Merodeando {Privado}

por **Leonor Carmilla** Dom Mar 12, 2017 5:59 pm

Me apetecía buscar algunas sustancias naturales que necesitaba para realizar algunos métodos nuevos de investigación antigua. Caminaba por los parajes del lugar en completo silencio y obscuridad, algunas plantas yacían muertas y secas cerca de mi, la única voz que se escuchaba susurrar era la del viento frío, el crujir de las hojas y ramas caídas por el sendero me hacía sentir como una salvaje a pies descalzos.

Sentí algunas visiones alcanzar mi tranquilidad, imágenes que venían a mi mente casi como pesadillas, esas energías siempre estaban ahí a mi alrededor vigilando mi caminar, robándome muchas veces las energías, era una lucha constante de interior, siempre aguardaba fuerzas para algo más…

Mi misión era encontrar esas sustancias y luego me iría a casa, no podía dejar profanarme por aquellos espectros, este bosque siempre estaba lleno de voces, tantas que podrían aturdir la mente, dejarte sordo tal vez, las almas en pena siempre buscan consuelo en un ser aún más sensible que ellos, es por eso que podía percibir estas cosas. Soy mitad mujer, mitad bestia...
Aunque sin dudar, yo estaba irrumpiendo entre su hábitat, entre su territorio, es por eso que tenía que salir de allí cuánto antes, con las cosas que necesitaba.

De pronto otra energía se percibía en el aire, era otro ser en vida como yo, materializado en el bosque. Una persona.

Le divisé a lo lejos entre el manto nocturno, podría llegar a percibir la debilidad de sus emociones, quizás alguien tan solitario como yo, alguien tan intruso como yo. Su esencia se mezclaba con el aire. No pude percibir su aura debido a la distancia, pero verle allí en el estanque me hizo recordar que cerca de allí también había una sustancia que necesitaba extraer, por lo que tuve que acercarme de igual manera…

-Disculpe, espero no importunarle, pero usted está pisando una hierba que necesito extraer…- le dije a esta persona, con una mirada seria pero con la voz más amable que podría salir de mí para no asustarle.

Si llegase a preguntarme por qué he de extraer la hierba, tendría que verme en la necesidad de inventar alguna mentira para salir del paso…

por **Cesare Borgia** Sáb Abr 01, 2017 10:20 pm

Un nigromante iba siendo anotado, estaban siendo vigilados por inquisidores y cazadores, lentamente hasta saber sus movimientos desde los más íntimos hasta los más comunes, con tal de preparar la trampa perfecta, ya no estaban solo ellos, ahora estaban rodeados de inquisidores que les querían solo llevar a la hoguera.

La noche llega y aquel hombre sale, ¿su atuendo de cardenal? No, sale con su atuendo normal de cualquier hombre o caballero, así nadie sospecharía que una Eminencia esta en Francia para realizar un juicio de brujas. El viaje toma más de lo esperado, una, dos, tres semanas casi un mes y eso sin descansar mucho, solo para que los caballos descansen y beban agua, una que otra noche sus amos, pero de ahí la urgencia de llegar era por acabar con las dudas que se habían sembrado en Paris por aquella cacería y muerte (bueno no habían dejado cadáveres sino que los había hecho una pira humana) y eso había levantado más sospechas.

La reunión sería en medio del bosque, pero su eminencia dudaba mucho de aquel tipo, mismo que había sido anteriormente azotado por su imprudencia y falta de decoro dentro de las misiones. Llegó antes de la hora acordado esperando aguardando con la mano en el mango de su espada y esos ojos cerrados percibiendo los movimientos de aquel bosque. Aquella cruz se desplaza por la túnica negra que oculta al hombre tras la máscara de su eminencia. El sonido de una voz así como unos movimientos hacen que su Eminencia tome su espada apuntando al extraño que resulta ser una mujer.

Su mirada bajó para ver las flores que la mujer hablaba, enarcó una ceja estrechando los ojos observándola guardando la espada –¿Es acaso usted una hechicera, madame?–…enarca la ceja preguntando a la mujer a la que estudia de pies a cabeza en silencio aguardando su respuesta –Solo las brujas buscan plantas o hierbas en el bosque a estas horas para sus conjuros y maleficios ¿Acaso es una adoradora de demonio?– no mueve su pie de aquella hierba más bien la pisa con mayor fuerza retorciéndola hasta que quede marchita e inservible. Al menos hasta saber la verdad, más que nada por aguardar la espera de aquel hombre al que debía encontrarlo en ese lugar para dar las explicaciones de lo ocurrido en Paris hacía varias lunas atrás.

La mujer no parecía ser parte de ello, pero no podía confiar del todo más cuando sabía del odio que albergaba su subordinado.

por **Leonor Carmilla** Dom Abr 02, 2017 2:29 pm

Una brisa del viento azotó mi cabello azabache ocultando una parte de mi rostro, mirando a la persona a través de mis ojos negros bastante agudos en su color, y mi cuerpo se tensaba al ponerme a la defensiva tras la arrogancia del caballero y su espada. Menos mal que después la bajó, porque por lo pronto se hubiese desatado una pelea de la cual después de unos cuántos golpes con mi fuerza sobrenatural le hubiera dado muerte al humano, seguramente. Parecía un hombre con clase, nada que ver en comparación a mi natural presencia. Mi cuerpo aguardado en un vestido de tela fina, en color blanco y lo bastante suelto de poca novedad que seguramente me haría parecer como una chiquilla perdida desde hace meses en el bosque.

El hombre me miró enarcando una ceja, tras hacerme sus pertinentes preguntas. Supe entonces que se dedicaba a cazar, hechiceros y quizás cuantas otras criaturas, pertenecía al estado de la iglesia y tenía una misión que cumplir esa noche, quizás. Su aura me lo decía todo, era un hombre rígido que parecía demostrar que nada ni nadie lo podrían echar abajo. Me sorprendí… pues claro, me había dado cuenta que vestida como andaba, y haciendo aquel curioso experimento en el bosque, fácilmente podía pasar como una bruja. Pero no era así, yo no era una bruja pero sí sabía de antigüedades y ciencias ocultas, así mismo como de medicina natural, en dónde encontré la mentira perfecta.

-No Monsieur, no soy una bruja ni tampoco conozco demonios. Solo vengo por medicina natural, para heridas corporales. No me alcanza el dinero para ir a un hospital a curarme, y cuando yo vivía en el campo allá por los años aprendí acerca de medicinas naturales. Como esas hierbas que acaba de pisotear.- le dije con voz firme, pero en un tono educado y de buen ver.

Luego continúe contemplando al hombre, mientras traté de peinar mi lacio y largo cabello en lo posible, y arreglarme un poco el vestido para mejorar mi presentación ante el hombre y así disipar sus sospechas acerca de mí. Como dije anteriormente, interesada no estaba en empezar una guerra que quizás duraría unos cuantos minutos. No solté una sonrisa, pero mi serenidad era un don que mostraba confianza. Exhalé mirando hacia los alrededores, intentando hallar otra zona en donde se podría dar la planta pero seguramente transformada en licántropo rastrearía mucho mejor.

-Mi nombre es Leonor Carmilla. Si le preocupa a usted que una mujer se adentre en el bosque a buscar un espacio de cura y relajación, seguramente debería conocer más mujeres.- dije en un tono sereno y sarcástico a la vez soltando una pequeña risilla. El timbre de mi voz era suave que casi podía mimetizarse con el viento, como si tuviera la capacidad de cantar dentro de él, ya que la acústica del bosque era muy diferente a la de la ciudad.

-¿Y usted? ¿Quién es?...- pregunté sin titubeos, porque el humano ya no me causaba temor ni mucho menos había paralizado mis sentidos, me destensé completamente peinándome un poco el cabello observando y contemplando, aun cuando la compañía de ese hombre no me convencía aun de ser grata. Mientras no invadiera mi territorio o mi espacio, el hombre estaba a salvo y no era Dios quien lo mantenía a salvo.

por Contenido patrocinado

Merodeando {Privado}

Merodeando {Privado}

Re: Merodeando {Privado}

Re: Merodeando {Privado}

Re: Merodeando {Privado}