You are my master? ( Soren Kaarkarogf )

Desde mi encuentro con aquel desconocido, no, corrijo ya no era un completo desconocido era un joven el más amable con el que me haya topado desde mi vida como esclavo lo cual no se si agradecer o pedir por él, por que tenga una vida larga y prospera, pero honestamente soy mas de los que prefieren regresar el favor lamentablemente no había conseguido mucho para darle a mi ahora nuevo maestro, wow me emocionaba mucho la forma en que sonaban en mi cabeza pero dudo que el pago le guste a mi instructor ya que no consegui mas de 5 francos, 5 francos¡¡ me pregunto si se molestara o si rabiara de alguna forma que me quiera quemar con leña verde o algo por el estilo, no se ve que sea de esos pero eh aprendido que nadie es lo que aparenta. Solo tenía esos 5 francos, dos mendrugos de pan y mi cuerpo.

No me molestaba el tener que hacer trabajos extras en la noche para pagarle estaba tan deseoso por aprender que venderia mi alma al diablo por ello, había logrado que mi Ama me diera esa noche libre, supongo que era por el efecto del pequeño buen humor que tenía recientemente acorde con ella que llegaría antes de que el sol saliera y ella no se percataría de mi ausencia, todas mis labores las había terminado en un tiempo record, los otros mozos de la mansión me miraron con odio pues hacía ver que ellos trabajaban demasido lento, pero no podía evirtarlo, deseaba tanto esto que no me hubiera importado recibir una paliza por lograr ir.

Esa noche no había hecho mucho frió así que sali con mis ropas de día, un pequeño atado donde había colocado minuciosamente los francos y los medrugos la verdad es que me dio algo de pena presentar mi pago de esa forma, ¿sería suficente ? ¿Me hecharia apenas viera que le llevaba? ¿Me pedíría otro tipo de pago? mientras me dirigía al lugar del encuentro mi mente no paro de pensar todas las posibles reacciones, dentro de mi deseaba que sigueira siendo el chico amable pero algunas veces mi mente me decía que era imposible, tal vez me decía que necesitaba virgenes para un sacrificio ( lo había visto en la ultima hacienda donde estuve ) esas cosas suelen pasar, pero que haría yo si me lo pedía ? ¿lo haría ? sin muestras de remordimiento? ¿la verdad? no estaba seguro, otra era que posiblemente quisiera que lo satisfaciera, no tenía problema con eso pero si me lo pedia me iba a turbar mucho tal vez eran de los que preferían una mujer quiza me pidiera que le llevara una "amiga " la proxima vez, conocia doncellas bonitas dentro de la mansión pero mi Ama tal vez desaprovaría dichos encuentros y adios a mi estudio de arte, no, si me pedía una doncella debía llevarla de otro lado, tal vez otra esclava de la hacienda vecina, pero el sacarla sería un problema. Tal vez me diría que tenía que saciar a un ser monstruoso con el que tenía un pacto para mantenerlo hermoso ( si lo consideraba muy hermoso ) entonces eso sería una trampa para usarme como comida de ese ser...

Sacudi la cabeza y me di palmadas en la frente para quitar esos pensamientos que no se por que se volvian mas oscuros mientras mas me acercaba, había tardado un poco en llegar ya que había salido de la mansión antes de que el sol se ocultara y cuando pase por la zona industrial ya estaba bastante oscuro, me había  lamentado no haber llevado una antorcha para alumbrame el camino así que apure el paso para no estar ahí en plena oscuridad, aunos pasos pude ver la zona abandonada, mientras camine buscando el pozo donde había quedado con é, en la soledad del lugar note los murmullos de gente que se ocultaba dentro de las ruinas de algunas casas, aprete mi envoltorio y note como mis manos sudorosas se resbalaban demanera penosa, ¿porque estaba tan nervioso? cuando al fin llege me acerque mirando a todos lados...

Esas tres noches habían pasado como un suspiro, había estado bastante motivado y emocionado ante la idea de tener un nuevo alumno, hacía mucho que no enseñaba adultos, su última alumna había sido una niña de 9 años de una familia increíblemente adinerada de París, le había enseñado a pintar por un par de semanas hasta que la niña había pedido otra actividad distinta entonces los padres habían cancelado las clases. A Soren aún le dolía recordar a la niña. Se preguntaba si sus clases habían sido aburridas y por ello la niña había perdido interés ¿Había sido el causante de que ella hubiese dejado de lado el arte?. Pensar en eso le rompía el corazón como profesor pues su trabajo era inspirar a otros no desmotivarlos.

Pensar en Alem le hacía sentir principalmente nervioso y no paró de preguntarse una y otra vez si podría hacer sus clases interesantes para él. Durante esas 3 noches que les separaban de la cita, había visitado las zonas abandonadas para buscar un sitio que pudieran usar, muchas casas estaban abandonadas pero no eran aptas para lo que estaba pensando, muchas olían a podrido como si alguien hubiese olvidado algún cadáver en una habitación. Tardó horas encontrar una cuya chimenea funcionara perfectamente pues era consciente de que el humano necesitaría algo de calor para sentirse cómodo y cuando por fin encontró una con una sala amplia y con mesas que no estaban rotas ni mohosas, se apresuró a llevar los materiales que había preparado en su cabaña.

A la hora estipulada se acercó al pozo abandonado en la mitad de la pequeña plaza donde había pedido a Alem que le esperara. Distinguió la alta y fornida figura del esclavo de pie al lado del pozo, la noche no estaba tan fría puesto que la nieve había dejado de caer hacía una semana, aún así el Vampiro vestía un largo abrigo de lana color castaño y una bufanda roja carmín enredada en el cuello.

- ¡Buenas noches joven Alem! - Exclamó con un tono mucho más jovial de lo que pensaba, estirando el brazo con el saludo mientras se acercaba - ¿Te he hecho esperar demasiado? - Agregó aunque estaba seguro que había llegado como mucho un par de minutos luego de lo acordado.

No tardo mucho en llegar lo cual agradecí muchisimo, creo que al verlo llegar sonreí presa de la emosión que sentía ya que era la primera vez en muchos años que aprendería algo nuevo y atractivo para mi. ¿Me había llamado Joven, joven Alem? mi sonrisa probablemente mostro alguna mueca de confución sin quitarla realmente aquella palabra generalmente era para alguien de mejor estatus que yo, por lo que no pude evitar que las mejillas se me colorearan en rojo, agradeci entonces el color oscuro de mi piel y la oscuridad de la noche para que no lo notace, me acerque a él con algo de torpesa, y me maldije por dentro al trastabillar mientras estiraba el brazo para contestar al saludo.

-!Buenas noches ¡

Ah tanta amabilidad me ponia de nervios, pero al mismo tiempo me sentía ¿dichoso? ¿era esa la palabra? si no era una muy cercana. Pase saliva con algo de dificultad mientras bajaba la vista como un acto reflejo, algo que lamentablemente se me impuso a base de golpes, no era propio para un esclavo sostener la mirada así que estaba luchando con años de enseñanza dura.

-Lo siento, acabo de llegar. Eh le agradesco mucho...

Me quede sin palabras, como detestaba eso de mi, había fraguado mil veces mi conversación con él para tener algo que decirle y cuando finalmente estaba frente a él las palabras se negaban a salir, aprete mis manos haciendo estas puños para después darme por vencido.

Notó la sonrisa en el moreno y pensó que le quedaba bien, debía de sonreír con más frecuencia, pero supuso que debido a la dura vida que llevaban los de su clase, las sonrisas serían como perlas esparcidas en una llanura oscura, nunca se sabía cuando iba a aparecer alguna.

-He encontrado un buen lugar para nuestra clase, ¡sígueme! - Exclamó y le indicó con brazo que le siguiera. Le llevó a través de calles estrechas de piedra húmeda, la nieve que había caído semanas atrás se había derretido dejando una fina capa de agua, haciéndolas resbaladizas. Las zonas abandonadas habían sido antes un barrio de gente de clase media, Soren había visto como las familias habían abandonado las casas lentamente con el tiempo y conocía parte del terreno.

-Este lugar era antes un barrio, escuché que también habían tiendas – Le explicó mientras caminaban rodeados de casas que lucían tétricas con las ventanas rotas y la madera mohosa y corroída – Ahora parece más como un pueblo fantasma ¿No te parece? - A Soren no le daba miedo la oscuridad ni los muertos, de hecho le parecía que los vivos eran infinitamente más problemáticos y peligrosos que las almas en pena que rondaban sitios como ese.

-Aquí es – Le indicó cuando llegaron a una enorme casa que parecía tener unos 100 años, tenía dos pisos pero se notaba que el techo de la segunda planta estaba roto y sendas astillas de madera se alzaban como los dientes de la boca de un lobo en la oscuridad. El vampiro abrió la puerta y la luz de la chimenea encendida les alumbró los rostros – Fue la única casa que encontré cuya chimenea aún servía – Le comentó entrando en la sala, no quería que Alem se sintiera incómodo con el frío.

La sala tenía un gran sofá que estaba roto por los lados y algo de relleno salía y caía al suelo. Habían cuadros rotos en el suelo y una mesa de madera que increíblemente y en contra de todo pronóstico aún seguía en pie.

Como hacía que mi buen humor aflorara nada más escucharlo, así que cuando me indico que le siquiera lo hice sin quistar apesar del frió del ambiente mi cuerpo estaba caliente posiblemente por la caminata siempre había agradecido el tener mi cuerpo lo bastante fuerte y resistente para los cambios climaticos.

Había estado siguiendolo por el camino oscuro que me mostraba, agradecí nuevamente mi condición de esclavo pues aquel lugar por oscuro y siniestro que pareciera era casiigual ala granja donde vivi algun tiempo, entonces comprendi que mucha gente vive en esas condiciones sin ser necesariamente un esclavo, era algo mucho peor, nosotros tenemos una motivación, podemos tratar de escapar o bien tratar de sobrevivir, a lo mucho la una o la otra se trata de querer vivir, estas pobres personas ya habían perdido el interes por ello, lo cual me dio mucha tristeza.

Para cuando llegamos al lugar indicado, me sorprendio mucho que Soren pusiera tanta atención por que el lugar fuera comodo para mi y obvio para él, había tenido la impresión que fuera el lugar que me dijera yo no habría dicho nada, el problema era y me seguia preocupando era su paga. Admitia que aunque deseara pagar lo que mi Ama paga a su maestro de piano yo no podría, así que me quede de pie mirando todo el lugar con la cara mas icredula que podía mostrar, había apretado contra mi pecho el pequeño envoltorio el cual había hecho los mendrugos de pan polvo.

--Es perfecto...

Baje la mirada apenado mientras le extendía el envoltorio.

-Le prometi tener más pero siento mucho que solo esto pude lograr.

Baje mas la mirada como si esperara que el piso se abriera para que me tragara antes de que mi maestro comenzara a bramar sobre mi estupida y temeraria aventura, lo tonta y fusilanime que era.

Alem le había estirado la mano y Soren recibió un envoltorio que traía un par de francos, se quedó mirándolo unos segundos, pensando en como iba a responder para que Alem no se sintiera ofendido. No quería aceptar el dinero, pero sabía que Alem debía haber pasado por alguna dificultad para conseguirlo y no quería que sintiera que sus esfuerzos habían sido en vano.

-No eres el primer esclavo que tengo como alumno – Comentó con voz amable – Soy consciente de las dificultades de los de tu clase, desde un comienzo no estaba esperando un pago de tu parte – Era mejor ser honesto con lo que pensaba, no quería complicar las cosas entre ellos – Esta no es una clase normal como las que daría en la Universidad, así que no tienes porqué pagar -Se le ocurrió que podían darle un buen uso a esos francos y se los echó al bolsillo – Pero podemos dar uso de este dinero, podemos comprar nuevos materiales o algo de comida para pasar la noche -

Le indicó con la mano que se sentara en el sofá que estaba roto por los lados mientras el Vampiro tomó un libro que había dejado en la mesa, el libro era bastante gordo, la portada de pasta dura titulaba ”Historia del arte”, se acercó a Alem y se sentó a su lado con el libro sobre las piernas, abriéndolo en las primeras páginas.

- ¿Sabes leer Frances? - Le preguntó antes de comenzar, sabía que muchos esclavos no tenían permitido leer o escribir, por eso quería saber primero con que empezar.

Su aclaración ante mi intento de pagar por las clases me hizo sonrojar, estaba feliz de saber que esta persona disponia todo por solo enseñarme sin esperar nada a cambio, una parte de mi sentía desconfianza pero al instante la deseche cuando mire que tomaba los francos y los guardaba en el bolsillo, sonreí tratando de ocultar mi verguenza con la mano al pasarla para quitar el sudor de mi frente.

-Gracias.

Susurre aunque no estaba seguro de que me hubiera escuchado habia hablado pero la voz que salio de mis cuerdas vocales no había sido lo suficiente para que alguien me escuchara, al menos eso creo, lo abedeci y me sente donde me indico, al sentarme me hundi hacía atrás así que me acerque ala orilla para que pudiera poner atención. Cuando me acerco el libro mi emoción crecio, podía sentir como mi corazón lanzo fuertes palpitaciones tan fuertes que pense que saldría de mi pecho para explotar.

-Lo siento, nunca eh tenido un libro en mis manos...

Había extendido las manos maravillado por la muestra de palabras e imagenes que contenia aquello llamado libro, si bien en la mansión de mi Ama ella tenía montones de libros que yo vía desde el alféizar de la puerta, ya que no se me permitia entrar en la biblioteca de mi Ama que era el lugar que mas frecuentaba ella, temí tocarlo con mis manos las cuales que aunque limpias las sentía sucias, me mordi el labio inferior y estoy seguro que mis musculos se tensaron ante la proximación.

No le sorprendió escuchar que nunca había tenido un libro en sus manos, de hecho había pronosticado esa respuesta y se había preparado al respecto. En el castillo donde vivió cuando estaba vivo 300 años atrás, su familia también había tenido esclavos y por supuesto no se les había permitido estudiar ningún tipo de conocimiento aparte de las tareas domésticas o de la agricultura. Cuando joven solía escaparse en las noches hacía los establos de madera donde dormían los esclavos y en la penumbra sólo con un candelabro les había enseñado a leer y a escribir en Sueco.

-No te preocupes por eso, para aprender a dibujar no necesitas leer, sin embargo creo que aprender a leer y a escribir es muy importante, podemos combinar las clases y así puedes aprender un poco de todo -


Pasó varias páginas del libro buscando por donde comenzar, si Alem no sabía leer, le contaría historias, así era como se había pasado la sabiduría de generación en generación en las familias de esclavos.

- El arte ha existido desde el inicio de los tiempos – Comenzó mostrandole una imagen donde se veían dibujos muy simples y precarios sobre una roca – Estos dibujos tienen miles de años, fueron encontrados en una cueva, como puedes ver muestra hombres con lanzas y unos animales que parecen vacas – Comentó señalando con el dedo las figuras pintadas de manera rústica – Lo que nos hace pensar en que en esa época, ya se estaban domesticando ciertos animales – Pasó una nueva hoja donde se veían más figuras de hombres o mujeres corriendo tras grandes animales de diferentes formas – El arte es una ventana a la historia, podemos aprender del pasado y entender como pensaban las personas de esa época -

Sonreí ante su comentario, ahora comprendía por que se comportaba de tal manera este joven era un verdadero caballero como llamaban los franceses en mi aldea teníamos un titulo parecido aunque un poco mas distintivo se le decia Cacique, era en determinado momento el que decidia todo, el sabio, al que se acudia por consejo o como guia, era el que sabía. Volví a mirarlo ahora con afecto, pues que hicera todo lo que hacía no solo conmigo merecia cierto respeto.

Asentí mientras me revolvía en mi asiento preparandome para la lección, el verlo y oír todo lo que había por saber me hizo regresar mi aldea, cerre los ojos para recordar sus palabras y luego volví a ver la imagen para que se quedara en mi mente si era posible todo el día de mañana, entonces conforme me explicaba imaginaba como habían pintado aquello, la verdad los dibujos que me mostraba estaba seguro de poder hacerlos, incluso parecía como una especie de diario donde podía contar lo que pasaba sin necesidad de palabras.

-Entonces podría alguien cotar lo que quisiera sin usar el habla ¿no es así ?

Me maravillo demasiado, a tal grado que mi cuerpo se tenso por completo tuve que contenerme para no saltar y cambiar de pagina, pero espere...

Alem escuchaba con atención y guardaba silencio esperando a que él terminase de hablar, mostraba mucho respeto por él como maestro y eso le agradaba, esa era la mejor actitud que un estudiante podía tener puesto que así podía aprovechar más el conocimiento que el profesor tenía para impartir. Le escuchó decir que podía expresar lo que quería y le pareció ver un brillo fugaz en los ojos de Alem por unos segundos.

-Así es- Asintió el Vampiro – El arte permite contar todo tipo de historias – Pasó de página y le mostró una nueva ilustración – Las pinturas más antiguas son sólo descriptivas, es decir el autor se preocupó por retractar lo que sucedía a su alrededor tal y como lo veían sus ojos, no había mucha imaginación o creatividad en esas primeras obras -

Le mostró una imagen que había sido grabada en el libro y que replicaba la imagen original encontrada en las cuevas de altamira (Click aquí para ver la imágen)

- Estas pinturas fueron encontradas en España, en las cuevas de altamira – Le explicó – Tienen miles de años, aunque no se sabe con exactitud cuantos – Agregó pensativo – Como puedes ver, los hombres y mujeres de la época no habían desarrollado la capacidad de imaginar y crear cosas nuevas, es un arte completamente figurativo, ellos pintaban lo que veían sin agregar una opinión propia, esto nos permite reflexionar sobre el cerebro humano ¿En esa época los humanos tenían menos capacidad cerebral? ¿El cerebro ha ido evolucionando a través de los años? - Dejo las preguntas al aire para que Alem pensara en ello por unos momentos y finalmente le preguntó – Si pudiéramos volver al pasado y le enseñáramos de arte a uno de esos humanos prehistóricos ¿Crees que podría aprender? ¿O crees que el cerebro no tendría esa capacidad para imaginar y crear que nosotros tenemos ahora? -

Estaba atento a cada palabra sin más mi mente comenso a imaginar lo que me decía incluso pude verme ami en esa epoca, en realidad yo sentía que no era algo lejano, si no que era muy parecido al mundo actual.

Toque con la punta de mi dedo las figuras, entendía lo que me decian, incluso lo comprendi, era algo parecido a un registro de los hechos, ante sus preguntas levante la vista para verlo directamente a los ojos que llenos de intensidad trataban de proveerme de sabiduria.

-Creo, que aprenderían, posiblemente sus actividades así como sus prioridades creo que era su forma de llevar un registro de su vida, o algo por el estilo.

Comence a comprender que el mismo arte podría ser usado como un arma encontra de la esclavitud, pero sería posible ? liberar a todo un mundo de la mano opresora ?

Mis ojos se volvieron distantes ante la sola idea.

-Sin duda ellos también podrían aprender, con un maestro como usted cualquiera puede.

Lo decía enserio, no solo por alardear o quedar bien con él ya que desde mucho antes el, yo no me consideraba un ser pensante no era mi culpa después de muchos golpes uno tiende a olvidar que piensa, siente y quiere.

Soren asintió frente a lo que Alem decía, era una buena conclusión. El arte era un registro de vida. Uno de los aspectos de ser profesor que más le gustaba era el poder ver el desarrollo y la evolución en sus estudiantes. Le gustaba notar cambios, aunque fueran pequeños en el semblante de sus alumnos conforme iban descubriendo un mundo nuevo de posibilidades.

-Gracias... - Se encontró avergonzado con halago de Alem frente a él como profesor – La verdad es que había estado un poco nervioso antes de que llegaras porque...- Se detuvo unos segundos y dejó escapar un suspiro – Hace unos meses tuve a una estudiante, una niña de una familia muy adinerada, iba a la mansión a darle clases – Le explicó y sus ojos se perdieron en algún punto rememorando esas noches – Pero al cabo de pocas clases... la niña se aburrió y pidió a sus padres que cancelaran las clases -

La expresión del vampiro era de completa vergüenza, sus ojos se habían desviado a sus zapatos.

- Se que no a todo el mundo le gusta el arte... y a lo mejor a ella no le interesaba – Continuó con voz abatida – Aún así siento que fallé como profesor con ella, y me es imposible preguntarme si mis clases hubiesen sido diferentes quizás más interesantes... - Se encogió de hombros, esperaba que Alem no fuera a aburrirse y terminara sacando alguna excusa para no volver.

Lo mire apenado, se me había hecho imposible que alguien no deseara las clases baje la mirada ya que podía sentir o imaginaba como se sentía era lo mismo a cuando me sentí atrapado la primera vez, tal vez no era la misma tristeza pero en resumidas cuentas si yo no hubiera fallado como cazador y me hubiera defendido mejor no me hubieran atrapado para esclavisarme.

-Creo, que alguien que lo tiene todo puede en un momento no desear nada, desea lo que se le hace imposible de tener, cuando lo tiene pierde interes.

Lo había visto muchas veces con los Amos anteriores, en la plantación donde estuvo la esposa del Amo solia meter a todos los esclavos para preparar una fiesta donde todos bailaban sin parar toda la noche, sin importar que antes de que saliera el sol ellos tuvieran que salir a cosechar el algodon. Había noches que ella ni siquiera se quedaba pues se aburria con facilidad, pero si se daba cuenta de que la musica paraba salia de su alcoba para azotarlos, solo por el placer de que se cumplieran sus deseos.

-Tal vez no le importe mucho pero quien tiene deseos de aprender jamás sentiría aburrición.

Levante la camisura de mis labios en una mueca de agradecimiento luego de encontrarme con su mirada baje la mia de inmediato algo apenado, por mis antepasados que mi corazón comenzo a latir como loco en ese momento para ocultarlo pase mi mano por mi cuello tratando de ocultar mi exaltación, me sentí como si hubiera hecho algo mal, entrarme mirandolo fijamente había sido demasiado para mi, me dicuenta de que estaba cerca tambíen, el impulso a arodillarme para pedir clemencia fue grande y por un momento estuve apunto de caer al suelo para suplicar.

- Lo siento

Dije nervioso aun, estaba luchando por no dejarme vencer por las costumbres que se me habían impuesto durante años.

Lo que decía Alem tenía mucho sentido. Las personas que lo tenían todo, no se sentían satisfechas y siempre deseaban más, la codicia se apoderaba de sus cabezas fácilmente, Soren lo había visto de cerca en su propia familia cuando era rico, lo tenía todo y a la vez no tenía nada, su corazón estaba vacío como un cuenco de barro recién hecho.

-Tienes razón... a lo mejor sólo era un capricho temporal para ella – Concluyó sintiéndose un poco mejor, ojala Alem estuviera en lo cierto y la niña hubiese cambiado de gustos por capricho y no porque sus clases fueran aburridas.

Entonces notó la fugaz mirada de Alem, sus profundos ojos negros se habían posado en sus írises claros por unos segundos para luego desviarse, notó la incomodidad seguida por la disculpa, Soren sabía que a un esclavo no se le permitía mirar a un amo a los ojos ni mucho menos hablarle directamente. Ellos eran diferentes a los sirvientes comunes de una mansión, era como si fueran más animales que personas. Sin un estatus, sin ni siquiera un apellido.

-Voy a proponerte un trato – Dijo al fin el Vampiro luego de pensar muy bien las palabras, le pareció que sería injusto de su parte ocultarle a Alem tanto de si mismo, y decidió que si quería ganarse la confianza del esclavo, el debía de abrir un poco su corazón, ¿Pero podría Alem soportar la verdad? - Cuando nos reunamos aquí para nuestras clases... quiero que dejes tras esa puerta todo lo que la sociedad te ha dicho que eres y... seas simplemente tu mismo -

Era una petición ambiciosa y sabía que para Alem sería difícil cambiar una conducta que llevaba repitiendo desde hacía varios años. Pero Soren sabía que la mentalidad de esclavo era infundada, todo hombre nacía libre, todos eramos los mismos primates evoluciona a través del tiempo.

- Si quieres mirarme a los ojos puedes hacerlo... si quieres decir lo que piensas en cualquier momento puedes hacerlo, en esta casa, tu y yo sólo somos maestro y alumno – Le indicó.

Alce la mirada levemente lo suficiente como para tener una imagen de mi ahora maestro, aprete los labios mientras escuchaba en silencio aunque para ser sinceros mi corazón estaba aun tamborilleando contra mi pecho como un desquiciado.

Lo entendía una parte de mi lo entendia muy bien, baje la mirada pero esta vez trataba de imponerme el ser yo, yo Alem no El esclavo, el aprendis, me gustaba como se oía en mi mente esa palabra se me hacía como si fuera un titulo de esos que usa la gente de clase alta para diferenciarse, curve la camisura de mis labios dejandola ver, una mueca clara de complicidad.

-Esta bien, tratare de hacerlo.

La cosa era hacerse ala idea de que esto estaba pasando, de algún modo aquella declaración me hizo sentirme por un momento completamente libre, podría decirse que estaba ala espera de un nuevo comienzo, era ocmo una pequeña revolución dentro de mi, que gracioso que todo eso se desencadenara por unas palabras.

-¿Entonces puedo decirle algo ?

Le dije con un deje de timidez algo falsa para ser honestos, pero mi sonrisa complice debía indicar que era algo de poca importancia al menos esa era la idea.

-Si yo llegara a no ser bueno pintando o de algún modo para cual arte que me esta enseñando, ¿me lo dira? hasta ahora parece que cualqueira puede hacerlo, sin embargo no estoy seguro que todo el mundo lo haga.

Me había emosionado por lo el comentario anterior por ello había tomado libertad de hacerle esa pregunta, pero lo que fue realmente un salto de 20 metros fue el hecho que lo acompaño, habia alargado mi mano para señalar una de las imagenes que me había mostrado, pero mis dedos no tocaron el libro de alguna forma lo toque a él.

En primera instancia, levante la vista perturvado, la piel la sentí demasiado dura al tacto y fría sobre todo, parecía un gran bloque de rona herlada, pero eso no fue todo, la textura de su piel me causo escalosfrios tanto que instintivamente mi cuerpo se movió hacía atrás y luego a un costado buscando alejarme de él.

-¿Que eres? ...


Farfulle, mis manos temblaron ligeramente, luego cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, de que frente a mi no había un ser humano como lo dictaba mi consiencia comense a temblar de pies a cabeza, reprimi un grito pues ante todo no era un marica que se pondría a gritar si hiba a morir lo haría con honor.

Quería que ante todo las clases fueran agradables, que el ambiente le hiciese sentir relajado, no quería que encima de todo Alem tuviera que seguir las tradiciones que le oprimían a diario, por un par de horas quería que sintiera lo que era ser un hombre libre y que pudiera dedicar si intelecto exclusivamente para la clase.

-Claro, parte de ser un buen maestro es saber cuando y como decirle a un alumno que se ha equivocado en algo – Respondió con espontaneidad – La ventaja del arte es que, sólo se llega a ser bueno si se practica, entonces técnicamente cualquier persona puede llegar a ser bueno si practica lo suficiente – Le indicó, quiso dejar de lado el talento o la creatividad pues no quería agobiar a Alem con tantos conceptos nuevos, debían comenzar por las cosas más sencillas y a pasos pequeños para ir avanzado.

Soren no se dio cuenta del momento en el que Alem le había tocado el dorso del brazo, por lo tanto la pregunta lo sacó un poco de contexto, se giró para observarle y le sorprendió ver su reacción exagerada, pudo oler el miedo que se liberaba del cuerpo del moreno en el momento en el que se alejaba de él. No tenía sentido que se hubiese dado cuenta de su naturaleza sólo con tocarlo, muchas personas le tocaban accidentalmente en lugares públicos o en sus otros trabajos y hasta ahora nadie había reaccionado de esa forma tan exagerada.

- ¿Estás bien? Parece que hubieras visto un fantasma – Intentó bromear - ¿A que te refieres con esa pregunta? - Agregó intentando evitar responder, no sentía que Alem estuviese preparado para escuchar la verdad y tampoco quería que su condición de vampiro hiciese que Alem cambiara su imagen de él como maestro – Sólo tengo un poco de frío – Mintió y levantó para acercarse más a la fogata, coloco las manos en el aire como pare recibir el calor que emanaban las llamas.

Estando ahí tirado y temblando como un pedazo de llorica, lo mire, no estaba indignado, estaba sorprendido por mi reacción que le parecio a simple vista ¿ridicula? entonces lo vi acercarse al fuego, un ademán bastante humano, entonces comprendi.

Jamás había tocado a otro ser que no fueran de mi raza por decirlo de alguna forma, y los Amos que me toco hacerlo estaban en pleno acto...Podría ser que ellos son así cuando estan hasta los huesos del frío, me palpe los antebrazos todavía con cierta vergüenza.

-Lo siento...

Le sonreí con nerviosismo mientras me ponía de todos colores menos el mio, no, siempre había algo que me hacía quedar como un completo ignorante. Resople varias veces antes de ponerme en pie me talle la cara y me lavente de un salto, era obvio que estaba demasiado ensimismado por las histiras que circulaban en casa de la Ama, al pararme hice una reverencia con los brazos a los contados.

-Lo siento, no vuelve pasar, disculpeme ¡¡

Apenado trate de disculparme por mi reacción.

Alem pareció componerse un poco y pareció creer en sus palabras. Soren sintió una punzada de culpabilidad al mentirle, pero si Alem había reaccionado de esa forma tan intensa ¿Sería capaz de afrontar la verdad?, además había sospechado de él nada más tocarle, lo que le hizo pensar si en el pasado Alem habría tenido algún encuentro con alguien como él, porque no creía que alguien pudiera sospechar su naturaleza sólo con tocarlo. Estaban en pleno invierno, mucha gente tenía la piel más fría de lo normal.

-No tienes por que disculparte – Comentó aún al lado del fuego, había indecisión en sus ojos ¿Debía decirle la verdad?, tenía miedo de su reacción, de que aquello provocara que no quisiera seguir con las clases, no temía que Alem contara su secreto, especialmente porque, nadie creería la palabra de un esclavo así que por ese lado no le preocupaba revelar su identidad, pero ¿Y la salud mental de Alem?.

-¿Porqué te sorprendiste cuando tocaste mi piel? - Preguntó con voz tentativa - ¿Habías tocado a alguien con una piel similar a la mia antes? - Tenía que saber la razón por la cual había reaccionado así, el era una persona curiosa por naturaleza y la respuesta del esclavo determinaría si decidía contarle o no su secreto. Tenía que analizar la situación detalladamente.

En el pasado otros humanos se habían enterado de su naturaleza, algunos no habían salido muy bien librados, el mundo de las criaturas sobrenaturales era peligroso y no todo el mundo era capaz de aceptar su existencia y continuar con sus propias vidas como si nada.

Sonreí mostrandome mas amigable que antes, era mi forma de compensar el mal rato, me había sentado nuevamente en el sillón destartalado mientras me tomaba por el hombro contrario y frotaba toda la extremidad.

-Bueno, dira que soy tonto pero, en casa de la Ama circulan toda clase de historias algunas se que son verdad como el que haya gente que pueda transformarse en animales, en mi aldea se tenía la creencia de esto, pero las que rondan por ahí son mas inquietantes hasta hace poco encontraron a una persona con las tripas fuera.

Resople mientras deja caer los brazos entre mis piernas de ahí mi voz convido la misma historia que me habían contado.

-Me dijeron - Recalco- que la Ama no se espanto ni siquiera hizo o dio orden de que hubiera una busqueda simplemente que se desicieran del cadaver ya que posiblemente habría sido un animal, pero, no lo creo, en la casa de la Ama es imposible que se cuele un animal salvaje esta vigilada.

Estire las piernas y las movi de un lado a otro mientras levantaba la vista para tener un contacto visual con mi ahora interlocutor, era agradable que alguien estuviera interesado en lo que tuviera que decir aunque fuera una tonteria.

-LAs doncellas las eh oido chismorrear, dicen que lo han visto, un hombre blanco como la cera y duro como una roca, frió pero como dice estos días el frío a sido muy extremo y cualqueira esta así, supongo que e estado oyendo bastantes historias estos días.

Alem pareció calmarse un poco y se sentó en el mueble de nuevo a su lado, comenzó a relatar una historia que conforme avanzaba hacía que Soren se sintiera más nervioso. Lo que el describía era claramente un asesinato causado por un ser sobrenatural y estaba casi seguro de que se trataba de un vampiro. Los licántropos generalmente se comían a sus presas, literalmente, se comían la carne humana. El vampiro podía haber matado por matar, por diversión simplemente y sólo haber tomado parte de la sangre.

Ahora podía entender mucho mejor su reacción, lo que contaba sonaba aterrador ante los ojos de un simple humano, Soren estaba tan acostumbrado a la muerte que en cierta forma estaba de sensibilizado frente a ella y no le causaba gran impresión presenciar asesinatos, en sus casi 300 años de vida había presenciado cosas peores. Pero comprendía el miedo de Alem y se dio cuenta de que iba a ser necesario revelare la verdad de lo contrario el esclavo tendría siempre una idea estereotipada de los de su clase y Soren no quería caer dentro de esa idea estereotipada, pues él no era como cualquier otro vampiro.

-Entiendo – Dijo al fin cuando Alem terminó de hablar sobre los chismes entre las doncellas, se armó de valor para continuar – Comprendo tu miedo y me temo que... tengo que ser completamente honesto contigo... si es que queremos que estas clases continúen – No quería engañarlo, y no porque le resultara difícil hacerlo, Soren vivía una mentira constante, siempre estaba aparentando lo que no era cuando se veía forzado a socializar, sin embargo luego de escuchar las sospechas de Alem sentía que era necesario contarle la verdad.

- Es cierto que hace mucho frío por el invierno, pero esa no es la razón por la que mi piel es tan fría... yo...- Se detuvo unos segundos y desvío la mirada al libro que había puesto en sus piernas luego de volver a sentarse en el mueble – Yo soy como ese hombre que describes... el de las historias y los chismes – Comenzó a tambolirear con sus dedos sobre la cubierta del libro, era extraño sentirse tan avergonzado de aceptar su naturaleza ¿Era debido a que Alem había depositado su confianza en él y sentía como si lo hubiese traicionado? - Soy un Vampiro – Finalizó.