Una pelea trivial ||Privado

por **Zouleth Bourque** Lun Feb 22, 2016 9:27 am

Lo odiaba, odiaba a su primo porque no se fijaba en ella ¿Qué tenía otras que no tenía ella? Era bonita, atractiva, de clase social alta. ¡Ven! ella era perfecta según su punto de visita. Estaba enojada, no, eso era poco, estaba hirviendo del coraje, de los celos, porque ella ama, ama tanto a su primo que duele que él no le haga ningún caso. Se sentía vulnerable en estos momentos y si iba a la calle como su forma humana lo más seguro es que se enojara con alguien que la verdad no tiene la culpa.

En su habitación se desnudó, ya que alguna manera que realmente se sentía en paz consigo misma era transformase, cerró los ojos y en cuestión de segundo ella ya era una perrita bonita, peluda y de color blanca con dos pares de ojos color azules como el mismo cielo. Dejo sus aposentos, nadie lo iba a notar, ni mucho menos él, que se joda, según sus pensamientos.

Inmediatamente se alejó de su hogar, para irse a las afueras de la ciudad, aquí era ella, era única sin maldad sin nada. Finalmente llego a un lugar que a ella amaba, porque en éste lugar se sentía plenamente feliz, sola, sin creados o presiones por ser la sobrina, prima de una celebridad como es su familia Paterna, bufo por aquello, volviendo ser ella misma, humana, olvidándose de un detalle: Estaba desnuda, pero nadie venia aquí ¿Verdad? Con eso se adentró a las zonas abandonadas de París, suspirando un poco, de repente, escucho pasos y se transformó nuevamente en canina y estando a la defensiva, porque percibía un olor desagradable para sus olfato sensible

por **Uriel Müller** Mar Feb 23, 2016 1:18 pm

Gadiel no pensaba moverse aquella noche de colchón, ya tenía una hoguera prendida al lado, en la cual se encontraba caliente, agusto, tranquilo, y no quería que nada ni nadie pudiera relevarlo de aquel lugar. No obstante, estaba escuchando algunos ruidos, tal fue así que vio salir a un animal correteando hacia los adentros del oscuro bosque, llendo hacia las zonas abandonadas donde había alguna que otra criatura también. Sabía que se trataba de una cambiaforma, era fácil detectar a seres similares solo con el olfato, solo que ese cambiante aun no se había percatado de Gadiel ya que éste se encontraba en su forma humana. Se levantó y caminó lento dejando la hoguera prendida para divisarla desde dentro y averiguar desde donde después podría regresar, era incómodo el hecho de haber tenido que ir hasta allí, o de al menos encaminarse hacia aquella dirección, pero le movía la curiosidad como felino del que se trataba, no podía contenerse, solo que fue en forma humana como de metió en los bosques.

Estaba oscuro, y todas las ramas que sonaban parecían relámpagos en el cielo, sonaba de tal manera que se podría delatarantes las bestias que lo pudieran acechar allí, pero lo tendría fácil a no ser que se trataran de otras bestias sobrenaturales que a su sano juicio, liquidarían a cualquiera sin compasión ninguna. Gracias a dios no sería así, todo lo que había eran algunos cuervos dormidos, murciélagos a sus anchas y algún que otro lobo bastante alejado de la zona de donde se encontraba ya el felino, ya se encontraba cerca de donde aquel cambiante había salido disparado. Dejó su ropa encima de una piedra grande, perfecta para poder divisarlo también y localizar la ropa para cuando su transformación cesara. Éste, una vez ya transformado en gato, olfateó a un cambiante canino, no le gustaba el olor, ya que eran de distinta raza, tan solo esperó un poco a que aquel animal también se acercara, sentía que no quería tener mucho que ver tampoco ya que no se había acercado, si no quedado quieto en una posición defensiva a la espera de que Gadiel o quien se estuviera acercando apareciera, y así fue, un gato salió de encima de un pequeño tronco tirado en el bosque y se quedó sentado mirando a la perrita blanca que se encontraba allí, sin hacer movimiento alguno, observando también al felino que ya estaba a merced de sus ojos.

Las nubes comenzaban a acercarse y eso solo pronosticaba algo de lluvia, más en la época de invierno en la que se encontraban en ese momento, en el que hacía tanto frío y podia llover en cualquier momento. El gato bajó del tronco y se acercó un poco a la perrita que se encontraba aun delante sin moverse, no quería asustarla, y mucho menos, que la perra fuera a atacarle, pero de ser así, éste era mucho más ágil y rápido para poder escapar con éxito dejando atrás la misión de haber investigado que podía haberle sucedido para que hubiera huído así.

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