Cornelius Agrippa

Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim (1486 - 1535), fue un famoso escritor, filósofo, alquimista, cabalista, médico y nigromante alemán.

Hombre relacionado con las grandes esferas políticas y religiosas de su época; amigo de reyes, emperadores y otros filósofos. Contaba con la protección de casas reales y nobles, además de servir a los emperadores Maximiliano I, Carlos I de España y el rival de éste último, el Papa Clemente VII. Estuvo en las más importantes universidades de su época, primero como estudiante y posteriormente como profesor de hebreo y filosofía.
Al comienzo planteaba y defendía la teoría que considera al mundo como un todo orgánico dirigido por un espíritu universal. Más tarde, abandonaría todas sus teorías, afirmando la vanidad de todo saber y la validez de la Biblia. El estudio y dedicación de las ciencias ocultas le obligaron a exiliarse de varios países, viviendo un éxodo particular y huyendo de los que le perseguían, principalmente la Inquisición; a pesar de estar protegido bajo el arzobispo de Colonia. Inglaterra, Francia e Italia fueron algunos de los países a los que sus pies le llevaron huyendo de su Alemania natal. Trabajó como teólogo, físico, abogado e incluso soldado.

El interés y utilización de la magia negra iba ascendiendo vertiginosamente por toda Europa. Esta enfermedad se adentraba en cada país, pudriendo a las gentes de los lugares, y sobre todo a las personas que decidían poner en práctica estas artes demoníacas. La Inquisición, sin embargo, hacía su trabajo cazando a cualquier hereje que pusiera en duda la Biblia y su legado. No obstante, de ineptos estaba la Iglesia llena, pues la mayor parte de las veces dejaban escapar a los verdaderos brujos y quemaban tanto a mujeres como hombres inocentes.

Jóvenes y adultos con determinadas capacidades acudían a sus clases en las universidades; captaban a los más apropiados y les sugerían participar en una particular lucha por la Razón, en contra de las malas artes. Querían y deseaban que la Iglesia, que los diferentes reinos y la humanidad entera participara en la magia, que la comprendieran y la abrazaran como a una amiga, y no algo a lo que perseguir y atacar. Sabían que para ello debían erradicar la magia negra, a toda costa.

Agrippa publicó, tras más de veinte años dedicados a su obra, el De occulta philosophia libri tres (Los tres libros de la filosofía oculta), exponiéndose en parte a que el tratado llegara a manos de la Inquisición.
Sus escritos fueron incluidos en el Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos), una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia católica catalogó como libros perniciosos para la fe. Así pues, sus letras fueron quemadas, acabando con prácticamente todos los ejemplares.

Lo que la propia Historia ignora es que el ansia de conocimiento y de derrotar a las artes oscuras fue la mayor perdición del brujo. Obviando los consejos de su colega Trithemius, se acercó demasiado a la magia negra; deseaba poder comprenderla, trabajar con ella para ser conocedor de sus puntos débiles y así acabar con la misma desde dentro.

Agrippa pasó sus últimos años en una pequeña buhardilla, en Lyon, Francia, aborreciendo a todo el mundo y detestado como un mágico maldito.

Los descendentes de Agrippa se encuentran por toda Europa y podemos encontrarlos sobre todo en los países en los que el hechicero vivió durante años huyendo de la Inquisición. Su rama más directa se concentra en la capital francesa, donde comparten sus conocimientos con una serie de alumnos, cuidadosamente elegidos evitando así intrusiones dañinas.