Tened cuidado pues estamos cerca de los dominios de Lucifer [Libre]

por **Ragnar Lothbrok** Miér Abr 27, 2016 7:20 pm

“Ella muere si las lágrimas de cristal no son devueltas a su dueño”

Esas fueron las palabras de un sabio que formaba parte de aquella organización, de aquel clan del que querían que formase parte al completo. Una misión más para que pudiera permanecer al lado de Desari. En pocos días fuera lo que fuera, la boda se daría presente. Una boda que podría cambiar un poco la manera de ver el cautiverio de las jóvenes casaderas de Paris, encerradas en sus habitaciones sin que las demás personas puedan hacer uso de ellas o de poder tenerlas siempre encerradas en sus habitaciones.

Ragnar correría una vez más el riesgo de pasar por una prueba para poder llegar a la torre y rescatar a su princesa secuestrada por el malvado padre maltratador que este sin embargo, añadiría un nombre a su lista de asesinatos consentidos. El nombre de Delay. Ese hombre estuvo desde siempre en las primeras casillas de su lista.

En cualquier lista que Ragnar hiciera para poder concentrarse o poder organizarse de sus víctimas a matar, Delay ocupaba el primer puesto seguido ahora de Keith que había subido de golpe al segundo puesto nada más saber lo que pasó, por haber detenido a tiempo lo que podría haber sido una acción de arrepentimiento del brujo. Sabía que Keith no lo hizo adrede, el efecto de la poción sobre Desari y sobre el deseo incontrolado que tenía hacia ella, lo volvió loco, pero Desari solamente será y puede ser tocada solamente por el lobo, el lupino que ahora estaba luchando por encontrar a la nieta de dicho miembro del clan del que era atosigado.

Una misión en que consistía que tenía que rescatar una pobre alma inocente de unos 16 años de edad. Tenía un retrato a mano de la susodicha. Tenía al parecer los rostros angelicales y el hombre especifico que tenía los ojos claros y el cabello cual rayos de sol. Ragnar al menos tendría una guía, pero si pensaba con precisión, si era un secuestrador fetiche por rubitas jóvenes y vírgenes, entonces habría miles. Esperando a encontrarse con sus creencias, Ragnar y otros hombres se adentraron en el interior de unas catacumbas alejadas por la zona pantanosa. El lodo llenaba los zapatos y las botas de andar de los caballeros, con ligeras antorchas iban cada uno esperando a que algo extraño pasara, estando siempre alerta del peligro.

Ragnar enseguida avisto en la distancia lo que podría ser una entrada hacia algo más profundo. ¿Podría ser posible? Sin esperárselo, se agacho al suelo tras ver que por poco le atraviesan con una flecha que apareció de la nada – Tened cuidado – Menos mal que vio la flecha venir, seguramente entre el lodo habría botones o simuladores o algo que accionase las trampas. Tendrían que ir con cuidado.

por **Reaper** Miér Mayo 04, 2016 2:30 pm

Cuando se trataba de salir a divertirse con el arco y las flechas, siempre buscaba que fuese en algún lugar poco habitado, ojalá con harta vida salvaje y con pocos que la interrumpieran o le dieran problemas. En noches como aquellas, en las que hacía pocos días habpia habido luna llena, por lo general buscaba soledad y tranquilidad, opuesto al desorden que ella siempre armaba en todas partes. Vestía unas botas negras de cuero un poco gastadas, pero aún eficientes; una camisa holgada de lana color beige que le cubría el escote a duras penas; una bufanda igualmente de lana y negra como sus botas; y una capa que le cubría desde la cabeza hasta las rodillas y que era de color marrón oscuro, casi confundible con el negro. Sus cabellos estaban sueltos y alborotados, sus manos se abrigaban por guantes abiertos de lana que le cubrían hasta la falange de los dedos, pero no los dedos en sí. De esta forma podía abrigarse sin entorpecer sus manos cuando manejaba el arco.

La correa de la aljaba pasaba por sobre la capa y la misma aljaba la tenía tras su hombro izquierdo, de modo que las flechas las sacaba con la mano derecha. Estaba sentada en la rama de un árbol, cerca de lo que parecía una pendiente hacia alguna caverna subterránea de la cual se emanaba algo de luz. Sabía que habían personas allí abajo, pero no le importaba, ella nada más se sentó allí porque de esa forma aprovecharía la luz que proveían, por lo que se sentía de lo más cómoda, con una pierna que dejaba colgar y la otra doblada y con el talón del pie apoyado bajo el muslo de la otra pierna, con la espalda apoyada en el tronco del árbol y el arco largo bien elevado y con la cuerda estirada hasta lo que más se podía. Se mantenía en aquella posición firme porque estaba apuntando, entrecerrando los ojos y con la vista bien pegada al objetivo. Buscaba perfeccionar su precisión, por lo que al soltar la cuerda y disparar, se sonrió de oreja a oreja cuando notó, a lo lejos, que su flecha había dado precisamente en el blanco: una pequeña mariposa nocturna que se daba vueltas de aquí para alla. Sin embargo, no fue hasta que se fijó un poco más, que notó que había alguien agachado entre las hierbas, justo debajo donde su flecha había ido a parar.

Oops. Qué suerte. -Susurró para si con sarcasmo, arreglándose la aljaba para que no se fuera a caer cuando diera el salto para bajarse del árbol. Cayó en sus pies y quedó agachada en el suelo luego de haber amortiguado la caída, observando hacia donde estaba aquel hombre que había visto por si es que se vovía hostil. Sin embargo, al no ver reacción alguna, nada más se puso de pie y comenzó a caminar tranquilamente por entre la hierba en su dirección. Pronto se dio cuenta de que tenía un aura en particular, el mismo que ella, más bien, y que no iba solo, a diferencia de ella. Elevó las manos al aire, con arco incluído, a modo de expresar que no buscaba un enfrentamiento.- No quiero problemas. -Habló en voz baja, sabiendo bien que le alcanzaría a escuchar, y sin dejar de acercarse a él.- Lamento lo de la flecha, no era mi intención molestarlos, caballeros. Yo solo intentaba lograr... -Hizo una pausa, llegando al árbol en el cual su flecha había quedado incrustada y llevando sus dedos a arrancar el ala de la mariposa nocturna que estaba clavada en la flecha.- ...esto. -Terminó con su Francés con acento Alemán, observando el ala entre sus dedos y mostrándola al grupo.

por **Ragnar Lothbrok** Vie Mayo 27, 2016 11:02 pm

Ragnar no hizo apenas ni un ademan, solamente las metió en el interior de los bolsillos de su pantalón al contrario que sus compañeros que iban esa noche a su lado. Suspiro y con un ademan de su mano el resto de sus acompañantes abandonaron el blanco en sus armas pero en uno Ragnar tuvo que insistir, inculcando que la muchacha no era una amenaza.

Sin embargo aún tenía la prueba por desarrollar, tenía que verse capaz de que no pudiera meter en sus propios asuntos a la joven que tenía delante de su cara, alzo una ceja y vio lo que la joven quería mostrar pacíficamente – Tsk…niña, no te metas en asuntos de mayores a partir de ahora deberías dejar el lugar corriendo – dijo suspirando y volviendo a mirar hacia la cripta o ruinas en las que tendría que volver a adentrarse un poco más debido a que por el momento no encontraron nada de lo que le pidió el anciano del consejo, lo que escucho fue el sonido de algo que corría hacia ellos, pero que enseguida se detuvo. Estuvo pendiente en si aquel sonido extraño volvía a reproducirse pero después de unos diez minutos quieto y en silencio, ningún sonido volvió a recitarse en la inmunidad del silencio.

Algo inquietante y a la vez decepcionante para Ragnar.

Tenían el objetivo de encontrar a una bella muchacha de cabellos dorados y rostro dulce que podría haber sido substraída del Clan, precisamente la nieta del Jefe, del anciano jefe de dicho clan que al parecer había sido secuestrada en la oscuridad de la noche. Extraño realmente. Los confines donde se resguardaban los miembros de dicho clan estaban bien abastecidos de una gran fortaleza arquitectónica y plagada de guardias dentro y fuera del recinto. Solo alguien del interior habiéndose infiltrado podría haber proporcionado lujo a este cometido.

por **Reaper** Dom Jun 26, 2016 11:37 pm

Una vez ya junto a los hombres y habiendo escuchado las palabras del licántropo, a pesar de que se ofendió tremendamente por lo que dijo, nada más se limitó a observar a todos y a cada uno de ellos de pies a cabeza, sin perderse un solo detalle. Dejó caer el ala de la mariposa nocturna y llevó su mano a la cintura, dispuesta a contestar algo, pero sintiendo entonces el sonido de un correteo que la distrajo. Se volteó entonces con el arco en su mano izquierda y, con los años que llevaba viviendo y cazando en los bosques, alcanzó a precisar de dónde vino aquel sonido, o al menos, dónde acabó, por lo que utilizó su mano derecha para retirar la flecha incrustada en el árbol y, con esta, tensó el arco y disparó hacia donde sospechaba había algo o alguien. Lo único que se escuchó fue el chillido agonizante de una ardilla.- Hm, decepcionante. -Comentó con voz moderada, sin subir mucho el volumen de su voz.

En seguida, volvió la vista hacia el licántropo a quien había interrumpido en lo que sea que hacía armado con tantos hombres en el bosque. Sonrió divertida, volviendo a tomar la posición anterior, con la mano en la cintura.- Creo que está demás decir que no soy una niña. -Comentó con tono molesto, mirando al licántropo en cuestión.- Además, salir corriendo no es mi estilo. -Agregó, mirando hacia un lado ahora y haciendo mover abruptamente sus largos y ondulados cabellos que golpetearon a los lados de sus hombros. Observó ahora hacia donde se concentraban los hombres, aquellos que ignoraban su presencia.- ¿Y ustedes, caballeros, qué se traman? ¿Vienen a la cripta? -Preguntó de repente, llevando su mano derecha a jugar con los cabellos de uno de ellos, mirando de reojo al licántropo, que se notaba era el líder del grupo.- Porque si vienen a visitarla, no van a poder volver a sus casas esta noche. No saben la cantidad de gente que hay allí. -Comentó con un tono como si intentase seducir a alguien, cuando en realidad nada más estaba molestando.

Yo, en cambio, llevo aquí todo el día y los he visto entrar y salir... -Agregó mientras que daba unos cuantos pasos para alejarse de ellos, deteniéndose para girar el rostro y mirarlos hacia atrás, aún dándoles la espalda.- Quizá, si dan buena razón, les pueda ofrecer mi ayuda. -Y dicho aquello, elevó la mano mientras que frotaba su dedo índice y medio con el pulgar, como signo de dinero, dando así su indirecta. Sonreía divertida, no perdía nada con intentar aquello y, si declinaban, pues nada más los vería fracasar olímpicamente desde la copa de los árboles, como quien estuviera en primera fila.

por **Ragnar Lothbrok** Mar Sep 27, 2016 5:41 pm

Sentía que estuviera frente a una joven aprendiz o simplemente con una muchacha con mucha cara que Dios precisamente la había puesto en el camino de todos – Aah…-suspiró apagadamente, como si estuviera desesperado por seguir a solas con sus camaradas y cumplir la misión para así poder tener posibilidad de tener su propia ayuda para la ayuda. Era, supuestamente necesidad de encontrar una joven de cabellos dorados y de aspecto frágil pero por momentos desde que llegaron a la cripta, algo le decía que no era en realidad ese el objetivo.

– Si te refieres a los muertos que hay por todo los túneles, tranquila, ya nos habremos ido para cuando ellos estén de vuelta –Su risa fue seca pero resonante en el eco de aquellos pasillos de hormigón bajo tierra, pero el escuchar aun a la joven que pretendía engatusar a sus camaradas Ragnar se irritaba por segundos.

– Mira estoy a punto de mandarte de una patada de vuelta al sitio de donde naciste –Dijo sin percatarse de la tonalidad del mensaje. Bien estaba claro que podría haber ido con algo más de tacto, pero en realidad estaba seriamente agotado, quería ya volver con lo que supuestamente habían ido a buscar, pero si según como decía la muchacha era en parte cierto y no estaban realmente a solas, tendría que llevársela consigo mismo – No te voy a pagar –sonrió – Ahora no desde luego. Si tu supuesta ayuda me viene bien entonces puede que ganes algo más que unas monedas de oro –Alargo la mano para lo que se hacía en los tratos - ¿trato? – Pero dicho “acuerdo” no llego a hacerse realidad pues sonidos desgarradores despertaron el temor en Ragnar y en el resto del grupo.

Algunas antorchas perecieron en las sombras por el aire del eco de aquel grito en lo más profundo de la cripta. Parecía que los habían llevado a la muerte o no ¿Qué era esto? ¿Una prueba de si era válido para el dichoso clan? ¿Ver si era apto para heredar el puesto de líder de la manada? Era un momento demasiado oportuno para que dichas preguntas salieran a la luz de su subconsciente. Solo tenía pensado en verse con ella entre sus brazos, tener un futuro juntos. Si, Desari sería la luz que las antorchas habían perdido, Desari sería el móvil motor de su esperanza a poder superar la prueba en la que estaba pero que casualidad, se encontraban con variables que jugaban a ser princesas de los indios.

-Vamos –Señalo al frente – Si nos concentramos podremos ver sin problemas en la oscuridad. Fijaros en puntos de luz y podréis ver perfectamente –Eso era hasta que toda luz se ausentara entre las sombras y descubrieran lo que habían venido a buscar.

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