AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ficha de Myrtle de Savoye
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Ficha de Myrtle de Savoye
por Myrtle de Savoye Jue Oct 13, 2016 3:46 pm
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Myrtle de Savoye.▲EDAD▲
43 años.▲ESPECIE▲
Humano.▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
-▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase media.▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Francia.▲HABILIDADES/PODERES▲
-Myrtle es una mujer de carácter áspero, firme, fuerte y severo - algo que realmente se puede apreciar a simple vista pues raramente sonríe y es común verla con el ceño fruncido - debido a la educación que ha recibido desde su más tierna infancia y a todos los golpes que ha recibido a lo largo de su vida.
Proveniente de padres inquisidores, fue inculcada en la corriente más estricta de la religión y toda su existencia ha girado siempre en torno a Dios y su mensaje, haciendo de esto una forma de vida.
Es por tanto creyente hasta la médula y practicante asidua al culto religioso, en cambio no es del todo escéptica en cuanto a seres sobrenaturales se refiere, ya que cree que una de sus misiones en la vida es desenmascarar a todas esas abominaciones para que ardan en el fuego eterno.
Los acontecimientos han hecho de ella una persona temeraria pero a su vez astuta. Inteligente y calculadora, capaz de mimetizarse con el entorno con suma facilidad para conseguir información para su propio beneficio.
Proveniente de padres inquisidores, fue inculcada en la corriente más estricta de la religión y toda su existencia ha girado siempre en torno a Dios y su mensaje, haciendo de esto una forma de vida.
Es por tanto creyente hasta la médula y practicante asidua al culto religioso, en cambio no es del todo escéptica en cuanto a seres sobrenaturales se refiere, ya que cree que una de sus misiones en la vida es desenmascarar a todas esas abominaciones para que ardan en el fuego eterno.
Los acontecimientos han hecho de ella una persona temeraria pero a su vez astuta. Inteligente y calculadora, capaz de mimetizarse con el entorno con suma facilidad para conseguir información para su propio beneficio.
Nacida hace ya cuarenta y tres años en el seno de una familia bien acomodada, la pequeña Myrtle creció feliz siendo instruida por sus propios progenitores en la creencia religiosa más estricta.
Tanto su padre como su madre eran reconocidos Inquisidores y por lo tanto, ella tenía el deber moral y la intrínseca necesidad de seguir los pasos de ambos y convertirse en una más del gremio.
Por desgracia, la vida no es fácil para nadie. Así fue que cierto día de otoño, cuando Myrtle apenas tenía los ocho años de edad, una manada de licántropos atacó a unos soldados inquisidores entre los cuales se encontraba su padre.
Este acontecimiento supuso un cambio por completo en su vida. Si bien ella ahora se esforzaba más que nunca en seguir las andaduras de su progenitor; su madre cada vez se desunía más de la religión para, finalmente, acabar presa del alcohol.
Lo que empezó siendo una vía de escape pronto se convirtió en una adicción. En ese estado, no tardaron mucho en expulsarla de la biblioteca en la que trabajaba, siendo destituida de su cargo. Tal vergüenza no consiguió más que empeorar la situación. Con el paso de los años, su hígado decidió que ya había aguantado lo suficiente. Una insuficiencia renal hizo el resto. La madre de Myrtle falleció poco tiempo después de ser diagnosticada.
La vida había vuelto a golpear a la joven Myrtle en apenas unos pocos años de diferencia, pero en lugar de venirse abajo y hundirse, decidió sumirse aun más en el mundo religioso.
Pese a no haber conseguido ser aceptada como una Inquisidora más - la caída en el alcohol de su madre había sido lo suficientemente sonado como para afectar su posible inclusión en este grupo - sí que se casó con uno de los tecnólogos que investigaban las artes oscuras.
Su vida comenzaba poco a poco a encauzarse una vez más. Se le había quedado la espinita clavada de pertenecer a la Inquisición, es cierto; pero al menos se contentaba con ayudar a su querido esposo en todo lo que podía. Fue en ese entonces cuando adquirió más conocimiento con respecto a seres sobrenaturales. Creía que si se esforzaba lo suficiente para destacar, realizaba actos heróicos y rezaba fervientemente a Dios, con el tiempo podría ser admitida en la Inquisición. Pero una vez más, otro duro golpe estaba a punto de destrozar todas sus esperanzas.
Tras una expedición para conseguir nuevos materiales para su investigación, su marido no regresó con el resto del equipo. Se armó un buen revuelo en el gremio, pero desde las altas esferas hicieron todo lo posible por ocultar lo sucedido. A Myrtle simplemente se la avisó de su desaparición alegando que probablemente había decidido seguir la voz de Dios en una misión individual y humanitaria. Pero ella sabía que su esposo no era capaz de irse sin ni siquiera avisarla, dejando todos sus enseres intactos y lo que es más importante: sabiendo que estaba encinta.
¿Qué había pasado exactamente? ¿Dónde se había metido? En aquel momento la mujer tenía sentimientos encontrados. Por un lado, estaba la Inquisición, que se había convertido en su forma de entender la vida y ahora se sentía enormemente traicionada por ellos. Por otro lado, se sentía sola y desamparada, sin saber muy bien qué hacer. Lo único que la mantenía un poco en sus cabales era pensar que tenía que ser fuerte por su hijo. Sin embargo, el estrés al que Myrtle fue sometida intentando averiguar el paradero de su marido fue tal que al final tuvo un aborto espontáneo y perdió al niño.
Una vez más, lejos de hundirse en la miseria, se encomendó a Dios como jamás antes lo había hecho. Le hizo un juramento, uno silencioso, uno un tanto egoísta: no descansaría hasta encontrar a su marido, o por el contrario, a los causantes de su desaparición, y acabaría con todos ellos. Costase lo que costase. Total, no tenía nada que perder: Lo había perdido todo ya.
Tanto su padre como su madre eran reconocidos Inquisidores y por lo tanto, ella tenía el deber moral y la intrínseca necesidad de seguir los pasos de ambos y convertirse en una más del gremio.
Por desgracia, la vida no es fácil para nadie. Así fue que cierto día de otoño, cuando Myrtle apenas tenía los ocho años de edad, una manada de licántropos atacó a unos soldados inquisidores entre los cuales se encontraba su padre.
Este acontecimiento supuso un cambio por completo en su vida. Si bien ella ahora se esforzaba más que nunca en seguir las andaduras de su progenitor; su madre cada vez se desunía más de la religión para, finalmente, acabar presa del alcohol.
Lo que empezó siendo una vía de escape pronto se convirtió en una adicción. En ese estado, no tardaron mucho en expulsarla de la biblioteca en la que trabajaba, siendo destituida de su cargo. Tal vergüenza no consiguió más que empeorar la situación. Con el paso de los años, su hígado decidió que ya había aguantado lo suficiente. Una insuficiencia renal hizo el resto. La madre de Myrtle falleció poco tiempo después de ser diagnosticada.
La vida había vuelto a golpear a la joven Myrtle en apenas unos pocos años de diferencia, pero en lugar de venirse abajo y hundirse, decidió sumirse aun más en el mundo religioso.
Pese a no haber conseguido ser aceptada como una Inquisidora más - la caída en el alcohol de su madre había sido lo suficientemente sonado como para afectar su posible inclusión en este grupo - sí que se casó con uno de los tecnólogos que investigaban las artes oscuras.
Su vida comenzaba poco a poco a encauzarse una vez más. Se le había quedado la espinita clavada de pertenecer a la Inquisición, es cierto; pero al menos se contentaba con ayudar a su querido esposo en todo lo que podía. Fue en ese entonces cuando adquirió más conocimiento con respecto a seres sobrenaturales. Creía que si se esforzaba lo suficiente para destacar, realizaba actos heróicos y rezaba fervientemente a Dios, con el tiempo podría ser admitida en la Inquisición. Pero una vez más, otro duro golpe estaba a punto de destrozar todas sus esperanzas.
Tras una expedición para conseguir nuevos materiales para su investigación, su marido no regresó con el resto del equipo. Se armó un buen revuelo en el gremio, pero desde las altas esferas hicieron todo lo posible por ocultar lo sucedido. A Myrtle simplemente se la avisó de su desaparición alegando que probablemente había decidido seguir la voz de Dios en una misión individual y humanitaria. Pero ella sabía que su esposo no era capaz de irse sin ni siquiera avisarla, dejando todos sus enseres intactos y lo que es más importante: sabiendo que estaba encinta.
¿Qué había pasado exactamente? ¿Dónde se había metido? En aquel momento la mujer tenía sentimientos encontrados. Por un lado, estaba la Inquisición, que se había convertido en su forma de entender la vida y ahora se sentía enormemente traicionada por ellos. Por otro lado, se sentía sola y desamparada, sin saber muy bien qué hacer. Lo único que la mantenía un poco en sus cabales era pensar que tenía que ser fuerte por su hijo. Sin embargo, el estrés al que Myrtle fue sometida intentando averiguar el paradero de su marido fue tal que al final tuvo un aborto espontáneo y perdió al niño.
Una vez más, lejos de hundirse en la miseria, se encomendó a Dios como jamás antes lo había hecho. Le hizo un juramento, uno silencioso, uno un tanto egoísta: no descansaría hasta encontrar a su marido, o por el contrario, a los causantes de su desaparición, y acabaría con todos ellos. Costase lo que costase. Total, no tenía nada que perder: Lo había perdido todo ya.
- Lleva colgando del cuello una cruz de plata, propiedad de su desaparecido marido.
- Odia con todas sus fuerzas a los seres sobrenaturales, les culpa de todas las calamidades por las que ha tenido que pasar a lo largo de su vida.
- Su marido tiene una hermana con la cual Myrtle no se habla. Vive en el extranjero y se han visto en contadas ocasiones.
- Odia con todas sus fuerzas a los seres sobrenaturales, les culpa de todas las calamidades por las que ha tenido que pasar a lo largo de su vida.
- Su marido tiene una hermana con la cual Myrtle no se habla. Vive en el extranjero y se han visto en contadas ocasiones.
Myrtle de Savoye- Humano Clase Media
- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 13/10/2016
Re: Ficha de Myrtle de Savoye
por Invitado Vie Oct 14, 2016 3:38 pm
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
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