AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El silencio de los impíos (Privado)
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El silencio de los impíos (Privado)
“Solíamos creer en ellas, criaturas hermosas y aladas, de nobleza inigualable… llegamos al infierno y nunca más las vimos venir, nos abandono la esperanza de nuestro espíritu alguna vez inquebrantable”
Nymphilis - Relato ciego de una sombra perdida.
¡Basta! ¡Se acabo!
No podía vivir mucho tiempo más con esas voces en mi cabeza, golpeaba con frecuencia mi cabeza sobre la muralla mohosa de una calle poco iluminada, ¡que perplejo, que inmutable, que deseoso de morir para poder dormir tranquilo!
Las noches se hacían eternas ante el atrapante sueño de criaturas aladas en un lugar que no podía ubicar, en algún plano de mis sueños terribles y de voces que pedían auxilio en el mar de fuego que significaba el castigo eterno... de algo que no sabia que había hecho..
- ¡Se acabo!... - « Resuena el eco del grito a metros »
Sudaba como un cerdo dispuesto a ir al matadero... ¡que había hecho yo para cargar el sufrimiento en vida! ¡Que te había hecho maestro para que me castigues así!...
Olvidaba según los escritos, que estos dioses antiguos gustaban de torturar a sus seguidores, era parte del ritual hacia la locura eterna y el sabio conocimiento de eones astrofisicos... de dimensiones extrañas y de lugares dignos de una divina comedia... ¡Que Dante Allegheri supiera los infiernos que me han tocado vivir!
Era normal desde mi visita en aquel pueblo de Estados Unidos, perdido en la fe de la humanidad y de los ojos de Dios, que mis pesadillas se hicieran más recurrentes y que aquella estatuilla me hablara más de lo que mis pacientes solían decir... claro, llegaban siempre muertos...
- ¡Ayuda!... ¡sacadnos de aquí!... - « Visiones »
- ¡Noooooo!... - « Se escucha el grito a metros »
Justo en este momento... no necesitaba alguien que me viniese a preguntar si estaba bien o a molestarme por los gritos...
- Oiga... señor, ¿se encuentra bien? ¿le sucede algo?... -
- Matalo... -
- Callate hijo de puta... - « Susurrando, saliva cae al suelo, la ira es inminente. »
- Oiga... caballero, ¿necesita ayuda? -
- Alejate por lo que más quieras... - « Susurrando... »
- ¡Matalo!... -
- ¡Nooooo!... - « Apuñala al extraño, lo asesina »
Maldito seas... maldita sea tu y tu puto infierno al cual me has condenado...
Las risas internas eran fruto de cada victima que mataba, cada malnacido que se cruzaba terminaba siendo asesinado por las voces que rondaban en mi cabeza, ¿que quieres de mi?...
Tenia que esconder el cuerpo, antes de que sospecharan que había sido yo quien lo asesinó, que coño dices ¡yo lo había asesinado maldición!
Pesaba además un puto montón, ¿como era que ante tanta pobreza hubiesen algunos malditos rebosantes en obesidad en esta maldita ciudad? No lo se, ni me interesa saberlo, debería ser la misma basura social que en Austria, las migas para la muchedumbre, el pez gordo para la maldita aristocracia. « Carga el cuerpo hacia una calle abandonada »
-... cerca... alguien... matalo... -
- No mataré un putazo más... ¡entiende malnacido! -
Efectivamente... con los gritos había despertado a más de una curiosa alma en esta desdichada ciudad, al menos no era policía... no que se notara...
- ¿La puedo ayudar en algo?... -
Nymphilis - Relato ciego de una sombra perdida.
¡Basta! ¡Se acabo!
No podía vivir mucho tiempo más con esas voces en mi cabeza, golpeaba con frecuencia mi cabeza sobre la muralla mohosa de una calle poco iluminada, ¡que perplejo, que inmutable, que deseoso de morir para poder dormir tranquilo!
Las noches se hacían eternas ante el atrapante sueño de criaturas aladas en un lugar que no podía ubicar, en algún plano de mis sueños terribles y de voces que pedían auxilio en el mar de fuego que significaba el castigo eterno... de algo que no sabia que había hecho..
- ¡Se acabo!... - « Resuena el eco del grito a metros »
Sudaba como un cerdo dispuesto a ir al matadero... ¡que había hecho yo para cargar el sufrimiento en vida! ¡Que te había hecho maestro para que me castigues así!...
Olvidaba según los escritos, que estos dioses antiguos gustaban de torturar a sus seguidores, era parte del ritual hacia la locura eterna y el sabio conocimiento de eones astrofisicos... de dimensiones extrañas y de lugares dignos de una divina comedia... ¡Que Dante Allegheri supiera los infiernos que me han tocado vivir!
Era normal desde mi visita en aquel pueblo de Estados Unidos, perdido en la fe de la humanidad y de los ojos de Dios, que mis pesadillas se hicieran más recurrentes y que aquella estatuilla me hablara más de lo que mis pacientes solían decir... claro, llegaban siempre muertos...
- ¡Ayuda!... ¡sacadnos de aquí!... - « Visiones »
- ¡Noooooo!... - « Se escucha el grito a metros »
Justo en este momento... no necesitaba alguien que me viniese a preguntar si estaba bien o a molestarme por los gritos...
- Oiga... señor, ¿se encuentra bien? ¿le sucede algo?... -
- Matalo... -
- Callate hijo de puta... - « Susurrando, saliva cae al suelo, la ira es inminente. »
- Oiga... caballero, ¿necesita ayuda? -
- Alejate por lo que más quieras... - « Susurrando... »
- ¡Matalo!... -
- ¡Nooooo!... - « Apuñala al extraño, lo asesina »
Maldito seas... maldita sea tu y tu puto infierno al cual me has condenado...
Las risas internas eran fruto de cada victima que mataba, cada malnacido que se cruzaba terminaba siendo asesinado por las voces que rondaban en mi cabeza, ¿que quieres de mi?...
Tenia que esconder el cuerpo, antes de que sospecharan que había sido yo quien lo asesinó, que coño dices ¡yo lo había asesinado maldición!
Pesaba además un puto montón, ¿como era que ante tanta pobreza hubiesen algunos malditos rebosantes en obesidad en esta maldita ciudad? No lo se, ni me interesa saberlo, debería ser la misma basura social que en Austria, las migas para la muchedumbre, el pez gordo para la maldita aristocracia. « Carga el cuerpo hacia una calle abandonada »
-... cerca... alguien... matalo... -
- No mataré un putazo más... ¡entiende malnacido! -
Efectivamente... con los gritos había despertado a más de una curiosa alma en esta desdichada ciudad, al menos no era policía... no que se notara...
- ¿La puedo ayudar en algo?... -
Julius van der Butter- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 29/01/2016
Localización : En las Cuatro Lunas
Re: El silencio de los impíos (Privado)
¨El pensamiento es la actividad y creación de la mente; dícese de todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del intelecto.¨
Entre los pensamientos que pasaban por la mente de la morena no la dejaban dormir, ya que desde que comenzaron a vivir otra vida que no les correspondía; no sabía si eso era bueno o malo, su padre las abandonó peor que a los animales, sin decir absolutamente nada, la madre de Artemyse no quería decir la verdadera razón por lo cual su verdadero padre las habia abandonado a la buena de dios, por así decirlo, pero Artemyse lo supo después de todo uno de sus poderes era la empatía y esa razón fue que el deseaba que fuera un varón, pero desgraciadamente pues era una pequeña, a pesar de que su madre trató de ocultarlo pues no sirvió de mucho, por un tiempo la morena se hechaba la culpa de todo eso, pero intento olvidarlo con el tiempo.
Su madre se casó con un hombre que a pesar de que llevaba un gran paquete aún así les quiso como si fuesen sus propias hijas, lo que no hizo su verdadero padre, el hombre les dió el apellido, las vistió, las educó, lo tenían todo...O eso es lo que querían creer ya que después de todo ellas eran diferentes...Desde que el hombre que las crió se enfermo y casi muere sino fuera porque Artemyse lo volvió a la vida, desde ese entonces ella vive con el temor que los seres que ella aprecia se van apartando...
La madre de Artemyse le decía siempre ¨La muerte es solo el comienzo de la vida¨ nunca entendío porque su madre siempre decía lo mismo, era algo irónico...A pesar de ser la menor de las tres hermanas fue la que sabía más, era una chica extraordinariamente inteligente, es por eso que se le dio bien la medicina, era la mejor en lo que hacía, aunque era modesta.
Cada noche le gustaba dar un paseo nocturno, ya que su cabeza estaba vuelta un lío con todo lo que tenía en la cabeza, su madre siempre se preocupaba cuando salia porque decía que era un blanco para las bestias y otros seres, pero a pesar de eso ella necesitaba estar sola caminar y pensar, su cerebro nunca descansaba es por eso que la morena sufría de insomnio. El tener el poder de la empatía podía a llegar a ser muy cansado, el sentir todo lo que otras personas sienten era demasiado, unos decían que era un don y otros decían que era una maldición, podía llegar a ser ambas...
Al caminar por esos rumbos alcanzo a observar y a escuchar un pequeño grito, pero cuando ve lo que había pasado en esos momentos, no podía creerlo, su corazón se aceleró pero tenía que relajarse, no sabía si la había visto, simplemente se escondió rápidamente pero al parecer se dio cuenta el chico de que me encontraba en ese lugar, estaba sintiendo todo lo que el sentía en esos momentos y eso la tenía completamente aterrorizada saliendo pero con mucha cautela, escuchando sus palabras-No, todo esta...-No podía terminar bien la frase por lo menos no corrida-bien, yo...ya me ib-a-Estaba sintiendo muchas cosas en ese momento y no podía calmarme.
Entre los pensamientos que pasaban por la mente de la morena no la dejaban dormir, ya que desde que comenzaron a vivir otra vida que no les correspondía; no sabía si eso era bueno o malo, su padre las abandonó peor que a los animales, sin decir absolutamente nada, la madre de Artemyse no quería decir la verdadera razón por lo cual su verdadero padre las habia abandonado a la buena de dios, por así decirlo, pero Artemyse lo supo después de todo uno de sus poderes era la empatía y esa razón fue que el deseaba que fuera un varón, pero desgraciadamente pues era una pequeña, a pesar de que su madre trató de ocultarlo pues no sirvió de mucho, por un tiempo la morena se hechaba la culpa de todo eso, pero intento olvidarlo con el tiempo.
Su madre se casó con un hombre que a pesar de que llevaba un gran paquete aún así les quiso como si fuesen sus propias hijas, lo que no hizo su verdadero padre, el hombre les dió el apellido, las vistió, las educó, lo tenían todo...O eso es lo que querían creer ya que después de todo ellas eran diferentes...Desde que el hombre que las crió se enfermo y casi muere sino fuera porque Artemyse lo volvió a la vida, desde ese entonces ella vive con el temor que los seres que ella aprecia se van apartando...
La madre de Artemyse le decía siempre ¨La muerte es solo el comienzo de la vida¨ nunca entendío porque su madre siempre decía lo mismo, era algo irónico...A pesar de ser la menor de las tres hermanas fue la que sabía más, era una chica extraordinariamente inteligente, es por eso que se le dio bien la medicina, era la mejor en lo que hacía, aunque era modesta.
Cada noche le gustaba dar un paseo nocturno, ya que su cabeza estaba vuelta un lío con todo lo que tenía en la cabeza, su madre siempre se preocupaba cuando salia porque decía que era un blanco para las bestias y otros seres, pero a pesar de eso ella necesitaba estar sola caminar y pensar, su cerebro nunca descansaba es por eso que la morena sufría de insomnio. El tener el poder de la empatía podía a llegar a ser muy cansado, el sentir todo lo que otras personas sienten era demasiado, unos decían que era un don y otros decían que era una maldición, podía llegar a ser ambas...
Al caminar por esos rumbos alcanzo a observar y a escuchar un pequeño grito, pero cuando ve lo que había pasado en esos momentos, no podía creerlo, su corazón se aceleró pero tenía que relajarse, no sabía si la había visto, simplemente se escondió rápidamente pero al parecer se dio cuenta el chico de que me encontraba en ese lugar, estaba sintiendo todo lo que el sentía en esos momentos y eso la tenía completamente aterrorizada saliendo pero con mucha cautela, escuchando sus palabras-No, todo esta...-No podía terminar bien la frase por lo menos no corrida-bien, yo...ya me ib-a-Estaba sintiendo muchas cosas en ese momento y no podía calmarme.
Artemyse Halliwell- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 22/01/2016
Re: El silencio de los impíos (Privado)
"Somos el prefacio de la crisálida inquebrantable…
del corazón putrefacto de sensaciones superfluas y de lagrimas sublimes, de la inmensidad de la conciencia y del abismo de los deseos… de la oscuridad del alma y del beso dementor de la agonía más lúgubre y penetrante…"
Naturaleza Perdida - Las Cuatro Lunas.
Era una sensación netamente humana... de esas que ya no acostumbraba a sentir, era el frió tembloroso y el aire congelado que entumecía mi pecho malherido.
Matar ya no me provocaba nada, el cuerpo humano pasaba a ser con el tiempo, un maltrecho cumulo de órganos y tejidos y olvidábamos nuestra naturaleza humana, la de sentir...
¡¿Yo sentir?!... ¡Ja!
El conocimiento no permitía sentir, debías ser objetivo, pragmático y alejado de todo feminismo ridículo e inocuo que diera pie a sentimentalismos baratos...
Para eso estaban las mujeres... para sentir.
- Señorita... ¿le pasa algo?... la noto afligida, como si hubiese visto un muerto... -
A que iba lo de sentir y las mujeres... ¡que de acá sentía ese miedo repugnante que expresaba en su rostro aquella zorra entrometida!... de acá sentía su miedo como perfume y su cara inocente como una presa fácil.
- No, todo esta...-
- Venga... le hará bien conversar, quizás necesita abrigo... o simple compañía... ¿no cree? - « esconde una daga en su manga »
- bien, yo...ya me ib...a -
Los gatos se acercaban como testigos mudos de los crímenes que iban a suceder y la humedad empañaba las calles agrietadas de una Francia fácil para asesinar
- Eso... asesinala... ha visto los planes del maestro... -
Unas muecas disquinesicas mostraban la adicción que tenia por sobre los medicamentos, espasmos esquizoides de un pasado oscuro y una mirada de ira mientras aquella daga se empuñaba con odio ante el vouyerismo de ver mientras el aprendiz asesinaba en nombre de su maestro...
Ibas a pagarlo caro...
- Vamos vamos... ven y ven y ven aquí... podemos ser amigos... - « Se acerca lentamente desde lo lejos »
Era raro... era sublime, como el miedo excitaba en quien lo sentía, ese poder del control sobre quien podía tenerlo, era lo que años antes me había obligado a tener que asesinar a Malec en la clase de psicología forense, sabia nunca hubiese sido un buen alumno, sabia su debilidad iba a poner en riesgo mis planes y como no... me resulto ser un gran espécimen para mis primeras lobotomias en el laboratorio Szchembaur en Viena, donde junto a mi hermano Philips realizamos los primeros estudios sobre la mente humana..
- ¡¿Que viste?! -
- Mátala... el maestro así lo ordena... -
- ¡Que visteee?! - « empuña con más fuerza la daga. Sangra un poco, gotas caen al suelo. »
Corre... si algo de bondad queda en mi... corre.
del corazón putrefacto de sensaciones superfluas y de lagrimas sublimes, de la inmensidad de la conciencia y del abismo de los deseos… de la oscuridad del alma y del beso dementor de la agonía más lúgubre y penetrante…"
Naturaleza Perdida - Las Cuatro Lunas.
Era una sensación netamente humana... de esas que ya no acostumbraba a sentir, era el frió tembloroso y el aire congelado que entumecía mi pecho malherido.
Matar ya no me provocaba nada, el cuerpo humano pasaba a ser con el tiempo, un maltrecho cumulo de órganos y tejidos y olvidábamos nuestra naturaleza humana, la de sentir...
¡¿Yo sentir?!... ¡Ja!
El conocimiento no permitía sentir, debías ser objetivo, pragmático y alejado de todo feminismo ridículo e inocuo que diera pie a sentimentalismos baratos...
Para eso estaban las mujeres... para sentir.
- Señorita... ¿le pasa algo?... la noto afligida, como si hubiese visto un muerto... -
A que iba lo de sentir y las mujeres... ¡que de acá sentía ese miedo repugnante que expresaba en su rostro aquella zorra entrometida!... de acá sentía su miedo como perfume y su cara inocente como una presa fácil.
- No, todo esta...-
- Venga... le hará bien conversar, quizás necesita abrigo... o simple compañía... ¿no cree? - « esconde una daga en su manga »
- bien, yo...ya me ib...a -
Los gatos se acercaban como testigos mudos de los crímenes que iban a suceder y la humedad empañaba las calles agrietadas de una Francia fácil para asesinar
- Eso... asesinala... ha visto los planes del maestro... -
Unas muecas disquinesicas mostraban la adicción que tenia por sobre los medicamentos, espasmos esquizoides de un pasado oscuro y una mirada de ira mientras aquella daga se empuñaba con odio ante el vouyerismo de ver mientras el aprendiz asesinaba en nombre de su maestro...
Ibas a pagarlo caro...
- Mírame...:
- Vamos vamos... ven y ven y ven aquí... podemos ser amigos... - « Se acerca lentamente desde lo lejos »
Era raro... era sublime, como el miedo excitaba en quien lo sentía, ese poder del control sobre quien podía tenerlo, era lo que años antes me había obligado a tener que asesinar a Malec en la clase de psicología forense, sabia nunca hubiese sido un buen alumno, sabia su debilidad iba a poner en riesgo mis planes y como no... me resulto ser un gran espécimen para mis primeras lobotomias en el laboratorio Szchembaur en Viena, donde junto a mi hermano Philips realizamos los primeros estudios sobre la mente humana..
- ¡¿Que viste?! -
- Mátala... el maestro así lo ordena... -
- ¡Que visteee?! - « empuña con más fuerza la daga. Sangra un poco, gotas caen al suelo. »
Corre... si algo de bondad queda en mi... corre.
Julius van der Butter- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 29/01/2016
Localización : En las Cuatro Lunas
Re: El silencio de los impíos (Privado)
¨Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida¨
¨El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.¨
Este día nunca llegó a imaginar que a terminar con una tragedia, porque una persona como la morena le tocaba vivir este tipo de experiencias? ni ella podía responder esa gran pregunta, creo que a su edad era la chica que había visto más muertes que nadie, el dolor humano era algo que a pesar que la morena no quiere recibir es inevitable no hacerlo con ese don que se le entrego en el vientre de su madre, ese don que no cualquier mortal pudiera resistir, tenía sus buenos momentos el sentir la felicidad de otros, el amor, pero al momento de sentir la tristeza, el dolor, el odio, el repudio u coraje era otra cosa, imagínense sentir todo lo que esta cercas de ti, los sentimientos combinados, hubo un momento en que la morena creyó no poder vivir con ello, pero su madre y su padrastro la ayudaron a controlarlo pero aún trabaja eso.
Pero en esta clase de momentos cuando vez lo que no quieres ver era algo diferente, más cuando notan tu presencia, qué se puede hacer? correr? ver hasta donde puedes llegar, si tienes suerte puedes salir ilesa, pero si no la tienes puedes terminar muerta, había solo dos opciones correr o quedarse, cual era la mejor cuando la probabilidad podía llegar a ser la misma. Artemyse era de las chicas con una inteligencia increíble podía analizar todo desde varías perspectivas.
El chico cuando le hablo a la morena pero acaso estaba loco? en verdad le estaba haciendo plática a la chica que había visto el asesinato? o es que acaso quería tenerle cercas para acabar con los testigos? Artemyse controla tu corazón! se dijo a sí misma ya que el miedo es el que terminaría asesinándola, era difícil controlar lo que estaba sintiendo en esos momentos ya que hace menos de pocos minutos había visto asesinar a un hombre, pero como mencionaba más vale que se tranquilizara a como diera lugar, al escuchar las palabras del hombre trato de relajarse e intenta parecer tranquila y relajada mientras le miro a los ojos directamente para responder.
-Yo mirar un muerto? eh visto demasiados muertos en el transcurso de toda mi vida, aunque todavía no me acostumbro a la muerte, pero eso no importa en estos momentos supongo...
Hablaba como una chica realmente sabía y propia ante todo, dio un par de pasos para acercarse a el para que supiera que no le tenía miedo, después de todo, no estaba tan desprotegida, tenía sus poderes aunque no le gustaba usarlo para este tipo de cosas pero de todos modos siempre tenía que estar alerta. escuchando lo que decía después mirándole a los ojos detenidamente sintiendo muy dentro de él un gran odio, pero era realmente algo escalofriante, mirando como se acercaba a ella.
-Conversar dice usted? la verdad es que viéndole no creo que sea de los hombres que les guste mucho conversar o me equivoco? en cuanto a la compañía no es mala idea aunque no lo conozco tan bien y ni usted a mí como persona, que tal si le aburre mi compañía?
Al verla podías ver como la chica ante todo mostraba una gran confianza, si sentía miedo pero era algo que podía controlar o disfrazar con otros sentimientos, y no te dabas cuenta pero ella estaba analizando todo lo que decía y todos sus movimientos mirando siempre al hombre, mientras caminaba un par de pasos hacia el quedando un poco más cercas casi dos metros frente a él.
Cuando le pregunta que era lo que había visto, ella no mentía y eso podría llegar a ser su fin, se acerco un poco más a él luciendo relajada no como al comienzo-Lo mire todo, eso te asusta, te molesta? quieres matarme?-Dijo apenas en un susurro.
¨El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.¨
Este día nunca llegó a imaginar que a terminar con una tragedia, porque una persona como la morena le tocaba vivir este tipo de experiencias? ni ella podía responder esa gran pregunta, creo que a su edad era la chica que había visto más muertes que nadie, el dolor humano era algo que a pesar que la morena no quiere recibir es inevitable no hacerlo con ese don que se le entrego en el vientre de su madre, ese don que no cualquier mortal pudiera resistir, tenía sus buenos momentos el sentir la felicidad de otros, el amor, pero al momento de sentir la tristeza, el dolor, el odio, el repudio u coraje era otra cosa, imagínense sentir todo lo que esta cercas de ti, los sentimientos combinados, hubo un momento en que la morena creyó no poder vivir con ello, pero su madre y su padrastro la ayudaron a controlarlo pero aún trabaja eso.
Pero en esta clase de momentos cuando vez lo que no quieres ver era algo diferente, más cuando notan tu presencia, qué se puede hacer? correr? ver hasta donde puedes llegar, si tienes suerte puedes salir ilesa, pero si no la tienes puedes terminar muerta, había solo dos opciones correr o quedarse, cual era la mejor cuando la probabilidad podía llegar a ser la misma. Artemyse era de las chicas con una inteligencia increíble podía analizar todo desde varías perspectivas.
El chico cuando le hablo a la morena pero acaso estaba loco? en verdad le estaba haciendo plática a la chica que había visto el asesinato? o es que acaso quería tenerle cercas para acabar con los testigos? Artemyse controla tu corazón! se dijo a sí misma ya que el miedo es el que terminaría asesinándola, era difícil controlar lo que estaba sintiendo en esos momentos ya que hace menos de pocos minutos había visto asesinar a un hombre, pero como mencionaba más vale que se tranquilizara a como diera lugar, al escuchar las palabras del hombre trato de relajarse e intenta parecer tranquila y relajada mientras le miro a los ojos directamente para responder.
-Yo mirar un muerto? eh visto demasiados muertos en el transcurso de toda mi vida, aunque todavía no me acostumbro a la muerte, pero eso no importa en estos momentos supongo...
Hablaba como una chica realmente sabía y propia ante todo, dio un par de pasos para acercarse a el para que supiera que no le tenía miedo, después de todo, no estaba tan desprotegida, tenía sus poderes aunque no le gustaba usarlo para este tipo de cosas pero de todos modos siempre tenía que estar alerta. escuchando lo que decía después mirándole a los ojos detenidamente sintiendo muy dentro de él un gran odio, pero era realmente algo escalofriante, mirando como se acercaba a ella.
-Conversar dice usted? la verdad es que viéndole no creo que sea de los hombres que les guste mucho conversar o me equivoco? en cuanto a la compañía no es mala idea aunque no lo conozco tan bien y ni usted a mí como persona, que tal si le aburre mi compañía?
Al verla podías ver como la chica ante todo mostraba una gran confianza, si sentía miedo pero era algo que podía controlar o disfrazar con otros sentimientos, y no te dabas cuenta pero ella estaba analizando todo lo que decía y todos sus movimientos mirando siempre al hombre, mientras caminaba un par de pasos hacia el quedando un poco más cercas casi dos metros frente a él.
Cuando le pregunta que era lo que había visto, ella no mentía y eso podría llegar a ser su fin, se acerco un poco más a él luciendo relajada no como al comienzo-Lo mire todo, eso te asusta, te molesta? quieres matarme?-Dijo apenas en un susurro.
Artemyse Halliwell- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 22/01/2016
Re: El silencio de los impíos (Privado)
"Desgraciado aquel a quien sus recuerdos infantiles solo traen dolor y tristeza..."
El Extraño - H.P.Lovecraft
Quien parecía tan asustada, había tomado una extraña sensación de valor que me provocaba excitación. Las mujeres eran una caja de Pandora, quizás a causa de monumentales cambios hormonales o porque su instinto les hacia tratar de valerse por si mismas
¡Pero que excitante, que morboso!... que extraño.
- ¿Matarte yo?... ¡Jajaja! no, no, no... jugar al gato y al ratón es excitante, pero quiero saber que viste... ¿Que viste concubina de la noche? - « Se le acerca más y más, mirándola a los ojos »
¡Tanta seguridad era emocionante! ¿Que querrán los dioses de unos lacayos humanos y de una situación así?
No requería mucha explicación, Nyarlatothep nos esperaba un futuro mucho más prometedor que el que tenemos, vagando y diseccionando ratones por el bien de la ciencia y era que, teníamos un deber ancestral con ellos... como ellos nos crearon, nosotros, los traeremos de vuelta.
- Ven, acércate... ¡los dioses necesitan llegar a nosotros! -
Es más... ¿que misterios guardaría la mente después de ver la muerte? Un camino largo y angosto... no, no, no... una luz brillante al fondo... mmm, tal vez... O quizás, un infierno como el de Phasmodan... ¡Con hombres y mujeres suplicando por morir en una tierra que calcina los pies! ¡En una luna viviente que arranca de un mal mucho peor!
- ¡Aleluya, maldición!... has convertido la noche en una hipótesis científica, ¿lo sabias? -
- Mátala... de Axbim Vawajeza Naguz... -
- ¿Los escuchas?... los dioses necesitan la muerte... necesitan el dolor... como también necesitan al hijo, que observa escondido en los brazos del padre... - « Susurra cada palabra »
- Vienen por ti... -
Efectivamente, entre la multitud se veía gente mirando hacia acá, un hombre gordo y de apariencia robusta hablaba con otros curiosos y malditos observadores de tal catarsis onírica, era fiel a los dioses como los dioses conmigo y avisaban de cada amenaza que interfiriera en sus planes y como no, en sus humildes servidores que ayudaban en su cometido...
- ¡Noooo!... shh, shh, shh... un, dos, tres... te salvo la campana preciosa, pero recuerda... estamos jugando al gato y al ratón... entretenido juego para jugar con los niños. No cierres los ojos... porque te estaré acechando, a cada momento... incluso mientras duermes... - « Corre, en dirección hacia un callejón oscuro »
Un, dos, tres... era momento de esconderse, la noche sombría y solitaria era buen escondite para jugar como lo hacen los niños, mientras los muertos desaparecen de las calles y los curiosos observan, los planes de los dioses...
Ojala me hicieras sentir como el ratón... así el juego se haría más, entretenido.
- ¿Señorita, pasa algo?... - « Se le acerca un hombre a consultar por su situación. »
El Extraño - H.P.Lovecraft
Quien parecía tan asustada, había tomado una extraña sensación de valor que me provocaba excitación. Las mujeres eran una caja de Pandora, quizás a causa de monumentales cambios hormonales o porque su instinto les hacia tratar de valerse por si mismas
¡Pero que excitante, que morboso!... que extraño.
- ¿Matarte yo?... ¡Jajaja! no, no, no... jugar al gato y al ratón es excitante, pero quiero saber que viste... ¿Que viste concubina de la noche? - « Se le acerca más y más, mirándola a los ojos »
¡Tanta seguridad era emocionante! ¿Que querrán los dioses de unos lacayos humanos y de una situación así?
No requería mucha explicación, Nyarlatothep nos esperaba un futuro mucho más prometedor que el que tenemos, vagando y diseccionando ratones por el bien de la ciencia y era que, teníamos un deber ancestral con ellos... como ellos nos crearon, nosotros, los traeremos de vuelta.
- Ven, acércate... ¡los dioses necesitan llegar a nosotros! -
Es más... ¿que misterios guardaría la mente después de ver la muerte? Un camino largo y angosto... no, no, no... una luz brillante al fondo... mmm, tal vez... O quizás, un infierno como el de Phasmodan... ¡Con hombres y mujeres suplicando por morir en una tierra que calcina los pies! ¡En una luna viviente que arranca de un mal mucho peor!
- ¡Aleluya, maldición!... has convertido la noche en una hipótesis científica, ¿lo sabias? -
- Mátala... de Axbim Vawajeza Naguz... -
- ¿Los escuchas?... los dioses necesitan la muerte... necesitan el dolor... como también necesitan al hijo, que observa escondido en los brazos del padre... - « Susurra cada palabra »
- Vienen por ti... -
Efectivamente, entre la multitud se veía gente mirando hacia acá, un hombre gordo y de apariencia robusta hablaba con otros curiosos y malditos observadores de tal catarsis onírica, era fiel a los dioses como los dioses conmigo y avisaban de cada amenaza que interfiriera en sus planes y como no, en sus humildes servidores que ayudaban en su cometido...
- ¡Noooo!... shh, shh, shh... un, dos, tres... te salvo la campana preciosa, pero recuerda... estamos jugando al gato y al ratón... entretenido juego para jugar con los niños. No cierres los ojos... porque te estaré acechando, a cada momento... incluso mientras duermes... - « Corre, en dirección hacia un callejón oscuro »
Un, dos, tres... era momento de esconderse, la noche sombría y solitaria era buen escondite para jugar como lo hacen los niños, mientras los muertos desaparecen de las calles y los curiosos observan, los planes de los dioses...
Ojala me hicieras sentir como el ratón... así el juego se haría más, entretenido.
- ¿Señorita, pasa algo?... - « Se le acerca un hombre a consultar por su situación. »
- Spoiler:
- Phasmodan: Luna demoníaca que consciente de su naturaleza estelar, arranca de un demonio mucho mayor. Es uno de los infiernos en el Libro: Las Cuatro Lunas, que escribe su user.
Nyarlatothep: Dios menor y demonio que se encarga de guiar a los humanos elegidos en los cometidos de los dioses mayores, corresponde al imaginario de H.P.Lovecraft.
Julius van der Butter- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/01/2016
Localización : En las Cuatro Lunas
Re: El silencio de los impíos (Privado)
¨No hay personas malas, sino malos consejos¨
Uno podía llegar a creer en una infinidad de cosas, uno cree poder conocer a cada una de las personas como si todas pensarán de la misma manera, el mundo estaba muy equivocado eso era lo que pensaba la morena, no todos pueden sentir el mismo dolor que tu, no todos pueden reir como lo hacen otros o llorar, esos sentimientos inexplicablemente no se podían explicar correctamente, la morena se encontraba en un momento en el cual no sabía como reaccionar exactamente, si sentir miedo, pánico, si lucir relajada, sonreír, ya que a veces tu peor error era verte como una presa temerosa o como muchos dirían una victima más; es por consiguiente que opto por lucir tranquila aunque por dentro estaba que se desmayaba del impacto...
La morena lucia como cualquier chica que solo pasaba, más que nada su instinto protector fue ponerse al nivel de aquel hombre que tanto la intrigaba de sobremanera, ella sabía perfectamente que era muy estúpido hacerlo, pero sabía que ya no había manera de hecharse para atrás por así decirlo, pero aparentemente habia funcionado y estaba la morena que no se lo creia al escuchar lo que le decía el hombre con apariencia de asesino, la morena intento relajar sus latidos, aparentemente no quería asesinarla solo asustarla? es lo que ella no terminaba de comprender, ese hombre era de los pocos que su manera de hablar era demasiado cómo decirlo? extraña? de hablarle...A lo que Artemyse solo le miro a los ojos sin quitar su vista de la de él y responde un tanto confundida...
-Gato y al Ratón? y quién es el ratón tú o yo?-Era obvia la respuesta pero solo quería saber que es lo que contestaría el hombre, pero al escucharla que la llamen concubina de la noche la morena solo se cruzó de brazós molesta porque eso era una falta de respeto para ella a lo que respondió-Ninguna concubina joven, señorita Halliwell para usted, que manera de hablarle a una dama de esa manera, en fin...Usted sabe que observé como degoyaba a un hombre inocente solo porque si, o eso quisiera creer...Mi pregunta sería porque lo hizo? aunque ni de tonto me diría la razón supongo...-La morena solo miraba su rostro para ver si su apariencia cambiaba, o algo parecido.
La morena se extraña por lo que dice el hombre, de que dioses estaba hablando? se preguntaba la morena en su cabeza, a lo que le responde-Dé que clase de dioses hablar? no te comprendo-Siempre manteniendo una pequeña distancia de dos metros. Y las pláticas sin sentido del hombre la confundían aún más y eso era algo fuera de lo normal viniendo de la morena a lo que ella dice-Acaso sabes exactamente lo que estás diciendo?-Al comienzo pensarían que ese hombre estaba loco, pero su forma de hablar confundía, era un enigma que Artemyse quería comprender.
El hombre comenzó a decirle a la morena si escuchaba, escuchar que? exactamente? acaso el hombre sufría de Esquizofrenia? Eran las personas que sus personalidades cambiaban y escuchaban voces y ese hombre parecía tener esa enfermedad y si no era eso? entonces la morena no sabía a lo que se estaba enfrentando en estos momentos. Todas esas palabras desconcertarón a la morena a lo que dijo-Esas voces te ordenaron asesinar? y porque obedecerlas?-Se refería a las voces cuando de repente esto se había tornado más extraño aún cuando comenzo a decir aquellas palabras y mirando a aquel hombre como se retiraba, a lo que en ese instante otro hombre llega por detrás y la asusta un poco, pero solo le pregunta que si se encontraba bien a la morena a lo que ella asiente un par de veces-Si, lo estoy, gracias-El hombre se retira, pero no quita la vista de aquel lugar donde aquel hombre se había desaparecido, o eso quería creer.
Uno podía llegar a creer en una infinidad de cosas, uno cree poder conocer a cada una de las personas como si todas pensarán de la misma manera, el mundo estaba muy equivocado eso era lo que pensaba la morena, no todos pueden sentir el mismo dolor que tu, no todos pueden reir como lo hacen otros o llorar, esos sentimientos inexplicablemente no se podían explicar correctamente, la morena se encontraba en un momento en el cual no sabía como reaccionar exactamente, si sentir miedo, pánico, si lucir relajada, sonreír, ya que a veces tu peor error era verte como una presa temerosa o como muchos dirían una victima más; es por consiguiente que opto por lucir tranquila aunque por dentro estaba que se desmayaba del impacto...
La morena lucia como cualquier chica que solo pasaba, más que nada su instinto protector fue ponerse al nivel de aquel hombre que tanto la intrigaba de sobremanera, ella sabía perfectamente que era muy estúpido hacerlo, pero sabía que ya no había manera de hecharse para atrás por así decirlo, pero aparentemente habia funcionado y estaba la morena que no se lo creia al escuchar lo que le decía el hombre con apariencia de asesino, la morena intento relajar sus latidos, aparentemente no quería asesinarla solo asustarla? es lo que ella no terminaba de comprender, ese hombre era de los pocos que su manera de hablar era demasiado cómo decirlo? extraña? de hablarle...A lo que Artemyse solo le miro a los ojos sin quitar su vista de la de él y responde un tanto confundida...
-Gato y al Ratón? y quién es el ratón tú o yo?-Era obvia la respuesta pero solo quería saber que es lo que contestaría el hombre, pero al escucharla que la llamen concubina de la noche la morena solo se cruzó de brazós molesta porque eso era una falta de respeto para ella a lo que respondió-Ninguna concubina joven, señorita Halliwell para usted, que manera de hablarle a una dama de esa manera, en fin...Usted sabe que observé como degoyaba a un hombre inocente solo porque si, o eso quisiera creer...Mi pregunta sería porque lo hizo? aunque ni de tonto me diría la razón supongo...-La morena solo miraba su rostro para ver si su apariencia cambiaba, o algo parecido.
La morena se extraña por lo que dice el hombre, de que dioses estaba hablando? se preguntaba la morena en su cabeza, a lo que le responde-Dé que clase de dioses hablar? no te comprendo-Siempre manteniendo una pequeña distancia de dos metros. Y las pláticas sin sentido del hombre la confundían aún más y eso era algo fuera de lo normal viniendo de la morena a lo que ella dice-Acaso sabes exactamente lo que estás diciendo?-Al comienzo pensarían que ese hombre estaba loco, pero su forma de hablar confundía, era un enigma que Artemyse quería comprender.
El hombre comenzó a decirle a la morena si escuchaba, escuchar que? exactamente? acaso el hombre sufría de Esquizofrenia? Eran las personas que sus personalidades cambiaban y escuchaban voces y ese hombre parecía tener esa enfermedad y si no era eso? entonces la morena no sabía a lo que se estaba enfrentando en estos momentos. Todas esas palabras desconcertarón a la morena a lo que dijo-Esas voces te ordenaron asesinar? y porque obedecerlas?-Se refería a las voces cuando de repente esto se había tornado más extraño aún cuando comenzo a decir aquellas palabras y mirando a aquel hombre como se retiraba, a lo que en ese instante otro hombre llega por detrás y la asusta un poco, pero solo le pregunta que si se encontraba bien a la morena a lo que ella asiente un par de veces-Si, lo estoy, gracias-El hombre se retira, pero no quita la vista de aquel lugar donde aquel hombre se había desaparecido, o eso quería creer.
Artemyse Halliwell- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 22/01/2016
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