Inside of the eye [Naomi]

por **Carina Von Lunirae** Vie Oct 14, 2016 8:04 pm

Cuando pensaba que los tenía en el bote, un tercero sale a desbaratarlo todo. Desde luego me había levantado con el pie izquierdo a pesar de que mis intentos de persuasión habían sido todos fallidos. Ahora tenía que permanecer en el interior de la tienda porque nuestro líder iba a empezar a visitar cada una de las tiendas por un posible ladrón entre los miembros del campamento.

En teoría, se celebraba una boda gitana bastante especial. Quienes se casaban no eran normales, pero no, no eran ni vampiros ni licántropos, sino una pareja bruja la cual había escapado de las garras de la inquisición y ahora se había refugiado en el campamento. La mujer que se casaba había perdido el velo del vestido de boda, el cual pertenecía a los ancestros de la bruja pero por una vez, yo no había robado tal cosa.

Sé que suena algo ridículo pero soy bastante supersticiosa, no me gusta tocar las cosas de otros a excepto si puedo sacar provecho de ello, pero no algo tan valioso como una reliquia familiar. Si eran brujos, seguramente aquel velo tendría alguna que otra propiedad mágica para la bendición del enlace en la boda, pero yo no había tocado nada, de hecho, su refugio queda demasiado lejos para que yo lo pueda caminar. Acabaría dándome la vuelta a mitad de camino de lo largo que era y de lo abierto que está el bosque pudiéndome atrapar cualquier bestia salvaje. Me niego rotundamente, pero para nuestra suerte, vienen ellos hasta aquí.

Ahora mismo puedo ver la sombra del líder acercándose a mi tienda, le veo entrar con un gesto serio en su rostro – No lo tengo yo – Dije de nuevo sabiendo que le costaría creerme. Registro mi tienda y en efecto, tras ponerlo todo patas arriba no encontró nada y una vez más, el líder tuvo un motivo más para confiar en mí. No pudimos salir de las tiendas hasta bien entrada la noche. Cuando salí de mi tienda, vi que por fin lo habían encontrado, cerca de un lago parece ser que había estado solitario dicho objeto mágico. Cuando lo vi, no me pareció gran cosa. Era un trozo de tela atado a lo que parecía a una tiara sencilla. ¿Todo el jaleo del día por esa pieza de ropa ceremonial? Solamente un refunfuño salió de mis labios al mismo tiempo que cruzaba mis brazos sobre mi escueto pecho. Al parecer, mi trabajo se había retrasado y lo mismo otro chismoso podría tener mis secretos y estar haciéndose de oro.

No tuve más remedio que coger mi capa de otoño, mis botas de piel desgastadas e irme hacia la taberna, lugar de urgencia para todo aquel que se considere un chismoso informador. La taberna era el lugar perfecto para poder escuchar historias ya que el alcohol deshacía los hilos de la timidez y desataba golpes y toneladas de información mientras sigues asintiendo, haciendo que en verdad le estas prestando atención. Cuando llegué entre por la puerta dándome sin darme cuenta con una pelirroja de la cual me disculpe nada más verla. Directamente me subí a los altos taburetes esperando que el tabernero o algún mesero me tomara nota. Miré a ambos lados y no vi a nadie. De nuevo suspiré, asi que mientras hacía tiempo me fui al baño, volviéndome a tropezar con lo que parecía una muchacha. Cuando reaccioné, estaba sobre el suelo, la muchacha debajo de mi.

– Uy…vaya….- Observé que tenía un delantal alrededor de esa fina cintura – Lo siento…Pero estoy tan sedienta, que busco una fuente de inspiración…-Los ojos azules y lúcidos de la mesera me habían atrapado, enseguida me aparté de ella – Lo siento, ven te ayudo –Ayude a levantarla del suelo - ¿Cómo te llamas? Yo me…-mordí mi labio – Me llamo Ana – No era mi nombre de verdad, pero por aquí se oyen muchas cosas y muchas caras conocidas y pasar de momento desapercibida pensé que era la mejor opción.