Victoria Middleton

Victoria es una persona fría y calculadora. Sólo piensa en ella misma y en la belleza "mal aprovechada que la vida le dio" odia, aborrece la pobreza en la cuál vive. Está harta de compartir techo con sus cuatro hermanos más pequeños y sus dos padres grangeros. Sin bien ama a su familia a su muy particular manera, la avaricia le puede más. Es vanidosa, caprichosa y siempre trata de sacar ventaja de las situaciones en las que se ve envuelta.

Es muy astuta, sabe mentir a la perfección para sacar el mayor provecho posible. Ser dama de compañia de una señorita adinerada, le ha ayudado a aprender el modo de vida que la gente rica posee y el cuál desea a toda costa sin importar las consecuencias.

Toma sin permiso los vestidos hermosos de su patrona y sale a la calle a conocer hombres ricos en sus día o noches libres (no importa sino son atractivos, pero si acaso lo fueran, mucho mejor, lo importante es que tengan mucho dinero) haciéndose pasar por una sufrida dama en apuros. Es muy sexual, pero va diciendo que es casta y pura, pero debido a un accidente desafortunado, perdió su virginidad.

Es rencorosa. Siempre se guarda las afrentas y las hace pagar muy caro apenas tiene oportunidad. No es de confiar. No le digas algún secreto, porque lo revelará si obtiene beneficio económico por ello.

Nació en el seno de una familia de granjeros muy pobre. Fue la mayor de cuatro hijos que tuvo en la pareja, y es la única mujer rubia y de ojos claros. Por tal motivo, siempre se sintió diferente y superior a todos ellos. Debido a la extrema pobreza en la que han vivido siempre, ha visto sus sueños de ser una bailarina truncados, y esto le genera una rabia y un rencor hacia ellos de una forma voluble. A veces los adora con todo su corazón, y otras tantas los repudia y los niega ante todos. Nunca le gustó ordeñar vacas ni hacer quesos, ni servir a otros. Ella siempre se decía así misma en la soledad de su pequeña y pobre habitación, que había nacido para cosas grandes y no para vivir en una granja que se caía a pedazos.

Así fue como conoció a aquel hombre (su primera víctima) ya maduro, de una manera circunstancial, cuando iba caminando por la calle observando perdidamente los aparadores con ropa bonita.  El hombre viendo el oportunidad como se acercó a ella y le pregunto que si acaso podía ayudarle en algo, y ella sonriendo angelicalmente le dijo que era tan pero tan pobre, que nunca había podido tener un vestido hermoso. Lo dijo de una manera tan convincente, que el hombre viendo la oportunidad, le compró todo lo que ella quiso aquella misma tarde. Clouseau la llevó a su casa, aprovechando que su mujer había salido de viaje a visitar a una tía enferma. Allí comió, y bebió todo cuanto quiso. El hombre prometió bajarle la luna las estrellas y que se fugaría con ella para vivir su tórrido romance lejos de ojos curiosos pues no amaba a su mujer, y Victoria tontamente le creyó y se entregó a él para engancharlo. Más todo lo contrario, únicamente le envolvió, tuvo sexo con ella y después la desechó como una bolsa de basura.

Éste fue un duro golpe para su ego. Y juró por sobre todas las cosas, que se vengaría, haciéndole pagar todo lo que le había hecho. Así fue como una noche lo planeó todo, y lo envenenó. Todas y cada una de las viandas que ese hombre tenía en su casa, fueron adulteradas con un polvo extraño blanco que había conseguido en un barrio de no muy buena reputación. No tuvo ninguna clase de remordimientos cuando la noticia corrió como pólvora por toda la ciudad.

Así que por mera precaución, se fugó de su casa, (no sin antes regresar a su mansión y robarle algunas cosas de valor) dejando una escueta carta a sus padres diciéndoles que se iría a buscar fortuna para rescatarlos de la pobreza en cuanto pudiera.  Fue un viaje muy largo desde Inglaterra hasta Francia, donde hizo lo inimaginable para poder sobrevivir durante todos estos días que duró el trayecto. Pero finalmente llegó a la ciudad de la esperanza, donde rápidamente comenzó a fraguar otro de sus planes. Había escuchado, entre todas esas personas que viajaron con ella, que ser dama de compañía podría hacerte ganar mucho dinero.  Entonces eso fue lo que haría, hacerse pasar por otra persona. Cambiaría de apellido por uno de más abolengo, y pediría trabajo en alguna de las casonas de la ciudad. Tuvo suerte, debido a su belleza y a sus delicada manera de comportarse, la contrataron de inmediato y poco a poco aprendió el francés. Ahí, dentro de ése nuevo y fascinante círculo social, conoció a muchos hombres, quienes caían rendidos ante su "inocencia" y de los cuáles obtenia regalos costosos. Aún así ella necesitaba atrapar a un pez más gordo. Alguien con un puesto importante y no mocosos que sólo querían meter mano.

Hasta que finalmente, un día lo encontró. Era el hombre perfecto: Viudo, sin hijos, y lo más importante ¡Un Duque francés, almirante de la marina Royal! Él debía ser suyo. Lo fue atrapando poco a poco, hasta lograr "formalizar" algo, y posiblemente una boda a futuro.

Ya casi logra su cometido, está a punto de salirse con la suya. Hará hasta lo imposible por salirse con su plan, así tenga que deshacerse de todos y cada uno de los que se interpongan.