Notas en páginas polvorientas que se tornan amarillas y negras

por **Luckas Fletcher** Lun Mayo 30, 2016 11:14 pm

Aun no puedo creer lo que acababa de ocurrir, todo el esfuerzo que había hecho se ha esfumado en un abrir y cerrar de ojos ¿A donde se había ido todo?; estando en la oscuridad de mi habitación puedo solo oír en silencio como mis padres hablan sobre lo buen hijo que soy, aunque se que en el fondo se lamentan por tener que conformarse conmigo. ¿Será que si existe un Dios realmente? si es así, de seguro me está castigando por algo que hice en el pasado, o por algo que haré, porque este infierno solo puede ser por obra divina.

Mi silencio es interrumpido por un ligero chirrido, sé a quien pertenece aquella puerta que se abre y cierra rápidamente, así como la luz que se filtra por mi ventana; es la hija de los vecinos una joven que al parecer es la única que acepta mi condición de "recogido" en donde estudiamos, aunque a sus padres no les hace mucha gracia nuestra amistad. Los pocos momentos en los que hablamos son cuando nuestras ventanas se encuentran, pero esta noche no tengo sentido el verla, aunque se que ella no se dará por vencida, nunca lo hace.

Por eso la envido.

Un ruido como uñas que tocan el cristal puedo oir pero solo me metí en la cama más no quería que viera mi vergüenza de lo ocurrido, ¿Qué diría ella si me viera en ese estado deplorable? seguro que no tocaría el tema o quizás me golpearía para que despierte y me olvide de todo.

Solo dormir me ayudaría...Para cuando despierte comenzar de nuevo el infierno.

Solo que este infierno comenzó diferente porque ella estaba ahí, en mi cama, durmiendo conmigo. Fue el mejor de todos, porque entendí lo que realmente era ese sentimiento.

por **Luckas Fletcher** Sáb Jul 30, 2016 10:09 pm

Luz de sol de baña toda la habitación, puedo oler los rayos del sol en mi habitación no sabía que tenía ese aroma a flores y frutos hasta que esas hebras doradas enredaran mi rostro. Solo pude sonreír como un bobo, un necio que se ha embelesado en la belleza de un ángel, y eso es lo que ella es para mí, mi ángel de paz y tranquilidad con algo de emoción y locura.

Si tan solo pudiera sonreír como ella lo hace.

No me atreví a despertarla porque realmente admirada su rostro dormido, ahí estaba la única persona que me comprendía realmente ¿será que con esto ella también abriría su corazón para el entendimiento? Tumbé mi cuerpo violentamente contra la cama soltando todo el aire que tenía mis pulmones, la mirada fija en el techo de mi habitación pensando en si contarle o no lo que me había ocurrido. Repito una y otra vez las palabras pero ni una convence para dar comienzo a aquella charla, solo puedo quedarme ahí tirado sin dejar de mirar el color blanco de la habitación.

Solo vienen los recuerdos de aquel fatídico viaje, así como los de mi propia y miserable existencia.

La habitación comienza a tomar otro aspecto más denso y oscuro, puedo ver los tonos blancos desaparecer para dejar el tapiz todo rasgado, miedo es lo que siento por lo que veo que no me doy cuenta que mi cuerpo se ha movido a abrazar aquel delicado cuerpo que responde mi abrazo con una suave vocecilla que me da los buenos días y esa fragancia del sol.

por **Luckas Fletcher** Vie Sep 30, 2016 10:55 pm

Si solo…si solo….

La habitación ha dejado de ser sofocante, realmente ella podía disipar aquel dolor, era como un ángel y olía como tal a manzanillas y fragancias florales. Creo que por ello la abracé más fuerte para ser capaz de calmar a mi agitado corazón. Y si, se calmó, aunque no del todo porque ella respondía a mis abrazos con sus pequeños gestos y sonidos que la hacían ver como una ardillita.

Ella fue capaz de conseguir que sonriera, fue en ese momento que sus ojos se encontraron con los míos y su sonrisa se amplió ¿Siempre me pregunto ¿cómo es que ella puede sonreír así? La envidio por ello, realmente lo hago. Me separé de mi amiga tosiendo para darle la espalda, estaba sonrojado por haberla tenido abrazada todo ese tiempo.

—Es mejor que vayas a tu casa, si tus padres se enteran se podría armar un mal entendido—

Quería estar solo por unos momentos, pero ella antes de decir algo siquiera simplemente me abrazo por la espalda y volvió a quedarse dormida, ¿Cómo lo hacía? ¿Acaso no tenía miedo de mi?. No, ella confiaba en mi absoluta y ciegamente, tal como yo comencé a hacerlo.

En aquella mañana no dormí completamente, simplemente podía oír la respiración de ella y la calidez que le brindaba a mi cuerpo con sus manos. Si tan solo pudiera estar con alguien así, si solo pudiera llegar a sanar aquel dolor y volver a comenzar, pero para mi es imposible, para alguien como yo que no tiene pasado, presente y futuro le es imposible pedir aquello, solo quedaba seguir bajo esa misma senda hasta que el dolor termine por consumir, y más con aquellas sensaciones que estaban despertando en mí, ¿Sería ella? ¿Sería yo mismo? ¿Sería mi dolor? No entendía pero me daba miedo, aunque ella estaba ahí calmando todo ello, había algo que me molestaba y no sabía que era.

por **Luckas Fletcher** Lun Ene 30, 2017 9:47 pm

Caminaba distraído por las calles, hacia una semana que había viajado a la ciudad para hacer efectivo la entrega de unas telas de mucho valor. Era impresionante la ostentosidad de aquellos. Yo ya no creía en Dios, ni en el cielo ni en otro infierno que no fuese el personal, resulta paradójica mi poca fe dado que mi propia existencia confirmaba que no era tan descabellado pensar en demonios y como contraposición en ángeles, en cualquier caso yo me hacía preguntas sobre aquella religión sin llegar a respuestas suficientemente válidas para mí. Había misterios que resultaban demasiado intrincados como para tener una respuesta sencilla. La religión era uno de estos demasiadas opciones y pocas evidencias, al fin y al cabo se basaba en la fe, no? Cómo pedir más? Bueno, pero yo necesitaba más en esos momentos necesitaba mi poca alma algo más en que creer o quizás no era el algo si no el alguien.

Dejando atrás aquellas reflexiones que no llevaban a ningún sitio decidí caminar en busca de alguna librería abierta. Aun no era muy tarde, las nueve en punto se marcaban en el gran reloj de la plaza a la que había llegado. Los transeúntes cada vez eran menos pero la actividad aún no había cesado, aunque en mi corazón deseaba terminar con todo eso y más.

Para mi sorpresa no estaba solo, al menos al girar la esquina ella apareció con su enorme sonrisa justo en frente de la iglesia tan feliz y radiante como un día de primavera, quizás ella sea el ángel que me hace falta para volver a creer.

por **Luckas Fletcher** Mar Feb 28, 2017 1:37 am

Los ángeles no están destinados para encontrarse o permanecer con los demonios, esos son llevados lejos para evitar ser corrompidos y manchados en pecado mortal, y ¿Qué se le puede ofrecer a un ser de ellos que solo amarlos?, mi ángel era ella pero yo solo era un hombre poco respetable por la sociedad y no por mis acciones si no por mi procedencia. Ello era lo que alejaba a mi nuevo ángel de mi y me sucumbía de nuevo en la desolación.

Cuantas veces no escuché su voz llamando por la ventana hacia mi oscura habitación, cuantas noches no oía el tocar de sus finos dedos los fríos vidrios de mi ventana, cuantas veces tuve que verla de lejos y solo suspirar mientras sonreía haciéndome el tonto, tantas que volvía a sentir esa sensación dolorosa y molesta nuevamente, era mi corazón rompiéndose nuevamente.

—¿las mujeres nunca estarán contentas hasta vernos destruidos por completo, verdad?—

Fue lo último que le dije ese día, luego de ello, ella cambió completamente, si fue mi culpa todo eso porque no quería volver a sentir ese dolor que se siente cuando alguien destruye tu poca cordura y te empuja al abismo para que te pierdas en la oscuridad y el mal.

Ella volvió a su habitual vida y yo a la mía, con mis padres adoptivos que trataban de evitarme más rechazo de la sociedad, pero ya estaba acostumbrado, quizás fue ese mismo rechazo que me llevó a mi vocación, a meterme de lleno en los libros, el conocimiento fue el escape más grande y gratificante que una persona puede encontrar. Cada libro representaba parte de mi alma y por eso comencé incluso a coleccionarlos, de una manera tan extraña que parecía que buscaba llenar algo, y lo estaba, estaba buscando llenar el segundo vacío.

por **Luckas Fletcher** Sáb Oct 28, 2017 11:55 pm

Se pasea entre la muchedumbre con mirada perdida y oídos ausentes, en un vano intento por evadir la falsedad de aquel centro de apuestas y perdición de la cordura e incluso de la misma humanidad. Cierra los ojos una fracción de segundo en un intento por no perder los estribos, he allí la razón de su ensimismamiento, de su vida de ermitaño. Sus avanzados estudios de magia lo han vuelto un ser cuyos niveles de energía superan al común, y que al ser alterados, pueden generar un caos inimaginable. Cuando niño, más de un desacierto cometió y más de una lágrima derramo, de joven las lágrimas se transformaron en frustración, a lo que la Shamballah siempre respondió:

"Eres solo una parte de la balanza, lo efímero. Un día alguien con los pies sobre la tierra, tu opuesto, equilibrara tu balance."

No es que Eloise fuese irracional, todo lo contrario, su pensamiento ha de ser tan lógico que nadie se imagina estar en presencia de un mago tan poderoso como es él. Sus mismos sentimientos y emociones se encuentran esquematizados, eso, hasta que se enfrenta a tales niveles de euforia y adrenalina, cuando eso ocurre se vuelve un ser huraño y mal educado, muchas veces violento... Un ser despreciable, que recepciona y refleja las malas energías de aquella humanidad que repudia. Por eso los evita, solo quienes han tenido la oportunidad de verle en la intimidad de su solitaria vida conocen al verdadero joven

Ahora, rodeado de aquella gente se siente ajeno e incomodo, de un creciente mal humor, de cierto modo desorientado, ansiando una copa... Una copa de vino, eso pide, antes de cerrar los ojos y concentrarse en atraer a Earin….

Aquello es lo último que recuerda antes de entrar en una suerte de trance hacia el pasado, un recuerdo nítido de un lugar lejano a la memoria y que le golpea con la misma fuerza que el líquido carmín se impregna en su camisa.

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