AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Nightmare [Liliane]
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Nightmare [Liliane]
El sol vespertino regalaba a la ciudad las últimas luces cálidas antes de que llegara la asoladora oscuridad y consigo el frío primaveral que humedecía las calles con el rocío. A veces la naturaleza, en un arrebato de generosidad regala momentos como ese atardecer, y otras veces era cruel e infame, descargando toda su fuerza indómita sobre el mundo de forma devastadora como explicaba aquel periódico que Lance tenía sobre sus rodillas. El papel era fino y aún se olía la tinta de la impresión. Un navío había naufragado por unos oleajes fuertes al norte de parís con la intención de partir al nuevo continente. Lance sonrió jactándose de aquella noticia pues una vez más esa noticia, afianzaba su visión del mundo. Pero se hacía tarde, debía ponerse en marcha y preparar todo su estudio para la invitada que esperaba recibir.
Con paso tranquilo y colocándose los puños de la camisa entró en su estudio. Una pequeña sala cuadrada que en su centro aguardaba un caballete de madera regulado a una excelente altura, varios vasos de cristal con agua tintada y miles de trapos a los lados. En las mesas, había diferentes paletas y tubos de plomo llenos de oleos, que a pesar de estar abiertos y retorcidos no se secaban. El gran ventanal de dos puertas estaba cerrado y una gran cortina pesada y oscura lo tapaba de forma majestuosa, cayendo ligeramente en vertical. Lance paseó los dedos por el diván de terciopelo, colocó los cojines como debían estar y con un cepillo eliminó cualquier resto de polvo. Después cogió varios pinceles de una repisa, en la que había varios cajones y en su interior estaban divididos los pinceles por tallas y por el pelo que tenían.
Paseó los dedos con delicadeza y respeto, acarició el pelo que al pasar el índice recobraba su aspecto normal, por la presión del metal en la madera barnizada- Hoy no…-susurró con una pena que se manifestó en la mueca de sus labios. Cogió un cuchillo y se dedicó a afilar los carboncillos vegetales y el prensado. Fue cuando encendía los candelabros para dar finalmente a la habitación un toque cálido cuando el ama de llaves se presentó en la puerta del estudio- Ha venido una muchacha preguntando por vos, mi lord- su voz era temblorosa y con poca confianza, algo que Lance solía transmitir a los demás- Yo la recibiré, gracias- respondió él, colocándose el pelo de forma enfermiza y estirando de su traje oscuro para que no hubiera arrugas al presentarse a la gitana. Dio un paso adelante en el vestíbulo- Bienvenida- le dijo a Liliane- Permítame coger su abrigo- se acercó hasta ella y tomó lo que le ofrecía- Ha sido usted muy puntual, eso me gusta. Acompáñeme por favor, el estudio está arriba- Ofreció su mano para que la gitana posara la suya y ambos subieron la escalinata marmórea hasta el piso superior. El pasillo largo y ancho, tenía varios candelabros adosados a las paredes, y todo el trayecto estaba decorado con cuadros, algunos mitológicos, otros paisajistas y otros retratos personales. Su creador, muchas mujeres pensativas, bien vestidas pero con una actitud arcaica y perdida en la mirada. Otras mujeres estaban gordas, con manos hinchadas y coloretes en las mejillas. Y figuras ilustres como Washington y otros tantos que salían representados, como viejos gordos sepultados de dinero y con miradas cargadas de hambre de mujer.
Lance paseó sin hacer caso omiso a las pinturas que decoraban las paredes, pero no era de extrañar que para Liliane aquellas representaciones poco comunes y crueles eran algo nuevo- Le dije que mi arte es mucho más excéntrico de lo que parece, satírico en ocasiones y crudo en otras- dijo mientras se detenía delante de la puerta del estudio- No se alarme, antes de hacerla un retrato tengo que estudiar su anatomía. Para eso debo dibujarla, más adelante en un par de sesiones, empezaré en el lienzo y si quedas satisfecha te regalaré la pintura. De no ser así irá a mi colección privada- Juntó las manos he hizo una reverencia leve-Empezaré por tu rostro, siéntate y ponte cómoda. Nada de poses estiradas, sino que relájate y se tu misma- dijo mientras cogía una capeta de piel, la doblaba y cogía las medidas a ojo de buen cubero. Analizó con infinito fervor el rostro de Liliane, reparando en cada facción y marca de expresión de su cara. Era risueña, positiva y alegre, vivaracha. Todo lo contrario a Lance, que era pesimista serio y cruel. Aspiró él aroma que embriagaba la estancia y sonrió mientras trazaba las líneas que marcarían la proporción y el movimiento. Mientras Lilianne se portaba excelente contemplando el hacer del artista. Lance sonrió- Puedes hablar, cuando llegue a tus labios, te avisaré- le indicó pues sabía que se sentía incómoda- Me niego a pensar que con ese rostro tan hermoso nadie te haya dibujado o si quiera insinuado- y así lo pensaba. Lance creía que todo el mundo debía tener un retrato que capturara el mejor tiempo de la persona y el peor, para que se viera la involución del cuerpo con el paso del tiempo y por supuesto la degradación del alma. La gente cuando se ve joven y lleno de vida es sublime, pero nada comparado con la destrucción natural del cuerpo humano. Solo los vampiros tenían un retrato permanente y Lance lo tenía a buen recaudo, pues el retrato era demasiado para ser contemplado con alguien cuerdo. En él estaba la peor visión de sí mismo. Lo sabía y lo aceptó y ahora quería que con su arte la gente se aceptara tal y como era realmente.
La mujer devoradora de hombres, corpulenta y gorda, por mucho vestido de seda que llevara, por muy bonitas joyas. Lo que a Lance le interesaba era su egocentrismo, su glotonería y su fatal de moralidad por tener dinero, por aparentar ser algo que no era realmente. Y así la retrató. Pues aunque puede haber una musa inspiradora en la obra de arte, mucho más a menudo es su amenaza
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Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Desde que nació, Liliane –o Lili, como la llamaban quienes la conocían- sufrió los duros golpes de la vida y aprendió a dejar las cosas fluir. Era consciente de que cuanto mejor se encontraba, el sino de alguna manera lograría golpearle para que volviera a posar los pies en la tierra y que, al contrario, cuando peor estuviera y menos fuerzas le quedaran esta se las apañaría para enviarle algo de ayuda. Así había ocurrido con el vampiro que ahora estaba empeñado en retratarla. Si bien era cierto que se había dedicado a una gran variedad de cosas en sus veintidós años de vida, jamás había posado para un artista y le ponía un tanto nerviosa. Lance Hramn, así se hacía llamar aunque para ella ese apellido suponía problemas pues se le atragantaba cada vez que debía pronunciarlo. Él era todo lo contrario a la gitana, ilustrado, educado, en cierta manera cohibido y bastante reservado; mientras que ella por desgracia no había podido estudiar y por tanto sus conocimientos se limitaban a lo que había podido aprender de la vida misma, su manera optimista de enfrentar el futuro y la energía de derrochaba a su paso chocaba contra el muro que Lance representaba. Así mismo estaba la diferencia de raza, desde el primer momento fue consciente de lo que era el pintor y tuvo que valorar la idea de encerrarse en el estudio con él, no por miedo de lo que pudiera hacerle sino porque si ella desapareciera nadie se quedaría a cargo de sus hermanos pequeños. Jamás le hablaba a nadie de ellos pero, sin saber cómo, el vampiro supo de su existencia y cedió una elevada suma de dinero a la gitana sin siquiera haberle hecho un boceto, por lo que ella se vio inmediatamente obligada a aceptar ser su musa como él se refería a ella.
Esa tarde se había lavado a conciencia en la tina de madera que tenía en la cabaña y desde el día anterior tuvo tendido el vestido para que estuviera listo esa noche. Por supuesto nada de calidad o elegancia que él derrochaba pero al menos no acudiría a la cita con las manchas de tierra que solía tener por andar recogiendo vegetales y arando en los sembrados. Al contrario que las damas ricas y pomposas, ella siempre llevaba el pelo suelto, libre y salvaje dejando que sus ondas enmarcaran ese rostro tostado por el sol –de todas las duras jornadas trabajando-. No le fue difícil encontrar el hogar en que le había citado Lance, ya que se conocía cada callejón de la capital francesa. En el momento en que puso un pie en el interior y fue recibida por aquella mujer menuda notó en sus ojos a partes iguales repulsión y lástima. Supuso que lo primero se trataba sobre su condición de gitana y lo segundo es lo que más descolocada la dejó, no fue hasta que vio a Lance que consiguiera relajarse levemente. -Gracias…-, contestó con una sonrisa al vampiro cuando este recogió su abrigo. Le siguió sin apenas hacer ruido por cada pasillo paseando la mirada por la mayoría de los cuadros que este tenía colgados en las paredes. Algunos de ellos eran verdaderamente atroces, con figuras desproporcionadas o antinaturales, deformaciones… Sintió un escalofrío pero nada comentó al respecto pues ya le había adelantado su manera de representar las figuras que retrataba. -Creo que no le gusto a tu ama de llaves. O que esté aquí, no estoy muy segura-, comentó para no tener que decir nada del arte que él realizaba.
Pasó al interior del estudio notando el olor de cada producto que él usaba. Todo allí parecía estar desordenado pero por cómo se movía él en la sala comprendió que no era así y una ligera risa de sus labios. Desorden ordenado, era peculiar ese hombre. -¿Y qué pasa si me gusta a mi y a ti también?¿Nunca has querido conservar una obra que te hayan pedido?-, no se imaginaba el poder llevarse su dibujo si a él le agradara la idea de colgarlo como el resto de obras que tenía dispersas por su hogar. Como este le había indicado, tomó asiento delante de él, no sabía qué cara poner, pero por vergüenza al sentirse observada acabó por darle la risa y se podría decir que el gesto que quedó fue más natural. En cierta manera era relajante verle hacer, se quedaba completamente serio salvo cuando se dirigía a ella para comentar algo –que su rictus se relajaba considerablemente, como si no quisiera asustarla-; las manos volaban por el lienzo tras cada mirada a la gitana que se echó a reír de nuevo con aquel comentario, -gracias por el cumplido pero si has dibujado lo peor de la sociedad deberías saber que pocos hombres se fijan en los detalles de una mujer cuando la pueden pagar para meterse bajo su falda-. Podía sonar duro y más aún por la tranquilidad con que ella hablaba de ello y normalizaba esa situación, pero así había sido su vida y nada parecido al amor había llegado a ella, salvo sus lazos fraternales, por lo que se explicaba tal y como sentía y lo había vivido.
Se removió en el asiento pero temía conseguir una reprimenda de parte de Lance si se levantaba a ver los avances en sus dibujos. Infló las mejillas tratando de controlar el impulso de saltar de la silla para asomar la cara tras el lienzo, pero no tardaron en ganar sus ganas y así se encontró junto al vampiro viendo la parte superior de su rostro. Se quedó analizando el dibujo hasta que se dio cuenta de que la mirada de él se había quedado clavada sobre ella, poniéndola nerviosa, -perdona, ya vuelvo a sentarme-, dijo como si de una niña pequeña se tratara después de una riña.
Esa tarde se había lavado a conciencia en la tina de madera que tenía en la cabaña y desde el día anterior tuvo tendido el vestido para que estuviera listo esa noche. Por supuesto nada de calidad o elegancia que él derrochaba pero al menos no acudiría a la cita con las manchas de tierra que solía tener por andar recogiendo vegetales y arando en los sembrados. Al contrario que las damas ricas y pomposas, ella siempre llevaba el pelo suelto, libre y salvaje dejando que sus ondas enmarcaran ese rostro tostado por el sol –de todas las duras jornadas trabajando-. No le fue difícil encontrar el hogar en que le había citado Lance, ya que se conocía cada callejón de la capital francesa. En el momento en que puso un pie en el interior y fue recibida por aquella mujer menuda notó en sus ojos a partes iguales repulsión y lástima. Supuso que lo primero se trataba sobre su condición de gitana y lo segundo es lo que más descolocada la dejó, no fue hasta que vio a Lance que consiguiera relajarse levemente. -Gracias…-, contestó con una sonrisa al vampiro cuando este recogió su abrigo. Le siguió sin apenas hacer ruido por cada pasillo paseando la mirada por la mayoría de los cuadros que este tenía colgados en las paredes. Algunos de ellos eran verdaderamente atroces, con figuras desproporcionadas o antinaturales, deformaciones… Sintió un escalofrío pero nada comentó al respecto pues ya le había adelantado su manera de representar las figuras que retrataba. -Creo que no le gusto a tu ama de llaves. O que esté aquí, no estoy muy segura-, comentó para no tener que decir nada del arte que él realizaba.
Pasó al interior del estudio notando el olor de cada producto que él usaba. Todo allí parecía estar desordenado pero por cómo se movía él en la sala comprendió que no era así y una ligera risa de sus labios. Desorden ordenado, era peculiar ese hombre. -¿Y qué pasa si me gusta a mi y a ti también?¿Nunca has querido conservar una obra que te hayan pedido?-, no se imaginaba el poder llevarse su dibujo si a él le agradara la idea de colgarlo como el resto de obras que tenía dispersas por su hogar. Como este le había indicado, tomó asiento delante de él, no sabía qué cara poner, pero por vergüenza al sentirse observada acabó por darle la risa y se podría decir que el gesto que quedó fue más natural. En cierta manera era relajante verle hacer, se quedaba completamente serio salvo cuando se dirigía a ella para comentar algo –que su rictus se relajaba considerablemente, como si no quisiera asustarla-; las manos volaban por el lienzo tras cada mirada a la gitana que se echó a reír de nuevo con aquel comentario, -gracias por el cumplido pero si has dibujado lo peor de la sociedad deberías saber que pocos hombres se fijan en los detalles de una mujer cuando la pueden pagar para meterse bajo su falda-. Podía sonar duro y más aún por la tranquilidad con que ella hablaba de ello y normalizaba esa situación, pero así había sido su vida y nada parecido al amor había llegado a ella, salvo sus lazos fraternales, por lo que se explicaba tal y como sentía y lo había vivido.
Se removió en el asiento pero temía conseguir una reprimenda de parte de Lance si se levantaba a ver los avances en sus dibujos. Infló las mejillas tratando de controlar el impulso de saltar de la silla para asomar la cara tras el lienzo, pero no tardaron en ganar sus ganas y así se encontró junto al vampiro viendo la parte superior de su rostro. Se quedó analizando el dibujo hasta que se dio cuenta de que la mirada de él se había quedado clavada sobre ella, poniéndola nerviosa, -perdona, ya vuelvo a sentarme-, dijo como si de una niña pequeña se tratara después de una riña.
Última edición por Liliane Aleksandrova el Dom Abr 24, 2016 6:37 am, editado 1 vez
Liliane Aleksandrova- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
Tan cruel. Tan cadente de decencia en continua descomposición y la visión más lúgubre y negra del mundo, Lance apretaba el conté entre sus dedos, la rabia le subía por el cuerpo desde los pies hasta los ojos lo que hacía que en sus cejas no estuvieran relajadas. La imagen de un hombre gordo y de buen comer, que posiblemente tuviera a su mujer y sus hijos esperándole en casa, se le dibujó en la mente cuando Liliane respondió en lo que se fijan los hombres. Sus manos ajadas de haber tocado a tantas otras y su excitación robando la virtud de la joven liliane que con ojos vidriosos y mejillas perladas por el sudor de un momento estático le sobrepasaron. Sintió que su garganta estaba seca incluso podría decirse que le picaba por la sed, ojala encontrara a aquellos inútiles humanos en estado de descomposición, al igual que el mundo, y el sin vengara a aquella mujer con sus propias manos, con sus propios colmillos. Ojalá pudiera ser tan cruel como imaginaba, tan cruel como era el contraste de luces y sombras en el retrato que estaba haciendo, de forma constante y de atención extrema.
Pero aquella flor deshojada, aquella muchacha vivaracha se enfrentó a la ira reprimida de Lance con algo poco común en la vida de Lance. Optimismo. La mujer tenía en los ojos esa crudeza por la supervivencia que Lance conocía de primera mano y mientras guiaba sus manos se vio reflejado en ella. Cuando fue encontrado por el Lord y fue adoptado, cuando descubrió que había buena gente en el mundo. Y ahora ella tan lejos de ser una dama de sociedad, era una superviviente y era seguramente más fuerte que muchas de las mujeres que habían pasado por la vida de Lance, se quedó pensativo y no pudo hacer más que devolverle la sonrisa. Quizás pensara que se enfadaba por que se moviera, pero en la mente del vampiro pasaban muchas cosas al mismo tiempo, de forma constante y rápida mientras que con sus manos y el arte se comunicaba.
-Puedes venir a verlo si quieres- le concedió dejando a un lado ahora el conté, que debido a la presión manchó sus dedos de color negro y mientras ojeaba la prueba se limpió las manos en un trapo húmedo que tenía a su lado- Tienes mucha vitalidad- le dijo cuando volvió a su sitio- Tienes energía. Conozco a pocas mujeres que sean tan trabajadoras como tu, tan pocas que merezcan ser estudiadas…tan pocas que posean ese algo especial para estar retratadas. Inspiras. No sólo al artista, a las personas. Eso es lo más difícil de todo- le dijo mirándo a sus ojos de forma intensa. Lance era un hombre intenso, solía hablar poco, de hecho dice más con sus actos que con sus palabras, pero cuando hablaba…. Oh! Cuando hablaba utilizaba la fuerza y la intensidad que usaba en sus cuadros, y profundizaba en los sentimientos y las emociones ajenas. Era un tiburón, que analizaba y abordaba a su presa, la dejaba nadar tranquila camuflaba sus pasos y al final, con un movimiento repentino de un solo movimiento la capturaba. Maldito embaucador, maldito vampiro, maldito hombre. Fruto de su tiempo.
Lance alargó la mano hacia la de ella, consciente de la poca confianza que tenían ambos, pero quizás la estancia y la situación se balanceó hacia un poco más de confianza y le ofreció el conté a ella para que lo tomara con sus dedos femeninos y algo secos de tanto trabajar. Se colocó detrás de ellas y la guió por el lienzo para que empezara a dar las sombras de su pelo. Su espalda estaba en contacto con el pecho de Lance, el brazo recto y firme de él se alargaba y acomodaba por encima de el de ella y su mano diestra en el dibujo le ayudaba- ¿Alguna vez habías dibujado?- preguntó Lance en su oído con una voz tan atercipelada y melosa que hubieran hecho que a cualquiera se le erizara el bello del cuerpo- Es agradable el tacto del conté, más suave y denso que el carbón…-siguió junto a su oído- Cierra los ojos, escucha el sonido que hace sobre el lienzo trabajado. ¿Lo escuchas? Es tan sutil…-le dijo mientras hizo que el contacto se disipara de forma lenta alejándose de ella- Tienes los labios ajados- le dijo acercándose al bar que tenía a un lado, en una copa sirvió un vaso de agua y se lo dio a ella- Eso es que estás deshidratada- le dijo ladeando la cabeza. ¿Tanto podía percibir un vampiro? Lance percibía muchas cosas con sus sentidos, pero sobre todo estaba percibiendo que no sólo la belleza de esa musa era algo que le obsesionaba, sino también el contacto de la gitana. Cerró los ojos consciente de la sed que tenía él también y deseo, que una vez que ella bebiera y se hidratara, el pudiera hacer lo mismo. La deseaba. Pero de todas las formas posibles, ambicionaba esa mujer para siempre en un retrato, entre sus manos, en su garganta.
Pero aquella flor deshojada, aquella muchacha vivaracha se enfrentó a la ira reprimida de Lance con algo poco común en la vida de Lance. Optimismo. La mujer tenía en los ojos esa crudeza por la supervivencia que Lance conocía de primera mano y mientras guiaba sus manos se vio reflejado en ella. Cuando fue encontrado por el Lord y fue adoptado, cuando descubrió que había buena gente en el mundo. Y ahora ella tan lejos de ser una dama de sociedad, era una superviviente y era seguramente más fuerte que muchas de las mujeres que habían pasado por la vida de Lance, se quedó pensativo y no pudo hacer más que devolverle la sonrisa. Quizás pensara que se enfadaba por que se moviera, pero en la mente del vampiro pasaban muchas cosas al mismo tiempo, de forma constante y rápida mientras que con sus manos y el arte se comunicaba.
-Puedes venir a verlo si quieres- le concedió dejando a un lado ahora el conté, que debido a la presión manchó sus dedos de color negro y mientras ojeaba la prueba se limpió las manos en un trapo húmedo que tenía a su lado- Tienes mucha vitalidad- le dijo cuando volvió a su sitio- Tienes energía. Conozco a pocas mujeres que sean tan trabajadoras como tu, tan pocas que merezcan ser estudiadas…tan pocas que posean ese algo especial para estar retratadas. Inspiras. No sólo al artista, a las personas. Eso es lo más difícil de todo- le dijo mirándo a sus ojos de forma intensa. Lance era un hombre intenso, solía hablar poco, de hecho dice más con sus actos que con sus palabras, pero cuando hablaba…. Oh! Cuando hablaba utilizaba la fuerza y la intensidad que usaba en sus cuadros, y profundizaba en los sentimientos y las emociones ajenas. Era un tiburón, que analizaba y abordaba a su presa, la dejaba nadar tranquila camuflaba sus pasos y al final, con un movimiento repentino de un solo movimiento la capturaba. Maldito embaucador, maldito vampiro, maldito hombre. Fruto de su tiempo.
Lance alargó la mano hacia la de ella, consciente de la poca confianza que tenían ambos, pero quizás la estancia y la situación se balanceó hacia un poco más de confianza y le ofreció el conté a ella para que lo tomara con sus dedos femeninos y algo secos de tanto trabajar. Se colocó detrás de ellas y la guió por el lienzo para que empezara a dar las sombras de su pelo. Su espalda estaba en contacto con el pecho de Lance, el brazo recto y firme de él se alargaba y acomodaba por encima de el de ella y su mano diestra en el dibujo le ayudaba- ¿Alguna vez habías dibujado?- preguntó Lance en su oído con una voz tan atercipelada y melosa que hubieran hecho que a cualquiera se le erizara el bello del cuerpo- Es agradable el tacto del conté, más suave y denso que el carbón…-siguió junto a su oído- Cierra los ojos, escucha el sonido que hace sobre el lienzo trabajado. ¿Lo escuchas? Es tan sutil…-le dijo mientras hizo que el contacto se disipara de forma lenta alejándose de ella- Tienes los labios ajados- le dijo acercándose al bar que tenía a un lado, en una copa sirvió un vaso de agua y se lo dio a ella- Eso es que estás deshidratada- le dijo ladeando la cabeza. ¿Tanto podía percibir un vampiro? Lance percibía muchas cosas con sus sentidos, pero sobre todo estaba percibiendo que no sólo la belleza de esa musa era algo que le obsesionaba, sino también el contacto de la gitana. Cerró los ojos consciente de la sed que tenía él también y deseo, que una vez que ella bebiera y se hidratara, el pudiera hacer lo mismo. La deseaba. Pero de todas las formas posibles, ambicionaba esa mujer para siempre en un retrato, entre sus manos, en su garganta.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Feliz aceptó la invitación de Lance para acercarse tanto a él como al lienzo. Le parecía delicioso el don que tenía el vampiro para plasmar en un lienzo lo que le inspiraban los extraños, lo que él captaba del mundo. Era precioso el dibujo que estaba haciendo de ella y aunque faltaban los ojos por dibujar –detalle que le daba un aspecto algo tétrico al retrato- Lili sabía que no iba a ser capaz de dejar que se quedara Lance con ello. Además de sentir una especie de amor a primera vista con el dibujo, sería también para ella una forma de tener parte del vampiro. Ambos habían conectado de una manera poco común entre hombre y mujer para los tiempos que corrían, más allá de la relación de trabajo que había surgido se estaba forjando una amistad y eso a Lili siempre le agradaba. -No pretendo inspirar a nadie pero me alegro de servirte de modelo para tus obras, me parece un dibujo precioso-, contestó a sus palabras con la mayor educación que pudo dado su poco conocimiento en el tema artístico y casi en todos, pues no había podido recibir clases como el resto de la sociedad. -Si cuenta dibujar en las orillas del río con una rama…-, dijo notando la sangre subir a sus mejillas.
Esa situación le producía al mismo tiempo vergüenza y diversión. Lo primero sobre todo por la actitud del vampiro con ella, no era la primera vez que un hombre le pagaba para atenderle en todos los sentidos, pero sí era la primera vez que sentía que la cortejaban y al ser nuevo para ella hacía que la gitana estuviera más nerviosa que de costumbre. Lo segundo porque fuera como fuera Lili siempre acababa viendo el lado positivo a las situaciones y no encontraba incorrecto en el comportamiento de Lance, no se había propasado ni le había hecho daño. Más bien parecía querer cuidar a la joven y mostrarle cosas nuevas. -Dices que yo tengo energía, pues tú tienes una manera de ver el mundo demasiado romántica para pasar desapercibido ante los ojos de cualquiera-, ¿cómo podía aquel hombre de apariencia tan fría encontrar la belleza del mundo en el mero sonido del conté sobre el lienzo? Ladeó la cabeza para poder mirarle aunque lo único que consiguió fue que las mejillas de ambos chocaran al estar él detrás de su cuerpo menudo.
De alguna manera que no entendía se apenó por que Lance decidiera alejarse de su cuerpo, estaba cómoda y arropada con él tras su espalda. -No creo estar deshidratada, puede ser de pasar horas al sol-, opinó aunque tomó el agua de todas maneras. No había comido ni bebido nada desde que llegó al estudio de Lance y realmente agradecía que se preocupara de ella. -¿Te encuentras bien? Tus ojos…-, sabía lo que podía significar que los ojos de un vampiro se tornaran carmesí pero no en una situación de calma. No había hecho nada que lo hiciera enfadar y según él, se alimentaría antes de sus encuentros para no arriesgarse a hacer nada que no pudiera controlar. Por primera vez desde que le conoció temió que algo malo pudiera pasarle estando con él pero se obligó a relajar los latidos de su corazón y se acercó hasta él. Buscó ahora ella el contacto de sus manos y rogó por no estar cometiendo un error al alzarse sobre las puntas de sus pies para alcanzar sus labios. Esa fue la primera vez en que Liliane dio el paso de besar a un cliente, estaba claro que recibía los besos que estos quisieran darle pero jamás había entregado esa parte de sí misma a nadie. Hasta ahora. Las manos de la gitana se posaron primero en el pecho de Lance, buscando alguna señal por parte de este de que aquello era un error y causaría el efecto contrario de lo que ella quería, calmarle; pero al no ser así continuó subiendo los dedos hasta la nuca ajena y finalmente sello sus labios. El contacto fue como una sacudida en el interior de Lili, más allá de que el motivo de aquel beso hubiera sido calmarle, ahora no deseaba detenerlo. Notaba los brazos de él rodeando su cuerpo y siguiendo el contacto de una manera ferviente. Agitada como estaba tuvo que obligarse a separar la boca de la ajena y mirarle a los ojos buscando ahora un atisbo de paz, -dime que ha funcionado…-, rogó antes de que este abriera los ojos y ver que estaban aún más oscuros que antes. Lo había empeorado. Había cometido un error y ahora tendría que pagar por ello. Tragó la saliva que le quedaba y volvió a posar la totalidad de la planta del pie en el suelo sin alejarse de él, de poco le serviría.
Esa situación le producía al mismo tiempo vergüenza y diversión. Lo primero sobre todo por la actitud del vampiro con ella, no era la primera vez que un hombre le pagaba para atenderle en todos los sentidos, pero sí era la primera vez que sentía que la cortejaban y al ser nuevo para ella hacía que la gitana estuviera más nerviosa que de costumbre. Lo segundo porque fuera como fuera Lili siempre acababa viendo el lado positivo a las situaciones y no encontraba incorrecto en el comportamiento de Lance, no se había propasado ni le había hecho daño. Más bien parecía querer cuidar a la joven y mostrarle cosas nuevas. -Dices que yo tengo energía, pues tú tienes una manera de ver el mundo demasiado romántica para pasar desapercibido ante los ojos de cualquiera-, ¿cómo podía aquel hombre de apariencia tan fría encontrar la belleza del mundo en el mero sonido del conté sobre el lienzo? Ladeó la cabeza para poder mirarle aunque lo único que consiguió fue que las mejillas de ambos chocaran al estar él detrás de su cuerpo menudo.
De alguna manera que no entendía se apenó por que Lance decidiera alejarse de su cuerpo, estaba cómoda y arropada con él tras su espalda. -No creo estar deshidratada, puede ser de pasar horas al sol-, opinó aunque tomó el agua de todas maneras. No había comido ni bebido nada desde que llegó al estudio de Lance y realmente agradecía que se preocupara de ella. -¿Te encuentras bien? Tus ojos…-, sabía lo que podía significar que los ojos de un vampiro se tornaran carmesí pero no en una situación de calma. No había hecho nada que lo hiciera enfadar y según él, se alimentaría antes de sus encuentros para no arriesgarse a hacer nada que no pudiera controlar. Por primera vez desde que le conoció temió que algo malo pudiera pasarle estando con él pero se obligó a relajar los latidos de su corazón y se acercó hasta él. Buscó ahora ella el contacto de sus manos y rogó por no estar cometiendo un error al alzarse sobre las puntas de sus pies para alcanzar sus labios. Esa fue la primera vez en que Liliane dio el paso de besar a un cliente, estaba claro que recibía los besos que estos quisieran darle pero jamás había entregado esa parte de sí misma a nadie. Hasta ahora. Las manos de la gitana se posaron primero en el pecho de Lance, buscando alguna señal por parte de este de que aquello era un error y causaría el efecto contrario de lo que ella quería, calmarle; pero al no ser así continuó subiendo los dedos hasta la nuca ajena y finalmente sello sus labios. El contacto fue como una sacudida en el interior de Lili, más allá de que el motivo de aquel beso hubiera sido calmarle, ahora no deseaba detenerlo. Notaba los brazos de él rodeando su cuerpo y siguiendo el contacto de una manera ferviente. Agitada como estaba tuvo que obligarse a separar la boca de la ajena y mirarle a los ojos buscando ahora un atisbo de paz, -dime que ha funcionado…-, rogó antes de que este abriera los ojos y ver que estaban aún más oscuros que antes. Lo había empeorado. Había cometido un error y ahora tendría que pagar por ello. Tragó la saliva que le quedaba y volvió a posar la totalidad de la planta del pie en el suelo sin alejarse de él, de poco le serviría.
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
Petrificado por el contacto de los labios de Liliane notó como su cuerpo se tensaba por completo y se abandonaba al sentido del tacto cerrando los ojos. Notaba como transpiraba casi cada poro del cuerpo de Liliane, su corazón iba a mil por hora, la taquicardia era evidente. Si Lance hubiera tenido un corazón que latiera, ahora mismo iría a su mismo compás pero no. Mientras se abandonaba al tacto de sus labios, Lance también sitió el calor de sus manos en su nuca, la fuerza de sus piernas se notaba en la tensión de Lili por mantener el contacto a pesar de la diferencia de altura. Una pequeña gota de sudor caía por la nuca de ella, oculta tras la melena, como si se tratara de un perfume que con sutileza hacia que sus sentidos se fijaran en él y por ende en su cuello. Lance abrió los ojos cuando cesó el contacto y su instinto primario se manifestó en sus ojos; la oscuridad.
Lance pasó su lengua por los labios atesorando la inminente despedida de los labios ajenos y el sabor que le habían dejado, también sonrió y dejó que su lengua acariciara su colmillo- Lo has empeorado- y su voz sonó áspera y ronca como si se la hubieran rasgado. Atesoraba a aquella mujer lo suficiente como quedársela para él- Beberé de ti esta noche- le informó y con su mano diestra apartó la larga melena de Liliane a un lado para descubrir aquel escenario que clamaba por su boca. Lance rodeó ahora el cuerpo de ella con sus brazos y descargó su nariz por el cuello, esnifando todo su aroma de forma sutil, casi con infinito cuidado y devoción admirable. Besó ahora su cuello repitiendo el trayecto que había hecho antes su nariz y clavó sus colmillos en el cuello de ella. Sintió como la piel se abrir para dejar paso al primer sorbo de su sangre. Ella hizo un gesto de dolor comprensible pero no presentó resistencia, seguramente porque sabía que no tenía nada que hacer contra alguien de su naturaleza. Bebió de ella excitado por su sangre, por el contacto y la apretó más contra su cuerpo, al tercer sorbo genero cesó y de la misma forma que empezó a beber ahora paró. Lentamente sacó sus colmillos del cuerpo ajeno, lamió los puntos exactos del pinchazo y los besó con mimo, mientras el cuerpo de Liliane vibraba al contacto de su lengua húmeda. Lance después se separó de ella y la miró a los ojos, clavando los suyos carmesí- Tengo que captar tu esencia, Liliane. No puedo desprenderme de ti. Tu olor, tu tacto, tu sangre….-susurró y parecía un demente el decirlo- No tengas miedo…no lo tengas. Aun no quiero hacerte daño- intentó reconfortarla, aunque en vano pues el “Aún no quiero hacerte daño”, significaba que en un futuro se lo haría- Tengo que mantenerte aquí…- y se acercó hasta ella con unas tijeras, alargó su mano al rostro de Liliane que lloraba en silencio sin comprender como aquella atmósfera había cambiado tan súbitamente. Lance cogió un mechón de su basta y larga melena y lo cortó, lo ató con una finísima cuerda y lo dejó a un lado junto a las tijeras- Haré un pincel con tu pelo- cada vez pareciéndose más a un lunático y no a un artista- Porque no hay nada mejor para captar tu esencia que tú misma, tu melena, tu pelo, tu aroma….- dijo dando una vuelta alrededor de ella- Shh….no llores- dijo nervioso cerca de su oído- ¡No llores! No quiero hacerte daño, quiero dibujarte. Quiero que quedes inmortalizada pero necesito que me sirvas, como ahora Liliane. Nada le faltará a tu familia, nada te faltará a ti, pero te necesito aquí conmigo un poco más. El mundo tiene que conocerte, tengo que mantenerte vida eres de las pocas que merece estar en un lienzo….merece estar bien-añadió.
Lo cierto era que Lance tenía un serio problema para distinguir lo que estaba bien y lo que estaba mal, tuvo una infancia dura y apenas se ha relacionado con gente. Después de verla asustada notó que quizá se había sobrepasado por la enfermedad de la perfección en un artista corrompía hasta su médula haciendo que se quedara prisionera en su fortaleza- No te pasará nada malo, Liliane. Las únicas personas que tienen que temerme eran las impuras. Todas las mujeres que han participado en mis obras han formado parte de ellas y otras tantas. Su sangre ha regado mi paleta, su piel ha cubierto mis lienzos, sus huesos y cenizas han coloreado el retrato de su cante y su pelo me ha ayudado a hacerlo. Pero tú…a ti te dibujaré íntegra, te daré el resultado perfecto. Solo tendrás que firmar con tu sangre, y dibujaré tus ojos- le dijo consciente de que ya había caído en las redes de la gitana de forma inconsciente.
La llevó en silencio hasta su habitación, para que descasara, la pérdida de sangre había hecho que su piel antes morena se volviera algo pálida y anémica, al igual que las ojeras que aparecían en sus ojos. Sabía que estaba asustada pero era algo raro y magnético, Lance era intenso en todo lo que hacía, por eso su arte también lo era, quizá no fuera la mejor manera de pedir a Liliane que se quedara en su mansión, pero no sabía diferenciar lo bueno de lo malo, para él ella era una luz en un mundo de oscuridad que necesitaba proteger, atesorar y mantener a salvo hasta que pudiera ser capaz de plasmar todo eso en una obra. Sabía que dibujaría sus ojos porque se estaba enamorado de ella. Quizá sus sentidos y su hambre le engañaran pero siempre dijo que si se enamoraba de alguien, lo haría de sus ojos, porque estos no envejecían y él los amaba. Los amaría siempre pero aún no se atrevía a dibujarlos porque no veía lo mismo en ellos.
La dejó en el ala este, donde salía el sol más temprano y dejó el candelabro de velas en la mesita de su lado. La miró en la cama, escondiendo su rostro en sus manos- El servicio está a tu disposición, eres una invitada- le dijo cogiendo el pomo de la puerta con intención de cerrar. Y en ese momento en la cabeza de Liliane escuchó “Querrás decir, tu prisionera”. El pensamiento se acabó en el momento en el que Lance cerró la puerta tras de sí, dándole la libertad de no cerrársela con llave.
Aunque seguramente aventurando los pensamientos de Liliane que parecía sumisa ante los gestos y los ofrecimientos del vampiro intentaría huir. Sin embargo, Lance conocía esa posibilidad y mandó cerrar las puertas que daban al exterior. No permitiría que se escapara de sus manos la única persona que arrojaba algo de luz a su vida y a su arte.
Lance pasó su lengua por los labios atesorando la inminente despedida de los labios ajenos y el sabor que le habían dejado, también sonrió y dejó que su lengua acariciara su colmillo- Lo has empeorado- y su voz sonó áspera y ronca como si se la hubieran rasgado. Atesoraba a aquella mujer lo suficiente como quedársela para él- Beberé de ti esta noche- le informó y con su mano diestra apartó la larga melena de Liliane a un lado para descubrir aquel escenario que clamaba por su boca. Lance rodeó ahora el cuerpo de ella con sus brazos y descargó su nariz por el cuello, esnifando todo su aroma de forma sutil, casi con infinito cuidado y devoción admirable. Besó ahora su cuello repitiendo el trayecto que había hecho antes su nariz y clavó sus colmillos en el cuello de ella. Sintió como la piel se abrir para dejar paso al primer sorbo de su sangre. Ella hizo un gesto de dolor comprensible pero no presentó resistencia, seguramente porque sabía que no tenía nada que hacer contra alguien de su naturaleza. Bebió de ella excitado por su sangre, por el contacto y la apretó más contra su cuerpo, al tercer sorbo genero cesó y de la misma forma que empezó a beber ahora paró. Lentamente sacó sus colmillos del cuerpo ajeno, lamió los puntos exactos del pinchazo y los besó con mimo, mientras el cuerpo de Liliane vibraba al contacto de su lengua húmeda. Lance después se separó de ella y la miró a los ojos, clavando los suyos carmesí- Tengo que captar tu esencia, Liliane. No puedo desprenderme de ti. Tu olor, tu tacto, tu sangre….-susurró y parecía un demente el decirlo- No tengas miedo…no lo tengas. Aun no quiero hacerte daño- intentó reconfortarla, aunque en vano pues el “Aún no quiero hacerte daño”, significaba que en un futuro se lo haría- Tengo que mantenerte aquí…- y se acercó hasta ella con unas tijeras, alargó su mano al rostro de Liliane que lloraba en silencio sin comprender como aquella atmósfera había cambiado tan súbitamente. Lance cogió un mechón de su basta y larga melena y lo cortó, lo ató con una finísima cuerda y lo dejó a un lado junto a las tijeras- Haré un pincel con tu pelo- cada vez pareciéndose más a un lunático y no a un artista- Porque no hay nada mejor para captar tu esencia que tú misma, tu melena, tu pelo, tu aroma….- dijo dando una vuelta alrededor de ella- Shh….no llores- dijo nervioso cerca de su oído- ¡No llores! No quiero hacerte daño, quiero dibujarte. Quiero que quedes inmortalizada pero necesito que me sirvas, como ahora Liliane. Nada le faltará a tu familia, nada te faltará a ti, pero te necesito aquí conmigo un poco más. El mundo tiene que conocerte, tengo que mantenerte vida eres de las pocas que merece estar en un lienzo….merece estar bien-añadió.
Lo cierto era que Lance tenía un serio problema para distinguir lo que estaba bien y lo que estaba mal, tuvo una infancia dura y apenas se ha relacionado con gente. Después de verla asustada notó que quizá se había sobrepasado por la enfermedad de la perfección en un artista corrompía hasta su médula haciendo que se quedara prisionera en su fortaleza- No te pasará nada malo, Liliane. Las únicas personas que tienen que temerme eran las impuras. Todas las mujeres que han participado en mis obras han formado parte de ellas y otras tantas. Su sangre ha regado mi paleta, su piel ha cubierto mis lienzos, sus huesos y cenizas han coloreado el retrato de su cante y su pelo me ha ayudado a hacerlo. Pero tú…a ti te dibujaré íntegra, te daré el resultado perfecto. Solo tendrás que firmar con tu sangre, y dibujaré tus ojos- le dijo consciente de que ya había caído en las redes de la gitana de forma inconsciente.
La llevó en silencio hasta su habitación, para que descasara, la pérdida de sangre había hecho que su piel antes morena se volviera algo pálida y anémica, al igual que las ojeras que aparecían en sus ojos. Sabía que estaba asustada pero era algo raro y magnético, Lance era intenso en todo lo que hacía, por eso su arte también lo era, quizá no fuera la mejor manera de pedir a Liliane que se quedara en su mansión, pero no sabía diferenciar lo bueno de lo malo, para él ella era una luz en un mundo de oscuridad que necesitaba proteger, atesorar y mantener a salvo hasta que pudiera ser capaz de plasmar todo eso en una obra. Sabía que dibujaría sus ojos porque se estaba enamorado de ella. Quizá sus sentidos y su hambre le engañaran pero siempre dijo que si se enamoraba de alguien, lo haría de sus ojos, porque estos no envejecían y él los amaba. Los amaría siempre pero aún no se atrevía a dibujarlos porque no veía lo mismo en ellos.
La dejó en el ala este, donde salía el sol más temprano y dejó el candelabro de velas en la mesita de su lado. La miró en la cama, escondiendo su rostro en sus manos- El servicio está a tu disposición, eres una invitada- le dijo cogiendo el pomo de la puerta con intención de cerrar. Y en ese momento en la cabeza de Liliane escuchó “Querrás decir, tu prisionera”. El pensamiento se acabó en el momento en el que Lance cerró la puerta tras de sí, dándole la libertad de no cerrársela con llave.
Aunque seguramente aventurando los pensamientos de Liliane que parecía sumisa ante los gestos y los ofrecimientos del vampiro intentaría huir. Sin embargo, Lance conocía esa posibilidad y mandó cerrar las puertas que daban al exterior. No permitiría que se escapara de sus manos la única persona que arrojaba algo de luz a su vida y a su arte.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Conocía esa sensación, aunque esa era sin duda la peor de todas las veces que había temido a un hombre. Sentía algo por Lance, había quedado reflejado en el beso que le acababa de regalar por voluntad propia y ahora el ambiente había cambiado, no se sentía segura junto a él y no era porque este quisiera beber de ella; no, eso ya se lo adelantó cuando la contrató, era por cómo hablaba y cómo se movía. Había dejado a un lado al vampiro caballeroso y atento, al que se preocupaba por la gitana y trataba de que esta estuviera cómoda, ¿habría sido todo una treta para conseguir que confiara en él y actuaría ahora como el resto de despreciables hombres que se había topado en su vida? Lástima. Eso es lo que notó oprimir su pecho en el instante en que el dolor producido por los colmillos de Lance atravesaron su piel. Liliane siempre se había caracterizado por ser una mujer vital, fuerte y positiva pero él estaba derribando cada muro que ella había puesto para protegerse de la sociedad, la estaba matando y ni siquiera parecía darse cuenta. Su figura permaneció estática, como si fuera una estatua a merced de las manos ajenas, ni movió un solo músculo ni medió palabra, ¿para qué? Lance ya parecía haber tomado su postura en aquella relación y no era otra que la de dominarla, otro más. La mirada de este al separarse de su cuerpo no fue alentadora sino todo lo contrario, los temores de la gitana estaba cogiendo forma a medida que él hablaba. No comprendía lo que la quería decir pero le provocaba temor y esto se reflejaba en el vello erizado de sus brazos. ”Aún no quiero hacerte daño”, ¿quería eso decir que en un futuro sí? Se sentía usada y engañada. Usada había estado en numerosas ocasiones pero siempre había sido consciente de ello, esta sin embargo… había llegado a pensar que podría de verdad ser feliz, confiar en alguien y no cargar sola con el peso de su familia. Error.
Las lágrimas inundaban ya sus ojos cuando le vio sostener su cabello y cortar un mechón. Estaba totalmente paralizada, ese grado de temor no lo había sentido antes, nada parecido a esa noche. Notaba su cuerpo tenso, las lágrimas caer por las mejillas y la respiración acelerada como resultado a todo ello. Deseaba hablarle, hacerle entrar en razón pero no sabía qué decir o cómo actuar, ya no creía conocerle. Cuanto más decía más miedo sentía, las ganas de echar a correr aumentaban por momentos pero también lo hacía la intensidad con que Lance le hablaba. -No puedo quedarme aquí. Hicimos un trato, vendría cuando me hicieras llamar-, intentó hacerle entrar en razón aunque parecía faltarse en ese momento, -mis hermanos me necesitan en casa y si no les he dejado solos nunca no lo voy a hacer ahora por un estúpido cuadro-, se estaba arriesgando a que pasara lo peor. El autocontrol de Lance era mínimo y su carácter voluble por lo que aquello podría salir muy bien y hacerle reaccionar o fatal y que la locura aumentara. Negó nuevamente al escuchar su explicación y se retiró furiosa las lágrimas de la cara. -¡yo soy una mujer impura!-, exclamó sin poder creer toda la sarta de tonterías que Lance estaba exponiendo como si fuera un argumento irrefutable. -No soy una santa, he yacido con muchos hombres por dinero, he sufrido abusos y mi vida ha estado cargada de puro dolor. ¿Te parezco una musa? Cada parte de mi cuerpo y mi alma está marcada por el sufrimiento, tú tan sólo has creído ver cómo soy y como enfrento la vida pero hay mucho más de lo que crees en mi-.
Caminó medio arrastrada por el vampiro entre los pasillos de la mansión del pintor, no se lo podía creer, la iba a dejar allí encerrada. Ni una palabra más salió de su boca pero trató de esquivar el contacto con él todo lo posible cuando este la acariciaba como si fuera una niña perdida. Se mantuvo sentada en la cama hasta que este la dejó sola y rompió a llorar de la tensión que había estado acumulando. Esa situación era cuanto menos inverosímil. Cuando dejó de escuchar pasos por el pasillo se levantó de la cama y se dirigió a la ventana, por suerte para ella estaba abierta por lo que se asomó y valoró la distancia hasta el suelo. Saltar desde el primer piso lo era una opción muy recomendable, lo más seguro es que se rompiera algún hueso y no pudiera ir muy lejos; lo que necesitaba era llegar al poblado y empezar a viajar nuevamente con los pequeños, lejos de allí. A su favor estaba la madera en que se apoyaba la enredadera por la que ascendía la buganvilla en la parte este de la fachada, sería relativamente fácil para una joven tan ligera ayudarse de ello para descender hasta el césped. Comprobando de nuevo que no había nadie por el pasillo y cerrando el pestillo por dentro se puso manos a la obra, siendo de noche apenas se veía desde la calle por lo que no había peligro de que alguien avisara al dueño de la casa. Poco a poco fue asegurando los pies en la madera y descendiendo lo más silenciosamente que pudo hasta alcanzar el suelo, lo más fácil estaba conseguido, ahora faltaba llegar a la verja y conseguir salir de allí a toda velocidad. Echó a correr por el jardín en dirección a la alta verja de forja rezando porque estuviera abierta, -¡No!-, protestó al encontrarla cerrada. Cogió aire y tras mirar hacia atrás para comprobar si venía alguien comenzó a ascender por ella para saltar al otro lado…
Las lágrimas inundaban ya sus ojos cuando le vio sostener su cabello y cortar un mechón. Estaba totalmente paralizada, ese grado de temor no lo había sentido antes, nada parecido a esa noche. Notaba su cuerpo tenso, las lágrimas caer por las mejillas y la respiración acelerada como resultado a todo ello. Deseaba hablarle, hacerle entrar en razón pero no sabía qué decir o cómo actuar, ya no creía conocerle. Cuanto más decía más miedo sentía, las ganas de echar a correr aumentaban por momentos pero también lo hacía la intensidad con que Lance le hablaba. -No puedo quedarme aquí. Hicimos un trato, vendría cuando me hicieras llamar-, intentó hacerle entrar en razón aunque parecía faltarse en ese momento, -mis hermanos me necesitan en casa y si no les he dejado solos nunca no lo voy a hacer ahora por un estúpido cuadro-, se estaba arriesgando a que pasara lo peor. El autocontrol de Lance era mínimo y su carácter voluble por lo que aquello podría salir muy bien y hacerle reaccionar o fatal y que la locura aumentara. Negó nuevamente al escuchar su explicación y se retiró furiosa las lágrimas de la cara. -¡yo soy una mujer impura!-, exclamó sin poder creer toda la sarta de tonterías que Lance estaba exponiendo como si fuera un argumento irrefutable. -No soy una santa, he yacido con muchos hombres por dinero, he sufrido abusos y mi vida ha estado cargada de puro dolor. ¿Te parezco una musa? Cada parte de mi cuerpo y mi alma está marcada por el sufrimiento, tú tan sólo has creído ver cómo soy y como enfrento la vida pero hay mucho más de lo que crees en mi-.
Caminó medio arrastrada por el vampiro entre los pasillos de la mansión del pintor, no se lo podía creer, la iba a dejar allí encerrada. Ni una palabra más salió de su boca pero trató de esquivar el contacto con él todo lo posible cuando este la acariciaba como si fuera una niña perdida. Se mantuvo sentada en la cama hasta que este la dejó sola y rompió a llorar de la tensión que había estado acumulando. Esa situación era cuanto menos inverosímil. Cuando dejó de escuchar pasos por el pasillo se levantó de la cama y se dirigió a la ventana, por suerte para ella estaba abierta por lo que se asomó y valoró la distancia hasta el suelo. Saltar desde el primer piso lo era una opción muy recomendable, lo más seguro es que se rompiera algún hueso y no pudiera ir muy lejos; lo que necesitaba era llegar al poblado y empezar a viajar nuevamente con los pequeños, lejos de allí. A su favor estaba la madera en que se apoyaba la enredadera por la que ascendía la buganvilla en la parte este de la fachada, sería relativamente fácil para una joven tan ligera ayudarse de ello para descender hasta el césped. Comprobando de nuevo que no había nadie por el pasillo y cerrando el pestillo por dentro se puso manos a la obra, siendo de noche apenas se veía desde la calle por lo que no había peligro de que alguien avisara al dueño de la casa. Poco a poco fue asegurando los pies en la madera y descendiendo lo más silenciosamente que pudo hasta alcanzar el suelo, lo más fácil estaba conseguido, ahora faltaba llegar a la verja y conseguir salir de allí a toda velocidad. Echó a correr por el jardín en dirección a la alta verja de forja rezando porque estuviera abierta, -¡No!-, protestó al encontrarla cerrada. Cogió aire y tras mirar hacia atrás para comprobar si venía alguien comenzó a ascender por ella para saltar al otro lado…
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
Lance pensó que Liliane tendría la sensación de ser observada con mil ojos en su espalda. Había estado disfrutando de un vaso de Whisky junto a la chimenea, en su sofá individual, mientras leía con avidez un libro sobre mitos y leyendas de la antigüedad, cuando escuchó el sonido de la ventana del piso superior abrirse, y el vaivén de la fachada por el que una figura menuda intentaba salir. Cerró con un suspiro el libro y se levantó, con paso lento y muy decidido a colocarse la camisa y la chaqueta del traje- Sabía yo que intentaría escaparse. Me ha intentado engañar- dijo notando como su ira era irrefrenable por momentos- Odio que me tomen por idiota. No lo soy- se autoconvencía solo en su gran salón, sin nadie más que lo oyera. Salió por la puerta principal, la noche aun cubría con su manto toda la ciudad y dificultaba la vista que no hubiera luces en el exterior, tan lúgubre y fría parecía la noche, que de no ser por la brisa veraniega, parecía que el invierno se había instalado en esa casa. El camino de gravilla respondía con un sonido a las pisadas de Lance, que adoraba aquel sonido. Le relajaba ver sus huellas entre las pequeñas piedras y a lo lejos, intentando trepar para escapar estaba Liliane. Sintió una punzada de celos y decepción que por alguna extraña razón dibujaron en su rostro una risa de locura- ¿A dónde vas Liliane?- preguntó en voz alta intentado llamar su atención- No puedes huir, no puedes irte sin que haya terminado tu cuadro, no puedes huir sin mi permiso- dijo ahora avanzando con grandes zancadas, sin hacer apenas ruido sobre la gravilla. Cuando escuchó ya muy cerca la respiración entrecortada por el esfuerzo de trepar, por el miedo que Lance le daba y el sudor frío que dejaba impregnado en los barrotes que alcanzaba con sus pequeñas y menudas manitas de humana. Había conseguido trepar hasta arriba, con dificultad y deslizándose poco a poco cayó al otro lado sin mirar a Lance que esperaba como un retrato fúnebre al otro lado de la puerta. Al elevar el rostro de sus pies, vio la figura de Liliane huir por el bosque, cuando reinaba la luna llena.
Apretó la mandíbula y de una patada abrió la imponente puerta de forja con las iniciales de su nombre y apellido. Suspiró y cerró los ojos intentando rastrear el aroma de Liliane, corría veloz por el bosque, de forma insensata y más en luna llena, cuando los lobos normales no son lo peor de lo que debía preocuparse. Miró con algo de congoja el bosque denso y fuerte que se extendía delante de él, veía moverse cada hierba alta, las ardillas y los búhos observaban desde lo alto, y la humedad se había alojado en su cuerpo frío como si un manto fuera, con el único objetivo de asfixiarle. Los árboles respiraban por la noche. Lance siguió con paso firme y alerta, cuando avanzó poco a poco centrando casi toda su atención en el aroma de Liliane al difuminarse por el bosque. No iba al campamento gitano, seguramente se perdería al llegar el punto más oscuro de la noche y podría herirse, podría deshidratarse. Y cuando pensó aquello recordó sus labios y cuándo le ofreció un refrigerio pues tenía los labios secos e hinchados. Relajó su mente y la dejó en blanco, aspiró de nuevo el aroma que Liliane había dejado a su paso, incluso el sudor de su mano lo advirtió en la corteza de un árbol y así hubiera seguido si no hubiera sido por un aullido tétrico y fuerte, un aullido poco armonioso que no era de un lobo común sino de algo más mortífero, poco racional y peligroso. Un licántropo salvaje.
Lance abrió los ojos notando como un escalofrío recorría su espalda, por el temor a la pérdida de Liliane en el bosque a menos de un ser tan impuro como ese. Así que utilizó toda su rapidez y sentidos sobrehumanos para llegar justo a tiempo, justo hasta ella, antes de que encontrara algo peor que él en aquel bosque. Si llegaba a tiempo, la pesadilla de Liliane sería la que mataría monstruos para ella.- Escuchó un grito de terror en lo más profundo del bosque y al girarse como movido por un resorte hacia dónde venía el sonido Lance gritó- ¡LILIANE!
Apretó la mandíbula y de una patada abrió la imponente puerta de forja con las iniciales de su nombre y apellido. Suspiró y cerró los ojos intentando rastrear el aroma de Liliane, corría veloz por el bosque, de forma insensata y más en luna llena, cuando los lobos normales no son lo peor de lo que debía preocuparse. Miró con algo de congoja el bosque denso y fuerte que se extendía delante de él, veía moverse cada hierba alta, las ardillas y los búhos observaban desde lo alto, y la humedad se había alojado en su cuerpo frío como si un manto fuera, con el único objetivo de asfixiarle. Los árboles respiraban por la noche. Lance siguió con paso firme y alerta, cuando avanzó poco a poco centrando casi toda su atención en el aroma de Liliane al difuminarse por el bosque. No iba al campamento gitano, seguramente se perdería al llegar el punto más oscuro de la noche y podría herirse, podría deshidratarse. Y cuando pensó aquello recordó sus labios y cuándo le ofreció un refrigerio pues tenía los labios secos e hinchados. Relajó su mente y la dejó en blanco, aspiró de nuevo el aroma que Liliane había dejado a su paso, incluso el sudor de su mano lo advirtió en la corteza de un árbol y así hubiera seguido si no hubiera sido por un aullido tétrico y fuerte, un aullido poco armonioso que no era de un lobo común sino de algo más mortífero, poco racional y peligroso. Un licántropo salvaje.
Lance abrió los ojos notando como un escalofrío recorría su espalda, por el temor a la pérdida de Liliane en el bosque a menos de un ser tan impuro como ese. Así que utilizó toda su rapidez y sentidos sobrehumanos para llegar justo a tiempo, justo hasta ella, antes de que encontrara algo peor que él en aquel bosque. Si llegaba a tiempo, la pesadilla de Liliane sería la que mataría monstruos para ella.- Escuchó un grito de terror en lo más profundo del bosque y al girarse como movido por un resorte hacia dónde venía el sonido Lance gritó- ¡LILIANE!
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Se le heló la sangre al escuchar la voz de Lance junto a ella, tan solo les separaban un par de metros y la verja a la que ya había conseguido trepar. Por suerte para ella su constitución menuda y acostumbrada a todo tipo de maldades, era fácil de manejar y se movía con cierta rapidez para tratarse tan solo de una joven gitana. Las piernas de Liliane, acostumbradas al trabajo, corrían veloces por las calles parisinas en dirección al bosque. Deseaba que Lance se hubiera cansado de ella, que verla huir de él fuera suficiente como para que la dejara ir y no la siguiera pero una sensación le decía que aquello no sería tan fácil. El vampiro había demostrado tener una forma de ser bastante autoritaria y algo demente, un lado que Liliane había llegado a temer de él. Hasta aquel día en su casa no había valorado la idea de que el vampiro fuera un loco, nada en él había aventurado tal cosa, pero los hombres engañaban para conseguir sus propósitos y eso sí que no era nada nuevo para la gitana.
Al fin sus zancadas la llevaron al límite del bosque donde se permitió el lujo de parar un segundo a tomar aire y mirar por encima del hombro para comprobar si Lance la había seguido. Todo parecía tranquilo bajo el manto de luz de la luna llena por lo que comenzó a adentrarse entre los altos árboles, debería buscar un lugar lo bastante alejado como para que no la encontraran y lo bastante seguro como para que nada malo pudiera pasarle. Pensó buscar una cueva sobre la zona del pequeño lago que había en mitad del bosque, pero seguramente esta estaría ya habitada por los animales, por lo que finalmente decidió subir a un árbol, pero debería ser lo suficientemente alto y fuerte para suportar su peso en las ramas más altas.
Estaba a punto de trepar al árbol escogido cuando lo escuchó, el sonido de las pisadas estaba justo al lado opuesto del tronco en que se encontraba, contuvo la respiración y se quedó completamente inmóvil. Si aquella fiera la hubiera olido, oído o visto ya estaría muerta, su única opción era permanecer en la sombra y que el animal se alejara lo suficiente como para poder trepar al árbol y así escapar de sus garras y fauces. El corazón de la gitana era un continuo tamborileo y su respiración estaba agitada por la carrera hasta el bosque y el miedo irracional que tenía a los licántropos. Esa era la única raza que odiaba y temía a partes iguales, por uno de ellos estaba huérfana, por uno de ellos su vida había sido un continuo vaivén de hombres y trabajo poco gratificantes, sabía que eran personas malditas, que no regían sobre la bestia que les dominaba pero no por ser conocedora de ello dejaba de querer que desaparecieran. Las pisadas del lobo parecieron alejarse de ella y aprovechó el momento para lanzarse tronco arriba, sin embargo aquella bestia, más rápida que Liliane regresó sobre sus pisadas y trató de alcanzar a la joven con las zarpas, desgarrando así parte de su vestido e hiriendo en ambas piernas a la joven. Gritó de dolor pero no dejó de subir y subir en aquel árbol que podría convertirse en su bendición o peor condena si es que el licántropo encontraba una manera de alcanzarla.
¿Había sido eso la voz de Lance? Cuando se vio lo bastante elevada como para mantenerse fuera del alcance de su cazador, buscó con la mirada bajo las ramas en busca del vampiro, -¡hay un lobo, no te acerques!-. Por mucho resentimiento que le tuviera tras haberla mantenido “presa” en su mansión, Liliane seguía manteniendo el sentimiento de afecto hacia él y sabía lo letal que era el mordisco de un animal como en que daba vueltas en torno al tronco de Liliane. Hasta haberse quedado quieta no había podido reparar en las heridas de sus piernas pero lo cierto es que se veía la carne desgarrada en la pantorrilla derecha y no sería algo fácil de curar si es que salía viva de aquella situación. Debería ir al médico y que le pusieran varios puntos, rompió parte de su vestido ya hecho jirones y lo usó a modo de venda para mantener la carne cerrada e impedir que continuara sangrando como lo hacía o caería desmayada en cuestión de pocas horas.
Al fin sus zancadas la llevaron al límite del bosque donde se permitió el lujo de parar un segundo a tomar aire y mirar por encima del hombro para comprobar si Lance la había seguido. Todo parecía tranquilo bajo el manto de luz de la luna llena por lo que comenzó a adentrarse entre los altos árboles, debería buscar un lugar lo bastante alejado como para que no la encontraran y lo bastante seguro como para que nada malo pudiera pasarle. Pensó buscar una cueva sobre la zona del pequeño lago que había en mitad del bosque, pero seguramente esta estaría ya habitada por los animales, por lo que finalmente decidió subir a un árbol, pero debería ser lo suficientemente alto y fuerte para suportar su peso en las ramas más altas.
Estaba a punto de trepar al árbol escogido cuando lo escuchó, el sonido de las pisadas estaba justo al lado opuesto del tronco en que se encontraba, contuvo la respiración y se quedó completamente inmóvil. Si aquella fiera la hubiera olido, oído o visto ya estaría muerta, su única opción era permanecer en la sombra y que el animal se alejara lo suficiente como para poder trepar al árbol y así escapar de sus garras y fauces. El corazón de la gitana era un continuo tamborileo y su respiración estaba agitada por la carrera hasta el bosque y el miedo irracional que tenía a los licántropos. Esa era la única raza que odiaba y temía a partes iguales, por uno de ellos estaba huérfana, por uno de ellos su vida había sido un continuo vaivén de hombres y trabajo poco gratificantes, sabía que eran personas malditas, que no regían sobre la bestia que les dominaba pero no por ser conocedora de ello dejaba de querer que desaparecieran. Las pisadas del lobo parecieron alejarse de ella y aprovechó el momento para lanzarse tronco arriba, sin embargo aquella bestia, más rápida que Liliane regresó sobre sus pisadas y trató de alcanzar a la joven con las zarpas, desgarrando así parte de su vestido e hiriendo en ambas piernas a la joven. Gritó de dolor pero no dejó de subir y subir en aquel árbol que podría convertirse en su bendición o peor condena si es que el licántropo encontraba una manera de alcanzarla.
¿Había sido eso la voz de Lance? Cuando se vio lo bastante elevada como para mantenerse fuera del alcance de su cazador, buscó con la mirada bajo las ramas en busca del vampiro, -¡hay un lobo, no te acerques!-. Por mucho resentimiento que le tuviera tras haberla mantenido “presa” en su mansión, Liliane seguía manteniendo el sentimiento de afecto hacia él y sabía lo letal que era el mordisco de un animal como en que daba vueltas en torno al tronco de Liliane. Hasta haberse quedado quieta no había podido reparar en las heridas de sus piernas pero lo cierto es que se veía la carne desgarrada en la pantorrilla derecha y no sería algo fácil de curar si es que salía viva de aquella situación. Debería ir al médico y que le pusieran varios puntos, rompió parte de su vestido ya hecho jirones y lo usó a modo de venda para mantener la carne cerrada e impedir que continuara sangrando como lo hacía o caería desmayada en cuestión de pocas horas.
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
Se había adentrado en la boca del lobo, aquel bosque estaba prohibido, pues no sólo habitaban las manadas del lobo ibérico sino que sus señores, los licántropos hacían su aparición cada mes para llevarse el ganado de los ganaderos y otras víctimas de los pueblos cercanos. Alguno se adentraba hasta la ciudad y se cobraba víctimas que no podían ocultarse y que a todo el mundo le importaban. Los sucesos iban en aumento cada mes, pues esa raza se podía reproducir y las páginas de sociedad publicaban nuevos artículos especulativos sobre las muertes.
Lance conocía aquel bosque, pero jamás había entrado solo, sin sus perros de caza, sin su caballo y sin sus armas, ahora mismo entraba con su cuerpo como única arma y a pesar de tener el don de la inmortalidad, aun no dominaba sus sentidos ni sus habilidades, pero en ese momento se presentaba un buen entrenamiento. El aroma de Liliane se difuminaba por la neblina que el bosque había producido, el oxígeno estaba diezmándose a medida que se entraba en la oscuridad, sus ojos acostumbrados ya dibujaban la frondosidad sin pararse a mirar los detalles, de haberlo hecho, podía haber interpretado las pisadas de Liliane y las del lobo que la seguía. Un grito de terror le perforó el tímpano hacia el este de su posición y fue corriendo con la rapidez en la que un rayo cae sobre la faz de la tierra. Cuando el perfume y el aroma de Liliane se hacía más fuerte, y más cercano a cada paso que daba, el olor a su sangre se incrustó en sus fosas nasales haciéndole detenerse en seco, en su mente resonaron sus pensamientos “Está herida” se dijo así mismo “Rápido Lance, tienes que encontrarla o morirá, otra vez” su mente gritaba mientras que sus colmillos vibraban en su boca- Tengo que encontrarla- se convenció a sí mismo, apretando de forma inconsciente sus puños, pues la tensión de la sangre le pesaba como una losa de piedra en su cuerpo.
Llego a tiempo de ver la escena del árbol, en la parte de arriba había una muchacha menuda que se recogía los pies, de ellso brotó un hijo de sangre que goteaba al suelo. A los pies de aquel árbol, una feroz criatura saltaba y clavaba las garras en vano para trepar por la corteza, que le hacía resbalarse o quedarse con parte del árbol en las garras. Lance miró a Liliane que en un segundo descubrió su figura y sintió un alivio en su respiración. Sin pensárselo dos veces y haciendo caso omiso al deseo de sangre, se lanzó con un placaje a la criatura por la parte de sus costillas, derribándolo lejos del árbol y Lance, se puso en guardia- Aléjate de ella- le dijo a la bestia que parecía recomponerse y ahora enorme, erizada con unas fauces llenas de espuma enrabiado ladraba- Animal- dijo Lance cuando buscaba cualquier recurso que le supiera, cogió una piedra del suelo y se la lanzó al animal, que esquivó como sabía que haría y se lanzó sobre Lance, este interpuso los brazos frente a él. El animal lanzó un zarpazo en su brazo y lo dejó con una herida sangrante, su dientes también buscaban la carne del vampiro, y Lance utilizó ahora sus piernas para darle una fuerte patada en el abdomen, y le lanzó hacia atrás proyectándolo hacia un árbol. Con rapidez intentó llegar al árbol, pero el lobo tiró de su pierna y lo arrastró por el suelo- Corre, Liliane- dijo clavando las uñas en la tierra que se levantó por la fuerza que el lobo hizo al tirar de él.
La vio marchar entre la maleza, esto seguramente sería lo primero bueno que hacía en su vida, el primer sacrificio. Siguió luchando con la feroz bestia, resultó herido en el costado izquierdo, los antebrazos y la ropa hecha jirones, hasta llegar al borde de un precipicio montañoso. Dada la agilidad de Lance, no tardó en hacer un finta al lobo en un ataque de este, haciendo que se precipitara aullando por el barranco. Lance impasible se quedó viendo como el animal caía y escuchó el golpe final al final de la caída. Débil puso sus pies como pudo de camino hacia su casa. Sin saber si quiera si Liliane se había marchado a su propio hogar o había vuelto con Lance.
Se dejó caer junto a la verja de la entrada de su casa, desfallecido, muerto de hambre y solo. Fue el cochero el que alarmado gritó para que el ama de llaves fuera a por el señor. Se había desmayado, por el esfuerzo y las heridas que aquella bestia le hizo, pero su último recuerdo y suspiro fue para Liliane- Lobo. El bosque. Liliane- dijo mientras el Ama de llaves corría hasta él y sujetaba su cabeza, a su lado la figura de alguien, se volvía cada vez más borrosa hasta que todo se quedó en negro para él.
Lance conocía aquel bosque, pero jamás había entrado solo, sin sus perros de caza, sin su caballo y sin sus armas, ahora mismo entraba con su cuerpo como única arma y a pesar de tener el don de la inmortalidad, aun no dominaba sus sentidos ni sus habilidades, pero en ese momento se presentaba un buen entrenamiento. El aroma de Liliane se difuminaba por la neblina que el bosque había producido, el oxígeno estaba diezmándose a medida que se entraba en la oscuridad, sus ojos acostumbrados ya dibujaban la frondosidad sin pararse a mirar los detalles, de haberlo hecho, podía haber interpretado las pisadas de Liliane y las del lobo que la seguía. Un grito de terror le perforó el tímpano hacia el este de su posición y fue corriendo con la rapidez en la que un rayo cae sobre la faz de la tierra. Cuando el perfume y el aroma de Liliane se hacía más fuerte, y más cercano a cada paso que daba, el olor a su sangre se incrustó en sus fosas nasales haciéndole detenerse en seco, en su mente resonaron sus pensamientos “Está herida” se dijo así mismo “Rápido Lance, tienes que encontrarla o morirá, otra vez” su mente gritaba mientras que sus colmillos vibraban en su boca- Tengo que encontrarla- se convenció a sí mismo, apretando de forma inconsciente sus puños, pues la tensión de la sangre le pesaba como una losa de piedra en su cuerpo.
Llego a tiempo de ver la escena del árbol, en la parte de arriba había una muchacha menuda que se recogía los pies, de ellso brotó un hijo de sangre que goteaba al suelo. A los pies de aquel árbol, una feroz criatura saltaba y clavaba las garras en vano para trepar por la corteza, que le hacía resbalarse o quedarse con parte del árbol en las garras. Lance miró a Liliane que en un segundo descubrió su figura y sintió un alivio en su respiración. Sin pensárselo dos veces y haciendo caso omiso al deseo de sangre, se lanzó con un placaje a la criatura por la parte de sus costillas, derribándolo lejos del árbol y Lance, se puso en guardia- Aléjate de ella- le dijo a la bestia que parecía recomponerse y ahora enorme, erizada con unas fauces llenas de espuma enrabiado ladraba- Animal- dijo Lance cuando buscaba cualquier recurso que le supiera, cogió una piedra del suelo y se la lanzó al animal, que esquivó como sabía que haría y se lanzó sobre Lance, este interpuso los brazos frente a él. El animal lanzó un zarpazo en su brazo y lo dejó con una herida sangrante, su dientes también buscaban la carne del vampiro, y Lance utilizó ahora sus piernas para darle una fuerte patada en el abdomen, y le lanzó hacia atrás proyectándolo hacia un árbol. Con rapidez intentó llegar al árbol, pero el lobo tiró de su pierna y lo arrastró por el suelo- Corre, Liliane- dijo clavando las uñas en la tierra que se levantó por la fuerza que el lobo hizo al tirar de él.
La vio marchar entre la maleza, esto seguramente sería lo primero bueno que hacía en su vida, el primer sacrificio. Siguió luchando con la feroz bestia, resultó herido en el costado izquierdo, los antebrazos y la ropa hecha jirones, hasta llegar al borde de un precipicio montañoso. Dada la agilidad de Lance, no tardó en hacer un finta al lobo en un ataque de este, haciendo que se precipitara aullando por el barranco. Lance impasible se quedó viendo como el animal caía y escuchó el golpe final al final de la caída. Débil puso sus pies como pudo de camino hacia su casa. Sin saber si quiera si Liliane se había marchado a su propio hogar o había vuelto con Lance.
Se dejó caer junto a la verja de la entrada de su casa, desfallecido, muerto de hambre y solo. Fue el cochero el que alarmado gritó para que el ama de llaves fuera a por el señor. Se había desmayado, por el esfuerzo y las heridas que aquella bestia le hizo, pero su último recuerdo y suspiro fue para Liliane- Lobo. El bosque. Liliane- dijo mientras el Ama de llaves corría hasta él y sujetaba su cabeza, a su lado la figura de alguien, se volvía cada vez más borrosa hasta que todo se quedó en negro para él.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Los sentimientos y pensamientos se cruzaban en su mente atormentándola. Había logrado bajar del árbol únicamente porque Lance se había sacrificado para que ella pudiera escapar, o para que al menos tuviera una oportunidad. Corrió como si fuera esa la manera de liberarse de la contrariedad que era en sí misma su cabeza en esos instantes. Tan sólo se detuvo a coger aire cuando se encontró en la salida del bosque, no escuchaba ya la estruendosa batalla que se estaba librando entre aquel par de enemigos naturales. ¿Por qué la había seguido?¿Sería tan sólo para volver a encerrarla o temería que algo malo le pasara? Liliane aún le guardaba rencor por haber hecho de ella su prisionera, su mascota, sin haber tenido en cuenta su vida y necesidades. Había cambiado de la noche a la mañana, los días en que la retrataba y disfrutaban juntos, los días en que paseaban o la acompañaba al poblado sin importarle el qué dirán… esos días finalizaron con la misma rapidez en que ella le había besado. Había pasado a ser una mujer sin voz en la casa de un loco, él decía hacer aquello por necesidad, para salvar la pureza que ella escondía, ¿pero qué pureza podía quedar en ella? Había sacrificado absolutamente todo en su vida salvo su alma. Había aprendido a vivir en un mundo cruel con las mujeres, se había mostrado generosa y positiva en momentos de su vida en que lo único que hubiera deseado era llorar a solas en una habitación a oscuras. Lance se equivocaba si de verdad creía que podía obtener de ella algo que no estuviera corrompido ya. Quizás le amaba, no estaba segura de ello, pero sabía que él a ella no, lo que él sentía no era amor sino una obsesión enfermiza y corrosiva.
Una vez recuperó el aliento continuó con su carrera, pero ya no para salvarse a sí misma sino para pedir ayuda en la casa del vampiro. No sabía a dónde más recurrir y ellos le conocían, deberían saber qué hacer en esos casos… O eso esperaba. Chocó con la verja y la dejó abierta de par corriendo hacia la puerta principal. Gritó y aporreó la madera hasta que el ama de llaves la recibió con los ojos abiertos como platos y la mano cubriendo la boca por el asombro de volver a verla allí y en semejante estado. La llevó al salón y pidió a una joven paños y una fuente con agua para limpiar las heridas, al tiempo que ordenaba a algunos hombres ir al bosque. No parecía convencida de que aquello fuera a ayudar a su señor, pero era lo máximo que se podía hacer por él. Liliane tuvo que soportar el ardor del alcohol en las heridas hechas por el lobo. Las zarpas del animal habían desgarrado parte de la carne de sus muslos y aquello le dejaría cicatrices de por vida.
Los gritos de un hombre alertaron a las mujeres de la casa que salieron a la parte trasera a ver lo que ocurría, la primera el ama de llaves, seguida –como buenamente podía- de Liliane cojeando. Cuando llegó junto a ella, estaba arrodillada en el suelo sujetando la cabeza de Lance. La gitana suspiró al verle, al menos seguía con vida y había podido regresar. Se mantuvo al margen dejando que fueran los hombres quienes le subieran hasta su habitación, siguiéndoles bajo la mirada analítica del ama de llaves que parecía no entender la relación que mantenían. Liliane tan solo pudo encoger los hombros cuando se sentó junto a la cama del vampiro y la ayudó a limpiar las heridas de este.
Después de atenderle, y al ver que no despertaba, dejaron a Lili sola con él. Al principio se quedó en el asiento que ocupaba, pero el dolor en las piernas se le hacía duro de soportar por lo que acabó por tumbarse en el lado libre de la cama y terminó por quedarse dormida. Debieron pasar horas, pues cuando despertó pudo notar la luz que las gruesas cortinas evitaban entrar. Era de día. Miró junto a ella y de nuevo se encontró con la mirada de ojos rojos. No sabía cuánto llevaba Lance despierto pero parecía estar perfectamente, tan intenso como siempre y esto hizo que el nerviosismo volviera a reinar en el pecho de la gitana. -¿cómo estás…?-, no sabía qué decir ni qué hacer, era un momento tenso y de muchas preguntas sin respuesta
Una vez recuperó el aliento continuó con su carrera, pero ya no para salvarse a sí misma sino para pedir ayuda en la casa del vampiro. No sabía a dónde más recurrir y ellos le conocían, deberían saber qué hacer en esos casos… O eso esperaba. Chocó con la verja y la dejó abierta de par corriendo hacia la puerta principal. Gritó y aporreó la madera hasta que el ama de llaves la recibió con los ojos abiertos como platos y la mano cubriendo la boca por el asombro de volver a verla allí y en semejante estado. La llevó al salón y pidió a una joven paños y una fuente con agua para limpiar las heridas, al tiempo que ordenaba a algunos hombres ir al bosque. No parecía convencida de que aquello fuera a ayudar a su señor, pero era lo máximo que se podía hacer por él. Liliane tuvo que soportar el ardor del alcohol en las heridas hechas por el lobo. Las zarpas del animal habían desgarrado parte de la carne de sus muslos y aquello le dejaría cicatrices de por vida.
Los gritos de un hombre alertaron a las mujeres de la casa que salieron a la parte trasera a ver lo que ocurría, la primera el ama de llaves, seguida –como buenamente podía- de Liliane cojeando. Cuando llegó junto a ella, estaba arrodillada en el suelo sujetando la cabeza de Lance. La gitana suspiró al verle, al menos seguía con vida y había podido regresar. Se mantuvo al margen dejando que fueran los hombres quienes le subieran hasta su habitación, siguiéndoles bajo la mirada analítica del ama de llaves que parecía no entender la relación que mantenían. Liliane tan solo pudo encoger los hombros cuando se sentó junto a la cama del vampiro y la ayudó a limpiar las heridas de este.
Después de atenderle, y al ver que no despertaba, dejaron a Lili sola con él. Al principio se quedó en el asiento que ocupaba, pero el dolor en las piernas se le hacía duro de soportar por lo que acabó por tumbarse en el lado libre de la cama y terminó por quedarse dormida. Debieron pasar horas, pues cuando despertó pudo notar la luz que las gruesas cortinas evitaban entrar. Era de día. Miró junto a ella y de nuevo se encontró con la mirada de ojos rojos. No sabía cuánto llevaba Lance despierto pero parecía estar perfectamente, tan intenso como siempre y esto hizo que el nerviosismo volviera a reinar en el pecho de la gitana. -¿cómo estás…?-, no sabía qué decir ni qué hacer, era un momento tenso y de muchas preguntas sin respuesta
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
El vampiro se había revuelto en la cama, la fiebre fría era lo que luchaba por cicatrizar las heridas que el licántropo había hecho en Lance. Sin duda esas bestias, a pesar de volverse salvajes, contaban con grandes garras y fuerza suficiente para lastimar a quienes se ponían en su paso, tuvieron suerte ambos al ser alcanzados por las garras del lobo y no por sus fauces. En lo oscuro del bosque habitan las bestias más terribles del mundo, ni si quiera en silencio, sino que aúllan y manifiestan con júbilo sus ganas de vivir y de sentirse vivos pero no dejaban de ser bestias irracionales, a las que Lance detestaba en lo más profundo de su ser.
Cuando abrió los ojos no fue consciente de las horas que habían pasado, pero cualquier atisbo de ansiedad se vio calmado por la imagen de Liliane tumbada a su lado. Tenía el ceño fruncido, estaba medio tapada pero sus piernas desprendían un olor a sangre que atenuaron los ojos de Lance. Seguramente de no estar convaleciente le hubiera costado mucho soportar las ganas de abalanzarse sobre ella. Había huído de él y sin embargo, había vuelto, comprendiendo que estaba segura con él a pesar de no hacer las cosas correctamente. Alargó su mano para comprobar que era ella realmente y no una mala pasada de su mente, como solía pasarle a menudo, y sonrió al comprobar que era real- Te dije que conmigo estarías a salvo- la susurró sabiendo que seguía dormida- La musa está herida, está mancillada. Está sangrando. Está cubierta de sangre, pero tan bella y suave. Más pura que antes. Renacida de la oscuridad del bosque- habló en voz alta y la contempló. Se giró para analizar cada parte de su rostro hasta que Liliane abrió los ojos encontrándose con el rostro de Lance.
-Estoy bien. Pero no debiste salir corriendo, no debiste huir de mi. Te dije que te protegería, Musa. ¿Ahora lo entiendes?- dijo en un susurro intentando no romper el momento. En sus palabras había preocupación, se sentía en parte culpable y en parte furioso- Esto no tenía que haber pasado, me desobedeciste-le dijo y llevó su mirada a las piernas de la muchacha- ¿Te duele mucho?- preguntó ahora preocupado. Se apoyó en los brazos y se incorporó para llamar al ama de llaves, que enseguida le trajo un bastón y una bata de color burdeos- Limpiar las heridas de Liliane. Bañarla y prepararla para cenar conmigo en el gran salón. Dadle todo lo que quiera y cuidadla. Está asustada y no queremos que vuelva a escaparse- todo esto lo dijo de pie, ligeramente encorvado por el dolor en su pierna, apoyado en el bastón y sin apartar la mirada de la de Liliane.
Se alejó con paso lento, cojeando. El bastón resonaba por el pasillo oscuro y se dirigió a su habitación, se miró en el autoretrato que había pintado de su mismo en el que aparecía una figura sin medio rostro, desfigurado sin pelo. Parecía un bestia o un demonio derritiéndose en el mismo infierno, por las llamas y el fuego- ¿Así es como ella me verá?- preguntó apoyando todo su peso en el bastón- ¿Así es como ella me vé?- gritó más fuerte y lanzó el bastón contra el cuadro- Soy peor bestia que ese lobo, ¿Cómo se atrevió a marcarme?¿Cómo se atrevió a tocarla? La musa…- dijo desgarrando la tela del lienzo haciendo que el cuadro cayera y su marco de madera se rompiera.
Alarmada por los ruidos el ama de llaves fue corriendo a la habitación de Lance y le encontró encogido sobre sí mismo en el suelo, sus cuadros estaban rotos, los autoretratos. Sollozaba y balbuceaba para sí mismo. Aquel hombre, aquel pobre diablo tenía una visión pesimista, sombría y lúgubre del mundo. Una visión que le consumía- Mi señor…- dijo el ama de llaves acariciando su pelo, con cuidado- No tiene por qué ser así, puede cambiar la visión del mundo. ¿Acaso no ha visto luz en aquella muchacha? ¿ Acaso no hay luz? Tiene usted mucho talento, pero no se centre en lo oscuro. Es la primera vez que ve la luz en la oscuridad de una chiquilla. Deje que ella encuentre la luz en usted- el ama de llaves hizo que Lance levantara la vista y por primera vez, el artista comprendió. Tenía razón el ama en lo que decía. Lance tenía la cualidad de ver la realidad de las personas, ver cómo eran. Y en el caso de Liliane vio luz, algo que jamás había sentido ni visto. Le reconfortaba y despertaba en él un sentimiento de protección que rozaba lo enfermizo- Disfrute de su compañía, de ella. Viva. Su luz puede ayudarle, señor.
Era de noche cuando el servicio anunció la cena, la mesa estaba puesta, y el salón debidamente iluminado, todo estaba lleno de luz y de color, había vida y calidez en aquella habitación e incluso sonaba música de violín, algo alegre y divertido. Y por primera vez, Lance se quitó el color negro y blanco, para dar paso al azul en su vida. Bajó las escaleras envuelto en pantalones grises, chaqueta azul marina y pañuelo y camisa blanca. Se sentía incómodo con tanta claridad, pero su impaciencia y ansiedad se vieron eclipsadas por la sonrisa de Liliane, que bajaba las escaleras de su dormitorio con un vestido nuevo, más bella que nunca. Pasando de ser una mera musa, a ser una diosa.
Cuando abrió los ojos no fue consciente de las horas que habían pasado, pero cualquier atisbo de ansiedad se vio calmado por la imagen de Liliane tumbada a su lado. Tenía el ceño fruncido, estaba medio tapada pero sus piernas desprendían un olor a sangre que atenuaron los ojos de Lance. Seguramente de no estar convaleciente le hubiera costado mucho soportar las ganas de abalanzarse sobre ella. Había huído de él y sin embargo, había vuelto, comprendiendo que estaba segura con él a pesar de no hacer las cosas correctamente. Alargó su mano para comprobar que era ella realmente y no una mala pasada de su mente, como solía pasarle a menudo, y sonrió al comprobar que era real- Te dije que conmigo estarías a salvo- la susurró sabiendo que seguía dormida- La musa está herida, está mancillada. Está sangrando. Está cubierta de sangre, pero tan bella y suave. Más pura que antes. Renacida de la oscuridad del bosque- habló en voz alta y la contempló. Se giró para analizar cada parte de su rostro hasta que Liliane abrió los ojos encontrándose con el rostro de Lance.
-Estoy bien. Pero no debiste salir corriendo, no debiste huir de mi. Te dije que te protegería, Musa. ¿Ahora lo entiendes?- dijo en un susurro intentando no romper el momento. En sus palabras había preocupación, se sentía en parte culpable y en parte furioso- Esto no tenía que haber pasado, me desobedeciste-le dijo y llevó su mirada a las piernas de la muchacha- ¿Te duele mucho?- preguntó ahora preocupado. Se apoyó en los brazos y se incorporó para llamar al ama de llaves, que enseguida le trajo un bastón y una bata de color burdeos- Limpiar las heridas de Liliane. Bañarla y prepararla para cenar conmigo en el gran salón. Dadle todo lo que quiera y cuidadla. Está asustada y no queremos que vuelva a escaparse- todo esto lo dijo de pie, ligeramente encorvado por el dolor en su pierna, apoyado en el bastón y sin apartar la mirada de la de Liliane.
Se alejó con paso lento, cojeando. El bastón resonaba por el pasillo oscuro y se dirigió a su habitación, se miró en el autoretrato que había pintado de su mismo en el que aparecía una figura sin medio rostro, desfigurado sin pelo. Parecía un bestia o un demonio derritiéndose en el mismo infierno, por las llamas y el fuego- ¿Así es como ella me verá?- preguntó apoyando todo su peso en el bastón- ¿Así es como ella me vé?- gritó más fuerte y lanzó el bastón contra el cuadro- Soy peor bestia que ese lobo, ¿Cómo se atrevió a marcarme?¿Cómo se atrevió a tocarla? La musa…- dijo desgarrando la tela del lienzo haciendo que el cuadro cayera y su marco de madera se rompiera.
Alarmada por los ruidos el ama de llaves fue corriendo a la habitación de Lance y le encontró encogido sobre sí mismo en el suelo, sus cuadros estaban rotos, los autoretratos. Sollozaba y balbuceaba para sí mismo. Aquel hombre, aquel pobre diablo tenía una visión pesimista, sombría y lúgubre del mundo. Una visión que le consumía- Mi señor…- dijo el ama de llaves acariciando su pelo, con cuidado- No tiene por qué ser así, puede cambiar la visión del mundo. ¿Acaso no ha visto luz en aquella muchacha? ¿ Acaso no hay luz? Tiene usted mucho talento, pero no se centre en lo oscuro. Es la primera vez que ve la luz en la oscuridad de una chiquilla. Deje que ella encuentre la luz en usted- el ama de llaves hizo que Lance levantara la vista y por primera vez, el artista comprendió. Tenía razón el ama en lo que decía. Lance tenía la cualidad de ver la realidad de las personas, ver cómo eran. Y en el caso de Liliane vio luz, algo que jamás había sentido ni visto. Le reconfortaba y despertaba en él un sentimiento de protección que rozaba lo enfermizo- Disfrute de su compañía, de ella. Viva. Su luz puede ayudarle, señor.
Era de noche cuando el servicio anunció la cena, la mesa estaba puesta, y el salón debidamente iluminado, todo estaba lleno de luz y de color, había vida y calidez en aquella habitación e incluso sonaba música de violín, algo alegre y divertido. Y por primera vez, Lance se quitó el color negro y blanco, para dar paso al azul en su vida. Bajó las escaleras envuelto en pantalones grises, chaqueta azul marina y pañuelo y camisa blanca. Se sentía incómodo con tanta claridad, pero su impaciencia y ansiedad se vieron eclipsadas por la sonrisa de Liliane, que bajaba las escaleras de su dormitorio con un vestido nuevo, más bella que nunca. Pasando de ser una mera musa, a ser una diosa.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
No había conocido más que a una parte de Lance en el tiempo que le sirvió de inspiración para el retrato que la estaba haciendo, era un hombre con serios problemas mentales, un ser oscuro y con unos secretos que salían a relucir cada vez que se enfadaba. Seguía sin comprender el motivo por el que Liliane había huido de él, creía que hacía bien al tenerla encerrada en su casa, a salvo de los peligros de fuera sin darse cuenta de que él era quien la hacía daño. Aun cansada y magullada como estaba se removió en la cama hasta sentarse, la incomodaba el tono posesivo del vampiro, -no, no mucho-, mintió acerca de las heridas de sus muslos. No era momento para hacerle entrar en razón o al menos intentarlo, estaba débil y herido, cualquier animal en ese estado es más irascible y agresivo por lo que tendría que esperar al menos a que se relajara. Se limitó a mirarle y dejar al ama de llaves que volviera a limpiar sus heridas, esa mujer debía ser una santa para cuidar de él y no desesperarse; no existe nada peor que tratar de ayudar a quien no quiere ser ayudado. Pidió a la mujer que la dejara a solas para bañarse y se fue al baño cuando oyó la puerta del dormitorio cerrarse. Era una sensación contradictoria estar en la habitación de Lance, por una parte esos sentimientos que tenía hacia él la hacían disfrutarlo y sentirse especial; pero por otra seguía teniendo miedo a volver a ser encerrada.
Una vez se hubo dado el baño, se encontró con un vestido sobre la cama, claramente requisito impuesto por el vampiro para que bajara a cenar. Era bonito pero nada parecido a lo que ella estuviera acostumbrada, las telas se superponían en tonos marfil haciendo que pareciera flotar cuando caminaba. Se miró en el espejo y no se vio, era una más de las jóvenes de familias adineradas, alguien totalmente opuesto a su realidad cotidiana. -Yo no soy esa-, murmuró frente al espejo mientras una joven se ocupaba de recogerla el pelo. Se apartó cuando además de eso trataron de que se pusiera joyas y se negó con rotundidad. Esa no era una cena de amigos, ni siquiera de amantes, le diría a Lance lo que opinaba y a partir de ahí se vería si continuaba habiendo buena, mala o nula relación entre ellos. Odiaba sentirse de esa manera, no se lo deseaba absolutamente a nadie, odiar a la única persona por la que había llegado a sentir algo…
Tras un pesado suspiró que deseó que eliminara las dudas de su pecho y sonrió levemente al ver a Lance, parecía totalmente recuperado y se alegraba de ello. Lili, en cambio, aún cojeaba y hacía un gran esfuerzo a cada paso pues las heridas eran tirantes con los puntos que tuvieron que darla. -Buenas noches-, se presentó y dejó que la guiara al que sería su asiento en la mesa, los sirvientes tenían caras de asombro y ella misma sentía algo diferente en el ambiente, aunque no podía descubrir el qué. -Antes de empezar quiero hablar contigo-, aprovechó que su copa estaba llena de vino para tomarlo e infundirse valor, -no he regresado para quedarme. Fuera como fuere, es muy posible que esté viva gracias a que fuiste tras de mi y por eso regresé a pedir ayuda-, comenzó a explicar tratando de evitar el semblante serio de Lance, -ahora se que estás bien y me puedo ir tranquila de aquí. Además, si no me hubieras encerrado ahora no estaría así. Nunca hubiera entrado en ese bosque de no ser porque me perseguías Lance-, no sabía cómo enfocar esa conversación. Si era muy dura, ¿le haría enfadar o pedazos? -No puedes tratarme como una mascota, no soy de tu propiedad. Hubiera preferido que me pagaras por sexo a cómo me has tratado.-
El silencio del vampiro fue desesperante, los platos de comida iban y venían de la mesa, Lili comió lo que pudo y miró al ama de llaves que estaba en la esquina en busca de alguna explicación al silencio de Lance. -Lance, no te odio… Solo quiero que entiendas que lo que hiciste no es sano para ninguno. ¿Me tienes aprecio? No me encierres, has visto que vuelvo sin necesidad de que me pongas una cadena al cuello.-
Una vez se hubo dado el baño, se encontró con un vestido sobre la cama, claramente requisito impuesto por el vampiro para que bajara a cenar. Era bonito pero nada parecido a lo que ella estuviera acostumbrada, las telas se superponían en tonos marfil haciendo que pareciera flotar cuando caminaba. Se miró en el espejo y no se vio, era una más de las jóvenes de familias adineradas, alguien totalmente opuesto a su realidad cotidiana. -Yo no soy esa-, murmuró frente al espejo mientras una joven se ocupaba de recogerla el pelo. Se apartó cuando además de eso trataron de que se pusiera joyas y se negó con rotundidad. Esa no era una cena de amigos, ni siquiera de amantes, le diría a Lance lo que opinaba y a partir de ahí se vería si continuaba habiendo buena, mala o nula relación entre ellos. Odiaba sentirse de esa manera, no se lo deseaba absolutamente a nadie, odiar a la única persona por la que había llegado a sentir algo…
Tras un pesado suspiró que deseó que eliminara las dudas de su pecho y sonrió levemente al ver a Lance, parecía totalmente recuperado y se alegraba de ello. Lili, en cambio, aún cojeaba y hacía un gran esfuerzo a cada paso pues las heridas eran tirantes con los puntos que tuvieron que darla. -Buenas noches-, se presentó y dejó que la guiara al que sería su asiento en la mesa, los sirvientes tenían caras de asombro y ella misma sentía algo diferente en el ambiente, aunque no podía descubrir el qué. -Antes de empezar quiero hablar contigo-, aprovechó que su copa estaba llena de vino para tomarlo e infundirse valor, -no he regresado para quedarme. Fuera como fuere, es muy posible que esté viva gracias a que fuiste tras de mi y por eso regresé a pedir ayuda-, comenzó a explicar tratando de evitar el semblante serio de Lance, -ahora se que estás bien y me puedo ir tranquila de aquí. Además, si no me hubieras encerrado ahora no estaría así. Nunca hubiera entrado en ese bosque de no ser porque me perseguías Lance-, no sabía cómo enfocar esa conversación. Si era muy dura, ¿le haría enfadar o pedazos? -No puedes tratarme como una mascota, no soy de tu propiedad. Hubiera preferido que me pagaras por sexo a cómo me has tratado.-
El silencio del vampiro fue desesperante, los platos de comida iban y venían de la mesa, Lili comió lo que pudo y miró al ama de llaves que estaba en la esquina en busca de alguna explicación al silencio de Lance. -Lance, no te odio… Solo quiero que entiendas que lo que hiciste no es sano para ninguno. ¿Me tienes aprecio? No me encierres, has visto que vuelvo sin necesidad de que me pongas una cadena al cuello.-
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Re: Nightmare [Liliane]
No no no no. No puede ser. Pensó Lance cuando escuchaba hablar a la musa. ¿Acaso no había aprendido la lección? ¿Irse a dónde? Lance escuchaba a una magullada Liliane hablar sobre la situación de su relación, aprovechando un momento agradable y lleno de luz y de color, para hundirle un cuchillo en el corazón. Cerró los ojos y se recreó en la angustia de su garganta y la ruptura del corazón que no tenía en su pecho, frunció en ceño y fue agachando la cabeza buscando con la mirada algo reconfortante. ¿Había algo que le infundiera algún tipo de valor? No tenía palabras, sólo quería abrazarla y evitar que se marchara, tocar ese cuerpo tan puro y cálido y desgarrar su piel con sus caricias. Quería aquella musa para él y ahora después de salvarla del peligro atroz del mundo, quería volver a marcharse, a dejarle solo. No era tonto, sabía que si se iba regresaría al poblado, los gitanos eran nómadas, se movían, quizá no volvería a verla. Abrió los ojos y los clavó en ella. Algo tan caótico como la tormenta que tenía en los suyos hizo que Lance se quedara estático, aguanto aquella patética sensación de pérdida y pena y cogió su mano para besar su dorso- Eres libre de irte- dijo finalmente, y a su espalda, sintió la sonrisa del ama de llaves- Deberías irte ya, el coche te llevará a la ciudad- se acercó hasta la chimenea de mármol encendida y descanso ambas manos en el dintel. Apretó con tanta fuerza que este empezaba a ceder- No quieres quedarte a mi lado y eres consciente de los peligros que hay ahí fuera, sólo puedo protegerte yo, musa. Pero no soporto la idea de perderte, estoy podrido de ira, de pena- apretó con fuerza el mármol y cedió a su fuerza- Vete- repitió y se giró gritando- Vete de una vez, o no respondo de mis actos- se giró para deslizarse por la oscuridad de la estancia, apagó todas las velas de la sala y clavó su mirada depredadora en el ama de llaves. La culpa era de ella. Se dijo así mismo. Cuando volvió la mirada atrás vio que Liliane se había ido. Aquelló le encolerizó aun más, volteó la mesa pesada del comedor y todo cayó, rompiéndose la vajilla en mil pedazos, Lance gritó con rabia y rasgó las largas y enormes cortinas de terciopelo- Todo es culpa tuya- señaló al ama de llaves. Se dirigió hasta ella con intención de desollarla, de romper cada músculo y hueso de su cuerpo, de matarla y drenar su sangre, pero la mujer, sacó un cuchillo de plata. Un cuchillo serrado que se usaba para cortar la carne y cuando fue atrapada por Lance se lo hundió en la caja torácica. Rugió aun más fuerte y lanzó el cuerpo del ama de llaves contra la pared, el impacto fue lo suficientmenete fuerte como para romper su cuerpo y que muriera en el acto. Mientras Lance gritaba horrorizado por el dolor, intentó quitarse el cuchillo, quemando su piel y sus manos. Logró sacarlo con un pliegue de la cortina de terciopelo y vio, para su sorpresa, como la herida quemaba y ardía pero no cicatrizaba. El ama de llaves había estado planeando su muerte desde que el señor Hramn había muerto y le dejó a Lance tonto- Maldita Zorra de mierda- gritó sobre el cadáver inerte.
Intentó salir de la estancia, pero el dolor era insufrible, intentó absorberlo, pero nadie del servicio podía ni quería ayudarle, muchos huyeron en el momento, sólo una mujer, la Srta. Hooper, una joven con tez pálida como la nieve, una ayudante de cocina, fue a socorrer a Lance. Es el camino que había escogido el vampiro, la soledad. No tenía familia, amigos, ni conocidos, el servicio había huido a excepción de la ayudante de cocina que intentó socorrerlo- Oh Señor- dijo temblando y cogiendo el delantal para ponérselo sobre la herida a Lance- ¿Amo me escucha?- Lance sentía como a cada segundo un milímetro de su piel se infectaba por la plata. Intentó articular palabras, pero eran balbuceos, hasta que Lance cogió el rostro de la joven y la giró con brusquedad ante el cuadro que iba a presentar esa noche a Liliane. El retrato que habían empezado juntos, aquel que daba miedo por no tener ojos ahora los tenía. El espejo del alma.
Intentó salir de la estancia, pero el dolor era insufrible, intentó absorberlo, pero nadie del servicio podía ni quería ayudarle, muchos huyeron en el momento, sólo una mujer, la Srta. Hooper, una joven con tez pálida como la nieve, una ayudante de cocina, fue a socorrer a Lance. Es el camino que había escogido el vampiro, la soledad. No tenía familia, amigos, ni conocidos, el servicio había huido a excepción de la ayudante de cocina que intentó socorrerlo- Oh Señor- dijo temblando y cogiendo el delantal para ponérselo sobre la herida a Lance- ¿Amo me escucha?- Lance sentía como a cada segundo un milímetro de su piel se infectaba por la plata. Intentó articular palabras, pero eran balbuceos, hasta que Lance cogió el rostro de la joven y la giró con brusquedad ante el cuadro que iba a presentar esa noche a Liliane. El retrato que habían empezado juntos, aquel que daba miedo por no tener ojos ahora los tenía. El espejo del alma.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
Antes de levantarse recogió una de las velas que estaba sobre la mesa. Sabía que Lance no se daría la vuelta para despedirse, sabía que estaba furioso y triste a partes iguales así que con una última mirada al ama de llaves abandonó la estancia. Ya en los escalones de la entrada se detuvo y recordando como solía hacer su madre comenzó a dejar caer las gotas de la vela derretida formando un dibujo sobre las losas de piedra. Hacía años que no realizaba esa clase de magia adivinatoria, echaba las cartas o leía la mano de quien pagaba por ello, pero eso en concreto iba más allá, la ponía en contacto con sus vivencias y la experiencia siempre era más real, más inminente. Eso era exactamente lo que quería en ese momento, sentía la necesidad de conocer los movimientos del vampiro en un futuro cercano, saber si alguien corría peligro, si tenía pensado ir a buscarla a la cabaña por arrepentirse… Las posibilidades eran muchas pero su mente se fue cerrando alrededor de tan solo una, veía una muerte pero la imagen era difusa; Lance tenía su aura totalmente negra, iba a asesinar a alguien, ¿pero a quién? No sentía el frío típico que notaba cuando el peligro la acechaba, y aun así sabía que no estaba lejos del crimen que fuera a cometer. Para cuando descubrió la cara de su víctima era tarde. La visión del ama de llaves desplomada en el suelo con la mirada gélida y perdida hizo que saliera de esa visión y volviera sobre sus pasos corriendo, rogó por volver a tiempo pero no fue así, el grito de la mujer inundó sus oídos en el momento en que tomó el pomo para abrir la puerta del comedor de nuevo.
-¿Qué has hecho…?-, no sabía si Lance habría oído aquel susurro de terror. Sabía que el ama estaba muerta y aun así se arrodilló junto a ella, le colocó el pelo y cerró sus ojos. No podía querer a alguien que asesinaba por un enfado, alguien que valoraba tan poco la vida y detestaba todo lo que escapara a su control. Le temía, incluso más que antes, Lance había podido tenerla y ahora Liliane escapaba entre sus manos como el agua. Los gritos del vampiro parecían lejanos para la gitana, vio al personal abandonar la casa y no pudo culparles, ella misma tenía los ojos cargados de lágrimas, ¿sería realmente todo aquello culpa suya? ¿Debería matarle o dejar que la encerrara para evitar que el número de muertes ascendiera? -Oh Dios mío…-, había seguido los gritos de Lance hasta dar con él, con él y con otro cadáver. -Debería matarte por lo que acabas de hacer-, el dolor que le producía tenerme miedo era insoportable en el pecho. La única vez que había sentido algo por alguien había resultado ser obsesión y nada más que eso, podía haber sentido eso por cualquier puta pero la casualidad hizo que fuera Lili quien le enloqueciera más de lo que ya estaba. Ignoró al vampiro y vertió parte del contenido de la primera botella de whisky que encontró sobre la herida. Cada vez que este intentaba agarrarla esta se cambiaba de sitio, algo en su interior la hacía ayudarle pero su mente insistía en que lo mejor sería matarle ahora que estaba débil. -Si te sigues moviendo te lo clavaré de nuevo-, dijo con una seriedad nada característica en la gitana.
Así fue como consiguió que este dejara de incordiar y el silencio fue bastante grato. Pudo encontrar hilo y aguja y cerrar con ello la herida que, de haber sido en un humano, fácilmente se habría infectado y llevado a la tumba al susodicho. Cuando estaba ya acabando notó el aura del vampiro cambiar por completo, conocía el estado de este sin necesidad de escucharle pero ya era tarde para disculpas o palabras de –falso- amor. Lance estaba pasando de brote psicótico y maníaco a un hombre triste, solitario y débil; un hombre que la necesitaba, del que ella se había enamorado. -No volveré a curarte y no queda nadie vivo en esta casa para hacerlo-, dijo al acabar y ponerse en pie, -tu inmortalidad no vale un franco si la vives así.-
-¿Qué has hecho…?-, no sabía si Lance habría oído aquel susurro de terror. Sabía que el ama estaba muerta y aun así se arrodilló junto a ella, le colocó el pelo y cerró sus ojos. No podía querer a alguien que asesinaba por un enfado, alguien que valoraba tan poco la vida y detestaba todo lo que escapara a su control. Le temía, incluso más que antes, Lance había podido tenerla y ahora Liliane escapaba entre sus manos como el agua. Los gritos del vampiro parecían lejanos para la gitana, vio al personal abandonar la casa y no pudo culparles, ella misma tenía los ojos cargados de lágrimas, ¿sería realmente todo aquello culpa suya? ¿Debería matarle o dejar que la encerrara para evitar que el número de muertes ascendiera? -Oh Dios mío…-, había seguido los gritos de Lance hasta dar con él, con él y con otro cadáver. -Debería matarte por lo que acabas de hacer-, el dolor que le producía tenerme miedo era insoportable en el pecho. La única vez que había sentido algo por alguien había resultado ser obsesión y nada más que eso, podía haber sentido eso por cualquier puta pero la casualidad hizo que fuera Lili quien le enloqueciera más de lo que ya estaba. Ignoró al vampiro y vertió parte del contenido de la primera botella de whisky que encontró sobre la herida. Cada vez que este intentaba agarrarla esta se cambiaba de sitio, algo en su interior la hacía ayudarle pero su mente insistía en que lo mejor sería matarle ahora que estaba débil. -Si te sigues moviendo te lo clavaré de nuevo-, dijo con una seriedad nada característica en la gitana.
Así fue como consiguió que este dejara de incordiar y el silencio fue bastante grato. Pudo encontrar hilo y aguja y cerrar con ello la herida que, de haber sido en un humano, fácilmente se habría infectado y llevado a la tumba al susodicho. Cuando estaba ya acabando notó el aura del vampiro cambiar por completo, conocía el estado de este sin necesidad de escucharle pero ya era tarde para disculpas o palabras de –falso- amor. Lance estaba pasando de brote psicótico y maníaco a un hombre triste, solitario y débil; un hombre que la necesitaba, del que ella se había enamorado. -No volveré a curarte y no queda nadie vivo en esta casa para hacerlo-, dijo al acabar y ponerse en pie, -tu inmortalidad no vale un franco si la vives así.-
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2015
Re: Nightmare [Liliane]
-¿Qué sabrás tú de la vida? Tú que vuelves a esta casa, a mi lado. A este infierno- dijo mirando a Liliane cuando recriminaba su conducta y temperamento- Esa zorra está muerta y de no ser así lo estaría yo. Lleva planeando mi muerte desde que Lord Hramn le contrató y debió ocuparse de mí, la mantuve aquí cuando no era más que una prostituta vieja obligada al exilio- se acostó en el sillón y miró a los ojos de Liliane- ¿Por qué has vuelto? Te dije que si no te ibas no respondería de mis actos. ¿Sabes lo que me ha costado poder despedirme de ti? ¿Lo que duele renunciar a alguien como yo lo he hecho? -Y de pronto calló. Se dio cuenta de que casi obliga a Liliane a renunciar a sus hermanos, a las personas más valiosas para ella por él. Frunció el ceño malhumorado, como un niño pequeño al que le echan una regañina y al final descubre que no tiene la razón. Aunque logró consolar su orgullo sabiendo que en otros asuntos tenía la razón y siendo realistas, Lance no era un hombre de quien se pudiera esperar ni lo políticamente ni lo moralmente correcto.
Se había quedado solo durante toda su vida, había sido utilizado, un esclavo de hombres y mujeres mortales hasta que el señor Hramn lo descubrió y lo adoptó como su hijo, siendo además su mecenas y transportando aquel trauma al arte que pintaba. Era capaz de ver la cruel y oscura realidad del mundo pero la pregunta era si él podía verse desde fuera. Era perfeccionista con su trabajo, pero no con él mismo. No estaba educado para responder a los estímulos humanos como el amor, la cortesía, la amistad o incluso la empatía. Lance era mucho más complicado. ¿Liliane podría comprenderlo? – Mi vida hace mucho tiempo que no vale nada, tan solo el arte que hago tiene el reconocimiento que merece. Y yo mismo soy un hombre arcaico y asqueado de la vida, de todo lo malo de ella. El hombre es malo por naturaleza y sólo es bueno cuando tiene una recompensa, en muchas ocasiones divina, que lo sacie. Liliane. Yo estoy aquí para atesorarte y plasmar el mejor momento y el de más lucidez de tu vida, porque yo sé cómo eres, lo que has visto. Lo que deseas, lo que odias y lo que temes. ¿Quieres matarme? Hazlo, toma el cuchillo y hazlo- le retó sabiendo que Liliane era muy fiel a sus principios y a pesar de ser una gitana tenía algo de integridad. No recriminaría la sangre fría del vampiro para ensuciarse sus manos de sangre.
-Esto es lo que soy, musa. Esto- señaló a los cadáveres y pasó la mirada por todos los cuadros que decoraban la habitación- Fuiste la única luz entre tanta sangre y oscuridad, y el ama de llaves lo sabía. Me lo dijo como si fuera la voz de la razón en mi casa… al dejarte ir te llevaste la única luz que había. Si no has vuelto para quedarte, deberías marcharte. Ahí tienes tu cuadro. Míralo con tus propios ojos- se levantó a duras penas, presionando la herida para evitar el dolor y se lo mostró a la luz, esta vez con los ojos pintados, tan claros y perfectos como los de la gitana real. Llenos de vida y de luz. Al contrario que los demás o que sus propios ojos, para Lance, Liliane brillaba con luz propia. Estaba hechizado y obsesionado con ella.
Se había quedado solo durante toda su vida, había sido utilizado, un esclavo de hombres y mujeres mortales hasta que el señor Hramn lo descubrió y lo adoptó como su hijo, siendo además su mecenas y transportando aquel trauma al arte que pintaba. Era capaz de ver la cruel y oscura realidad del mundo pero la pregunta era si él podía verse desde fuera. Era perfeccionista con su trabajo, pero no con él mismo. No estaba educado para responder a los estímulos humanos como el amor, la cortesía, la amistad o incluso la empatía. Lance era mucho más complicado. ¿Liliane podría comprenderlo? – Mi vida hace mucho tiempo que no vale nada, tan solo el arte que hago tiene el reconocimiento que merece. Y yo mismo soy un hombre arcaico y asqueado de la vida, de todo lo malo de ella. El hombre es malo por naturaleza y sólo es bueno cuando tiene una recompensa, en muchas ocasiones divina, que lo sacie. Liliane. Yo estoy aquí para atesorarte y plasmar el mejor momento y el de más lucidez de tu vida, porque yo sé cómo eres, lo que has visto. Lo que deseas, lo que odias y lo que temes. ¿Quieres matarme? Hazlo, toma el cuchillo y hazlo- le retó sabiendo que Liliane era muy fiel a sus principios y a pesar de ser una gitana tenía algo de integridad. No recriminaría la sangre fría del vampiro para ensuciarse sus manos de sangre.
-Esto es lo que soy, musa. Esto- señaló a los cadáveres y pasó la mirada por todos los cuadros que decoraban la habitación- Fuiste la única luz entre tanta sangre y oscuridad, y el ama de llaves lo sabía. Me lo dijo como si fuera la voz de la razón en mi casa… al dejarte ir te llevaste la única luz que había. Si no has vuelto para quedarte, deberías marcharte. Ahí tienes tu cuadro. Míralo con tus propios ojos- se levantó a duras penas, presionando la herida para evitar el dolor y se lo mostró a la luz, esta vez con los ojos pintados, tan claros y perfectos como los de la gitana real. Llenos de vida y de luz. Al contrario que los demás o que sus propios ojos, para Lance, Liliane brillaba con luz propia. Estaba hechizado y obsesionado con ella.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/03/2016
Localización : París
Re: Nightmare [Liliane]
¿Qué sabía ella dela vida? Le miró con tristeza, con los ojos perdidos en quien creyó conocer cuando no era así. -¿Qué se yo de la vida Lance? Lo que más me duele es que me lo preguntes tú, cuando sabes cómo ha sido y cómo es-, con cualquier otra persona habría ignorado aquella pregunta envenenada pero con él no la era posible. Conocía la muerte de sus padres, lo que había sufrido para mantener a sus hermanos protegidos y alimentados, los sacrificios que aún hacía por tener dinero que llevar a casa; y aún así la infravaloró. -Todos tenemos un infierno personal pero no por ello hundimos a quienes nos rodean en él.- Lance podría ser mayor que ella, tanto como hombre como como vampiro, pero la madurez que había tenido que conseguir la gitana la situaba muy por encima de él a la hora de enfrentar la adversidad. -Esa mujer no te odiaba, te temía, como todos los que te rodean Lance. Nadie ha conocido más que tu odio y tu desprecio; tan solo yo vi un atisbo y por eso regreso cuando se que me necesitas. Por respeto a esa parte de ti-, respondió con calma. Aunque viera imposible dialogar con él nunca iba a perder toda la esperanza, si Lance no pudiera ser buena persona jamás habría sentido ese cariño por él. -Hablas mucho pero piensas poco. No soy de tu propiedad para que tengas el poder de “renunciar a mi”-, se arrodilló junto a él. -Pagaste por mi para dibujarme y accedí, vine todos los días a la hora que me requerías y disfruté de nuestras veladas. Pero se te olvida que soy libre, que no voy a alejarme de mis hermanos nunca y huiría todas las veces que fueran necesarias.- Cómo reaccionaría a aquello era algo fuera del alcance de su mente y no tendría más remedio que esperar a ver cómo procesaba sus palabras.
Era triste cómo veía la vida el vampiro, era el polo opuesto de la gitana y quizás por eso habían estado destinados a encontrarse pero Liliane ya no se creía capaz de salvarle. Lance estaba acomodado en su oscuridad, en su odio por la sociedad… -¿Por qué no te dibujas? Haz un retrato de mismo, quizás así tengas el impulso necesario para cambiar tu actitud respecto al mundo-, algo tenía que hacerle reaccionar, ¿pero qué? -¿Crees que yo espero algo solo por actuar bien? Soy consciente de lo que la gente piensa de los gitanos, somos unos parias, unos marginados, no nos quieren cerca y por eso tenemos que asentarnos a las afueras de las ciudades-, sonrió apenada porque no pudiera ver más que su propia miseria. -No quiero matarte, quiero que disfrutes de la vida en vez de sufrirla-, tomó el cuchillo que la tendía y le miró mientras lo dejaba a un lado. ¿Notaría el que le quería o estaría demasiado cegado para eso también? -Dices que era luz para ti… ¿Sabes qué ocurre si atrapas un pájaro y lo enjaulas?-, le dio un momento antes de seguir hablando. -deja de cantar. No puedes atrapar algo porque te parece hermoso Lance. Si enseñas al pajarillo que lo cuidas, él mismo volverá a ti. Pero si lo enjaulas y abres la puerta por error, no volverás a verlo-. Con ese tipo de explicaciones enseñaba a sus hermanos las lecciones de vida que debían conocer y suplicó porque con Lance funcionara también.
Se levantó para ayudarle a caminar y destapar el cuadro. El silencio se hizo patente en ese momento, ni Lance dijo una palabra más ni ella tampoco. El cuadro distaba demasiado del resto de sus obras, a Liliane le habían llegado a parecer grotescas y desagradables pero su retrato era… limpio. No había resto de deformidades, sangre, manchas o pecado. Si así era como él la veía tenía que estar enamorado de ella, a su manera pero enamorado porque si había alguien con pecados a la espalda era la gitana. El realismo con que había recreado los ojos era fascinante, cada línea de su iris estaba plasmada en el dibujo y realmente lo que dijo sobre su luz había quedado plasmado ahí pues de alguna forma que no llegaba a atinar parecía salir luz de su rostro. -Es precioso Lance-, no era el momento para decirle que no era lo perfecta que él la veía por lo que tan solo pudo acercarse para besarle. Lo que sentía por él variaba tan solo por los actos de Lance, amor, miedo, frustración… todo lo creaba él. En ese momento predominaba el amor y la dulzura con que la había dibujado. -Me tengo que ir pero guárdalo aquí. ¿Vendrás a verme esta noche? Me gustaría dar un paseo contigo.-
Era triste cómo veía la vida el vampiro, era el polo opuesto de la gitana y quizás por eso habían estado destinados a encontrarse pero Liliane ya no se creía capaz de salvarle. Lance estaba acomodado en su oscuridad, en su odio por la sociedad… -¿Por qué no te dibujas? Haz un retrato de mismo, quizás así tengas el impulso necesario para cambiar tu actitud respecto al mundo-, algo tenía que hacerle reaccionar, ¿pero qué? -¿Crees que yo espero algo solo por actuar bien? Soy consciente de lo que la gente piensa de los gitanos, somos unos parias, unos marginados, no nos quieren cerca y por eso tenemos que asentarnos a las afueras de las ciudades-, sonrió apenada porque no pudiera ver más que su propia miseria. -No quiero matarte, quiero que disfrutes de la vida en vez de sufrirla-, tomó el cuchillo que la tendía y le miró mientras lo dejaba a un lado. ¿Notaría el que le quería o estaría demasiado cegado para eso también? -Dices que era luz para ti… ¿Sabes qué ocurre si atrapas un pájaro y lo enjaulas?-, le dio un momento antes de seguir hablando. -deja de cantar. No puedes atrapar algo porque te parece hermoso Lance. Si enseñas al pajarillo que lo cuidas, él mismo volverá a ti. Pero si lo enjaulas y abres la puerta por error, no volverás a verlo-. Con ese tipo de explicaciones enseñaba a sus hermanos las lecciones de vida que debían conocer y suplicó porque con Lance funcionara también.
Se levantó para ayudarle a caminar y destapar el cuadro. El silencio se hizo patente en ese momento, ni Lance dijo una palabra más ni ella tampoco. El cuadro distaba demasiado del resto de sus obras, a Liliane le habían llegado a parecer grotescas y desagradables pero su retrato era… limpio. No había resto de deformidades, sangre, manchas o pecado. Si así era como él la veía tenía que estar enamorado de ella, a su manera pero enamorado porque si había alguien con pecados a la espalda era la gitana. El realismo con que había recreado los ojos era fascinante, cada línea de su iris estaba plasmada en el dibujo y realmente lo que dijo sobre su luz había quedado plasmado ahí pues de alguna forma que no llegaba a atinar parecía salir luz de su rostro. -Es precioso Lance-, no era el momento para decirle que no era lo perfecta que él la veía por lo que tan solo pudo acercarse para besarle. Lo que sentía por él variaba tan solo por los actos de Lance, amor, miedo, frustración… todo lo creaba él. En ese momento predominaba el amor y la dulzura con que la había dibujado. -Me tengo que ir pero guárdalo aquí. ¿Vendrás a verme esta noche? Me gustaría dar un paseo contigo.-
Liliane Aleksandrova- Gitano
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Re: Nightmare [Liliane]
Seamos realistas. A nadie le gusta escuchar la verdad y menos cuando se trata de una persona cínica y déspota como Lance. Le repateaba que Liliane tuviera razón, pero en algo se equivocaba, los problemas de Lance no pueden solucionarse con el amor y la bondad de una buena chica. Lance tenía un don y una maldición al mismo tiempo, podía ver la cruel realidad de las personas y su fondo más oscuro. En la simpleza residía la belleza y en la oscuridad su arte. Era de los pocos que podían plasmar lo que veían desde su propia impresión y realidad. Y Liliane quería eliminarlo ¿Qué buscara la luz en las personas? ¿Qué las personas eran buenas por naturaleza? No. Está en el instinto de supervivencia humano tener que hacer daño o sufrir para sobrevivir. La humanidad lleva al borde de la destrucción desde el principio de los tiempos, desde las civilizaciones más arcaicas y antiguas.
Lance negó con la cabeza a las palabras de Liliane ¿qué se hiciera un autorretrato para verse el mismo? Apretó la mandíbula y recordó el retrato que tenía escondido en su estudio. Aquel retrato lúgubre y tenebrista que tan poco tenía que envidiar al retrato de Gray. Suspiró en silencio, aquel era su secreto y nadie podría verlo y mucho menos comprenderlo. Mientras su mente divagaba respiró profundamente cuando notó la presencia de Liliane a su lado cuando miraba su retrato.
El pintor lo envolvió en un paño grande, lo ató con un par de cuerdas y se lo entregó- Puedes coger un caballo, no tengo chófer y no creo que lo tenga en un tiempo- dijo malhumorado por la situación. Su actuación de bestia había matado a los pocos sirvientes que estaban en la casa y los otros pocos que quedaban en la finca habían huido por temor. Así que se quedó solo. Quizá no fuera buena idea. Un hombre tan inestable no debería estar solo, sino con alguien que consiguiera calmarlo o alguien que pudiera meterlo en cintura.
Liliane no se ajustaba a ninguna de esas descripciones, pero lo que si era Liliane para Lance era su talón de Aquiles. Lance bebía lo vientos por su musa y tenía que preservar y mantener esa belleza fuera como fuera, ese quizá sería la única forma de contención que podría alguien ejercer sobre él.
La acompañó y ayudó a montar al caballo. Colgó el lienzo en un agarre de la silla y después se cruzó de brazos en la pequeña escalinata de su mansión, ahora oscura y solitaria- Iré a por ti al poblado- dijo despidiéndose- Iré a tu tienda- y al verla desaparecer se sintió más vacío que nunca. Avanzó con paso lento hasta el bar y cogió una gran botella de licor, se la llevó a los labios para bebérsela entera. Lástima que no hiciera mella en su metabolismo de la misma forma que el alcohol calaba en el cuerpo humano, pero al menos las horas parecían pasar más rápido que de costumbre. ¿Era ya hora de ir a donde Liliane? Pensó que si, a duras penas se terminó de vestir y fue hasta el campamento gitano a pie. Llegó con la camisa remangada, el pelo alborotado, y totalmente desaliñado. Oliendo a alcohol malo. Se dejó caer cansado sobre la puerta improvisada de Liliane y llamó con sus nudillos tres veces. No era la mejor escena del mundo, pero Lance había pasado de la fase de ira a la fase de autodestrucción.
Lance negó con la cabeza a las palabras de Liliane ¿qué se hiciera un autorretrato para verse el mismo? Apretó la mandíbula y recordó el retrato que tenía escondido en su estudio. Aquel retrato lúgubre y tenebrista que tan poco tenía que envidiar al retrato de Gray. Suspiró en silencio, aquel era su secreto y nadie podría verlo y mucho menos comprenderlo. Mientras su mente divagaba respiró profundamente cuando notó la presencia de Liliane a su lado cuando miraba su retrato.
El pintor lo envolvió en un paño grande, lo ató con un par de cuerdas y se lo entregó- Puedes coger un caballo, no tengo chófer y no creo que lo tenga en un tiempo- dijo malhumorado por la situación. Su actuación de bestia había matado a los pocos sirvientes que estaban en la casa y los otros pocos que quedaban en la finca habían huido por temor. Así que se quedó solo. Quizá no fuera buena idea. Un hombre tan inestable no debería estar solo, sino con alguien que consiguiera calmarlo o alguien que pudiera meterlo en cintura.
Liliane no se ajustaba a ninguna de esas descripciones, pero lo que si era Liliane para Lance era su talón de Aquiles. Lance bebía lo vientos por su musa y tenía que preservar y mantener esa belleza fuera como fuera, ese quizá sería la única forma de contención que podría alguien ejercer sobre él.
La acompañó y ayudó a montar al caballo. Colgó el lienzo en un agarre de la silla y después se cruzó de brazos en la pequeña escalinata de su mansión, ahora oscura y solitaria- Iré a por ti al poblado- dijo despidiéndose- Iré a tu tienda- y al verla desaparecer se sintió más vacío que nunca. Avanzó con paso lento hasta el bar y cogió una gran botella de licor, se la llevó a los labios para bebérsela entera. Lástima que no hiciera mella en su metabolismo de la misma forma que el alcohol calaba en el cuerpo humano, pero al menos las horas parecían pasar más rápido que de costumbre. ¿Era ya hora de ir a donde Liliane? Pensó que si, a duras penas se terminó de vestir y fue hasta el campamento gitano a pie. Llegó con la camisa remangada, el pelo alborotado, y totalmente desaliñado. Oliendo a alcohol malo. Se dejó caer cansado sobre la puerta improvisada de Liliane y llamó con sus nudillos tres veces. No era la mejor escena del mundo, pero Lance había pasado de la fase de ira a la fase de autodestrucción.
Lance Hramn- Vampiro Clase Alta
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