Alessandra Gazzaniga ID

Describir la personalidad de la pelirroja no es la más simple de las tareas, ya que lejos de ser una personalidad apocada y unidimensional, sujeta a las restricciones y limitaciones que para la mujer predomina en la época, esta resulta ser bastante independiente y segura de si misma.

No hay nada que la horrorice más que el imaginarse en el papel de simple ama de casa, o de esposa de alguno de los sujetos que suelen irremediablemente deambular acechantes, en busca de alguna joven que de buena gana se preste al papel y se conforme con obtener un rol secundario en la casa, siempre a la sombra de su marido y considerada como una mera productora de descendientes, de preferencia varones, para continuar así la perpetuación de un apellido, que usualmente no suele ser la gran cosa, a pesar de lo que el portador se convenza a si mismo de creer.

La joven respira y transpira carácter, y su predisposición a hacer valer al mismo corre por sus venas de manera tal que la única manera de despojarle de el consistiría en que la misma ya no fuese bombeada por su corazón y que este hubiese dejado de latir. Aunque resulte inusitado que tal permanencia y desarrollo de voluntad surja en alguien del catalogado sexo débil de una sociedad que de por si resulta traicionera y dos caras.

El hecho de que sus padres se dedicasen más a los asuntos financieros y estadía lejos del hogar facilitó el que la pequeña pelirroja creciese hasta convertirse en lo que ahora es, de manera tal que resultaría ya imposible revertir lo acontecido.

Alessandra es entonces, dueña de su temperamento y de su persona, y de manera paralela e inevitable, aunque igualmente paradójica, esa independencia es la causa de sus mayores desavenencias ya que de igual manera, le acarrea soledad, ya que no es precisamente el personal de la casa el que mejor comprende los cambios de humor o la manera de sentir de la hija del patrón, y es entonces, únicamente Ahmet, quien puede llegar a comprender los sentimientos y los cambios en el estado anímico de su hermana.

Es únicamente cuando comienza la música y su cuerpo comienza a seguir sus acordes, que puede sentirse completamente a sus anchas, sin tener que mantenerse aferrada al mundo de las apariencias y lo preponderante de la sociedad.

En la música Alessandra encuentra la liberación de su alma y de su esencia. Tanto, que de ser posible permanecería en ese estado de por vida, suspendida en el en lugar de regresar a la realidad más mundana, aunque es precisamente el tacto de su mellizo o el sonido de su voz el que la guía por el camino de regreso y la induce a pisar tierra de nuevo; viéndose a si misma en los ojos de él, comprendiendo que el mundo al que ambos pertenecen y en el cual se comunican se encuentra por encima del del resto de la humanidad a pesar de lo que eso pueda significar.

Resultaría imposible narrar la historia de Alessandra sin mencionar a Ahmet, ya que ambas vidas se entrelazan en una sola y los motivos que resultasen la causa de que uno fuese espejo del otro van más allá de meras consideraciones mundanas y pueriles o de un mero hecho como el compartir una misma sangre.

Ambos personajes respiraron por primera vez veinte años atrás, en una noche de invierno que auguraba la zozobra y vorágine que habitaría en el alma de la protagonista de esta historia.

Después de un parto demasiado largo, en el cual se reflejaba la reticencia a abandonarse el uno al otro, Alessandra llegó a este mundo tres minutos antes de que lo hiciese su hermano, tras abrir el camino hacia un nuevo ambiente que comparado con el útero materno no era más que inhóspito.

La infante a pesar de ser la primera en salir, no abrió sus ojos hasta después de unos minutos y tras hacerlo, narra la partera aún hasta la fecha, estos se dirigieron hacia su hermano, en cuyos ojos se detuvo como si le reconociese como el compañero de sus pasados nueve meses. Trátese esto de algo cierto o no, la ahora anciana mujer siempre ha jurado que tal hecho fue lo que aconteció y Alessandra siempre ha estado convencida de la veracidad del hecho.

Durante los primeros años de su existencia, los mellizos aprendieron a dar sus primeros pasos en la ciudad de Florencia y fue casi de inmediato cuando la pequeña de cabellera roja como el crepitante fuego del interior del Vesuvio comenzó a realizar los primeros movimientos que, a pesar de ser torpes debido a la inexperiencia infantil, semejaban una danza.

Desde su primera infancia Alessandra parecía ya predestinada a ser lo que después sería, una abnegada bailarina que habría de pertenecer a la compañía de ballet de Milán, aunque en un inicio fuese su hermano y no sus padres quienes se percatasen de su inclinación a esta forma de expresión.

Ambos padres, perteneciendo a la crema y nata de la alta sociedad italiana, dejaron en compañía de sus empleados a sus hijos con frecuencia, pues el padre solía ausentarse a menudo en viajes relacionados con sus negocios industriales y su madre solía acompañarle a los mismos.

Podría alegarse que fue debido a los períodos de ausencia paterna que los mellizos forjaron un estrecho lazo, pero en la mente de la joven, no fue la ausencia de sus padres la que le inducía a buscar la compañía de Ahmet sino el que compartiesen un lazo más fuerte que las meras palabras que pudiesen intercambiar el uno con el otro.

Bastaba con intercambiar una mirada para comprender lo que pasaba por la mente del otro y fueron muchas las ocasiones en las cuales cuando algún accidente le ocurriese a uno el otro pudo sentir el mismo dolor físico con la misma intensidad, de la misma forma en que cuando el uno caía enfermo de igual forma lo hacía el otro.

Era inevitable entonces que al ir creciendo, Alessandra prestase más atención a los pensamientos y actitudes de su hermano que a las de sus propios padres y nada solía sacar a relucir el lado más oscuro de su carácter que el que alguien se atreviese a contrariarlo o desafiarlo.

A pesar de su auto proclamada independencia, la joven se encuentra sujeta al lazo que comparte con su hermano, aunque algunas veces sea ese mismo el que le nuble el juicio y sean esos ojos tan similares a los suyos los que le induzcan a seguir el camino hacia el infierno, pues sabe perfectamente que sus sentimientos por él muchas veces superan su razón. Sea de lo que sea que están echas las almas, la de ellos comparte la misma esencia, ligando la una a la otra como si se tratase de una sola que llegó al mundo dividida en lugar de tratarse de dos.


Otros datos:

- Debido a los negocios del padre, los mellizos suelen viajar a menudo a Francia, ya que la familia Gazzaniga cuenta con amplios terrenos y propiedades, al igual que en Italia y otras partes del mundo.

- Alessandra desea llegar a ser una prima ballerina y por lo mismo, le ha dado a entender a sus padres que no desea comprometerse aún en matrimonio.

- Lo único que supera su amor por la danza es la intensidad de sus sentimientos por su mellizo.