Voz guía al infierno || Libre

por **Levana Maréchal** Vie Feb 05, 2016 11:23 pm

Llevaba días encerrada en su casa en medio del bosque. Por un lado contaba con la compañía de Callum, por el otro se encontraba Alchemilla, aunque a ambos los quería, la realidad es que ninguno se soportaba demasiado tiempo, así que los días pasados habían sido muy difíciles para ella, o al menos hasta que ambos decidieron salir a tomar aire fresco. Sin duda la bruja no perdió tiempo y también lo hizo. Salió de casa con el fin de poder comprar unas hierbas que sólo en una zona se podrían encontrar. Se trataban de productos para la brujería, las noches anteriores, el no poder dormir le ayudó a leer un par de libros, hacer una lista de esas cosas que necesitaba, y decidirse que tenía que pasar en medio de la gente para conseguirlo. Si ella tenía magia dentro debía aprovecharla. ¿No?

No tardó mucho en llegar a esa zona cochina y oscura de la ciudad. No es que fuera muy difícil, además que sus voces le confirmaban que el camino que tomaba era el indicado. En ocasiones se preguntaba como las autoridades no decían nada al respecto, es decir, algo sobre lo fácil que era encontrar un lugar ilegal. Resultaba que para ella aquello era sencillo de alcanzar, y aunque supuestamente se encontraba penado, resultaba que todo mundo quería experimentarlo. Levana caminaba a paso lento, sus pisadas ni siquiera generaban un poco de ruido porque parecía que iba flotando. Se notaba como un pez en el agua, como si toda esa energía negativa le dijera que estaba en casa, en un lugar seguro. Sus invitadas se habían callado, no había voces gritándole que debía hacer, sólo ella controlando sus pensamientos, y su camino.

- Podría adivinar la cantidad de monedas que tienes en tu bolsillo, y también porque no generas tanto ruido - Se atrevió a cortar el silencio después de observar un largo tiempo a un gitano. Levana podría estar loca, pero su vida le había dado golpes tan duros que sabía identificar a cada tipo de persona, incluso de criatura, su locura le dejaba ver detalles que nadie más veía, e ignoraba lo que los demás notaban. - Nadie te hará daño, a esta hora solo quieren hacer sus movimientos y salir corriendo, diariamente mueren personas aquí por querer hacer mal en medio del mal ¿lo sabias? - En esa ocasión no era la bruja quien hablaba, sino otra voz, esa que buscaba siempre ayudarla.