AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Memorias perdidas al salvajismo
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Memorias perdidas al salvajismo
por Bambi D'Gioge Miér Dic 28, 2016 11:10 pm
Esto ocurrió hace mucho tiempo atrás, para ser exactos hace unos cinco años.
Escocia — 1790
—Oh Connor, mírala es tan bella ella será el futuro de nuestra casta—
—Tienes tus ojos mi querida Fay, y mis cabellos, es nuestra hija—
Silencio absoluto…
Aquellos días el mansión D'Gioge todo era dicha y felicidad en torno a su pequeña y única hija que tendrían la pareja de esposos, no faltaban los regalos que llegaban de todas partes por donde familiares y amigos que tenían trataba de extender su conmoción por la llegada del nuevo miembro, pero hubo uno, de los tantos enemigos de la familia, que al parecer tuvo la idea más increíble de todas, enviar un presente muy funesto, una bella muñeca de porcelana, una bebe, pero con el rostro quemado y las extremidades rotas casi hechos polvos, el cabello arrancado y para culminar dientes reales que adornaban la caja.
La persona en recibir dicho presente fue la nana de la pequeña, que, siguiendo las órdenes de su amo llevó el obsequio a la señora, ella fue la primera en abrir y horrorizarse. No faltaron los gritos y desesperación de la mujer con sus criadas que trataron de alcanzar al joven que había realizado la entrega, lástima que no obtuvieron más que una vaga descripción del remitente.
El hombre enfurecido por la advertencia, trató de idear un plan que pusiera a todos sus contactos en advertencia que si algo le sucedía a su hija, la muerte y la bancarrota les llegaría a cada uno de ellos. Al principio iban con exageración ante todo ello manteniendo resguardo a la pequeña y a la madre que no se alejaba de su bebe.
Los días, semanas y meses pasaron sin volver a recibir una amenaza de ese tipo, y cuando creyeron que solo era una broma y volvieron a tomarlo con calma, nuevamente recibieron un regalo aun peor, era esta vez un bebe pero muerto. A partir de ahí comenzaron los acosos a la familia con regalos muy extraños que puso desquiciada a la madre y al padre lo colocó en punto sin retorno desconfiando de todos sus socios y amigos, quienes se suponían sabían la noticia del nacimiento de su primogénita, sin saber que era más cercano el agresor tan cercano que era uno de los que se acercaba a cargarla en brazos y hacerla dormir.
Escocia — 1790
—Oh Connor, mírala es tan bella ella será el futuro de nuestra casta—
—Tienes tus ojos mi querida Fay, y mis cabellos, es nuestra hija—
Silencio absoluto…
Aquellos días el mansión D'Gioge todo era dicha y felicidad en torno a su pequeña y única hija que tendrían la pareja de esposos, no faltaban los regalos que llegaban de todas partes por donde familiares y amigos que tenían trataba de extender su conmoción por la llegada del nuevo miembro, pero hubo uno, de los tantos enemigos de la familia, que al parecer tuvo la idea más increíble de todas, enviar un presente muy funesto, una bella muñeca de porcelana, una bebe, pero con el rostro quemado y las extremidades rotas casi hechos polvos, el cabello arrancado y para culminar dientes reales que adornaban la caja.
La persona en recibir dicho presente fue la nana de la pequeña, que, siguiendo las órdenes de su amo llevó el obsequio a la señora, ella fue la primera en abrir y horrorizarse. No faltaron los gritos y desesperación de la mujer con sus criadas que trataron de alcanzar al joven que había realizado la entrega, lástima que no obtuvieron más que una vaga descripción del remitente.
El hombre enfurecido por la advertencia, trató de idear un plan que pusiera a todos sus contactos en advertencia que si algo le sucedía a su hija, la muerte y la bancarrota les llegaría a cada uno de ellos. Al principio iban con exageración ante todo ello manteniendo resguardo a la pequeña y a la madre que no se alejaba de su bebe.
Los días, semanas y meses pasaron sin volver a recibir una amenaza de ese tipo, y cuando creyeron que solo era una broma y volvieron a tomarlo con calma, nuevamente recibieron un regalo aun peor, era esta vez un bebe pero muerto. A partir de ahí comenzaron los acosos a la familia con regalos muy extraños que puso desquiciada a la madre y al padre lo colocó en punto sin retorno desconfiando de todos sus socios y amigos, quienes se suponían sabían la noticia del nacimiento de su primogénita, sin saber que era más cercano el agresor tan cercano que era uno de los que se acercaba a cargarla en brazos y hacerla dormir.
Bambi D'Gioge- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 28/06/2016
Re: Memorias perdidas al salvajismo
por Bambi D'Gioge Miér Jun 28, 2017 6:00 pm
Esto ocurrió hace mucho tiempo atrás, para ser exactos hace unos cinco años.
Escocia — 1790
—Hermano entiende, no puedo dejar que sepan de mi pequeña, ella debe irse lejos de aquí, quizás si la tienes en tu casa o…—
—¿O? acaso quieres enviar a la pequeña a vivir a un internado de monjas, por favor hermano no hagas caso quizás son solo para ver como reacciones si le muestras toda tu seguridad harán de todo para esquivarla y quien sabe una noche y CUAAAAJ mi pequeña sobrina muera—
El hombre se quedó pensativo
Mientras el señor D'Gioge pensaba en cómo proteger a su familia, los empleados iban disminuyendo, poco a poco la mansión que ante tenía tantos sirvientes se quedó con apenas cinco, solo una cuarta parte del equivalente que tenían antes. Los cuidados con la niña fueron extremos, no podía salir de la casa y al estar en el jardín debían estar los cinco empleados y de paso dos hombres que había contratado para proteger a su esposa a hija, pero por otro lado la señora de la casa había perdido la razón completamente pasando encerrada la mayor parte del tiempo.
Pocas veces mostraba lucidez y con ello su amor de madre por cuidar a su hija, pero habían noches donde la locura la atacaba culpando a la pequeña de todos sus problemas, de todo el mal que acechaba a la familia, el señor temía lo peor por parte de su esposa, o que terminara con la vida de su única hija o que acabara con su propia vida por eso y por el consejo de su hermano termino accediendo a que pasará la mayor parte de su tiempo sedada con calmantes que la ponían en un estado de inconsciencia, expedidas por su cuñado y hermano del señor.
Era él quien cargaba a la pequeña niña en brazos cuando su hermano tenía que trabajar y más con la paranoia que sembró él mismo sobre la familia de la pequeña, todo para evitar que su hermana tuviera todo el poder de la familia, poder que lo reclamaría para él y su hija, la que carga en brazos.
Escocia — 1790
—Hermano entiende, no puedo dejar que sepan de mi pequeña, ella debe irse lejos de aquí, quizás si la tienes en tu casa o…—
—¿O? acaso quieres enviar a la pequeña a vivir a un internado de monjas, por favor hermano no hagas caso quizás son solo para ver como reacciones si le muestras toda tu seguridad harán de todo para esquivarla y quien sabe una noche y CUAAAAJ mi pequeña sobrina muera—
El hombre se quedó pensativo
Mientras el señor D'Gioge pensaba en cómo proteger a su familia, los empleados iban disminuyendo, poco a poco la mansión que ante tenía tantos sirvientes se quedó con apenas cinco, solo una cuarta parte del equivalente que tenían antes. Los cuidados con la niña fueron extremos, no podía salir de la casa y al estar en el jardín debían estar los cinco empleados y de paso dos hombres que había contratado para proteger a su esposa a hija, pero por otro lado la señora de la casa había perdido la razón completamente pasando encerrada la mayor parte del tiempo.
Pocas veces mostraba lucidez y con ello su amor de madre por cuidar a su hija, pero habían noches donde la locura la atacaba culpando a la pequeña de todos sus problemas, de todo el mal que acechaba a la familia, el señor temía lo peor por parte de su esposa, o que terminara con la vida de su única hija o que acabara con su propia vida por eso y por el consejo de su hermano termino accediendo a que pasará la mayor parte de su tiempo sedada con calmantes que la ponían en un estado de inconsciencia, expedidas por su cuñado y hermano del señor.
Era él quien cargaba a la pequeña niña en brazos cuando su hermano tenía que trabajar y más con la paranoia que sembró él mismo sobre la familia de la pequeña, todo para evitar que su hermana tuviera todo el poder de la familia, poder que lo reclamaría para él y su hija, la que carga en brazos.
Bambi D'Gioge- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 28/06/2016
Re: Memorias perdidas al salvajismo
por Bambi D'Gioge Dom Oct 01, 2017 9:42 pm
Esto ocurrió hace mucho tiempo atrás, para ser exactos hace unos cinco años.
Escocia — 1790
—¿Entonces qué harás, hermano? Por qué no dejas que te ayude, deja que sea tu fuerza y cuéntame aquellos secretos que no quieres que nadie sepa, mírate como estás, todo acabado y no se diga tu esposa, dime acaso ¿es eso lo que quieres de futuro para tu pequeña hija?—
—Como te atreves a pensar en eso, claro que no, yo quiero para mi hija lo mejor de este mundo y para eso debo asegurar su seguridad, pase lo que pase y sobre quien tenga que pasar lo haré—
Y el enemigo sonrió cargando en brazos a la pequeña que sonreía en manos de su tío quien le hacía juegos para obtener aquella inocente risa.
Para esa tarde, la madre de la pequeña había estado en el jardín recibiendo algo de aire puro, pero para sorpresas de todos tenía un ánimo bastante alegre y volvía a ser la misma mujer que habían conocido. Su esposo se acercó a ella dichoso de oírla cantar y estar haciendo planes de viajes, aunque no contrastaba con su realidad pero el señor D´Gioge aceptaba toda propuesta de su esposa, hasta que llegó a la parte más esencial.
—Claro, y saldremos de viaje con nuestra pequeña—
La mujer enseguida lo miro confundida con una gran sonrisa de quien no tiene el mayor interés en su primogénita
—Cuál hija, si la nuestra falleció al nacer—
Ante tal afirmativa el señor D´Gioge asombrado por las crudas palabras de su esposa se alejó, pero su pequeña se acercó corriendo a abrazar las faldas de su madre quien la recibió con una patada alejándola con una mirada de horror y desprecio, junto cuando la pequeña rompe en llanto y es tomada por su tío calmándola.
En ese momento la mujer susurró unas palabras
—¿por qué no se la damos a él, parece que la quiere más que nosotros—
Su esposo no podía creer lo que oía, pero al ver a su hermano con su hija, tuvo un dolor agudo en el corazón y en e estómago.
Escocia — 1790
—¿Entonces qué harás, hermano? Por qué no dejas que te ayude, deja que sea tu fuerza y cuéntame aquellos secretos que no quieres que nadie sepa, mírate como estás, todo acabado y no se diga tu esposa, dime acaso ¿es eso lo que quieres de futuro para tu pequeña hija?—
—Como te atreves a pensar en eso, claro que no, yo quiero para mi hija lo mejor de este mundo y para eso debo asegurar su seguridad, pase lo que pase y sobre quien tenga que pasar lo haré—
Y el enemigo sonrió cargando en brazos a la pequeña que sonreía en manos de su tío quien le hacía juegos para obtener aquella inocente risa.
Para esa tarde, la madre de la pequeña había estado en el jardín recibiendo algo de aire puro, pero para sorpresas de todos tenía un ánimo bastante alegre y volvía a ser la misma mujer que habían conocido. Su esposo se acercó a ella dichoso de oírla cantar y estar haciendo planes de viajes, aunque no contrastaba con su realidad pero el señor D´Gioge aceptaba toda propuesta de su esposa, hasta que llegó a la parte más esencial.
—Claro, y saldremos de viaje con nuestra pequeña—
La mujer enseguida lo miro confundida con una gran sonrisa de quien no tiene el mayor interés en su primogénita
—Cuál hija, si la nuestra falleció al nacer—
Ante tal afirmativa el señor D´Gioge asombrado por las crudas palabras de su esposa se alejó, pero su pequeña se acercó corriendo a abrazar las faldas de su madre quien la recibió con una patada alejándola con una mirada de horror y desprecio, junto cuando la pequeña rompe en llanto y es tomada por su tío calmándola.
En ese momento la mujer susurró unas palabras
—¿por qué no se la damos a él, parece que la quiere más que nosotros—
Su esposo no podía creer lo que oía, pero al ver a su hermano con su hija, tuvo un dolor agudo en el corazón y en e estómago.
Bambi D'Gioge- Licántropo Clase Baja
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