Una oportunidad para vivir {Privado}

por **Ikki** Lun Feb 29, 2016 5:06 pm

Otro noche más que Ikki, el vampiro sale de su casona, vieja y derrumbada. No tiene las intenciones de arreglarla ¿Para qué? Tal vez se vaya de París y regrese a donde pertenece, Alemania. Donde lo vio nacer, crecer y convertirse en lo que es, un ser de la noche, que consume sangre humana para sobrevivir y ahora es un cantinero en la taberna de la ciudad. Resumen de su vida. El vampiro deseaba trabajar, aunque no ganara la millonaria, deseaba encontrar su propio camino, durante a lo largo de su eterna juventud y vida, ha conseguido duplicar su fortuna, es millonario sí, pero siempre le ha gustado valerse por sí mismo, a veces descansa unos años para después emigrar a ciudades donde no es reconocido y por una temporada muy pequeña se queda, conoce gente pero no tiene lazos afectivos sabiendo que, bueno, él se tendrá que ir, ahora lleva unos meses en París, y piensa quedarse una temporada no muy larga pero tampoco muy larga, para regresar Alemania. Pero mientras tanto, a trabajar.

Eran alrededor de las dos de la mañana, una buena hora para no cerrar el local. Ya que hombres que deseaban emborracharse aún estaban en su etapa de perdición, en pocas palabras, la taberna está a todo su apogeo e Ikki ya deseaba irse, era en estos días que todo lo irritaba, y era algo anormal en él, pero sentía que no toleraba estar en un sitio donde había tantos humanos con su sangre perfectamente deliciosa y en estos momento, el vampiro deseaba consumir un par de humanos jóvenes o adultos, no importaba la edad y ni el género, porque mujeres estaban en el lugar, perfectamente sentadas en los regazos de los viejos verdes que eran infieles a sus esposas o prometidas. Frunció el ceño y fue a buscar al dueño de la taberna o mejor dicho al encargado, al encontrarlo inmediatamente le explico que lo disculpara, pero debía irse, según alguien de su casa ingreso a la taberna para decirle que necesitaba su ayuda por problemas familiares, claro, era una mentira pero era una mentira piadosa, a veces era excelente mintiendo, pero si seguía un minuto más, iba a ver problemas y personas muertas, al recibir carta blanca, salió prácticamente volando del lugar.

Aspiró un gran bocado de aire para después expulsarlo, aunque no lo necesitaba, pero era una manera de sentirse un poco vivo. Sabiendo perfectamente que de vivo no tiene ni la pestaña. Mientras caminaba introdujo sus manos en el abrigo que tomó antes de salir, era una gabardina de color marrón un poco vieja, pero era una de sus favoritas. Echó un vistazo hacia el cielo, oscuro, igual o peor que su propia alma, a veces necesitaba un poco de vida el pelirrojo, pero no sabía cómo obtenerla, en estos momentos un gran vacío es lo que tenía en el alma o lo que le quedaba de ella. Cuando menos lo espero, se encontraba en los callejones, hace días que no venía por estos rumbos, se detuvo, y se recargo en la pared de esté lugar oscuro, y sucio, necesitaba pensar, en su hogar lo único que tendrá será la soledad, tan siquiera aquí escuchaba las voces de las personas, las quejicas que daban, en fin, se sentía un poco mejor. Echo la cabeza hacia atrás, golpeándose al hacerlo pero no le interesó mucho, cerró sus parpados y por un momento tuvo una tranquilidad inmensa. Es lo que necesitaba Ikki, el vampiro.