First night {Privado}

Sombras y tinieblas todo lo que esperaba en el inicio de una noche en París, caminando por oscuros callejones, me encontraba extasiada de sexo, mi problema era incontenible, ya no se encontraba Árpad para saciar mi deseo y no quería volver a someter a quien sería mi presa, ya me empezaba a aburrir, simplemente saciar mi deseo y después matarlos empezaba a aburrirme, hoy quería algo distinto sin muerte, solo sexo y el dolor que este conlleva, quería una noche llena de lujuria que saciara este deseo.

Mientras caminaba sumergida en mis pensamientos vi a lo lejos a aquella chica del teatro, la que se hacía la difícil, quizá la cosa cambiaría y no aceptaría un no por respuesta así que aminore mi paso para llegar a su lado de modo sigiloso. Como quería ver su reacción al verme nuevamente y esta vez en una calle oscura y sólo conmigo, una ninfomana. – Es un placer verla de nuevo señorita Amelia. ¿cómo esta usted? – dice en ese tono deseoso y una sonrisa que indica maldad. Sin dejar que diga una sola palabra controlo por completo su mente, para hacerla mía, mi sumisa.– ¿Le gustaría ir a mi posada y pasar una muy agradable noche? – añade queriendo que la obedezca en todo. – Quiero que me complazcas, quiero que seas mi sumisa esta noche, quiero que no te niegues a nada. – Le ordena en todo autoritario y bastante serio. Amelia me sigue tras palabras que me hierven la sangre en deseo.

Al llegar a la posada le ordeno ponerse cómoda, en lo que salgo para conseguir una persona que se dirija al mejor lugar de París para encontrar las mas bellas prostitutas, finalmente doy con el conductor de un carruaje a el cual le doy instrucciones estrictas para que contrate a una bella prostituta, y tras el trabajo vendría para recibir su pago.

Al entrar a mi habitación, me dispongo a buscar un atuendo adecuado para Amelia en pro de la ocasión, esta sería una noche para nunca olvidar, tomo un bello y pequeño corsé de un color rojo intenso adornado con flores negras, un bello ligero en un tono negro bastante transparente que hace juego con la prenda que apenas oculta sus partes nobles. Se lo dejo listo en el cuarto de baño y le ordeno que se lo ponga de inmediato. En el momento en el que sale Amelia siento que mi sangre se calienta como nunca, esta tan bella, tan exquisita pero aún falta quitarle ese espantoso olor, así que le orden tenderse en la cama para cubrir su cuerpo por completo con fragancia parisina. Deslizo mi mano por todo su cuerpo para que la fragancia recorra cada esquina, al terminar le ordeno ponerse cómoda en el sofá.– Esta noche vas a actuar natural, mencionaras lo que se e antoje a excepción de el estado en el que te encuentras, algo relacionado con tu especie, algo que pueda ofenderme, sólo quiero cosas relacionadas con lo que aquí sucederá, sexo. También quiero que me enseñes todo lo que tienes para darme a mi y a la chica que viene en camino, sé que no eres una santurrona y tras esa carita tierna se esconde algo y quiero que esta noche lo saques. –

Me despojo de mi vestido color carmesí y visto acorde con la ocasión, justo en ese momento tocan la puerta, no puedo evitar sonreír con maldad, sin mucha prisa me dirijo a abrir – Buenas noches bella dama, mi nombre es Evelia Bathory y esta usted en lo cierto fui yo quien solicito su presencia. – dice y la observa con detenimiento mientras se muerde el labio inferior. – La noche es hermosa y su presencia aquí la hace perfecta, no debe preocuparse por la demora, solo pase y póngase cómoda.

La noche pasaba tranquila la Luna no demoraba en salir anunciando la penumbra y oscura madre te todas las criaturas de la misma, La última función ya había finalizado por lo que mis planes serian vagar por las calles toda la noche... Nunca me gusto salir caminando del teatro pues las calles de París siempre están llenas de peligros y no hay nada peor que un fanático empedernido.

Al pedir mi carruaje para proceder a una zona de mi agrado alejada de mi rutina diaria que puede llegar a ser agobiante tras el pasar de los días, pero esta noche era singular... Ese espeso olor a cadáver sediento de sangre se fundía con la niebla de París, me gire rápidamente como acomodando mi cabello mientras al pasar mi mirada podía observar con facilidad todas las calles aledañas. Realmente creo que el tener que encontrarme de nuevo con aquella dama sería un suceso inevitable ya que mi chochero se había tardado más de lo normal, comprensible en una noche de niebla – Me gustaría pensar que nuestro extraño encuentro es pura y mera casualidad… Buenas noches, Bella la oscuridad de parís ¿no cree? – Parece que su mirada se encontraba vaga de sangre y deseo, pero tan solo es una chica perdida.

Pero un frio me entra por la espalda una corazonada de un soplo que sería una larga noche o quizás la última de mi longeva vida, Al lanzar una de mis garras hacia su cuello rasguñándola con la última de mis dedos dejando salir un hilo de sangre que decora nuestra noche,  siento como mi cuerpo pierde la voluntad de mí y sus palabras se vuelven pesabas sobre mi ser. Sus palabras son lujuriosas y firmes como alguien que lleva una vida de placeres y deseos para mi sorpresa solo asiento con mi rostro – Si, mi señora – Caminamos por las frías calles de parís adornadas por una capa de niebla mientras la luna se encargaba de cuidar mi cuerpo desconsolado; al llegar a una pasada bastante refinada y con una peculiaridad que la hacía diferente ¿Esta anunciaba mi muerte? Sus palabras son mudas ante mi yo solo me quedo sentada en aquel lugar mirando una copa de licor con el deseo de poder tomarla.

Al sentir el azote de la puerta que fue forzada con la felicidad de otra persona que quizás hoy senara bastante bien, me dirijo hacia el baño del lugar mientras con cada paso mi mente me juega malas pasadas ¿Si esto es solo un sueño? No puedo creer que haya caído tan fácil en este tipo de cosa, Mientras mi cuerpo se encuentra desnudo para luego ponerme aquel atuendo de vista lujurioso de aquella dama… Debe ser solo un sueño recuerdo el momento en que tan solo me estaba cortejando en el teatro como si fuera un ilustre caballero.

al salir su mirada me contempla no con hambre si no con deseo a lo que me es inevitable sonreír, quizás solo es uno de estos sueños en lo que termino levantándome en la mañana a explorar mi cuerpo bajo las sabanas, camine has la cama a la cual me deje caer sobre ella para luego rebotar y soltar una carcajada; me parecía gracioso el hecho de que me encontraba soñado con esta dama que solo deseaba conocerme que perversa esta mi mente después de todo… Luego de ser bañada por sus manos sobre la cama me levanto caminando de una manera casi sensual cortejándola a mis espaldas para luego posarme en el sofá recostando mi cuerpo casi desnudo – No dudes que será de mi agrado pasar junto a ti esta noche, por lo pronto me servirías un vaso de aquella botella… No me considero la persona más paciente al esperar -  Unos minutos más tarde mientras mi saboreo aquel trago amargo digno de los dioses tocan la puerta… Lo gracioso de todo esto es que quizás no sea uno de esos sueños ¿acaso estoy en un tipo de ritual?