Que te van a comer la cara..[Priv]

por **Corbin Lockwood** Dom Feb 05, 2017 5:46 pm

Recuerdo del primer mensaje :

El primer domingo del mes era siempre algo digno de ver. Las calles abarrotadas de gente de todas las clases estaban allí, el ruido era ensordecedor, la cantidad de puesto era aun más asombroso. Las amplias plazas del mercado estaban tan a reventar de gente que no se podía pasar sin rozarse con alguien. Había todo tipo de puestos, aunque siempre por zonas, separados en distintos rangos de precio y calidad, aunque eso no impedía que todo el mundo pasease alrededor y observara, aunque algunos no pudieran permitírselo y para otros eran productos muy por debajo de su estatus.

Entre aquella algarabía había músicos, que animaban el lugar, los ladrones, por supuesto, no podían faltar y tampoco la gente que llevaba demasiados trastos encima y que apenas podían acarrear con ellos. Una muchacha de cabellos oscuros y esbelta figura no era diferente, se afanaba por estirarse e intentar alcanzar una brazada de hierbas secas que colgaban de una de las tiendas que pertenecían a los gitanos, de sobra conocido que eran los más entendidos en este tipo de productos.

Una manaza apareció con lentitud, dando sombra a la mujer, antes de alcanzar aquel ramo de unas plantas que él ni siquiera conocía. Corbin le bajó el ramillete seco y excesivamente aromático para su gusto, pero qué sabía él de esas cosas. El hombre llevaba consigo un propio fardo de cosas a la espalda, pero nada que ver con flores ni nada por el estilo.

por **Corbin Lockwood** Lun Mar 06, 2017 4:50 am

A él se le ocurrían un par de cosas con las que podría ganarse la vida, pero la mujer estaba siendo demasiado amable..Y demasiado obtusa, así que no le iluminó. De hecho se sentía extrañamente bien que por una vez le estuvieran conociendo como Corbin Lockwood, un hombre corriente y moliente, que no como la puta del Golden. Iba a exprimir esa sensación cuanto pudiera. Acompañó a la mujer en silencio, pensando en sus propias cosas, desde luego lo último de la lista era la magia o cualquier cosa relacionada con ella. Intuía que Aletheia buscaba algo en él, aunque no supo decir qué cuando estaba claro que no había señales de interés físico así que..En cuanto a la morena estaba completamente perdido. Aquello le incomodaba tanto como le gustaba, por una vez en su vida: Una. A alguien le interesaba conocerle.

Lo justo hubiera sido contarle la verdad, que no deberían verla con alguien como él y menos entrando en su casa como si nada, porque las calles tenían ojos y las paredes oídos, de modo que todo el mundo se encontraría chismorreando sobre ellos en menos que cantaba un gallo pero...Ya fuera por estar con alguien que no le miraba con compasión o con deseo, ya fuera porque realmente le apetecía tener algún modo de desconectar de su vida, se vio pensando en si a las cinco solía tener mucha clientela. La verdad era que no, hasta las seis o siete de la tarde, después de las cenas familiares, el Golden solía estar poco concurrido, pero tendría que volver pronto.- De acuerdo..Mañana, a las cinco..Pero no podré quedarme mucho rato.- Suspiró. Ya se las apañaría para evitar que le encontrasen en aquella casa. - Piense cómo puedo pagarla, cuando se le ocurra algo solo tendrá que decírmelo, señorita.

por **Aletheia Brutus** Mar Mar 07, 2017 11:21 am

-Aletheia-le corrigió. Si ella iba a llamarle por su nombre, lo justo es que él hiciera lo mismo. Eso crearía una confianza quizás forzada al principio, pero a la larga les haría a ambos sentirse más cómodos, cuando la bruja llevara al hombretón a donde verdaderamente quería-. Lo pensaré -concedió, para complacerle, porque no parecía el tipo de hombre que acepta las cosas sin contraprestación, como si fuera caridad, aunque estuviera muy lejos de serlo. El pago lo tendría ella en el hecho mismo de enseñarle. No a leer, eso sólo era un medio para llegar a lo que de verdad quería descubrir en él, que era ese resquicio de magia dormida-. No importa, mañana apenas podré enseñarle los fundamentos, tampoco conviene ir demasiado deprisa, es mejor avanzar sobre seguro. Hasta mañana, Corbin. Y gracias.

Se despidió con una dulce sonrisa y entró en la casa.

por **Corbin Lockwood** Lun Mar 13, 2017 7:41 am

Había pasado una mala noche, un mala semana, en realidad. Las cosas se habían torcido y él no había llegado a la cita con Aletheia. A decir verdad, en lo que menos pensaba era en aquella mujer morena. Encontrarse con Simonetti no le había ayudado en nada, había pasado cinco días enteros en la cama, tres de ellos drogado hasta las cejas y sin poder abrir los ojos siquiera. Hasta Brody, el dueño del Golden Moon, se había sorprendido y hasta se había sentido culpable, aunque no recaía en él sentirse así, Simonetti se guardaba muy bien su faceta retorcida, así que a simple vista nadie podría haberlo imaginado y con al cantidad de francos que había soltado a Brody realmente cubría más de una semana de visitas con Corbin, no se pudo negar, así de sencillo. El grandullón no culpaba al proxeneta, tenía un negocio que mantener, unos gastos que cubrir y él no era precisamente el más rentable del lugar, así que..Lo entendió.

No podía ir deprisa, las heridas no se le habían cicatrizado del todo y todavía se sentía débil, no quería forzarlo. Antes de que dieran las cinco, Corbin llegó a la bonita y acomodada casa, esperó a que no pasara nadie por las calles circundantes para llegar él. Se ajustó el cuello de la camisa, cerrándoselo para evitar dejar ni un solo pedacito de carne al descubierto, salvo su rostro, por suerte, Simonetti nunca le hacía nada en la cara, decía que era demasiado bonita para estropearla.

Tocó la puerta y esperó que la mujer estuviera allí y que no le echase a los perros después de haber llegado tarde una semana a la cita.

por **Aletheia Brutus** Jue Mar 23, 2017 4:05 pm

La puerta se abrió, pero no fue Aletheia quien estuvo al otro lado, sino Adele. La mujer, bajita y con la cara redonda, el cabello castaño, que ya tenía canas, y los ojos pequeños y color avellana, se encargaba de casi todas las tareas de aquella casa. Limpiaba y cocinaba y se encargaba de mantener llena la despensa. Aletheia se había criado como una persona de clase alta, con criados para hacer todas esas funciones. Cuando dejó a su familia, su padre contrató a Adele para que atendiera a su hija. Pero diez años después, era más una amiga y una confidente que una mera empleada. Había enseñado a Aletheia a cocinar y habían hecho juntas algunas tareas de la casa. Era cierto que Adele cumplia con su trabajo y que su señora sólo lo hacía cuando le apetecía, pero en eso consistían sus posiciones.
Adele miró a aquel hombre -a sus ojos, un muchacho poco mayor que su sobrino- y levantó mucho el cuello para poder mirarle a la cara.
-Buenas tardes, caballero. ¿Qué se le ofrece?
-El "caballero" ya se marcha Adele -dijo tras ella la voz de Aletheia.
-Señorita...
Sin añadir nada más, la bruja desapareció por la puerta de la derecha del hall, que daba al salón. Y la cerró con un golpe. Con Adele cubriendo el hueco de la puerta no había podido cerrarle la de la calle en las narices, pero no importaba, venía a ser más o menos lo mismo.
Pero Adele, que era ya perra vieja, se limitó a menear la cabeza y dirigirse a Corbin:
-¿Qué le ha hecho para enfadarla, joven? -le sonrió-. No se preocupe, se le pasará. Vuelva mañana. A esta misma hora. Oh, y a la señorita le encantan los croissantes de mantequilla. Son ideales para acompañar la merienda.

por **Corbin Lockwood** Vie Mar 24, 2017 7:24 am

Pues los perros si aparecieron, si. Pasó sus ojos claros por encima de Adele para mirar a Aletheia mientras le echaba como si no fuera otra cosa que una rata. Entreabrió los labios para disculparse, pero no le dio tiempo: El portazo fue realmente contundente. Observó la puerta por donde la orgullosa mujer había desaparecido...Y suspiró. ¿Por qué todo el mundo suponía que él no tenía orgullo? Cerró los ojos, no le sentaba bien alterarse. Se llevó una mano a un costado y se pasó la mano cuando un dolor agudo se instaló en una de las costillas. Miró a la mujer que le atendía aun en la puerta y enarcó una ceja. O sea, que le daban con la puerta en las narices y encima tenía que ir a sobornar a la mujer y a suplicar que le atendiera. Cerró los ojos con firmeza de nuevo y se echó hacia atrás.

Si tuviera dinero para bollos no estaría donde está. Se llevó una mano a la nuca, presionando, porque su vida estaba llenita de gente engreída, no necesitaba a una más.- No voy a volver mañana.- No estaba allí en calidad de puto, estaba como un hombre libre que había decidido ir a disculparse y a explicarle, muy por encima, los motivos de su ausencia, pero si ella se iba a hacer la indignada y agraviada después de la maldita semana que había pasado, entonces él podía ser condescendiente. Se metió en la casa, con todas sus narices, apoyando una firme mano sobre el hombro de Adele para apartarla, sin ser brusco, pero advirtiendo que tenía un tamaño poderoso y que podría usarlo en cualquier momento.- Voy a hablar con ella ahora.- Hizo amago de entrar, Adele al principio no reaccionó, pero luego le exigió que se marchara y se interpuso en el pasillo que le llevaría hasta la habitación por donde la bruja había desaparecido. Corbin intentó pasar sin causar estragos, pero al ver que la mujer no había más que ponerse en medio se inclinó rodeó a la mujer por las piernas y se la cargó al hombro antes de volver a incorporarse.

Se quedó quieto un momento, cuando su cuerpo empezó a lanzar señales de advertencia que recorrieron toda su espina dorsal recordándole que no estaba para trotes, que se estaba abriendo heridas, que estaba forzando heridas a medio curar. Caminó lentamente hasta la puerta que se le había cerrado “en los morros” y la golpeó, con firmeza.- No me de la espalda como si no valiera nada, mujer. Abra o echo la puerta abajo.- Adele pataleaba y golpeaba su espalda, pero no estaba de humor, peores palizas había sufrido.

por **Aletheia Brutus** Miér Mar 29, 2017 9:09 am

Aletheia abrió la puerta para decirle que ésas no eran formas de entrar en una casa decente. No estaba teniendo muy buenos días últimamente y Corbin había tenido la mala suerte de pillarla justo en uno de esos momentos en los que había estado dándole vueltas al maldito Capitán Paine. Así que se le juntó un poco todo, las vueltas que le daba a la cabeza, la rabia que le daba lo que había pasado con Leif, el plantón de Corbin y que ni siquiera se hubiera molestado en hacerle llegar una nota (en ese momento no pensó que si no sabía leer, tampoco podría escribir y tendría que pedire a alguien más que lo hiciera por él.) Se había críado con las costumbres de la alta sociedad, donde todas esas tonterías formales estaban bastante arraigadas. Había relajado muchas de ellas, era cierto, pero todavía seguía siendo una señorita y le gustaba ser tratada como correspondía, con educación.
Quiso haberle dicho que había sido poco cortés de su parte el no haber avisado que no llegaría a la cita, pero no pudo, porque la imagen de Adele encaramada a hombros de Corbin, con lo pequeñita que era ella y lo grande que era él... con las capas de la falda abultadas como si fuera una magdalena del revés... Se echó a reír.
-¡Pero bueno! Es que ya no puede una ni enfadarse en su propia casa -comentó con ese tono de "quiero mostrarme más enfadada de lo que realmente estoy"-. Corbin, haga el favor de dejar a Adele en el suelo. Escucharé lo que tenga que decir, que espero que sea una excusa por haberme dejado esperándole una semana. -Entrecerró los ojos. Había algo extraño en el aura de Corbin, pero no sabía decir qué. Mostraba dolor y cierta hostilidad, o rabia. Pero no lo percibía como algo hacia su persona o aquellos que vivían en su casa. Seguramente Corbin tuviera sus propios problemas, como tenía ella, que estaba a punto de ebullición, pero no se los iba a preguntar, porque no era quién para hacerlo. Lo que sí esperaba -y pensaba que se merecía- era una explicación.

por **Corbin Lockwood** Lun Abr 03, 2017 7:27 am

Corbin no estaba de humor, ni siquiera para escuchar la risa de Aletheia..pero al menos eso le indicaba que no estaba tan cabreada como aparentaba. Cogió aire y frunció el ceño, pero al final dejó a la mujer que pataleaba sobre el suelo, estaba sofocada y hasta se atrevió a “golpear” a Corbin en un brazo antes de marcharse malhumorada quejándose sobre la poca educación, azorada. El hombre vio a la sirvienta marcharse y luego prestó atención a la bruja, que por ese motivo estaba allí. Hizo una mueca apenas perceptible de dolor, sintiendo humedad en el pecho. Bajó un momento la vista para encontrarse con una mancha de sangre que iba expandiéndose hacia los lados de la camisa abrochada hasta el cuello. Se posó una mano, intentando ocultarlo y de nuevo miró a la mujer.

- No tengo ninguna excusa...Hubo..Circunstancias que me impidieron venir, tenía planeado hacerlo. Acabo de empezar a moverme y no sabía que me iba a estar esperando, supuse que..No era tan importante.- Suspiró, aun en el umbral de aquella puerta, porque entrar en una habitación ajena sin permiso era bastante invasivo y ya había cruzado la de la calle sin ningún permiso. No sabía qué decirle, sin explicarle todo lo demás...Y para una persona que no sabía lo que él era..-Pero he venido..¿No es suficiente?

por **Aletheia Brutus** Mar Abr 04, 2017 10:22 am

Aletheia no tenía fuerzas para discutir mucho más. Y Corbin había ido hasta allí y le había pedido disculpas, cuando podía simplemente haberla ignorado. No la conocía y no le debía nada. Así que el hecho de que estuviera allí ya hablaba del tipo de hombre que era más que lo que pudiera decirle. La bruja asintió.
-Es suficiente. Pero ya que ha irrumpido en mi casa a la fuerza, al menos no se quede en el umbral como un pasmarote y siéntese.
Le invitó a pasar a la biblioteca con un gesto. No se había percatado de la sangre en ese primer momento, pero no tardaría en hacerlo y, como era de esperar, la preocupación asomó a su rostro.
-¡Corbin! ¡Oh, cielos, está sangrando!
Se acercó a él y trató de abrirle la camisa para ver la herida. Ella podría ayudarle. Desde que Leif la había "obligado" a hacer magia para él, volvía a picarle en los dedos y casi cualquier excusa era buena para hacer un hechizo.
-No voy a preguntarle qué le ha pasado, pero, por favor, déjeme verlo. Puedo ayudarle.

por **Corbin Lockwood** Mar Abr 18, 2017 1:57 pm

Corbin entró inseguro en la habitación, observó la biblioteca con modestia, después de todo estar rodeado de libros le hacía sentir aun más ignorante. Suspiró y fue a sentarse en alguna parte, levantar a Adele había sobrecargado su cuerpo más de lo que era recomendable, pero en ese momento Aletheia se le echó encima y se puso ligeramente tenso. Odiaba que le tocasen, pero que lo hicieran repentinamente le ponía exageradamente a la defensiva. Se echó ligeramente hacia atrás y se posó la mano sobre la camisa, hasta colocarla sobre la herida que estaba sangrando. No quería ver la cara de esa mujer al ver lo que tenía debajo, no podía olvidar la de Stein cuando despertó de su hechizo, no quería ver la misma expresión también en ella.

Observó el rostro de Aletheia, impregnado de preocupación, era tan inusual verlo que hasta se quedó quieto y bajó la mano. Quería a alguien fuera del burdel, alguien que le viera como Corbin y simplemente eso, no que le tuviera lástima como había sentido Stein o incluso Aveline. Aletheia desconocía su vida, por ese motivo podía permitirse ser cruel con él, al cerrarle la puerta por ejemplo. Suspiró y se giró, cerró la puerta primero, antes de volver donde estaba la mujer. Se mantuvo inmóvil dejando que ella le quitase la camisa si quería, era la primera vez que alguien le desabrochaba los botones con total ausencia de lascivia. Las vendas le cubrían prácticamente todo el pecho y algunas manchas más o menos claras de sangre rompían la limpieza que representaban. Stein ya había hecho lo que había estado a su alcance, curando las heridas y evitando su infección, pero las más graves y profundas se mantuvieron, aunque no habían empeorado. El pecho de Corbin era una macabra obra de arte, a pesar de que lo más impactante ya había pasado, aun había heridas blandas y recientes, así como un hematoma considerable en el lugar donde se le había quebrado la costilla.-..No es algo que una dama debiera ver..

por **Aletheia Brutus** Jue Abr 20, 2017 8:03 am

-Créame, no será lo peor que haya visto.
Porque lo peor que había visto en su vida había sido la muerte de Leon y cómo su cuerpo había quedado destrozado por las garras del licántropo. Una imagen demasiado vívida y que le había hecho tener un miedo atroz a los hombres lobo... Hasta que llegó Leif y dio la vuelta a su mundo.
Apartó la tela y las vendas, se cubrió la boca con la mano al ver las heridas. Y suspiró con decisión.
-Voy a hacer algo que no sé cómo se va a tomar -levantó los ojos hacia los de Corbin-. Algo que puede comprometerme mucho, pero voy a ayudarle, a cambio de su silencio.
La magia no siempre estaba bien vista, a pesar de ser muy útil. Mostrando que era una bruja, se arriesgaba a que Corbin le echara encima a la inquisición. Ella no sabía que Corbin tenía relación con Stein, así que sólo era alguien que podía meterla en problemas. Y aun así... lo hizo.
Cerró los ojos y respiró con profundidad. Dos veces. A abrirlos, mostraba una expresión de concentración. Puso las manos sobre una de las heridas, sin apretar.
-Relájese, le prometo que sólo dolerá un poco.
La magia comenzó a fluir y los bordes de la herida a escocer. No podría eliminar los restos de la lesión, el dolor o la cicatriz, pero sí podía acelerar un poco el proceso.

por **Corbin Lockwood** Jue Mayo 04, 2017 4:27 pm

No lo tenía tan claro, pero teniendo en cuenta que no sabía nada del pasado de esa mujer quién podría saberlo. No era nada ingenuo para suponer que ella era una dama de la alta sociedad sin haber visto mundo. Para empezar era una de las raras, estaba casi seguro de que no encajaba en las reuniones de su clase, más que nada porque ninguna mujer vivía sola, por muchos criados que tuviera y ella solo tenía dos. Tampoco iban al mercado por su propia cuenta y riesgo, y desde luego no se dejaba acompañar por desconocidos de su tipo. Corbin tenía claro que Aletheia era un caso especial y tenía ese brillo en los ojos de quien no es inocente ni ignorante.

Al ver su gesto miró hacia otro lado, sabía lo que estaba mirando e incluso a él le costaba hacer frente a un espejo, no quería ni imaginar lo que sería para alguien más. No le devolvió la mirada, se quedo callado y expectante, podría haberle sorprendido que ella..Practicase magia..Pero no lo hizo tanto como debería. No lo hubiera podido jurar, pero Corbin percibía este tipo de cosas, era bueno notando que algo extraño pasaba, pero desde luego la magia no habría sido su primera opción.

Reconoció la sensación, era la misma que Stein había usado para él. Escocía y era algo totalmente invasivo y agotador, como si su cuerpo se viese obligado a ir a marchas forzadas. El dolor lo aguantaba bien..No se quejó. Volvió a mirar a la mujer cuando terminó la pequeña odisea.- En mi trabajo..Conozco a todo tipo de personas..También a personas como usted.- Dijo, intentando calmar a Aletheia, porque suponía que no era nada fácil confesar que era una bruja..O una hechicera y menos a un desconocido. Suspiró. Tal vez ella se sentía vulnerable por haberlo rebelado.- En realidad..Vendo mi cuerpo....Si se me ocurriera contar algo de esto seguramente me pasarían a mi por la guillotina y no a usted. No se preocupe..

por **Aletheia Brutus** Sáb Mayo 06, 2017 9:25 am

No supo si le había sorprendido más que ejerciera la prostitución o que se lo hubiese dicho con tanta naturalidad. Pero algo en su cerebro hizo "clic" y asintió. Le estaba pagando un secreto con otro secreto. Le estaba dando algo con lo que protegerse si él la delataba. Más aún, le estaba dando una confianza recíproca en que ninguno de los dos iba a hacerlo. O eso le pareció. Esbozó una sonrisa.
-Entonces dejemos que sea un secreto que muera entre estas paredes. Ya que sabe que soy una hechicera, voy a hablarle sin tapujos. Cuando me ofrecí a enseñarle a leer no lo hice únicamente por la satisfacción de ofrecerle una mejora en su vida, que también. Sí que espero algo a cambio, algo de su cuerpo. O, mejor dicho, de su aura. No quiero que se asuste, sé que sonará muy extraño, pero no es en absoluto peligros, ni doloroso. -Cogió aire antes de continuar-. El día que nos conocimos en el mercado hubo algo en su aura que me llamó la atención. Usted es a todas luces humano, sin embargo... en su aura hay un brillo diferente, como hubiera sido tocado por la magia. Algo que no puede apreciarse a simple vista, salvo por aquellos que tenemos ese don. Sólo quiero que me deje leerla. Le prometo que no sentirá nada, ni me meteré en su mente, ni nada parecido. Únicamente quiero saber si es usted algo así como un hechicero dormido.
Levantó los ojos hacia los de Corbin, serena, esperando una respuesta. No necesitaba una compensación en realidad por enseñarle a leer, pero intuía que si no había un pago, aquel hombretón podría sentirse ofendido. No lo hacía por pena, ni siquiera a pesar de saber ahora el tipo de vida que llevaba.
-Le ofrezco iniciar una amistad, si lo desea. Yo le enseñaré a leer si quiere aprender y, cuando nuestra confianza sea suficiente, volveremos a tocar el tema de su aura. Mientras tanto, las puertas de esta casa estarán abiertas para usted. No voy a juzgarle por la posición en la que la vida le ha colocado. Créame, a ojos de esta sociedad hipócrita estamos a la par.

por **Corbin Lockwood** Jue Jun 08, 2017 10:40 am

Empezó a vestirse cuando Aletheia terminó, a pesar de tener la camisa algo manchada de sangre no le importó, estar desnudo tampoco le molestaba, estaba más que acostumbrado, pero abrir su mente y su alma a otra persona..Eso era más incómodo para él que cualquier cosa. Miró a la hechicera, en silencio, serio, intentando descubrir mentira en sus palabras pero no conseguía atraparlas. ¿Aletheia hablaba en serio? ¿Él? ¿Un hechicero? Lo dudaba..Lo dudaba mucho y si lo fuera era un completo inútil, si tuviera poderes, como los de Stein, entonces habría frito los cerebros de la gente hacía mucho tiempo..Aunque eso era una tontería, sabía que tenía fuerza suficiente para romper un cráneo con las manos y aun así nunca había sido capaz de defenderse.

En los sueños que tenía era consciente de sus capacidades, donde una sombra de su propia personalidad salía a destruir las calles de París, a saciar todo los instintos que él no podía en su cuerpo humano e inútil, pero había algo que acechaba, que comía y mutilaba..Y se sentía culpable por sentirse bien, no eran pesadillas, eran sueños que aligeraban un poco la carga a la que su mente y su cuerpo se veían sometidos, pero nunca habría podido decir que tenía poderes.

Tenía mucho más sentido que Aletheia le pidiera algo a cambio, en realidad, aunque se puso tenso cuando habló de su cuerpo y a su mente le vino un aluvión de situaciones. Otra vez no. Apretó la mandíbula mientras ella hablaba y finalmente, volvió a estar algo más relajado, pero no del todo. Se movió sobre un pie y otro, sintiéndose decaído.- No creo que encuentre nada, soy muy corriente señorita..Pero si eso era lo que buscaba puede indagar cuanto quiera, aunque duela..Puedo soportarlo...Pero no busque en mis recuerdos, no es algo que usted, ni nadie, debería ver.

por **Aletheia Brutus** Sáb Jun 10, 2017 3:35 pm

-Sus recuerdos son únicamente suyos y los únicos que yo conoceré serán los que tenga a bien compartir conmigo en nuestras charlas. Eso nos lo dirá el tiempo, igual que lo que pueda o no traer su aura. Hasta entonces, tendremos que limitarnos a los libros y a estos pequeños secretos que ya nos guardamos. La confianza mutua es una gran base para una amistad, sr. Lockwood.
Quizás estaba cometiendo un error al meter a ese hombre en su casa, sin conocerlo de nada. Pero estaba muy harta de tanta estúpida regla. A nadie le importaba lo que pasaba de sus puertas para dentro. ¿Por qué tenía que ser inapropiado que viviera sola y recibiera las visitas de un amigo? Después de los días que había pasado con ese lobo, después de haber visto la libertad en sus ojos, después de haber probado de sus labios el sabor de la rebeldía y sentir el estallido de la magia en sus venas, no quería volver atrás, no quería seguir siendo la aburrida señorita Brutus. Así que iba a hacer lo que le naciera en cada momento y, en ese en concreto, lo que le nacía era tenderle la mano a ese hombre. Quizás porque ella se vio una vez perdida y necesitando a alguien que le ofreciera una puerta a algo mejor. Eso quería ofrecerle a Corbin. Una puerta abierta.

por **Corbin Lockwood** Mar Jun 20, 2017 2:46 pm

Corbin suspiró, pero ante eso no había nada que decir, no tenía motivos para rechazar a Aletheia, menos después de que le intentase "arreglar" y la verdad era que había funcionado, pero no se sentía por la labor de contarle todo lo que había pasado, era mejor guardar lo máximo para sí mismo. Tal y como Aletheia dijo, lo mejor era ir poco a poco, una amistad comenzaba por un acto de fe, de confiar en un desconocido, tenían tiempo para conocerse y ya habían dado el primer paso.- Tiene usted razón, señorita. Al menos puede estar segura de que nunca la juzgaré.- Porque quién era una puta para decir nada sobre cómo decidían otros vivir su vida.- Preferiría volver otro día, a que indague en mi mente, ahora mismo creo que..Estoy demasiado sensible y podría pensar en cosas de las que no quiero hablar. A leer no tengo problema, pero estoy cansado, solo quería venir a pedirle disculpas por no haber podido acudir a la cita, eso es todo.- Y se había ido con una amiga, eso era demasiado nuevo para él, pero curiosamente se sentía cómodo con la bruja, no sentía que fuera una mujer malvada..Aunque si con su par de....Bien puestas, pero eso no le parecía nada negativo, dadas las circunstancias.

- Será mejor que me vaya, de momento, volveré mañana..¿A la misma hora le parece bien?-Esperó una respuesta, luego se despidió y salió, al llegar al burdel realmente estaba agotado.

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Días después.

Corbin se encontraba sentado mirando el libro para críos, se había decepcionado al principio pero usando la lógica, qué más podía esperar, si apenas distinguía las diferentes letras, aunque se esforzaba y se concentraba, era un hombre bastante callado así que si Aletheia no iniciaba una conversación él no solía hacerlo, sin embargo estaba más disperso de lo normal, distraído, como si su mente divagara en muchas cosas y no precisamente en loq ue le pasó al patito feo.

por **Aletheia Brutus** Miér Jun 28, 2017 6:33 am

Habían empezado aquella extraña amistad cimentada sobre líneas impresas, sobre palabras sencillas que iban dando forma a historias infantiles. Aletheia había enseñado a Corbin cada letra y sus sonidos, sus combinaciones, las palabras más básicas y le había abierto la puerta a los libros. Cada página que avanzaba reforzaba sus conocimientos. La bruja le dejaba su espacio y su ritmo. Cuando acababa un libro, lo comentaba con él, para conocer sus avances, para saber sus intereses y buscar el siguiente tomo.

Ese día, cuando ya llevaban más de un mes con aquella rutina, Aletheia parecía también distraída. Dos días antes había salido de dudas acerca de lo que ocurría en su cuerpo. Y ahora no tenía muy claro cómo proceder. Estaba nerviosa, su vida había dado un giro inesperado y no sabía cómo enfrentar su nueva situación. Un hijo... un hijo de Leif. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo iba a enfrentearse ahora al mundo, sola, con un hijo bastardo, con todo lo que eso le acarrearía de cara a la sociedad? Suspiró, como llevaba haciendo toda la tarde.

-Voy a ser madre -soltó así, sin más, como si ponerlo en palabras fuera una liberación. En cierto modo, lo era. Sabía -o quería creer- que Corbin no la juzgaría por ello, que sería alguien que vería más allá de las apariencias o de los convencionalismos sociales. Además, si estaban construyendo una amistad sobre la mutua confianza, aquel era un paso más-. Y estoy tremendamente asustada por ello. Ni siquiera sé cómo decírselo a mi familia. -Miró al hombretón unos segundos-. Necesitaba decirlo, sólo eso. Todas las personas de mi casa lo saben. -Adele, Loui y Brianna. Y seguramente la pequeña Elaine-. Sólo faltabas tú.

por **Corbin Lockwood** Jue Jul 13, 2017 7:22 pm

Corbin había encontrado tranquilidad en aquellos libros, además de sabiduría, descubría cosas que no conocía y eso le llenaba por dentro, como si algo en su mente que había estado dormitando fuera consciente de que podía tener vida y avanzar. A veces se sumergía tanto en la lectura, se concentraba tanto, que no era consciente de nada más. No pensaba en su vida en el burdel, ni en su complicada relación con Faith y recientemente con Stein..Aun no tenía ni idea de cómo iba a afrontar los nuevos sentimientos, pero todo eso se había quedado atrás mientras pasaba de página. Los libros le distraían, le alejaban de su mierda de vida, le relajaban..

Levantó la vista del libro, toda concentración desvanecida en cuanto escuchó las palabras mágicas. Bebés. A él le daban una tremenda urticaria..En su mundo solo eran complicaciones, la mayoría intentaban cortarlos de raíz antes de que aquello fuera irremediable, los hombres tenían ahí cierta ventaja, pero no sería la primera cliente que se acercaron un churumbel reclamando las consecuencias o..peor aun, dejándolo en el burdel. Lo primero que pensó fue..Que Aletheia estaba soltera o viuda, porque él no había visto a ningún otro hombre por allí y estaba más que completamente seguro de que suyo no era..No pudo evitar observarla, no le importó ser el último de la casa en enterarse. Cerró el libro, estaba centrado en ella en esos momentos.- ..Si el padre no se hace responsable..Puedes decir que fuiste violada, pero eso tampoco devolverá tu reputación aunque no te la quitará del todo..Si..No quieres quedarte con la criatura..-Suspiró.- No lo dejes en la calle..Es mejor que lo mates.- Lo dijo por experiencia, él hubiera preferido morir que ser usado por su madre y vendido de aquella forma. Matarlo hubiera sido mucho más humano por parte de su madre y él jamás se lo habría reprochado. No le gustaban los niños, pero tenía demasiado corazón como para ver algo tan inocente cayendo en semejante destino.- O que lo dejes con alguna familia que no pueda tenerlos...-Suspiró mirando a la mujer.- Me haría responsable de él, pero no creo que ser hijo de una puta facilite las cosas..A no ser que quieras que me lo lleve conmigo..Que o es nada recomendable. No tengo ni idea de niños. Ni de familia. Ni de hogares. En general. Y no podría darle una vida digna.

por **Aletheia Brutus** Sáb Jul 15, 2017 5:41 am

-El padre no lo sabe. Y realmente no tengo claro si debería o no decírselo. ¡No pienso matar a mi hijo! Es sólo que... bueno... todo ha sido demasiado inesperado y no sé cómo voy a encarar todo lo que va a venir.
Suspiró. Muchas ideas llevaban dando vueltas en su mente desde que lo había sabido. Qué hacer, cómo darle la noticia a sus padres, si debería o no decírselo a Leif.
Sabía que "la sociedad" iba a ser tan hipócrita como siempre y la iban a tildar de fresca y de moral relajada, igual que antes de saberlo la tildaban de solterona, comentaban que no había hombre que aguantara su carácter o que ningún varón se atrevía a casarse con ella porque su prometido había sido asesinado en extrañas circunstancias, mientras que ella había salido ilesa de ese episodio.
Ilesa...
Su padre le había hecho llegar alguna propuesta de matrimonio en aquellos años, pero ninguna le había parecido adecuada. ¿Cómo iba a parecérselo, si sólo le ofrecían un papel firmado, un cambio de apellido y un acuerdo comercial en el que ella era la moneda de cambio para asegurar posiciones, relaciones, acuerdos? ¡Ella quería amor! Era lo que había tenido con Leon y, mientras pudiera tener opciones, no se conformaría con menos. Sin embargo... ahora iba a tener un hijo y debía pensar en él. En darle una familia, un apellido. Que no fuera un bastardo.
Meneó la cabeza, desechando ese pensamiento. Lo sería de todos modos, salvo que el destino fuera generoso y uniera su camino al de Paine. Oh, cuánto lo esperaba, cuánto fantaseaba con ese final en la soledad de su alcoba, antes de dormir, soñando despierta con ese maldito pirata que había sacudido los cimientos de su mundo y la había dejado allí para recoger los pedazos.
-Te agradezco la oferta, Corbin, pero sé que te traería más problemas que alegrías y no pienso hacerte pagar a ti mis errores. Sólo quería que lo supieras, porque eres de las pocas personas en que puedo confiar algo así. Y porque las lenguas en esta ciudad van demasiado rápido la mayoría de las veces y es posible que más de uno crea que vienes a esta casa a más que a disfrutar de los libros.
Agarró un croissant de la bandeja que Adele les había llevado un rato antes y le dio un bocado. La ansiedad le daba hambre. Al menos tenía claro que para ella ese hijo era bienvenido. No iba a aferrarse a la utopía de considerarlo un regalo del cielo, porque no lo era. Ese niño traería consigo muchas tensiones, muchos comentarios, mucho rechazo y, posiblemente, un importante drama familiar en Perpignán. Pero si pudo superar la muerte de Leon, podría superar unos cuantos comentarios malintencionados. Y más cuando su motivo para ello era alguien a quien ya quería sólo por saber que existía.

por **Corbin Lockwood** Jue Jul 20, 2017 2:35 pm

No comentó nada a cerca de sus decisiones, pero en el fondo se alegraba. Aletheia era buena persona, seguro que sería buena madre, solo esperaba que no acabase igual que la suya, rechazada por la sociedad, por su propia familia, por el hombre que le dejó preñada y le dejó en la más absoluta ruina. Si en su mano cabía, Aletheia no acabaría de ese modo, aunque tuviera que esforzarse el doble por conseguir cliente y poderles mantener, esperaba que el bastardo irresponsable sacara los huevos para algo más que para preñar a la noble. Suspiró y asintió con la cabeza.- Las cosas no van a ser fáciles, entiendo que no quieras ese tipo de chismorreos y menos cuando el asunto..-Miró el vientre de la bruja antes de devolver sus ojos claros hacia su rostro.-..Se note. Si quieres puedo alejarme un tiempo, no me importará, volveré cuando la cosa se haya calmado.

La dignidad era una parte secundaria de su vida, ya poca le quedaba y desde luego podía perder el orgullo si era por la única amiga que tenía. Le había ayudado a aprender a estudiar, creía que él servía para algo más que para el burdel y nunca le había juzgado o hecho de menos por ser quien era..Apreciaba a esa mujer y le pondría las cosas tan fáciles como pudiera.-...¿El padre..te gusta? Lo pregunto porque..podríais casaros y se acabó el asunto.

por **Aletheia Brutus** Sáb Jul 22, 2017 7:07 am

-Es un poco más complicado que eso, Corbin. Los hombres como él no se casan con mujeres como yo. De hecho, casi sería más apropiado decir que los hombres como él no se casan. Y no usaré a mi hijo para obligarle a hacerlo.
Suspiró y repitió una vez más la letanía que se repetía a sí misma a menudo, para convencerse de que era la verdad.
-Sólo fue un desliz. Fui una inconsciente y estas son las consecuencias. Pero por nada del mundo voy a trasladárselas a mi hijo. No va a crecer con un padre que no lo desea o que no me desea a mí. He visto el resultado de ese tipo de matrimonios muchas veces y siempre acaban en infidelidades, en llantos a solas, en mujeres destrozadas, hombres arrepentidos de sus errores e hijos viviendo con la idea de que ellos fueron los causantes de todo. Para, al final, acabar repitiendo esos errores. No. Me niego. Criaré a este hijo sola si hace falta. Recibirá el amor de su madre y de todos aquellos que permanezcan a mi lado sin ser obligados. Me esforzaré para que sea un buen hombre. Y, si alguna vez me pregunta por su padre, le diré la verdad, que el viento lo trajo y el mar se lo llevó, que siempre fue libre y que tanto él como yo nos merecíamos a alguien que se quedara a nuestro lado para amarnos, no para tapar un error. Puede que mi encuentro con el padre lo sea a ojos de otros, pero mi hijo no es ni será nunca algo de lo que avergonzarme.
Sin embargo, Corbin ya la iba conociendo y podría entender bajo aquellas palabras que sí, que su deseo más profundo era tener al padre de su hijo a su lado.

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