las piernas, quitándole importancia a lo que era. Se acodo, erguiendo su espalda y abriendo un poco las piernas al ver que este se metía entre ellas, le miro tiernamente para luego besar sus labios y sonreír complacido –Me parece perfecto! Llamare a mis empleados para que te preparen la habitación cerca de la mía- susurro aun teniendo sus labios en los del contrario.

Se levanto para ir hacia la puerta-Perdón si no te comprendo del todo, pero lo tratare de hacer- mientras tanto aun mas escándalo se escuchaba en la casa, en donde los empleados buscaban sujetar a aquellos dos grandes canes que corrían desesperados por los pasillos, tratando de no ser atrapados, ya habían roto varias cosas a su paso, aquellos dos Doberman, exactamente iguales se movían ágilmente, sin que ninguno de los empleados pudiera atraparlo con éxito. Valentín había abierto la puerta y ahora ellos saltaban hacia él como si fueran cachorros aun, obviamente no lo eran, eran dos machos adultos que juntos podían hacer caer a un hombre fornido sin problema, pues estos habían sido entrenados para ser los guardaespaldas del conde -¡Astaroth, Dash!- exclamo el conde mientras sentía como su cuerpo llegaba a la mullida alfombra que hizo menos dolorosa su caída, pero estos no parecían atender hasta que se dieron cuenta de la presencia del licántropo, aun encima de Valentín, alzaron sus cabezas para quedarse mirando a aquel hombre que habían conocido hace unos años.

por **Björk** Lun Jun 17, 2013 2:28 pm

Estaba con una pose erguida, mirando a esos perros lamiendo el rostro de Valentín, no supo si era celos de su estado animal o de que Bueno, Valentín no se había lanzado así al nunca, o en lo que lo conocía apenas, pero le conocía, no iba a crear un Valentín al que no iba a querer. Quería y amaba al que aún estaba en el suelo. Tenía los brazos hacia atrás, puestos aun con firmeza observando la escena-….Valentín…voy a hacerte mío…-Dijo Björk con tono autoritario, comenzaba a desesperarse, a ver que su estado de licántropo hablaba por sí mismo, tomo con delicadeza a Valentín del suelo para levantarlo, después acaricio los perros con lentitud, sobre sus cabezas, después este los echo lentamente de aquella sala, se acercó a la puerta para poder cerrarla con pestillo.

Estuvo un rato en silencio, echo unas cortinas de seda fina que cubrieron y ocultaron el interior de la sala en la que estaban, los pasos de Björk, estaban haciéndose notorios, firmes yendo hacia el cuerpo de Valentín. Primero fue Björk quien se fue quitando el chaleco, la camisa, dejando las piezas en el suelo, dejando a la vista tal marca.

Después se desabrocho el pantalón pero no lo dejo caer, lo dejo en su sitio, tomo las manos de Valentín, las puso sobre su pecho mientras comenzaba a besarlo lentamente, rodeándole la cintura con ambos de sus brazos, lentamente, besándole aun con lentitud-…Mmm Valentín…voy a marcarte…Eres. Mío…-susurro con cierto grado de posesividad, apretando el agarre en la cintura, que después esas manos fue yendo hacia abajo, a sus caderas, finalmente posándolas en sus glúteos, apretándolos con cierta fuerza, acercándole hacia él mismo para que sintiera su lívido, sus ganas de tomarle en ese mismo momento. No iba a aguantar mucho más sin acabar lo que empezaron una noche en los palacios de Rusia.

-Una vez…me dedicaste un flechazo…a mi corazón aquella noche, Valentín…-seguía acariciando, ahora masajeaba sus glúteos como panes en un ejercicio de armar una masa de pan, lo tomo de sus muslos para alzarlo en el aire, y lentamente, con la agilidad que le correspondía a Björk, para lo siguiente que hizo fue poner a Valentín de nuevo contra el suelo-…No sé para qué te he levantado si te he puesto de nuevo…así…-Y lentamente fue desabrochando la camisa de Valentín con lentitud, acercándose a su cuello a besarlo, lo lamia, se fue a su oreja a lamerlo, a tirar del lóbulo de la oreja, se movió con las caderas contra la entrepierna de Valentín-…Y ahora te devolveré ese flechazo de amor con un orgasmo lujoso y digno de soltar de una sola vez….-Susurro en su oído, sensual, dejando su aliento y sus susurros para que temblara, que supiera que se sentía estar con alguien como Björk.

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