The beauty of a woman's body +18 (Naitiri)

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Mar 26, 2016 2:45 am

The beauty of a woman's body

Había dañado ya varias hojas intentando dibujar y las había arrugado con frustración tirándolas a un lado del escritorio. Hacía días que no nevaba pero el clima seguía inclementemente frío, le resultaba frustrante no poder dominar las proporciones correctas de la anatomía femenina cuando intentaba dibujar y se dio cuenta de que sufría los resultados de la falta de práctica, después de todo se había exiliado en un entierro voluntario por tres años y por consiguiente no sólo había perdido su trabajo como profesor en la Universidad, su casa y su tienda, sino que al parecer su habilidad para dibujar.

¿Qué profesor de Arte no era capaz de dibujar correctamente el cuerpo humano? Si quería recuperar su trabajo en la universidad o conseguir tan siquiera tutorías con niños ricos que querían aprender pintura, debía de tener una técnica decente de lo contrario la gente pensaría que no estaba calificado para el trabajo.

En el quinto intento se dio por vencido, sabía que no podía dibujar correctamente si no tenía de un modelo real, el problema era que, no todas las mujeres estaban dispuestas a posar desnudas para un pintor, a no ser claro de que se les pagara una gran cantidad de dinero, Soren no tenía ni el dinero ni era un famoso pintor, por lo que estaba completamente en desventaja. Sin embargo decidió probar suerte en el burdel, quizás podría encontrar una cortesana dispuesta a ayudarle con su predicamento.

El burdel no era un sitio que soliera visitar, de hecho sólo había ido una vez y no había sido para conseguir sexo, hacía mucho tiempo había conocido a una cortesana a la que había llegado a apreciar inmensamente como amiga y a la que extrañaba sobremanera. Cuando llegó al recinto rondaba más de la media noche, la ciudad dormía, pero el para el burdel la noche apenas comenzaba y se encontró que estaba más concurrido de lo que esperaba, decenas de hombres se alineaban al rededor de la plataforma por la que varias mujeres desfilaban de forma sugestiva. No había que pagar a la entrada lo que era un alivio pues no traía mucho más que unos cuantos francos en el bolsillo.

Buscó con la mirada alguna mesa vacía donde pudiera acomodarse, una vez encontró una al fondo se sentó y sacó del pequeño maletín que traía un montón de hojas amarillentas agarradas con ganchos, un lápiz carboncillo y un borrador, observó con el ceño fruncido a las cortesanas que estaban en la tarima, parecían estar todas muy ocupadas con otros clientes y se preguntó si tendría algo de suerte esa noche.

por **Naitiri Zahir** Lun Mar 28, 2016 4:39 pm

Aquel día el burdel estaba mucho más abarrotado de lo habitual, a pesar del frío que hacía en la calle a la gente parecía no importarle aquello, tampoco que fueran casi pasadas la media noche. Eso solo podía significar varias cosas; más trabajo, y más clientes a los que atender. Por otra parte llegaría mucho más tarde a casa, pero sabia que Alessia estaría con Isis, por lo que, al menos no estaría sola.

Suspiré mientras bajaba al salón después de haber ayudado a una de las chicas que había tenido un pequeño problema, y me encontré con la mirada de la Madam quien sabía perfectamente lo que estaba pensando; iba a ser una muy buena noche. El bajo estaba casi lleno y ya habían varias chicas por allí exhibiéndose para los hombres que rondaban cerca de aquella tarima. Aquello era algo que jamás había hecho, y que no haría nunca. Se lo había dejado claro a la Madam y parecía que a esta no le importaba, y además, habían chicas que preferían lucirse de aquella forma.

Negué con la cabeza y, ya que nadie me había “pedido”, comencé a ayudar a las chicas que pasaban por las mesas para rellenar los vasos o traer otras bebidas. Prefería hacer aquello antes que exhibirme de aquella manera. Las mesas estaban todas ocupadas y miré a una de las chicas haciéndole un gesto, como que iba a ayudarla, por lo que ella se fue hacia uno de los lados y yo comencé a pasearme por el otro.

Los piropos, los halagos y los comentarios picantes y pervertidos no tardaron en hacer acto de presencia conforme me iba pasando por las mesas y acercándome a los clientes. Había algunos que eran graciosos y te hacía reír con ellos otros, sin embargo, me daban ganas de soltarles un sonoro guantazo… pero no podía hacerlo, solamente ponía una sonrisa fingida totalmente, y seguía hacia delante.

Me fijé en que una de las mesas del fondo había un hombre sentado a solas, encima de la mesa llevaba un maletín y me pregunté si estaría lleno de dinero, o… de cualquier otra cosa. Parecía que buscaba algo en particular y no veía que tuviese nada de bebida en la mesa, por lo que me acerqué hacia donde estaba con una sonrisa plantándome delante de él.

-Buenas noches, joven. ¿Busca algo en… particular? –me fijé más detenidamente en él ahora que estaba más de cerca, y que la penumbra no ocultaba su rostro. Me fijé en que era un hombre joven, quizás podría rondar mi edad o tener un par de años más que yo, su pelo moreno hacia atrás hacía juego con sus ojos, del mismo color, contrastaban con su piel que era algo más pálida. Me fijé en su mirada cuando se posó en la mía y sonreí. Miré hacia la mesa y vi el montón de hojas que había sobre esta, el carboncillo preparado y listo para dibujar trazos y… las hojas vacías. Subí de nuevo mi vista hacia la de él- ¿Es usted… artista? Quizás es que, ¿ha venido en busca de inspiración? –sino, ¿qué otra cosa podía hacer? Me había dado cuenta que había estado mirando a las chicas pero, a pesar de ello, sus hojas estaban sin tocar apenas. Me senté a su lado sin perder la sonrisa y cogí una de las hojas que había suelta por la mesa- Si es así podría ayudarle en lo que está buscando –dejé la hoja en la mesa y me incliné hacia él pero sin llegar a juntarme lo suficiente, lo justo para que sin tocarlo pudiera sentir mi presencia sobre él- Dígame, ¿qué es lo que tendría que hacer? ¿Posar para usted? Quizás quiera que lo haga… desnuda –me reí entre dientes, mordiéndome el labio- Puedo ser su musa, si así lo desea.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Mar 28, 2016 9:32 pm

No tuvo que esperar mucho antes de que una mujer se acercara a su mesa, era una mujer esbelta de piel bronceada por el sol, de largos cabellos ondulados castaños que caían como una cascada y unos ojos negros profundos y saltones que reflejaban vitalidad. Carraspeó y se removió sin decir nada mientras ella hablaba, le daba vergüenza aceptar que había ido a ese lugar buscando a una mujer que se desnudara frente a él para dibujarla.

Sabía que muchos artistas hacían lo mismo, inclusive cuando había trabajado como profesor en la Universidad, años atrás, había visto más de un modelo desnudo posando para más de 20 alumnos al mismo tiempo, hombres y mujeres por igual. Sin embargo el hecho de que estuviera en el burdel le hacía ser consciente de que esa mujer era una cortesana y sentía como si estuviera aprovechándose de su falta de pudor para pedirle algo como eso.

-No soy exactamente un artista – Comentó cuando ella terminó de hablar – Soy profesor de historia del arte, sin embargo como profesor tengo que saber manejar diferentes técnicas y por supuesto conocer la anatomía del cuerpo humano – Le explicó, esperó unos segundos y sintiendo que las mejillas se le iban coloreando suavemente con el rubor continuó – He visto pocas mujeres desnudas en mi vida... de hecho sólo una – Murmuró y su voz se fue haciéndo cada vez más suave hasta convertirse en un susurro – Por eso tengo dificultades dibujando las proporciones... -

El problema era que no tenía mucho dinero. ¡Ni siquiera tenía lo suficiente para rentar una casa en París!,el era una vergüenza dentro de la sociedad vampirica pues en su mayoría se trataba de hombres y mujeres adinerados o de antiguos y poderosos linajes. Soren era... simplemente Soren, un hombre que a pesar de tener la inmortalidad prefería mantener un bajo perfil y vivir su vida de manera humilde.

por **Naitiri Zahir** Mar Mar 29, 2016 6:48 pm

Me quedé observando al joven que tenía delante de mí mientras esperaba que me dijera lo que le había estado diciendo sobre ser artista y lo que estaba buscando. Pues si había ido allí para otra cosa, que también podía ser, no sabía entonces por qué había sacado aquellas hojas y había estado observando a las demás con aquel carboncillo en la mano.
No era lo más raro que me habían pedido en el burdel y, de hecho, no supondría nada para mí el tener que desnudarme para que… me dibujaran. Había que confesar que jamás me habían pedido nada como aquello.

Le escuché mientras hablaba sobre que era profesor de historia del arte y que debía conocer la anatomía humana, bueno, tenía bastante lógica aquello ya que realmente como historiador del arte debía de conocer todos y cada uno de los diferentes tipos de arte que había. Le contemplé y noté el leve rubor que cubría sus mejillas conforme seguía hablando hasta que su voz casi fue un susurro apenas audible. Entre los gritos de la gente y la música me fue difícil escuchar lo último que había dicho… pero lo escuché, haciendo que enarcara una ceja por aquello.

-Ahora entiendo por qué has venido a un lugar como este –sonreí de manera suave, comprendiendo quizás lo difícil que le resultaba estar en aquel lugar sabiendo que solamente había estado con una mujer y que, por ello, necesitaba de una modelo real para ayudarle en aquello. Llevé una de mis manos sobre la suya y casi pude notar el leve temblor que se apoderaba de su cuerpo, oh, ¿estaba nervioso? Me mordí el labio mientras lo contemplaba, ni siquiera me había mirado de forma fija durante mucho tiempo- Creo que puedo ayudarte con tu… problema. Nunca nadie me ha dibujado y realmente, siento curiosidad por hacerlo –más que curiosidad por aquello, me resultaba curioso cómo iba a proceder él al estar delante de una mujer desnuda… por segunda vez. Me acerqué hasta pegar mi cuerpo con el suyo haciendo que mi pecho tocase so brazo, como única barrera- Dime, ¿cómo te llamas? –pregunté con voz suave, esperando a que dijera su nombre- Bien Soren, puedes llamarme Naitiri. Y me gustaría ayudarte con… el problema de las proporciones –me reí entre dientes llevando mi mano a las hojas que había sobre la mesa- Veo que tienes hojas suficientes para practicar así que, ¿me dejarías ser tu musa?

por **Soren Kaarkarogf** Mar Mar 29, 2016 8:19 pm

No esperaba que una cortesana se sintiera avergonzada de desnudarse frente a un hombre, pero aún así no dejó de sorprenderle que aceptara sin pensárselo dos veces y se le ocurrió que, a lo mejor le habían pedido cosas mucho más vergonzosas en su trabajo. Intentó calcular la edad de la muchacha, no debía de tener más de 25 años , tampoco parecía ser Francesa, sus facciones y el color de su piel hablaban de alguien que venía de tierras más lejanas. De inmediato sintió curiosidad por su trasfondo, como había llegado a París y porqué se había convertido en prostituta.

Naitiri, es un placer conocerte – Repitió el nombre disfrutando de como sonaba en su boca, era un nombre poco común, carraspeó nervioso frente a la cercanía y se apresuró a decir - ¡Gracias! Realmente necesito trabajar en unos lienzos que tengo en casa, pero no puedo continuar sin terminar unos buenos bocetos primero – Le explicó y se puso de pie, no esperaba que fueran a trabajar en medio del bar, el bullicio le distraía, además de que le parecía demasiado vulgar que se desnudara ahí frente a todo el mundo - ¿Podemos ir a un lugar más privado? - Preguntó observando el gentío a su alrededor – No quiero que mi musa pose en este ambiente -

Sonaba extraño llamarla 'musa', pero le hacía gracia al mismo tiempo. En la tarima, las mujeres habían dejado de bailar por unos momentos y los hombres gritaban alzando sus brazos que sostenían cervezas para que volvieran a bailar. Él olor a feromónas y sudor masculino se mezclaban hasta nublarle los sentidos, como Vampiro era sensible a esas cosas, podía sentir olores o escuchar cosas que para los humanos pasaban desapercibidas.

Tomó las hojas y las fue organizando en un montonsito y las depositó cuidadosamente en el maletín junto con el resto de materiales de dibujo. Se dispuso a seguir a Naitiri a donde fuera que lo quisiese llevar.

por **Naitiri Zahir** Miér Mar 30, 2016 3:32 pm

Sentía verdadera curiosidad por ver trabajar a un artista directamente, mucho más si a aquello le sumabas que iba a verlo plenamente en directo y que, la modelo en aquel caso… iba a ser yo. Era algo común que algunos artistas frecuentaran burdeles para pintar y dibujar a las cortesanas, desnudas, y así poder ilustrarse en aquello que querían hacer. De hecho, había oído a algunas de las chicas que habían acudido a las casas de los artistas posando para ellos y cobrando por ello, lógicamente. Un dinero extra que se ganaban fuera del burdel. No era una práctica muy común pero si algún artista quería pintar una mujer desnuda, ¿qué mejor lugar que encontrar una dispuesta en el burdel?

También sentía curiosidad por cómo iba a reaccionar él cuando me viera completamente desnuda, si parecía algo cortado cuando lo estábamos hablando ¿cómo haría para pintarme? ¿Se ruborizaría, me miraría sin cohibirse por ello? Quería saberlo, apenas había mantenido contacto visual más de lo necesario y me mordí el labio, divertida por aquello. Aquel tipo de cosas solo me incentivaban a querer tentarlo cada vez un poco más, llegando a ver hasta dónde podría llegar y cuánto podría aguantar.

-Será para mí un placer ayudarte, Soren –noté el nerviosismo cuando me acerqué más a él y evité reírme. Me hacía gracia, me hacía mucha gracia. No solía topar con clientes tan… tímidos con él, y quería ver cuánto podía llegar su timidez- Claro, no iba a desnudarme de toda esta gente. Porque el artista aquí… -me incliné más hacia él pegándome a su cuerpo por completo, estando con mis labios rozando su oreja- eres tú –susurré para levantarme y esperar a que recogiera todo mientras veía a los hombres quejarse porque las chicas se habían retirado… pero que pronto, otras diferentes, ocuparían sus lugares. Me giré a mirarlo y sonreí- Sígueme –le dije cuando vi que tenía todo recogido y lo llevé arriba donde estaban las habitaciones. Subí hasta llegar a la que era mi “habitación” y dejé que pasara él primero para cerrar la puerta cuando entré yo- Ponte cómodo, puedes utilizar lo que quieras –no sabía realmente dónde iba a ponerse ni lo que tenía pensado hacer -¿Qué, exactamente, tenías pensado dibujar? Aparte de a mí, claro –me reí entre dientes jugando con el cinturón de la bata que llevaba.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Mar 30, 2016 10:56 pm

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo frente a la cercanía de la chica cuando había susurrado en su oído. Sabía que era parte de su trabajo ser coqueta aún así no podía evitar sentirse cohibido. Le siguió hasta una habitación la cual supuso le pertenecía a ella y se imaginó los incontables hombres que habían entrado allí antes que él. ¿Que se sentiría ser comprado con dinero? Se preguntaba mientras buscaba un banco donde acomodarse, la vida de una cortesana no era un sendero de rosas, debían existir muchas situaciones en las que se sintieran usadas y ultrajadas como objetos.

-Como te dije antes, no soy artista propiamente así que no estoy buscando pintar un cuadro para vender – Comentó sentándose en una silla – Lo que busco es... más bien un estudio de la anatomía - Abrió el maletín y sacó una tabla de madera un poco más grande que el tamaño de las hojas y se la colocó en las piernas – Es difícil dibujar el cuerpo femenino y lograr buenas proporciones cuando no se tiene una modelo... así que quisiera hacer unos bosquejos en diferentes posiciones... si no te molesta claro -

El se sentía muy incómodo con el asunto y aunque había visto modelos desnudas en los salones de la Universidad cuando había sido profesor, era muy diferente estar frente a una mujer desnuda en la privacidad de una habitación como esa.

- ¿Puedes... desnudarte? - Murmuró sin mirarla a la cara, mantenía la vista en el papel – Primero quiero dibujar un plano... frontal general – Le explicó sosteniendo el lápiz carboncillo en la mano izquierda.

por **Naitiri Zahir** Jue Mar 31, 2016 4:00 pm

Tras esperar a que recogiera todo me dispuse a subir por las escaleras para llevarlo a mi habitación, donde podríamos tener más intimidad y donde podría dibujarme sin ningún tipo de distracción. Dejé que pasara y me quedé observando dónde se ponía para ver donde podía colocarme yo. Le miré cuando se sentó sobre la cómoda mientras sacaba todo lo que necesitaba y me quedaba, de pie, observándolo con bastante curiosidad.

Nunca había visto a un artista realizar ninguna obra de cerca y, aunque no era muy dada a ese arte, sentía curiosidad por aquello realmente. Le escuché decir aquellas palabras y enarqué una ceja, no me importaba si era para un cuadro o si era para algo suyo, que se quedaría para él. El caso es que quería ayudarle y, al mismo tiempo, ver cómo se desenvolvería por lo tímido que era.

-No te preocupes, no pasa nada. Me he ofrecido a ayudarte ¿no? Creo que eso contesta a tus preguntas –me reí entre dientes mientras lo miraba sacar aquella tabla, las hojas y prepararse mientras esperaba que me dijera lo que quería que hiciera- No hay problema con ello, en partí entendí que lo que querías hacer conllevaría diferentes cosas así que, ¿por donde quieres que empiece? –esperé hasta que me hablara mientras me colocaba en el centro de la habitación, mirándolo y observándolo, mientras él no era capaz siquiera de mirarme a los ojos durante más de medio minuto seguido. Me reí, haciéndome gracia, cuando me preguntó si podía desnudarme. ¿Cómo si no iba a ayudarle en… lo que necesitaba vestida?

Hice lo que me pidió y me coloqué delante de la cama y comencé a desatar el nudo de la bata observándolo, viendo cómo apartaba la mirada, observando solamente el papel que tenía delante. ¿Así quería poder dibujar algo? No lo haría, si no era capaz de mirarme mientras me quitaba la ropa, ¿qué me decía que me mirara estando desnuda?

-¿No crees, que deberías de mirarme? Estoy aquí delante, no en esa hoja de papel –me reí entre dientes dejando que la bata cayese al suelo provocando un ruido sordo, comencé a quitarme la ropa mientras lo miraba con una sonrisa, ¿de verdad no iba a mirar? –Si no puedes ver cómo me desnudo, ¿podrás dibujarme? -terminé de quitarme la ropa quedando completamente desnuda y reí- ¿Me quedo de pie, me tumbo… dónde quieres que me ponga? Espero que puedas mirarme ahora que estoy desnuda.

por **Soren Kaarkarogf** Vie Abr 01, 2016 8:44 am

Ella tenía razón ¿Cómo iba a pintarla si nisiquiera podía alzar la mirada para enfrentar su cuerpo desnudo?, había algo en el profesionalismo con el que ella manejaba la situación que le ponía aún más nervioso, para ella era un trabajo más, pero para él era un gran paso, no era como si viera mujeres desnudas con mucha frecuencia y le estaba costando asumir el asunto de manera estóica.

Levantó el rostro y observó finalmente el cuerpo desnudo de Naitiri, sus redondos pechos fueron los primeros en capturar su atención, se veían respingados y apetecibles, luego estaba su cintura y anchas caderas cuyas curvas probablemente hacían perder la cabeza a más de un hombre. Finalmente pasó su mirada por sus largas y bien bronceadas piernas, aquella mujer parecía más una esfinge Ejipcia y la belleza de su cuerpo le deslumbró y le dejó sin habla por un buen par de minutos.

Abrió la boca pero ninguna palabra salió, parpadeó varias veces y se acomodó las gafas carraspeando en una tos nerviosa.

- Puedes quedarte de pie... - Comentó al fin con las mejillas encendidas, bajo la luz del candelabro su piel lucía bástante pálida y el sonrojo se hacía más evidente - Luego quiero que te des la vuelta... también quiero dibujar esa parte - Realmente intentaba sonar profesional, pero su voz parecía más la de un deseoso chico virgen por la primera noche de sexo, odiaba que su voz sonara tan indesisa y que las orejas le ardieran de esa forma con la verguenza.

Él tenía más de 200 años, debería saber comportarse en ese tipo de situaciones.

- No eres Francesa ¿Verdad? - Decidió hacer conversación mientras comenzaba a dibujar sobre el papel.

por **Naitiri Zahir** Sáb Abr 02, 2016 11:59 am

Ahí estaba, desnuda plantada en medio de la habitación, observando atentamente cualquier movimiento que pudiera hacer él mientras esperaba que me dijera lo que tenía que hacer, dónde quería que me pusiera, en qué posición… porque no tenía ni idea de que lo debía de hacer. Jamás en mi vida me habían propuesto algo como aquello y sentía curiosidad. Sabía lo que iba a hacer, pero no tenía ni idea de cómo debía de proceder.

Me reí por aquello, después de llevar aquellos años como cortesana, me encontraba por primera vez en mucho tiempo que no sabía realmente lo que debía de hacer. Si para él podría suponer una situación algo extraña, para mí no era tampoco muy diferente todo aquello. Me quedé mirándolo a ver si se atrevía a levantar su vista y mirarme, porque de lo contrario, no lo veía capaz para que me dibujara.

Y por fin, levantó su vista, y me contempló por completo. Podía notar sus ojos recorriendo mi cuerpo de manera algo lenta, bajando su mirada por mi cuerpo culminando en mis piernas. Su mirada, curiosa, me hizo gracia y sonreí mientras apartaba mi pelo dejando que cayera en cascada por mi espalda y esperaba que dijera lo que debía hacer. Me quedé un par de minutos esperando a que dijera algo, pero cuando abrió la boca… pareció que no salía nada y reí entre dientes. Su timidez era palpable a simple vista, y cuando habló me quedé donde estaba, ya que así lo había pedido.

Su timidez no solo se podía ver a simple vista, también el sonrojo que brillaba en su rostro contrastando con lo pálido que era. Comenzó a dibujar y suspiré mirando cómo movía su mano sobre aquel papel, mientras me miraba de vez en cuando para volver su vista al papel y seguir comenzando de nuevo. Reí ante su pregunta y negué con la cabeza.

-Intuía que no solamente querrías dibujarme por delante, avísame cuando tenga que cambiar o hacer algo, la verdad es que estoy un poco perdida en este asunto –hice una pequeña pausa y me mordí el labio, divertida- No, no soy Francesa. Nací en Egipto aunque llevo la mayor parte de mí vida viviendo aquí. En parte, es como mi casa. ¿Y tú? No he oído a muchos hombres que se llamen como tú, y eres más pálido que cualquier parisino –si aquello le ayudaba, por mí estaba bien.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Abr 05, 2016 12:38 am

Hablar le resultaba más cómodo pues le forzaba a pensar en la conversación y no el cuerpo desnudo de ella, no quería aceptarlo pero verla desnuda había provocado una reacción en su cuerpo y como a cualquier otro hombre. Deseaba fervientemente que no notara su erección, pues moriría de la vergüenza si ella le llegase a preguntar algo al respecto. Había ido al burdel con una intención clara y para nada sexual, no podía permitir que ella notara que su presencia lo exitaba.

-No tienes acento al hablar – Comentó cuando ella dijo que era Egipcia- Seguro es porque llevas mucho tiempo aquí y te has acostumbrado sólo a hablar en Frances – Agregó sin levantar la vista del papel – Tienes razón, no soy Francés – Aceptó, era consciente de que tenía cierto acento nórdico a la hora de pronunciar la 'r' - Soy de Suecia y llevo relativamente poco en París... es verdad mi piel es pálida... la mayoría de la gente Nórdica lo es -

Aquello era cierto, pero al mismo tiempo era una mentira, la razón por la que él era pálido no era exclusivamente por su sangre Escandinava, había una explicación más sombría al respecto que no pensaba darle a Naitiri, saldría corriendo despavorida si le revelaba su naturaleza.

- ¿Porqué has decidido vivir en Francia? - Le preguntó alzando la mirada para recorrer una vez más su cuerpo desnudo - ¿No extrañas tu tierra natal? Eh escuchado que Egípto es muy caliente, imagino que le invierno no será de tu agrado – Volvió la vista al papel y se dio cuenta de que había dibujado mal la cintura, por lo que borró los trazos y comenzó a corregirla.

por **Naitiri Zahir** Mar Abr 05, 2016 7:49 pm

Estar en aquella postura no era algo muy cómodo pero era algo mucho más tranquilo que cualquier cosa que me hubiera pedido cualquier otro cliente. Esa noche no iba a estar con ningún cliente e iba a estar, solamente, ayudando fuera y atendiendo las mesas. Pero aquello era mucho mejor que estar ahí bajo, bajo aquel tumulto de hombres que habían ido solamente con un propósito al burdel. Salvo, al parecer, aquel hombre.

Seguramente muchas de las chicas habrían pagado para estar en mi situación y sabía que alguna de ellas, tal y como habían comentado alguna vez, querían que un artista las dibujara mientras posaban para ellos. Y, sin embargo, me había tocado a mí. Me reí entre dientes por ello, ya que como él mismo había dicho, no se trataba de pintar ningún cuadro o lienzo, simplemente era como… darle una clase de anatomía, para que pudiera dibujar bien.

-Es cierto, llevo mucho tiempo de mí vida viviendo aquí… diría que, casi dos tercios de ella, viviendo en París. No he olvidado mi idioma natal pero me he acostumbrado demasiado al francés, y al acento peculiar que tienen los parisinos –no era mentira, había pasado casi la mayor parte de mí vida allí, era lógico que hablara como ellos. –Sí, no sólo te delata tu nombre, sino que también ese acento que tienes y el deje a la hora de hablar. Se nota cuando alguien viene de fuera, en mí caso, de no ser por… mi nombre llamativo podría pasar por una francesa –bueno, quizás toda yo era muy diferente de cualquier francesa.

La siguiente pregunta fue algo más difícil de explicar y, realmente, no quería hacerlo. Porque era contar algo que no había sacado a colación nunca y, de momento, no quería hacerlo. No tenía por qué mentirle del todo, simplemente podía modificar la historia un poco para que pareciera más real.

-Mis padres decidieron venir a París cuando era pequeña, así que, ¿qué podía hacer? –me encogí de hombros sonriendo, como si aquello fuera verdad. Bueno, era una verdad a medias. Suspiré viendo como me recorría de nuevo con la mirada, miraba el papel para seguir dibujando- Sí, a veces hecho de menos volver allí, ¿quién no echaría de menos su lugar de origen? Creo que nadie podría hacerlo, es algo… que llevas dentro de ti. ¿Echas de menos Suecia, Soren? Y bueno, me he acostumbrado al clima de aquí –de nuevo me encogí de hombros mirando lo que estaba haciendo, viendo como borraba algo del papel para volver a dibujarlo, y sonreí -¿Qué pasa, Soren, tienes problemas para concentrarte? ¿Estás nervioso? –reí en un tono bajo, no me estaba burlando, simplemente estaba jugando un poco con él. Con lo tímido que era… quizás, era lo que estaba diciéndole- ¿Te gusta lo que ves? Puedo acercarme un poco más si así lo deseas –sí, lo estaba midiendo. ¿Cuán de cerca podría aguantar? ¿Mucho, poco? ¿Cuánto le dejaría su timidez? Quería comprobarlo, para mí era algo divertido aquello, no queriendo burlarme de él ni mucho menos… pero me divertía la situación. Nunca me había encontrado en una, y era todo bastante gracioso.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Abr 06, 2016 12:52 am

No concordaba con lo que ella decía de que podía pasar por Francesa de no ser por el nombre. Para Soren ella lucía completamente diferente a las chicas Parisínas, para empezar sus rasgos no eran tan caucásicos, su piel estaba más bronceada y sus ojos negros eran los de una mujer de Oriente medio, definitivamente no pasaría por Francesa ni aunque hablara un perfecto Frances. No dijo nada al respecto y continuó dibujando, borrando aquí y allá, enfocándose en los detalles.

Si por supuesto que si – Exclamó ante la pregunta – Extraño los bosques de Suecia, el clima y las lechuzas especialmente la Gran Lechuza gris – Comentó volviendo los ojos al papel - ¿Sabías que son las lechuzas más grandes de todas las lechuzas? ,Los machos pueden medir hasta 67 centímetros de altura – Alzó su vista hacía ella y sonrió sin dejar ver sus colmillos – Son unas formidables aves de presa, pueden cazar ratones que están a más de 60 cm bajo la nieve -

Fue consciente de que estaba hablando como siempre de un tema completamente salido de lo común y que probablemente sólo le interesaba a él, carraspeó y volvió a mirar el papel avergonzado.

- Puedes acercarte más... si quieres – Murmuró al escuchar lo que ella decía – Y no... no estoy nervioso – Carraspeó de nuevo, mintiendo deliberadamente – Creo que me estoy oxidando con respecto al dibujo – Agregó justificando por que la mano le temblaba ligeramente, en realidad tenía que ver con la obvia razón de que la presencia de Naitiri le estaba excitando.

por **Naitiri Zahir** Miér Abr 06, 2016 5:36 pm

Parecía que hablar le estaba dando resultado porque, al menos, se le notaba algo menos nervioso y seguía concentrado en seguir dibujando. Tenía curiosidad por saber cómo quedaría el resultado final. Sabía que no era nada más que ensayar para que él practicara, pero, igualmente, tenía ganas de ver lo que era que alguien te dibujase y poder contemplase. Aunque no fuera ningún lienzo, sino simplemente un dibujo, tenía ganas de comprobar si había podido captar todo los detalles.

-Por mucho que nos guste el lugar donde estemos, y los años que llevemos en el, jamás podríamos olvidarnos del lugar de donde venimos –era algo en lo que pensábamos igual- Creo que todo el mundo echaría en falta eso –escuché lo que dijo de las lechuzas y reí entre dientes- No, no lo sabía. Creo que no he visto nunca una lechuza gris que has mencionado, y si la he visto, no sabría afirmártelo con total claridad –hice una leve pausa- Bueno, yo si llegué a montar en camello antes de venir a París. Era pequeña y me dio algo de miedo, pero luego fue bastante divertido –eso era algo totalmente cierto y era un recuerdo de poco antes habernos ido de Egipto, un recuerdo feliz.

Lo observé de nuevo dibujando y su reacción al comentario de si quería que me acercara más a él. No pasé por alto el carraspeo en su voz, denotando que estaba nervioso, y el ligero temblor de su mano. Sonreí mientras él seguía dibujando y decidí dar un par de pasos más cerca de él, quedándome algo más cerca pero dejando una distancia prudente para que tuviera una vista global de todo.

-Soy una mujer curiosa, ¿qué sabes más de las lechuzas… grises? –pregunté pues no sabía muy bien si había dicho esa clase de lechuzas. Si a él le ayudaba hablar de aquello a mí no me importaba, era cierto que era curiosa, y era de las que pensaba que el saber no ocupa espacio. Además así también lo distraía un poco mientras veía su reacción al estar algo más cerca de él, desnuda.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Abr 06, 2016 9:55 pm

Naitiri tenía razón, a pesar de tener malos recuerdos de su vida en Suecia, pequeñas cosas a su alrededor siempre le hacían rememorar aquellos días con nostalgia, y sentía que sin importar cuantos años pasara en el mundo, siempre tendría esa sensación de querer volver a su ciudad natal. Era como si perteneciera allí aún cuando no tuviera un hogar o a nadie esperándole.

- Es normal no reconocer las lechuzas - Comentó cuando ella dijo que no sabía cual era la lechuza en cuestión de la que hablaba - Hay muchísimos tipos, todas con tamaños diferentes y colores... lo que tienen en común, sin embargo, es que son todas aves de presa, cazadoras silenciosas de la noche - Sentía una gran fascinación por dichos animales en parte porqué se sentía identificado con ellos, no en sus enormes ojos y su apariencia redonda y adorable, sino en la capacidad de matar en silencio y pasar desapercibidas.

Naitiri se acercó más y Soren trago saliva desviando la mirada hacía su dibujo, no le estaba quedando tan mal, pensó por unos instantes, mucho mejor que el dibujo que había borrado y repetido una y otra vez en la cabaña cuando no tenía una modelo como guía. El cuerpo le estaba quedando proporcionado, aunque la cara aún no se parecía mucho a ella, le faltaba más vida a la mirada.

- Yo nunca he montado en camello - Comentó imaginadose el animal que sólo había visto en dibujos en libros pero nunca en la vida real - ¿Tienen un olor fuerte los camellos? - Preguntó con curiosidad - Nunca he visto uno en la vida real, sólo en dibujos, pero ese pelaje denso que tienen... me da la impresión de que tienen un olor fuerte -

Ella le preguntó de nuevo sobre las lechuzas y el levantó el rostro para mirarle al rostro, esa debía ser la conversación más extraña que había tenido en su vida. Estaba frente a una deslumbrante mujer desnuda en un cuarto a solas y todo lo que salía de su boca eran camellos y lechuzas. Cualquier otro hombre intentaría tomar ventaja de la posición y hacer suya a esa mujer.

- Mmm... las hembras son generalmente más grandes que los machos - Murmuró ante la pregunta - Son depredadores silenciosos y soportan bajas temperaturas... - Se quedó un momento callado - Perdona seguro te estoy aburriendo con el tema... pero para ser honesto si me pone nervioso tu desnudez... no tengo novia - Carraspeó y volvió la mirada al papel - Así que... hace mucho tiempo que no... - Se detuvo ¿Pero que estaba diciendo? ¿Le estaba confesando su pobre vida sexual a una desconocida?.

por **Naitiri Zahir** Sáb Abr 09, 2016 9:41 am

No sabía nada sobre lechuzas y dudaba que hubiera visto muchas en mí vida, por eso podía estar mintiéndome perfectamente que jamás me enteraría de ello. Me gustaban los animales pero no sabía distinguir de ciertas especies qué era cada uno. Lo más probable es que si se parecía mucho la hubiera confundido sin ningún tipo de problema, y seguramente así habría sido. Y tal y como él había dicho, si había tantos tipos diferentes ya ponía en duda si había visto alguna. Me reí ante la pregunta del camello e intenté recordar aquella vez que me había montado en uno.

-La verdad, aunque es un animal que usamos muchos no he visto demasiados a lo largo de mí vida, me fui cuando era pequeña y la verdad puede que los haya visto más veces de lejos que de cerca. Pero, ¿Qué olieran fuerte? –Sonreí encogiéndome de hombros- No lo recuerdo, era pequeña cuando me monté con mí padre y, la verdad, recuerdo más el hecho de tener miedo a la hora de subirme sobre el animal, que el cómo olía. Es un animal bastante alto, mucho más que un caballo, y la impresión que da cuando estás montada encima de él sobre todo si eres una niña, es bastante grande. No recuerdo lo del olor, recuerdo la sensación de miedo al estar encima… pero luego se me pasó, y la verdad es que incluso disfruté del paseo –había sido un buen día, montando junto con mí padre mientras mi madre nos miraba. Suspiré intentando que los recuerdos no me abrumaran demasiado en aquel momento y lo miré cuando terminó de hablar sobre las hembras de las lechuzas- Oh, no te preocupes. Como te he dicho, soy bastante curiosa y no me importa, menos si con ello te ayuda a estará algo más… tranquilo -sonreí diciéndole también, en parte, por qué le había seguido el tema. Si le era más fácil así, no tenía ningún tipo de problema- Créeme, he tenido que soportar conversaciones mucho más absurdas, banales, aburridas y sin sentido –reí entre dientes, intentando tranquilizarlo. Alcé una ceja ante su última confesión y lo miré mientras seguía dibujándome- Era algo que podía suponer, ambas cosas –aclaré por si no sabía a lo que me estaba refiriendo- he notado tu timidez desde el primer momento y, con el paso de este, solo has ido confirmando algo que ya sabía. He entendido que quizá por eso has venido a un sitio como este para poder… dibujar a una mujer desnuda –hice una leve pausa- No te preocupes por eso, primero termina el dibujo. –le sonreí intentando que se tranquilizara, no quería presionarlo demasiado, menos, sabiendo lo que le estaba costando.

por **Soren Kaarkarogf** Dom Abr 10, 2016 9:52 pm

Escuchó la historia de como había montado en camello por primera vez y conforme ella hablaba se fue imaginando toda la escena, inclusive se imaginó las dunas y el sol bañando las pieles bronceadas de sus familiares. Parecía una escena perfecta para retractar en un cuadro y tomó nota mental para utilizarla más adelante para alguna pintura.

-Suena como un recuerdo muy bonito – Comentó sin sonreír, pero su voz era amable, casi tierna. Él no solía sonreír demasiado, le costaba relacionarse con las personas y eso incluía mostrarse sonriente y confiado, pero su voz delataba su estado de ánimo, así como sus ojos que eran increíblemente expresivos aún detrás de las gafas.

Ella le dijo que no se preocupara por la conversación y Soren se preguntó que tipo de conversaciones tendría ella con otros clientes. ¿Que tipo de cosas decía uno en esas situaciones? No tenía ni idea. Por lo que asintió y se concentró en el dibujo. Era bastante obvio por su actitud que era inexperto en el sexo así como en muchas otras cosas referentes a la humanidad, pero la actitud calmada de Naitiri le estaba tranquilizando un poco, por lo que pudo terminar el dibujo.

-¡Ya está! - Anunció con cierto tono triunfal, había dibujado tres versiones de Naitiri en tres ángulos distintos. Aunque no le había pedido que cambiara de posición, Soren tenía muy buena imaginación y no le había resultado difícil dibujar los otros ángulos – Creo que así está bien... lo demás es práctica – Concluyó levantando la hoja y colocándola frente a ella como para comparar el dibujo con el objeto real – Práctica en el dibujo... me refiero... con las proporciones...y eso... - Murmuró.

Entonces fue consciente de que debía pagarle. Aquello era un servicio y seguro que valdría algo. Se llevó una mano a la cabeza para rascarse la nuca.

- ¿Cuánto te debo? - Preguntó con la mirada fija en sus pies.

por **Naitiri Zahir** Jue Abr 14, 2016 6:24 am

Parecía que hablar con él y que me fuera contando cosas, o que yo le contara cosas, surtía efecto porque mientras hablaba podía ver como su pulso era algo más firme, y dibujaba de forma más relajada así que me alegré que aquello funcionara, porque de lo contrario, el estar allí para ayudarle con el dibujo no tendría ningún tipo de sentido. Y ya no sabía qué más podía hacer para intentar calmarlo un poco, porque estaba segura que hablar con él era la única forma de poder distraerle que tenía y que se centrase en lo que tenía que hacer.

-La verdad es que sí, es un recuerdo muy bonito que guardo como un tesoro. Es una lástima que no los disfrutemos más y los dejemos pasar de forma tan… natural. Daría lo que fuera por volver a aquellos momentos y poder disfrutarlos mucho mejor, ¿nunca has pensado en que te gustaría volver atrás? –Yo sí, muchas veces, quería volver atrás para disfrutar de aquellos pequeños momentos que en su momento no hice como debería de haber echo, y quizás, para cambiar también un poco lo que había pasado. Pero entonces, ¿qué hubiera sido de mí vida si no nos hubieran cogido aquellos piratas? Quizás habríamos llegado a Egipto y viviríamos como una familia feliz, yo no me había convertido en cortesana y quizás tendría otro trabajo… alguno como el que tenía mi madre, pues al igual que ella, me encanta la mitología. Pero, ¿Y las personas que había conocido… de aquella forma? Alessia, Gael, Astrid… jamás las hubiera conocido. Despejé mi mente de aquellos pensamientos cuando me dijo que ya había terminado y me acerqué para ver cómo había quedado.

Sin que me hubiera movido en lo absoluto Soren había hecho tres dibujos diferentes de mí en diferentes ángulos, tenía una visión para ello enorme, pues no me había movido para nada. Había puesto la hoja con el dibujo a mi lado mientras me miraba a mí y al dibujo como si quisiera contrastar que, realmente, se parecía bastante a lo que era. Cogí la hoja y la observé mejor… había captado cada detalle, mis pechos, la curva de mi cadera, mi rostro, incluso de perfil… Lo miré enarcando una ceja y sonreí devolviéndole la hoja aguantando una sonrisa.

-Y yo que pensaba que mis pechos eran algo más grandes, no creo que los hayas podido captar bien –dramaticé algo divertida, la verdad es que me había dibuja muy fielmente, pero quería ver hasta donde podía llegar todo aquello- Práctica… sí, quizás te hace falta algo más de ello con las proporciones… quizás, es que no lo has captado del todo bien. No me debes nada, ni siquiera me has tocado –cogí una de sus manos y la llevé a uno de mis pechos- Te falta práctica –sonreí divertida y negué con la cabeza, a expensas de por donde saldría con aquel simple toque- No solo mirando se aprende, Soren.

por **Soren Kaarkarogf** Vie Abr 15, 2016 12:26 am

-Hay cosas que me gustaría volver a vivir... pero... al mismo tiempo, creo que no sería buena idea – Murmuró en respuesta a la pregunta de ella sobre si quería volver atrás. Le fue inevitable pensar en Anuar y en como había entregado su alma y corazón a ese pintor de ojos amielados y en como había atesorado cada segundo a su lado como si fuera el último. Ahora que sus vidas se habían separado y que sabía que no volvería a estar con él, imaginarse reviviendo esos momentos era tentador e infinitamente triste a la vez.

Naitiri se acercó y revisó el dibujo, parecía toda una crítica de arte observándolo con tanto detenimiento, tener el cuerpo de la mujer desnuda tan cerca le hizo olvidar el hilo de pensamientos nostálgicos que tenía y el comentario de que sus pechos eran más grandes lo dejó sin habla, alzó el rostro con las mejillas encendidas ¿En realidad las había dibujado más pequeñas? Se preguntó con cierta inocencia. Entonces ella había tomado su mano y la había colocado sobre uno de sus pechos.

El vampiro abrió mucho los ojos y sus cejas se arquearon en una expresión de sorpresa pues no esperaba ese movimiento por parte de ella, sin embargo no quitó la mano, la piel de ella se sentía cálida y suave, deseaba apretar y sentir toda su exención, sólo fue consciente hasta ese momento de cuanto deseaba tocarla. ¿Desde cuando se había vuelto tan... 'humano'?.

- ¿Está bien que toque? - La pregunta salió de repente sin que lo pensara muy bien y su tono fue ingenuo, como si no fuera algo normal para un hombre desear a tocar a una mujer. ¡Él tenía casi 300 años! ¿Porqué se comportaba como un crío adolescente que ve a una mujer desnuda por primera vez?. - ¿No te hace sentir incómoda? - Agregó colocándose de pie dejando el dibujo sobre la mesa, resultaba que él era un poco más alto que ella, por lo que inclinó la cabeza para mirarla – Me imagino que... muchos hombres habrán continuado sin permiso... pero yo... - Se detuvo, no sabía que estaba diciendo, estaba demasiado avergonzado y su cuerpo estaba actuando por si sólo, no esperaba que dada una situación como esa, el deseo pudiera aflorar de esa forma tan desmedida en su interior.

por **Naitiri Zahir** Lun Abr 18, 2016 12:32 pm

Asentí con la cabeza cuando dijo que no era buena idea volver a vivir ciertas cosas. Opinaba totalmente igual que yo, puesto que yo sentía lo mismo. No podíamos lamentarnos eternamente por lo que habíamos pasado o habíamos vivido, lo único que nos quedaba era reponernos y llevarlo de la mejor forma posible, aprender de ello y afrontarlo como una experiencia más de la vida. O al menos, era lo que yo había echo durante mucho tiempo y lo que seguiría haciendo durante toda mí vida.

Contemplé el dibujo y solté aquella frase intentando no reírme porque quería comprobar realmente cómo se iba a comportar, o a reaccionar, tras llevar una de sus manos a mi pecho. En verdad había captado con total precisión todos los detalles de mí cuerpo, así como de mí cara. No sabía por qué decía que le hacía práctica cuando lo había echo muy bien… pero, quizás, en el fondo él lo camuflaba con la falta de no saber realmente cómo era tocar el cuerpo femenino.
Había dicho que solamente había estado con una mujer y eso era algo que se podía notar perfectamente, la timidez con la que había actuado desde el primer momento era algo muy notorio… pero, también como le había dicho, no solo mirando se aprendían las cosas. Quizás lo que le hacía falta era volver a sentir de nuevo lo que era tocar a una mujer.
Reí por su pregunta mientras veía la expresión sorprendida de su rostro y lo miré.

-Soren, la mayoría de los hombres no vienen aquí para dibujarme… -no quería ser algo grosera o dura con él, quería que entendiera que no estaba haciendo nada malo- Se supone que debes de tocarme, aunque no es obligatorio –reí entre dientes viendo cómo se levantaba de nuevo comprobando que era un poco más alto que yo, y negué con la cabeza- No hace falta que preguntes, como acabo de decir, no solo mirando se aprende –cogí su otra mano y la llevé a mí cadera, dejándola ahí, esperando a ver qué era lo que hacía él- No me siento incómoda contigo, ¿piensas que eres peor que cualquiera de los hombres que están ahí bajo? –Hice una pequeña pausa- Ojalá muchos de los hombres se comportaran parecido a tu actitud. No en cuanto a timidez, sino al saber tratar a una mujer. No estás haciendo nada malo.

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