AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Night out [Privado]
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Night out [Privado]
Y ahí estaba Nadia en sus aposentos cuando se dispuso a arreglarse un poco para ir a la cena acordada con Esteban, un español que se había ganado el afecto de la chica bastante rápido, quizá era por su buena disposición o simplemente porque su personalidad era adecuada y congeniaban bien; así la castaña se colocó uno de sus vestidos favoritos y se calzó antes de salir de esa habitación de hotel con rumbo al restaurante, para suerte de la castaña sus sirvientes estaban muy ocupados con el carruaje que la llevaría al castillo del amigo de su padre que ni siquiera se percataron cuando la chica se escabulló del otro lado; si bien no conocía demasiado París por no decir nada aquel sitio ya le había tomado medida, era un buen restaurante con adornos que llamaban la atención a mujeres como ella, esperaba que a Esteban le pareciera bien ese sitio y que no fuera un mal lugar pero al menos para la mujer que una noche anterior degustó su cena ahí fue totalmente de su agrado, además que tenían algunas mesas privadas para personas como ellos, realeza, que si querían algo de privacidad podían conseguirla con tan solo pedirlo.
Esperaba que no fuera demasiado tarde, pudo divisar a lo lejos el sitio y se apresuró esperando que nada en su aspecto estuviera fuera de lugar; por suerte justamente apareció en su vista el hombre a quien iba a comenzar a buscar, su acompañante.-Esteban, lamento la demora.-se disculpó ligeramente avergonzada y se acercó a depositar un beso en ambas mejillas como saludo esperando escucharle Si no te gusta el sitio que he elegido podemos ir a otro.-prometió, no tenía idea de que otros restaurantes le gustaban pero podría averiguarlo si querían, aún no anochecía del todo así que podrían caminar por París si era necesario.
Esperaba que no fuera demasiado tarde, pudo divisar a lo lejos el sitio y se apresuró esperando que nada en su aspecto estuviera fuera de lugar; por suerte justamente apareció en su vista el hombre a quien iba a comenzar a buscar, su acompañante.-Esteban, lamento la demora.-se disculpó ligeramente avergonzada y se acercó a depositar un beso en ambas mejillas como saludo esperando escucharle Si no te gusta el sitio que he elegido podemos ir a otro.-prometió, no tenía idea de que otros restaurantes le gustaban pero podría averiguarlo si querían, aún no anochecía del todo así que podrían caminar por París si era necesario.
Nadia De Martel- Realeza Española
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 21/03/2016
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Re: Night out [Privado]
Restaurante || 19:00 || Cálido
Gastón ya tiene preparado el carruaje para que le lleven hacia el restaurante, Irene se ha enojado porque se ha esmerado en la cena, al menos es lo que ella dice, pero Esteban tiene un compromiso que a esa mujer no le interesa, ya tendrán que comer los mozos o ella misma. Anuda la corbata y baja casi de inmediato a encontrarse con el hombre que le abre la puerta para hacerlo llegar a tiempo. Al llegar se acomoda, apenas si el tiempo pasa lo suficiente, el hombre sabe que no le gusta llegar tarde a ningún sitio. Cuando el carruaje se detiene Esteban desciende. Su chófer tiene las instrucciones de quedarse cerca, para cuando él y su acompañante quieran salir de ahí, y cada quien termine en sus correspondientes aposentos.
Al llegar al sitio pide por la reservación que ha hecho la mujer, le pasan a un reservado, ella no ha llegado, pero no importa, él ha llegado un poco antes, siempre es así, llega con el tiempo suficiente para ver el sitio, en ese momento le parece agradable, tiene buena iluminación, ya verá cuando llegue la hora de ver que vinos tienen, siempre es la prueba de fuego para cualquier sitio que el Duque visita, es como si le ofendieran al no tener por lo menos uno de sus vinos.
Al verla se pone en pie y besa sus mejillas, para dejar después un beso en la frente de Nadia. -No te preocupes, preciosa, que has llegado bien.- Se encamina para recorrerle la silla y ella pueda tomar asiento, así después va a sentarse él, colocando la servilleta a un lado. -Me parece un buen lugar, me hubieras dicho que tenías problemas en llegar y hubiera ordenado que fuera mi sirviente por ti.- Ofrece aquello de forma amable, si algo le enseñó su abuelo es que las mujeres se tratan con caballerosidad, y eso hace él la mayoría de las veces.
-¿Cómo estás?- Pregunta mientras el mesero se acerca a ellos para dejarles las cartas respectivas y presentarse, mencionando que le será un placer poder atenderles, lo mismo que dicen todos, aunque no sea así.
Esteban Valenzuela- Realeza Española
- Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 29/02/2016
Re: Night out [Privado]
Sonrió al sentir el beso en su frente, podía notar la familiaridad con la que se hablaban y se trataban, Nadia gustaba de llevarse así con las personas pero debido a las etiquetas, normas y demás no podía hacerlo por temor a ser mal vista; pero esta vez estaba en un país diferente muy lejos de quien fuera que la conociera así que podía tratar con libertad a Esteban.
Se sentó con ayuda de él y lo miró fijamente, no necesitaba echar un vistazo al sitio ya que la noche anterior lo había recorrido con curiosidad hasta que esta quedó satisfecha con los detalles asi que toda su atención fue puesta en él antes de responder.-¿De verdad?, pues yo siento que he llegado tarde, perdón pero con lo de mi mudanza al castillo me tienen liada, además de que los sirvientes solo esperan una falla para reportarla.-comentó antes de seguir hablando sobre lo que acontecía.- No es nada, en realidad está cerca de donde me estoy quedando pero justo en la noche debo partir a donde me quedaré, mi nuevo "hogar", ya te conté sobre eso.-dijo encogiendo sus hombros, claro estaba solo le había contado una parte, la demás se la había guardado para sí misma puesto que no quería que tuviera una imagen errónea de ella, él le caía bastante bien y disfrutaba mucho su compañía; quería que siguiera eso a pesar de que estaría algo lejos del centro de la ciudad, además de que tendría los ojos del amigo de su padre sobre ella, sus escapes ahora estarían contados.
Estoy bien, cansada y algo aturdida, no tengo ganas de irme más lejos del centro de París pero no tengo de donde escoger.-musitó apretando los labios intentando que una sonrisa se asomara en sus labios, luego recibió la carta y miró su contenido, tenía ganas de alguna pasta; ese tipo de comidas eran sus favoritas.-¿Qué tal estás tú?, ¿todo bien?.-preguntó fijando sus orbes en él.-Espero pasemos un buen rato juntos por si mi verdugo no me deja salir mucho.-comentó pasando la página a las bebidas.- ¿Me vas a sorprender con el vino?, por favor.-pidió ya que le gustaba como elegía ese tipo de cosas, de hecho le sorprendía mucho con sus acertadas elecciones.
Se sentó con ayuda de él y lo miró fijamente, no necesitaba echar un vistazo al sitio ya que la noche anterior lo había recorrido con curiosidad hasta que esta quedó satisfecha con los detalles asi que toda su atención fue puesta en él antes de responder.-¿De verdad?, pues yo siento que he llegado tarde, perdón pero con lo de mi mudanza al castillo me tienen liada, además de que los sirvientes solo esperan una falla para reportarla.-comentó antes de seguir hablando sobre lo que acontecía.- No es nada, en realidad está cerca de donde me estoy quedando pero justo en la noche debo partir a donde me quedaré, mi nuevo "hogar", ya te conté sobre eso.-dijo encogiendo sus hombros, claro estaba solo le había contado una parte, la demás se la había guardado para sí misma puesto que no quería que tuviera una imagen errónea de ella, él le caía bastante bien y disfrutaba mucho su compañía; quería que siguiera eso a pesar de que estaría algo lejos del centro de la ciudad, además de que tendría los ojos del amigo de su padre sobre ella, sus escapes ahora estarían contados.
Estoy bien, cansada y algo aturdida, no tengo ganas de irme más lejos del centro de París pero no tengo de donde escoger.-musitó apretando los labios intentando que una sonrisa se asomara en sus labios, luego recibió la carta y miró su contenido, tenía ganas de alguna pasta; ese tipo de comidas eran sus favoritas.-¿Qué tal estás tú?, ¿todo bien?.-preguntó fijando sus orbes en él.-Espero pasemos un buen rato juntos por si mi verdugo no me deja salir mucho.-comentó pasando la página a las bebidas.- ¿Me vas a sorprender con el vino?, por favor.-pidió ya que le gustaba como elegía ese tipo de cosas, de hecho le sorprendía mucho con sus acertadas elecciones.
Nadia De Martel- Realeza Española
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Fecha de inscripción : 21/03/2016
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Re: Night out [Privado]
Restaurante || 19:00 || Cálido
En el lugar apenas si se escuchan los ruidos naturales de un restaurante, les han dado el mejor sitio, apartado de todo lo demás, por un lado Esteban se alegra de tener un cargo en la realeza, le dejan escoger donde quiere comer, sin que nadie se acerque más de la cuenta, sólo el camarero que les atenderá casi de forma personal.
Mira divertido a Nadia, la verdad es que se le hace una señorita bastante diferente a todo lo que ha conocido, es alguien que sabe lo que quiere, pero sobre todo que va por ello, no es como todas que se quedan esperando a que las compre el que dé más dinero, lo cual es bastante decir, tal vez también por aquella alegría que irradia a todos lados donde va.
-En verdad no debes preocuparte, no tengo mucho tiempo de haber llegado, es una costumbre mía llegar un tanto antes, por lo demás te hubiera esperado sin ninguna clase de problemas, preciosa, no es como si tuviera demasiado que hacer en casa o tuviera la urgencia de regresar ahí.- Contesta con total honestidad, mientras una sonrisa se le mantiene dibujada en la boca, es que ella tiene esa inocencia por naturaleza que hace que el Duque siempre esté de buen humor, quizá sea la juventud, o que él tuvo una educación bastante severa, lo que fuera, es que son diferentes.
-Me has contado, me alegra que todo vaya mejor, ya te he dicho que si necesitas ayuda no dudes en decirme.- Insiste en aquello, él sufre también la presión del matrimonio, pero ser hombre hace que las cosas sean mucho más sencillas que para ella, suspira un momento y le mira de nueva cuenta. -Claro que te ayudaré, sólo dime que vas a pedir de comer, así solicito algo que sea adecuado para que le acompañes.- En ese instante revisa la carta rápidamente, notando qué vinos tienen, mantienen algunos de los suyos, no todos, pero los suficientes, hay variedad, el lugar puede volverse de sus favoritos.
Ya sabe lo que pedirá, pero aguardará a que su acompañante pida primeramente, son las reglas de etiqueta que se deben llevar al pie de la letra y en este caso no le molestan en lo más mínimo.
Esteban Valenzuela- Realeza Española
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Fecha de inscripción : 29/02/2016
Re: Night out [Privado]
El que no tuviera que cuidar cada palabra que decía con Esteban era una de las cosas que más disfrutaba, aunque fuera de la realeza era bastante relajado cosa que le encantaba sobre él, además de todo soportaba todas sus locuras y a veces hasta las seguía, sin duda si debía de pedir alguna compañía para estar encerrada en algún sitio sería precisamente el hombre que tenía enfrente, desde que había cruzado palabra con él, Nadia había quedado encantada y sin duda deseaba mucho su compañía.
Siguió mirando curiosa el menú puesto que después de su pasta definitivamente querer algo de postre estaba entre sus ideas pero justo cuando dio la vuelta a la página se encontró con la mirada de Esteban y también con sus palabras.-Bueno ahora tienes mucho que hacer, cariño, debemos estar un rato juntos, ¿te he dicho que viviré a las afueras de París?, ¡Eso es horrible!, se me hará más difícil escaparme para verte.-musitó frunciendo el ceño como si le estuvieran quitando algo, como si eso fuera un castigo y es que lo era.-Pero lo haré, claro si tu quieres...porque bueno también entiendo que un hombre como tú tendrá muchas cosas que hacer que pasar tiempo con una chiquilla como yo.-dijo arrugando la nariz solo para hacerlo enojar y luego dejó el menú a un lado.
-Pues no es que vaya mejor pero no puedo hacer mucho, ya sabes, tengo condiciones para estar en París y aquel hombre parece querer ayudarme, lo menos que puedo hacer es portarme más o menos bien.-y decía más o menos porque no prometía cosas que no pudiera cumplir.-Pero gracias por la ayuda, la verdad que me hubiera gustado conocerte desde antes, seguro que mi estadía en España también habría estado mejor contigo.-comentó sincera, ni que decir seguramente le dejarían salir con él simplemente por ser de la realeza pero en cambio Nadia aprovecharía para pasar tiempo con un buen amigo.
Bueno, ahora quiero pedir pasta con salsa de tomate, ¿tú qué pedirás?.-preguntó curiosa con una sonrisa amplia marcando sus labios, tenía interés por saber más del hombre que tenía enfrente, sus gustos, sus disgustos, las cosas que amaba hacer y las que odiaba; Nadia podía pasar horas hablando cuando tenía confianza.-¿Y entonces que vino será?.-insistió, la paciencia no era una de sus virtudes, aunque eso seguramente, Esteban ya lo sabía perfectamente bien.-¿Me ayudarás con un postre?.-preguntó al final antes de mirar al mesero que se acercaba a ambos, primero ordenó Nadia y esperó a que su acompañante lo hiciera atenta a lo que iba a pedir.
Siguió mirando curiosa el menú puesto que después de su pasta definitivamente querer algo de postre estaba entre sus ideas pero justo cuando dio la vuelta a la página se encontró con la mirada de Esteban y también con sus palabras.-Bueno ahora tienes mucho que hacer, cariño, debemos estar un rato juntos, ¿te he dicho que viviré a las afueras de París?, ¡Eso es horrible!, se me hará más difícil escaparme para verte.-musitó frunciendo el ceño como si le estuvieran quitando algo, como si eso fuera un castigo y es que lo era.-Pero lo haré, claro si tu quieres...porque bueno también entiendo que un hombre como tú tendrá muchas cosas que hacer que pasar tiempo con una chiquilla como yo.-dijo arrugando la nariz solo para hacerlo enojar y luego dejó el menú a un lado.
-Pues no es que vaya mejor pero no puedo hacer mucho, ya sabes, tengo condiciones para estar en París y aquel hombre parece querer ayudarme, lo menos que puedo hacer es portarme más o menos bien.-y decía más o menos porque no prometía cosas que no pudiera cumplir.-Pero gracias por la ayuda, la verdad que me hubiera gustado conocerte desde antes, seguro que mi estadía en España también habría estado mejor contigo.-comentó sincera, ni que decir seguramente le dejarían salir con él simplemente por ser de la realeza pero en cambio Nadia aprovecharía para pasar tiempo con un buen amigo.
Bueno, ahora quiero pedir pasta con salsa de tomate, ¿tú qué pedirás?.-preguntó curiosa con una sonrisa amplia marcando sus labios, tenía interés por saber más del hombre que tenía enfrente, sus gustos, sus disgustos, las cosas que amaba hacer y las que odiaba; Nadia podía pasar horas hablando cuando tenía confianza.-¿Y entonces que vino será?.-insistió, la paciencia no era una de sus virtudes, aunque eso seguramente, Esteban ya lo sabía perfectamente bien.-¿Me ayudarás con un postre?.-preguntó al final antes de mirar al mesero que se acercaba a ambos, primero ordenó Nadia y esperó a que su acompañante lo hiciera atenta a lo que iba a pedir.
Nadia De Martel- Realeza Española
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Fecha de inscripción : 21/03/2016
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Re: Night out [Privado]
Restaurante || 19:00 || Cálido
Escucha a la mujer y muestra una sonrisa afable. -No me habías comentado y sí, supongo que me darás mucho que hacer, pero no importa, ya estoy acostumbrado a vivir en la guerra.- Dijo en un tono de broma mientras analizaba las siguientes palabras. -Bueno, pues nos veremos lo que nos tengamos que ver, igual te ves demasiado liada con tantos de tus pretendientes y ver cual es el que te conviene, después de todo debe de ser una ardua tarea analizar "el mercado".- Vuelve a reír y se le queda viendo, tal vez encuentre marido y estará bien, siempre y cuando ella esté dispuesta a sobrellevar aquello y también que esté consciente de todo lo que eso conlleva, pues de lo que conocía de ella, Esteban podía deducir que era más como un alma libre y no como alguien que pide permiso si va a dar diez pasos y se quede estancada porque contó mal y eran once.
-Pues claro que quiero, el punto es que no te metas en líos, así que tú me dices y te ayudo a huir, aunque sea un par de horas.- Por mucho que él fuera estricto con las normas, a veces eso de saltarlas se le daban por demás bien, aunque no lo hiciera con las que él mismo tuviera que cumplir, sobre todo si se trataba en la milicia, no le gustaba que le estuvieran diciendo que había hecho mal, mucho menos que le castigaran, no era algo que tolerara.
-Te recomiendo un Chardonnay, es bastante delicado.- Sigue observando la carta para terminar de cerrarla mientras esperaba que ella terminara de hablar. -Yo quiero un corte, con un término de tres cuartos, por favor.- Entregó la carta al hombre mientras meditaba el vino que pediría, tenía gustos extraños, su vino favorito no lo tenían, pero seguramente que algo se le ocurriría, que pudiera llegar a suplir aquella falta. -Un Cabernet.- El camarero asintió y Esteban volvió la vista hacia su acompañante, mostrando un gesto un tanto confuso. -¿Ayudarte en qué sentido? ¿A escogerlo?- En realidad no había entendido del todo a qué se refería con que le ayudara, no es que antes hubiera tenido que ayudar a nada, excepto a escoger el vino.
Esteban Valenzuela- Realeza Española
- Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 29/02/2016
Re: Night out [Privado]
A que lo harás encantado yo lo sé, disfrutas mi compañía como yo la tuya, te aseguro que los pocos días que nos veamos haré que valgan la pena, cuando me escape contigo tendré un itinerario planeado solo para ti y para mi.-prometió completamente entusiasmada, estar con Esteban era demasiado agradable y si por desgracia iba a alejarse de él debido a su nueva condición de vida debía disfrutar los pequeños y cortos momentos en compañía de él tenía que hacerlos rendir, además no quería aburrirle con sus cosas, eso no, tenían que pasarla en grande como buenos amigos que comenzaban a ser. -¡No me digas eso!, sabes que odiaré hacer eso, no tengo intenciones de ser desposada pronto, eso ni tener hijos, no quiero ser enorme aún, mucho menos esposa de nadie.-negó con la cabeza y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante la idea mínima de tener un pretendiente, no eran sus intenciones y no tenía pensado aceptar al primero que se le pusiera enfrente, quería disfrutar un poco de su libertad antes de pasar a lo siguiente, además su carcelero era demasiado amable, tanto que dudaba que la obligara a hacer algo que no quisiera; o al menos esa era la idea que Nadia tenía sobre Béne.
¿Estás dispuesto a ayudarme a huir?, vaya...cariño si alguien te oyera diciendo eso seguro que piensa mal.-le guiña un ojo divertida antes de soltar una risa pequeña, que estuviera dispuesto a ayudarla en sus locuras hacía que su diversión fuera aún mayor, no se sentía limitada o cohibida por mostrarse tal cual es delante de Esteban a pesar de ser un hombre mayor que ella que quizás fuera más maduro, más serio y sobre todo con los pies sobre la tierra no impedía que fuera una grata compañía.- ¿Sabes?, a la otra salida quiero ir al campo, extraño un poco salir al sol, al joven que han pedido cuidarme odia siquiera se abra una ventana en el día, algo muy extraño, ¿no te parece?, así que extraño un poco el calor que proporciona y también el ver la luz, como ahora.-apuntó ligeramente hacia la entrada pues aún podían verse los rayos del sol iluminar aquel día, aunque claro estaba por terminar su libertad pues la noche empezaba a dominar la luz y con ella se iban cualquier deseo, que antes tuviese, aunque ahora ahí junto a Esteban podía disponer de su tiempo libremente, ya estaba a fuera, lo de menos sería inventar una excusa.
Escuchó la recomendación y asintió, no dudaba de las palabras del hombre así que no dudó en decirle al mesero el tipo de vino que quería; luego rió negando ante la respuesta final.-No, no pretendo que me ayudes a escogerlo si no a comerlo, podemos llevarlo a otro sitio y no sé, dar un paseo cerca de aquí en cuanto terminemos de cenar, claro, creo que podría escaparme un rato más, estar sola en ese castillo enorme me tiene deprimida.- hizo una mueca y luego sonrió al final esperando que con sus palabras convenciera al hombre de acompañarle.
¿Estás dispuesto a ayudarme a huir?, vaya...cariño si alguien te oyera diciendo eso seguro que piensa mal.-le guiña un ojo divertida antes de soltar una risa pequeña, que estuviera dispuesto a ayudarla en sus locuras hacía que su diversión fuera aún mayor, no se sentía limitada o cohibida por mostrarse tal cual es delante de Esteban a pesar de ser un hombre mayor que ella que quizás fuera más maduro, más serio y sobre todo con los pies sobre la tierra no impedía que fuera una grata compañía.- ¿Sabes?, a la otra salida quiero ir al campo, extraño un poco salir al sol, al joven que han pedido cuidarme odia siquiera se abra una ventana en el día, algo muy extraño, ¿no te parece?, así que extraño un poco el calor que proporciona y también el ver la luz, como ahora.-apuntó ligeramente hacia la entrada pues aún podían verse los rayos del sol iluminar aquel día, aunque claro estaba por terminar su libertad pues la noche empezaba a dominar la luz y con ella se iban cualquier deseo, que antes tuviese, aunque ahora ahí junto a Esteban podía disponer de su tiempo libremente, ya estaba a fuera, lo de menos sería inventar una excusa.
Escuchó la recomendación y asintió, no dudaba de las palabras del hombre así que no dudó en decirle al mesero el tipo de vino que quería; luego rió negando ante la respuesta final.-No, no pretendo que me ayudes a escogerlo si no a comerlo, podemos llevarlo a otro sitio y no sé, dar un paseo cerca de aquí en cuanto terminemos de cenar, claro, creo que podría escaparme un rato más, estar sola en ese castillo enorme me tiene deprimida.- hizo una mueca y luego sonrió al final esperando que con sus palabras convenciera al hombre de acompañarle.
Nadia De Martel- Realeza Española
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Re: Night out [Privado]
Restaurante || 19:00 || Cálido
En ese momento el hombre se va con los pedidos, para dejarlos solos, Esteban escucha a la mujer con atención mientras le mira, mostrando una sonrisa ladeada. La mujer tenía demasiados ánimos, aunque las cosas no le pasaban desapercibidas a Esteban, eran muchos años de estar conociendo gente, tratándola y manipulándola a como él quería. -Yo no tengo ningún problema en que tú hagas un itinerario, así no habrá problema en tener que pensar que haremos y que no.- Le pareció buena la idea, la realidad es que no le molestaba y también le venía bien, porque él era de las personas que generalmente vagaba sin rumbo esperando que algo le llamara la atención.
-Claro, no es que me guste demasiado la idea de vivir enclaustrado, tampoco lo hago con los demás, no soy Duque por ser un hombre que vive en reglas.- Todo eso era diferente cuando se trataba de la milicia, pues era estricto, siempre, generalmente buscaba que todo fuera acorde a lo que se había pactado, no toleraba ninguna clase de desobediencia, pero cuando las órdenes no las dictaba él todo cambiaba, hacía que se rompieran, era experto. Sobre todo cuando sabía cómo hacer que se cumplieran, era muy bueno, tanto que podía ser extremadamente malo. Esa era una de las ventajas de Valenzuela.
-Pues entonces pide ese postre que tanto quieres, así después de comer aquí podemos ir a otro sitio, si es que tu carcelero no comienza a buscarte para ponerte en la torre más alta esperando que tu príncipe azul aparezca.- Sí, Esteban se burlaba de aquella situación, no es que le diera mucha gracia, pero las mujeres por más que decían que no querían algo, se esforzaban por conseguirlo, era como si dijeran algo e hicieran absolutamente lo contrario, sin embargo, no se iba a meter en aquellos menesteres, no le tocaba, sólo estaría con Nadia cada que ella quisiera y le escucharía de ahí en más no apoyaría la situación.
-No sé qué haces en esa casa, ni tampoco buscando marido, Nadia, pero ya es cuestión tuya, en verdad que no entiendo como funciona la cabeza de las mujeres, pero si crees que es lo mejor que puedes hacer para conservar tu posición, no quiero que te enojes, así que dejaré el tema, cuando te aburras ya sabes donde me puedes encontrar.- No iba a indagar más en aquello sabía que ella podía molestarte y con justa razón, pues no era que Esteban se caracterizara por ser muy sutil que digamos.
Cuando el mesero se acercó para dejar las cosas, tomó la servilleta para colocarla en su regazo. -La señorita ordenará un postre.- indicó antes de que el hombre se fuera a retirar.
Esteban Valenzuela- Realeza Española
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Re: Night out [Privado]
Sonrió al oír la respuesta positiva del contrario y jugueteó con sus dedos encima de la mesa sin quitarle la vista a su acompañante, a decir verdad a Nadia le gustaba que Esteban aguantara los arranques que tenía, ella era más joven que él por ende no controlaba bastante bien sus impulsos y a veces sus caprichos dominaban más que la razón pero quizás algún día y con lecciones eso se podría corregir -Bueno entonces no se diga más, la otra ocasión que pueda verte traeré un itinerario para los dos, buscaré sitios en París que podamos visitar y actividades que podamos realizar, claro si no te molesta.-propuso con una sonrisa ancha y luego tomó un poco de agua de la copa que estaba servida.
Al escuchar las siguientes palabras del hombre su sonrisa se bajó un poco, no es que no le gustara recibir órdenes porque vamos, eran completamente distintos, Esteban ya era un hombre que se regía por lo que quería y lo que dictaba sin que nadie le exigiera nada, Nadia tenía por el contrario dar cuentas a sus padres y también a su nuevo carcelero, que a pesar de todo no odiaba, de hecho le caía bien aunque algo aún parecía salirse del contexto. -No lo repitas, no es que quiera desobedecerle, la verdad es que Béné ha sido un hermoso caballero conmigo, además de que es muy guapo, es atento y siempre está al pendiente de lo que quiero pero no soy una chica que disfrute de vivir encerrada, me gusta salir, conocer, mucho más estando en una ciudad que no es la mía, así que al menos cuando el esté desprevenido me escaparé, eso no lo dudes.-aseguró sonriendo, no entendía porqué un hombre como él apoyaba sus aventuras, seguramente alguien en su posición no solamente vería mal a la mujer si no la acusaría de cualquier locura que se le viniera a la mente.
Entrecerró los ojos al oír la burla proveniente del duque y arrugó su nariz ligeramente.-Ojalá me consiga el príncipe azul, pero regularmente están fuera de mi alcance, aunque quizás...uno nunca sabe.-sonrió, sus aspiraciones eran grandes y aunque las palabras del hombre le cabreaban un poco sabía que algo de razón tenían; de todas formas agradeció que no dijera demasiado, no quería cabrearse con el único amigo que tenía en aquella ciudad, además sus pensamientos eran demasiado distintos, tanto que seguramente por eso chocaban demasiado, mientras él tenía la experiencia en todo ella aún empezaba a conocer el mundo sin el control de sus progenitores.-No sé que me espera, te mentiría si dijera que no me pienso lo de casarme pero por ahora es lo que menos me preocupa, mientras no haga una tontería de la cual me arrepienta creo que estaré bien, pero gracias por preocuparte...igual ya te enterarás cuando llegue tu invitación si es que me caso.-bromeó un poco mal pero siguió con eso, si se reía de lo que le pasaba quizás sería menos difícil cuando tuviera que desposar a alguien a fuerza.
Sonrió al ver los alimentos llegar y colocó la servilleta en su sitio antes de morder su labio y pensar rápido en algún postre que ambos pudieran disfrutar.-Al momento de entrar vi un postre, un pastelillo con fresas, lo quiero pero en una caja especial, ya sabe, adornado.-en algunas cosas Nadia continuaba siendo una niña caprichosa pero debajo de todo eso lo único que quería era hacer el momento especial, con Esteban.
Al escuchar las siguientes palabras del hombre su sonrisa se bajó un poco, no es que no le gustara recibir órdenes porque vamos, eran completamente distintos, Esteban ya era un hombre que se regía por lo que quería y lo que dictaba sin que nadie le exigiera nada, Nadia tenía por el contrario dar cuentas a sus padres y también a su nuevo carcelero, que a pesar de todo no odiaba, de hecho le caía bien aunque algo aún parecía salirse del contexto. -No lo repitas, no es que quiera desobedecerle, la verdad es que Béné ha sido un hermoso caballero conmigo, además de que es muy guapo, es atento y siempre está al pendiente de lo que quiero pero no soy una chica que disfrute de vivir encerrada, me gusta salir, conocer, mucho más estando en una ciudad que no es la mía, así que al menos cuando el esté desprevenido me escaparé, eso no lo dudes.-aseguró sonriendo, no entendía porqué un hombre como él apoyaba sus aventuras, seguramente alguien en su posición no solamente vería mal a la mujer si no la acusaría de cualquier locura que se le viniera a la mente.
Entrecerró los ojos al oír la burla proveniente del duque y arrugó su nariz ligeramente.-Ojalá me consiga el príncipe azul, pero regularmente están fuera de mi alcance, aunque quizás...uno nunca sabe.-sonrió, sus aspiraciones eran grandes y aunque las palabras del hombre le cabreaban un poco sabía que algo de razón tenían; de todas formas agradeció que no dijera demasiado, no quería cabrearse con el único amigo que tenía en aquella ciudad, además sus pensamientos eran demasiado distintos, tanto que seguramente por eso chocaban demasiado, mientras él tenía la experiencia en todo ella aún empezaba a conocer el mundo sin el control de sus progenitores.-No sé que me espera, te mentiría si dijera que no me pienso lo de casarme pero por ahora es lo que menos me preocupa, mientras no haga una tontería de la cual me arrepienta creo que estaré bien, pero gracias por preocuparte...igual ya te enterarás cuando llegue tu invitación si es que me caso.-bromeó un poco mal pero siguió con eso, si se reía de lo que le pasaba quizás sería menos difícil cuando tuviera que desposar a alguien a fuerza.
Sonrió al ver los alimentos llegar y colocó la servilleta en su sitio antes de morder su labio y pensar rápido en algún postre que ambos pudieran disfrutar.-Al momento de entrar vi un postre, un pastelillo con fresas, lo quiero pero en una caja especial, ya sabe, adornado.-en algunas cosas Nadia continuaba siendo una niña caprichosa pero debajo de todo eso lo único que quería era hacer el momento especial, con Esteban.
Nadia De Martel- Realeza Española
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Re: Night out [Privado]
Restaurante || 19:00 || Cálido
-Ya te dije que no me molesta, por mí está mejor, así no me quedo aburrido, tú haz lo que tengas que hacer, que yo obedeceré, aunque no te acostumbres, no vaya a ser que un día no pueda.- Muestra una leve sonrisa, mientras que comienza a comer lo que le han traído, a veces puede ser un poco desesperado, pero tiene que admitir que eso de encontrar y sugerir lugares no es su fuerte, él prefiere quedarse en casa, estar en el viñedo, no era de andar de un lado a otro, aunque su profesión así lo requiriera.
-A este paso, yo creo que me dirás que te casas con el casamentero, Nadia, que ya hasta te has dado cuenta si es guapo o no, mientras que te trate bien, supongo que no tiene nada de malo, aunque vamos, debes conocer un poco más.- Él no obligaba a nadie a que tomara una decisión apresurada, tampoco que buscara un maldito compromiso, por el contrario, siempre que podía "salvaba" a alguien, pero Nadia parecía convencida de que eso era lo que tenía que hacer y no iba a negar que quizá tuviera razón, mientras ella quisiera, Esteban no diría nada que pudiera afectarla.
-Los príncipes azules no existen, lamento tener que decirte eso, generalmente son los lobos los que hacen acto de presencia y bueno, Nadia sé que te sabes cuidar, pero no está demás que eches un ojo por si las dudas, no es como si quisiera que te vaya a pasar algo.- Esteban distaba mucho de ser un príncipe o lo que fuera, tampoco es que velara por las demás personas, pero Nadia, a su modo de ver, era una niña, y quisiera o no, le había tomado un poco o bastante afecto, por eso mismo le interesaba que sus decisiones fueran tomadas de la mejore manera posible. -Así te encuentres en la Iglesia por dar el sí, me tendrás detrás de ti, cuestionando si estás segura de lo que estás haciendo, porque déjame decirte que no dices las cosas con la misma sonrisa que dices que te escaparás de aquella mansión.- Había detalles que no escapaban al ojo del Duque y bueno, eso se notaba, no podía ocultarlo.
-Parece que nos llevaremos el postre a otro lado, así que bueno, adórnelo como la señorita le pida, que si cuesta más no importa.- El mesero se fue con aquella respuesta, mientras Esteban seguía degustando sus alimentos. Tomó la botella del vino y le sirvió un poco a la mujer. -No puedes tomar mucho que si te emborrachas yo no te cuido.- Le guiña el ojo, divertido, la verdad es que sabe que lo hará, así que no hay por qué preocuparse, al menos ella.
Esteban Valenzuela- Realeza Española
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Fecha de inscripción : 29/02/2016
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