A martillazos. [Privado]

por **Urfis** Dom Nov 06, 2016 7:08 pm

Los golpes llevaban ya un rato resonando por aquel paraje perdido. Ya llevaba unos días instalado en la cueva pero optimista como era, y aburrido como se aburría, optó por aumentar el espacio disponible para cuando encontrase a su hermana. Además la ventilación de la cueva no era buena para fogatas, se hacía una humareda considerable y no quería asfixiarse. Los osos dormían durante el invierno y el es verdad que se aplatanaba un poco pero no hibernaba. Debía apresurarse y terminar antes de que el clima empeorase del todo. Por eso aquella mañana había salido temprano en contra de lo que le dictaba su afición a dormir por las mañanas y había talado un par de árboles a los que le había echado el ojo y ahora construía la estructura básica de lo que sería el anexo a su cueva... Suya. Una tenue sonrisa se fijó en su rostro mientras martilleaba contento. Todo hombre que se preciase a su edad ya debería estar medio establecido y con la procreación en mente... el se había retrasado bastante y no pensaba empezar hasta encontrar a su hermana. No... nada incestuoso por la diosa, era solo que le gustaba terminar un asunto antes de empezar con el siguiente. Además tampoco se sentía... tan llamado por la naturaleza. Le gustaba disfrutar de la vida solo y quería divertirse un poco más a su modo.

Se separó un poco de su obra y la contempló con ojo crítico. Tenía que ser una estructura resistente. Los huesos siempre son lo más importante, por eso se había tomado tiempo en elegir los mejores troncos. El martillo bailo en sus dedos con la familiaridad de quien sabe usarlo y terminó por separarse en busca de agua, bebió con avidez al notar lo sediento que estaba y buscó unos cuantos clavos más en su bolsa. Al final tendría que ir a la ciudad a por más suministros. Le quedaba algo de dinero del último intercambio así que no sería problema pero... Su espalda se erizo al pensar en todos aquellos ruidos y gente a su alrededor. Demasiado... ¿como podía gustarle a su hermana aquello?

se pasó el antebrazo por la frente retirando el sudor y volvió a martillear asegurándose bien de que todo quedase perfectamente afianzado, cuando consideró que así era lo palmeó con fuerza. Iba a continuar con su tarea comenzando con algunas tablas pero sin embargo escuchó pasos en la maleza tras de sí y se giró rápidamente con el martillo en guardia.-¿Quién va?_Olfateó sin disimulo el ambiente percibiendo la amenaza del macho desconocido en su territorio.

por **Leif Paine** Lun Nov 07, 2016 7:49 am

Tras llevar a cabo su tarea en el plan que ideó su hija Elora no le había quedado más remedio que recluirse unos días en el bosque como antaño, sus primeros días de lobo, para evitar así cualquier contacto con cazadores o encargados a investigar lo sucedido. Aquello le tenía en un estado de agitación difícilmente controlable desde que el ron se acabó un par de días atrás; con su hija centrada en esa pareja suya y él alejado de la ciudad no había forma de reponer existencias, y si de por sí el bosque resultaba tedioso, sobrio era aún peor. No recordaba cuándo fue la última vez que tuvo que mantenerse alejado de la bebida, probablemente nunca, y ese estado de serenidad mental solo le llevaba a una cosa: pensar. Su cabeza despejada le daba vueltas a todo tipo de ideas, cada cual más oscura que la anterior, llevándole a un espiral de desesperación que los dioses protegieran al pobre que se encontrara en su camino el día que estallara.

Y ese día estaba llegando. Si de por sí el bosque resultaba un infierno, desde hacía unos días estaba hastiándole aún más. Empezaba a echar de menos el punzante silencio que rodeaba aquellas tierras, el mismo silencio que durante días le tuvo de un humor terrible por no distraer su mente de pensamientos indeseados. Alguien se había instalado al norte cerca de su cueva y, no solo estaba rozando los límites de su territorio, sino que todo indicaba que su única y más constante afición era la de golpear madera todo el día. Leif estaba a punto de sudar sangre de tanto que le hervía en su interior.

La paciencia se acabó al tercer día. Dispuesto a acabar con el causante de tal estrago se dirigió rumbo al norte con la mirada fría del que va a matar. No resultó nada difícil rastrearle, con tanto golpe no tuvo ni que guiarse por el olor para encontrar al causante de su exasperación. Antes de asaltar se quedó a un lado observando, analizando detenidamente a aquel tipo. Su olor era particular, desconocido y para nada humano más que el sudor típico de un hombre, pero tampoco se trataba de otro lobo como él. Su naturaleza resultaba desconocida, mas confió en su instinto narcisista de no ver amenaza alguna en él.

Se hizo notar pisando fuerte, queriendo anunciarse para no empezar una pelea si simplemente podía asustarle. Frunció tanto el ceño que sus rasgados ojos quedaron medio ocultos por las frondosas cejas y se detuvo a escasos metros del joven causante de su furia desbocada. - Te has metido en terreno equivocado, zagal. Recoge tus cosas y aléjate de aquí si no quieres acabar con eso - señaló el martillo - estallando en tu cabeza.

por **Urfis** Lun Nov 07, 2016 9:33 am

Ladeó el gesto curioso cuando el hombre greñudo salió de la maleza y se le acercó hasta el límite de lo que podría empezar a considerar una invasión premeditada de su terreno personal. No, definitivamente no era humano, afiló su mirada analizándolo mientras su olfato hacía lo mismo y terminó por sonreír seguro de lo que era... y francamente también un poco aliviado. Quizás hasta se podía razonar con el.

-No digas tonterías lobo, los martillos no estallan._Y se le notaba que no estaba tomándole el pelo, solía ser literal al hablar. Así lo hacían en su familia, las metáforas y analogías humanas no terminaba de comprenderlas. Se cruzó de brazos algo a la defensiva, aunque confiaba en que el licántropo fuese razonable su lenguaje corporal no dejaba lugar a dudas de que era violento, y si bien Urfis estaba por el dialogo no iba a dejarse echar, ni mucho menos.-En cuanto a lo de marcharme, ni lo sueñes. Es cierto que nuestros terrenos colindan más de lo deseable, pero el resto de cuevas estaban demasiado lejos o ocupadas, y no has marcado este terreno, cosa que yo ahora si. Así que es mio ahora._Simple y meridianamente.-Supongo que seremos vecinos, me llamo Urfis...¿Y tu?_Se le acercó un par de pasos al presentarse, no era de los que daban la mano, mutuo olfateo solía valer con sus amistades y conocidos pero a saber si el licántropo opinaría lo mismo. Tampoco estaba descartando que se le tirase encima y tener que reducirlo pero bueno. Había que ser optimistas... aunque parecía cabreado. Fue entonces cuando dedujo que podría ser y miró el martillo con reconocimiento.-¿Te ha molestado el ruido? Lo siento, pero no me queda otra, la cueva no tiene ventilación suficiente para la hoguera y se acerca el invierno, además confío en tener visita y ... en cualquier caso soy rápido_Aseguró probando a ver si eso terminaba con sus recelos.

por **Leif Paine** Mar Nov 08, 2016 10:08 am

-¿A caso quieres comprobarlo? - Entrecerró los ojos sin quitarle la mirada de encima. Para un pirata los dobles sentidos y las metáforas eran prácticamente un idioma establecido, de modo que no concebía que alguien no estuviera familiarizado con ello. Que un recién llegado le estuviera tomando el pelo no le agradaba para nada, afirmaba el hecho de que tras perder su posición de capitán sanguinario no quedaba nadie que le respetara o temiera. Analizándolo debidamente supo que era del norte, su piel clara le delataba, aunque el tono pelirrojo apuntaba también a sus tierras natales, la bella escocia. Lo hubiera matado ahí mismo, pues ganas no le faltaban, pero aquel fugaz recuerdo de su infancia trajo entonces un pensamiento. ¿Y si trataba de ganarse el respeto de aquel hombre? Era nuevo, no le conocía, tal vez resultara más sencillo ganarse algo de respeto antes de que le viera tirado en cualquier esquina apestando a alcohol y nostalgia.

Gruñó dando un paso atrás cuando se le acercó tanto, empujándole con una mano en el pecho para dejar claro que no permitía acercamiento alguno y mucho menos de un hombre. En su idioma estar tan cerca era detonante de un feroz enfrentamiento, algo que estaba intentando evitar. - Y no había más tierra hacia el este que has tenido que ubicarte aquí, ¿no? - Era conocedor de otros seres en aquellos bosques, pero todos eran lo suficientemente recelosos -como él- para no establecerse tan cerca unos de otros. - Me da igual cómo te llames, no te quiero cerca de mí, ¿me has oído? Si te veo asomándote por mi territorio te doy mi palabra de que será lo último que hagas en vida.

Miró el martillo señalándolo en efecto como el causante de su estado airado mientras apretaba los puños. Eso de contenerse estaba resultando más tedioso de lo esperado. - ¿Rápido? Llevas ya demasiados días con esto. Tu ruido no solo me exaspera, también aleja cualquier alimaña que recorra la zona y empiezo a tener hambre... - afiló más aún la mirada silenciando una amenaza. - ¿Tus brazos de niña no te permiten trabajar con diligencia? Apura la pocilga o vendré y me encargaré yo mismo aunque arda el bosque entero. - La mención de posible compañía le provocó una sonrisa ante una nueva posibilidad de amenaza. - Dile a tu futura compañía que vigile bien por dónde anda, el invierno aprieta y los animales se esconden... y alguien como yo no está dispuesto a pasar un solo día de hambruna.

por **Urfis** Mar Nov 08, 2016 10:56 am

-Pero si lo se con certeza, no necesito comprobarlo._Aquel hombre decía cosas raras pero bueno, los licántropos se criaban como humanos,sería por eso... Tendría que tener algo de manga ancha con el, por el bien de la convivencia.

También por el bien de la misma no dijo nada cuando le puso la mano en el pecho, simplemente miró un momento la amplia palma sobre su torso y pensó rápido. Ah~ era una forma para mantener las distancias, vale vale, aquello lo comprendía.-Haber había pero no era adecuada-Explicó paciente aunque pensaba que ya lo había dejado suficientemente claro antes, aunque claro su paciencia no evitó que frunciese el ceño ante las nuevas palabras del greñudo vecino que se había echado.-Venga no hay necesidad de no ser cordiales, ¿Tu como te llamas?-Insistió sonriendo luego con ligera amabilidad y excepticismo mezclados. Dudaba seriamente de que un licántropo pudiese con el, aunque seguro que sería divertido.

-Bueno es cierto que puede que lleva más de lo que desearía, no se puede evitar estoy acostumbrado a hacerlo acompañado, es más difícil de lo que esperaba sostener el tronco y clavarlo a la vez...-Un ligero tono de frustración podía percibirse en su voz. En general era bastante optimista así que no le gustaba rendirse pero... quizás si la cosa seguía así no le quedaría más remedio que desechar la idea... No quería.-No tengo brazos de niña trabajando... no te entiendo. Y no se que tendría que ver que incendies el bosque con que me ayudes a terminar... eso último sería estupendo claro, lo de incendiar el bosque no, tendría que matarte si haces eso... aunque no creo que lo hagas sería estúpido ¿donde ibas a vivir sino?-Lo reprendió con la mirada como a los cachorros de la familia, aquel tipo... aún era joven no debía llevar mucho tiempo con el cambio, aún era quizás... demasiado humano ¿O no?

-No te preocupes por ella, come poco... solo piensa en humanos así que..._Se frotó la barbilla pensativo y miró de arriba a abajo al lobo. Había dicho cosas en las que no había recapacitado hasta aquel momento.-Hey, si tienes problemas para cazar por mi culpa ¿Qué te parece un trato? Tu me ayudas con esto y yo te doy ciervo. Cuanto antes termine antes dejaré de hacer ruido y quedará todo tranquilo

por **Leif Paine** Jue Nov 10, 2016 9:17 am

El rostro de Leif era en ese instante una oda a la frustración. Empezaba a pensar que aquel tipo no estaba tomándole el pelo, que simplemente era así de... básico, por llamarlo de algún modo, tomándose literalmente cada palabra que él decía. Realmente esperaba que así fuera, aunque resultara frustrante, pues de no ser así no le quedaría más remedio que hacerle tragarse sus propias palabras. La paciencia no era una de sus virtudes, eso estaba claro, pero Elora y el individuo parado ante él parecían enviados para ponerle a prueba, ambos jugando con pólvora. Leif se preguntaba cuándo tendría suficiente y explotaría de verdad.

Se pasó los dedos por el puente de la nariz mientras llenaba los pulmones en busca de algo de serenidad. A decir verdad la idea de una cabaña de madera no sonaba tan mal, sin duda sería más cálida que la fría cueva que habitaba, y quedaría menos expuesto a animales o humanos curiosos mientras dormía. Pero si en algo tenía razón el pelirrojo es que era un trabajo difícil para uno solo; Leif nunca pedía ayuda, sería degradarse, por ese motivo seguía viviendo en una cueva, pero tal vez podría hacérselo venir bien para tener un par de manos extras. - Soy el cap... soy Paine - dijo al fin con resignación, mirándole a los ojos con hastío.

Pasó por su lado sin rozarle y fue directo a la construcción, paseando alrededor de esta para ver con detalle qué estaba haciendo. Leif no tenía experiencia en casas, pero sí con la madera, había reconstruido muchas veces su viejo navío. - ¿Has puesto vigas firmes para sostener la estructura? - Nada más decir eso se apoyó en la ladera de la casa, que empezó a temblar por la fuerza que aún a veces no controlaba. El techo se desmoronó y lo que parecía ser una puerta cayó al suelo cual árbol talado. Toda la seriedad que cargaba siempre Leif desapareció tras una sonora carcajada que resonó en el viento. - Rayos y centellas, ¿cómo se puede hacer algo tan mal? Tal vez no debería haber dicho nada, así ahora estarías sepultado y adiós problema...

Se apartó por si le caía algo encima y le miró pensativo. - No necesito a nadie que me ayude a cazar, me valgo y me sobro, pero sin duda tú necesitas a alguien que te eche una mano con este desastre. Tengo un trato mejor: yo te ayudo con esta chabola y a cambio tú me ayudarás con la mía.

por **Urfis** Lun Nov 14, 2016 5:25 am

-Paine entonces...-Era un nombre un poco raro ¿pero quien era el para juzgar? Parecía que la charla con el estaba agotando la paciencia del licántropo, que era todo resoplidos y pasarse las manos por la nariz como si fuese una clase de movimiento mágico para no echársele al cuello. No tenía conciencia de ser tan molesto así que igual el otro exageraba o realmente le ponía de muy mal humor que lo despertasen por la mañana.

Lo siguió con la mirada sin alarmarse por el intruso removiéndose por su futura casa, después de todo quizás comenzaba a ayudarle, eso sería estupendo... manos extras, como en casa.-La madera es firme pero quizás debería..._Se quedó unos segundos callado y boquiabierto mientras aquello se iba abajo como un castillo de naipes, con la palabra ``mierda´´ escrito claramente en sus facciones.-Haberlo clavado más profundo en la tierra...que putada.-Suspiró cruzándose de brazos resignado mientras el otro reía.-No lo dices enserio...y gracias. Mejor ahora que cuando esté terminado.-No es que Paine lo hubiese hecho a propósito ni mucho menos... no le habría echo tanta gracia entonces eso seguro.

Alzó la ceja escuchando su proposición pero no le llevó la contraria. ¿No había dicho que tenía problemas para cazar por que con el ruido que hacía espantaba a los animales? Así lo había entendido el, así que o era demasiado orgulloso para aceptar ayuda en ese tema, o había exagerado antes. No se veía esquelético así que igual había exagerado. Sonrió por la nueva propuesta mostrando los colmillos y asintió energéticamente.-¡Genial entonces!_Se frotó la barbilla pensativo y miró alrededor. Quizás vendría bien algo para sellar el trato, aunque era un poco temprano. Bueno, que más daba.-Espérame un momento.-Pidió antes de meterse en la cueva a por una botella de ron y volver con ella en la mano.-Para celebrar la vecindad y que me has evitado un buen dolor de cabeza.-Señaló con la misma a la cabaña o más bien los restos de ella.-A no ser que sea muy temprano para ti...supongo que es temprano para el ron, no se... pero té no tengo.-Se excusó con un movimiento de hombros mientras abría la botella.

por **Leif Paine** Jue Nov 17, 2016 11:23 am

Arqueó silenciosamente una ceja al ver la reacción del pelirrojo, demasiado serena para alguien cuyo trabajo de varios días acababa de derrumbarse ante sus ojos. Aunque él no tuviera la culpa de que la casa se hubiera desplumado, aquello en el mundo de los piratas era suficiente pólvora para hacer estallar una pelea. Por orgullo, frustración e incluso por aburrimiento, pero un pirata hubiera reaccionado mucho peor. Él, por ejemplo, lo más probable es que se hubiera lanzado a su cuello con toda intención de matarlo. El pelirrojo parecía provenir de otro mundo y eso le inquietaba.

Toda turbación, no obstante, quedó relegada a un segundo plano cuando lo vio salir corriendo hacia la cueva. Tal vez se había equivocado, tal vez sí buscaría pelea... mas no fue así. En lugar de echarlo de su territorio salió con una botella de ron que hizo palpitar de nuevo el corazón de Leif. Podría haberle dicho muchas cosas como "un pirata no cae ante chantajes superfluos", podría... pero entonces la abrió y los vapores contenidos del alcohol se deslizaron por sus fosas nasales reviviendo su espíritu adormecido y frustrado.

Era un hombre muy orgulloso, pero no estúpido. Sonrió socarrón y tendió la mano más seguro de sí mismo, o al menos seguro de que iba por fin a llenarse el gaznate con el néctar de los dioses después de tantos días de sobriedad. - Tenemos un trato entonces. - No le dio la mano para estrecharla, en ningún momento esa fue su intención, sino que cogió la botella sin poder esperar más y le dio un buen trago que evaporó rápidamente el mal humor de aquella mañana.

Más calmado, y empezando a idealizar el tener una cabaña en condiciones, miró concentrado el material que el otro tenía por ahí para poder organizarse. - Lo primero es hacer agujeros en la tierra donde irán los pilares que mantengan firme la estructura - dejó la botella al suelo, girándola a un lado y a otro para clavarla en la tierra y que no cayera, y se quitó la remendada tela que hacía de camisa. - ¿Tienes una pala? Con esos bracitos tuyos no acabaremos nunca.

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