Sins - Privado

por **Antonio de Carvajal** Vie Jul 15, 2016 7:32 pm

Me santigué antes de confeccionar un par de oraciones, tal como lo había aprendido, miré hacia arriba, hacia el rictus inmóvil de aquella estatuilla de yeso a la que todos los presentes rendían devoción de forma silenciosa. Traté entonces de encontrar una razón poderosa para presentarme ahí como una de esas ovejas, perdidas.

A simple vista, mi fachada mundana cubría a la perfección los detalles, no obstante estaba seguro que una esencia diferente yacía ahora en mis entrañas, un monstruo que tarde o temprano clamaría por salir a jugar en la plenitud de la oscuridad. Mi mirada nostálgica reparó en los detalles del decorado y acabado del mismo edificio. Magníficos, absolutamente perfectos lo que yo consideraba esencial en el recinto sin restarle importancia al resto de la arquitectura.

Postrado frente al portentoso altar que se erguía de forma solemne frente a mis orbes, lacerado aun por cada una de las palabras y los actos que había cometido en mi pasado, uno que no quería remover de su lugar pero que para desgracia mía seguía siendo un impedimento para continuar. Y sin embargo encontré la forma de moverme en la penumbra espesa que flotaba dentro de la catedral, las luces opacas que oscilaban de un lado a otro proyectaban grotescas formas en las paredes frías, un tenue aroma a rosas perfumaba el ambiente.

Chasqueé la lengua y fruncí el entrecejo, pues ese tipo de detalles nunca habían sido de mi agrado. No obstante ese lugar de paz era lo único que podría calmarme en ese instante. Mi mirada se topó de imprevisto con la de una persona a un par de pasos de donde yo me encontraba, sonrió amable y sólo pude asentí, pues mi intención no era la de iniciar una charla con extraños. Suspiré de mala gana, sería un hipócrita si permaneciera un segundo más dentro.

Los cánticos apenas se escuchaban como susurros a su alrededor y en la profundidad de su ser, deseé que cada rezo fuera escuchado, que cada dolor fuese mitigado por intercesión divina, que al menos uno de ellos conociera el beneficio que brinda el ser alcanzado por ese auxilio, ese perdón anhelado que yo seguía buscando y que estúpidamente pensé hallaría en ese lugar.