Leila Misrahi.

Turca ✘ Bisexual ✘ Cambiante úrsido ✘ 25 años aparentes - 50 años reales ✘ Clase media

Parte animal
Se transforma en: oso pardo europeo, oso panda rojo y oso negro americano.
PODERES INNATOS:
✘ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiante está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
✘ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
✘ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiantes o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.

PODERES PERSONALES:
✘ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
✘ Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros cambiantes por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los Licántropos). Funciona únicamente a cortas distancias.
✘ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

Personalidad
Se puede decir que esta mujer tiene un carácter poco común para alguien de su origen. Es una luchadora nata, tenaz hasta la extenuación, jamás da una batalla por vencida hasta asegurarse de haber exhalado su último aliento. No tiene interés alguno en buscar a la media naranja y casarse, para ella ese tipo de relación solo sería un estorbo dado su modo de vida. Sería para Leila una manera de entorpecer los encargos que tanto ella como Tala –su hermana- reciben cada cierto tiempo para acabar con vidas ajenas; es por ello que se limita a mantener relaciones esporádicas con quien le llame la atención de alguna manera. No distingue entre sexos, para la cambiante son igualmente atractivos los hombres como las mujeres aunque cada uno a su manera. Cuando deseaba que alguien lamiera sus heridas se decantaba más por las féminas, mas cuando quería una noche de pasión brutal sin un ápice de tacto acababa siempre acudiendo a algún hombre. Es poseedora de un carácter muy fuerte, casi imposible hacerla cambiar de idea cuando toma una determinación. Poco la importa la opinión que los demás tengan de ella y saber el recelo que levanta entre las féminas occidentales. Se sabe hermosa y no tiene problema en admitirlo, la falsa modestia es una bajeza para ella.

Un poco de historia
Desde el momento de su nacimiento las hermanas Misrahi lo tuvieron todo en contra. Su madre era una mujer más pobre que las ratas, no tenía hogar ni profesión; una vez las dos niñas nacieron supo que no se podría hacer cargo de ellas ni quería hacerlo, por lo que las vendió a una buena casa de Ankara a cambio de unas monedas. La familia se encargaría de la educación y crianza de las mellizas y su madre no tendría ya derecho a reclamarlas ni visitarlas. Tala y Leila crecieron como criadas de aquella gran casa, servían a sus amos sin rechistar, siempre cubriéndose las espaldas la una a la otra. No había vínculo más fuerte que en que unía a ambas niñas. Fue uno de los hijos del matrimonio de la casona quien se convirtió en algo más que un amo al que servir para ellas, como jenízaro conocía el arte de la guerra, era experto en la lucha cuerpo a cuerpo y el manejo de armas. Instruyó a las niñas –a escondidas-  en todo lo que él conocía tan bien, durante años Leila y Tala Misrahi aprendieron a defenderse y atacar, a moverse sin ser vistas, en definitiva a ser letales.

Seguramente gracias a lo desarrolladas físicamente que estaban a sus trece años, ambas vivieron sus primeras transformaciones, por suerte para ambas se encontraban juntas cuando ocurrió y pudieron relajarse y permanecer en la habitación en que hacían su día a día. Desde ese día ambas investigaron sobre el tema y descubrieron el maravilloso don que poseían, las cosas parecían sonreír a la pareja de jóvenes pero como llevaba siendo tradición en sus vidas todo se complicaría. Los casamientos de los herederos de la familia dejó la casa prácticamente vacía, y eso llevó a sus amos a proponer en matrimonio a una de las Misrahi. Ya no necesitarían la servidumbre de ambas hermanas por lo que se librarían de una de ellas y sacarían provecho de ello. Leila fue la elegida por aquel octogenario para convertirse en su esposa, sería la tercera mujer en casarse con él y viviría en un harem junto a ellas. Debería dejar atrás a su hermana y todo lo que era, para ser una más entre las mujeres de un hombre que debían callar y obedecer. Hablar con sus amos no iba a solucionar nada por lo que Tala y ella deberían buscar alguna manera de escapar antes de que las separaran y no volvieran a verse.

El día del enlace tanto sus ex-amos, como Tala y las mujeres del “novio” asistieron como invitados. Todo se llevó a cabo y Leila se convirtió en la esposa de aquel viejo a su pesar. La noche de bodas, mientras era preparada para recibirle escuchó las protestas de su hermana, algo que nadie más percibió gracias a la condición de ambas de cambiantes. Salió de la habitación y siguió el sonido de los quejidos de Tala hasta dar con ella, se encontraba con las manos sujetas, así como los pies impidiendo que se pudiera zafar de su opresor, el marido de Leila. Ese día fue el primero en que ambas jóvenes probaron la sangre, no quedó manera de decir cómo había muerto el viejo. Apareció descuartizado, lleno de marcas de colmillos y zarpazos. Ese día ambas se juraron que nadie las usaría nunca más y huyeron con todo el dinero que pudieron recoger de las arcas del difunto. Fue a partir de ese día que sus vidas cambiaron, las historian corrieron como la espuma y la gente contaba diferentes cosas de las mellizas. Algo que las hizo ser temidas y buscadas a partes iguales, así fue como consiguieron su primer encargo. Debían asesinar a uno de los grandes jeques, infiltrarse en su casa y hacerle desaparecer. Fue el primer asesinato por el que cobraron, el primero de muchos.

Más
✘ Su primera transformación fue a los 13 años, a la vez que la de su hermana.
✘ Es viuda.
✘ Asesinó a su marido la noche de bodas al encontrarle tratando de violar a su hermana.
✘ Es mercenaria, la mayoría de las veces trabaja mano a mano junto a su hermana.
✘ Experta en infiltración y armas blancas, aunque no duda en transformarse si cree que en su forma humana no podrá acabar con sus objetivos.