Cerca al atardecer (Libre)

por Invitado Lun Jul 18, 2011 4:44 pm

((Libre))

Un día de esos Nathan se encontró en las cercanías del bosque, decidido a salir de casa, quizá por unos buenos pichones, se adentró un poco hasta llegar a un claro donde se detuvo a descansar de una larga caminata, ya llevaba dos pichones colgados de las patas y amarrados a una misma soga. Se preguntó si tal vez sería prudente transformarse, hace tiempo que no lo hacía ya que estaba lleno de trabajo en las últimas temporadas. Recordó la primera vez que apareció ante los ojos del abuelo como un león y por un momento le invadió la melancolía de aquellos días, pensó en su hermana, no le enviaba cartas desde hace dos meses no porque no la extrañara sino porque sabía que ella le pediría dinero, dinero que el apenas tenía para subsistir.

Queriendo liberarse de la conciencia humana, decidió que esa misma noche saldría bajo la forma de gato a rondar por los tejados de la gran ciudad a pesar de que debía tener cuidado, no faltaba uno que otro vampiro loco que en lugar de alimentarse de humanos se alimentaba de animales, no estaba en sus planes ser el platillo de entrada de uno de esos señores chupasangres, quizá de alguna señorita si lograba hipnotizarlo con su belleza, el peligro de tener que encarar a uno de esos inmortales, caer rendido ante sus rostros perfectos. Se sacudió la cabeza negando para olvidar siquiera que podría pasar aquello y se recostó sobre la hierba dejando los pichones a un lado de él.

Colocó ambas manos detrás de la cabeza para apoyarse en ellas y se quedo viendo las hojas de los árboles, se desprendían y caían en una lluvia silenciosa y de tonos bronces con tal lentitud y armonía que poco a poco fue quedando en un estado divagante, viendo formas entre las hojas, haciéndose los árboles más lejanos y finalmente rindiéndose ante el sueño. Fue tan plácido y tranquilo el dormir en aquel lugar que no se dio cuenta de la hora y despertó en la tarde cuando el sol empezaba a descender para dar lugar a un atardecer que valía la pena no perderse. Aún el cielo conservaba su tono celeste y apenas se veía un gris lejano, como hombre de campo Nathan calculo que faltarían más o menos dos horas para que el manto de la noche se tendiera. Se sentó, vio alrededor y encontró la figura de una sombra cerca de un árbol, estaba inmóvil pero no supo reconocerle si se trataba de humano o animal.

por **Haylen Mosleyement** Lun Jul 18, 2011 5:27 pm

Estaba en el bosque, necesitaba despejarme de todo lo que me ofrecía la ciudad. Había deambulado por allí durante todo el día, pensé en que debería comprar una casa si aquí quería vivir, no podía pasarme los días en el bosque o caminando por las calles de París, debía solucionar esto. Tan pronto como pudiera, buscaría solución. Todavía seguía hambrienta pero me negaba a ceder, no todavía. Había estado caminando por la inmensidad del bosque, los árboles daban una agradable sombra en plena luz. No tenía hogar por lo que era agradable encontrar un espacio de tranquilidad.

Me escondí tras un árbol, frente a un claro prado, quería ver el atardecer aunque me molestara, desde la oscuridad. Todo era hermoso, pero entonces me dí cuenta de algo... no estaba sola. Vi a un muchacho sentado en el claro cesped, ¿cómo era que no me di cuenta? Pero había algo en él, que me hacía pensar que no era un humano cualquiera.

La quemazón de mi garganta me indicaba que era lo que necesitaba, pero no, yo podía con ello, este no era el momento, y realmente no quería hacerle daño. Él se percató de mi presencia, y entonces empezaron mis nervios, no podía salir al claro, no todavía, la luz todavía me molestaba. Había pasado todo el día deambulando por el bosque, buscando refugio del sol. No esperaba encontrarme en esta situación. ¿Qué debía hacer? No estaba segura de lo que él haría, asique decidí esperar tan tranquilamente como pude, sin dejar mi estado de defensa a un lado.

por Invitado Vie Jul 22, 2011 5:09 pm

Tenía la vista muy buena pero era mejor bajo su forma animal, desde donde estaba no pudo divisar entra la oscuridad del bosque y solo veía la sombra ahí quieta observándolo a lo lejos. Aún así, su sentido del olfato lo conservaba incluso en su forma humana e hizo el intento de rastrear el aroma de quien fuera esa persona con el viento que soplaba en su dirección, las hojas de los árboles fueron las que le dieron lo que buscaba ya que provenían de esos árboles. Así fue que sintió el olor inconfundible de un vampiro, pensándolo fríamente lo mejor era salir de allí, no quería enfrentarse cara a cara con uno de ellos porque siempre defendería la postura pacifista a pesar de su naturaleza animal.

Una opción era que si escapaba el vampiro pensaría que se trataba de un humano e iría en su caza así que hizo lo que por entonces le pareció lo más razonable, se puso en dirección al vampiro caminando tranquilamente como si diera un paseo. La noche caería tarde o temprano y se encontraría en medio del bosque pero estaba acostumbrado a ello, no era la primera vez que tropezaba con un vampiro o con un licántropo y sabia medir la fuerza y destreza de cada una de las razas de las cuales la mayoría no sabía que existían pero también estaba consciente de su fuerza y velocidad así que si de algo iba a temer era de que tuviera que convertirse en una de sus formas felinas ya que prefería estar en su forma humana para pensar con la razón.

A medida que se fue acercando levanto los brazos mostrando que estaba desarmado y que no era su intención atacar, claro que en una de las manos llevaba los dos pichones colgando y se veía absolutamente cómico ya que los cadáveres de estos se meneaban de patas arriba chocando entre ellos una y otra vez. A pocos pasos se dio cuenta de que se trataba de una mujer, tenía las vestiduras de una y al encontrarse frente a frente se detuvo a una distancia de diez pasos y bajo las manos tranquilo. Sonrió, la miro y dijo: “Buenas tardes casi noches señorita, ¿está usted bien?” .

por **Haylen Mosleyement** Sáb Jul 23, 2011 8:04 am

Observé cómo el muchacho se acercaba a mi. Realmente debió percatarse de que no le haría daño pues se acercó tranquilamente y muy confiado. Qué estraño. Él era poco más alto que yo y tenía unos ojos preciosos y sin darme cuenta estuve en silencio durante un buen rato sin contestar a su pregunta.

- Buenas tardes - dije poniendome un poco más en la sombra que daba el árbol. El sol iba bajando y sin darme cuenta me había iluminado el rostro y eso fue lo que me hizo retroceder. - Estoy bien ... solo estaba paseando - dije. ¿Él sabría lo que era yo? No estaba segura. No sentía como si tuviera que estar en guardia, no pensaba que me fuera a hacer nada por lo que me relajé.

Bajé mi mirada hacia el suelo, intentaba dejar de respirar... de lo contrario la quemazón de mi garganta me nublaría la vista como acababa de hacer. Era horrible aguantar esta presión, pero sabía que podría con ello. - Deberías volver a tu hogar, por la noche no deberías andar solo por aquí- le advertí. Se veía agradable, no quería que le pasara nada. Podría encontrarse con otro vampiro y quién sabe cómo podría ser ese vampoiro, hay para todo.

Me quité mis guantes y los guardé en un escondido bolsillo en mi vestido, y coloqué mi colgante en una posición alineada en mi cuello, como debía estar. El haber estado toda la tarde caminando, lo había enredado y también había desecho mi moño por lo que cabé con el pelo suelto y al darme cuenta suspiré, mi cabello era largísimo y me costaba mucho tiempo arreglarlo. Después de arreglar mi cabello con los dedos me senté en un tronco caido. Estaba cansada y se sentía bien descansar un poco.

por Invitado Mar Jul 26, 2011 5:22 pm

Nathan sonrió cuando ella afirmó que se encontraba bien, se reclinó sobre el tronco de un árbol para no acercarse más ya que no quería que ella se sintiera incómoda y le dijo: “Es una hora de la que debería cuidarse para salir a pasear, el sol aún podría lastimarla”. Miró hacia el sol que poco a poco desapareciendo en el firmamento, la constelación del can saldría en cuanto se ocultara como si el mismo sol resurgiera pero esa luz ya no le haría daño a la mujer que se ocultaba detrás de la sombra del árbol.

Él volvió a escucharla y sonrió amigable, se dio cuenta de que ella tenía razón pero también sabía que los predadores nocturnos como los vampiros preferían estar en la ciudad cuando era de noche ya que la probabilidad de que obtengan una cena gratis era más grande que estando en campo desierto. No podría decir lo mismo de los licántropos quienes merodeaban muchas veces por los bosques pero no temía en estos días de un encuentro con ellos ya que aún faltaba una semana para que la luna llena encontrara su apogeo en la bóveda nocturna.

Miró de reojo hacia los pichones y luego a ella para hablarle: “No es peligroso por ahora a menos que llegué uno más de tu especie, no querría encontrarme con dos vampiros hambrientos a la vez o tendría que asumir mi forma animal” se encogió de hombros como si estuvieran hablando del clima, era natural para el hablar de aquellas cosas con los seres de la noche, era diferente en el caso de los humanos con quienes tenía que mantener el acto de no saber nada de los rumores de seres del ‘demonio’ que solo salían de noche.

“Debes tener hambre pero no te ofreceré mi pescuezo, si puedo ofrecerte una botella de sangre que tengo guardada por si acaso en mi cabaña de caza, no está muy lejos de aquí por si quieres acompañarme” dijo finalmente, en realidad estaba lejos de ser una cabaña de casa, era una pequeña construcción como una casa del árbol donde solía encontrar refugio cuando salía a cazar o cuando muy entrada la noche le pescaba desprevenido para quedarse allí. Apenas era un cuarto de dos metros de lado hecho de madera y cubierto con ramas ubicado a cinco metros del suelo sobre la copa de dos árboles frondosos.

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