Espejos || Privado

por **Andromeda1** Vie Jul 29, 2016 12:00 am

Brinco, salto, paso y volvemos a saltar nuevamente por todo el lugar; así iba dando un paseo por la ciudad parisina con el sol centellando bien en lo alto, pero ese brillo era por la tarde que se iba poniendo y así como si nada con el vestido tan claro y azulado y el cabello sin peinar, todo suelto, iba dando un paseo alegre cantando por la ciudad sonriendo alegremente y saludando a la gente pasar, pero nadie responde su saludo algo que le hace enojar.

Los estribos se pierden y el viento aumenta agitando con fuerza el lugar por donde aquella mujer pasa, las personas ríen y se animan por ello, otros maldicen chasqueando la lengua con fuerza por aquel cambio brusco del ambiente y de los vidrios que no dejan de agitarse por la furia contenida de aquella mujer hasta el momento en que todo se desvanecer incluso ella.

Aparece por los bosques, un lugar tranquilo y sombrío en aquella parte donde los animales vagan sin sentido, con sonrisa en su rostro correr por todo el lugar jugando con amigos que no están más que solo en su cabeza, arbustos, árboles y troncos, todo es utilizado hasta entrada casi la noche en la que se disponía a regresar caminando a su casa con una mirada triste.

Andy, Andy si te vas por allí encontrarás otro mundo mágico
Ven, ven sígueme.

Corre sin importarle el golpearse contra las ramas riéndose por sentir la naturaleza más cerca que los propios humanos. Una voz la para en seco a la que con una risilla contesta, una pequeña y chillona risilla que ha creado para asustar a las personas, cuando se siente aburrida. Camina saliendo entre los arbustos pero por donde está las sombras le cubre y junto a su tristeza desmedida desaparece.

–Y por qué debo salir de la oscuridad si tu estas en ella, además soy mujer no debes usar ese tono conmigo jovencito– colgada de cabeza abajo aparece tras el joven, al que regaña severamente. Sus piernas son las que le sostienen de aquella rama y aunque su misma presencia no sea tan femenina por cómo se ha presentado ante aquel hombre de cabellos extraños y presencia rara ella sonríe. Olfatea el lugar haciendo caras y gestos desagradables –Hueles a galletas mojadas, pero con agua y no chocolate, necesitas un baño porque hueles mal– cubre su nariz con sus dedos hablando de aquella forma extraña y particular.

Se deja caer de aquella rama despareciendo antes de tocar el suelo, pero….

Aparece frente a él sonriendo.

por **Joe Black** Dom Sep 04, 2016 9:42 am

Perfecto, de entre todas las locas del universo a mi me tenia que abordar la que parecía mas desquiciada del universo. Encima en forma de espíritu, una cruel desventaja, pues ya muerta no podía arrancarle con mis fauces su yugular, ni con mis garras su corazón aun palpitante para darme el gusto de oírlo chapotear al caer al suelo.

Así que me limite a seguir con mi hasta entonces agradable paseo, que ahora para nada era ni en paz, ni en sosiegos.
-¿Tu no te callas nunca? -le pregunté ahora realmente molesto. -Créeme has elegido a un mal tipo para molestar, seguro que te divertirás mas con otros con mas paciencia. La mía tiene un limite y tu presencia lo colma por completo.

Respire un par de veces antes de emprender mi camino, esta vez subiendo sobre mi corcel de un salto, esperando que al galope pudiera dejar atrás aquel estúpido bicho.
-¿Galletas mojadas? -negué con la cabeza incrédulo, seguro que había muerto en un manicomio, o quizás los siglos de no vida vagando por los bosques en penumbra la habían vuelto tarumba.

Sonreí de medio lado cuando creí que la habría dejado de lado, que seguramente estaría al acecho de otro pobre incauto, mas para mi desgracia, pronto la encontré detrás de mi caballo, mirándome con una sonrisa instaurada en sus labios.
-no me eres muy útil, la verdad, e normal no aguanto a las mujeres, de echo solo las aguanto si puedo meterme entre sus piernas, cosa que contigo veo complicado, así que ¿por que no te vas a molestar a otro lado?

Enarqué una ceja cuando se limito a sonreírme, parece que la señorita había encontrado una presa y no pensaba dejarme ir, al menos no de momento.
-¿quieres jugar? Juguemos pues -le dije girándome ligeramente para hundir mis claros ojos en los suyos -Mas creo que sabes que soy un monstruo, te cansaras de verme derramar sangre, y voy a pervertir hasta el ultimo resquicio de tu ser, ese que ahora se me antoja efímero y despreocupado.
Cuando acabe contigo desearas tanto cruzar al otro lado que la sonrisa se te borrará de un plumazo.

por **Andromeda1** Miér Sep 28, 2016 11:23 pm

Compendio de palabras que iban y venían y para la mente de aquella alma errante eran tan incompresibles como graciosas tanto así que no soporto el aguantar aquella risotada acercándose sin temor al hombre mirándole directo a los ojos con esa inocencia de la muerte en su ser, una inocencia peligrosa. Negó con su cabeza agitando leve sus cabellos dorados, que ahora estaban más apagados que el sol; caminó alrededor del hombre observándolo, tasándolo de pies a cabeza, de lado a lado, de ancho a lo largo para que su pequeña voz onírica e inexistente pudiera hablarle mejor.

Si comiera más estaría mejor, quizás si frunce el ceño y saca su lengua sería más atractivo a la vista, o quizás si se pone un sombrero y una golsa que cubra todo su rostro ¿No lo crees pequeña Andy?.

Sus ojos investigan aquello que su mente ya está recreando soltando una pequeña sonrisilla –Es verdad, sería perfecto así, pero no, creo que estaría mejor si solo despeinara su cabellos completamente todos parados– ríe mirándole con los ojos entrecerrados ante su completa aceptación de entrar al juego –Me emociona que quieras juga, pero debes saber que hay reglas y si no las acatas serás penalizado con pena de vida y muerte y perderás un turno por cada una de las infracciones que cometas ¿entiendes?– sus manos cubren sus labios para evitar que vea su sonrisa de satisfacción por tener con quien jugar, aunque había una ligera trampa en ello –¿Pervertir? ¿Cruzar al otro lado? ¿Monstruo? Eres muy gracioso más que el señor conejo o el señor gato, tan gracioso que te daré una pequeña ventaja en el juego, que puedas empezarlo ya que quieres jugar a la gallina que cruzó al otro lado– ladea su cabeza sonriendo de oreja a oreja.

De una manera retorcida y casi insana lleva ese rostro que no comprende el fondo de las palabras expresadas por el hombre y por las propias.

Extiende su mano para sellar el trato del juego, como si fuera una joven inocente.

por Contenido patrocinado

Espejos || Privado

Espejos || Privado

Re: Espejos || Privado

Re: Espejos || Privado

Re: Espejos || Privado