Black cat · Libre ·

por **Vincenzo Danislăv** Jue Mar 31, 2016 1:38 pm

Caminaba por una de las calles principales de la ciudad acompañado de varios de mis marineros, teníamos que hacer acopio de víveres si queríamos poder zarpar en los próximos días. El sonido de las olas romper contra el casco del navío, el aroma del mar...eran cosas que me hacían ponerme nostálgico, pero era algo necesario. No permanecería encerrado de por vida en esta ciudad, necesitaba despejar mi mente, mis pensamientos, y nada lo hacía mejor que navegar.

La noche comenzaba a caer con rapidez, cada vez era más evidente el final del verano y el comienzo del otoño. Les indiqué que se dispersaran por los comercios cercanos y que compraran todo lo que fuese necesario y lo trasladaran a las bodegas, yo debía encargarme de unos asuntos a varias calles de distancia.

- Pietro, Giovanni, os dejo al cargo de los demás, cuidaos los unos a los otros. Nos vemos al amanecer en el embarcadero.

Les di una bolsa con el dinero necesario para sus transacciones y me retiré rápidamente. No me eran ajenos los acontecimientos que podían suceder al caer la noche y no me apetecía tener un encuentro desafortunado.

Me detuve al lado de un callejón que se internaba en la dirección que debía tomar, miré al frente y rodé los ojos al ver la calle completamente repleta de personas que no podían pasar y algún que otro carromato bloqueando el camino. A regañadientes me adentre en el "pasadizo" pasándome la mano por el cabello y caminé intentando hacer el menor ruido posible, casi como una sombra. Pero estaba claro que no lo era, ¿no?

por **Dragomir Negrescu** Mar Abr 05, 2016 11:12 am

Aquel día había sido bastante productivo, desde la mañana había ido ofreciendo lecturas de palmas y había encontrado que las féminas estaban de un humor excelente para pagar por sus servicios. Además había conseguido buenas recompensas, brazaletes, collares, algunos anillos, reposaban tranquilos en sus bolsas mientras él iba buscando nuevos clientes.

Estuvo vagando por la ciudad hasta que ya no pudo más, deseaba ahora un descanso, algún lugar en el que pudiera sentarse y comer cualquier cosa. No le molestaba su vida pero a veces le cansaba en demasía tener que estar complaciendo a señoritas, las cuales solo buscaban encontrar a un buen esposo. Era complicado decirles que eso no les sucedería, más difícil era tener que sonreírles para que le dejaran ofrecer su servicio.

Se acomodó de nuevo su sombrero y el cabello, viendo que ahora ya estaba en los callejones. Suspiró aliviado al no tener que encontrarse con muchas personas pero de pronto, ahí delante de él, una sombra se formaba. Debía saber cómo actuar, de otra forma podría acabar en muchos problemas.

̶ ¿Desea conocer su futuro? ̶ comentó cuando la sombra paso a ser un hombre.

por **Vincenzo Danislăv** Mar Abr 26, 2016 10:21 am

Vincenzo llevó la mano hacia su marba, arrascándola como siempre que hacía cada vez que una idea se le pasaba por la cabeza. Aunque su apariencia fuese desenfadada, su fiereza llegaba más allá de lo que cualquier persona pudiese llegar a imaginar, por lo que su apariencia siempre jugaba a favor, aunque en contra cuando los incrédulos se negaban a aceptar su condición de capitán pirata.

Él, pese a que jugase siempre con las cosas a su favor, así como en sus viejas andadas se dejase engatusar por una bonita gitana, en éste caso era un hombre y él, por acabar con la pantomima decidió hablar.

- No creo que sea la mejor víctima para robar ésta noche. No tengo nada que ofrecerte, muchacho. - Aquella forma de hablar, muy lejos de parecer insultante, se parecía más bien a un consejo, de igual a igual. Vincenzo también se podría tachar de ladrón y aunque el muchacho no lo fuese, de seguro que era la cosa más amable que hubieran podido decirle dadasu condición de gitano.

- Y créeme que no quieras ver lo que hay escrito en mis manos. Puede ser perturbante para alguien como tu. - Un atisbo de sonrisa se dibujó en sus lkabios con el mismo misterio que sus manos albergaban. No deseaba que le sacaran a relucir su pasado ni nada que lo volviese a sumir en aquella penumbra de la cual aún se estaba lamentando, pero al fín, podría considerarse curado de aquel mal llamado amor.

Era mucho el tiempo que había invertido en todo aquel plan, en el viaje y en lo que llevarían a cabo una vez tomaran tierra. Necesitaba volver a ese estilo de vida dónde el suelo más firme eran las tablas del barco o el fondo del mar si es que las cosas iban demasiado bien como esperaba. Todo para dejar su mente totalmente ocupada en trabajos e ideas que alejasen los recuerdos más violentos y desagradables de su vida, porque de regresar, Vincenzo jamás volvería a ser como es ahora, dejándolo sumido en una oscuridad imposible de disipar.

por **Dragomir Negrescu** Jue Mayo 05, 2016 7:33 pm

Había vivido mucho tiempo analizando las apariencias de las personas y al llegar a París, aquello se volvió un habito más a su rutina, por ello podía ver que aquel hombre poseía una fuerza mayor que la que aparentaban su cuerpo y su semblante. Le observó con detenimiento mientras esperaba ansioso a su respuesta, no deseaba hacerle nada pero tampoco deseaba meterse en problemas.

̶ No creí haber pedido nada y mis bolsillos ya están lo suficientemente llenos como para desear poseer algo que no posee ̶ dijo en respuesta, sintiéndose incomodo por aquel momento que bien podría haber evitado de haber tomado otro camino.

Después, aquella incomodidad paso a tornarse en despecho hacia el otro. No era la primera vez que alguien le rebajaba como persona por ser gitano, y estaba seguro de que no sería la última. No haría nada, no estaba en él corregir a cualquier persona, pero sí sentía que ahora su buen día se volvía un fastidio.

̶ Payo, he visto suficiente mundo como para saber que nada puede perturbarme ̶ dijo mientras volvía a observar al otro con detenimiento. ̶ Tus secretos poco me interesan, tu pasado nada me importa. Mis servicios fueron ofrecidos en son de paz a cualquier enemigo nocturno que pudiera perturbar mi caminar. Si no los desea no tengo más por agregar ̶ hizo una reverencia con el sombrero y tuvo la intención de pasar por su lado pero aquel lugar no le permitía moverse demasiado si el otro joven no le daba el paso.

por **Vincenzo Danislăv** Vie Mayo 06, 2016 9:32 am

Vincenzo no borró aquel atisbo de sonrisa que marcaba sus labios con cierta diversión de su parte. No era que fuese a pedirle disculpas por haberle dicho una de las verdades que debería mantener con orgullo, sino que ciertamente pudo ver en aquel muchacho ese toque de soberbia que sólo los triunfantes sacaban de su forma de ser. Cualquier otro hubiese huído, apesadumbrado por sus palabras o temeroso por el potencial de Vincenzo, pero aquel, se mantenía observándole como un igual, aunque pudo adivinar el despecho que salpicaban sus palabras.

- ¿Te he ofendido? Créeme que es lo mejor que cualquier otra persona te puede decir, sin pisotearte por el camino. - Payo, aquella palabra no era ajena en la vida de Cincenzo ya que en sus numerosos viajes comprendió que tanto lo gitanos como los licántropos estaban unidos de alguna forma a su naturaleza rebelde y difícil de atar. Libres como el viento que puede destrozar cualquier cosa a su paso. - Dudo de que tu orgullo te permita alejarte sin más. Te voy a dar una sóla oportunidad, miénteme y lo sabré. Sabré cuando intentes colarme una mentira tapada bajo una verdad monumental. Sólo así creeré tu poder, te creeré y me disculparé. - Las palabras de Vincenzo bien podían sonar como un reto en mitad de la nocturna calle, bien sabía que aquellos estaban dotados de una especie de milagrosa visión, aunque hacía un tiempo que se negaba a creer cualquier tipo de magia. Incluída la suya.

Pese a la hora que era, podría notarse el gentío caminar por las grandes vías colindantes, pero debido a que ellos estaban en el mismo callejón, no tuvieron que lamentar interrupciones de ningún estilo. Cerca, una pequeña feria era el motivo de que muchos de los parisimos estuvieran deambulando por la ciudad pese a que normalmente deberían estar por el 5º sueño. Y así era, se suponía que Vincenzo iba a ver a algunos contactos y conversar sobre un par de detalles necesarios para su siguiente viaje, cosas que bien podía dejar para otro momento dado que aquel gitano acababa de acaparar toda su atención. ¿Qué cosas traería la noche? ¿Qué intereses eran los que se escondían bajo la fachada de una noche tranquila? Aquello era difícil y absurdo de adivinar, ya que los seres más bestialistas, tenían la gran habilidad de permanecer entre las sombras en el mayor de los sigilos.

por **Dragomir Negrescu** Sáb Mayo 14, 2016 10:55 pm

Quería seguir su camino, salir de aquel callejón y poder ir a visitar los alrededores. Si bien era bastante tarde ya, el festival le llamaba la atención, no siempre podía salir a disfrutar de aquellos lugares y mezclarse a la gente sin ser notado. Pero aquel hombre no se lo permitía, hablaba de nuevo pero él ya no le prestaba demasiada atención. Los aromas y los colores le llamaban, le invitaban a ser parte de algo más entretenido que una simple lectura de palma.

̶ Mi orgullo no es el que me detiene, es usted señor ̶ dijo alzando una ceja, cruzando sus brazos en su pecho y volviendo su atención a aquel hombre. Sus ojos se pasearon por todo el cuerpo del otro y sonrió ladino. ¿Una oportunidad? ¿Una disculpa? Ni siquiera las necesitaba, no le interesaba si alguien le creía o no, al fin y al cabo sus poderes los usaba para sobrevivir.

̶ Solo aquellos que han vivido en una jaula de oro tienen la osadía de usar las palabras para justificar su mala actitud contra los que no poseemos una estabilidad ̶ comentó mientras veía directamente a los ojos de aquella persona. ̶ No necesito probarle nada, señor, pues sé que se negará a creer lo que sus ojos no pueden ver ̶ entonces alzo su mano, y con un movimiento ligero hizo que una carta apareciera delante de ellos. Observó con curiosidad a aquellos enamorados invertidos y guardo silencio durante un momento. ̶ Mi palabra es mi orgullo y mi respaldo, así que de mi boca no salen mentiras. Sin embargo no puedo hacer nada contra aquellos oídos sordos ̶ volvió a hacer el movimiento con su mano y se descubrió una nueva carta. El 6 de Copas invertido le confirmo la perdida de alguien importante en el pasado del otro. Sin detenerse, hizo desaparecer aquella carta y una nueva la remplazo. ̶ Que interesante. No creí que alguien como tú pudiera tener esta carta ̶ el Rey de Bastos, eso era algo bastante poderoso, además de algo inesperado por la forma en que aquel "Rey" trataba a su "súbdito".

Su mirada se mantuvo unos segundos más en aquella carta, pensando en todas las posibilidades. Después, con un nuevo movimiento de mano, hizo que se desapareciera. No planeaba saber más de él, pues su actitud era suficiente para conocerlo. Pero las cartas le habían revelado una curiosa verdad. Se mantuvo pasivo ante todo mientras seguía analizando los datos obtenidos, inmerso en su mundo hasta que el murmullo general le hizo regresar a su presente.

̶ Lo mejor sería que se marche, Alteza, deben de estarlo esperando en algún lugar importante ̶

por **Vincenzo Danislăv** Dom Jun 19, 2016 7:46 am

···

Las palabras de aquel muchacho no hacían más que sonsacarle una sonrisa que ocultaba en un semblante en el que era muy difícil diferenciar si realmente le divertía la situación o por el contrario le parecía la más absurda de todas. Vincenzo vió cada una de las cartas, voltearse con toda la gracilidad posible entre sus dedos dada la experiencia del muchacho para jugar con ellas como adivino que parecía ser. Veía las respuestas en su esquiva mirada, una respuesta que no había salido de los labios de Vincenzo pero que éste parecía conocerlas de primera mano, como si siempre hubiese estado en aquellos momentos, aguardando para revelarlo todo en aquel instante. Todo aquello le divertía, hasta que una palabra dirigida hacia él le hizo entrecerrar los ojos, denotando la gran mentira que había pronunciado.

- ¿Alteza?- Pronunció y luego de eso soltó una leve carcajada, como si le hubiesen contado el mejor chiste de la historia. - No se de qué me hablas, pero debes de haber visto a cualquier rey siendo desvalijado por mí, por un mero hombre de mar pues soy pirata y nunca he estado cerca de un trono ni una corona, así que lamento decepcionarte.- Las palabras de Vincenzo sonaban reales y así las creía, creyendo que se trataba de un mero error de líneas. Aún así, se volteó de medio lado, creyendo en la verdadera pena que sentía porque aquel muchacho le creyese alguien de superior rango en lugar de uno de sus iguales, pues él, toda su vida se hubo rodeado de gitanos y sobre todo de licántropos y nunca había tenido tal percance, ya que sus palabras podrían sonar hirientes pero no eran más que culpables de la comodidad ante la conversación con uno de sus "hermanos".

- No creo estarle tapando el camino, muchacho, así que eres libre de irte cuando te venga en gana, no es que me guste hablar con alguien que habla de prejuicios cuando él mismo está haciendo uno. Y créeme, me codeo con más de "los tuyos" de lo que tu piensas, he nacido, he crecido y he jugado entre gitanos, así que espero que tenga muy buena noche y no nos volvamos a encontrar, porque de ser así pensaré que acepta el error.- Cordial, amable, puede ser el modo en el que vincenzo se estaba refiriendo a aquel muchacho. Recordó entonces que había roto su promesa de no volver a preguntar por su pasado, su presente, ni su futuro ya que aquello siempre acarreaba problemas, unos tales como la muerte de su prometida, la desaparición de su hermana o el estúpido temor de cualquier hombre para con el futuro que le deparaba. Él prefería no ver y sentir cada segundo y acción que transcurría como un acto de valiosa fe para con la vida que le deparaba. Vincenzo hizo un último gesto de despedida hacia el muchacho y se giró en rumbo a la luz del festival parisino.

···

*Según la cronología de Vincenzo él aún no es rey, así que me interesa mucho ese rumbo que tomó el post. Gracias!

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