AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Back to Black.
Nota:
La historia de Hania y Assur se puede leer AQUI
La relacion entre Hania y Uryan se puede leer AQUÍ y el episodio en el que Esthia y Hania corretean desnudos por el jardín y la fuente AQUÍ
Esta es la continuación de ESTA TRAMA
——————————— ~oOo~ ———————————
Los días siguientes transcurrieron tranquilos, Assur se marchaba a hacer sus gestiones o se quedaba acompañado en su suite, y Hania se dedicaba a leer, dibujar, mirar por la ventana y aburrirse enormemente. No habían vuelto a hablar del tema, en realidad no habían hablado casi nada y volvían a estar distanciados.
Las noches eran un contínuo de horas iguales, y los días eran tan tristes como la imposibilidad de salir al sol. Caminaba por la enorme habitación del hotel, a veces salía al pasillo o a la terraza donde se quedaba durante horas escuchando el latido de la ciudad, la gente que vivía en ella pensando y discurriendo. No soportaba ese tipo de vida. Creía que podría, cuando Assur regresaba con ganas de verla, cuando le traía alguna cosa, que el regalo en si era lo de menos, lo que a ella le valía es que hubiera pensado en ella al comprarlo. Pero ahora su sol se marchaba y regresaba de la misma forma, como un león indiferente ante el ratón.
Echaba de menos a Uryan y a Esthia. Se vistió con un conjunto de falda blanca y camisa de flores, se cepilló el pelo y lo dejó suelto cayendo por la espalda, saliendo por la puerta principal del hotel. Si Assur se enteraba de eso montaría en cólera pero eso siempre sería mejor que su indiferencia.
Caminó hasta el antiguo orfanato de Saint Clemence y se detuvo en la puerta. ¿Sería capaz de despedirse de la Serpiente y del Verano? quizás fuera la última vez que los viera, había pensado en despedirse para prtegerlos de la furia de Assur, pero lo cierto es que le dolía mucho hacerlo. La verja oxidada chirrió cuando la empujó y se adentró en los jardines llenos de malezas, en busca de los dos lobos.
- Saint Clemence:
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
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Re: Back to Black.
Uryan reconoció el sonido de la verja oxidada y abrió los ojos. Era un animal prácticamente nocturno, así que se pasaba la mayor parte de la mañana durmiendo si podía hacerlo, pero ya reconocía los sonidos de la casa, incluso de los fantasmas toca narices que habitaban en él, así que se incorporó extrañado. ¿Sería la rubia? Esperaba que fuera la rubia, porque se iba a llevar un buen gruñido. ¿Dónde demonios había estado? ¿Pensaba dejarles ahí tirados sin más? Bufó y se fue incorporando despacio, dejando al copo de nieve en su lado del camastro. Uryan había optado por juntar tres de ellos para hacer un lecho decente, porque el jodido copo se movía más que un pajarillo y no le dejaba dormir. Había hecho del orfanato su lugar, dejaba comida que pudiese aprovechar, mantas, pieles de otros sitios, leña...Lo justo para ser un buen refugio.
Se vistió, colocándose los pantalones que, de hecho, Hania había dejado allí hacía semanas. Se frotó el pecho, rascándose, intentando despertar a su organismo perezoso. No quiso despertar a Esthia todavía, primero quería asegurarse de que era la rubia y si no lo era..Se encargaría del asunto a su manera sin tener que contar con él. Caminó descalzo por las escaleras, apoyando una mano en su costado donde la puñalada había sido profunda..Y de todas maneras Esthia no le permitía tener reposos prolongados así que entre unas cosas y otras no terminaba de cerrar esa maldita herida, pero al menos no se le habían saltado los puntos y estaba bastante seca.
Caminó hasta alcanzar el pasillo de la entrada y esperó allí, sin molestarse en ocultarse por si no fuera la rubia, porque el problema lo tendría el intruso y no él.
Se vistió, colocándose los pantalones que, de hecho, Hania había dejado allí hacía semanas. Se frotó el pecho, rascándose, intentando despertar a su organismo perezoso. No quiso despertar a Esthia todavía, primero quería asegurarse de que era la rubia y si no lo era..Se encargaría del asunto a su manera sin tener que contar con él. Caminó descalzo por las escaleras, apoyando una mano en su costado donde la puñalada había sido profunda..Y de todas maneras Esthia no le permitía tener reposos prolongados así que entre unas cosas y otras no terminaba de cerrar esa maldita herida, pero al menos no se le habían saltado los puntos y estaba bastante seca.
Caminó hasta alcanzar el pasillo de la entrada y esperó allí, sin molestarse en ocultarse por si no fuera la rubia, porque el problema lo tendría el intruso y no él.
Uryan Lockwood- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
Esthia sintió frío cuando Uryan abandonó la cama. Tiró de la manta y se dio media vuelta para seguir durmiendo. Sacó un pie por uno de los laterales, la manta se le arrugó en torno al muslo, dejando ver parte de la cicatriz blanquecina que ahora marcaba su piel. Era una línea muy fina y que apenas se veía entre el vello que cubria su piel, pero ahí estaba.
Se dejó vencer por el sueño unos minutos más, porque se sentía seguro allí. Uryan había ido a ver qué era ese ruido, así que no había nada que temer... salvo si eran demasiados. O si eran cazadores. O vampiros cabreados. O magos que pudieran atacar a Uryan desde la distancia.
Se sentó de golpe en la cama. De repente estaba muy espabilado. Cogió los pantalones, que estaban por ahí tirados en el suelo, y se los puso. No se molestó en ponerse la camisa o las botas. En realidad se había puesto los pantalones y tenía claro por qué. Por si acaso era alguien que se había despistado y no venía con intenciones hostiles. Por ejemplo.
Bajó sigilosamente las escaleras. Era un depredador. Uno que habitualmente se comportaba como un cachorro ruidoso, sí. Pero sabía ser silencioso si era necesario. Y en esa ocasión lo era. Así que caminó sin hacer ruido, hasta reunirse con Uryan. El lobo rojo ya sabría que estaba allí por su olor, pero de todos modos, le indicó su presencia poniendo suavemente una mano en el centro de su espalda. Sólo un toque antes de retirarla. Un mudo "estoy aquí".
Se dejó vencer por el sueño unos minutos más, porque se sentía seguro allí. Uryan había ido a ver qué era ese ruido, así que no había nada que temer... salvo si eran demasiados. O si eran cazadores. O vampiros cabreados. O magos que pudieran atacar a Uryan desde la distancia.
Se sentó de golpe en la cama. De repente estaba muy espabilado. Cogió los pantalones, que estaban por ahí tirados en el suelo, y se los puso. No se molestó en ponerse la camisa o las botas. En realidad se había puesto los pantalones y tenía claro por qué. Por si acaso era alguien que se había despistado y no venía con intenciones hostiles. Por ejemplo.
Bajó sigilosamente las escaleras. Era un depredador. Uno que habitualmente se comportaba como un cachorro ruidoso, sí. Pero sabía ser silencioso si era necesario. Y en esa ocasión lo era. Así que caminó sin hacer ruido, hasta reunirse con Uryan. El lobo rojo ya sabría que estaba allí por su olor, pero de todos modos, le indicó su presencia poniendo suavemente una mano en el centro de su espalda. Sólo un toque antes de retirarla. Un mudo "estoy aquí".
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
La rubia entró por la puerta de la cocina y como un gesto automático, alcanzó el taburete, se asomó a la parte de arriba de la alacena y compró que estaba el tarro de galletas. Aquel tarro había sido su gran tesoro durante años, era necesario para su mente rota comprobar que había cosas que no cambiaban, que permanecían inmutables, como pilares a los que aferrarse. Bajó del taburete y se encaminó hacia el hall.
Escuchó los siseos de Annie, una de los múltiples fantasmas que recorrían los pasillos del orfanato y murmuró un "buenas noches". Nunca le asustaron esos entes, podía escucharlos desde pequeña y no le parecían hostiles. Debía encontrar a Uryan y Esthia, que seguramente estuvieran arriba si es que no habían salido por la ciudad, que era la otra posibilidad. Pero pronto escuchó sus corazones y no pudo evitar un sonrisa. Estaban allí... como el tarro.
Avanzó por el pasillo entonando una melodía que solían usar para jugar en el patio.
— Cinco ratoncitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta... Cuatro gatitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta...Tres ositos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta....Dos lobitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta...
Llegó hasta donde estaban los lobos y sin mediar palabra se abrazó a Uryan, que se había enfadado la última noche que lo vio.
Escuchó los siseos de Annie, una de los múltiples fantasmas que recorrían los pasillos del orfanato y murmuró un "buenas noches". Nunca le asustaron esos entes, podía escucharlos desde pequeña y no le parecían hostiles. Debía encontrar a Uryan y Esthia, que seguramente estuvieran arriba si es que no habían salido por la ciudad, que era la otra posibilidad. Pero pronto escuchó sus corazones y no pudo evitar un sonrisa. Estaban allí... como el tarro.
Avanzó por el pasillo entonando una melodía que solían usar para jugar en el patio.
— Cinco ratoncitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta... Cuatro gatitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta...Tres ositos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta....Dos lobitos salen de la cueva, mueven el hocico, juegan y dan vuelta...
Llegó hasta donde estaban los lobos y sin mediar palabra se abrazó a Uryan, que se había enfadado la última noche que lo vio.
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
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Re: Back to Black.
Uryan estaba tenso, esperando a quien sea que tuviera que aparecer. El toque de Esthia le puso aun más tenso todavía, debería estar durmiendo y dejándole esto a él, pero no hizo ningún sonido. No era precisamente de los silenciosos, pero si se estaba quieto hasta podía dejar de respirar como un toro si se lo proponía. Escuchó los movimientos en la cocina y Slang empezó a agitarse dando pasos clavados en el sitio como si el suelo bajo sus patas estuviera ardiendo, como si quisiera lanzarse a correr hacia el ruido pero algo se lo impidiera. ¿Qué le hacía tardar tanto? Bufó y a punto estuvo de ir a por ella, dudaba mucho de que otra persona supiera dónde estaba ese estúpido tarro de galletas, pero entonces escuchó cómo cantaba.
Se quedó atento a la letra y mientras ella contaba animales él se fue relajando, completamente absorto en la canción. Como la primera vez que la encontró, estaba entonando una desafortunada melodía y entonces apareció él, pero le traía las mismas sensaciones, era algo así como...Ternura, pero no lo iba a admitir en la puñetera vida. Era Slang el que se deshacía cada vez que ella llegaba, no él.
Vio cómo la chica rubia aparecía por el umbral y a medida que el lobo se ponía cada vez más ansioso él se fue relajando, una oleada de alivio le sacudió de pies a cabeza al ver cómo caminaba hacia ellos. Entera. Sana. Aquello fue suficiente para relajar los músculos del cuello, aun así pensaba echarle una buena bronca. ¿Dónde demonios había estado todos esos días? ¿Cómo se atrevía a largarse así sin más sin decir ni una palabra? ¿Y si le había ocurrido algo sin que se enterasen? Pero todos los planes de gruñidos y de cabreo se esfumaron en cuanto la pequeña cosa se le abrazó.
Se quedó estático en el sitio, tenso, incómodo, pero..Ella estaba a salvo, había estado intentando seguir su rastro, descubrir dónde estaba pero no era el mejor para esas tareas y la frustración era grande cuando volvía al orfanato sin más información que cuando se fue. Cerró los ojos y bufó, inclinándose para rodearla con sus fuertes brazos. Estaba allí, había vuelto y Slang estaba pletórico con su presencia, él..Él algo diferente. Sabía que el cuerpo de la rubia no era tan frágil como parecía, que estaba hecha para poder destruir tan bien como él, por esa razón apretó más a la niña contra su pecho queriendo dejarla allí impresa. Inclinó la cabeza y aspiró su aroma, estremeciéndose. Dónde se había metido la chiquilla. Qué habría hecho si no la viera de nuevo.-No vuelvas a desaparecer así..-Gruñó, sin ninguna intención de separarla de sus brazos, por el momento.
Se quedó atento a la letra y mientras ella contaba animales él se fue relajando, completamente absorto en la canción. Como la primera vez que la encontró, estaba entonando una desafortunada melodía y entonces apareció él, pero le traía las mismas sensaciones, era algo así como...Ternura, pero no lo iba a admitir en la puñetera vida. Era Slang el que se deshacía cada vez que ella llegaba, no él.
Vio cómo la chica rubia aparecía por el umbral y a medida que el lobo se ponía cada vez más ansioso él se fue relajando, una oleada de alivio le sacudió de pies a cabeza al ver cómo caminaba hacia ellos. Entera. Sana. Aquello fue suficiente para relajar los músculos del cuello, aun así pensaba echarle una buena bronca. ¿Dónde demonios había estado todos esos días? ¿Cómo se atrevía a largarse así sin más sin decir ni una palabra? ¿Y si le había ocurrido algo sin que se enterasen? Pero todos los planes de gruñidos y de cabreo se esfumaron en cuanto la pequeña cosa se le abrazó.
Se quedó estático en el sitio, tenso, incómodo, pero..Ella estaba a salvo, había estado intentando seguir su rastro, descubrir dónde estaba pero no era el mejor para esas tareas y la frustración era grande cuando volvía al orfanato sin más información que cuando se fue. Cerró los ojos y bufó, inclinándose para rodearla con sus fuertes brazos. Estaba allí, había vuelto y Slang estaba pletórico con su presencia, él..Él algo diferente. Sabía que el cuerpo de la rubia no era tan frágil como parecía, que estaba hecha para poder destruir tan bien como él, por esa razón apretó más a la niña contra su pecho queriendo dejarla allí impresa. Inclinó la cabeza y aspiró su aroma, estremeciéndose. Dónde se había metido la chiquilla. Qué habría hecho si no la viera de nuevo.-No vuelvas a desaparecer así..-Gruñó, sin ninguna intención de separarla de sus brazos, por el momento.
Uryan Lockwood- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
Esthia siguió a Uryan hacia la cocina. Sonrió desde el momento en que escucharon la alegre melodía. La reconoció al momento. Era la misma voz que había oído en la fuente, fingiendo ser una sirena.
-¡¡Hola, Princesita!! -saludó con alegría, desde dos o tres pasos de distancia, porque no quería interrumpir el abrazo de Hania y Uryan.
Sabía que el lobo rojo había estado preocupado por ella, aunque no lo dijera. Ya la abrazaría él luego, porque Uryan podía decir lo que quisiera y enfurruñarse y gruñir, pero él iba a hacer lo que le diera la gana e iba a comerse a besos a esa preciosa chiquilla.
-¿Me has echado de menos?
-¡¡Hola, Princesita!! -saludó con alegría, desde dos o tres pasos de distancia, porque no quería interrumpir el abrazo de Hania y Uryan.
Sabía que el lobo rojo había estado preocupado por ella, aunque no lo dijera. Ya la abrazaría él luego, porque Uryan podía decir lo que quisiera y enfurruñarse y gruñir, pero él iba a hacer lo que le diera la gana e iba a comerse a besos a esa preciosa chiquilla.
-¿Me has echado de menos?
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
Mentiría si digiera que mi vida no se había sumido en un caos desde que dos mujeres habían irrumpido en ella.
Hania, esa joven con eterna mente de niña que había encontrado en las alcantarillas hace unos meses y a la que alimenté, ofrecí un hogar, una vida con la que cualquier inmortal soñaría y que se apagaba ante mis ojos logrando que mi desesperación aumentaba cada día.
Era consciente de que solo yo era el responsable de su desazón, ella me llamaba su sol, nunca pudo elegir mejor nombre para mi, pues como este, aniquilaba su existencia.
Tortura que le dedicaba incapaz de confiar de nuevo en ella, todo el servicio que le había puesto había sido burlado, ahora por orden y mandato de su captor, yo, había quedado recluida a la habitación del hotel.
Apenas me dirigía la palabra, no la culpaba, después del oscuro suceso de noches atrás entendía que ni siquiera me mirara.
No me arrepentía, o quizás si de algun modo, pero yo era monstruo y era difícil separar al hombre de la bestia.
Los celos me corroían, no era capaz de entender porque tenia que ir en busca de otras diversiones cuando yo le ponía en bandeja todas las necesarias para ser feliz.
Me desafiaba no confesando una verdad que yo exigía y lo peor es que ese pulso me lo había ganado, odiaba perder y al parecer con ella la partida de ajedrez siempre acababa en jaque al rey.
Aquella noche como escusa dije que acudiría a hacer unas gestiones que ocuparían prácticamente toda mi noche.
Le advertí como un buen “sire” que no abandonara la estancia, el consejo nos tenia vigilados, crédulos eran si no se daban cuenta de que de sobra cocina sus movimientos y como los soldados hacían guardia frente al hotel día y noche esperando la oportunidad de quebrantarnos por algún lado.
Aquella noche destripé a esos dos hombres, ese era mi mensaje, alto y claro para que llegara a las altas esferas, yo era un Black y a mi nadie podía osar tocarme y si lo intentaban su destino era ese, convertirse en motas de polvo que como única molestia seria el caer sobre mis pulidos zapatos de piel brillate.
Raudos mis movimientos que me llevaron a una cercana azotea, mi instinto no fallo y la joven Hania volviendo a saltarse como de costumbre mis normas, me desafió de nuevo luciendo su pelo suelto y aquella camisa de bellas flores que iluminaban por primera vez en una semana su rostro.
Mentiría si dijera que la rabia no se apoderó de mi, mentiría si dijera que quería bajar, tomarla de la muñeca y devolverla a su prisión convirtiéndome en verdugo y azotando su trasero hasta que no pudiera sentarlo en ningún sitio, mas me contuve y me limité a seguirla como un depredador al acecho de una presa.
El orfanato de Saint Clemence fue el lugar elegido por la dama, no tardé en descifrar el porque, en su interior el aura de dos lobos, licantropos, uno con mayor envergadura que otro, ambos machos.
Enarqué una ceja sin entender, mi cabreo iba e aumento, aquella niña tenia la desfachatez de enredarse con nuestros enemigos naturales. Era peor de lo que imaginaba pues he de confesar que en mi intento de auto-calmarme había imaginado miles de ideas absurdas en la cabeza. Desde pobres niños huérfanos a los que con su bondad extrema alimentaba, hasta algún joven humano de su edad del que había quedado prendada.
Mi razonamiento jamas me hubiera llevado a la guarida de dos esclavos de la luna, mas como no, mi joven aprendiz nunca dejada de sorprenderme y en esta ocasión para mal.
Tentado de salir, de destriparlos y hacerme unas bonitas pieles para colocar frente a mi majestosa chimenea, decidí ya que había llegado hasta allí, esperar.
A fin de cuentas podía permitirme el lujo de dejarles respirar el mismo aire que yo durante unos minutos mas, quería verla interactuar con ellos, quería pruebas irrefutables de los abusos que esos dementes cometían con mi pequeña Chiquilla que por su inocencia seguro sucumbía a las ideas depravadas de esos dementes.
Les arrancaría las culebras, pues dudaba mucho que llegaran a serpientes y las insertaría en una lanza que decoraría mi jardín en Rumanía. Dudaba que nadie mas se atreviera a mostrar a Hania nada que no debiera ser visto por su inocente mirada.
Hania se adentró en la mansión y mi mirada la siguió colocándome en una estratégica posición para que esos chuchos no pudieran ni olerme, ni percibirme.
La niña cantaba una de sus locas canciones, mas nada mas entrar en la cámara donde la aguardaban esos dos, se abrazó al mas corpulento de ellos que pareció relajarse al tenerla de nuevo.
Mostré mis dientes desafiante cuando ese usurpador le pidió que no volviera a irse, sus dedos la tocaban y yo se los arrancaría uno a uno, lo haría sufrir, lo haría aullar y las torturas jamas descritas serian poco para lo que sentiría cuando le arrancara la piel a tiras. No encontraría consuelo ni en este mundo ni en los venideros, maldita su raza, su existencia y el linaje que posea pues a todos les daré caza, muerte y sepultura. Ante los dioses juraba aquella promesa pues la bestia emergía de lo mas hondo de mi ser apoderándose de mi razón y colocando un tono burdeos en mis ojos que ahora parecían vacíos y carentes de toda emoción.
Un saltó basto para adentrarme en la fiesta, no tenia invitación ,mas un tirón de la cintura de lo que era mio bastó para que lobo y vampiro quedáramos de frente dispuestos a un duelo a muerte, su muerte y como no, la del amigo que junto a él me mostraba los colmillos con la absurda esperanza de tener algo que hacer.
Hania, esa joven con eterna mente de niña que había encontrado en las alcantarillas hace unos meses y a la que alimenté, ofrecí un hogar, una vida con la que cualquier inmortal soñaría y que se apagaba ante mis ojos logrando que mi desesperación aumentaba cada día.
Era consciente de que solo yo era el responsable de su desazón, ella me llamaba su sol, nunca pudo elegir mejor nombre para mi, pues como este, aniquilaba su existencia.
Tortura que le dedicaba incapaz de confiar de nuevo en ella, todo el servicio que le había puesto había sido burlado, ahora por orden y mandato de su captor, yo, había quedado recluida a la habitación del hotel.
Apenas me dirigía la palabra, no la culpaba, después del oscuro suceso de noches atrás entendía que ni siquiera me mirara.
No me arrepentía, o quizás si de algun modo, pero yo era monstruo y era difícil separar al hombre de la bestia.
Los celos me corroían, no era capaz de entender porque tenia que ir en busca de otras diversiones cuando yo le ponía en bandeja todas las necesarias para ser feliz.
Me desafiaba no confesando una verdad que yo exigía y lo peor es que ese pulso me lo había ganado, odiaba perder y al parecer con ella la partida de ajedrez siempre acababa en jaque al rey.
Aquella noche como escusa dije que acudiría a hacer unas gestiones que ocuparían prácticamente toda mi noche.
Le advertí como un buen “sire” que no abandonara la estancia, el consejo nos tenia vigilados, crédulos eran si no se daban cuenta de que de sobra cocina sus movimientos y como los soldados hacían guardia frente al hotel día y noche esperando la oportunidad de quebrantarnos por algún lado.
Aquella noche destripé a esos dos hombres, ese era mi mensaje, alto y claro para que llegara a las altas esferas, yo era un Black y a mi nadie podía osar tocarme y si lo intentaban su destino era ese, convertirse en motas de polvo que como única molestia seria el caer sobre mis pulidos zapatos de piel brillate.
Raudos mis movimientos que me llevaron a una cercana azotea, mi instinto no fallo y la joven Hania volviendo a saltarse como de costumbre mis normas, me desafió de nuevo luciendo su pelo suelto y aquella camisa de bellas flores que iluminaban por primera vez en una semana su rostro.
Mentiría si dijera que la rabia no se apoderó de mi, mentiría si dijera que quería bajar, tomarla de la muñeca y devolverla a su prisión convirtiéndome en verdugo y azotando su trasero hasta que no pudiera sentarlo en ningún sitio, mas me contuve y me limité a seguirla como un depredador al acecho de una presa.
El orfanato de Saint Clemence fue el lugar elegido por la dama, no tardé en descifrar el porque, en su interior el aura de dos lobos, licantropos, uno con mayor envergadura que otro, ambos machos.
Enarqué una ceja sin entender, mi cabreo iba e aumento, aquella niña tenia la desfachatez de enredarse con nuestros enemigos naturales. Era peor de lo que imaginaba pues he de confesar que en mi intento de auto-calmarme había imaginado miles de ideas absurdas en la cabeza. Desde pobres niños huérfanos a los que con su bondad extrema alimentaba, hasta algún joven humano de su edad del que había quedado prendada.
Mi razonamiento jamas me hubiera llevado a la guarida de dos esclavos de la luna, mas como no, mi joven aprendiz nunca dejada de sorprenderme y en esta ocasión para mal.
Tentado de salir, de destriparlos y hacerme unas bonitas pieles para colocar frente a mi majestosa chimenea, decidí ya que había llegado hasta allí, esperar.
A fin de cuentas podía permitirme el lujo de dejarles respirar el mismo aire que yo durante unos minutos mas, quería verla interactuar con ellos, quería pruebas irrefutables de los abusos que esos dementes cometían con mi pequeña Chiquilla que por su inocencia seguro sucumbía a las ideas depravadas de esos dementes.
Les arrancaría las culebras, pues dudaba mucho que llegaran a serpientes y las insertaría en una lanza que decoraría mi jardín en Rumanía. Dudaba que nadie mas se atreviera a mostrar a Hania nada que no debiera ser visto por su inocente mirada.
Hania se adentró en la mansión y mi mirada la siguió colocándome en una estratégica posición para que esos chuchos no pudieran ni olerme, ni percibirme.
La niña cantaba una de sus locas canciones, mas nada mas entrar en la cámara donde la aguardaban esos dos, se abrazó al mas corpulento de ellos que pareció relajarse al tenerla de nuevo.
Mostré mis dientes desafiante cuando ese usurpador le pidió que no volviera a irse, sus dedos la tocaban y yo se los arrancaría uno a uno, lo haría sufrir, lo haría aullar y las torturas jamas descritas serian poco para lo que sentiría cuando le arrancara la piel a tiras. No encontraría consuelo ni en este mundo ni en los venideros, maldita su raza, su existencia y el linaje que posea pues a todos les daré caza, muerte y sepultura. Ante los dioses juraba aquella promesa pues la bestia emergía de lo mas hondo de mi ser apoderándose de mi razón y colocando un tono burdeos en mis ojos que ahora parecían vacíos y carentes de toda emoción.
Un saltó basto para adentrarme en la fiesta, no tenia invitación ,mas un tirón de la cintura de lo que era mio bastó para que lobo y vampiro quedáramos de frente dispuestos a un duelo a muerte, su muerte y como no, la del amigo que junto a él me mostraba los colmillos con la absurda esperanza de tener algo que hacer.
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
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Re: Back to Black.
Estaba feliz por haberlos encontrado en su casa, porque el orfanato para ella era lo más parecido a un hogar, y ellos ahora lo guardaban y le daban vida. Iba a contestarle a Esthia y a darle también su merecido abrazo cuando notó el torón seco y salió volando, impactando contra una pared que crujió e hizo que se desprendieran trozos de escayola que se desparramaron a su alrededor.
El impacto hizo que perdiera la respiración, pero fue más una sensación que otra cosa, porque en realidad no necesitaba el aire. De inmediato reconoció la silueta de Assur frente a ella, dándole la espalda y encarando a Uryan. Le costó levantarse, tambaleante y llena de polvo blanco que la cubría como si fuera un mueble viejo.
— ¡no! Assur, por favor...!!
Podía sentir la mente del vampiro obcecada, rendida a la bestia salvaje que emergía del pozo oscuro en el que Caín enterró a su hijo. ¿Por qué no era capaz de creerla? le había dicho que no le habían hecho nada y era verdad!! la protegían y cuidaban como si fuera un cachorro, para ellos era como Esthia la llamaba, la princesa. Y para Assur era una debilidad, un problema. ¿No podía entender al menos eso? Assur no estaba por la labor de entender nada, estaba desquiciado por la bestia, fuera de si, lejos de la calma fría que solía ostentar.
Pero el verdadero miedo fue cuando sintió a Slang ponerse en guardia. El lobo que tenía Uryan dentro empezaba a despertar y eso no eran buenas noticias.
El impacto hizo que perdiera la respiración, pero fue más una sensación que otra cosa, porque en realidad no necesitaba el aire. De inmediato reconoció la silueta de Assur frente a ella, dándole la espalda y encarando a Uryan. Le costó levantarse, tambaleante y llena de polvo blanco que la cubría como si fuera un mueble viejo.
— ¡no! Assur, por favor...!!
Podía sentir la mente del vampiro obcecada, rendida a la bestia salvaje que emergía del pozo oscuro en el que Caín enterró a su hijo. ¿Por qué no era capaz de creerla? le había dicho que no le habían hecho nada y era verdad!! la protegían y cuidaban como si fuera un cachorro, para ellos era como Esthia la llamaba, la princesa. Y para Assur era una debilidad, un problema. ¿No podía entender al menos eso? Assur no estaba por la labor de entender nada, estaba desquiciado por la bestia, fuera de si, lejos de la calma fría que solía ostentar.
Pero el verdadero miedo fue cuando sintió a Slang ponerse en guardia. El lobo que tenía Uryan dentro empezaba a despertar y eso no eran buenas noticias.
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
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Re: Back to Black.
Podría haberse controlado, podría haber dejado a Slang mordiéndole la nuca y enseñando los dientes cuando alguien irrumpió en el orfanato. En Su guarida. Un lugar sagrado que había rodeado de cosas útiles, de su olor, del que había hecho un cómodo sitio donde descansar con toda la seguridad de que ningún tarado entrase a armar jaleo. Slang había percibido el movimiento del cainita antes de que les alcanzara y Uryan había levantado la cabeza y prestado atención, de hecho le hubiera encarado como “personas civilizadas” y le hubiera echado amablemente a patadas de su maldita casa reteniendo los instintos de destrucción bajo llave. Habría quedado todo en un cabreo monumental, el cuerpo del licántropo era pura tensión y Slang miraba al intruso completamente agazapado y con los ollares dilatados. El lobo rojo quería atacar, alejar el problema, comérselo, despedazarlo, instaba a Uryan a separarle la cabeza del cuerpo y colocarlo como trofeo sobre la chimenea de la biblioteca. Hubiera sido un encuentro incómodo, muy de energías enfrentadas, de depredadores midiéndose el uno al otro pero..No fue así.
Uryan solo tuvo ojos para encontrar a Hania contra la pared a la que había sido súbitamente lanzada, el ruido de la susodicha al resquebrajarse representó a la perfección el mismo instante en el que Slang desgarró la velada prisión de la carne en la que estaba. Atravesó cuerpo del holandés transformándolo en cuestión de segundos y el humano corpulento que Assur había tenido delante dio paso a la masa sobrecargada de músculos y pelaje rojo intenso cuya rabia podía masticarse. Los ojos habían cambiado, Uryan ya no era Uryan, habían cambiado las prisiones y Slang tenía los ojos rojos y unas exageradas fauces abiertas que lanzó en un destello contra la misma cara del vampiro en un intento de comérsela entera si tenía la oportunidad. La bestia se lanzó contra el cainita como un animal de carga, completamente fuera de si.
A la rubia no le tocaba nadie. Nadie.
Uryan solo tuvo ojos para encontrar a Hania contra la pared a la que había sido súbitamente lanzada, el ruido de la susodicha al resquebrajarse representó a la perfección el mismo instante en el que Slang desgarró la velada prisión de la carne en la que estaba. Atravesó cuerpo del holandés transformándolo en cuestión de segundos y el humano corpulento que Assur había tenido delante dio paso a la masa sobrecargada de músculos y pelaje rojo intenso cuya rabia podía masticarse. Los ojos habían cambiado, Uryan ya no era Uryan, habían cambiado las prisiones y Slang tenía los ojos rojos y unas exageradas fauces abiertas que lanzó en un destello contra la misma cara del vampiro en un intento de comérsela entera si tenía la oportunidad. La bestia se lanzó contra el cainita como un animal de carga, completamente fuera de si.
A la rubia no le tocaba nadie. Nadie.
Uryan Lockwood- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
-¡¡Eh!! ¡Esas no son formas de tratar a una dama!-exclamó cuando Assur apartó a Hania. Frunció el ceño y se acercó a comprobar que estuviera bien. Uryan y el vampiro estaban demasiado ocupados jugando el uno con el otro-. ¿Estás bien, princesita?
Le ofreció la mano y la levantó, sacudiéndole el vestido por delante y por detrás-. Así, mucho mejor.
Sin separarse de la rubia, volvió su atención a los otros dos hombres, que empezaban una pelea. Sabía que Uryan era fuerte y más ahora que Slang tomaba el control. Pero Assur parecía un enemigo temible y dudaba que pelease limpiamente. Así que él no dudaría en intervenir si era necesario. Porque el vampiro había irrumpido en el territorio de Uryan y éste tenía todo el derecho del mundo a defenderlo.
Por el momento, permaneció al margen, aunque sí que dejó atrás su forma humana, mostrando por primera vez ante cualquiera de los presentes, su cuerpo blanco como la nieve, impoluto, sin un solo matiz que quebrara esa monocromática armonía, en la que destacaban sus ojos azules, tan intensos como el océano.
Sonrió para sí mismo, recordando las historias que había escuchado en la lejana Lesbos acerca de los suyos. Se decía en su tierra -en mitos que los que no se relacionaban con lobos no conocían-, que los lobos que eran completamente blancos tenían suerte. Que por sus venas corría la sangre de la mismisima Dama de Plata. Que la Luna les protegía y velaba por ellos y los que tenían alrededor. Se decía que eran invencibles. O inmortales. Que la plata no podía matarles. Que el influjo de la luna no les afectaba. Que hombre y lobo eran uno y, por tanto, no había lucha interna entre ellos. Que su estirpe se transmitía por la sangre. Que eran los guardianes de su raza, los elegidos. Algunos incluso decían que no eran reales y que sólo era algo que contaban las viejas para hacer que los niños raritos se sintieran especiales y no se quebraran ante las burlas de otros niños.
Se decían tantas cosas que era difícil saber cuáles eran ciertas y cuales simple folclore.
Lo que estaba claro era que él tenía suerte, siempre la había tenido. Y cuando cambió por primera vez y vio que su cuerpo era total y absolutamente blanco, creyó las historias.
-Tú quédate conmigo, princesita. No dejaré que ninguno de esos dos brutos te haga daño mientras juegan.
Le ofreció la mano y la levantó, sacudiéndole el vestido por delante y por detrás-. Así, mucho mejor.
Sin separarse de la rubia, volvió su atención a los otros dos hombres, que empezaban una pelea. Sabía que Uryan era fuerte y más ahora que Slang tomaba el control. Pero Assur parecía un enemigo temible y dudaba que pelease limpiamente. Así que él no dudaría en intervenir si era necesario. Porque el vampiro había irrumpido en el territorio de Uryan y éste tenía todo el derecho del mundo a defenderlo.
Por el momento, permaneció al margen, aunque sí que dejó atrás su forma humana, mostrando por primera vez ante cualquiera de los presentes, su cuerpo blanco como la nieve, impoluto, sin un solo matiz que quebrara esa monocromática armonía, en la que destacaban sus ojos azules, tan intensos como el océano.
Sonrió para sí mismo, recordando las historias que había escuchado en la lejana Lesbos acerca de los suyos. Se decía en su tierra -en mitos que los que no se relacionaban con lobos no conocían-, que los lobos que eran completamente blancos tenían suerte. Que por sus venas corría la sangre de la mismisima Dama de Plata. Que la Luna les protegía y velaba por ellos y los que tenían alrededor. Se decía que eran invencibles. O inmortales. Que la plata no podía matarles. Que el influjo de la luna no les afectaba. Que hombre y lobo eran uno y, por tanto, no había lucha interna entre ellos. Que su estirpe se transmitía por la sangre. Que eran los guardianes de su raza, los elegidos. Algunos incluso decían que no eran reales y que sólo era algo que contaban las viejas para hacer que los niños raritos se sintieran especiales y no se quebraran ante las burlas de otros niños.
Se decían tantas cosas que era difícil saber cuáles eran ciertas y cuales simple folclore.
Lo que estaba claro era que él tenía suerte, siempre la había tenido. Y cuando cambió por primera vez y vio que su cuerpo era total y absolutamente blanco, creyó las historias.
-Tú quédate conmigo, princesita. No dejaré que ninguno de esos dos brutos te haga daño mientras juegan.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
Frente a mis ojos esa moles humana plagada de musculo dio el gran salto trasformándose en un imponente lobo rojo. De gran envergadura, pelaje tupido, ojos desafiantes y ambarinos calibraba sus posibilidades como el depredador que era. Con fieros gestos me mostró sus afilados colmillos tratando de demostrar que de todos los allí presentes él y no yo, era el alfa.
Ladeé la sonrisa frente a su muestra de poder, podía asumir que notaba el poder en su aura, mas yo había vivido 6000 años, para mi, esto era como aplastar hormigas con un dedo y aun me sobraban 9 para tomarme un vaso bourbon.
Aun así mi cuerpo estaba ligeramente gacho, la bestia era la dueña de mis irracionables pensamientos,
Pasé la lengua por mis afilados colmillos mirándolo desafiante.
No tardó en responder a mi invitación, sus musculo se contrajeron y tras tomar impulso con sus fuertes patas en el suelo, se extendieron para abalanzarse contra mi con las fauces preparadas para morder carne, sajar musculo y desquebrajar el hueso.
Cerré el puño, ni siquiera busqué esquivarlo. Mi gesto se tensó, mi boca se entreabrió dejando escapar un rugido y tal y como su cuerpo llego, mi mano impacto en la mejilla lobuna desviando así su trayectoria y haciéndole impactar contra la pared lateral.
Mis ojos volvieron a buscarlo, no se juega con un inmortal tan vejo, eso era algo que tenia que aprender ese chucho.
A mis espaldas oía los gruñidos del lobo blanco, se que había llamado princesa a mi chiquilla, si algo me quedaba en parte claro es que ambos estaban dispuestos a dar por ella la vida ¿pero por que?
El lobo rojo se recompuso, sacudió la cabeza dejando caer el polvo blanco de la escayola de la pared donde había quedado ligeramente hundido y de nuevo corrió hacia mi posición dispuesto a intentarlo de nuevo ,debía admitir que tenia cojones, pues cualquier otro tras el primer golpe hubiera hundido el rabo entre las piernas y hubiera salido de allí corriendo entre quejidos moribundos.
Hundí´mis pies en el suelo y como él, yo también corrí para embestirlo. Choque de titanes en el aire, ruido atronador por la tormenta desatada entre dos bestias inhumanas, ambos dispuestos a desquebrajarnos, acabar con la vida del otro, muerte, solo veía muerte. Aulló al sentir mis colmillos hundieres en su cuello, sangre que sentí en mi boca mas no paladeé. Tupido el pelo me impedía un mejor agarré mas de un tirón desquebraje parte de su piel, escupiendo al suelo la carnaza para ahora si volver a hincarme en él. Sus zarpas en mi pecho, sajaron mi piel con desprecio, defendiéndose, tratando de alejarme. Ambos caímos rodando por el suelo enredados en una batalla a muerte.
Ladeé la sonrisa frente a su muestra de poder, podía asumir que notaba el poder en su aura, mas yo había vivido 6000 años, para mi, esto era como aplastar hormigas con un dedo y aun me sobraban 9 para tomarme un vaso bourbon.
Aun así mi cuerpo estaba ligeramente gacho, la bestia era la dueña de mis irracionables pensamientos,
Pasé la lengua por mis afilados colmillos mirándolo desafiante.
No tardó en responder a mi invitación, sus musculo se contrajeron y tras tomar impulso con sus fuertes patas en el suelo, se extendieron para abalanzarse contra mi con las fauces preparadas para morder carne, sajar musculo y desquebrajar el hueso.
Cerré el puño, ni siquiera busqué esquivarlo. Mi gesto se tensó, mi boca se entreabrió dejando escapar un rugido y tal y como su cuerpo llego, mi mano impacto en la mejilla lobuna desviando así su trayectoria y haciéndole impactar contra la pared lateral.
Mis ojos volvieron a buscarlo, no se juega con un inmortal tan vejo, eso era algo que tenia que aprender ese chucho.
A mis espaldas oía los gruñidos del lobo blanco, se que había llamado princesa a mi chiquilla, si algo me quedaba en parte claro es que ambos estaban dispuestos a dar por ella la vida ¿pero por que?
El lobo rojo se recompuso, sacudió la cabeza dejando caer el polvo blanco de la escayola de la pared donde había quedado ligeramente hundido y de nuevo corrió hacia mi posición dispuesto a intentarlo de nuevo ,debía admitir que tenia cojones, pues cualquier otro tras el primer golpe hubiera hundido el rabo entre las piernas y hubiera salido de allí corriendo entre quejidos moribundos.
Hundí´mis pies en el suelo y como él, yo también corrí para embestirlo. Choque de titanes en el aire, ruido atronador por la tormenta desatada entre dos bestias inhumanas, ambos dispuestos a desquebrajarnos, acabar con la vida del otro, muerte, solo veía muerte. Aulló al sentir mis colmillos hundieres en su cuello, sangre que sentí en mi boca mas no paladeé. Tupido el pelo me impedía un mejor agarré mas de un tirón desquebraje parte de su piel, escupiendo al suelo la carnaza para ahora si volver a hincarme en él. Sus zarpas en mi pecho, sajaron mi piel con desprecio, defendiéndose, tratando de alejarme. Ambos caímos rodando por el suelo enredados en una batalla a muerte.
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
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Re: Back to Black.
La rubia se encogió al lado de Esthia, pero en menos de dos segundos se desencadenó el infierno en aquela hall. Lobo y vampiro peleaban ferozmente, igualados en fuerza y rapidez, y aunque estaba segura de que Assur tenía más posibilidades de ganar, no era inmune a las garras del licántropo, que cada vez que desgarraban su piel, la emponzoñaban, las heridas infligidas por ellos eran agravadas, no curaban ni regeneraban como cuando eran a causa de armas humanas. Tenían el mismo efecto en los vampiros, que la plata en los licántropos.
El terror la invadió, ninguno de los dos saldría indemne de aquello, y en el peor de los casos, alguno moriría, y no quería ninguna de esas cosas. Se separó bruscamente del lobo y se dirigió hacia la puerta principal y gritó.
— ¡¡¡basta!!! parad!!!! detenéos!!!!
La desesperación empezaba a aparecer, abriéndose paso en su mente convulsa, notó el calor apoderarse de su sangre y emerger desde dentro hacia fuera, desde abajo hacia arriba, y trató de mantenerla a raya. ¡No, no, no! el caldero de sangre no!! si se activaba...quién sabe a quién podría dañar, quizás mataría a Esthia o a Ury..incluso a Assur!!! había matado a Ramsés sin apenas pestañear...quién sabe qué podía suceder si se activaba ese poder.
El terror la invadió, ninguno de los dos saldría indemne de aquello, y en el peor de los casos, alguno moriría, y no quería ninguna de esas cosas. Se separó bruscamente del lobo y se dirigió hacia la puerta principal y gritó.
— ¡¡¡basta!!! parad!!!! detenéos!!!!
La desesperación empezaba a aparecer, abriéndose paso en su mente convulsa, notó el calor apoderarse de su sangre y emerger desde dentro hacia fuera, desde abajo hacia arriba, y trató de mantenerla a raya. ¡No, no, no! el caldero de sangre no!! si se activaba...quién sabe a quién podría dañar, quizás mataría a Esthia o a Ury..incluso a Assur!!! había matado a Ramsés sin apenas pestañear...quién sabe qué podía suceder si se activaba ese poder.
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
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Re: Back to Black.
Si Uryan estaba pensando en algo en esa situación no era precisamente a quién le medía más. No era cuestión de enseñar quién mandaba en aquella zona, el asunto venía de alguien irrumpiendo en el territorio de otro alguien y atacando en frente de sus narices a lo que Slang veía como un ser indefenso, no había poder ni labia que pudiera convencer al lobo de retener su rabia, porque no circulaba sangre por sus venas era pura y espesa locura, en su cabeza solo cabía el destruir la amenaza y una vez desatado Uryan se volvía absolutamente incontrolable, intrépido y caótico.
Los vampiros de seis mil años eran como un muro de granito. El golpe del hijo de Caín le lanzó sin apenas esfuerzo, como si su cuerpo no pesara una vida y le estampó contra una pared, una de sus garras se acopló en aquel muro, destrozando la arquitectura sin apenas esfuerzo, el lobo levantó la cabeza con las pupilas dilatadas y los ojos ensangrentados. Apenas dio la sensación de haber sentido algo, si había algo que los vampiros como él no estaban acostumbrados era a encontrar con alguien con la resistencia basta e insana que tenía Uryan, su cabeza se bloqueaba, su cuerpo se convertía en un contenedor que supuraba odio y furia a merced de su cabeza vengativa. Slang se lanzó contra el vampiro sin pensar, porque si una ventaja tenía sobre aquel poderoso ser era la nula necesidad de existir que Uryan tenía. No había nada por lo que morir y nada por lo que vivir, no tenía miedo a la muerte y no tenía nada que perder. Con sus 6000 años Assur sí y aquello le volvía vulnerable, hasta cierto punto, su subconsciente le obligaba a preservar su vida, a contenerse a evitar la muerte, mientras que la cabeza de Uryan solo pensaba en destruir, con todas sus consecuencias. Una vez con el objetivo, Slang no se detenía hasta destruirlo, cometiendo los actos más temerarios e irresponsables que se pudieran imaginar, como lanzarse sin cabeza de vuelta al vampiro que le había tumbado con apenas un puñetazo, le daba igual. Había decidido que acabaría matándole, aunque eso podría suponerle la muerte, hasta ese punto le importaba una mierda su existencia.
Sus garras truncaron carne y rodaron sin orden ni concierto. Estar pegado a una bestia de esa magnitud y tamaño era una decisión muy mala, a corta distancia Uryan era, sencillamente, un destructor que no veía lo que rasgaba ni lo que mordía que no sentía ningún tipo de dolor, su mente en el limbo entre la locura y la pasión por destruir, embriagado por el olor de la sangre de ambos.
Slang escuchaba de lejos a Hania gritando, en un segundo plano tan alejado de él que no le hizo ningún caso, de hecho, si algo consiguió la pequeña rubia fue avivar esas ganas de hacer pedazos y enterrar bajo una pira al malnacido que le había tocado, recordándole por qué estaba así, por qué estaba perdiendo litros de sangre y tal vez, también la vida: No. Se. Toca. A. La. Rubia.
Los vampiros de seis mil años eran como un muro de granito. El golpe del hijo de Caín le lanzó sin apenas esfuerzo, como si su cuerpo no pesara una vida y le estampó contra una pared, una de sus garras se acopló en aquel muro, destrozando la arquitectura sin apenas esfuerzo, el lobo levantó la cabeza con las pupilas dilatadas y los ojos ensangrentados. Apenas dio la sensación de haber sentido algo, si había algo que los vampiros como él no estaban acostumbrados era a encontrar con alguien con la resistencia basta e insana que tenía Uryan, su cabeza se bloqueaba, su cuerpo se convertía en un contenedor que supuraba odio y furia a merced de su cabeza vengativa. Slang se lanzó contra el vampiro sin pensar, porque si una ventaja tenía sobre aquel poderoso ser era la nula necesidad de existir que Uryan tenía. No había nada por lo que morir y nada por lo que vivir, no tenía miedo a la muerte y no tenía nada que perder. Con sus 6000 años Assur sí y aquello le volvía vulnerable, hasta cierto punto, su subconsciente le obligaba a preservar su vida, a contenerse a evitar la muerte, mientras que la cabeza de Uryan solo pensaba en destruir, con todas sus consecuencias. Una vez con el objetivo, Slang no se detenía hasta destruirlo, cometiendo los actos más temerarios e irresponsables que se pudieran imaginar, como lanzarse sin cabeza de vuelta al vampiro que le había tumbado con apenas un puñetazo, le daba igual. Había decidido que acabaría matándole, aunque eso podría suponerle la muerte, hasta ese punto le importaba una mierda su existencia.
Sus garras truncaron carne y rodaron sin orden ni concierto. Estar pegado a una bestia de esa magnitud y tamaño era una decisión muy mala, a corta distancia Uryan era, sencillamente, un destructor que no veía lo que rasgaba ni lo que mordía que no sentía ningún tipo de dolor, su mente en el limbo entre la locura y la pasión por destruir, embriagado por el olor de la sangre de ambos.
Slang escuchaba de lejos a Hania gritando, en un segundo plano tan alejado de él que no le hizo ningún caso, de hecho, si algo consiguió la pequeña rubia fue avivar esas ganas de hacer pedazos y enterrar bajo una pira al malnacido que le había tocado, recordándole por qué estaba así, por qué estaba perdiendo litros de sangre y tal vez, también la vida: No. Se. Toca. A. La. Rubia.
Uryan Lockwood- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
Esthia se detuvo junto a Hania, poniendo aquella enorme mano cubierta de pelo blanco y coronada por garras en su hombro. En esa forma, el crinos, Esthia era más alto que Uryan en su forma humana y el doble de ancho. Por supuesto, seguía siendo mucho más pequeño que el lobo rojo, pero todo iba en proporción. Para compensarlo, él era el que tenía suerte.
Y gracias a Dios que la tenía, porque no se podía ser más impulsivo y kamikaze que Esthia. No pensaba antes de actuar en la mayoria de ocasiones y solía fiarse de sus instintos, aunque no siempre le salía bien la jugada.
-Tranquila, princesita. Tú espera aquí, que ya me encargo yo.
Y sin darle opción a réplica, echó a correr hacia ellos, que estaban demasiado enfrascados el uno en el otro. Lo lógico hubiera sido posicionarse junto a Uryan y atacar entre los dos al vampiro. Pero Esthia tenía una lógica peculiar y, en su mente, lo más lógico, lo que imperaba, era separarles, que Hania se calmase y que ese vampiro no hiriera a Uryan.
Que si había que herirle, ya lo hacía él.
Con la inercia que traía de la feroz carrera, se abalanzó contra el otro licántropo, arrastrándolo con él a varios metros del vampiro. Rodaron varias vueltas por el suelo; Esthia quedó encima. Sonrió.
-Me gusta estar encima de ti, pero ahora estamos un poco ocupados.
Sin más, le lamió la sangre del lateral del hocico y se levantó, sacudiéndose el pelaje como quien se alisa la camisa, y se encaró a Assur, dejando a Uryan tras él. Ja, como si pudiera protegerlo.
-Tsk. Los vampiros perdeis la cortesía con los años. ¿Qué es eso de venir de visita y no traer ni una triste botella de vino?
Y gracias a Dios que la tenía, porque no se podía ser más impulsivo y kamikaze que Esthia. No pensaba antes de actuar en la mayoria de ocasiones y solía fiarse de sus instintos, aunque no siempre le salía bien la jugada.
-Tranquila, princesita. Tú espera aquí, que ya me encargo yo.
Y sin darle opción a réplica, echó a correr hacia ellos, que estaban demasiado enfrascados el uno en el otro. Lo lógico hubiera sido posicionarse junto a Uryan y atacar entre los dos al vampiro. Pero Esthia tenía una lógica peculiar y, en su mente, lo más lógico, lo que imperaba, era separarles, que Hania se calmase y que ese vampiro no hiriera a Uryan.
Que si había que herirle, ya lo hacía él.
Con la inercia que traía de la feroz carrera, se abalanzó contra el otro licántropo, arrastrándolo con él a varios metros del vampiro. Rodaron varias vueltas por el suelo; Esthia quedó encima. Sonrió.
-Me gusta estar encima de ti, pero ahora estamos un poco ocupados.
Sin más, le lamió la sangre del lateral del hocico y se levantó, sacudiéndose el pelaje como quien se alisa la camisa, y se encaró a Assur, dejando a Uryan tras él. Ja, como si pudiera protegerlo.
-Tsk. Los vampiros perdeis la cortesía con los años. ¿Qué es eso de venir de visita y no traer ni una triste botella de vino?
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: Back to Black.
La ponzoña de los mordiscos del licantropo recorría mi organismo, mas lejos de sentir dolor, de amedrentarme por el poder lupino de aquella bestia, me convertí en un autómata, la bestia se había apoderado de mi ser, mis ojos ahora burdeos se quedaron fijos en mi enemigo.
Sonrisa sádica que se dibujo en mis labios carente de mas sentimiento que el de la sed, el de aquello que me mantenía en pie.
Nuestros cuerpos trataban sin tregua de arrebatarle la vida al otro, músculos completamente tensos, gruñidos contra aullidos y la dama blanca coronando el hermoso firmamento observando a sus hijos buscar la muerte frente al de Cain. Duelo de dos razas eternamente enfrentadas.
La voz desesperada de Hania trataba de hacernos ver otra realidad, una en la que pudiera reinar la paz, mas tarde era ya para eso, pues en mi mente solo rondaba una misma idea, matarlos hasta que ni los huesos quedaran de ellos.
Alcé la mano, garras afiladas y una sonrisa ladeada que bien supondría el final de ese entuerto, tantas veces había sajado de cuajo un corazón que casi podía ya paladear esa sensación.
Mas cuando mi mano iba a caer sobre el tupido pelaje de aquel garou la bola de pelo blanca se abalanzo sobre el haciéndolo rodar por el suelo para caer juntos sobre el suelo.
Enarqué una ceja ante tan extraño suceso, hace un segundo íbamos a matarnos y ahora parecían esos dos jugar a un juego bien distinto y sonde creo que Hania y yo sobrábamos en ese momento.
Admito que ver lo que había entre ellos me relajó al parecer no era Hania del interés de esos dos, si no que eran desviados y se interesaban mutuamente.
El lobo blanco entre medias de los dos nos miraba de soslayo mientras ambos a cada lado jadeábamos ensangrentados.
-Pues no te digo que no a eso de tomar alcohol -aseguré ladeando la sonrisa
Mis ojos buscaron a una Hania que parecía iba a explotar, sabia lo que era capaz de hacer, “el caldero” así que acorté la distancia que nos separaba y hundí mis labios en su cuello mientras mis dedos repasaban su cintura con suavidad.
-Ya esta pequeña -susurré contra su piel. Su hombro quedo bañado en sangre que goteaba de mi deja.
No era el momento de gritarle por haber escapado ,desobedecido, incumplido mis ordenes, mas que la calmar no implicaba que esa conversación no tuviera lugar en el lugar y momento correcto.
Sonrisa sádica que se dibujo en mis labios carente de mas sentimiento que el de la sed, el de aquello que me mantenía en pie.
Nuestros cuerpos trataban sin tregua de arrebatarle la vida al otro, músculos completamente tensos, gruñidos contra aullidos y la dama blanca coronando el hermoso firmamento observando a sus hijos buscar la muerte frente al de Cain. Duelo de dos razas eternamente enfrentadas.
La voz desesperada de Hania trataba de hacernos ver otra realidad, una en la que pudiera reinar la paz, mas tarde era ya para eso, pues en mi mente solo rondaba una misma idea, matarlos hasta que ni los huesos quedaran de ellos.
Alcé la mano, garras afiladas y una sonrisa ladeada que bien supondría el final de ese entuerto, tantas veces había sajado de cuajo un corazón que casi podía ya paladear esa sensación.
Mas cuando mi mano iba a caer sobre el tupido pelaje de aquel garou la bola de pelo blanca se abalanzo sobre el haciéndolo rodar por el suelo para caer juntos sobre el suelo.
Enarqué una ceja ante tan extraño suceso, hace un segundo íbamos a matarnos y ahora parecían esos dos jugar a un juego bien distinto y sonde creo que Hania y yo sobrábamos en ese momento.
Admito que ver lo que había entre ellos me relajó al parecer no era Hania del interés de esos dos, si no que eran desviados y se interesaban mutuamente.
El lobo blanco entre medias de los dos nos miraba de soslayo mientras ambos a cada lado jadeábamos ensangrentados.
-Pues no te digo que no a eso de tomar alcohol -aseguré ladeando la sonrisa
Mis ojos buscaron a una Hania que parecía iba a explotar, sabia lo que era capaz de hacer, “el caldero” así que acorté la distancia que nos separaba y hundí mis labios en su cuello mientras mis dedos repasaban su cintura con suavidad.
-Ya esta pequeña -susurré contra su piel. Su hombro quedo bañado en sangre que goteaba de mi deja.
No era el momento de gritarle por haber escapado ,desobedecido, incumplido mis ordenes, mas que la calmar no implicaba que esa conversación no tuviera lugar en el lugar y momento correcto.
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
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Re: Back to Black.
Todo sucedía muy deprisa, pero milagrosamente ella podía seguirlo gracias a sus sentidos más desarrollados, que empezaban a evolucionar. Notó las manos de Assur alrededor y sus susurros, que si bien no entendió nada de lo que decía porque su cabeza estaba en llamas, sí fue lo suficientemente potente como para conseguir que se calmase, que el calor empezase a disiparse y el caldero comenzara a enfriarse, o aquello habría sido una masacre.
Estaba confundida, bloqueada, no entendía lo que habia pasado en realidad, porque ambos se querían aniquilar y al intervenir Esthia habían parado en seco. ¿Por qué se había detenido Assur? ¿qué había cambiado? bueno, fuera lo que fuera, se daba por satisfecha, no correría más sangre esa noche.
Elevó la mano y palpó la ceja de Assur que sangraba profusamente, aunque sabía que se cerraría en pocos segundos y que en unas horas no quedaría ni rastro ni cicatriz. Susurró quedamente.
— ¿lo ves..? no quieren aprovecharse de mi, sólo me protegen del peligro...— Se le iluminó una idea muy loca en la cabeza, quizás Assur le girase la cara por proponerselo pero...¿qué tenía que perder?.— ¿Podrían ser mis guardaespaldas? no encontrarás vampiros de los que te fies y los humanos no pueden protegerme de tus enemigos.
Estaba confundida, bloqueada, no entendía lo que habia pasado en realidad, porque ambos se querían aniquilar y al intervenir Esthia habían parado en seco. ¿Por qué se había detenido Assur? ¿qué había cambiado? bueno, fuera lo que fuera, se daba por satisfecha, no correría más sangre esa noche.
Elevó la mano y palpó la ceja de Assur que sangraba profusamente, aunque sabía que se cerraría en pocos segundos y que en unas horas no quedaría ni rastro ni cicatriz. Susurró quedamente.
— ¿lo ves..? no quieren aprovecharse de mi, sólo me protegen del peligro...— Se le iluminó una idea muy loca en la cabeza, quizás Assur le girase la cara por proponerselo pero...¿qué tenía que perder?.— ¿Podrían ser mis guardaespaldas? no encontrarás vampiros de los que te fies y los humanos no pueden protegerme de tus enemigos.
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
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Re: Back to Black.
Uryan estaba en un frenesí de mordiscos cuando Esthia le placó, al principio Slang no distinguió amigo de enemigo y atacó por igual lanzo un mordisco a Esthia cen el primer contacto. No estaba para razonar, quería despedazarlo por alejarle de su objetivo. ¿Cómo se atrevía? ¿Se ponía de parte del vampiro? Le hervía la sangre de rabia, no estaba de humor y apenas escuchaba lo que le decía, echó las orejas hacia atrás con la respiración acelerada y luego observó cómo el licántropo blanco se levantaba y se largaba.
El cainita tampoco pareció prestarle atención y fue derecho a Hania. No entendía nada, estaba confuso aunque seguía queriendo comer vísceras de vampiro a la brasa. Se empezó a incorporar, con lentitud, porque al parecer era el único que se sentía pesado, aunque en un primer momento no supo decir por qué. Al ponerse en pie sobre su elevada estatura el sonido de chapoteo hizo que bajara la mirada hacia el suelo donde había caído un buen chorro de sangre tras el esfuerzo de alzarse. Su pelaje rojo estaba empapado en vitae, pero no sentía el dolor de las heridas aun así ignoró el inmenso corte que tenía en el pecho y la sangre que no dejaba de brotar de su cuello tras el mordisco del vástago. Estaba demasiado furioso como para escucharles, no quería hablar, ¿Por qué estaban hablando?
La rubia con su comentario fue la que terminó de romper su estado de rabia. Se acababan de pelear, acababan de irrumpir en SU casa para buscar pelea y resultaba que ahora le habían relegado a un simple guardaespaldas muerto de hambre junto a un hombre que pretendía tomarse copas con el tio que acababa de partirle la boca. Cogió aire y bufó, con tanta fuerza como pudo. Si un refugio no era seguro, entonces por qué estaba allí. Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la habitación que compartía con Esthia notando una exagerada cojera que si bien no sufría, era muy incómoda.
Alucinante que el más cuerdo de los cuatro fuera él. Se largaba de allí, a la mierda con todo, ¿Guardaespaldas? ¿Tomarse unas copas? ¡Claro que si! ¿Por qué de paso no le entregaba sus pelotas en una bandeja? Gruñó, mostrando los dientes a la nada, estaba tan furioso, estaba tan frustrado. Mientras ascendía por las escaleras hacia la habitación fue sintiendo pequeños focos de dolor, que ignoró mientras buscaba las cosas más urgentes para desaparecer, siempre podía irse sin más, no era el único lugar seguro que tenía y desde luego mucho menos transitables por vampiros como resultó ser el orfanato. Pensaba colgar putos ajos en cada esquina, se iba a beber el jodido Sena para dejar un rastro de meadas en tres kilómetros a la redonda de sus malditas casas.
Volvió a gruñir, esta vez cuando el dolor se hizo más evidente. Sacudió la cabeza intentando disipar la niebla instalada frente a sus ojos y se dedicó a hacer un montón de sus cosas, antes de transformarse, porque no estaba nada cómodo en forma humana con un vampiro como ese tan cerca, no había metros cuadrados suficientes en ese edificio como para aguantarle y en esos momentos le apetecía de todo menos tener a Esthia y a Hania cerca. Unas copas. Guardaespaldas. Slang le recordó que no era muy diferente a un guardaespaldas si se lo planteaba, pero gruñó al lobo y le ignoró. La maldita pierna dolía un cojón.
Bajó la mirada hasta su pierna, ¿En qué momento esa tibia había decidido saludar al mundo? Arrugó el morro y se inclinó, se presionó el hueso fuera de lugar y de un girón brusco de la pierna lo volvió a colocar en su lugar. Movió la cabeza haciendo un ligero círculo cuando el hormigueo del dolor empezó a subirle por todo el lomo, cada vez más consciente de la gravedad de sus heridas.
El cainita tampoco pareció prestarle atención y fue derecho a Hania. No entendía nada, estaba confuso aunque seguía queriendo comer vísceras de vampiro a la brasa. Se empezó a incorporar, con lentitud, porque al parecer era el único que se sentía pesado, aunque en un primer momento no supo decir por qué. Al ponerse en pie sobre su elevada estatura el sonido de chapoteo hizo que bajara la mirada hacia el suelo donde había caído un buen chorro de sangre tras el esfuerzo de alzarse. Su pelaje rojo estaba empapado en vitae, pero no sentía el dolor de las heridas aun así ignoró el inmenso corte que tenía en el pecho y la sangre que no dejaba de brotar de su cuello tras el mordisco del vástago. Estaba demasiado furioso como para escucharles, no quería hablar, ¿Por qué estaban hablando?
La rubia con su comentario fue la que terminó de romper su estado de rabia. Se acababan de pelear, acababan de irrumpir en SU casa para buscar pelea y resultaba que ahora le habían relegado a un simple guardaespaldas muerto de hambre junto a un hombre que pretendía tomarse copas con el tio que acababa de partirle la boca. Cogió aire y bufó, con tanta fuerza como pudo. Si un refugio no era seguro, entonces por qué estaba allí. Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la habitación que compartía con Esthia notando una exagerada cojera que si bien no sufría, era muy incómoda.
Alucinante que el más cuerdo de los cuatro fuera él. Se largaba de allí, a la mierda con todo, ¿Guardaespaldas? ¿Tomarse unas copas? ¡Claro que si! ¿Por qué de paso no le entregaba sus pelotas en una bandeja? Gruñó, mostrando los dientes a la nada, estaba tan furioso, estaba tan frustrado. Mientras ascendía por las escaleras hacia la habitación fue sintiendo pequeños focos de dolor, que ignoró mientras buscaba las cosas más urgentes para desaparecer, siempre podía irse sin más, no era el único lugar seguro que tenía y desde luego mucho menos transitables por vampiros como resultó ser el orfanato. Pensaba colgar putos ajos en cada esquina, se iba a beber el jodido Sena para dejar un rastro de meadas en tres kilómetros a la redonda de sus malditas casas.
Volvió a gruñir, esta vez cuando el dolor se hizo más evidente. Sacudió la cabeza intentando disipar la niebla instalada frente a sus ojos y se dedicó a hacer un montón de sus cosas, antes de transformarse, porque no estaba nada cómodo en forma humana con un vampiro como ese tan cerca, no había metros cuadrados suficientes en ese edificio como para aguantarle y en esos momentos le apetecía de todo menos tener a Esthia y a Hania cerca. Unas copas. Guardaespaldas. Slang le recordó que no era muy diferente a un guardaespaldas si se lo planteaba, pero gruñó al lobo y le ignoró. La maldita pierna dolía un cojón.
Bajó la mirada hasta su pierna, ¿En qué momento esa tibia había decidido saludar al mundo? Arrugó el morro y se inclinó, se presionó el hueso fuera de lugar y de un girón brusco de la pierna lo volvió a colocar en su lugar. Movió la cabeza haciendo un ligero círculo cuando el hormigueo del dolor empezó a subirle por todo el lomo, cada vez más consciente de la gravedad de sus heridas.
Uryan Lockwood- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 22/02/2017
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Re: Back to Black.
Esthia no esperaba en absoluto la reacción del vampiro, así que amplió su sonrisa.
-Pues la próxima vez, en vez de venir arrasando, ya sabes, te traes una botellita y algo para acompañarla. ¡Que no se diga que los vampiros sois sólo un puñado de ancianos que se creen con derecho a colarse en la fruteria!
Ahí, con su desparpajo, llamando viejo al vampiro en sus narices. ¡Pero es que lo era! Si tenía ¿cuantos? ¿10.000 años? Pues eso, un viejo. De ésos que se creen que tienen más derechos que nadie sólo porque peinan más canas.
-Te voy a dejar con la princesita, más te vale cuidarla, porque como yo me entere de que le haces algo, te comes la botella que traigas. Con corcho y todo.
Y se marchó, siguiendo el rastro de sangre de Uryan. Por el camino, se lamió la sangre del brazo. El muy cabrón le había hecho daño. Iba a decirle un par de cositas.
Con el pelaje del brazo manchado de rojo y el morro con restos de sangre, el crinos blanco llegó hasta donde el lobo rojo se colocaba el hueso.
-Deberías dejar que te viera eso. Se te va a infectar -dijo, revelando así su posición. Su voz era bastante más grave y ronca que cuando mostraba su forma humana, arrastraba las erres.
Sin preocuparse de si estaba o no de humor, porque o no lo percibía o no le importaba, se acercó a Uryan con la mano extendida hacia él. A cada paso más humano, hasta que lo que estuvo frente al licántropo más grande fue el cuerpo desnudo y manchado de sangre de un muy humano Esthia.
-Como se te ocurra volver a morderme, te enteras.
-Pues la próxima vez, en vez de venir arrasando, ya sabes, te traes una botellita y algo para acompañarla. ¡Que no se diga que los vampiros sois sólo un puñado de ancianos que se creen con derecho a colarse en la fruteria!
Ahí, con su desparpajo, llamando viejo al vampiro en sus narices. ¡Pero es que lo era! Si tenía ¿cuantos? ¿10.000 años? Pues eso, un viejo. De ésos que se creen que tienen más derechos que nadie sólo porque peinan más canas.
-Te voy a dejar con la princesita, más te vale cuidarla, porque como yo me entere de que le haces algo, te comes la botella que traigas. Con corcho y todo.
Y se marchó, siguiendo el rastro de sangre de Uryan. Por el camino, se lamió la sangre del brazo. El muy cabrón le había hecho daño. Iba a decirle un par de cositas.
Con el pelaje del brazo manchado de rojo y el morro con restos de sangre, el crinos blanco llegó hasta donde el lobo rojo se colocaba el hueso.
-Deberías dejar que te viera eso. Se te va a infectar -dijo, revelando así su posición. Su voz era bastante más grave y ronca que cuando mostraba su forma humana, arrastraba las erres.
Sin preocuparse de si estaba o no de humor, porque o no lo percibía o no le importaba, se acercó a Uryan con la mano extendida hacia él. A cada paso más humano, hasta que lo que estuvo frente al licántropo más grande fue el cuerpo desnudo y manchado de sangre de un muy humano Esthia.
-Como se te ocurra volver a morderme, te enteras.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Back to Black.
Enarqué una ceja ante la petición de la pequeña Hania ¿estaba borracha? ¿sus guardaespaldas? ¿allí estaban todos locos?
Vale que les diera el beneplácito de la duda, vale que no arrancara el corazón a ese diablo de pelo rojo que me había herido en el pecho con sus garras, pero de ahí a consentir a mi chiquilla pasear con ellos como si no fuéramos los enemigos naturales que eramos era muy distinto.
Ella tenia una responsabilidad para conmigo, era una Black y los Black no jugábamos con perritos.
Eso seria un motivo mas que suficiente para que el consejo volviera a llamarla frente a ellos, la luna llena trasformaba a esos seres en bestias sanguinarias y no podía correr tampoco el riesgo de que pillara por medio a la joven Hania en una de sus trasformaciones.
¿Que pasaría si yo no estaba para protegerla?
Dejé escapar el aire contra su cabeza mientras me separaba de ella para enfrentar sus azules, mas el lobo blanco empezó a conversar conmigo, la verdad, parecía un tipo con el que en otras circunstancias posiblemente hasta me hubiera podido llevar bien.
Ladeé la sonrisa, el problema era que estas y no otras eran las circunstancias y si me tocaban a mi chiquilla no habría botella de vino que me saciara.
El otro lobo se habia largado, creo que era el mas coherente de los cuatro que allí estábamos, pensaba exactamente como él, que esto era un absurdo, eramos enemigos, y cada uno debía estar en su lugar, y el lugar de Hania era a mi lado ,en mi hotel.
-Te comparé un perro que te haga compañía -apunté mirándola fijamente -una mansión con jardín para que lo saques a pasear, no se Hania, un gato, te compraré un cabello, lo que quieras pero deja de retarme con cada paso que das.
Ellos son licantropos, un vampiro no puede ser amigo de un licantropo, esos seres cuando se trasforman pierden el control, son bestias despiadadas y tu podrías correr cualquier peligro que no estoy dispuesto a asumir ¿lo entiendes?
Hago esto porque..-ahí estaba esa palabra imposible de pronunciar para mi -porque eres mi chiquilla y mi deber es protegerte.
No me hagas esto mas difícil -le pedí tendiéndole la mano para que lo tomara.
Fue entonces cuando me percaté de que no estábamos solos, como podía haber sido tan idiota, tenia tan absortos mis sentidos en ese lobo que luchaba con ferocidad que no vi venir un enemigo infinitamente peor, un ejercito de soldados centenarios enviados por el conejo, asesinos en su mayoría, mercenarios, tipos que como Erlend se ganaban la vida con el acero entre sus dedos.
Tomé la mano de mi chiquilla y tiré de ella no quería que supiera a lo que me iba a enfrentar, me gustara o no contar con esos lobos, era lo único que me quedaba para sacarla sana y salva de esa guarida.
No tardé en presentarme frente a ellos con la rubia de mi mano.
-He decidido que salgáis a tomar el aire fresco, no se, llévalos a mear o a las cosas que hagan los perros -dije hundiendo mis ojos en el lobo rojo, esperando que el si se percatara de mi desasosiego y no tardara mucho en darse cuenta del peligro que se cernía sobre nosotros.
Le estaba confiando a Hania que era casi lo mismo que confiarle mi vida.
-Venga largo -la empujé -ve con tus amigos a jugar, no es eso lo que llevas pidiéndome desde que he llegado
Vale que les diera el beneplácito de la duda, vale que no arrancara el corazón a ese diablo de pelo rojo que me había herido en el pecho con sus garras, pero de ahí a consentir a mi chiquilla pasear con ellos como si no fuéramos los enemigos naturales que eramos era muy distinto.
Ella tenia una responsabilidad para conmigo, era una Black y los Black no jugábamos con perritos.
Eso seria un motivo mas que suficiente para que el consejo volviera a llamarla frente a ellos, la luna llena trasformaba a esos seres en bestias sanguinarias y no podía correr tampoco el riesgo de que pillara por medio a la joven Hania en una de sus trasformaciones.
¿Que pasaría si yo no estaba para protegerla?
Dejé escapar el aire contra su cabeza mientras me separaba de ella para enfrentar sus azules, mas el lobo blanco empezó a conversar conmigo, la verdad, parecía un tipo con el que en otras circunstancias posiblemente hasta me hubiera podido llevar bien.
Ladeé la sonrisa, el problema era que estas y no otras eran las circunstancias y si me tocaban a mi chiquilla no habría botella de vino que me saciara.
El otro lobo se habia largado, creo que era el mas coherente de los cuatro que allí estábamos, pensaba exactamente como él, que esto era un absurdo, eramos enemigos, y cada uno debía estar en su lugar, y el lugar de Hania era a mi lado ,en mi hotel.
-Te comparé un perro que te haga compañía -apunté mirándola fijamente -una mansión con jardín para que lo saques a pasear, no se Hania, un gato, te compraré un cabello, lo que quieras pero deja de retarme con cada paso que das.
Ellos son licantropos, un vampiro no puede ser amigo de un licantropo, esos seres cuando se trasforman pierden el control, son bestias despiadadas y tu podrías correr cualquier peligro que no estoy dispuesto a asumir ¿lo entiendes?
Hago esto porque..-ahí estaba esa palabra imposible de pronunciar para mi -porque eres mi chiquilla y mi deber es protegerte.
No me hagas esto mas difícil -le pedí tendiéndole la mano para que lo tomara.
Fue entonces cuando me percaté de que no estábamos solos, como podía haber sido tan idiota, tenia tan absortos mis sentidos en ese lobo que luchaba con ferocidad que no vi venir un enemigo infinitamente peor, un ejercito de soldados centenarios enviados por el conejo, asesinos en su mayoría, mercenarios, tipos que como Erlend se ganaban la vida con el acero entre sus dedos.
Tomé la mano de mi chiquilla y tiré de ella no quería que supiera a lo que me iba a enfrentar, me gustara o no contar con esos lobos, era lo único que me quedaba para sacarla sana y salva de esa guarida.
No tardé en presentarme frente a ellos con la rubia de mi mano.
-He decidido que salgáis a tomar el aire fresco, no se, llévalos a mear o a las cosas que hagan los perros -dije hundiendo mis ojos en el lobo rojo, esperando que el si se percatara de mi desasosiego y no tardara mucho en darse cuenta del peligro que se cernía sobre nosotros.
Le estaba confiando a Hania que era casi lo mismo que confiarle mi vida.
-Venga largo -la empujé -ve con tus amigos a jugar, no es eso lo que llevas pidiéndome desde que he llegado
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 296
Fecha de inscripción : 01/09/2016
Re: Back to Black.
La situación vista desde un prisma lógico era un auténtico desacato. Los enemigos mortales se habían zurrado hasta casi desangrarse, para que luego Esthia interviniese cual providencia, lo que hizo que Assur se relajase y dejase de verlos como una amenaza total. Ahora sólo eran una amenaza cuando perdían el control bajo el influjo de la luna. Bien, parecía que el cabezota de seis mil años empezaba a razonar. Pero Uryan se había marchado muy maltrecho y no podía ignorar eso.
¿Un perro? ¿una mansión? ¿un caballo? ¿de qué diablos le estaba hablando? Assur quería deshacerse de ella. No la quería a su lado. Vaya... esa revelación dolía pero menos de lo que esperaba, porque se lo venía oliendo inconscientemente. Ella era su chiquilla a la que DEBÍA proteger. Una obligación, un grano en el culo. No estaba allí porque quisiera sino porque el deber lo reclamaba. En fin...era lo lógico. El sol no estaba hecho para ella. El camino se abría frente a ella muy claro: salir de la vida de Black, dejarlo libre de sus obligaciones para con ella, hacerse a un lado y desvincular su destino del de su sire.
Iba a contestarle algo pero entonces notó que no estaban solos, se acercaban a ellos un montón de cainitas que claramente pensaban darles caza, a ella y a Assur. Uryan estaba muy malherido y tenían que llevarlo a las catacumbas, allí estaría seguro dentro del laberinto de huesos, pero Assur no saldría indemne de eso.
Asintió al vampiro y corrió escaleras arriba. Agarró el brazo de Uryan pasándoselo por encima de sus hombros y le indicó a Esthia que hiciera lo mismo.
— ¡Vamos! deprisa! hay que llevarlo a las catacumbas...yo te ayudo...— en realidad la frágil muchacha tenía más fuerza de la que parecía, dada su condición de vampiro, al menos la suficiente para sujetar a un tipo grande y comenzar a caminar con presteza para salir del orfanato. Slang era la prioridad, estaba muy tocado y necesitaba un lugar seguro donde descansar y reponerse. Si las cosas se torcían, no sería el lobo el que lo pagaría con su sangre, ella estaba dispuesta a acudir donde Assur y hervirles el cerebro a quienes tratasen de hacerle daño.
¿Un perro? ¿una mansión? ¿un caballo? ¿de qué diablos le estaba hablando? Assur quería deshacerse de ella. No la quería a su lado. Vaya... esa revelación dolía pero menos de lo que esperaba, porque se lo venía oliendo inconscientemente. Ella era su chiquilla a la que DEBÍA proteger. Una obligación, un grano en el culo. No estaba allí porque quisiera sino porque el deber lo reclamaba. En fin...era lo lógico. El sol no estaba hecho para ella. El camino se abría frente a ella muy claro: salir de la vida de Black, dejarlo libre de sus obligaciones para con ella, hacerse a un lado y desvincular su destino del de su sire.
Iba a contestarle algo pero entonces notó que no estaban solos, se acercaban a ellos un montón de cainitas que claramente pensaban darles caza, a ella y a Assur. Uryan estaba muy malherido y tenían que llevarlo a las catacumbas, allí estaría seguro dentro del laberinto de huesos, pero Assur no saldría indemne de eso.
Asintió al vampiro y corrió escaleras arriba. Agarró el brazo de Uryan pasándoselo por encima de sus hombros y le indicó a Esthia que hiciera lo mismo.
— ¡Vamos! deprisa! hay que llevarlo a las catacumbas...yo te ayudo...— en realidad la frágil muchacha tenía más fuerza de la que parecía, dada su condición de vampiro, al menos la suficiente para sujetar a un tipo grande y comenzar a caminar con presteza para salir del orfanato. Slang era la prioridad, estaba muy tocado y necesitaba un lugar seguro donde descansar y reponerse. Si las cosas se torcían, no sería el lobo el que lo pagaría con su sangre, ella estaba dispuesta a acudir donde Assur y hervirles el cerebro a quienes tratasen de hacerle daño.
Hania Doe- Vampiro Clase Baja
- Mensajes : 255
Fecha de inscripción : 11/02/2017
Localización : perdida entre las nieblas de su mente
DATOS DEL PERSONAJE
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