Pequeños incidentes - Libre-

por **Joseph Bissette** Dom Abr 10, 2016 8:23 pm

Una nueva noche, una nueva oportunidad para encontrarse con alguien con quien podría disfrutar de un buen rato, los problemas en su hogar habían empeorado y las criticas hacia el como personas no se habían tardado en escuchar , desde el momento que su familia supo sobre su vida de prostituto las cosas no iban por buen rumbo , lo iban a desheredar, estaba seguro de eso, aunque aun no se lo dijeran sabia que eso pasaría , su padre era un constante bombardeo de criticas y muchas veces le había llegado a golpear, cosa que el de cabellos rojizos no toleraba, pero no podía hacer mucho, era incapaz de levantarle la mano a su padre , por lo que su pálida piel ahora estaba marcada con algunos moretones.

Estaba apoyado contra la muralla, con un cigarrillo entre sus dedos dándole leves fumadas de vez en cuando,traía un traje bastante elegante y a simple vista se notaba lo costoso que era este,l o cual llamaba un poco la atención en el lugar . El olor a perfume de las diversas mujeres que ofrecían su cuerpo como mercancía sexual lo estaban mareando, nunca le había gustado ese olor , le desagradaba por completo , mordisqueo su labio inferior viendo a su alrededor de reojo, no había nadie interesante esa noche por lo que estaba pensando seriamente en regresar a la mansión, el no se dedicaba a la prostitución por dinero ,solo lo hacia por placer propio y diversión . Comenzó a caminar por el lugar, sin dejar de ver a los visitantes, no lograba encontrar a alguien que llamara su atención y que fuera merecedor de su tiempo, por lo que se acerco a la barra de tragos pidiendo el vino más caro que ofrecían , y una vez recibido lo bebió de forma casi inmediata volviendo a caminar por el lugar para tomar asiento en un sofá, su vista se dirigió a un hombre algo regordete y de prendas algo estropeadas que trataba que una de las chicas le ofreciera sus servicios de forma gratuitas, rio para si mismo, esa era una escena de casi todos los días la cual le divertía, le divertía la poca dignidad que podía llegar a tener una persona solo por algo tan simple como el sexo, también le divertía el echo de que personas pagaran por acostarse con alguien¿ acaso tan miserables eran esas personas que no podían conseguir por voluntad propia alguien con quien pasar el rato? Se puso de pie, aun con esos pensamientos rondando por su cabeza, por lo que en un momento descuido choco con una persona, dando vuelta su copa de vino en su propio traje .

-Oh… que bien ¿ Usted pagara por esto? -

Dijo con tono engreído, sabia que era su culpa pero no vendría mal sacar un poco de provecho de esa situación.

por **Diodore Pomeroy** Miér Abr 13, 2016 12:38 am

Hacía llegado a París hacía sólo una semana, se había instalado en el orfanato y le habían indicado que se podía encargar de la pequeña capilla y ayudar con la educación religiosa de los niños. En su pueblo natal al norte de Francia la única iglesia del pueblo era el centro de casi toda la actividad urbana, la gente se reunía alrededor a vender frutas o intercambiar telas, también los avisos más importantes del alcalde se hacían en la pequeña plaza frente a la iglesia, en París todo era muy distinto, Notre Dame era un edificio gigantesco y solemne que no le inspiraba el aire festivo que tenía la iglesia de su pueblo.

Los sacerdotes y monjes que había visto en Notre Dame eran serios y pulcros, había escuchado que trabajaban para la inquisición, pero no estaba seguro. Diodore no estaba interesado en hacer parte de tal organización, aunque respetaba sus actividades, él prefería hacer la labor del sacerdocio de una manera más interpersonal. Le gustaba hablar con la gente, estar en contacto con las personas para así guiarlas a la luz.

¿Y que mejor lugar que el burdel para encontrar pecadores?

Esa noche se había dirigido al burdel más congestionado de la ciudad, era un recinto bastante elegante contrario a lo que había imaginado en un comienzo. El ambiente era inclusive refinado y muchas mujeres lucían trajes que parecían sumamente costosos. Se preguntaba si habría llegado a un burdel de la clase alta y si habría otro donde las Cortesanas tuvieran un tipo de vida más humilde cuando chocó contra un joven que venía caminando con una copa de vino.

La copa de vino se regó salpicando el traje elegante del chico y el abrigo de Diodore. No llevaba puesta la sotana pues no estaba en servicio en la iglesia, por lo que lucía un viejo abrigo que cubría casi todo su cuerpo hasta las rodillas, llevaba el cabello ondulado largo suelto y este caía de manera espontánea por detrás de sus orejas.

- Oh... disculpa... está muy congestionado aquí y no te vi – Exclamó inmediatamente con expresión preocupada - ¿Cuanto te costó la bebida? - Alzó el rostro y lo que notó fue el rostro de un niño – Más importante aún... ¿Tienes edad para beber? - Agregó frunciendo el ceño.

por **Joseph Bissette** Miér Abr 13, 2016 8:22 am

Estaba casi seguro de haber visto ese rostro en algún otro lado, pero no le dio mucha importancia, solo soltó una tierna risita alzando su brazo derecho y pasándolo por sobre el cuello ajeno , hasta ahora el hombre que tenia frente a el era el más interesante de la noche, por lo que no vendría mal el intentar coquetearle para que fuera su posible cliente .

- Hablaba del traje… no de la copa ¿ Usted pagara por esto ? -

dijo mientras alzaba una ceja ante su comentario, era totalmente extraño que alguien se interesara por su edad para incriminarle por estar bebiendo , ese no era un cliente común, era diferente al resto de los visitantes del lugar. Estrecho un poco el agarro que tenia en este del cuello del hombre, dejándolo aun mas cerca de el, era evidente que el contrario se estaba poniendo algo incomodo, lo que le dejo aun más claro que no era alguien que frecuentara esa clase de lugares.

- Tengo 19 , pero ¿ Acaso eso importa ? -

su voz de había vuelto algo seductora, tenia que hacer lo posible por conseguirlo como cliente, al analizarlo detenidamente el que tenia frente a el noto que su ropa no era de finas telas, por lo que de seguro no seria de clase alta, aunque no le importaba mucho, era lo de menos ya que solo buscaba pasar un buen rato. Acerco sus labios al oído ajeno para poder susurrarle.

- ¿Acaso usted no esta aquí buscando pasar de una buena velada ? Por que si es así, encantado puedo ser quien se la de. -

Cada palabra que salia de sus labios era dicha con mucha sensualidad, sensualidad caracterizadora en el de cabellos rojizos, esa era la único fuerte para conseguir una buena pareja de cama, ya que físicamente tenia el cuerpo de un joven esbelto lo que no era muy atractivo, su ropa algo ajustada lo hacia ver bastante acinturado .

-¿Entonces ? -

Sin dejar de susurrarle le dio un leve soplido en su cuello.

por **Diodore Pomeroy** Miér Abr 13, 2016 10:12 pm

¡Diecinueve años! ¿Que hacía un niño de esa edad en un burdel?
Diodore no pudo evitar abrir los ojos de par en par cuando escuchó la edad del chico, ciertamente los jóvenes creían rápido en esas épocas y desde los 14 un niño podía ayudar a su padre con el trabajo pesado, por lo que a los 19 se era todo un hombre, sin embargo en la opinión de Diodore, la mente no creía a la par con el cuerpo. Si bien el cuerpo se desarrollaba rápidamente, la mente de un chico de 19 debía todavía ser pura e inmadura. El burdel no era un sitio para alguien de su edad.

-Claro que importa... el alcohol no es bueno para la salud – Le respondió frunciendo el ceño, sus tupidas cejas negras haciéndole ver más severo de lo que realmente era, pero sus ojos, sensibles y soñadores delatando la bondad de su alma, el soplido en el cuello le hizo sentir un escalofrío y la piel se le erizó al contacto, realmente no tenía contacto con mujeres o hombres más allá del que tenía con los feligreses que iban a la parroquia, por lo que ese gesto lo desconcertó.

– No... no he venido a disfrutar de este lugar – Balbuceó intentando recobrar su compostura - Estoy en realidad en servicio, estoy trabajando – Con voz orgullosa se llevó una mano al cuello abriendo el abrigo para que el chico notara que traía puesta la cinta blanca que identificaba a los sacerdotes en el cuello, se sentía orgulloso de ser un siervo de Dios y de la responsabilidad que llevaba a sus espaldas, así que cuando tenía la oportunidad lo mencionaba con cierta pomposidad.

- No me digas que andas buscando alguna muchacha para pasar la noche – Agregó con un tono entre bromista y juguetón – Un chico tan guapo como tu no necesitaría venir a un lugar como este para buscar el amor – Agregó, en su inocencia (gracias a su celibato), Diodore no sabía diferenciar el sexo del amor y tenía la idea romántica de que ambas cosas iban siempre de la mano.

por **Joseph Bissette** Vie Abr 15, 2016 7:19 pm

Por algún motivo las reacciones del mayor le causaban total ternura , así que volvió a soplar en su cuello ¿ acaso este era incapaz de ver que lo trataba de seducir ? , al ver que abría su abrigo para mostrar la cinta blanca de su cuello no puedo evitar sonreír con malicia ¿ A seria un pecado aun peor acostarse con un sacerdote? , esa era la único que pasaba por su joven mente, soltó una leve risa despeinando al mayor .

- ¿muchachas? No gracias, una dama no es capaz de pagar lo suficiente como para acostarse con alguien como yo,ademas no suelen frecuentar estos lugares pagando por recibir placer , pero en cambio los caballeros siempre están en busca de más y más… sin importar su clase social-

miro al hombre frente a el de forma detenida, tomándole de los hombros, quería molestarle un poco .

- Padre ¿ acaso usted nunca a tenido pensamientos pecaminosos? Estoy seguro de que usted vino a este lugar con la excusa de estar en servicio -

volvió a soltar una risita sin soltarle de los hombros, para acercar sus labios nuevamente al oído contrario y poderle susurrar.

- Padre… estoy teniendo pensamientos pecaminosos con usted ¿ No es acaso su deber ayudarme y guiarme por el buen camino ?-

hablo con la voz más seductora que pudo sacar, relamió sus labios y le sonrió mientras le soltaba de los hombros.

por **Diodore Pomeroy** Dom Abr 17, 2016 9:02 pm

Le escuchó explicar que no buscaba mujeres y conforme hablaba, Diodore iba abriendo los ojos de par en par. No podía creer que había dado con un ¿Cortesano?. Había escuchado que existían, pero nunca había conocido a uno personalmente, en el pueblo donde vivía ni siquiera había un burdel, era un pueblo pequeño y muy religioso, la prostitución era extremadamente mal vista por los feligreses. Había escuchado que los Parisinos eran un poco más abiertos con el asunto, pero no esperó encontrarse de primera con un hombre dedicado al oficio.

Mucho menos un niño de 19 años.

Iba a decir algo al respecto, pero entonces el otro le sorprendió con una nueva pregunta ¿Pensamientos pecaminosos?, el chico estaba insinuando que había ido a ese lugar con otras intenciones, Diodore frunció el ceño con molestia, nadie podía cuestionar sus votos con el altísimo, él era un hombre de fé, había sido entrenado en la Abadía Católica desde los 10 años, no existía nada en ese mundo que pudiera torcer su camino del celibato.

-¡Por supuesto que si! - Exclamó llevándose una mano al pecho – Es mi deber y mi deseo de ayudar a quienes lo necesitan – Le había susurrado, su voz le había hecho pasar escalofríos por todo el cuerpo, en la penumbra del Burdel, el rostro del chico tenía cierto aire enigmático, pero aún entre las sombras podía notar que era muy guapo. Algo se revolvió en su interior pero ignoró esa sensación - Si lo deseas, podemos hablar en un lugar más privado, soy bueno escuchando, ya vas a ver – Le ofreció con expresión inocente, quizás el chico necesitaba desahogarse y no se sintiera cómodo en ese sitio rodeado de gente. Si buscaban alguna habitación o algo por el estilo donde pudieran estar solos, le sería más fácil conversar y escuchar sus problemas.

Porqué tenían que haber problemas, de lo contrario un chico como él no estaría buscando prostituirse.

por **Joseph Bissette** Dom Abr 17, 2016 10:45 pm

No podía creerlo ¿ de verdad podían existir personas así de inocentes? Soltó una leve risa posando su mano sobre el hombro el mayor, mientras le sonreía, de verdad sentía la necesidad de corromperlo un poco , aunque eso le significara ‘‘Decender al infierno’’ , al escucharlo hablar sobre que podía ir a un lugar más privado no pudo evitar sonreír de lado a lado.

-Claro claro, en la parte trasera hay algunas habitaciones ¿ Le parece si vamos ? -

Rodeo el cuello contrario con su brazo, algo en su tono de voz había sonado malicioso, era claro que tenia otras intenciones, pero era inevitable que no las tuviera ¿ Que clase de persona se resistiría ante tanta inocencia ?

El contrario acepto y lo guió hacia las habitaciones por entre toda la gente que repletaba el burdel, las habitaciones estaban tras una gran puerta ubicada casi al final del lugar, se podían ver muchas puertas pero el se adentro en la que fuera tenia el numero ‘‘12’’ tenia la costumbre de llevar a sus ‘‘victimas’’ siempre a esa habitación, dejo que el mayor se pusiera cómodo en la cama y se sentó junto a el, cruzando una de sus piernas por sobre la otra.

-¿ Sabes lo expuesto que esta usted padre en este momento? -

Le dijo sin mirarle, antes de cerrar la puerta se había asegurado de ponerle seguro, en un rápido movimiento se acomodo sobre las piernas contrarias, sentándose sobre estas y haciendo un poco de fricción entre ambos cuerpos , quería corromperlo, en ese mismo momento, quería ser el culpable de desviar a aquel ciervo de dios por el mal camino .

- ¿no planea hacer algo? -

Pregunto ladeando su cabeza y abrazándole por el cuello, sus ojos brillaban de forma peligrosa y lujuriosa.

por **Diodore Pomeroy** Lun Abr 18, 2016 1:09 am

Le siguió hasta una habitación trasera, en el camino trató de no observar las escandalosas escenas que se vivían por todos lados, esa parte trasera parecía ser el sitio en donde se llevaban los clientes. Diodore tragó saliva sintiendo como si se estuviera metiendo en la boca del lobo. Una vez dentro de la habitación se sentó en la cama, la habitación era simple, una cama, un tocador con espejo y uno que otro frasquito, quizás con perfume o maquillaje. No habían ventanas, aquella era una habitación interna.

El chico se atrevió a sentarse en sus piernas y una vez más ese mismo escalofrío de antes le recorrió de pies a cabeza. La pregunta le hizo volver su rostro hacía él quien le estaba abrazando, su cercanía no solamente le incomodaba sino que también le parecía inapropiada, pero supuso que era parte de su trabajo como Cortesano.

No vine aquí como cliente – Dijo al fin, tomándolo por la cintura, le sorprendió lo delgado y liviano que era y la facilidad con la que le pudo levantar. Le colocó a su lado en la cama y se puso de pie, necesitaba alejarse un poco, no le gustaba esa extraña sensación que se estaba formando en su interior, tenía la sensación de que debía salir corriendo de allí, pero se negó a huir del problema. Él llevaba 30 años como célibe, no iba a caer en la tentación tan fácilmente, además aceptar que le gustaban los hombres no estaba en sus planes, le avergonzaba sobremanera tan siquiera imaginarse en una situación así.

- ¿Porqué has escogido este tipo de vida? - Le preguntó sin girárse a él, aun dándole la espalda, la habitación se sentía caliente a pesar de que afuera el frío invierno congelaba las calles- Digo escogiste... porque por tus ropas costosas puedo inferir que no haces esto por necesidad ¿Verdad? - No iba a negar que no se sentía nervioso, pero no podía dejar que el chico viera sus nervios, tenía que mostrarse seguro de si mismo si quería generar confianza en él – Por cierto... - Se giró y le sonrió, una sonrisa cálida y pura – Me llamo Diodore, puedes llamarme Padre Dio o simplemente Dio, como prefieras –

por **Joseph Bissette** Dom Mayo 08, 2016 4:08 pm

Apretó sus labios intentando no reír, la mirada divertida y coqueta no quería dejar su rostro. Se acomodo en la cama y le observo desde ahí mientras encendía un nuevo cigarrillo, no le gustaba ser rechazado pero ¿ que podía hacer? Era un padre quien tenia frene a el y era claro que no seria fácil llevarlo por el mal camino .

- Esta en lo correcto, no lo hago por necesidad -

menciono para luego dar una fumada al cigarrillo y mirar hacia el techo de la habitación .

- Escogí esta clase de vida por que esta llena de placeras, de cosas nuevas cada día… nunca se sabe con que clase de personas se puede encontrar uno en esta clase de trabajos -

Se hizo hacia atrás, dejandose caer en la cama sin dejar de fumar .

-¿Por que debemos contenernos y vivir al margen de las normas? ¿por que usamos a Dios como pretexto para abstenernos de los placeres de la vida ? Dígame padre ¿ Por que dedica su vida a Dios? ¿El alguna vez a hecho algo por usted? -

No era como si el no fuera creyente, pero siempre se había cuestionado un montón de cosas, y era el momento perfecto para hacerlas saber a alguien perteneciente a la religión .

- Padre… yo solo elegí esta vida por que quiero disfrutar cada parte de lo prohibido… me e dicho a mi mismo que jamas me contendré y desaprovechare los placeres que puede entregar un hombre-

Una risa algo cortada se escapo de sus labios , hablar de ese tema se le estaba haciendo algo incomodo , no solía hablar mucho sobre lo que queria, para el su trabajo en el burdel era bastante simple, entregarle placer al cliente y a su vez satisfacer sus propias necesidades .

- Le llamare Dio , y mi nombre es Joseph -

Había olvidado la ultima vez que menciono su nombre en el burdel, ya nadie siquiera se esforzaba en mantener comunicación con su persona a la hora de ofrecer sus servicios de cortesano .

por **Diodore Pomeroy** Lun Mayo 09, 2016 12:50 am

El chico había empezado a fumar y Diodore no pudo evitar fruncir el ceño, por supuesto que creía que fumar estaba mal, el alcohol así como el cigarrillo eran cosas que consideraba desagradables, pero no iba a empezar a cuestionarlo por eso también, sólo lograría que el chico se sintiera atacado y se molestara con él. Le escuchó la respuesta que le pareció bastante hedonista y sencilla, el chico quería simplemente disfrutar del placer de manera irresponsable. Alzó una ceja al escucharlo hacerle todas esas preguntas y volvió a sonreír, no le ofendía que preguntara esas cosas tan peliagudas, después de todo sólo se trataba de un crio de 19 años.

-No se trata de usar a Dios como pretexto... o de vivir al margen de las reglas, mucha gente culpa a Dios o a la Biblia de todo lo malo, de no poder hacer esto o lo otro pero ¿Sabes? Las decisión de llevar una vida en la virtud depende de uno y debe nacer del corazón, no del temor a Dios – Le respondió y se acercó para sentarse al lado del chico que se había tumbado en la cama.

Al escucharle mencionar que le gustaba lo prohibido y que buscaba el placer de otros hombres desvió la mirada al suelo, nunca había hablado con una persona que tan abiertamente expresara su deseo hacía otra persona del mismo sexo, aquel era un tema que le cohibía sobremanera y que no quería aceptar.

- Entonces... ¿No te sientes atraído... por las mujeres? - Murmuró con voz bajita como si aquello fuera un secreto de alta seguridad.

por **Joseph Bissette** Lun Mayo 09, 2016 7:32 pm

La inocencia del padre Dio lo estaba matando, hacia todo lo posible por no reír para no hacerlo sentir mal o incomodo, al sentir el peso junto a el miro de reojo la espalda de aquel hombre, se le hacia curioso que no hubiera escapado ante su primera insinuación, una persona heterosexual normal no hubiera echo e incluso le hubiera golpeado, pero este sujeto, incluso siendo padre no lo estaba incriminando pos su condición sexual ni por el trabajo que practicaba.

- No es como si las mujeres no me gustaran y me resultaran desagradables… pero prefiero el calor de un hombre -

Menciono despreocupado, dando otra fumada al cigarrillo, el olor de perfume que había anteriormente en la habitación se había mezclado con el olor del tabaco, no era una combinacional muy buena, estaba llegando a ser desagradable.

-Padre… no es necesario que hable bajo, estamos los dos solos, nadie nos va a escuchar así que puede expresarse de la forma que dese -

Mientras hablaba se sentó nuevamente en la cama, sin mirar al contrario, no podía entenderlo, ¿Por que aun no era capaz de darle un sermón de aquellos que estaba acostumbrado a escuchar? Tal vez el hombre junto a el de alguna forma le entendía.

- ¿Puedo saber que hace usted en un lugar como este ? No me diga que viene a ayudar a almas impuras como la miá. -

Dijo divertido observando un punto del suelo , la sensación que tenia era bastante cómoda, era como si de alguna forma pudiera decirle a aquel hombre que acababa de conocer todo lo que pasaba por su cabeza.

por **Diodore Pomeroy** Mar Mayo 10, 2016 9:20 pm

Le resultaba extraño escuchar al chico hablar e su orientación sexual con tanta soltura, para él era un tabú enorme y no sería capaz de hablar abiertamente sobre ello, mucho menos aceptar ese tipo de gustos. Quizás era porque durante toda su vida se le había inculcado que aquellas prácticas estaban mal vistas y iban en contra de lo establecido por Dios. La biblia mencionaba en algún versículo que el hombre y la mujer debían casarse y yacer juntos, pero no se mencionaba nada sobre dos hombres o sobre dos mujeres, por lo que abiertamente la iglesia condenaba esas prácticas como impuras.

Era una suerte que Joseph hubiese dado con él y no con otro sacerdote más estricto, llevar ese tipo de prácticas podría acarrearle muchos problemas no sólo a él sino a su familia si la iglesia decidía tomar acciones en el asunto. Todos sabían el gran poder que tenía el clero sobre la sociedad, los imaginaba capaz de llegar a extremos como humillar públicamente a la familia de Joseph por sus actividades en el burdel.

-La verdad he venido a un lugar como este porqué siempre he pensado que en vez de odiar a los pecadores... uno debe de entenderlos y amarlos, como Dios ama a todos sus hijos – Le explicó arrugando la nariz, el humo del tabaco le estaba dando ganas de estornudar – Además me gusta hablar con todo tipo de personas, siempre encuentro sabiduría hasta en la más pequeña de las conversaciones – Se alzó de hombros y se quedó mirando la pared unos momentos antes de continuar – Además me sentía sólo, hace poco llegué a París y estoy viviendo en la capilla del orfanato donde ayudo a las monjas a cuidar de los niños... no es precisamente un gran círculo social – Bromeó al final y se volvió a Joseph con una sonrisa.

-Joseph, debes tener mucho cuidado si no quieres que los altos mandos de la iglesia o el gobierno note tus actividades – Comentó y esta vez su tono fue más grave – No es como si fueras el único en todo París, pero... he escuchado que recientemente están intensificando los castigos no sólo hacía todos aquellos que se dediquen a prácticas baneadas como la hechicería o la adivinación... si no también...para quienes práctiquen la homosexualidad -

Le miró con cierto miedo en los ojos, con genuina preocupación por su bienestar en sus palabras.

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