Experiences -privado

No es más que un hábito del ser humano cambiar de residencia cuando se siente agobiado por el ambiente, las personas e incluso sin una razón aparente. Simplemente se siente esa necesidad, aunque resulte absurda. Lo que más le costaba dejar era el empleo, pero confiaba en los colegas que quedaban en la universidad a que atenderían a sus alumnos, igual e incluso mejor que él mismo. El resto de las cosas eran simples adornos que decoraban una fantasía, una máscara que camuflaba a una especie a la que había dejado de pertenecer hace un siglo. Las despedidas... No era algo que disfrutara, pero había aprendido que siempre es necesario dar un adiós al menos, porque nunca se podía saber cuando sería la última vez que se ve a una persona. Y por eso es que también le da a uno la obligación consigo mismo, o al menos así le sucedía a él, a reencontrarse con ciertos lazos fuertes de vez en cuando.

Estacionó el carromato, y y bajó del vehículo. Había arreglado todo con anterioridad, aunque sabía que "el" pudiera insistir que no era molestia, no quería causar problemas por ser un huésped. Contactó a una inmobiliaria, y estaba a punto de adquirir una casa en la ciudad. Con solo unos días en aquel lugar, ya se sentía a gusto. Al menos en apariencias era un lugar tranquilo, y sin saber por qué.

Enseguida escuchó una voz no conocida para é.. -Buenas tardes, srta. ¿Bermont?-Terminó, pronunciando su nombre, para soltar una risa corta a la pregunta que le formulo despues:.-Si, he llegado anoche, disculpa no haberte avisado.-Mintió un poco. Ella sabía que no le gustaba que se molestaran por él, aún cuando realmente no fuera así. -No, me hospedé en el hostal. Si.-Dió un par de respuestas cortas mientras caminaba por la vereda. -Eso creo. De acuerdo,. No, no, ya tengo anotada tu dirección.-Negó con la cabeza, adivinando a sus pensamientos, conociéndola lo suficiente-¿Y por que otro motivo crees que podría haber venido hasta aquí?.-Volvió a reír, al escuchar a su interlocutora. -De acuerdo. Nos vemos luego.-Saludo, y se fue por el mismo lugar por donde venia

Nunca renegó de quien era, su raza era claramente superior a lo que era antes. Y aunque no se consideraba un dios, creía en su poder más que en otra cosa. Su alimentación, no era algo que dejara a segundo plano, ya que era indispensable no perder los estribos en un momento clave, debido a su trabajo. Sus víctimas, generalmente eran personas que nadie echaría de menos. Siempre intentó evitar las presas femeninas, aunque muchas veces, la voluntad no basta.

Miró alrededor intentando ubicarse en un espacio que le era desconocido. Debería haber preguntado antes donde quedaba algún sitio menos populoso. Buscó al menos con la mirada alguien que pudiera guiarle, o darle indicaciones a donde quería llegar. Se acercó con lentitud a un transeúnte que estaba mirando una vidriera distraído, e intentando no tomarle realmente por sorpresa, habló.-Disculpe, soy nuevo por aquí, y creo que me he perdido...-Se rascó la nuca volviendo a mirar hacia su auto.-El Hostall Taunt, queda más al centro, ¿cierto?.-Preguntó, señalando la dirección hacía la que creía que estaba. Pero la verdad es que estaba viendo esa vena palpitante en su cuello. Estaba deseando darle un buen mordisco.