Dime tu si eso es lo que era || Privado

por **Andromeda1** Vie Ene 06, 2017 8:53 pm

Brinco, salto, paso y volvemos a saltar nuevamente por todo el lugar; así iba dando un paseo por la ciudad parisina con el sol centellando bien en lo alto, pero ese brillo era por la tarde que se iba poniendo y así como si nada con el vestido tan claro y azulado y el cabello sin peinar, todo suelto, iba dando un paseo alegre cantando por la ciudad sonriendo alegremente y saludando a la gente pasar, pero nadie responde su saludo algo que le hace enojar.

Los estribos se pierden y el viento aumenta agitando con fuerza el lugar por donde aquella mujer pasa, las personas ríen y se animan por ello, otros maldicen chasqueando la lengua con fuerza por aquel cambio brusco del ambiente y de los vidrios que no dejan de agitarse por la furia contenida de aquella mujer hasta el momento en que todo se desvanece incluso ella.

De la nada aparece entre el camino de los residencias, una a una le van desagradando los colores y sus pasos de puntitas que van dando mientras mira por entre las cercas los jardines que para sus ojos son los más horribles; el camino la lleva a perderse nuevamente hasta estar frente a una casa de lo mejor la más bonita a sus ojos tanto que no puede evitar soltar una pequeña lagrimilla por ver un hermoso jardín junto a la siniestra mansión; aplaude pues le recuerda mucho a su intento de hogar.

Psss Andy, Andy Psss, que tal si saltas la cerca, vamos vamos a explotar el mundo mágico
Ven, ven sígueme.

Cabeza ladeada mientras ve el producto de su imaginación saltar dicha cerca, no pierde tiempo porque ella ya esta corriendo con ojos cerrados al atravesar la puerta y darse de bruces contra un poste de cemento a la entrada, siente el dolor pero no tanto como debería hacerlo quien con vida ande. Se sienta en el suelo sobándose la nariz a punto de romper en llanto por el golpe que se ha metido, pero su brillante conejo ilusorio la mantiene callada con palabras que la convencen del todo de continuar. Corre sin importarle el golpearse riéndose por sentir la belleza de un mundo tan mágico como olvidado. Una voz la para en seco a la que con una risilla contesta, una pequeña y chillona risilla que ha creado para asustar a las personas, cuando se siente aburrida.

–Hey, no invado propiedad ni nada respeta jovencito que soy una mujer y una muy mayor a ti eh– imita la voz de una anciana cansada riendose por lo bajo mirando a su amigo que mueve el sombrero con una pirueta y desaparece, momento en el que el olfato de la joven percibe el mismo aroma que ella posee, ese aroma de flores, de fragancia vieja y olvidada –Hueles a algodón de azúcar rancio y pasado ¿Quién eres? – cubre su nariz con sus dedos hablando de aquella forma extraña y particular.