My Body is a Cage

por Invitado Miér Abr 20, 2011 6:02 pm

«My body is a cage that keeps me from dancing with the one I love, but my mind holds the key».

[Los días posteriores a la transformación]

30 de Octubre

Qué me tiene aquí, muerto y desolado, qué me mantiene cuerdo, medianamente cuerdo y lúcido. Qué destino tan terrible no encontrar consuelo ni siquiera en la muerte. Tal vez elegí la muerte equivocada y debí haber tomado un cuchillo y clavármelo en la yugular de una buena vez y para siempre, pero ahora ni eso acabaría con la zozobra que me invade.

Ella dice que así obtendré lo que busco y le creo, ya no me queda otro camino que creerle, pero que debo ser paciente, cualidad que no tengo, no tengo ahora, se ha ido como mi vida escapó por mi boca, y por la sangre vertida y bebida. Ella dice... y yo le creo, ya no me queda otro camino que creerle.

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15 de Noviembre

Un mes y aún no salgo de claustro de este castillo de muros tan gruesos como troncos de los árboles más viejos de los Cárpatos. Ella dice que debo aguardar, aprender, que no es tan fácil ser lo que somos, lo que ahora soy, lo que decidí con tal de cobrarme lo que me han hecho.

Perderlos a todos significa un dolor indescriptible, hubiese preferido que me arrancaran un brazo y dolería menos. Ahora nada duele, pero tampoco nada sabe ya.

Ayer me trajo a una chica y aún no puedo creer lo que he hecho, he perdido todo rastro del médico de Veliki Nóvgorod que era, ahora soy un monstruo, soy peor que eso, no tengo alma, pero si no la tengo ¿qué es lo que duele tanto?, si no la tengo... ¿por qué los sigo extrañando?, si no la tengo... entonces duele el vacío que quedó. Pero duele mucho.

Y ya no sé si la retribución es el camino a que este dolor deje de doler tanto.

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31 de Diciembre

Está organizando una fiesta para celebrar el año nuevo, es sólo el pretexto para traer muchas vírgenes que devorar, dice que ha hecho una selección especial para mi, y que luego puedo culminar con ella misma, no bebiendo de su sangre, que eso ya lo hice, sino lo que nos unió en un principio.

Cuando era más joven conocí a una chica en San Petesburgo, era hija de un escritor, rubia y blanca como mármol, de risa tímida y modales refinados. Anya, que me cautivó en un segundo, y yo era un prometedor futuro médico, su padre no me la negaría en matrimonio, pero antes de ganarme al hombre, debía ganármela a ella, quería que me amara de verdad, que se enamorara de mi como yo lo hice de ella. Ninguna mujer antes me había dado un no como respuesta y tuve a toda aquella que quise, y en ese momento quería a Anya, para toda la vida.

Conseguí hablarle y acercarme y usé todo lo que me había rendido frutos en el pasado, le hice versos y le canté canciones, le regalé flores y le hice visitas, y ella, siempre con esa risa tímida, me aceptó. ¿Por qué lo hizo?

La pedí en matrimonio y nos íbamos a casar. Creí que esa iba a ser mi vida, siendo médico y al lado de Anya, con hijos y tal vez un perro de ojos azules, lucía perfecto en mi mente pero quién soy yo para decir que así serán las cosas. Un par de semanas antes de la boda (el vestido ya había sido confeccionado) Anya se fue, así nada más, dejó a su familia en San Petesburgo y me dejó a mi desolado. Se había ido, según entiendo, con un soldado que combatía a los míos más al oeste. Aún llamo míos a los tártaros porque la mayoría de las veces me siento un invasor, y porque siempre fui ligeramente más moreno que los otros niños en Nóvgorod, y por ello me llamaban toda clase de cosas.

Y Anya se había ido con el enemigo de los míos, con mi enemigo, me dejó una carta que quemé sin abrir, mi corazón no hubiera podido soportarlo. Tiempo después me enteré que el soldado la había abandonado con 3 hijos y había regresado a San Petesburgo con su familia, estuve tentado a ir, pero no lo hice, estaba yo ya al lado de Ekaterina.

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por Invitado Lun Abr 25, 2011 12:22 pm

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6 de Febrero

Hay costumbres más al sur que consideran este día sagrado, aquí, en este palacio de seres nocturnos, sin embargo, nada es sagrado, todo es profano y herético.

Ella tiene ojos azules como el del hielo del Vóljov en invierno, y cabello negro ondulado como el de un caballo azabache endemoniado, tiene labios rojos, y nariz perfecta, piel de porcelana, fría como Siberia, y ríe siempre con elegancia e ironía, y su figura es la de la propia Venus. Y soy su favorito.

Pero no el único.

Después de la vida tan interesante que ha tenido, un hombre como yo, médico, aburrido, gris, clase media y con cara de perro lastimero, qué puede ofrecerle. Nada, creo, o no mucho más de lo que ella puede ofrecerme a mi.

Me dijo en su momento que era eso lo interesante, lo perfecta y cuadrada que era mi vida y que aún así tuviera ese don natural de conseguir mujeres, y es sólo que a veces prefieren al de cara de niño bueno que al rudo bandido. Ella me dijo, cuando respondí eso, que sus gustos ahora habían cambiado, que habían cambiado cuando me conoció, que ahora prefería al niño bueno que al rudo bandido.

Cuando la conocí, en un viaje que hice a Jlynov, nunca creí que llegaríamos a más, pero ella pareció prendada de mi el instante mismo que me vio, yo estaba destrozado después de Ekaterina y la misma noche que nos conocimos terminamos en la casa de un amigo de ella. Me dejé llevar por su juego, tanto que aún estoy a su lado, como parte de su retorcida corte; sólo quiero terminar lo que he empezado, quiero lo que ella me prometió.

Lo nuestro es platónico, claro que hemos tenido relaciones, así es como empezó todo, pero no sé si la amo, ya no sé si tengo la capacidad de amar y ella, es obvio que no me ama, soy su juguete, como tantos otros inquilinos de este castillo, tal vez con el que le gusta jugar más, pero sólo eso.

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10 de Marzo

Ekaterina estaba destinada a traicionarme, estaba escrito, lo supe desde que mis ojos la miraron por primera vez, del brazo de un importante miembro de la corte del príncipe de Vladimir y Moscovia. Era algo más atrevida y fuerte que Anya, no tenía una risa tímida, ni era una delicada flor de invierno; Ekaterina era fuerte y sabía lo que quería, por primera vez me habían cazado a mi y no al revés. Ese día, aún estando al lado de ese importante funcionario me coqueteó toda la noche, no lo entendí, pero caí en su juego.

Me juró que cambiaría, que estando a mi lado, estando con el estable médico de Nóvgorod, iba a ser distinto, se iba a tranquilizar por fin. Promesas vacías que creí.

Yo era entonces un poco mayor ya, y era extraño que fuera soltero, la gente empezaba a hablar y era fastidioso, porque cuando caminaba por ahí escuchaba el cuchicheo, pero eso sí, cuando necesitaban un buen médico era a mi a quien acudían.

No digo que en el lapso entre Anya y Ekaterina no hubiese tenido romances y aventuras, porque estaría mintiendo, pero nada duradero. Vi la oportunidad perfecta de sentar cabeza, y claro que la amé, demasiado, más de lo que debí, pues supe de su traición el instante mismo que posé mis ojos en ella.

A un mes exactamente de nuestra boda la vi con otro, y con burla me respondió que durante todo ese tiempo, el tiempo de nuestro compromiso, me había engañado con cuanto hombre pudo, y aunque me rompió el alma y el corazón no puedo decir que me sorprendió, así nos conocimos en primera instancia.

Después de eso simplemente dije basta. Ya no más.

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21 de Marzo

El equinoccio está aquí, recuerdo cuando era niño, mi padre nos llevaba a mi hermana y a mi a verlo más al norte, cerca de la frontera con Finlandia; era la aurora boreal más hermosa, y la última de la temporada.

Ayer hice algo inimaginable, pero que disfruté como pocas cosas he disfrutado en mi vida. Me trajo una campesina virgen, era hermosa, muy joven, casi niña, su cuerpo no estaba desarrollado si quiera, ojos cerúleos y cabello rubio platinado, piel inmaculada, su aroma era como ninguno que hubiera probado antes, moría por conocer su sabor; sin embargo me contuve, esperé, aguardé antes de alimentarme de ella. Ahora que recapitulo, fui una bestia, pero es lo que soy ahora, la forcé a hacer el amor conmigo... ¡qué digo!, “amor”, ahí no había amor, la obligué a tener relaciones conmigo, no una ni dos veces, sino cuantas pude y luego simplemente me alimenté de ella y la observé morir.

Sabía a sudor y pureza, nunca había probado algo igual. Pero qué hice, la pobre niña que culpa tenía, la pobre... a mi merced.

Otros inquilinos de este siniestro castillo se ríen de mi, me llaman débil, no disimulan y lo hacen a mis espaldas, me lo dicen en la cara, me dicen cobarde, que no merezco la posición que tengo como su favorito, y creo que por eso lo hice, por eso destruí a esa chica como lo hice, para acallar las voces, que supieran de mi proeza y estoy seguro que enterados están, los gritos de la campesina inundaron toda la noche el castillo, orgulloso no estoy, pero ese es mi trabajo ahora.

Me pregunto cómo se verán las luces del norte esta noche.

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por Invitado Lun Mayo 02, 2011 9:14 pm

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17 de Mayo

Los celos de sus otros amantes me han recluido en mi habitación, no puedo salir sin ser amedrentado, ella me trae todo lo que necesito hasta aquí, libros, cadáveres para disecciones, hierbas para medicamentos, y cada vez que la veo pregunto como un infante patético cuándo será el momento que pueda culminar lo que ella me prometió. Ella ríe y me acaricia el rostro; “Dulce Daniil” me dice todas las veces, porque soy su Dulce Daniil, el de cara de niño bueno y alma de monstruo sediento de sangre, “Dulce Daniil, tienes que aguardar” y luego me besa y cuando me besa todo pierde importancia, terminamos en mi cama y no puedo preguntar de nuevo.

Pero la verdad es otra, la verdad es que estoy perdiendo la paciencia.

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15 de Octubre

Un año.

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12 de Diciembre

Hoy son seis años que todos murieron y poco más de un año que decidí aceptar lo que ella me ofreció. Sin embargo sigo aquí sin mi retribución.

Yo había salido ante el llamado del primo del príncipe de Vladimir y Moscovia, cómo negarse con los miembros de la realeza, te degollan ante una desobediencia. Había una fuerte tormenta de nieve y tuve que viajar hasta las cercanías de San Petesburgo y Pskov, no iba a regresar ese día pero mientras curaba al noble (un simple resfriado que se había complicado por el clima) tuve un dolor profundo en el alma, tal vez estoy loco, pero supongo que cada puñalada que recibió mi familia yo la recibí en las entrañas, rogué al noble que me regresara esa misma noche y lo hizo, pues ya no tenía mucho que hacer ahí, le había dado el antibiótico y las instrucciones a seguir.

Supongo que cuando arribé a Nóvgorod ya no era 12 de Diciembre, tal vez la madrugada del 13, número maldito, y al llegar a mi casa y ver la puerta abierta supe que algo andaba mal. El olor a sangre en cada rincón era repulsivo y todo era obscuro, todo era terrible. A quien vi primero fue a mi dulce hermana sentada en la mecedora de la abuela, con el bordado aún en su regazo, sus ojos mirando directo al otro lado de la estancia, en donde mi madre estaba en el suelo peor que si fuera basura, una charola con té a su lado y finalmente sobre las escaleras estaba mi padre quien tenía el rostro destrozado. Aún me atormenta esa imagen en mi cabeza en los sueños de mi descanso innecesario, la luz de la luna colándose por la ventana iluminando sus rostros muertos. “Tártaros” en grandes letras maltrechas de gente que sólo aprendió a escribir esa palabra para despreciarnos.

Yo debía estar ahí con ellos, yo debí morir con ellos.

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por Invitado Lun Mayo 09, 2011 5:34 pm

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26 de Febrero

Por fin me ha dicho que es tiempo y me ha sorprendido al decirme que, con medios propios ha descubierto a los culpables. Quiero tenerlos ya de frente, quiero darles una paliza, romper cada hueso de su miserable cuerpo, arrancarles los dedos con los que tomaron las hachas y cuchillos con los que los mataron, no beberé su sangre porque estoy seguro que sabe a lodo. Nada quedará del Dulce Daniil, quiero mi venganza, quiero que paguen por quitarme todo lo que amaba.

Ha cumplido, ella ha cumplido con el trato.

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3 de Abril

No sé qué fuerza sostiene la pluma para llevarla a la tinta y hacer que escriba estas palabras, no sé nada ya, sólo que to ha sido en vano, que vendí mi alma para nada. Realmente soy un juguete roto, dañado, sin gracia y descolorido. Algo está verdaderamente mal en mi.
Regresé a Nóvgorod con la única intención de hacer pagar a los culpables y frente a mi sólo había unas tumbas sin nombre, alguien se me había adelantado y no puedo describir las frustración que sentí, que siento, que sentiré hasta el final de mis días. Mañana mismo al amanecer debería caminar hasta el Volga y así morir, porque todo carece de sentido. Quería destruirlos como ellos me destruyeron a mi y no pude, me arrebataron la oportunidad.

Algo está mal en mi. Nadie puede tener el corazón tan condenadamente roto, nadie puede encontrar el ejercicio de las lágrimas tan absurdo como yo lo hago. Y pensar que si ahora muero me iré directo al infierno, lejos de ellos, lejos de todo, pero ya no puedo.

No puedo.

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10 de Abril

He estado recluido en mi habitación, desde que regresé de Nóvgorod, ella sólo me ha venido a ver una vez para impedir mis planes de caminar por la orilla del río cuando el primer rayo de sol tocara el suelo. No sé qué más sigue, por primera vez no tengo claro el futuro, ni el presente que eso es peor. Y mi futuro pinta eterno.

Qué terrible eternidad sintiendo el vacío que yo siento, deambular por un mundo ajeno a mi dolor como alma en pena, cazando por las noches, tratando de encontrar una respuesta. Cuando miro atrás parece que nada me ha salido bien, por qué morir habría de ser la primera cosa que me saliera bien.

Hay algo en mi, estoy seguro de ello, algo funciona del modo equivocado en mi, algo no está bien colocado.

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por Invitado Lun Mayo 16, 2011 3:16 pm

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5 de Junio

Tuve que curarme solo una ceja abierta tras una pelea que tuve la noche que por fin me aventuré a salir de mi habitación. Un inquilino más joven, más recientemente convertido se abalanzó contra mi sin razón alguna, luego lo escuché vociferar que alguien tan endeble como yo no debía ser el macho alfa en este castillo y me pregunto en qué momento nos convertimos en una manada. El león joven ataca al viejo para tratar de ocupar su lugar. Pude derribarlo y abrirle la cabeza, ella llegó a tiempo antes de que pudiéramos hacernos más daño y caer en una batalla de mil años pues nadie caería muerto. Me obligó a arreglar la herida de su cabeza, en un par de horas estará como si nada hubiera pasado.

Tras lo sucedido me miré al espejo para poder revisarme la herida, sin embargo la imagen que éste me devolvía era la de un desconocido. En qué punto en medio de mis vesanias perdí el norte, el suelo, el camino, el deseo de continuar con esto.

El Daniil del espejo es triste y sombrío, frustrado, solo, y a parte de todo, con una ceja herida. No podía creer en lo que me había convertido, algunas cosas han sido porque me han orillado, pero la mayoría han sido por mi propia negligencia. El Daniil del espejo, este Daniil no es ni la sombra del Daniil humano y vivo, que con todo y el corazón destrozado encontraba motivos, ya no los encuentro. Mi familia está muerta, las mujeres que amé me traicionaron y ebrio de tristeza me dejé convertir en esto que soy ahora para buscar una venganza que no llegó, ni llegará. Levanto los puños a la menor provocación y violo y mato jovencitas que nada tienen que ver con mi asquerosa vida, la venganza me pudre el alma, los días apestan a tristeza. Qué he hecho.

Qué soy, que no me reconozco.

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18 de Agosto

Poco a poco me he reintegrado a la dinámica del castillo, sigo siendo blanco de los celos del resto, pero después de partir la cabeza de aquel joven vampiro ya no se meten conmigo, y eso es una ventaja. El enfrentamiento físico nunca ha sido algo que me motive, sólo reaccioné para defenderme, y toda mi frustración y todo mi enojo provocaron que casi matara a ese joven, de no haber sido vampiro hubiese muerto, estoy seguro, pero da igual, mis manos están ya muy manchadas de sangre, una gota más o una menos no haría diferencia.

Estuve casi un mes con una joven que venía del sur, de territorios inexplorados, de África, su piel era del color de los granos de café, y con ojos brillantes como perlas negras, nunca le pregunté su nombre, me hubiera gustado hacerlo. Bebía de ella sin matarla, me aceptaba docilmente en el lecho y le juré más de una vez que le daría su libertad, sin embargo no cumplí mi promesa, a la cuarta semana juntos finalmente la maté, hice lo que debí haber hecho desde un principio, jamás debí darle esperanza, jamás debí quererla. No sé con qué cinismo me atreví a mirarla a los ojos y decirle que le perdonaría la vida.

De todos modos quién soy yo para quitar o dar vida, no soy nadie, no soy nada.

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1 de Febrero

He agarrado la mala costumbre de quedarme varios días con mis víctimas, de darles esperanza, de crear lazos que no debería crear, de hablar con ellas, de interesarme en sus vidas, no sé qué gano si al final todo termina como debe terminar; con su muerte. Y es peor del modo como lo hago, después de conocerlas, de escuchar de su voz como ha sido su vida, las mato de todos modos.

No me he atrevido a convertir a nadie, y no pienso hacerlo en lo días eternos que vienen por delante, no puedo condenar a alguien más a lo que soy, ahora mi destino es estar solo, más de lo que ya estaba, deambular por el mundo como el espíritu penitente que soy, no enamorarme de nadie y de todas, porque sé que desearé aquello que no puedo tener.

por Invitado Miér Jul 06, 2011 3:32 am

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15 de Octubre

He has left us alone but shafts of light sometimes grace the corner of our rooms...

De pronto lo tengo todo claro, un rotundo golpe me ha dejado inconsciente hasta abrir los ojos de nuevo y tener por vez primera en mi vida (y no vida) una respuesta concreta. Durante los últimos años, ni siquiera he llevado la cuenta de cuántos desde que soy lo que decidí ser, despertar era de hecho doloroso, pero después de tantas vesanias y éxodos, finalmente abro los ojos con algo claro en mi mente. Y es tan sencillo que me parece ridículo no haberlo visto antes, quizá la tristeza me aturdía tanto que no me permitía ver con claridad, el sabor amargo de la ausencia me estrujaba de tal modo que mis demás sentidos se bloquearon, pero luego aquí estoy, y es momento de seguir.

Por primera vez en años tengo una certeza a la cual aferrarme.

The triumph of our tired eyes

Quedan, desde luego, mil preguntas esperando su respuesta, y muy probablemente jamás pueda dárselas, pero sé lo que sigue en esta travesía. Polaris, déjame llegar al puerto.

Como muchas veces antes, sé a dónde me dirijo, pero no tengo idea de cómo llegar, lo única certeza que poseo por ahora es una, sólo una, debo dejar este sitio, debo comenzar a moverme, a sacudirme la melancolía que me aprisiona, que me asfixia y me mata, que una muerte lenta como la que elegí es muerte al fin y al cabo. Y la muerte lenta no perdona.

Es curioso, paso noches enteras preguntándome qué hubiera pasado si… y todos los escenarios posibles son mejor que esto, me miro las manos, manchadas de sangre y de muerte y en silencio pido perdón aunque no lo merezco, hablo en susurros, en sueños dementes y recuerdos de una cordura perdida, de ese modo para que nadie más me escuche, nadie me encuentre en el escondite de un rincón que me he fabricado; porque soy un niño perdido al que un día sí y el otro también le hacen falta sus padres. Para qué voy a mentir, qué triste y patética historia me tocó protagonizar en la que me resulta imposible olvidar. El olvido no es consuelo, es sólo olvido, y por los dioses, y por la sangrada Rusia, que yo no he de olvidar.

Babylon was built on fire/Starsnostars

Una hora o un millón de ellas, el tiempo es insuficiente incluso cuando se cuenta infinitamente en el futuro borroso, pero al fin futuro. Un segundo o un millón de suspiros callados, nada y nunca. Intento recoger los escombros de lo que ha quedado, algo mucho más grande se ha roto para siempre. Todo cambia, es imposible tratar de detener con las manos desnudas las hojas que en otoño caen y en invierno se congelan, que en primavera florecen y en verano reverdecen; el tiempo se escurre como agua de las manos, no se puede luchar contra algo claramente más grande que la fuerza que uno apenas tiene. Y ese tiempo encapsulado no me cabe en una sola maleta, pero me las tengo que arreglar, tengo que saber qué debo dejar en este sitio, qué vale la pena conservar y perder.

Ring them bells (freedom has come and gone)

Hay una dificultad generalizada del ser humano cuando de pérdida se trata, y he condensado toda esa dificultad en mi persona; no sé por qué me cuesta tanto trabajo, por qué especialmente a mi me resulta tan difícil. Desde que tengo memoria ha existido un halo azul que me rodea; azul es el color de la tristeza, y cómo lograr salir de ella cuando te arrancan todo lo que fuiste y eres en una sola noche de crudo invierno. Un pequeño cristal empañado en mi interior se hizo trizas mucho antes de que me apalearan, como si estuviera escrito que esto era lo que me tocaba.

Es tonto resignarse de ese modo (“es lo que me tocaba”), pero me he cansado. Estoy cansado y demasiado atribulado como para encontrar otra explicación. Los años me han hundido, uno a la vez pero me han terminado por destruir, destruir el alma que ya no poseo y la fuerza y las ganas… las ganas de seguir con todo esto. Pero… sí, he de continuar, aunque sea por inercia, y porque no me queda otra salida.

Para ellos no tengo palabras, que se han ido y me niego con tanta fuerza a decirles adiós que parece absurdo, e insano, alienado y llanamente tonto. Es como si sintiera en mi interior que despedirlos es olvidarlos y perdonar su muerte, indultar a sus verdugos, darme por vencido en mi alocada cruzada que hace mucho que terminó en un anticlimático desenlace y me dejó tan sólo un sabor a nada en la boca. Porque han pasado las décadas, porque de haber sido de otro modo incluso yo estaría muerto; y sigo aquí, encerrado en un castillo sombrío esperando quién sabe qué cosa.

Mountains made of steam

Intenté, Dios y Satán saben que lo intenté; todos fueron testigos de mis intentos vacíos por parecer fuerte, pero si antes no lo fui no entiendo qué me hizo creer que ahora podía serlo; soy débil, no hay doble lectura. Ahora no pertenezco a ningún sitio, soy un eterno forastero, a donde vaya, incluso a orillas del Vóljov pareceré un extraño maldito. Seré extranjero incluso en Rusia.

Maté, quise hacerlo para poder parecerme a lo que se supone ahora debo ser, y la culpa me manchó del negro más negro y opaco del que tengo memoria, se supone que no debía sentir aquello pero los ojos vidriosos como canicas de las muchas víctimas que tuve ahora me persiguen y me azoran, me atormentan en mi sueño de por si intranquilo.

No maté, quise aferrarme a lo que quedaba de mi, y las palabras del resto de esta corte hereje me lincharon cada noche hasta que el fuego consumió todo, incluido yo. Que uno de mi estirpe pueda sentir tanto y de este modo es un estigma dentro de los estigmatizados, pero un paria entre renegados no debería notarse tanto como yo lo hago.

Porque a veces deseo con franca desesperación deshacerme de esto que me ancla a la humanidad, poder ser como el resto de los hijos de Caín, pero me resulta imposible y lo único que resta es el ejercicio inútil de las lágrimas. Y luego viene el otro lado, la otra cara de este fantasma de mi vida no vida; empuño con fuerza una espada para matar dragones, para intentar (en vano, lo sé bien) matar mis demonios que son muchos, pero a penas logro mantenerlos a raya, quiero con tesón conservar lo que soy, lo que fui, el que conozco aunque cada día y cada hora me parezca más un desconocido, un manchón borroso en una pintura a medio terminar.

Quién en su sano juicio quisiera vivir con una batalla tan cruenta en su interior, nadie, lo supongo, pero yo hace mucho que perdí “el sano juicio”, yo enloquecí hace varios años.

I built myself a metal bird

Los años me han otorgado mucho tiempo para pensar, pero pensar demasiado también cansa. He logrado saber, sin embargo, que esto ha sido por algo, el propósito de una autoinfringida tragedia como la mía, o el propósito que ahora quiero verle. Culpo al tiempo al no tener ningún otro sospechoso, lo culpo de golpearme y de hundirme, pero también me ha abrazado y abrasado, me ha otorgado dones como el de pensar y el de calmar las aguas turbias de mi incendiario deseo de venganza.

El tiempo me ha enseñado, como un anciano que le cuenta historias a los niños, que no se le puede poner alas a lo que simplemente no puede volar.

Soy un tirano, ahora me conduciré con esta estricta filosofía, la severidad con uno mismo sólo provoca intolerancia a la frustración, pero es mejor esto que nada. Sentir el dolor que siento es mejor que no sentir nada y para mí han quedado vetadas muchas cosas, cosas en las que creí y aún creo firmemente, aunque ya no sean una opción para este que escribe.

De todos modos, la experiencia me ha enseñado que aunque sean cosas que crea con tanta fiereza no quiere decir que tendré suerte en ellas. Nací bajo un mal signo, la suerte no es algo que haya demostrado querer favorecerme.

Amor es una palabra terriblemente tramposa, un zorro ladino que se escabulle y juega y tiende trampas y malas bromas. Y aún así existe el joven cazador que puede atraparlo, y para el joven cazador veo futuro, para este viejo doctor no veo ninguno.

And the birds are about to bust their guts with singing

Hubo un momento en el que sinceramente no sabía ni cómo me llamaba, un punto aleatorio en esta historia que apenas empieza (con una eternidad por delante) en la que no me reconocía, no sabía qué había sido de aquel que fui. Aquel que fui ya no existe, todo cambia, y todos cambian. La vida, el destino o lo que sea se encarga de golpearnos una y otra vez hasta volvernos otra cosa, pero al menos, me vuelvo a reconocer. Ahora estoy muerto, y mis manos llenas de sangre, y mis ojos y mi boca más sabios, pero no lo suficiente. Sé lo que quiero, no sé cómo llegar a eso, sin embargo de eso se trata toda esta locura de mi existencia, del viaje, no del destino.

Retomar todo donde lo dejé, en ese punto en el que perdí el norte, y continuar. Soy un poco más sabio pero no lo suficiente y ahora es lo que quiero, ser lo suficientemente sabio, y conocer y probar, y saber y ver y experimentar.

Qué los voy a extrañar, como un niño pequeño, pero si bien no obtendré perdón, iré a redimir mis pecados aunque nunca lo consiga por completo.

Es tiempo, ha llegado mi tiempo, el momento de continuar, de moverme, de seguir, dejar este sitio y tal vez regresar después, y a Nóvgorod, y mirar los cambios que hacen mella en todo menos en mí.

Sweet surrender be true

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por Invitado Miér Jul 27, 2011 4:54 am

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6 de Enero

We flood empty lakes

A penas puse un pie fuera de ese castillo, lejos de ella y su manto protector, me sentí completamente perdido. ¿Qué sabía yo de ser un vampiro hecho y derecho?, si incluso estando resguardado en aquel sitio de sombras fui tachado una y otra vez de débil. Me lo dijeron tantas veces, de tantas formas que ahora que se ha quedado en mi cerebro para siempre. Soy débil, siempre lo he sido, a quién engaño.

Los primeros días fueron una pesadilla, maté sin querer, cegado por la sed, me retiré a las montañas demasiado aturdido por la culpa de aquella sangre inocente derramada y casi muero de hambre. Me dedicaba a dibujar cosas sin sentido en el suelo húmedo con una rama, tal como lo hacía cuando era niño y sólo tenía a Sofiya como acompañante. Sofiya, mi pequeña hermana, incluso ahora, con los años pesando y el tiempo haciendo estragos, ella siempre va a ser mi pequeña hermana. Nunca fui bueno para relacionarme, decían que no era normal aunque nunca supe a qué se referían, y no tenía amigos, no tenía la compañía de otros niños, desconocía el sonido de sus risas y a qué jugaban, yo me pasaba las tardes en el patio de mi casa, dibujando castillos en la tierra mientras ella, mi hermana me contemplaba.

Así pasé las tardes esperando morir, me hubiera resultado más sencillo salir de mi escondite a medio día, pero por alguna razón sentía que merecía aquel suplicio. Por ser lo que ahora soy, por matar de la forma en que lo había hecho, o simplemente por no haber podido salvarlos, a ellos, a mi familia, un fantasma que aún viene y vendrá por siempre durante las noches más pletóricas a maldecir mi existencia.

Pero entonces estuvo él.

Riding alone for a thousand of miles

Todo lo que me costaba trabajo cuando niño me vino a golpear años después, la terrible incapacidad por iniciar una conversación. De una cosa estaba seguro, era esa ingenuidad intrínseca la que había gustado a Anya, Ekaterina y Raina, las únicas mujeres de mi vida, me lo habían dicho, cada una con sus propias palabras; y era esta mirada de tonto que tengo la que por alguna razón hace que la gente confíe en mí, una ventaja muy valiosa considerando mi profesión.

Había logrado llegar hasta Moldavia, débil y cansado, harapiento y sin esperanza, era más como un desahuciado ya. Al anochecer salí al bosque, la luna estaba llena, albergaba la inútil esperanza de que tal vez un hombre lobo, de los que me había platicado la duquesa y que yo no conocía, me atacara y terminara con mi existencia. Me dejé caer sobre una roca y cerré los ojos… caí en una ensoñación muy parecida a mi primera muerte, supe que estaba cerca, lo ansiaba pero ésta nunca llegó. Su voz me despertó de mi letargo y lo primero que noté fue un par de ojos verde agua, el poseedor de ellos, otro como yo. Su porte era como el de un rey, su expresión autosuficiente, sus movimientos casi felinos.

Sí, lo supe desde el momento en que lo vi. Mihai Koval era todo lo que a mí me gustaría ser; seguro, cínico, frío, de imponente figura y refinada retórica al hablar; no el idiota que soy, no el que se preocupa por todo, el que vive perpetuamente triste, Mihai fue y siempre será mi primer y único amigo.

Aren’t we all running?

No sé qué pasó entre ambos que hicimos esa conexión. Siempre he comparado nuestra relación con la llevan los hermanos, varones como nosotros, él siendo el hermano mayor y yo el menor. Me enseñó a sobrevivir, me contó de cómo se suponía que debía ser un vampiro, aunque también él, al igual que yo, carece de la maldad que debería regirnos, si bien podría decir que él es el cerebro, racional e impasible, yo soy el corazón que bombea sangre caliente, que se equivoca una y otra vez, al que rompen pero tiene que seguir.

Muchas veces salimos a cazar, me enseñó cómo hacerlo, y otras tantas de juerga, a buscar mujeres, aunque a él le daba igual el género, nunca me importó eso, ni me importará, quién soy yo para juzgarlo cuando es la única persona que me ha tendido la mano. Mihai es, a parte de mi familia, la única persona que realmente me ha hecho desear no morir. Porque la muerte…

Mi relación con la muerte es complicada.

Glittering blackness

Cuando tenía unos 6 o 7 años el destello color plata de un cuchillo de cocina llamó poderosamente mi atención, era algo anormal, a un niño de esa edad un utensilio de cocina no debía llamarle tanto la atención, pero mi fascinación era mucha. Una noche fui por él, lo tomé y lo observé por largos minutos hasta que vi la relación de éste con mi carne, estiré un brazo y corté, la sangre salió profusamente y sentí como un dolor que no sabía que tenía se veía aliviado. Luego mi madre llegó y me quitó el cuchillo de las manos, la vi llorar tanto por tantos días que no lo volví a intentar, no a pesar de que aquella pequeña espada me llamaba en macabros susurros por la noche. Al año o dos, que seguía sin amigos y sin hablar mucho, me llevaron al doctor, fue mi primer contacto con un galeno, sentí una fascinación similar a la que sentía por el cuchillo, esa visita marcaría mi vida, pero también fue cuando supe que yo no era normal.

Conforme crecí me sorprendía a mí mismo pensando en formas de morir, preguntándome cuál sería la menos dolorosa, la más rápida, la más poética, porque sí, también eso me intrigaba. Qué llevaba a un suicida a concretarlo y qué me conducía a mí a seguir ideando la escena de mi muerte. Dejar nota o no, hacerlo lejos de casa o en mi habitación, al anochecer o al alba, siempre estaba preguntándome ese tipo de cosas, pero veía a mi madre y no podía hacerlo, no podía hacerle eso a ella que lloró aquella primera vez que, sin saber lo que hacía, trataba de tocar a la muerte.

Cuando estuve lejos de casa el deseo se hizo más poderoso, pero Anya estuvo ahí, Anya no me permitió ver la obscuridad porque ella era la luz. Su traición trajo consigo no sólo el deseo, sino el intentar concretarlo una vez más, por fortuna, estuvo mi madre otra vez.

La traición de Ekaterina no me sentó mejor, los objetos punzocortantes habían perdido encanto y fue la soga en un retorcido árbol la imagen que más se me antojaba, compré la cuerda y visité muchas veces el árbol ideal a las afueras de Nóvgorod, pero de nuevo, no lo hice.

Morí sólo a manos de la duquesa, bebió mi sangre y me dio la vida eterna. Era irónico para mí, ahora pocas cosas pueden acabar conmigo cuando mi deseo desde niño fue el de dejar de vivir. Incluso siendo vampiro traté en más de una ocasión salir al amanecer y caminar a orillas del Volga o morir de inanición. Morir a como diera lugar.

La muerte y yo es una danza peligrosa, que no acaba, que se prolonga, que no abandono.

Thanatos

Glaucoma on our eye,
plague to weather
until they run dry.

Ages of delirium,
curse of my oblivion.

I swell without a scar
to end the time,
a shell without a star
at the end of time.

Watch the bend of my wandering
of hunting with the lightning gun,
tremor on my heaven son,
tares above my kingdom come.

***

O’ failing vessel, brave the violent sea

Luego de un tiempo juntos, Mihai y yo decidimos separar caminos con la promesa de volvernos a ver, yo sólo tenía un destino claro en la cabeza, iría al sitio donde empezó todo. Iría a la gran ciudad nueva, a Veliki Nóvgorod, y emprendí mi viaje de regreso a casa.

(Yes) We went to Novgorod

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por Invitado Lun Ago 15, 2011 4:47 am

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14 de marzo

…They don’t sleep anymore on the beach

La gran ciudad nueva, Veliki Nóvgorod es un gigante impasible, un monumento a la permanencia, un cementerio de recuerdos, y un recuerdo en si mismo que con pertinaz anhelo se clava en mi mente, trepanando las ideas. No podía creer que estaba otra vez ahí, pisando los mismos sitios, mirando el mismo cielo raso, nocturno porque ahora sólo puedo mirarlo por las noches. Son las estrellas mi nueva obsesión, porque son ellas las que ahora me acompañan; incluso me planté frente al retorcido árbol que se me antojó alguna vez para mi cruz. Todo está en su sitio, excepto una cosa: mi alma ya no está en mi cuerpo, lo que no alcanzo a comprender es entonces qué me duele tanto.

Caminé los mismos caminos, todo ha cambiado tan poco y el sitio que fuera mi hogar ahora es una tienda de textiles. La observé, callada a esta hora e imaginé a la gente entrando y saliendo con sus rollos de lino y terciopelo bajo el brazo, sintiendo la suavidad y los tejidos en el mismo sitio donde mi hermana murió. No lo soporté por mucho tiempo, me di la vuelta y caminé el sendero hasta el camposanto donde duermen desde aquel día, tumba sobre tumba a falta de espacio. Sepulcro no sólo de ellos, mío también, y del sabor dulce de una existencia mortal. Me hubiera encantado llevar flores, pero como muchas otras cosas en mi vida, y la no vida que ahora transito, no me vino la idea a tiempo, como si cada vez fueran más lentas, más ancianas, menos ejercitadas.

Me he estancado.

The fear is excruciating, but therein lies the answer

Junto a la necrópolis, desde luego, una capilla consagrada a San Pedro, la observé por largo rato como si fuera algo prohibido, algo vedado para mí, de algún modo lo era, con qué derecho volteaba a ver los crismones y las cruces de ocho brazos cuando había vendido mi alma, demasiado enfermo de venganza y tristeza. Me acerqué como si al fuego me encaminara e intenté poner un pie dentro. Las paredes gruesas de severidad románica y los frescos de los santos príncipes Isaac y Gleb fueron lo primero que vi, era un ambiente obscuro, tenebroso, que me daba miedo para ser sinceros aunque no sabía por qué, quizá el cómo el dorado resaltaba por sobre la penumbra o quizá porque me sentía observado por los santos de madera con esas expresiones de mártires que son más una visión del mismo infierno que de la castidad que pretenden proyectar, frente al altar un ataúd de nogal, pude oler la madera recién tallada, y pude oler al que estaba descansando ahí dentro. Joven, no más de 25 años. En un acto de egoísmo sin precedentes, pensé en mí y sólo en mí, en qué hubiera pasado si yo hubiera sido ese, y los dolientes fueran mis padres y hermana. Di un paso para atrás y los ojos de un Cristo semidesnudo, coronado de espinas y cubierto de sangre me condenaron, sigo maldito por esa mirada muerta. Desde ese día no he vuelto a pisar un templo de ningún tipo.

Nunca antes, ni en mi vida mortal, mucho menos en la inmortal, sentí un golpe tan fuerte, como un gancho bien colocado en el órgano hepático. Un choque que me dejó sin aliento, trastabillando como si desangrando caminara regresé a la hermosa ciudad nueva y me oculté del sol que es obstinado en sus ciclos y un asesino despiadado como ninguno. Sirin y Alkonost que vienen a escupir la verdad sobre el final de los tiempos.

Grim heart/black rose

De un día a otro me encontré atendiendo pacientes en sus domicilios al amparo de la noche. Fue como si retomara mi vida en el preciso instante que decidí abandonarla tantos años atrás. La gente me buscaba y no teniendo gastos considerables, me hice de una pequeña fortuna, construí una casa a orillas del Vóljov y por alguna razón decidí que la biblioteca debía ser monumental, a pesar que mis libros se limitaban a simples libros de medicina tan antiguos como el inicio de mi historia, tal vez más. Supe entonces que en los textos encontraría respuestas a preguntas que me daba miedo formular, y compré cada tomo que en mi camino se cruzaba, poco a poco atiborrando la biblioteca y dándole sentido a mi existencia, leyendo todas las palabras ahí contenidas aunque muchas de ellas cobraron sentido hasta muchos años después, aprendiendo y queriendo aprender más.

Eso era lo que haría ahora, acumular conocimiento, tanto como mi cuerpo inmortal pudiera soportarlo, y usarlo, transmitirlo, tratar de descifrarlo. Durante esos años tomé a dos o tres pupilos, niños de Nóvgorod a los que iba a enseñarles, y me gusta creer que hice algo para cambiar sus vidas, aunque fuera un poco.

Entonces pues inicié mi romance con el conocimiento. Aunque dicha actividad a ratos no me sentaba bien, considerando claro que la ignorancia es felicidad, y no hay hombre más desdichado sobre la tierra que yo.

¿Quién recogerá todos los escombros?

Pero claro, mi mala estrella (nacido bajo un mal signo) no me permitió aquella confortante vida por mucho tiempo. Después de todo cómo justificaba mis salidas sólo por las noches, las gruesas cortinas de terciopelo azul profundo y sobre todo, el hecho de no envejecer. Tuve que emprender la retirada, viajar, pero a la vez, seguir aprendiendo, y sin duda el éxodo me serviría para ese fin.

Lo que me gustaba de la confortante existencia de ser el médico paciente y buena persona de Nóvgorod era el hecho que me distraía de muchas cosas, como de pensar en la remota posibilidad de depositar mi afecto en alguna mujer. No voy a mentir, compartí lecho con muchas, pero eso es distinto a realmente amarlas. No puedo amar.

Desde que nací me he ido deshaciendo, dejando trozos de mí a lo largo de mi viaje, y ahora es imposible tratar de unir esas piezas y coserlas con hilo y aguja. Ese es mi destino, desmoronarme con el tiempo.

старость наших воспоминаний рассыпается внутри солнца
(Old ages of our memories go to pieces inside the sun)

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por Invitado Vie Nov 04, 2011 9:06 pm

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3 de diciembre

A horse called Golgotha

Siglos, y no miento, desde que no escribía aquí. Viajar me ha mantenido ocupado, lo cual es bueno, pensar nunca me ha sentado bien, necesito estar haciendo cosas para que la obscuridad de lo que a menudo pienso no me amedrente como es su costumbre.

La desdicha, esa nunca se irá, ya me he hecho a la idea, pero he aprendido a sobrellevarla, a vivir con ella, eterna compañera, la única que siempre ha estado conmigo. Dicen, lo he escuchado tantas veces, que nacemos y morimos solos, pero en la ironía más socarrona de la vida, yo nací y morí, y moriré por segunda vez, acompañado de una profunda tristeza a la que puedo incluso nombrar.

Con el tiempo, con los avances de la rama de la ciencia que me gusta, apasiona y me mantiene cuerdo (la medicina) he descubierto que es eso que tengo. Pero no importa ya, da igual. He perdido la cuenta de las veces que he leído “The Anatomy of Melancholy” de Burton, puedo recitarlo de memoria, al derecho y al revés.

War, wisdom and rhyme

Una vez más, he encontrado mi sitio, el problema en realidad radica que no puedo mantenerme por muchos años en un lugar si no hay nada que me ancle, algo que me jale. Soy dispensable, una pieza, algo que puede estar o no estar y eso no marca la diferencia; no me quejo, me he esforzado porque sea de ese modo, que nadie me extrañe, ni me quiera en su vida.

Antes de llegar a París hice una parada en Nóvgorod, porque extraño mi sitio (ese es mi sitio) cada día de esta existencia infinita. Estuve sólo un par de semanas recluido en la casa que me construí hace siglos, leyendo los libros que no me pueden acompañar en mis viajes, la intención era mantenerse ahí, escondido del mundo, un momento y un espacio sólo para mí, aunque mi mente me volviera a jugar bromas, aunque Zhar-Ptitsa me deslumbre con sus llamas al alba, encantador y soberano, palatino innegable; aunque me quiera convertir en cenizas como él, fénix que danza, pero sin oportunidad de renacer.

Sin embargo, esta necesidad, casi molesta, de ayudar al prójimo me llevó a atender a un par de pacientes, sin saberlo, eso me condujo a un sitio, a uno nada más. Un palacio, cerca de la catedral de San Nicolás.

Blackpowder orchard

Era un viejo noble, no supe qué título ostentaba hasta mucho después. Y sabio, eso también, al verme se rió así como quien sabe tus más vergonzosos secretos con sólo verte a la cara, supo lo que era, lo que yo era, un ser maldito, pero contrario a lo que el sentido común dictaba, se dejó atender por mí.

Ambos lo supimos, sólo estábamos engañando a la naturaleza. ¿Pero no es acaso un vampiro el mayor embustero de la misma?, me dijo algo sobre los errores de su pasado, ¡vaya!, si yo le hubiera contado los míos ahí seguiría, recitando una lista interminable al pie de su cama de roble, hablándole a un ser que hace mucho ya no estaría escuchando.

Me dijo, lo recuerdo bien, que erró al ambicionar todo, y jamás haber amado en realidad a nadie. Dijo estar solo, y hubo algo en esa sencilla frase que me caló dentro, muy dentro, algo que me hablaba directamente a mí. No tenía hijos, y sus sobrinos, según sus palabras, eran unos malnacidos que no merecían nada, aunque no los desampararía, aunque él mismo se veía como un monstruo, en realidad tenía corazón de oro.

Wailing wintry wind

Luego llegué a París, apenas comenzaba a instalarme cuando una misiva parecía estarme siguiendo los pasos, reconocí el escudo de armas del viejo Dmitri Plyushchenko, el hombre que había salvado no hace mucho tiempo. No necesité abrirla para saber qué noticias contenía aquella carta, como ambos lo supimos desde el primer momento, no le quedaba mucho tiempo.

Lo que me resultó extraño fue que mi presencia haya resultado requerida en sus funerales, aunque asistí sin pensarlo. Fue entonces hasta que conocí a esos sobrinos que él había llamado “malnacidos”, supuse en su momento que había sido muy duro, pero simplemente había sido descriptivo. También fue cuando supe que epíteto nobiliario ostentaba.

Por si eso no hubiese sido poco, y para mi sorpresa, fui llamado a la lectura del testamento, su fortuna y sus tierras, esas se las dejaba a sus sobrinos, no los dejaría a su suerte me había asegurado y lo cumplió; sin embargo, lo que nos descolocó a todos fue el nombramiento de aquel que desde ese día ocuparía su lugar en la corte rusa.

Regresé a París, nombrado Barón, sin saber cómo, ni por qué.

The sweetest curse

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My Body is a Cage

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