X•Traditional method X• Naitiri Zahir

por **Adrians Blancquart** Sáb Oct 01, 2016 8:59 am

Soy consciente de que el don de hechicería hay que usarlo con precaución porque en la mayoría de ellos se pierde energía vital y en algunos casos incluso la vida por el uso en exceso de la magia,algunos practicaban abiertamente e incluso de oídas podría localizar a varios gracias al boca en boca entre conversaciones al pasar,pero yo no podía permitir que mi don se convirtiera en un tema de conversación,bastante era tener que cargar con el lastre del matrimonio que aún no se ha producido y no se producirá si su intentos son fallidos como estas veces atrás.No sé cuántas veces hizo mención su intención y por eso decidí alojarme en la casa de Charlotte hasta que regresara de su viaje,para evitar de que desatara mi magia hacia ella de una forma descomunal,me conocía bastante en ese terreno oscuro donde su sensación al recorrerme el cuerpo me gustaba y sabía que si hacía uso de ella otra vez sería como incitarme a mi mismo a cruzar el límite entre el bien y el mal,pero por ahora sabía controlarme bastante bien y mantenerme en campo neutro sin hacer mal uso de ella al menos que fuera necesario.

Por eso y no hacer mayor uso debía combinar hechizos con el método tradicional que otros no tenían mas remedio que utilizar si querían aliviar una tos, un dolor leve o incluso heridas que por diversas razones podían producirse sobre uno o en otro y que solo mediante la mezcla de plantas obteniendo ungüentos pastosos o líquidos que vertir o extender la zona afectada y esperar que surtiera efecto era la única forma eso y suerte porque no siempre su resultado es el deseado.Solo lo tengo que ver en mi en los inicios de manipulación en heridas simples en la muñeca,palma de la mano o en el dedo sin arriesgarme a que vieran lo que era capaz de hacer cuando sabía que no todos verían normal que con unas palabras susurradas el dedo deslocado volviese a su sitio sin necesidad de un médico con el material necesario,aunque no todos podrían costeárselo y usarían métodos naturales sin necesidad de lo anterior,pero eso es otro tema.

Necesitaba abastecerme de nuevas plantas medicinales (la mayoría) y dado que las conocidas no eran suficientes también necesitaba conocer de otras que pudiera darle el mismo uso y complementar su eficacia sobre un que o quienes lo necesitara, así que tendría que buscar un libro de la conocida biblioteca en la sección que muchos creen conocer aunque opino que solo hasta cierto punto,la mayoría solo para desperdiciar y rebajar la utilidad de sus líneas si sabías ver entre ellas.

Subi las escaleras que me llevaban al interior una vez atravesaba los portones de la Biblioteca,había cosas que podía hacer yo mismo aunque con ello alguien me reconociera en mi paso al interior,ojeando libros, donde sobretodo mujeres se dejaban envolver por un mundo irreal buscando una forma de escape o esa idea tenía de ellas, también había caballeros y niños dispersados a lo largo de cada una de las estanterías y de las mesas para aquellos que no querían esperar a llegar a casa para sumergirse en aquello que era de su interés, arte, cultura, cuentos, magia.

Los libros de mi interés estaban al final del pasillo, cruzando aquella puerta “blindada” por un cinto rojo con cartel que ordenaba que estaba prohibido su paso pero sin vigilancia alguna y salvo los no curiosos,me aventuro a decir que algún curioso ha entrado,niños o adultos donde me incluyo y gracias a ello halle la fuente de lo que algunos consideran sobrenatural.

Creía en mayor porcentaje que a las damas no le interesaba mucho esta sección pero al ver a aquella mujer de pelo azabache que caía en cascada de rizos por su hombro, ojeando un libro tal vez hubiera alguna que otra excepción.Me acerqué a ella con disimulo, pasé mi atención por el lomo de cada uno de los libros que con la yema de los dedos pasaba de uno a otro sin pausa hasta quedar a dos paso de ella,—Equinácea…—leí de reojo mientras mi mano seguía en alza sobre el lomo de un libro que no buscaba un estante más abajo, entrecerré los ojos y seguí leyendo o eso la hice creer al pronunciar—non visibiles visibiles...—Susurré para ocultarme y ocultarla a ella, tenía que evitar que curiosos me oyeran hablar tan fluido de la magia en sus derivados,naturales o no.

—…si buscáis remedio para que la gripe no empeore, es la planta idónea…—hice una pausa para mirar a la morena,—...al menos reducirá los síntomas—dije elevando una ceja y negué—¿Qué buscáis exactamente?—Dije en espera de una respuesta y así entablar una conversación,rompiendo el silencio sin que nos oyeran,¿como era posible?,magia.

por **Naitiri Zahir** Jue Oct 13, 2016 9:25 am

Hacía unas semanas que había decido ir a la biblioteca, por mí propia cuenta, para saber más de aquel mundo que me era totalmente desconocido para mí. Quería obtener mayor conocimiento y sabía que quizás en la biblioteca encontrara aquella información que me hacía falta… y, efectivamente, así fue. Encontré libros que hablaban sobre seres de otros mundos pero que los trataban como leyendas, como mitos que habían perdurado con el paso del tiempo y que habían sobrevivido a generaciones y generaciones, pasándose de unos a otros como leyendas de la antigüedad, como cuentos de miedos que contar a los niños para infundirles miedo… no había encontrado nada relevante que pudiera darme a entender que aquellos libros escondían algo.

Y no sería porque no había mirado bastantes libros, y todos tenían una cosa en común: las características que describían sobre esos seres. Todos los libros, en mayor o menor media, hacían las mismas descripciones, las mismas características de aquellos seres que trataban como “mitos y leyendas”, y aquello me llevó a pensar que realmente aquellos libros ocultaban algo más tras sus palabras y tras páginas. Si no hubiera sabido que ese mundo oscuro existía habría pensado que, realmente, solo eran cuentos y mitos… pero tras saber de primera mano que era un mundo muy real tenía la sensación de que en esos libros había algo que debía de leer entre líneas.

Por eso aquella noche decidí dar un paso más cuando entré en la biblioteca, normalmente me quedaba en la zona sobre los libros que había estudiado con anterioridad y de donde había cogido apuntes, todas las cosas que pensaba que eran necesarias y que me serían de utilidad. Por eso aquella vez decidí traspasar aquel cordón rojo que había al final de aquel pasillo, no era la primera vez que me quedaba mirando aquel lugar, me había dado cuenta de que ponía que había vigilancia pero, los días anteriores en los que me senté en una de las mesas desde donde tenía buena visión no fue esa la impresión que me dio. En aquellos días no había visto que nadie vigilara la zona, y sentía curiosidad por saber qué era lo que podría encontrar en aquellos libros.

Siendo una persona de lo más curiosa que había, y notando que esa parte en mí interior me decía que debía de entrar y echar un vistazo, aquel día le hice caso. No había mucha gente por el lugar, la mayoría de las personas se habían quedado por la parte más hacia la entrada donde estaban las novelas y los demás libros, no había nadie en aquel lugar y decidida con unas hojas en la mano, decidí dar aquel paso y cruzar por aquel cordón. Una vez traspasado me metí por una de las estanterías quedando así más oculta por si alguien pasaba cerca que no pudiera decirme nada. Miré cada lomo de los libros que habían allí y me di cuenta de que eran muy diferentes de los que había en la biblioteca.

Estos parecían tomos mucho más antiguos como si llevaran allí muchísimos más años, había una fina capa de polvo por todo el lugar y aquello denotaba que no eran libros que la gente fuera a consultar de normalidad. Los nombres que había en los lomos me daban una pista más sobre aquellos libros, cogí uno de ellos que hablaba sobre mitos y leyendas, y al abrirlo, me di cuenta de que era muy diferente de los que había leído con anterioridad. En aquel libro habían muchas cosas; debilidades, puntos fuertes, palabras en un idioma del cual no podía entender aunque encontraba algunas similitudes, y demás que me parecieron de lo más útil. Con las hojas que había traído comencé a apuntar mientras la gente se paseaba por la biblioteca ajenos a que yo estaba allí metida buscando información.

Dejé el libro donde estaba y mirando lo que había apuntado me pasé a otra estantería donde había un montón de tomos pero que, esta vez, eran tomos sobre plantas. Enarqué una ceja sobre aquello, seguramente, me vendría bien para mí propósito saber algo más sobre herbología teniendo en cuenta lo que tenía apuntado en las hojas. Cogí uno de los libros al azar porque no tenía mucha idea sobre aquella rama e iba bastante a ciegas. En el lomo había el nombre de una planta, “Equinácea” que no sabía para lo que serviría pero que lo iba a averiguar de un momento a otro.

Comencé a pasar sus páginas leyendo por encima para ver si aquello me podía servir de alguna manera para mis propósitos, tan centrada estaba en aquello que no me di cuenta de que alguien más había traspasado aquel cordón y estaba parado a mí lado. Solamente fui consciente de que no estaba sola cuando pronunció el nombre del libro que había cogido. Mis ojos subieron hasta la figura del hombre que tenía a un par de pasos de donde me encontraba, sus ojos verdes estaban ahora puestos en el libro que llevaba en las manos. Una de sus manos estaba en un estante más bajo sobre un libro, pero sin embargo, parecía que más interesado en el libro que portaba que en el que tenía puesto sus dedos.

Susurró aquellas palabas que me hizo recordar a la misma lengua que había leído en el libro anterior y lo miré entrecerrando un poco los ojos, ¿quién era aquel hombre? No supe muy bien lo que había pronunciado y qué era lo que significaba, pero a él lo sentí algo más… cómodo, como si algo le hiciera estar más tranquilo. Escuché sus palabras y pasé de mirarlo a él al mirar al libro, para luego mirarlo a él y terminar mirando al libro sin saber muy bien por qué lo estaba haciendo. ¿Se había fijado tal vez en la portada? ¿Sabría qué uso proporcionaba aquella planta, y las propiedades curativas que tenía? Más aún, ¿sabría sobre más propiedades curativas? Si era así, me gustaría hacerle preguntas.

-Yo… no, no creo que esté buscando aliviar una gripe… –cerré el libro con cuidado y lo dejé en su sitio sin llevar demasiado cuidado con las páginas donde había hecho anotaciones, ya que estas se me cayeron al suelo y me agaché para recogerlas. Salvo una, que fue a parar a sus manos al agacharse para ayudarme, una donde tenía anotadas las debilidades y puntos fuertes sobre los seres sobrenaturales, una que pretendía recuperar y que rogué porque por ello no me tachara de loca. Me incorporé y lo contemplé durante unos breves segundos- ¿Podrías… darme la hoja? –pregunté esperando que no me tachara de loca o algo peor, suspiré porque ¿y si era alguien que pudiera ayudarme, y esta era la única oportunidad que tenía? No me había dicho nada sobre saltarme aquel cordón por lo que él también lo había hecho, había ido hacia aquellas estanterías llenas de plantas… ¿y si era la respuesta a todas mis preguntas? Lancé un leve suspiro y lo miré a los ojos verdes, para que supiera que hablaba en serio- Busco ayudar a personas que quiero, curándolos, contra un mundo oscuro al que se enfrentan todos los días. Tan sólo… tan sólo pretendo ayudar de alguna manera –miré hacia otro lado- pero ni siquiera tengo noción sobre ninguna planta y no conozco a nadie que pueda ayudarme –miré las estanterías y luego a él- Por eso estoy aquí, y eso es lo que busco. –Ahora pensaría que estaba loca por decir tales cosas- Soy Naitiri, y espero que no pienses que estoy loca –sonreí levemente, como si quisiera quitarle hierro al asunto.

por **Adrians Blancquart** Vie Oct 14, 2016 3:41 pm

Seguí ojeando por encima las hojas del tomo que tenía en sus manos,teorías desarrolladas que seguramente seguirían unas cuantas hojas más, de manera que al finalizar la primera parte quedara claro para que eran su uso y algunas de las combinaciones probadas en la antigüedad,tantas como aquél que recopilo la información de la misma antes de acabar en un pira por brujería, caso que quiero evitar en lo posible,por el bien de los Blancquart,sobre todo por mi hermana Charlotte y mi padre que son a quienes me fastidiaría que tuvieran a la Inquisición detrás por sospecha de que alguno más hubiera desarrollado el don y que hasta ahora sé que soy el único pero ellos eso no lo sabrían y quiero evitar cualquier mal a mi familia.

Baje la mano en el mismo instante en el que ella cerró el libro para volver a dejarlo en el mismo hueco de la estantería,provocando otro desastre que dispersan varias hojas a nuestros pies y que ayudé a recogerlas una a una.Creo que puse nerviosa a la dama por la forma tan rápida que quería hacerlo,cogiendo yo un par de ellos y sin reparo ojeé por encima la única hoja que no fue capaz de recuperar y que posteriormente pidió con dulce amabilidad,escuchándola de fondo eso si, pues estaba absorto leyendo el contenido de esa hoja, —” decapitación, balas de plata, estacas de madera…exposición al sol”—Dije relajadamente y en alto sin temor a ser escuchado ya que estábamos prácticamente solos hasta que alguien como nosotros se sumara a la lista de curiosos, cruzando así el cordón rojo que blinda el lugar.

Alce la mirada de nuevo, coincidiendo con esos ojos de un verde mas oscuros que los míos, palabras con argumento que salían de sus labios para de alguna manera excusarse por lo que reciente leí, me mantuve en silencio hasta que terminara para así respetarla y después de un minúsculo silencio dejar escapar una suave risa donde se marcan mis hoyuelos característicos sin dejar de mirar a la morena frente a mi.

—....heridas, venenos,infecciones,nervios…—Dije en calmada voz en lo que volvía a la vista a los libros, pasando de nuevo mis dedos por su lomo, —sea específica madmoiselle Naitiri..—Dije buscando su mirada instantes donde ella miraba a otro lado por ende volví a buscar con la mirada entre libros,separándome de ella varios pasos e incluso regresando sobre mis paso mientras la escuchaba nuevamente,—…podría ayudarte, ya que estoy aquí para buscar para mis fines medicinales…—Dije globalizando sin mencionar que sería también los recursos que se entremezclarían con la magia,como en otras ocasiones pero por esas veces lo que tenía a mi alcance disminuía el porcentaje de uso de lo natural aumentando el uso de la magia,lo que me lleva a plantearme a ampliar el jardín secreto del que yo era el único que sabía de su ubicación por motivos que ya hice mención.Tome otro de los libros de pasta marrón desgastada y hojas amarillentas que asoman, constando el tiempo de estas escrituras.

—...entonces ma cherie, creo que todo aquél que quiera ayudar a su seres conocidos,más allegados o no,estaríamos locos,un país lleno de dementes…—Dije entre risas, abriendo el libro,pasando varias hojas con cuidado de no deteriorar mas de la cuenta el tomo y antes de decir nada de su contenido me presenté,cerrando el libro por supuesto,entregándole la hoja que aun sostengo— mi nombre es Adrians,un placer señorita Naitiri…—Dije con perfecto francés lengua materna,cogiendo su mano libre para oler su dorso sin apartar mis ojos en ese instante,solté y ahora sí abrí para proceder a leer,—Pasiflora,esta planta siempre ha sido y es la planta más utilizada para calmar los nervios y como tranquilizante.Las tribus la empleaban para tratar quemaduras y cicatrizar heridas….—Dije haciendo una mueca, pasando a la parte mas desarrollada para averiguar más,su forma,su color y lo que ocurría con excesiva cantidad de la planta sobre todo en periodo de gestación.Hice media mueca al respecto,si hacia uso de esos obre madre,¿madre dormiría para siempre?,reí para mi,en espera de nuevas respuestas,obteniendo una auditiva que creo ninguno de los dos esperamos,pasos.

—sssshh…creo que ya no estamos solos aquí,cherie….—Dije en susurro para que no supieran donde nos encontrábamos exactamente pues el pequeño hechizo nos ocultaba a los dos y cualquier objeto como este libro que cruzara esta burbuja invisible,tambien nuestras voces pero al no saber la naturaleza de quien irrumpe preferí ser precavido.Los pasos se acercaban por el pasillo central,deteniéndose a un par de estantes atrás del lado paralelo al que nos encontrábamos.

por **Naitiri Zahir** Mar Oct 25, 2016 11:23 am

Cuando había llegado la biblioteca no estaba muy llena, apenas había un par de personas que en su mayoría eran jóvenes de las cuales estaban convencidas que no irían a aquel rincón de la biblioteca donde había cruzado aquel cordón que impedía el paso… bueno, aunque más bien no impedía nada ya que buen ejemplo de ello es que ahora me encontraba entre sus estanterías buscando algún libro que pudiera servirme. Y no fui la única que se saltó aquel cordón rojo, de seda, para sumergirse entre aquellos libros que estaban prohibidos para el público pero que sin embargo carecían de vigilancia alguna pues en el rato que allí estaba no había pasado nadie. Nadie salvo aquel joven que se había aproximado a mí, del cual no me había percatado de su presencia y del cual ahora tenía una de las hojas en su poder.

Por un momento temí que pensara que pudiera estar loca por lo que había escrito en aquella hoja, casualidad que él había recogido del suelo una de las hojas donde se mencionaban aquellos seres de la noche y las formas que tenían de morir, por lo que le pedí de forma amable que me devolviera la hoja. Si alguien que no supiera de aquel mundo lo leía podía tacharme de una loca, acusarme por ello y… ¿quién sabía? Podrían hacerme muchas cosas por solamente mencionar a personas menos indicadas todo aquello. Me llevarían al psiquiátrico y me darían por loca sin saber que realmente estaba diciendo la verdad, o quizás si alguno lo sabía se callaría porque no le pasara lo mismo a él.

Sacudí un poco mí cabeza olvidándome de aquellas ideas que me surcaban la mente y centré mí vista en aquel hombre que tenía delante de mí, con aquella hoja todavía entre sus manos y que comenzó a leer de una forma tan tranquila, tan pausada… que me dio a entender que no le era extraño aquello que estaba leyendo. ¿Otro cazador, quizás? Estaba convencida de que aquel hombre, al igual que yo, conocía ese mundo oscuro que nos rodeaba sin que mucha gente lo supiera. La forma de leer cada cosa, su tranquilidad, su expresión sosegada y para nada extrañado me hizo darme cuenta de que, frente a mí, tenía a alguien que también conocía lo que ocultaba la noche. Me sorprendió que leyera en voz alta sin importarle que alguien pudiera escucharnos, y eso me llevó a pensar en las palabras que había pronunciado al principio… ¿qué habría querido decir con ellas y cuál era su motivo?

Sus ojos se encontraron con los míos y, como si quisiera darle una explicación que él no había pedido, le dije por qué estaba en aquel lugar aunque él al igual que yo estaba saltándose aquel cordón rojo que impedía el paso, si fuera un personal de la biblioteca me habría dicho algo por estar allí, sin embargo no había dicho nada al respecto. Tan sólo se había quedado quieto mirándome, con sus ojos puestos en los míos y tras un silencio que se me asemejó eterno… una leve risa inundó en la estancia y pude ver unos hoyuelos que se marcaban en su rostro. ¿Se estaba riendo de mí? Abrí mis ojos cuando dijo aquellas palabras y cogí la hoja que ahora me tendía guardándola junto con las demás. No había pensado exactamente en aquellas cosas, ni siquiera había contemplado esas opciones… solo me había centrado en los beneficios curativos. Volví mí vista a él después de mirar los libros que había en la otra estantería y lo vi pasando el dedo por unos tomos como si estuviera buscando algo.

Aquellas palabras… me sorprendieron realmente. ¿Había dicho que iba a ayudarme? Las dudas sobre qué podría ser él quedaron disipadas al instante… frente a mí se hallaba nada más y nada menos que un hechicero, alguien que seguramente conocería de primera mano todo aquello que yo andaba buscando, todo aquello que yo ansiaba saber y del cual no tenía ni la menor idea de por dónde comenzar a buscar… había estado dando palos de ciego todo este tiempo y seguramente, si era cierto que él se ofrecía a ayudarme, podría incluso hasta ir realmente al punto en cuestión que me interesaba.

-¿Lo dices en serio? –pregunté con un leve susurro, lo justo para que él pudiera oírme, mientras había abierto un libro y lo ojeaba como si yo no estuviera allí, como si por un momento se hubiera olvidado de mí presencia y hubiera empezado a buscar lo que él necesitaba. El libro parecía demasiado viejo y antiguo, sus páginas tenían ese color ocre característico de lo viejo que era y lo vi pasar varias páginas tras mí pregunta. Sonreí levemente por aquella afirmación notando su leve risa envolver el lugar donde estábamos y suspiré levemente llevando mí vista a los libros que nos rodeaban- Entonces creo que estoy loca -¿Lo estaba? Sí, seguramente estaría loca solamente por lo que tenía pensado hacer, pero era algo que no podía evitar, sentía que debía de hacerlo y hasta que no lo consiguiera no iba a parar… era de ese tipo de personas que no paraba hasta conseguir lo que quería o deseaba. Mí vista volvió al libro que tenía entre sus manos y del cual desconocía por completo de qué trataba, hasta que lo cerró y finalmente se presentó- Encantada, Adrians –dije con una sonrisa notando que cogía mí muñeca con su mano, llevaba esta hacia su rostro y olía mí muñeca sin apartar su mirada de la mía. Enarqué una ceja por ello ya que era la primera vez que hacían ese gesto pero no le di importancia alguna, soltó mí muñeca y abrió el libro para comenzar a leer su contenido- Pasiflora… -repetí el nombre y cogí una de las hojas para apuntar aquel nombre que me había dicho y las características que poseía- No busco hacer el mal o daño alguno con todo esto, Adrians –dije su nombre mirándolo tras haber apuntado lo que había dicho- Tan sólo pretendo ayudar, todo lo que no tenga que ver con la curación, calmar dolores, o aliviar… no es algo que me interese –le respondí ya que antes no le había especificado como me había dicho él- Seguramente sepas sobre eso y quizás incluso en alguna ocasión me pueda hasta venir bien –sonreí levemente, quién sabía lo que depararía el futuro- Pero por ahora no es lo que estoy buscando… -iba a decir algo más cuando aquel gesto de que guardara silencio me hizo quedarme callada.

A los pocos segundos pude escuchar que como había dicho no estábamos solos pues se oían ruidos de pisadas, pisadas que estaban cerca de donde nos encontrábamos nosotros. Me mordí el labio pensando en que no fuera nadie de la biblioteca y que no nos encontraran allí, los pasos se pararon a un par de estanterías de donde nos encontrábamos nosotros y como si aquello fuera a cambiar algo, me acerqué algo más a Adrians, como si estando más cerca no pudiera vernos… algo que era de lo más ridículo. Las pisadas continuaron su camino y cada vez se acercaban más a donde estábamos, miré a los ojos a mí acompañante como si quisiera decirle “nos han pillado”, pero en vez de eso, la persona que apareció por nuestra estantería entró mirando hacia donde nos encontrábamos nosotros, mí mirada se cruzó con la suya pero el hombre enseguida comenzó a mirar los demás libros como si estuviera buscando alguno en concreto, cogió uno que estaba en la estantería de arriba y tal y como había venido… se había marchado.

Sus pasos se fueron alejando poco a poco hasta volverse inaudibles denotando que de nuevo estábamos los dos solos en aquella sala. Mis ojos miraban con incertidumbre a Adrians no sabiendo muy bien lo que había pasado en aquellos momentos, ¿no nos había visto? No había mirado de forma extraña a ninguno de los dos, más bien parecía que andaba buscando algo pero parecía que ninguno de los dos estuviéramos ahí de pie, a unos pocos pasos de aquel hombre. Di un paso hacia atrás mirando al hechicero que tenía delante de mí y volví a morderme el labio, mientras en mí cabeza ordenaba lo que acababa de pasar.

-¿Qué ha sido eso? –Pregunté mientras aferraba con mis manos las hojas que había traído para apuntar y tomar nota- Es imposible que no nos haya visto, nos tenía justo delante –por sí acaso no quise alzar la voz aunque él parecía que no tenía problema en hablar en voz alta. Lo miré fijamente durante unos segundos, ya que solamente había una explicación para aquello- ¿Has sido tú, verdad? –Era una pregunta pero, más bien, era una afirmación- Eso que dijiste al principio… esas palabras… -hice un gesto con mí mano- No nos ha visto, ¿verdad? ¿Cómo lo has hecho? –qué pregunta más idiota, estaba claro que era un hechizo y sonreí levemente- Perdona, cosas de hechiceros ¿no? –Aparté un poco mí pelo de mí rostro y lancé un suspiro- ¿Vas a ayudarme de verdad? Yo… gracias, no sabría como agradecerte la ayuda. La emplearé bien –le sonreí porque como le había dicho, no quería hacer el mal- ¿Tengo que... pagarte por ello, darte algo a cambio? ¿Me vas a pedir algo por todo esto, o es algo como que te debo un favor en futuro? -pregunté porque si algo sabía, es que en esta vida no se daba nada gratis. Miré hacia otro lado unos segundos y luego volví mí vista a él- Lo siento, yo... supongo que no estoy acostumbrada a que nadie me ayude si no es para conseguir algo a cambio.

por **Adrians Blancquart** Sáb Nov 05, 2016 11:00 am

Seguí pasando una hoja tras otras esperando su reacción,observe de reojo su gesto que extrañada hace que me mire con sus ojos negros mientras sigo leyendo,tratando de encontrar una respuesta de varias para saber dónde y de quien obtener lo que necesito,solo serían semillas que de buena manera y entre palabras podía hacerlas llegar a hasta mi de casi cualquier punto del mundo pero siempre siendo precavido para no parecer un camino sospechosos donde la Inquisición tuviera motivos como para atraerlos en dirección de una de las nobles familias,poniendo patas arriba todo lo que habían conseguido durante generaciones enteras.Entre ellos contábamos con títulos y terrenos que hasta hoy conservan a la espera que nuevos de ambos bandos formen parte de lo obtenido.

Asentí a su nueva y breve pregunta—enserio…—Dije en el mismo tono con la seguridad de que no éramos escuchados salvo por nosotros mismos ni siquiera seríamos destapados por la risa que resuena en el interior de esta burbuja,deteniéndome en aquel dibujo a mano alzada había sobre la planta en concreto,dando algo visual y referente que ayuda aún mas para su localización,para saber a quién dirigirme ya fuese en el interior de Paris o a otras partes desde el mismo punto a modo de cadena.

Volví a negar ante una afirmación que la etiquetaría como loca y casi seguido de eso, antes de que ocurriese una interrupción por nuevas palabras hablé—No literalmente señorita,Naitiri,al menos no a todo el mundo—Dije antes de continuar mi investigación y empaparme del contenido que estas hojas exponían a un interesado lector en esta materia,yo y ahora la señorita Naitiri,aunque enseguida lo descartó después de repetir el nombre de aquella planta que curaría algunos males no siendo lo que buscaba y yo no la descartaba por ahora siendo,no obstante aun quedaba mucho que ver mas,puede incluso que ayudándola a ella encontrara esa en específica para mi jardín secreto.

La oí y también esos pasos por lo que le pedí silencio,no acabo su frase ni tampoco la acción concreta que quería utilizar en otros,el abanico de posibilidades con la magia alcanzaba lo infinito si sabías pronunciar las palabras correctas frente a la mezcla precisa y sin pasarse en cantidad si no querías que el resultado rozara lo caótico,todo saldría bien.

Aquellos pasos que obligaron a la pausa,se detuvieron,dándome tiempo a observar por el hueco que dibujaban tomos más pequeños al resto,dando suficiente visibilidad,pudiendo ver sus zapatos y medias blancas,descartando que pudiera tratarse de una mujer curiosa como la de aquí presente.Miro de reojo a Naitiri después de escuchar su respiración tras mi nuca,ambos estuvimos sin movernos a espera de que surgiera algún cambio,bien fuera para que se alejaran tal y como se había acercado o bien todo lo contrario como así ocurrió poco después,donde sus pasos se oían cada vez mas cerca,tanto que acabo doblando la esquina,caminando hasta que solo nos separaban unos pasos.Lo suficientemente cerca como para poder apreciar su aura,otra habilidad innata junto a la hechicería que me permitía saber su estado anímico e incluso la naturaleza,descartando en su caso que supusiera una amenaza para los dos,alguien sin dones como la licantropía,vampirismo o cambiantes,estos últimos son menos conocidos u tal vez he tenido delante de mi a alguien de ese grupo y no he sabido detectar su naturaleza del resto hasta que no lo he visto con mis propios ojos algo que los delatase si su condición le permitía mostrarse como cualquier humano.

Suspiré aliviado por el descarte,viendo como buscaba y no encontraba,sacando por equivocación uno de ellos pudiendo acercarme sin romper esta membrana transparente.Tomando otro que si se llevó,desapareciendo de nuestra vista; —...Noni—Pronuncié para mi,antes de escuchar sus pasos retroceder,su aliento ya no estaba ahí y volví mi vista hacia ella,dando la espalda a aquél hombre—...¿y si la magia no fuera solo algo de lo que los cuentos hablan?¿y si fuera…?—Dije con la tranquilidad que me caracteriza,sin apartar la mirada de Naitiri—por eso no nos ha visto,no estamos aquí para él y para nadie,al menos por un corto periodo de tiempo que..aun no se agota…—Hice una pausa para dejarla hablar,rellenando después otro de sus espacios,—si,lo soy—Dije después de ver cada gesto y mueca con lo que intentaba completar su argumento.

(…)

—Si,te ayudaré en lo que se,siempre y cuando…—Dije, deteniéndome a escuchar,arrugando el ceño a lo que creo que mal interprete por un segundo,mas creo se debía a esta extraña situación donde sus preguntas se agolpaban al encontrase con la solución que aparentemente buscaba,aunque no se el fin exacto por mayor que fuera mi intuición,como he dicho la gama era y es extensa.

—No voy a pedirte nada a cambio,aunque no se si esto…—Dije haciendo una pausa— si creo que te pediré algo ahora mismo y es,que guardéis silencio de nuestro casual encuentro,concretamente que soy un Hechicero…—Dije tragando saliva,retrocediendo el paso, guardando el libro en el mismo lugar al que pertenece.Yendo al siguiente estante que está por debajo,volviendo a lo mismo,pasando el dedo por sus lomos.

—Aquí esta…—Dije a media voz,tomando en libro de mayor grososr que aquél que solté,di la vuelta para ver el nombre en su lomo y el a portada de este,—Asafetida…—Dije,mire de soslayo a Naitiri,antes que volviera a ponerla sobre el libro que abrí para empezar a leer después de pasar varias hojas—...con el fin de lanzar un maleficio contra un enernigo,o para obligar a alguien a que deje en paz a una persona...—Dije curvando las cejas,—....¿voy mal encaminado, señorita Naitiri?...—Dije antes de dejar de hablar,esperando que ella también buscase por su cuenta y entre los dos encontrar lo que buscaba.

por **Naitiri Zahir** Jue Nov 24, 2016 10:01 am

No habría esperado que al entrar en aquella biblioteca e ir a aquella sección que de alguna forma estaba prohibida, debido al cordón rojo de seda que te prohibía el paso, encontrara a alguien que traspasara el lugar y que además fuera justamente lo que andaba buscando y necesitando. De todas las opciones habidas no esperaba que fuera un hechicero lo que me encontrara en aquel lugar, y que además, también estuviera mirando sobre plantas como es lo que parecía ya que estaba en dicha sección. No tuve ninguna duda de que sabía de la existencia de esos seres que rondaban por el mundo acechando en las sombras de la noche, su templanza y tranquilidad cuando cogió la hoja que se me había caído eran prueba de ello. Pero lo que no esperé, además, es que me ayudara en lo que estaba buscando y mucho menos sin conocerme de nada.

Todavía no terminaba de creérmelo, la gente por norma general no ayudaba a nadie de forma gratuita sin esperar nada a cambio, cualquier cosa por nimia que fuera… él, sin embargo, me decía que sí que me ayudaría aun cuando no tenía por qué hacerlo dado que yo era una total y completa desconocida de la cual no sabría si podía fiarse o no. Una vez me dijeron que los hechiceros podían ver el aura de las personas, así como los vampiros, y me pregunté si no sería que quizá había visto mí aura y por ello se ofrecía a ayudarme. ¿Iba a desaprovecharla? Desde luego que no, si él podía ayudarme en lo que estaba buscando todo sería más que bien recibido. Mejor de un hechicero que buscar por mí cuenta sin saber si lo estaría haciendo bien o no.

Mientras él me hablaba no dejaba de mirar en aquel libro que tenía en la mano y enarqué una ceja por ello, decía que no estaba loca y me hizo algo de gracia aquello porque entonces él también estaría loco al igual que yo. Estaba tranquilo y calmado ojeando aquel libro y yo por mí parte apunté en las hojas que llevaba el nombre de aquella flor y los efectos que producía así como su uso en la práctica. Los pasos de alguien acercándose fue algo que nos hizo mirarnos durante unos segundos y quedarnos quietos, yo me puse a su lado como si él fuera una barrera o un escudo para que no me vieran y miré al hombre que se había adentrado en donde estábamos nosotros, comenzó a mirar libros pero parecía que no nos veía en absoluto y eso que estaba a unos pocos pasos de nosotros… tan sólo le bastaría estirar el brazo para rozarnos y quedaríamos al descubierto. No nos había dirigido ni una sola mirada, era como si realmente no estuviéramos allí.

Respiré solo cuando el hombre siguió su camino y los pasos se oían mucho más débiles, mí mirada fue directa a Adrians y mis dudas y sospechas del por qué no nos había visto giraban solamente en torno a él. De los dos era el único que podría haber hecho algo para que no pudiera vernos, y fue así como a mí mente llegó el momento en que había pronunciado al principio aquellas palabras. Esperé a que despejara las pocas dudas que tenía sobre que había sido él, pareciéndome algo tonto preguntar cómo lo había hecho porque seguramente fuera algo muy sencillo para un hechicero como él.

-¿Si fuera real, dices? –pregunté en un tono bajo como si alguien estuviera por allí cerca, aunque solo estábamos los dos ahora que aquel hombre se había alejado- Hace tiempo me dijeron de la existencia de los hechiceros, por lo que supongo que la magia no es un mito… y buena cuenta de ello es lo que acabo de presenciar con mis propios ojos –le sonreí de forma leve al decirme que había sido él por lo que el hombre no nos había visto y que, aquello que hubiera hecho, todavía tenía efecto- Así que todo lo que hablemos no podrá oírnos nadie, al igual que nadie podrá vernos… interesante –eso era algo muy útil si no querías que nadie te viera- Ha sido una buena elección, no podemos estar aquí pero seguramente aquel hombre tampoco… mejor si esto no lo sabe nadie –ahora lo que me pregunta era si me pediría algo por ofrecerse a ayudarme y era algo que me desconcertaba un poco, nadie me había pedido algo sin obtener nada a cambio por ello. Suspiré cuando dijo que me ayudaría y que no me pediría nada, salvo que mantuviera aquello bajo secreto y no se lo dijera a nadie, reí entre dientes levemente y lo miré- Tú secreto está a salvo conmigo Adrians, de verdad, esto es algo que llevo en secreto y que nadie sabe por lo que puedes confiar en que no diré nada a nadie… seguramente, me tacharían por loca –sonreí levemente y dejé una de mis manos sobre su brazo durante unos breves segundos- Gracias, de verdad, es algo importante para mí –retiré mí mano de su brazo y me dispuse a estar atenta a todo lo que pudiera decirme, a anotar todo aquello que me fuera de ayuda.

Lo miré girarse y dejar el libro de Pasiflora para coger otro del estante de abajo que era algo más grueso, anoté el nombre en cuanto él lo dijo y esperé a que me dijera qué era lo que hacía aquella planta. Mis ojos se agrandaron un poco al saber qué era lo que hacía y lo apunté sintiendo por unos breves segundos su mirada puesta en mí sin girarse todavía, viendo qué era exactamente lo que yo estaba buscando. No era aquello tal cual, pero había que reconocer, que no me vendría nada mal en absoluto y por eso mismo fue que lo apunté. No me veía cómo podría utilizar aquello salvo para ayudar a alguien que estuviera en una situación como la que describía, más bien, yo había pensado en métodos curativos pero aquello era una muy buena idea. Reí levemente y me mordí el labio antes de acercarme donde estaba y mirar los estantes que tenía delante y los libros que contenía cada uno.

-Puede serme de utilidad, sí. Te vas acercando a lo que realmente estoy buscando, aunque como ya te he dicho, es más bien sobre métodos curativos, paliar dolores, heridas graves… todo lo que alguien que se dedica al mundo de la caza pueda sufrir durante esta –entre líneas, y de forma algo indirecta, le estaba diciendo por qué quería aprender todas aquellas cosas. Le miré estando a mí lado de reojo mientras mí dedo pasaba por los tomos de los libros sin detenerme en ninguno en concreto- Y dime, ¿qué es lo que andas buscando tú? Es decir, ¿alguna flor en concreto? –pregunté para luego volver mí vista a los tomos de los libros, leyendo cada uno sin saber muy bien si podrían ayudarme o no. Cogí uno de ellos y lo saqué para leer lo que ponía- Verbena azul –leí que ponía en el lomo del libro y lo abrí para buscar las características de aquella planta- …Es una planta útil en muchas enfermedades como un calmante para el dolor y tranquilizante natural –le pasé a él el libro- ¿Esto nos puede servir para algo? –Pregunté ya que él sabría mejor que yo si era útil o no- Aquí hay muchas plantas y no conozco siquiera la mitad de ellas, ¿cómo sabré si son útiles o no? –Pregunté más bien para mí que a Adrians, pero igualmente en parte iba dirigida a él- Al menos has llegado a aparecer como por arte de magia para ayudarme –sonreí por la pequeña mención, a broma, sobre la magia y giré mí rostro para verle- No sabría por donde empezar si no estuvieras, así que te agradezco toda la ayuda que puedas prestarme… prometo que la utilizaré de una forma correcta y para un buen uso.

por **Adrians Blancquart** Miér Nov 30, 2016 10:57 am

El tiempo se agota puesto que la magia no infinita al igual que muchas otras cosas,salvo la vida de los inmortales que existen ya sea por mal uso del don o por razones diferentes a esta y que ciertamente no estoy enterado del todo como para confirmar una razón,no los he visto u si me he cruzado con alguno aún era y soy un inexperto en esto de la distinción de auras si no las he visto antes,todo lo contrario que ocurre con la magia que es parte de lo que soy,un equilibrado porcentaje.El hechizo que use para nosotros dos tenía un tiempo de aproximadamente una media hora desde que fuera activado,quizás podría enlazarse con otro ciclo pero ello supondría gasto vital extra que a pesar no ser un porcentaje importante, como todo hechizo agota mantenerlo.Si fuera causa mayor me arriesgaría a enlazarlo las veces que fuesen necesarios pero como de esto la consecuencia no sería mas de un aviso u en el mas estricto de los casos nos echarían con total amabilidad—nótese la ironía—, por lo pronto el tiempo seguía pasando,quería encontrar lo que me resultara de utilidad para lo que pretendo,así como,ayudar a Naitiri,tal y como accedí con la única condición de que mi don lo guardara bajo secreto.

Por sus palabras pude saber que ella no era desconocedora de la existencia de los hechiceros pero si creía que nosotros,eramos o somos parte de un mito que se quedan en el relatos de libros con el fin de dar rienda suelta a la imaginación creando mundos alternativos a esta época u que ni siquiera hayan existido nunca y que sin embargo trata de dar su lógica a la existencia de la brujería y la posición que tiene o a tenido.

Asentí ante la afirmación que con mis palabras di a entender sin dar mayor explicación a esa,—Desvaria,eso dirían—Dije,aun manteniendo el libro en mis manos,dibujando esos hoyuelos característico en cada mueca o sonrisa,alzando la mira los mismos segundos que su mano toco mi brazo,para con palabras y gesto agradecer una ayuda que aun nisiquiera había empezado a dar en su totalidad,solo leía al alza con la esperanza de que dijera que es eso lo que buscaba y por eso pregunté mientras pasaba un par de páginas más antes de tomar otro de los libros de esta sección “secreta” de herbología.

Dí resumidamente los efectos que hacia esta planta en particular,mire de reojo,viendo con que celeridad tomaba notas en el espacio en blanco de aquellas hojas que anteriormente su nerviosismo hicieron que los soltara precipitadamente.Me mantuve en ese silencio,esperando la respuesta que no tardo en llegar para especificar un poco más sobre su búsqueda,y estaba claro que la Pasiflora no era lo que buscaba aquí.También pude ver un reacción en ella,buscaba delante de mi,pude ver su pelo negro que caía en cascada sobre su espalda,escondiendo una risa que duro segundos.

—Heridas..ese tipo de heridas…—Dije levantando la vista del libro,acercándome a ella,quedando aun mas a su lado,para así verla de soslayo;— ¿A quien quieres ayudar son…,cazadores?—Dije,apartando la mirada hacia los tomos de la estantería del frente donde nos encontrábamos.

—Para el insomnio…para relajar los nervios por sobrecarga de trabajo— Dije,omitiendo la risa que estuve a punto de emitir.Y en parte no mentía, pero el fin era que durmiera para no despertar,mi queridísima madre,Martha,que incansable buscaban mi “bien” uno en ele que noe estaba de acuerdo,aun así ya hubo dos intentos fallidos.

Chasqueé los dedos para que unido a mi habilidad de tiritero volviera a su lugar y así tomar el libro que me paso,buscando mi las explicaciones que sus líneas la llevaran a un estado confuso de su uso en manos inexpertas como eran las suyas.

“Verbena azul”,leyó y leí para mi,conecentrando mi atención en ese libro; — Veamos…—Dije sosteniendo el libro abierto y con la otra pasando el dedo por cada línea que lo forman y leí en alto,— lo que pude interesarnos u interesarte es que esta plana es “ayuda a calmar el dolor,puede también adormecer la zona para ayudar mientras la herida se cicatriza,también es útil para infección de orina”…—Sonreí, viéndola de soslayo al mencionar lo último y continué hablando,— esto último dudo lo necesite pero,quien sabe…—Dije,volviendo la vista al libro,segui pasando el libro por cada línea.

— Blue Vervain florece entre junio a septiembre.Su uso...—me detuve, alce la mano hacia al frente al igual que mi mirada,moví la mano de forma circular ante esa burbuja transparente,— aun nos queda tiempo,aunque no en exceso..quizás unos quince minutos—Hice un inciso sobre el estado del hechizo.Suspire y volví la vista a lo que nos compete antes de que se acabe el tiempo.

Asentí ante su pregunta,— Si,podría ser útil,aquí no dice nada sobre la extensión de la herida,por lo tanto deduciremos,que a mayor amplitud, mayor cantidad a preparar para cubrir la herida.Machaca bien la raíz, añade un chorro de agua,pero que no sea excesiva,que quede una masa…—Dije, respondiendo a su argumento que siguió a su pregunta “útil o no”,de igual manera añadí,— ..y en cuanto a si será útil en en esa herida en específica,tan solo hay que observar, para vuestra suerte,esto agravaría el estado del daño,como mucho verás si cada vez que cambiéis los vendajes,si cicatriza bien y no existe rojeces o un color anormal…¿entiendes?..—Dije, esperando que así fuera.

Poco después hizo alusión a mi aparición y el agradecimiento, reiterando sus palabras.La miré y sonreí, clavando mi clara mirada en esos ojos castaños cuando busca mi mirada,— ..¡et voila!(y aquí),aparecí—Dije con la misma seguridad que al principio.

— En cuanto al uso que le des,depende de ti,ahí no me haré responsable.Aunque para quienes no sepan solo ha de explicar los efectos, ni mas, ni menos.Ma cherie…—,hice una pausa,aparte la mirada y deje el libro en el estando de abajo,frente a nosotros.Pasé por detrás de ella para ojear el estante,ahí no estaba el u los que buscaba,por ello,me giré y fui al frente,hallándolos.

—Estas plantas,también te servirán de ayuda…—,hice una pauso y enumeré varias de ellas,— Raiz de Gingseng,caléndula,árnica…—,escogiendo una y mas destacable para lo que buscaba, — pero esta,Árnica, quizás sea mas útil de las plantas que ahora se vienen a mi mente…—,Dije cogiendo ese libro en específico,de pequeño tamaño en comparación a los anteriores tomos.

— ¿Qué opina?…—Dije,dejando en el aire la pregunta,esperando reacción y respuesta,para así seguir buscando más u no,sobre ese ramal de herbología.

por **Naitiri Zahir** Lun Ene 09, 2017 2:42 pm

Aún no sabía realmente cómo era que había tenido tanta suerte al adentrarme aquella tarde en aquel lugar de la biblioteca, cierto era que había sido la primera vez en la que se me había ocurrido cruzar aquel cordón que no permitía el paso a nadie, paso que pude darme cuenta que no todos cumplían y que tampoco había nadie vigilando… pero, desde luego, no esperaba encontrarme con un hombre joven, quizás de la misma edad que yo, que iba a ayudarme en lo que estaba buscando y que además era un hechicero. Sí, ante mí tenía por primera vez en carne y hueso a un hechicero que incluso sin que yo me diera cuenta había creado como… una burbuja, por lo que entendí, a nuestro alrededor que nos hacía invisibles ante los ojos de los demás.

Era la primera vez que me topaba con un hechicero, o al menos, lo era sabiendo a quién tenía delante de mí. Como quizás otra veces me habría podido cruzar con cazadores –de hecho así había sido- con vampiros, con licántropos, con cambiantes y yo ni siquiera me había dado cuenta del mundo que me rodeaba, tan sumida en un estado de ceguera impuesta que no podía ver realmente la verdad a mí alrededor, hasta que alguien quitaba esa venda y te hacía ver el mundo de otra forma diferente. Un mundo donde nada es lo que parecía, donde en un día normal podrías encontrarte con un hechicero que te ayudaba en lo que andabas buscando, como estaba haciendo Adrians.

Sin conocerme de nada y aunque estaba segura que aquello no le supondría demasiado para él, se había ofrecido a ayudarme. No le habría hecho falta hacerme ver qué es lo que era realmente y había confiado, en parte, en mí a la hora de saber que poseía magia… algo que, como bien le había dicho, guardaría en un absoluto secreto puesto que nadie sabía qué era lo que andaba tramando, y de saberlo, seguramente no me dejara hacerlo. Lo miré mientras afirmaba que me tacharían por loca si contaba lo que realmente pasaba, pudiendo ver los hoyuelos que se le marcaban cuando sonreía y que le conferían más personalidad a su rostro, mordiéndome el labio porque era exactamente lo que pensaba; nadie me creería por lo que no tenía sentido alguno decir qué clase de seres habían por el mundo.

Comencé a tomar notas nada más empezó a hablar y a decir los efectos que tenía aquella flor, había llevado hojas de más por lo que podría anotar bastante cosas que me fueran de utilidad, y pensaba aprovechar aquella oportunidad que me habían brindado al hacer que él también fuera a la misma parte de la biblioteca pasando por aquel cordón de terciopelo rojo que impedía el paso. Yo no sabía muy bien qué tipo de plantas debía de buscar, así que iba cogiendo libros al alzar para que él me dijera si me podía servir de ayuda o no. Ahora sabía qué era lo que realmente buscaba, sin decirlo directamente, le había dejado caer que lo que buscaba era sanar heridas sí, pero específicamente sanar heridas que podían hacerse en una noche de cacería… unas heridas que diferían mucho de las normales.

Mientras yo miraba los libros que tenía delante de mí leyendo nombres de plantas de las cuales desconocía su uso o si nos podrían servir de ayuda, noté que él se acercaba hacia donde yo estaba, a mí lado, y pude notar su mirada puesta en mí mientras sabía que había podido leer entre líneas lo que quería decirle. Sonreí de lado cuando supe que me había entendido, su mirada se había apartado de la mía y había vuelto a mirar los tomos de los libros pasando su dedo por ellos. Era como si ninguno de los dos en verdad quisiera decir aquello que estábamos pensando, a pesar de que nadie podía vernos ni podía oírnos y en parte me hizo hasta algo de gracia, porque era como si fuera algo que no se pudiera decir.

-La verdad, es que sí –me mordí el labio durante unos breves segundos y luego lancé un suspiro. En verdad no sabía si con aquello podría ayudar o no, siempre había sido una persona que quería ayudar a los demás en la manera que fuera posible- No me veo surcando las calles de esa forma –solo de pensar me daba un escalofrío- así que, de alguna, quisiera ayudar. Tengo a una persona que es muy importante para mí y a la que no quiero que le pase nada, ella ya eligió su camino hace tiempo y yo solo puedo apoyarla… así que, si alguna vez necesitase de ayuda, no me gustaría encontrarme en la situación de no saber qué hacer –mí mirada estaba puesta en el frente, pero realmente, no estaba mirando nada. Mí mente había imaginado una posible escena en la que veía a mí amiga herida y en la que yo no podía hacer nada por ella- De alguna forma… no quiero ser… débil –aunque ya lo era, al menos, en ese sentido. Sacudí un poco la cabeza y entonces escuché lo que él me respondió- Siento no poder ayudarte como lo estás haciendo tú conmigo –mí mirada se posó en él unos segundos, para luego coger uno de los libros y mirar cómo hacía que el libro que llevaba en sus manos, como por arte de magia, fuera solo hacia la estantería y algo “invisible” hizo que el libro que yo llevaba fuera hacia donde estaba él, cogiéndolo con sus manos. Mí boca se abrió por unos breves segundos y luego la cerré ya que no debía de extrañarme. En sus manos sabría mucho más que yo qué hacer y si era de ayuda. Apunté para lo que servía y medio sonreí, terminé por soltar una leve risa ante lo último que dijo- Creo que de momento no tengo infección de orina –lo apunté, por si en algún momento pudiera utilizarlo, al igual que las indicaciones que me había dado de cómo utilizarla y en el tiempo en que florecía- Sí, creo que está todo muy claro. No seré una experta en curar heridas, pero sabré cuando mejora o empeora. Entiendo que esta planta sería más para paliar heridas superficiales, es decir, para calmar el dolor que puedan sentir en mayor o menor grado pero que igualmente no ayudará a que se cure la herida, ¿no es así? –no quería dejar ningún cabo suelto.

No pasé por alto el movimiento que hizo con su mano ante… la burbuja que nos rodeaba, así que aquel hechizo tenía un límite de tiempo y me pregunté cómo era que lo sabía, al igual que me pregunté si lanzar aquel hechizo y tenerlo todavía en uso podría pasarle algún tipo de factura. Desconocía muchas cosas sobre aquel mundo, como por ejemplo, si les consumía parte de su energía vital o por el contrario era otro tipo lo que necesitaban para lanzarlos. De cualquier manera hasta me supo mal que hiciera aquello, no se lo había pedido y lo había lanzado él, pero no estábamos haciendo nada malo… quizás estar en una sección que era prohibida, pero no habría mayor problema.

-Tampoco quiero que gastes energía por el hechizo –lo miré en la breve pausa que hizo- no sé como funcionan ni lo que necesitas para lanzarlos, pero no estamos haciendo nada malo y veo que no somos los únicos que nos hemos atrevido a cruzar ese cordón rojo que nos prohibía el paso de una forma un tanto complicada –añadí con un deje de diversión puesto que aquel cordón, realmente, no era muy difícil de sortear- No creo que tengan esta parte muy vigilada, pero igualmente aprovechemos lo que tú… burbuja nos proporciona –reí brevemente ante aquella mención que hizo refiriéndose a la magia. Lo vi que dejaba de nuevo el libro en el estante y pasaba detrás de mí mientras yo lo seguía con la mirada hasta dar con lo que hallaba buscando. Me enumeró una serie de plantas que podrían ayudarme y yo las anoté todas y cada una de ellas para luego mirarlas con más detenimiento. Hizo especial mención a la última y miré el libro de pequeño tamaño que portaba en sus manos, lo cogí entre las mías y leí por encima los beneficios que podría obtener de la planta- Sí, creo que vamos por el camino adecuado. ¿Y para infecciones y veneno? –pregunté alzando mí mirada hacia él, no sabía qué era lo que podías encontrar de caza pero cualquier cosa que me dijera, por absurda que fuera, era más que recibida- No sé qué efectos podría producir un… bueno, un lobo más que una infección por las heridas. Pero, ¿y la ponzoña? –Había estudiado lo suficiente para saber que, si algún vampiro te mordía, su mordedura podía tener graves problemas y consecuencias- Quiero estar preparada, más sabiendo lo que hay ahí fuera, para cualquier tipo de situación. Quizás nada como la magia pero, dado que no tengo, tendré que aprovechar todo lo que esté en mí mano –le sonreí levemente, esperando que no fuera demasiado pedir.

por **Adrians Blancquart** Vie Abr 21, 2017 2:06 pm

Leí el contenido de aquél tomo que atraje hacia mí,mirando soslayo a Naitiri,que con gesto de sorpresa,observaba lo que antes había hecho.Por mi parte volví a sonreirla,nuevas marcas de mis hoyuelos que por si solos,—Disculpeme señorita Naitiri, pero solo se es débil si uno lo cree.Pero si uno encuentra el punto de apoyo en el mas fuerte pensamiento,ello nos hace imparable,fuertes cuando más lo necesitamos… —Dije con la mayor sinceridad a la vez que sinceridad,lo que creía,el método que aun uso,cuando no quiero hacer saltar por los aires a mi propia madre,en su intento de amargarme con cada uno de sus métodos.O mismamente cuando con mi magia tenía como fin de curar a Leona de esas graves heridas que se reabrieron,¡mon dieu!,si me hubiese dejado aplastar por el miedo,ella no estaría viva el día de hoy,si llego a perderla,no me lo perdonaría,más ahora que estoy descubriendo poco a poco su ser.

Deje mis dedos sobre el papel,subrayando conforme leía las propiedades y el fin de la planta una vez se fermentara en masa,siguiéndome en mi risa después de recalcar lo relacionado a una infección,poniéndome un poco mas serio después de mencionar otras plantas que recordaba en alta voz,aprovechando el secretismo que nos daba la burbuja,misma que estaba agotando el tiempo de permanecer ocultos.Tiempo en el que se consumía parte de mi energía mientras releía el contenido de uno de los libros que tomé después

Ante su pregunta asentí a destiempo,—sí,así es—;asentí al mismo tiempo,no era necesario un argumento amplio,más mi atención estaba sobre el pequeño libro que sostenía en una de mis manos,que bien podría darme la solución que necesito para adormecer las intenciones de mi querida madre,darle un poco de su propia medicina “arte de manipulación”.

(…)

Aparte la mirada de libro,por un segundo,no se si fue por un movimiento brusco por minúsculo que fuera,pero me sentí algo mareado al mirar de nuevo a la señorita Naitiri,escuchando las palabras en las que llevaba razón.Cerré el libro con la izquierda y con la derecha me acaricio tras el cuello llevándolo tras la nuca.Pudo verse en mi cara un gesto de cansancio por el esfuerzo de mantenernos ocultos,coencidiendo en cesión de este mismo libro,—Deberíamos sen..ntarnos en unos minutos—Dije,clavando mi pupila en su pupila castaña,rozando a su vez con la punta de mis dedos,su mano.

—Realease (liberación—Dije en un correcto latín, pudo verse un ligero chispazo verde,como ocurre con las pompas de jabón.Bajo nuestros pies (frente a ellos)se dibujó un semi-círculo,este si se tocaba tenía un tacto acuso como aquel ejemplo que mencionaba;—te ayudaré a buscar ese libro..aunque no sé si han rescatado tantas cosas como se de plantas..—Dije,sltando la mano,intentando recomponerme,aunque seguía sintiéndome algo cansado,por el echo de haber prolongado su efecto, y que después de las palabras certeras de la señorita,me sentía un poco estúpido,en parte,aunque no es por que vieran a Naitiri,si no a mi hablando sobre dones con plantas que solo los buenos curanderos podrían manejar,algo que enlazaban con magia,brujería.

—ponzoña, Lactuca virosa…—susurré en lo que deambulaba de nuevo por los estantes del principio,pasando el dedo por cada tomo—debería estar por aqui…—Dije sin encontrar el libro,me giré de nuevo esa extraña sensación de mareo,ahora si que debía sentarme.Me apoye en el estante,controle la respiración,—me temo que no,pero ¿cómo supo de su nombre?…—sonreí a Naitiri y antes que pudiera terminar el par de frases,volví a hablar—…te diré lo que sé.Y es que suele usarse para calmar el dolor,aunque no hay que hacer excesos en su uso,si no puede adormecer el miembro o parte del cuerpo en el que se le aplique,afectándole por completo…por ello hay que usarlo con precaución…puede incluso desencadenar reacciones peores que la herida causada…—Suspiré,acercándome a Naitiri— usarlo en ti para protegerse,sería un riesgo,si me permite advertirla…—Dije,volviendo a mirar a esos ojos castaños.

—En cambio,la planta Noni, podía ayudarte con las heridas simples,es decir rasguños en pequeñas cantidades y otras mas grandes si se usa mayor cantida.Una masa homogénea que debe cubrir toda la herida y vendarla.Su efecto suele ser rá..pido…—Frunci el ceño levente,pero no dejé de hablar—Un par de días,más..¿que otras plantas a averiguado por su cuenta,quizás la mas simple planta que conozcas..en combinación de las que te mencione u otras que pueda recordar te ayudan?—Trague saliva—,¿Qué mas has anotado en esas hojas que guardas tan celósamente..?jeje…—,sonreí,marcando mis hoyuelos mas característicos, en espera de que juntos encontrásemos algo más,que un sintió donde recuperarme por unos minutos.

por **Naitiri Zahir** Sáb Mayo 27, 2017 10:24 am

Él seguía ofreciéndome su ayuda a pesar de que no me conocía de nada, no sabía si era buena o mala persona y sin embargo ahí estaba delante de mí con aquel hechizo que nos mantenía ocultos por unos momentos de la vista de todos, como si estuviéramos dentro de una burbuja que nos hacía invisibles a los ojos de los demás. Aun me sorprendía lo que podía hacer porque no estaba para nada acostumbrada a estar en presencia de un mago, bueno, hechicero y que hiciera ese tipo de cosas. O como por ejemplo mover un libro y que esta saliera del estante para ir hacia sus manos o viceversa… sin duda alguna era algo bastante útil si lo mirabas desde mi punto de vista. Vi que dejó uno de los libros cerrados cogiéndolo en su mano y seguramente hubiera encontrado lo que andaba buscando.

Él decía que solo se era débil si así se creía, y quizás tuviera razón, pero sabiendo de los peligros que acechaban ahí fuera sabía perfectamente que yo no podría ser capaz de luchar contra ellos y defenderme, pero si podía ayudar sabiendo curar heridas ya era todo un paso y me sentiría mucho mejor sabiendo que podía ayudar a quedarme parada como una idiota sin saber qué es lo que podía o debía hacer. Por eso quería estar preparada, por eso había ido a la biblioteca a buscar información sobre plantas y hierbas medicinales. Me fijé en que hizo un gesto como si estuviera cansado y supuse que sería por el hechizo que estaba manteniendo y que según había dicho no tardaría mucho en terminar, así que asentí con la cabeza cuando dijo de sentarnos.

-Claro, así podrás explicarme mejor y descansas del hechizo –sus dedos rozaron la punta de los míos y volviendo a decir una palabra que no entendí pero que supuse que sería para finalizar el hechizo, un destello verde se produjo frente a nosotros y a nuestro alrededor quedó la marca del círculo que, en teoría, nos había rodeado a ambos como si la burbuja hubiera explotado y quedaran los restos de aquel hechizo, parecía que estaba húmedo pero no me agaché para comprobarlo- ¿Estás bien? –Pregunté mirando a Adrians ahora que el hechizo había finalizado dejándonos a la vista de todos y en aquel lugar donde, en teoría, no se podía estar. Se acercó hacia los estantes y pasó el libro buscando el libro que decía diciendo que no sabía mucho sobre plantas, pero seguramente supiera mucho más de lo que yo sabía… que era básicamente mu muy poco. Se paró apoyándose en el estante y me acerqué a él dejando una mano en su hombro, preocupada de si realmente se encontraba bien o no- Deberíamos de ir a sentarnos –dije antes de que él pudiera hablarme y sonreí cuando volvió a poner su mirada en la mía, nombrando aquella planta y como es que sabía de su nombre- he pasado muchos días mirando libros y la he leído en un par de ellos, pero nunca había entrado aquí y la verdad es que no pensaba poder encontrarme a alguien que pudiera hablarme sobre ella –lo miré de forma fija ante sus palabras, él creía que también podría ser para defenderme, pero yo lo quería mayormente para curar- No lo quiero para defenderme, Adrians… sino más bien para curar. Pero gracias por decirlo y por darme unas nociones sobre cómo se debe de aplicar… -hice una leve pausa- venga, vamos a sentarnos mejor y descansas un poco –no sabía si estaba bien para andar o no, por si acaso, puse mi mano sobre su brazo como cogiéndolo y juntos nos encaminamos a una de las mesas que había cerca y donde no había nadie sentado.

Había hablado sobre una planta de la que no tenía ni idea así que nada más llegar saqué las hojas que tenía donde había estado anotando los últimos días, y apunté lo que él me había dicho en aquella sección prohibida, así como la última planta y los efectos que tenía así como utilizarla. Preguntó que guardaba en las hojas que tenía y riendo levemente entre dientes y tras terminar de apuntar se las tendí, él ya había encontrado la que tenía sobre información de los seres de la oscuridad que acechaban y de los que recientemente había sabido de su existencia, así como también le pasé las otras hojas donde había anotado sobre diferentes tipos de plantas que me había encontrado en los libros pero que seguramente serían algo más “flojas” que las que él me había dicho, igualmente le tendí para que viera por si encontraba que alguna de ellas sí que tenía un uso que yo quería.

-Toma, no es como si a estas alturas fuera un secreto lo que estoy haciendo ¿verdad? –Le tendí las hojas donde se podía ver el nombre de diferentes plantas que tenía anotado, como por ejemplo Ajenjo, Achicoria, Árnica, Fumaria, Matico, Rosa Mosqueta, Palqui, que básicamente trataban dolores por heridas, curarlas, calmar dolores, bajar la fiebre… pero ninguna de ellas era útil contra venenos o cosas más fuertes que era lo que andaba buscando- como verás plantas algo básicas, por eso quería buscar algo más… fuerte, para las heridas que te puedas encontrar en la oscuridad de la noche –hice una pausa y lo miré mientras terminaba de leer lo que había apuntado en las hojas- ¿Te encuentras ya mejor?

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