Miguel Eleazar de Ribera

por **Miguel Ribera** Miér Oct 12, 2016 11:39 am

DATOS BÁSICOS

NOMBRE DEL PERSONAJE

Miguel Eleazar Ribera

EDAD

31

ESPECIE

Humano

TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO

Clase alta

ORIENTACIÓN SEXUAL

Bisexual

LUGAR DE ORIGEN

Barcelona, España

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Miguel es un hombre muy serio, parco en palabras, pero cortés de igual manera. Sabe ser galán cuando la ocasión así lo insta, o si lo merece, o si le apetece. Es frío y calculador, no suele actuar si no lo ha pensado todo meticulosamente, pero cuando improvisa, evita cometer errores y se corrige. Puede perder los estribos con cierta facilidad y cuando eso ocurre un tic nervioso se apodera de él. Odia hacer el ridículo o llamar la atención, lo odia con todas sus fuerzas. Siente un verdadero éxtasis cuando mata, el olor a sangre le produce placer, así como el dominar la situación.
Le gusta la música clásica, la lluvia, la buena cocina, el licor, el tabaco, y detesta los animales, la gente de clase baja, el ruido y el desorden.

HISTORIA

Los Ribera fueron una familia humilde y trabajadora, dueños de varias fincas en Extremadura, que eventualmente mudaron a Barcelona para dedicarse puramente a los negocios comerciales, dejando las fincas en manos de señores que cuidaban de sus trabajadores. La oliva como principal fuente de ingresos en la empresa empezaba a perder fuelle, así fue como José Ribera, desde Barcelona, echó mano a sus ahorros para asociarse con las empresas de ferrocarriles que empezaban a emerger con un brillante futuro por delante, y no se equivocó. Eso le permitió llevar una vida mucho más tranquila si cabe, asistiendo con su mujer a numerosos eventos importantes, realizando viajes por toda Europa, y amasando una fortuna cada vez mayor.

Miguel Eleazar nació en un lluvioso Abril, su nombre, tan bíblico, fue a petición de su madre. Miguel fue el primero de tres hijos: dos niños y una niña. Fueron engendrados prácticamente uno detrás de otro, en su hogar de Barcelona. Allí pasaron gran parte de su infancia, hasta los siete años de edad. Entonces se mudaron a Florencia, en la Toscana, motivo por el cual tuvo que aprender a hablar el italiano.
Fue durante esos años, cuando el joven protagonista tenía diez años de edad, que una tarde en la que Miguel volvía a casa después de las clases particulares, se encontró a su hermano en su habitación. Por aquél entonces, Jesús, su hermano menor, ya sabía que no debía entrar en los aposentos de su hermano, se lo advirtió en varias ocasiones, pero la curiosidad mató al gato, dicen. Miguel, sin mediar palabra, dejó su cartera en el suelo, tomó el atizador de la chimenea y se acercó a su hermano. El chiquillo, de apenas seis años, quiso pedirle perdón y escabullirse como tantas otras veces hizo, pero esta vez su hermano le golpeó en la cara con el útil de hierro, destrozándole el ojo. Cuando la niñera llegó, Miguel estaba sentado en su escritorio repasando uno de sus libros mientras su hermano se retorcía de dolor en el suelo, todo ensangrentado.

Miguel fue enviado a Inglaterra, a un correccional, donde estudió más que nadie, y finalmente le dejaron regresar para continuar con sus estudios cuando cumplió los catorce años de edad. Su hermano no le guardaba rencor entonces, aunque siempre lo trataría con cautela, y su hermana directamente le tenía pavor. Las miradas lascivas de Miguel a su hermana, así como los comentarios durante las comidas familiares, le producían asco y miedo a la vez.
Miguel pasaba el tiempo libre estudiando medicina, diseccionando pequeños animales, y aprendiendo más y más sobre química. Era habitual también que espiase a su hermana cuando ésta estaba en el baño o cambiándose de ropa. Un día, su madre lo descubrió y le dio tremenda paliza. Dos noches siguientes, el joven de quince años estaba a los pies de la cama de sus padres, de madrugada, con un cuchillo en la mano. Quería rajar a esa mujer, descuartizarla, sacarle las entrañas y mearse en ellas, siempre la había odiado, por ser tan poco cariñosa con él, nunca se sintió querido, se iba a acabar, iba a matarla. Pero en vez de usar el cuchillo, volvió a su habitación y empapó un trapo con cloroformo, y preparó una rudimentaria jeringa con aguja hueca. Era la novedad en sus clases de medicina, un reciente adelanto, y ese día le iba a servir. En uno de sus experimentos de hace años consiguió extraer cianuro de almendras, tenía un pequeño tarro lleno de él. La mañana siguiente la mujer de Ribera no despertó, dijeron que murió de un infarto mientras dormía.

En los años siguientes, la familia Ribera volvió a Barcelona, fue entonces cuando Miguel, habiendo terminado sus estudios entró a formar parte de la empresa familiar, ocupándose de pequeñas reuniones y representando a su padre cuando él no podía acudir. Él jamás quiso trabajar allí, quería ser doctor, pero su padre le obligaba a participar. Su hermano enfermó gravemente durante aquella época, una terrible gripe durante el trayecto. El país se empobreció durante aquél tiempo, pero a los Ribera les iba bien, seguían enriqueciéndose y se codeaban con los que también ganaban dinero, la mayoría extranjeros. Además, durante aquellos años José Ribera volvió a casarse.

Miguel jamás se interesó por ninguna mujer, excepto por su hermana, estaba enamorado, no, obsesionado con ella. Aquél mismo año, un joven italiano viajó hasta Barcelona para cortejar a su hermana Isabel. El rato que pasaban juntos, Miguel siempre estaba en la misma habitación, sin quitarle el ojo de encima a la pareja.
Una tarde después de tomar el café, en un instante en el que Miguel tuvo que dejarlos a solas tan solo un momento, para cuando volvió, espiando sin dejarse ver, los vio besándose. Algo ardió dentro de él, le quemaba, tuvo que aflojarse el nudo de la corbata, que le ahogaba, y respirar hondo como pudo. Todavía nervioso, se repeinó y entró, actuando con presunta normalidad.
Cuando la velada concluyó, acompañó al joven en su carruaje hasta el hostal donde se hospedaba, pues el día estaba muy nublado y amenazaba tormenta, alegó que se sentiría más seguro acompañándole. Pero durante el trayecto le ordenó bajar para mantener una conversación más privada. Le dio una cuantiosa cantidad de dinero al cochero, que se fue dejándolos allí, y caminaron hasta un granero a las afueras de la mansión. Era propiedad de los Ribera, allí tuvieron trabajadores del campo hasta el verano pasado, ahora estaba vacío. Cuando estuvieron dentro, Miguel empezó a gritarle que lo había visto todo, y le dio un puñetazo. El joven, en cuanto se recompuso del golpe, se lo devolvió con más fuerza incluso, dejando a el flaco en el suelo. Cuando el joven iba a irse, Miguel cogió una hoz oxidada del suelo, y le segó el cuello sin pensárselo. Lo hizo con tanta fuerza, y el corte fue tan profundo, que cuando el joven se dio la vuelta sin darse cuenta de lo que le acababa de pasar, su cabeza se mantenía unida a su cuerpo apenas por un pedazo de carne, que no pudo aguantar mucho más, cediendo finalmente, junto con el cuerpo sin vida del joven. En ese instante, Miguel, que jamás sonreía, lo hizo más feliz que nunca, por fin, esto le encantó, sintió fuego en su interior, y dar muerte lo avivaba. La sangre de aquél chaval le salpicó la cara, se relamió, disfrutando de ello. Se puso a llover. Tomando un hacha que descansaba en una pared del granero se dispuso a hacer pedazos a aquél cuerpo, los metió en varios sacos con paja, e hizo viajes hasta la granja de al lado, donde tenían cerdos. Allí, entre el barro, fue vaciando todos los sacos.
Cuando terminó su tarea se sentía sucio, había cometido muchos errores, errores que podían costarle mucho. Tras el baño, cuando se acostó aquella noche, a pesar de todo, seguía feliz, en su cabeza solo podía pensar en: "la próxima vez, lo haré mejor." Y así fue.

Durante años Miguel fue asesinando a gente, de toda clase y sexo, era su droga particular. Seguía en el trabajo familiar cuando era necesario, pero mientras tanto se ocupaba de una consulta particular, como médico. Su hermano, que sobrevivió a la primera gripe, finalmente murió años más tarde por otra gripe. Dejó de observar a su hermana, que pronto se casaría con un rico noruego. Y su padre, ya viejo y casado de nuevo, le ofreció mudarse a Francia, a Lyon, con tal de ocuparse de todos sus recientes negocios con un socio del lugar.

Ha vivido en Lyon estos últimos dos años, y hace ya meses que no sabe nada de su família, ni ella de él, y prefiere que siga así. Acaba de mudarse a París, dispuesto a ejercer como doctor privado y seguir satisfaciendo sus más atroces fantasías.

DATOS EXTRA

Aunque no lo haya mencionado en su historia, a lo largo de los años cometiendo asesinato, en muchas ocasiones para deshacerse de los cuerpos, los cocinaba y se los comía o servía entre la gente del barrio. Sus vecinos dicen que sus albóndigas son las mejores.

por Invitado Miér Oct 12, 2016 3:52 pm

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