Un pasado en páginas

por **C. Sárika Harsányi** Mar Sep 06, 2016 9:27 pm

Miro expectante pero algo aburrida a través del cristal del modesto carruaje que me lleva a mi nuevo destino, en espera de que ocurra algo divertido e inusual. Que se haga presente algún bandido y desee robar las el mínimas pertenencias que poseo, muy pobre a decir verdades, o desee raptarme y cobrar alguna descomunal cifra ò puede que si es apuesto simplemente me conserve junto a el y yo me resista, –cualquier chica decente se resistiría a tal acto impropio– las palabras de mi madre resuenan en mi mente como si acabara de decirlas. Suspiro regresando los pies a la tierra, sigo mirando el paisaje, pues mi historia de ladrones, persecuciones, chicos guapos ya a quedado atrás al igual que el camino que estoy recorriendo al encuentro de una vida pacifica, religiosa y dira, me atrevo a presumir que incluso algo rutinaria y aburrida.

–Señorita Harsányi, estamos por llegar– anuncia el cochero con voz agria.
–Le agradezco– Exclamo sonriendo un poco mas emocionada de lo que llegue a pensar en todo el camino.

El lugar es lindo, un antiguo y restaurado convento, nada lujoso, es pequeño pero lo suficiente grande para albergar alrededor de poco menos de cien niños necesitados. Paso las palmas de mis manos alisando la falda del vestido color menta con flores. La puerta se abre y desciendo con un poco de ayuda, en la entrada me esperan, jugueteo un poco con las puntas de mi cabello hasta los hombros caminando al encuentro de la joven que se hace cargo del orfanato. Elizabet of York, pelirroja, piel pálida y lindo ojos expresivos, cálidos, tiernos.

–Buenos dias–Deseo sonriendo a los pocos niños que le acompañan, le miro a ella –Soy Corrine Sarika Harsányi, vengo de Hungria, lamento lo malo de mi pronunciación, no estoy acostumbrada a hablar francés– Explico apenada acomodando el velo gris blanco en mi cabello.

Me siento muy nerviosa. Espero todo esto vaya bie

por **C. Sárika Harsányi** Sáb Mayo 13, 2017 1:01 pm

El suave y delicado canto de un ángel como el de Lady Elizabeth es hermoso, dulce y cálido al tener el honor de escucharle en cada una de las palabra pronunciada por su suave acento inglés tan peculiar y distinto al mío –Le agradezco tanto my Lady, os agradezco tanto y en verdad no os pretendo ser un agobio a su persona todo lo contrario– La suave sonrisa que se dibuja en mis labios permanece con cada paso lento y acompasado al permitirme ser guiada por los pasillos junto la Lady York y los pequeños que revolotean a nuestro alrededor –No es necesario por favor, con un poco de prazctira será mas que suficiente, puedo ayudar a contarles cuentos, en la cocina y a cuidar a todos los pequeños. Un profesor no es necesario para mi my Lady he venido a brindar mi ayuda– suspiro contendiéndome al serme obsequiado una roja rosa por una pequeña que miro por un momento con amor y devoción agradeciendo en un débil susurro en húngaro sin percatarme del error… Acaricio los pétalos haciéndome recordar a mi hermana menor. Mis ojos se vuelven vidriosos ante el recuerdo de aquellos que e dejado atrás por mis insolencias y berrinches como les llama mi madre.

–Yo…– como explicar a tan noble ángel que ha sido una decisión precipita e insolente todo gracias a mi primo y su contante, obsesivo e insano acoso por desposarme tomando el pretexto de ayudar y mantener la poca fortuna que poseen mis padres y e así lo que me han orillado a escapar, literalmente, al pedir ayuda a mi prima hermana –Escuche el tierno llamado de nuestro dios my Lady… ha sido difícil para mis hermanas y una alegría para mis padres los cuales son muy devotos– deslizo detalles no verdaderos del todo en cada palabra ofrecida por mis labios. Agradezco una vez mas cuando se llevan mi equipaje y me permite sentarme a su lado a su igual mientras sirven té –Debe ser agotador el llevar este lugar tan grande ¿Hay muchas hermanas ayudándole?– me pregunto que edad tiene la joven, cuan fuerte y bondadosa es para cuidar de tantas almas solitarias y abandonadas como son los niños con los que compartiré mi vida de ahora en adelante.

por **C. Sárika Harsányi** Miér Sep 20, 2017 3:56 pm

Risas de niños, un calor de hogar que solo había sentido en Hungría, en compañía de mis hermanas y mis padres, un delicioso aroma que se esparcía por los pasillos, y el recuerdo de sus labios al contacto de los mios quema con intensidad… aparto los pensamientos impuros de hace unos días ante la carita sonriente de la pequeña niña que esta frente a mi con una desgastada y vieja muñeca. Es Navidad y era la primera vez que no estoy en casa, pero no me siento sola, todo lo contrario, es dulce alegría, tan dulce como la miel –Dice Lady Elizabeth que le llego esto y unos paquetes para usted señorita Sarika –susurra con voz queda y femenina la pequeña. Me parece extraño, dudo que sea de mi familia, la pequeña ha dicho paquetes, en plural, no entiendo, aun no son días, aun así agradezco a la pequeña y camino por el pasillo detrás de los brinquitos que van dando mientras tararea una canción navideña, tarareo haciéndole compañía a lo que ella sonríe divertida.

Al entrar a la estancia miro a Lady Elizabeth que parece sorprendida y emocionada al mismo tiempo, les miro sin comprender y señalan los paquetes a sus pies. Son demasiados como para ser de mi familia, jamás podrían darse el lujo de enviarme tantas cosas, mi desconsiento es tan notorio que el roce del papel en mi mano me trae de vuelta dándome cuenta que la respuesta está en mis manos. Al abrir la carta solo hay un par de palabras con aquella hermosa letra que reconozco de inmediato:

Te quiero.
Feliz navidad a ti y a los pequeños.
Saluda a Lady Elizabeth por mi
J.

Son regalos. Y aquella era una hermosa navidad, había telas de todos colores, no finas pero al menos grueso algodón y lana, podremos hacer mucha ropa y muñecas, hay juguetes y víveres, tizas y pequeños pizarrones. Jaelyn se irá al cielo.

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