Mr.Gloves and fangs - Priv.

por **Zaya** Jue Ene 05, 2017 2:29 pm

Estaba esperando en uno de los callejones, lo había visto entrara una de las tiendas por ahí y ahora debía esperar. El trabajo de hechicería de esa noche no era sencillo, era uno de esos trabajos que se veía tentada a declinar pero, jamás lo había hecho de aquella forma, jamás le habían pedido para alguien como el sujeto y esto fue lo que la atrajo por completo. Habían tenido que pagarle extra por no tener el complemento más importante de la poción y hacerla salir a buscarlo ella misma asi que no solo tenía una pequeña aventura entre manos, también una muy buena paga y para Zaya el dinero era algo bueno por lo que trabajar.

Pero, había algo inusual con este. Su forma de actuar era extraña, su mirada le había parecido metódica y analítica y por un momento diría que fría, lo había visto caminar entre las masas de seres y siempre estaba alejado de ellos, evitando hasta el mínimo contacto. No caminaba de forma arrogante, más bien parecía que estaba tan inmerso en su mente que pasaba de todos los que le rodeaban, de cualquier sonido y a su vez, parecía estar alerta, como cuando se ve a un animal dormido pero hay algo en tu interior que te dice que en cualquier comento este podría saltar y atacarte…justo asi. Era por esto que no alcanzaba a comprender porque aquella voluminosa mujer había querido una poción para él, aun mas ESA poción pasa él, era una de las más fuertes que podía hacer y requería incluso una hora especifica con una luna específica y era para alguien tan… oscuro. Claro, no tenía que preguntar, ella solo hacia el encargo y ya, pero este caso la llenaba de curiosidad.

El frio era cada vez más fuerte en Paris, no tanto como en febrero donde usualmente podía llegar a nevar, pero la lluvia y los repentinos vientos no daban tregua, haciendo que la bruja portase una gabardina pesada con una enorme capucha para mantenerse cálida y que hacía notar aún más el vapor que salía por su cálido aliento, junto a unos guantes de piel que le facilitarían el trabajo pero realmente no proporcionaban casi nada de calor. Estaba frotando sus manos cuando lo vio salir de nuevo, dejando que se adelantara unos pasos antes de seguirlo por los callejones, siempre un ojo alerta a cualquier cosa que pudiese pasar; aun no tenía idea de cómo iba a conseguirse un cabello del sujeto, o como intentar ser más rápida que él Los vampiros son rápidos, todo mundo lo sabe, entonces tal vez podría invocar algo de viento para ver si pierde algo de cabello…no, los vampiros son sanos ¿no? No perderían cabello…vamos ¡piensa¡ es mucho dinero en juego.. pensaba un poco frustrada aun siguiendo al contrario pero ya no ponía tanta atención como antes y es que en verdad jamás se le había ocurrido que un día llegaría una clienta pidiéndole una poción de deseo para un vampiro.

por **Adolphe D. O'Donnell** Miér Ene 11, 2017 8:59 pm

El pergamino que es entregado en las manos enguantadas, estoico como una estatua permanece sin mirar más que aquello que hurga entre sus dedo en silencio hasta mostrar el nombre y otras instrucciones a seguir así como el acompañamiento de una imagen del objetivo de la noche. El humo del cigarro inunda la habitación pero aquel oscuro ser se mantiene en perpetua efigie de una persona de piedra, el hombre corpulento que se haya tras la mesa busca conversación con quien se pone de pie con una reverencia se marcha de la secreta habitación del hotel.

Sin esperar el hombre toma el cuello de humano sin dejarle tocar el suelo, su cabeza se ladea constantemente hasta que la sonrisa filosa en su rostro se muestra; el cuerpo sale volando Chocando contra la pared y aun con los pedidos de clemencia la espada en mano es la que acaba con la vida de aquel ser, el arma corta y sus manos tiran de los huesos desmembrando el cuerpo frágil hasta que sus dedos negros por los guantes toman entre la columna vertebral de quien fue un ser humano parte de los huesos que es guardado en un pergamino viejo y en una bolsa. Sabe que tiene que limpiar el desastre que ha dejado pero solo tiene un bote de basura en el que deposita los restos.

De espaldas a su acechador, desaparece de su vista, pero sabe que no lo tendrá fácil. Atrás de la figura delgada aparece tocando con su mano el hombro de la joven.

—¿Puedo ayudarte en algo? —

Pregunta, su rostro sin tan impasible y algo serio con la espada en mano, no le ha dado tiempo de guardarla

por **Zaya** Vie Ene 13, 2017 5:55 pm

La distracción en ella le dio el tiempo justo a vampiro de voltear los papeles y aun cuando ya no lo tenía frente de ella, seguía caminando pensando que seguía siguiéndolo. Los planes en su cabeza eran cada vez más ridículos y a estas alturas terminaría casi metiéndose con él a su sarcófago –o donde quiera que dormía- y aun asi no tendría ni idea de cómo conseguir material orgánico de él. Una brisa fría soplo a su espalda y el silencio sepulcral reino en el callejón, llamando al final su atención y elevando la mirada de nuevo solo para encontrar que su objetivo se había ido; algo mas alerta había comenzado a pasear la vista por la penetrante oscuridad cuando sintió unos toques en su hombro que enviaron pánico por todo su cuerpo ante la sorpresa.

-¡NO hagas eso!- dijo poniéndose una mano en el lado izquierdo donde estaba su sobre saltado corazón –no sabes si la persona podría darte un golpe o besarte…- comento bajando la capucha de su pesado abrigo, mostrando su rostro sonriente y jovial ante el serio que tenía frente a ella; ladea un poco la cabeza estudiando al extraño y ante la masculinidad que veía en su rostro, entendía porque aquella mujer le había pedido tal encargo… el vampiro era atractivo –yo te besaría… pero me estoy saliendo de contexto- murmuro riendo alegre y acodándose los guantes que llevaba puestos por el frio –a decir verdad sí que puedes ayudarme.. veras ocupo algo que venga de tu cuerpo..- comenzó a mirar en los hombros del mayor y su pecho para ver si ella misma encontraba algo –podría ser cualquier cosa, desde un cabello…hasta una uña…saliva…lo que sea….- frunce un poco el ceño, haciendo una mueca algo infantil –eres el hombre mas pulcro que he visto a estas horas…-

Su curiosa mirada bajo hasta las manos enguantadas del extraño y después notó su espada. Parpadea un par de veces antes de ver por encima del hombro del vampiro y de nuevo hacia la espada; podría ser que fuese solo una corazonada o que haya podido sumar dos más dos, pero el notar todo ello le dio un ligero escalofrió por la espalda que la hizo estremecerse un poco frente al vampiro antes de reir un poco. No notaba furia ni algo peligroso en él, su aura estaba de hecho tan tranquila que podría pertenecer a un muerto –irónico- asi que no presentaba una amenaza para ella. Aunque con lo atractivo que este era, probablemente el que estaba en peligro era él.

-Noche ocupada ¿eh?- comenta de lo mas tranquila, mas sin descaro alguno, mira al mayor de pies a cabeza y ya que este era mas alto que ella, se vio obligada a alzar su rostro un poco. De forma inconsciente se muerde el labio inferior con una sorisa traviesa –No tengo permitido revelar detalles, pero hay un trabajo que debo hacer y te involucra por completo…asi que…-

por **Adolphe D. O'Donnell** Sáb Feb 11, 2017 10:27 pm

—¿un beso? Si recibo uno tendría que matar a quien se atreva a pensar en ello, sería muy repugnante recibir un beso sin antes haber sido limpiada la persona, es asqueroso el pensar en ello, con los gérmenes que trae esa persona no podría tolerarlo y sus labios serían mejor arrancados—

Con seriedad deja aquella frase en medio de ambos con el viento sopla lo más fuerte posible que podría helar hasta a los cadáveres que ya han abrazado la fría muerte; sus ojos no muestran broma alguna, más bien lo opuesto, una certeza en cada una de sus palabras. El arma queda suspendida con el filo brillando en tonos rojos y plateados obviando el murmuro de la joven por la razón que ella no está en su lista de encargo, lista que toma en la mano gemela enguantada, observa solo un nombre y no es femenino. El hombre asiente al guardar de nuevo el pergamino en su bolsillo. Un paso al frente es lo que da, como una danza con la bruja al adelantarse y ella retroceder en un paso.

Con la propuesta de ayuda y la petición que deja la señorita, asiente con suma tranquilidad, el filo de la espada se alza entre la vista de ambos cortando un mechón de cabello, el corte deja obvia marca en su pulcro estilo pero tan rápido como se ha realizado aquel acto vuelve a su estado original. Entrega el mechón arrebatado a la mujer.

—Espero que sirva ¿o necesita más? ¿O algo más? —

Afirma con su espada al dar un giro de esta con la punta que indica el suelo.

—¿Pulcro? No creo que sea un buen término, diría yo eficiente, por no dejar huella de mis actos, o quizás es por mi atuendo, en ese caso debe saber señorita que jamás encontrará suciedad alguna en mí, y si para su pedido requiere de ello será caso perdido, más de cabello no puedo dar—

Aleja su cuerpo de su acechadora regresando a su víctima, al bote de basura, la espalda la limpia con un pedazo de tela que fue ropa de aquel que ahora está en restos en aquel bote, la guarda con un poco de desagrado por no sentir a su arma completamente limpia pero se limita a solo mantenerla en la funda hasta tomar el bote con las manos enguantadas para llevarlo consigo

—Como tantas, y es que recién empieza. Espero que su noche sea mejor, si el cabello no le es suficiente puede acecharme otra noche, pero esta vez procure no estar en medio de mi trabajo o podría terminar herida o más aún—

Leve sonrisa muestra por unos instantes

—Si no desea ello puede preguntar en los lugares más siniestros por mí, Adolphe D. O'Donnell, con ello sabrán darle la dirección donde encontrarme, madame—

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