AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
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¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Remoloneé en la cama durante unos minutos, sintiendo como los cálidos rayos de sol del mediodía se colaban por las contraventanas que no había sido capaz de cerrar al acostarme. Me sentía como si hubiese descansado durante todo un día, aunque en realidad mi noche de caza en el puerto había terminado solo hacía unas horas. Sin duda había sido un sueño de lo más reparador, pues en cuestión de minutos me había recuperado satisfactoriamente del encuentro en el muelle con los neófitos y...¿Él?
De un salto me quedé sentada en la cama, aturdida y desconcertada como nunca antes me había sentido. Frotando mis ojos para terminar de despertar, traté de recordar todo lo que había pasado la noche anterior, ¿o habían sido dos noches? Sacudí la cabeza sin comprender porque me resultaba tan complicado recordar lo sucedido. Necesitaba un café bien cargado; de eso si estaba segura. Colocándome en pie, me acerqué hasta la ventana, abriendo ésta de par en par con el objetivo de que el aire fresco conseguiese centrarme un poco. Sacando una pierna al exterior, me quedé sentada sobre la madera. Bien, vayamos por partes, pensé.
La noche anterior, o tal vez hacía dos noches, ahora no lo tenía muy claro, había salido de caza. Esa noche me había dirigido al puerto para cumplir con una misión suicida, matar a un inmortal que tenía un extraño negocio en el que trapicheaba con humanos como alimento. Esta parte era la única que recordaba con nitidez, puesto que los recuerdos de lo que ocurrió a continuación se disipaban de forma extraña. No conseguía centrar mi mente en esa noche, y todas las imágenes que venían a mí eran mezcla de un extraño sueño en el que terminaba desnuda en una habitación junto al inmortal, y la sensación de haberlo vivido en realidad. Mi estómago se revolvió, y las nauseas por el recuerdo de lo sucedido en el sueño afloraron hacia mi garganta.
Dirigiéndome hacia mi mesilla de noche, tomé el vaso de agua y bebí despacio. Posiblemente me había dado un golpe en la cabeza y por eso mi confusión; por eso el estar mezclando fantasía y realidad. Pero entonces, ¿quién me había llevado hasta mi habitación en el hostal? No recordaba tampoco haber vuelto por mi propio pie. Cada vez todo era más sub realista. ¿Y si había sido drogada con alguna sustancia y por eso no diferenciaba una cosa de la otra? Negué una vez más con la cabeza; esa noche no había tomado nada.
Avancé hasta el lavabo, quitándome la camisola tras abrir el grifo de agua fría para refrescarme la cara. ¿Qué pasó después de que los neófitos me atacasen? Entonces la vi. Una marca de colmillos en mi cuello; marca que parecía haber sido realizada varias semanas atrás por su cicatrización, pero de la que estaba segura que no llevaba antes de marchar a esa extraña misión. Pasé mis dedos con suavidad por las marcas, frunciendo el ceño para recordar como me las habían hecho. Entonces como si hubiese atravesado un portal mágico, el rostro el inmortal apareció frente a mí, y no solo eso, sino que ese sueño que apenas podía rememorar, se hizo nítido. No solo me había salvado de los neófitos, también me había curado mis heridas. Recordé estar desnuda en la cama al despertar después de que él me curase, como sus labios recorrieron mi cuello entre besos y caricias. Cerré los ojos, dejándome llevar por el recuerdo de ese sueño tan real. Sintiendo el éxtasis al ser mordida por él cuando nuestros cuerpos se fundieron en uno y le permití llegar a una parte de mí que ningún otro hombre había tocado jamás.
Abrí los ojos de golpe entre jadeos, con el corazón acelerado y hasta con el sabor de su piel en mi boca. No podía haber sido un sueño, los sueños no eran tan reales. Podía sentir un ligero entumecimiento en mi bajo vientre, señal inequívoca de que esa noche, y contra todo pronóstico, le había entregado mi virginidad al vampiro que quería matar. Aunque eso no era lo más extraño de todo, lo peor era que sentía la necesidad de volver a verle, de besar sus labios de nuevo.
Todavía quedaban unas horas para que anocheciese, pero en cuando la oscuridad inundase las calles de París, saldría a buscar a ese inmortal que me había robado algo más que mi inocencia.
De un salto me quedé sentada en la cama, aturdida y desconcertada como nunca antes me había sentido. Frotando mis ojos para terminar de despertar, traté de recordar todo lo que había pasado la noche anterior, ¿o habían sido dos noches? Sacudí la cabeza sin comprender porque me resultaba tan complicado recordar lo sucedido. Necesitaba un café bien cargado; de eso si estaba segura. Colocándome en pie, me acerqué hasta la ventana, abriendo ésta de par en par con el objetivo de que el aire fresco conseguiese centrarme un poco. Sacando una pierna al exterior, me quedé sentada sobre la madera. Bien, vayamos por partes, pensé.
La noche anterior, o tal vez hacía dos noches, ahora no lo tenía muy claro, había salido de caza. Esa noche me había dirigido al puerto para cumplir con una misión suicida, matar a un inmortal que tenía un extraño negocio en el que trapicheaba con humanos como alimento. Esta parte era la única que recordaba con nitidez, puesto que los recuerdos de lo que ocurrió a continuación se disipaban de forma extraña. No conseguía centrar mi mente en esa noche, y todas las imágenes que venían a mí eran mezcla de un extraño sueño en el que terminaba desnuda en una habitación junto al inmortal, y la sensación de haberlo vivido en realidad. Mi estómago se revolvió, y las nauseas por el recuerdo de lo sucedido en el sueño afloraron hacia mi garganta.
Dirigiéndome hacia mi mesilla de noche, tomé el vaso de agua y bebí despacio. Posiblemente me había dado un golpe en la cabeza y por eso mi confusión; por eso el estar mezclando fantasía y realidad. Pero entonces, ¿quién me había llevado hasta mi habitación en el hostal? No recordaba tampoco haber vuelto por mi propio pie. Cada vez todo era más sub realista. ¿Y si había sido drogada con alguna sustancia y por eso no diferenciaba una cosa de la otra? Negué una vez más con la cabeza; esa noche no había tomado nada.
Avancé hasta el lavabo, quitándome la camisola tras abrir el grifo de agua fría para refrescarme la cara. ¿Qué pasó después de que los neófitos me atacasen? Entonces la vi. Una marca de colmillos en mi cuello; marca que parecía haber sido realizada varias semanas atrás por su cicatrización, pero de la que estaba segura que no llevaba antes de marchar a esa extraña misión. Pasé mis dedos con suavidad por las marcas, frunciendo el ceño para recordar como me las habían hecho. Entonces como si hubiese atravesado un portal mágico, el rostro el inmortal apareció frente a mí, y no solo eso, sino que ese sueño que apenas podía rememorar, se hizo nítido. No solo me había salvado de los neófitos, también me había curado mis heridas. Recordé estar desnuda en la cama al despertar después de que él me curase, como sus labios recorrieron mi cuello entre besos y caricias. Cerré los ojos, dejándome llevar por el recuerdo de ese sueño tan real. Sintiendo el éxtasis al ser mordida por él cuando nuestros cuerpos se fundieron en uno y le permití llegar a una parte de mí que ningún otro hombre había tocado jamás.
Abrí los ojos de golpe entre jadeos, con el corazón acelerado y hasta con el sabor de su piel en mi boca. No podía haber sido un sueño, los sueños no eran tan reales. Podía sentir un ligero entumecimiento en mi bajo vientre, señal inequívoca de que esa noche, y contra todo pronóstico, le había entregado mi virginidad al vampiro que quería matar. Aunque eso no era lo más extraño de todo, lo peor era que sentía la necesidad de volver a verle, de besar sus labios de nuevo.
Todavía quedaban unas horas para que anocheciese, pero en cuando la oscuridad inundase las calles de París, saldría a buscar a ese inmortal que me había robado algo más que mi inocencia.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 13/11/2016
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El poderoso inmortal había regresado a su mansión donde veía que la cantidad de acólitos a su causa aumentaban con cada noche que pasaba, había escuchado sobre la llegada de uno de sus hijos mas viejos aquel que antaño abrazara a la inmortalidad en su antiguo hogar conocido como babilonia aquel imperio que el ayudo a forjar con su sangre y siervos, para luego le traicionaran y terminara destruyéndolo todo por eso no sobrevivió mas que un tiempo mortal, ahora mismo el se encontraba sentado en el trono de su castillo con sus ojos levemente cerrados, esperaba que la noche llegara para salir a ajustar unas cuentas, un grupo de vampiros de una edad media habían estado abusando con ciertos humanos que estaban bajo la protección del milenario, así que en vez de enviar a uno de sus sicarios decidió hacerlo personalmente para que sirviera de ejemplo a las demás pandillas vampiricas que si se metían con uno de los suyos pagarían su insolencia con sus propias manos, antes de levantarse y marchar a su carruaje el cual ya estaba listo, escucho el leve latido del corazón de una de sus mas preciadas hijas que bajando la vista menciono.
-Padre, la cazadora saldrá en su búsqueda que desea que haga...
Este no pudo evitar sonreír se había divertido grandemente con aquella chica cazadora y no esperaba menos luego de a ver jugado con la mente de ella y hacerla ver las cosas por la mitad, incluso hacerla dudar de la existencia de aquella noche la joven quería respuestas y el se las daría, habría súbitamente los ojos dejando ver el destello de sus ojos rojos y se pronuncio.
-Guiala hacia mi esta noche...
La mujer dejo sus vestimentas en el suelo transformandose en un felino, parecido a una pantera para saltar sobre una de las ventanas y luego mirar de nuevo a su señor, ver como este tenia sus ojos rojos como la misma sangre y abandono el lugar a cumplir su encargo.
El se encamino luego de unos minutos junto a su bastón hasta el carruaje, encaminándose hacia los barrios mas bajos de parís donde era que se encontraba esta pandilla que al parecer, se creía la gobernadora del lugar y haría lo que quería, no se había cruzado con vampiros antiguos y algo que Kenner les dejaría claro que había sido su peor y ultimo error en esa noche, los últimos rayos de sol daban sobre la tierra cuando el carruaje arranco hacia esa dirección, las cortinas protegían al milenario que se encontraba tranquilamente a la espera de llegar al lugar.
-Padre, la cazadora saldrá en su búsqueda que desea que haga...
Este no pudo evitar sonreír se había divertido grandemente con aquella chica cazadora y no esperaba menos luego de a ver jugado con la mente de ella y hacerla ver las cosas por la mitad, incluso hacerla dudar de la existencia de aquella noche la joven quería respuestas y el se las daría, habría súbitamente los ojos dejando ver el destello de sus ojos rojos y se pronuncio.
-Guiala hacia mi esta noche...
La mujer dejo sus vestimentas en el suelo transformandose en un felino, parecido a una pantera para saltar sobre una de las ventanas y luego mirar de nuevo a su señor, ver como este tenia sus ojos rojos como la misma sangre y abandono el lugar a cumplir su encargo.
El se encamino luego de unos minutos junto a su bastón hasta el carruaje, encaminándose hacia los barrios mas bajos de parís donde era que se encontraba esta pandilla que al parecer, se creía la gobernadora del lugar y haría lo que quería, no se había cruzado con vampiros antiguos y algo que Kenner les dejaría claro que había sido su peor y ultimo error en esa noche, los últimos rayos de sol daban sobre la tierra cuando el carruaje arranco hacia esa dirección, las cortinas protegían al milenario que se encontraba tranquilamente a la espera de llegar al lugar.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 400
Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Me había pasado todo el día recorriendo la habitación del hostal cual tigre encerrado, repasando una y otra vez los recuerdos de la noche anterior, o al menos los pocos que tenía claro que eran reales ¿o debería decir dos noches? Negué con la cabeza, empezar de nuevo con las dudas y sopesar lo que era o no real no me llevaría a ninguna parte más que a entrar de nuevo en un bucle de preguntas sin respuesta. Tenía que encontrar a ese inmortal de mis sueños, solo él podría aclararme lo que había sucedido. Claro que si de por sí encontrar a un vampiro en particular era una osadía, y lo decía por experiencia ya que después de varios meses no había dado con el asesino de mi padre, esperar que quisiese ayudarme a cubrir esas lagunas con información era como asumir que los cerdos podían volar.
Cuando el ocaso llegó por fin a la capital francesa, me vestí con mi atuendo acostumbrado para salir de caza, armándome hasta las orejas en una noche que presentía de lo más movida. Mientras colocaba las estacas y dagas de plata en mi cinturón, me dio la sensación que me faltaban unas cuantas, lo cual era extraño porque después de una cacería acostumbraba a recogerlas, al menos la mayor parte de ellas. Busqué hasta por debajo de la cama y tampoco estaban allí. Recordaba que mi espada bastarda se había quedado inservible por algún motivo que era incapaz de rememorar, pero aún así, me faltaban armas. Me encogí de hombros mientras ataba a mi espalda la espada de mi padre, y aunque mi intención era usarla solo contra su asesino, no podía permitirme el lujo de comprarme más armas. Finalmente, cubriendo todo el arsenal que llevaba sujeto a mi cuerpo con un abrigo largo, salí del hostal rumbo al centro de la ciudad. Allí esperaba encontrar pistas sobre ese inmortal, que si era cierto el poder que me habían contado que ostentaba antes de aceptar la misión de darle caza, debía ser conocido en ciertos antros donde los negocios más turbios tenían lugar.
Minutos después, cuando mis pasos me habían llevado hasta el primer lugar por el que decidí empezar a buscar y que no era otro que donde había comenzado todo, el puerto, presentí que algo o alguien me observaba. Me giré un par de veces, esperando encontrarme con el dueño de esa ilusión, pero en cada uno de los intentos no conseguí ver nada. Poco después, y valiéndome de los recuerdos de los que estaba segura, terminé situada bajo la misma farola donde lo vi por primera vez. Me acuclillé para buscar alguna pista que me hiciese recordar, lo que fuese sería mejor que nada. Practicamente gateando recorrí el frío asfalto hasta que dí con algo, una cantidad considerable de sangre seca, y para mi sorpresa, mi bastarda convertida en pequeños trozos de metal inservible. Me quedé de rodillas, sentada sobre mis talones mientras observaba con atención lo que antes había sido mi espada, ¿qué podía haberla cortado de forma tan limpia? Desconocía que tipo de metal podía haberla inutilizado de esa forma sin dejar muesca alguna. Me hallaba mirando todavía el corte de la espada al trasluz de la farola, cuando unos enormes ojos aparecieron en mi campo de visión.
Con cuidado de no provocar en ese ser la tentación de convertirme en su cena, dejé el metal en el suelo y me levanté despacio. Suspiré contrariada cuando el animal siguió acercándose a mí y pude comprobar que se trataba de una pantera. ¿Una pantera en el puerto de París? Durante unos segundos pensé que podía ser que se hubiese escapado de algún carguero que transportaba animales, pero no parecía que el felino en cuestión quisiese atacarme, así que opté por la segunda opción, más inverosímil todo sea dicho, pero después de todo ¿quien era yo para juzgar los extraños seres que habitaban la tierra cuando cada noche salía en busca de vampiros y hombres lobo? Si no me equivocaba, esa pantera podía tratarse de un cambiante, como el que semanas atrás me encontré en el bosque; claro que éste si quería comerme. Sonreí recordando el momento en cuestión y tras dirigirle una última mirada al animal, me alejé de allí con calma, comprobando como minutos después la pantera ya no se encontraba a la vista. ¿Sería esa la presencia que había sentido?
La siguiente parada que tenía pensada para esa noche era un antro no muy lejano donde sabía que toda clase de criminales y algún que otro vampiro problemático acostumbraban a dejarse lo poco que habían ganado robando o matando en litros y litros de alcohol. Estaba a punto de alcanzar el pomo de la puerta, cuando de nuevo la pantera apareció y se interpuso en mi camino. En ese momento en que su mirada se cruzó con la mía, juro que me costó un esfuerzo sobrehumano no orinarme encima, así que de nuevo reculando y caminando hacia atrás despacio y sin perder de vista al animal, me alejé de éste. Resoplé contrariada por lo extraño de la situación. Como si no tuviese bastante, ahora parecía que ese bicho se había encaprichado de mí. De modo que temerosa de que volviese a asaltarme en algún momento, esta vez abrí mi abrigo para tener fácil acceso a las dagas en caso de necesitarlas.
Pero si todo me había resultado subrealista hasta ahora, es porque no sabía lo que me esperaba el resto de la noche. Cada vez que trataba de entrar en un local donde obtener información, la dichosa pantera aparecía impidiéndomelo y volvería a desaparecer minutos después; de tal forma que sin darme cuenta fue ella quien iba marcando el destino de mis pasos. Sin saber muy bien como y cansada de estar caminando toda la noche, terminé a las afueras de la ciudad en lo que me parecía ser un modesto barrio de la ciudad. Me mordí el labio inferior por no echarme a reir, o a llorar, pero es que cada vez las cosas tenían menos sentido. Desde luego no era allí donde me encontraría con el poderoso inmortal. ¿Acaso me había querido llevar la pantera hasta esa zona humilde por alguna razón? ¿Para ayudar a alguno de los suyos? ¿O es que yo me estaba volviendo loca y veía fantasmas donde no los había? Negando con la cabeza y con sensación de que mi búsqueda esa noche había sido inútil, me di la vuelta para regresar al hostal. Más al girarme, me encontré de nuevo con la pantera cruzándose en mi camino.
-No sé que es lo que quieres, ni siquiera porque todavía no te he matado, pero estoy cansada y no me apetece seguir jugando al gato y al ratón.- apunté tras resoplar frustrada por tanto misterio. Puse la mano encima de la empuñadura de una de mis dagas.- No me obligues a hacerte daño, te prometo que no tengo nada en contra de los cambiantes, pero si me impides marcharme, no tendré más remedio que actuar.- clavé mi mirada en la suya, no estaba bromeando, así que esperaba que comprendiese que el juego había terminado y me dejase marcharme en paz. Solo esperaba que en su intento por negociar no se convirtiese en humano y terminase la noche viendo a ningún hombre desnudo. Desde que había llegado a París parecían que todos se empecinaban en aparecer de la misma forma.
Cuando el ocaso llegó por fin a la capital francesa, me vestí con mi atuendo acostumbrado para salir de caza, armándome hasta las orejas en una noche que presentía de lo más movida. Mientras colocaba las estacas y dagas de plata en mi cinturón, me dio la sensación que me faltaban unas cuantas, lo cual era extraño porque después de una cacería acostumbraba a recogerlas, al menos la mayor parte de ellas. Busqué hasta por debajo de la cama y tampoco estaban allí. Recordaba que mi espada bastarda se había quedado inservible por algún motivo que era incapaz de rememorar, pero aún así, me faltaban armas. Me encogí de hombros mientras ataba a mi espalda la espada de mi padre, y aunque mi intención era usarla solo contra su asesino, no podía permitirme el lujo de comprarme más armas. Finalmente, cubriendo todo el arsenal que llevaba sujeto a mi cuerpo con un abrigo largo, salí del hostal rumbo al centro de la ciudad. Allí esperaba encontrar pistas sobre ese inmortal, que si era cierto el poder que me habían contado que ostentaba antes de aceptar la misión de darle caza, debía ser conocido en ciertos antros donde los negocios más turbios tenían lugar.
Minutos después, cuando mis pasos me habían llevado hasta el primer lugar por el que decidí empezar a buscar y que no era otro que donde había comenzado todo, el puerto, presentí que algo o alguien me observaba. Me giré un par de veces, esperando encontrarme con el dueño de esa ilusión, pero en cada uno de los intentos no conseguí ver nada. Poco después, y valiéndome de los recuerdos de los que estaba segura, terminé situada bajo la misma farola donde lo vi por primera vez. Me acuclillé para buscar alguna pista que me hiciese recordar, lo que fuese sería mejor que nada. Practicamente gateando recorrí el frío asfalto hasta que dí con algo, una cantidad considerable de sangre seca, y para mi sorpresa, mi bastarda convertida en pequeños trozos de metal inservible. Me quedé de rodillas, sentada sobre mis talones mientras observaba con atención lo que antes había sido mi espada, ¿qué podía haberla cortado de forma tan limpia? Desconocía que tipo de metal podía haberla inutilizado de esa forma sin dejar muesca alguna. Me hallaba mirando todavía el corte de la espada al trasluz de la farola, cuando unos enormes ojos aparecieron en mi campo de visión.
Con cuidado de no provocar en ese ser la tentación de convertirme en su cena, dejé el metal en el suelo y me levanté despacio. Suspiré contrariada cuando el animal siguió acercándose a mí y pude comprobar que se trataba de una pantera. ¿Una pantera en el puerto de París? Durante unos segundos pensé que podía ser que se hubiese escapado de algún carguero que transportaba animales, pero no parecía que el felino en cuestión quisiese atacarme, así que opté por la segunda opción, más inverosímil todo sea dicho, pero después de todo ¿quien era yo para juzgar los extraños seres que habitaban la tierra cuando cada noche salía en busca de vampiros y hombres lobo? Si no me equivocaba, esa pantera podía tratarse de un cambiante, como el que semanas atrás me encontré en el bosque; claro que éste si quería comerme. Sonreí recordando el momento en cuestión y tras dirigirle una última mirada al animal, me alejé de allí con calma, comprobando como minutos después la pantera ya no se encontraba a la vista. ¿Sería esa la presencia que había sentido?
La siguiente parada que tenía pensada para esa noche era un antro no muy lejano donde sabía que toda clase de criminales y algún que otro vampiro problemático acostumbraban a dejarse lo poco que habían ganado robando o matando en litros y litros de alcohol. Estaba a punto de alcanzar el pomo de la puerta, cuando de nuevo la pantera apareció y se interpuso en mi camino. En ese momento en que su mirada se cruzó con la mía, juro que me costó un esfuerzo sobrehumano no orinarme encima, así que de nuevo reculando y caminando hacia atrás despacio y sin perder de vista al animal, me alejé de éste. Resoplé contrariada por lo extraño de la situación. Como si no tuviese bastante, ahora parecía que ese bicho se había encaprichado de mí. De modo que temerosa de que volviese a asaltarme en algún momento, esta vez abrí mi abrigo para tener fácil acceso a las dagas en caso de necesitarlas.
Pero si todo me había resultado subrealista hasta ahora, es porque no sabía lo que me esperaba el resto de la noche. Cada vez que trataba de entrar en un local donde obtener información, la dichosa pantera aparecía impidiéndomelo y volvería a desaparecer minutos después; de tal forma que sin darme cuenta fue ella quien iba marcando el destino de mis pasos. Sin saber muy bien como y cansada de estar caminando toda la noche, terminé a las afueras de la ciudad en lo que me parecía ser un modesto barrio de la ciudad. Me mordí el labio inferior por no echarme a reir, o a llorar, pero es que cada vez las cosas tenían menos sentido. Desde luego no era allí donde me encontraría con el poderoso inmortal. ¿Acaso me había querido llevar la pantera hasta esa zona humilde por alguna razón? ¿Para ayudar a alguno de los suyos? ¿O es que yo me estaba volviendo loca y veía fantasmas donde no los había? Negando con la cabeza y con sensación de que mi búsqueda esa noche había sido inútil, me di la vuelta para regresar al hostal. Más al girarme, me encontré de nuevo con la pantera cruzándose en mi camino.
-No sé que es lo que quieres, ni siquiera porque todavía no te he matado, pero estoy cansada y no me apetece seguir jugando al gato y al ratón.- apunté tras resoplar frustrada por tanto misterio. Puse la mano encima de la empuñadura de una de mis dagas.- No me obligues a hacerte daño, te prometo que no tengo nada en contra de los cambiantes, pero si me impides marcharme, no tendré más remedio que actuar.- clavé mi mirada en la suya, no estaba bromeando, así que esperaba que comprendiese que el juego había terminado y me dejase marcharme en paz. Solo esperaba que en su intento por negociar no se convirtiese en humano y terminase la noche viendo a ningún hombre desnudo. Desde que había llegado a París parecían que todos se empecinaban en aparecer de la misma forma.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 13/11/2016
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Al llegar al barrio el carruaje se detuvo frente a un callejón de mala muerte, así le llamaban los lugareños ya que todo tipo de malhechores se reunía en ese lugar en la noche era una zona de residencia de neofitos, que les encantaba atrapar victimas y aprovecharse de la gente pobre, el caballero bajo de su carruaje era todo lo contrario al lugar, vestía ropas finas de alto coste, su sombrero como si fuera de día y también el elegante bastón con el cual caminaba, esquivando algunos residuos el lugar era demasiado sucio y mal oliente quizás de esa forma se ocultaba la naturaleza de los seres que vivían allí, todo buen olfateador terminaría teniendo problemas para distinguir aromas en aquel lugar, pasando varias personas volteaban a verlo y otros se reían del joven, ya que incluso los de clase alta que iban a ese lugar cambiaban sus vestimentas para no llamar la atención, pero eso era todo lo contrario a los intereses del inmortal, se detuvo frente a una de las puertas donde dos matones le miraron con pocas intenciones de dejarle pasar, pero no basto mas que una mirada asesina para que estos cambiaran de opinión permitiendo su ingreso no sin antes avisar al amo de la casa que un vampiro había llegado imponiéndose.
Pocos minutos después se encontraba frente al amo del lugar quien no parecía muy contento de verlo, se trataba de un gitano que seguramente había abandonado sus costumbres y ahora se encontraba viviendo en ese lugar de mala muerte como su regente, haciéndose cargo de todo varios especímenes principalmente humanos y alguna vampiro estaban allí a su alrededor, queriendo saber que buscaba kenner, este simplemente pregunto al hombre por el lugar de residencia de una determinada pandilla vamipirica tenia temas personales que tratar con estos, no parecían muy dispuestos a colaborar asi que menciono tranquilamente alzando su mano.
-Tienen dos opciones A - me entregan la información que quiero y todos podréis ver un día mas o B los mato a todos y beberé su sangre para saber donde esta esa pandilla.
El silencio se había vuelto algo incomodo, algunos molestos por las atrevidas palabras del visitante en cambio el gitano veía, como el vampiro estaba decidido y no mostraba ni un indicio de estar vacilando, seguramente se trataba de un ser tan antiguo como la noche, así que decidió ceder la información, luego ese grupo no había hecho mas que darle dolores de cabeza, ya que eran extremistas y se dedicaban a causar mucho problemas en el vecindario.
Kenner inclino la cabeza sujetando su sombrero, en señal de agradecimiento por la información y abandono el recinto de forma bastante tranquila, aunque sabia que era custodiado por varios de los hombres del regente, este subió a su carruaje dándole las indicaciones pertinentes a su siervo para que le llevara hasta donde estaba interesado, sabia que en breves se encontraría con la cazadora y su hija, quien la había guiado hasta el. Como el lo había pedido cuando bajo del carruaje pudo sentir el aroma a la cambiante y junto el de la mortal que había estado haciéndole compaña la noche anterior, giro su vista y alli estaba del otro lado en mitad de la calle, esta enfrentando a la pantera.
La bestia se agazapo levemente buscando que ella notara que había una presencia detrás de la joven, el podría a verla mordido y acabado con aquello en ese mismo momento, pero no era ese su interés desde el principio simplemente aclaro su garganta, para que ella notara que había alguien, mas aunque el realmente no precisara de tal acto.
-Placer veros de nuevo madam...
Fueron sus palabras tan irónicas como firmes, minutos después el silencio reino, el joven mantenía su mano sobre el bastón, si bien tenia ganas de jugar con ella debía disculparse unos minutos para asesinar a varios vampiros problemáticos que altura ya sabían que el iba por ellos y de seguro le esperaban, con la esperanza de que emboscandolo podrían cargárselo.
Pocos minutos después se encontraba frente al amo del lugar quien no parecía muy contento de verlo, se trataba de un gitano que seguramente había abandonado sus costumbres y ahora se encontraba viviendo en ese lugar de mala muerte como su regente, haciéndose cargo de todo varios especímenes principalmente humanos y alguna vampiro estaban allí a su alrededor, queriendo saber que buscaba kenner, este simplemente pregunto al hombre por el lugar de residencia de una determinada pandilla vamipirica tenia temas personales que tratar con estos, no parecían muy dispuestos a colaborar asi que menciono tranquilamente alzando su mano.
-Tienen dos opciones A - me entregan la información que quiero y todos podréis ver un día mas o B los mato a todos y beberé su sangre para saber donde esta esa pandilla.
El silencio se había vuelto algo incomodo, algunos molestos por las atrevidas palabras del visitante en cambio el gitano veía, como el vampiro estaba decidido y no mostraba ni un indicio de estar vacilando, seguramente se trataba de un ser tan antiguo como la noche, así que decidió ceder la información, luego ese grupo no había hecho mas que darle dolores de cabeza, ya que eran extremistas y se dedicaban a causar mucho problemas en el vecindario.
Kenner inclino la cabeza sujetando su sombrero, en señal de agradecimiento por la información y abandono el recinto de forma bastante tranquila, aunque sabia que era custodiado por varios de los hombres del regente, este subió a su carruaje dándole las indicaciones pertinentes a su siervo para que le llevara hasta donde estaba interesado, sabia que en breves se encontraría con la cazadora y su hija, quien la había guiado hasta el. Como el lo había pedido cuando bajo del carruaje pudo sentir el aroma a la cambiante y junto el de la mortal que había estado haciéndole compaña la noche anterior, giro su vista y alli estaba del otro lado en mitad de la calle, esta enfrentando a la pantera.
La bestia se agazapo levemente buscando que ella notara que había una presencia detrás de la joven, el podría a verla mordido y acabado con aquello en ese mismo momento, pero no era ese su interés desde el principio simplemente aclaro su garganta, para que ella notara que había alguien, mas aunque el realmente no precisara de tal acto.
-Placer veros de nuevo madam...
Fueron sus palabras tan irónicas como firmes, minutos después el silencio reino, el joven mantenía su mano sobre el bastón, si bien tenia ganas de jugar con ella debía disculparse unos minutos para asesinar a varios vampiros problemáticos que altura ya sabían que el iba por ellos y de seguro le esperaban, con la esperanza de que emboscandolo podrían cargárselo.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Observé desconcertada a la pantera que hasta ese momento había estado entorpeciendo mi marcha, sopesando si esa postura de sumisión que estaba tomando era su forma de indicarme que estaba lista para atacar o explicarme qué demonios quería. No comprendía el lenguaje animal, al menos el que difería de que cuando un animal salvaje gruñía y enseñaba los dientes estabas en peligro. Cansada de juegos y de haberme recorrido medio París andando sin haber conseguido siquiera un ápice de información sobre el dichoso inmortal, iba a comenzar a caminar en dirección al hostal cuando un carraspeo sonó a mi espalda y pude sentir como toda mi piel se erizaba al notar su presencia.
Largas horas había estado buscándole sin esperanza alguna de encontrarle; tiempo en el que mis recuerdos sobre él aparecían una y otra vez en mi mente. Tenía tan asumido que no iba a dar con su paradero, que no me había molestado en pensar que le diría cuando lo encontrase. "Buenas noches, señor vampiro. Sería tan amable de contarme que pasó aquella noche en el puerto". Negué con la cabeza. Era un monstruo y yo una cazadora, así que lo trataría con el respeto que se merecía, es decir, ninguno.
Un jadeo salió tembloroso de mis labios y mi mano se dirigió con rapidez hacia una de las estacas de madera que llevaba en el cinturón, manteniéndose sobre ésta sin sacarla.- El placer es solo vuestro, monsieur.- respondí con una pícara sonrisa al girarme y enfrentarme de nuevo a esos ojos que aparecían en mis sueños. Los latidos de mi corazón me delataron de nuevo, y es que, ¿cómo permanecer impasible ante el ser que, en caso de que mis sueños fuesen ciertos, se había llevado una parte tan importante de mí? Casi podría jurar que hasta me temblaban las rodillas de verlo frente a mí. Después me daría cabezados contra la pared por parecer un cervatillo asustado, pero ahora tenía que recuperar mi ímpetu, y buscar la forma de preguntarle lo que quería saber. Cuanto antes lo hiciese, antes terminaría todo. Aunque, ¿deseaba realmente que todo terminase? Debería clavarme la daga a mí misma para dejar de pensar en tantas tonterías.- No esperaba encontrarle por estos lares tan poco acordes con vuestra apariencia; sin duda es un inmortal cargado de sorpresas.
Me mordí el labio inferior contrariada. Todo lo que debía sentir hacia ese ser de las tinieblas era odio, pero al mismo tiempo que lo observaba las imágenes de nuestros cuerpos desnudos pasaban por mi mente como un aviso de que las cosas podían ser diferentes.- Imagino que el animalito será suyo, y que una orden habrá sido lo que me ha traido hasta aquí.- miré de reojo a la pantera que permanecía detrás.- ¿Por qué me buscaba? ¿Acaso quiere que termine con lo que empecé anoche y le permita pasar a mejor vida?
Negué con disimulo ante el tono de voz con el que había pronunciado esas palabras, y que no mostraba la confianza en mi misma que tenía la primera noche en que salí en su búsqueda. Pero, ¿qué me pasaba? Movimientos a la espalda del inmortal llamaron mi atención, sacándome de ese trance de nuevas preguntas sin respuesta, y la aparición de una docena de ojos rojos auguró que por fin la noche tendría algo de acción.- Que suerte la mía, voy a poder matar a unos cuantos chupasangre antes de irme a dormir.- le guiñé un ojo al inmortal, antes de sacar la espada bastarda de mi padre y prepararme para ese grupo de vampiros que llegaban en el momento más oportuno. Igual descargando un poco de adrenalina, luego conseguía hablarle como a una persona normal.
Largas horas había estado buscándole sin esperanza alguna de encontrarle; tiempo en el que mis recuerdos sobre él aparecían una y otra vez en mi mente. Tenía tan asumido que no iba a dar con su paradero, que no me había molestado en pensar que le diría cuando lo encontrase. "Buenas noches, señor vampiro. Sería tan amable de contarme que pasó aquella noche en el puerto". Negué con la cabeza. Era un monstruo y yo una cazadora, así que lo trataría con el respeto que se merecía, es decir, ninguno.
Un jadeo salió tembloroso de mis labios y mi mano se dirigió con rapidez hacia una de las estacas de madera que llevaba en el cinturón, manteniéndose sobre ésta sin sacarla.- El placer es solo vuestro, monsieur.- respondí con una pícara sonrisa al girarme y enfrentarme de nuevo a esos ojos que aparecían en mis sueños. Los latidos de mi corazón me delataron de nuevo, y es que, ¿cómo permanecer impasible ante el ser que, en caso de que mis sueños fuesen ciertos, se había llevado una parte tan importante de mí? Casi podría jurar que hasta me temblaban las rodillas de verlo frente a mí. Después me daría cabezados contra la pared por parecer un cervatillo asustado, pero ahora tenía que recuperar mi ímpetu, y buscar la forma de preguntarle lo que quería saber. Cuanto antes lo hiciese, antes terminaría todo. Aunque, ¿deseaba realmente que todo terminase? Debería clavarme la daga a mí misma para dejar de pensar en tantas tonterías.- No esperaba encontrarle por estos lares tan poco acordes con vuestra apariencia; sin duda es un inmortal cargado de sorpresas.
Me mordí el labio inferior contrariada. Todo lo que debía sentir hacia ese ser de las tinieblas era odio, pero al mismo tiempo que lo observaba las imágenes de nuestros cuerpos desnudos pasaban por mi mente como un aviso de que las cosas podían ser diferentes.- Imagino que el animalito será suyo, y que una orden habrá sido lo que me ha traido hasta aquí.- miré de reojo a la pantera que permanecía detrás.- ¿Por qué me buscaba? ¿Acaso quiere que termine con lo que empecé anoche y le permita pasar a mejor vida?
Negué con disimulo ante el tono de voz con el que había pronunciado esas palabras, y que no mostraba la confianza en mi misma que tenía la primera noche en que salí en su búsqueda. Pero, ¿qué me pasaba? Movimientos a la espalda del inmortal llamaron mi atención, sacándome de ese trance de nuevas preguntas sin respuesta, y la aparición de una docena de ojos rojos auguró que por fin la noche tendría algo de acción.- Que suerte la mía, voy a poder matar a unos cuantos chupasangre antes de irme a dormir.- le guiñé un ojo al inmortal, antes de sacar la espada bastarda de mi padre y prepararme para ese grupo de vampiros que llegaban en el momento más oportuno. Igual descargando un poco de adrenalina, luego conseguía hablarle como a una persona normal.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Este escucho la ironía de la joven, esta le causaba bastante gracia, la joven le había seguramente estado buscando, y encima le contestaba, quizás debía enseñarle cuando debía estar cayada, pero sus planes funcionaban como el lo deseaba, simplemente apoyo su bastón hacia delante viendo como la joven, mencionaba que quería terminar lo que se habían dejado pendiente aunque ella estando tan armada como de seguro estaba, no podría con el sonrió levemente mirándola y viendo como se había dado cuenta de que la bestia le pertenecía era una de sus sicarios, una de sus hijas asesinas, este alzo la vista mirando a la criatura y le hizo una seña para que se alejara lo que la bestia entendió desapareciendo de golpe y estando sobre uno de los tejados aguardando instrucciones de su señor y padre el inmortal que sintió como los vampiros se aproximaban y intentaron rodearlos, cuando estos llegaron y escucho lo que la joven menciono sonrió levemente.
-me alegro que penséis así por que no ando con muchas ganas de ensuciar mis manos esta noche y claro como estáis aquí os cedo el privilegio de cegar a estos no muertos, que me han sido de bastante estorbo.
Llevando elegantemente la mano a su sombrero lo uso a modo de saludo y salto de alli quedando parado en una de las casas con la pantera a su lado, estaba sentado observando tranquilamente como los vampiros quedaran primero devorar a la humana y luego ir por el, aunque se imaginaban que el podría intervenir, este se quedo tranquilo acariciando la cabeza de la criatura que estaba a su lado ya acostada sobre sus patas tranquilamente lamiendo una de ellas, el tenia en su otra mano el bastón el cual no dudaría de usar para atravesar el corazón de algún vampiro si estos llegaban a estar a punto de dañarla, solo quería divertirse viéndola pelear, o intentándolo al menos quería poner a prueba sus reflejos y por que no cansarla para luego el rematarla si quería o simplemente volver a someterla a su voluntad por simple capricho, la bestia se mantenía a la par de la palea algo curiosa por que su padre hacia pelear aquella humana con varios vampiros que estaba claro que ellos tenían toda la ventaja, aunque su trabajo en equipo no era el de los mejores, al parecer todos quieran atacarla y no ceder al otro que lo hiciera, querían ser ellos que arrancaran el corazon de la humana, hablaban de ella y la menospreciaban frente a la joven, pegándose entre ellos.
-me alegro que penséis así por que no ando con muchas ganas de ensuciar mis manos esta noche y claro como estáis aquí os cedo el privilegio de cegar a estos no muertos, que me han sido de bastante estorbo.
Llevando elegantemente la mano a su sombrero lo uso a modo de saludo y salto de alli quedando parado en una de las casas con la pantera a su lado, estaba sentado observando tranquilamente como los vampiros quedaran primero devorar a la humana y luego ir por el, aunque se imaginaban que el podría intervenir, este se quedo tranquilo acariciando la cabeza de la criatura que estaba a su lado ya acostada sobre sus patas tranquilamente lamiendo una de ellas, el tenia en su otra mano el bastón el cual no dudaría de usar para atravesar el corazón de algún vampiro si estos llegaban a estar a punto de dañarla, solo quería divertirse viéndola pelear, o intentándolo al menos quería poner a prueba sus reflejos y por que no cansarla para luego el rematarla si quería o simplemente volver a someterla a su voluntad por simple capricho, la bestia se mantenía a la par de la palea algo curiosa por que su padre hacia pelear aquella humana con varios vampiros que estaba claro que ellos tenían toda la ventaja, aunque su trabajo en equipo no era el de los mejores, al parecer todos quieran atacarla y no ceder al otro que lo hiciera, querían ser ellos que arrancaran el corazon de la humana, hablaban de ella y la menospreciaban frente a la joven, pegándose entre ellos.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Más tensa que la cuerda de mi arco me quedé cuando el inmortarl decidió dejarme sola frente a ese grupo de vampiros que, por las últimas palabras provenientes de sus labios, precisamente estaban en el lugar por su presencia. Incrédula lo observé subirse a unos de los tejados junto a su mascota, esa pantera que me había estado siguiendo toda la noche; o mejor dicho, que me había estado guiando de cierta forma hasta su amo.
-¿Y desde cuando me he convertido yo en vuestra sicaria?- murmuré molesta girando levemente la cabeza hacia él, pero sin perder de vista a los vampiros que parecían estar rifándose entre ellos quien hincaría primero los colmillos en mi cuello.- Debería tener una cosa muy clara sobre mí, ni recibo ni obedezco órdenes de nadie. Si termino con sus aberrantes existencias será porque ningún vampiro os merecéis continuar con vida.
Debía reconocer que mi terquedad no tenía límites, y que si no llega a ser por la proximidad de los vampiros hubiese sido hasta capaz de guardar la espada y cruzarme de brazos, oponiéndome a su deseo. Pero cada segundo que pasaba esos desgraciados avanzaban hacia mí; y a pesar de que había retrocedido un par de pasos para volver a retomar una distancia de seguridad, empezaban a cercarme.
Entonces, como si de una misteriosa revelación se tratase, vi en un destello lo sucedido la noche del puerto cuando los neófitos me rodearon y uno de ellos alcanzó a morderme. Recordé como mi vida me abandonaba en cada suspiro y como su presencia tras de mí fue lo último que sentí. Una desconcertante ilusión que pasó por mi mente como la tenue luz de una estrella fugaz, de la que eres incapaz de confirmar si fue o no real. La sensación que se queda después de si volverás a verla de nuevo, si estarás en el momento correcto mirando las estrellas. Pero eso no era lo más extraño de todo sino que volver a sentirlo tan cerca provocaba en mí sentimientos contradictorios de frustración y seguridad, de rabia y tranquilidad, de una inmensa necesidad de clavarle una estaca en el corazón y besarlo apasionadamente; de odio y ¿am...? Noo, aquello era imposible.
Sacudí la cabeza para recuperar la poca cordura que me quedaba. Los vampiros no parecían ponerse de acuerdo en su plan de ataque, lo que me dejó unos segundos para sopesar la situación. La bastarda no me sería de mucha utilidad para terminar con tanto inmortal, y menos si estaba sola. Pensé que mientras cargaba el arma para lanzarla contra alguno de esos seres, quedaría desprotegida y cualquiera de los demás podrían atacarme sin problemas.
Quitándome el abrigo y lanzándolo a un lado de la calle, sujeté de nuevo la espada a mi espalda, cambiándola por el arco. Era el arma con la que me sentía más segura, además de que con ella era más rápida. Recoloqué el carcaj sobre mi muslo y tomando dos flechas, las tensé en el arco. Uno, dos, tres segundos...expiré aire y solté la cuerda.
-Niños, no se peleen, tendré flechas para todos.- sonreí cuando dos de ellos cayeron hacia atrás entre gritos inhumanos cuando éstas se clavaron en sus fríos y muertos corazones. Adoraba las puntas de plata; no los mataba, pero si los cabreaba mucho
(además de dejarlos debilitados) y me daba tiempo para poder ir cortando cabezas después.
Todavía sonreía cuando dos de ellos se abalanzaron sobre mí, y solo pude agacharme para sortearlos. Saqué una flecha para enfrentarme a ellos, pero al girarme para apuntar al que tenía más próximo me di cuenta del tremendo error que había cometido; había dado la espalda al resto, y me había auto encerrado enmedio de ellos.
-Vamos, uno a uno, que si no el juego pierde todo su encanto, ¿no creen?- tensé de nuevo el arco y sin apenas disponer de tiempo para apuntar, acerté de pleno en el pecho del tercer vampiro. Celebraba poder restar uno a su cuenta cuando sentí como uno de ellos me abrazaba por encima de los brazos desde atrás, impidiéndome moverme un ápice. Empecé a forcejear, echando de golpe la cabeza hacia atrás para darle un cabezazo, pero cuando noté como la sangre recorría mi cabeza y el vampiro no había cedido en su agarre, aprendí una nueva lección, "nunca intentes matar a un vampiro a cabezazos, por muy dura que tengas la cabeza". Suspiré un tanto aturdida, sopesando si sería capaz de alcanzar una de las estacas que llevaba en el cinturón.
-¿Y desde cuando me he convertido yo en vuestra sicaria?- murmuré molesta girando levemente la cabeza hacia él, pero sin perder de vista a los vampiros que parecían estar rifándose entre ellos quien hincaría primero los colmillos en mi cuello.- Debería tener una cosa muy clara sobre mí, ni recibo ni obedezco órdenes de nadie. Si termino con sus aberrantes existencias será porque ningún vampiro os merecéis continuar con vida.
Debía reconocer que mi terquedad no tenía límites, y que si no llega a ser por la proximidad de los vampiros hubiese sido hasta capaz de guardar la espada y cruzarme de brazos, oponiéndome a su deseo. Pero cada segundo que pasaba esos desgraciados avanzaban hacia mí; y a pesar de que había retrocedido un par de pasos para volver a retomar una distancia de seguridad, empezaban a cercarme.
Entonces, como si de una misteriosa revelación se tratase, vi en un destello lo sucedido la noche del puerto cuando los neófitos me rodearon y uno de ellos alcanzó a morderme. Recordé como mi vida me abandonaba en cada suspiro y como su presencia tras de mí fue lo último que sentí. Una desconcertante ilusión que pasó por mi mente como la tenue luz de una estrella fugaz, de la que eres incapaz de confirmar si fue o no real. La sensación que se queda después de si volverás a verla de nuevo, si estarás en el momento correcto mirando las estrellas. Pero eso no era lo más extraño de todo sino que volver a sentirlo tan cerca provocaba en mí sentimientos contradictorios de frustración y seguridad, de rabia y tranquilidad, de una inmensa necesidad de clavarle una estaca en el corazón y besarlo apasionadamente; de odio y ¿am...? Noo, aquello era imposible.
Sacudí la cabeza para recuperar la poca cordura que me quedaba. Los vampiros no parecían ponerse de acuerdo en su plan de ataque, lo que me dejó unos segundos para sopesar la situación. La bastarda no me sería de mucha utilidad para terminar con tanto inmortal, y menos si estaba sola. Pensé que mientras cargaba el arma para lanzarla contra alguno de esos seres, quedaría desprotegida y cualquiera de los demás podrían atacarme sin problemas.
Quitándome el abrigo y lanzándolo a un lado de la calle, sujeté de nuevo la espada a mi espalda, cambiándola por el arco. Era el arma con la que me sentía más segura, además de que con ella era más rápida. Recoloqué el carcaj sobre mi muslo y tomando dos flechas, las tensé en el arco. Uno, dos, tres segundos...expiré aire y solté la cuerda.
-Niños, no se peleen, tendré flechas para todos.- sonreí cuando dos de ellos cayeron hacia atrás entre gritos inhumanos cuando éstas se clavaron en sus fríos y muertos corazones. Adoraba las puntas de plata; no los mataba, pero si los cabreaba mucho
(además de dejarlos debilitados) y me daba tiempo para poder ir cortando cabezas después.
Todavía sonreía cuando dos de ellos se abalanzaron sobre mí, y solo pude agacharme para sortearlos. Saqué una flecha para enfrentarme a ellos, pero al girarme para apuntar al que tenía más próximo me di cuenta del tremendo error que había cometido; había dado la espalda al resto, y me había auto encerrado enmedio de ellos.
-Vamos, uno a uno, que si no el juego pierde todo su encanto, ¿no creen?- tensé de nuevo el arco y sin apenas disponer de tiempo para apuntar, acerté de pleno en el pecho del tercer vampiro. Celebraba poder restar uno a su cuenta cuando sentí como uno de ellos me abrazaba por encima de los brazos desde atrás, impidiéndome moverme un ápice. Empecé a forcejear, echando de golpe la cabeza hacia atrás para darle un cabezazo, pero cuando noté como la sangre recorría mi cabeza y el vampiro no había cedido en su agarre, aprendí una nueva lección, "nunca intentes matar a un vampiro a cabezazos, por muy dura que tengas la cabeza". Suspiré un tanto aturdida, sopesando si sería capaz de alcanzar una de las estacas que llevaba en el cinturón.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El inmortal ya hacia separado de aquel combate parado frente a ellos cubriendo lo que había de luna esa noche, dejando una figura gigante, como si de un dios se tratara como si una criatura mas grande que la misma luna la había cubierto, tenia su mano apoyada en el bastón, mientras que con la otra miraba un reloj de bolsillo tranquilamente a su lado uno de sus vasta gas sentada en sus patas traseras observando aquella escena que podría convertirse en una diversión para los vampiros y la burla para el inmortal, ya que ellos se lucirían que habían matado una mascota cazadora del poderoso inmortal así que aunque poco le importara no tenia mas remedio que intervenir para evitarse esos pequeños dolores de cabeza a futuro así que alzando su bastón arrojo la punta de este atravesando la cabeza de lado a lado de aquel vampiro que tenia al a joven prisionera desde atrás quedando en su mano una espada, una espada hecha de plata en su totalidad, este la sujetaba de su mango que tenia la forma de un dragón, coloco esta sobre su frente a modo de saludo de un duelo, para luego cerrar sus ojos y desaparecer como si el viento se lo hubiera llevado en ese mismo instante.
Los vampiros solamente pudieron notar una corriente de aire que pasaba por sus lados hasta que el estuvo parado frente a ellos, sacando la espada de su frente sacudiéndola hacia su derecha para que la sangre salpicara en el suelo y las criaturas cayeran decapitadas solamente quedaron dos de todo los que estaban, este camino hacia el cuerpo hecho polvo del que había recibido su arma y enfundo su bastón.
-Segunda vez que debo salvarte la vida mortal, a ver si dejas de hacerlo habitual, por cierto aun quedan dos espero que te puedas encargar de esos al menos.
Dijo mientras la miraba y sus ojos destellaron con una luz roja casi demoníaca que parecía acompañar una sonrisa macabra que nunca existió, pero el joven desapareció en ese momento asegurándose primero que nada asegurarse que todos los traidores fueran muertos, el animal salto del tejado y se encamino como dejando un rastro hacia donde estaba caminando su señor.
Los vampiros solamente pudieron notar una corriente de aire que pasaba por sus lados hasta que el estuvo parado frente a ellos, sacando la espada de su frente sacudiéndola hacia su derecha para que la sangre salpicara en el suelo y las criaturas cayeran decapitadas solamente quedaron dos de todo los que estaban, este camino hacia el cuerpo hecho polvo del que había recibido su arma y enfundo su bastón.
-Segunda vez que debo salvarte la vida mortal, a ver si dejas de hacerlo habitual, por cierto aun quedan dos espero que te puedas encargar de esos al menos.
Dijo mientras la miraba y sus ojos destellaron con una luz roja casi demoníaca que parecía acompañar una sonrisa macabra que nunca existió, pero el joven desapareció en ese momento asegurándose primero que nada asegurarse que todos los traidores fueran muertos, el animal salto del tejado y se encamino como dejando un rastro hacia donde estaba caminando su señor.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El aturdimiento provocado por el fuerte golpe que me había dado en la cabeza comenzaba a hacer mella en mí, y por mucho que me fastidiase reconocerlo, no me quedaban muchas opciones si quería continuar con vida. Apenas podía rozar con la punta de mis dedos la empuñadura de la daga que colgaba del cinturón; la sujeción del vampiro era cada vez más intensa hasta el punto que podía sentir crujir mis costillas, y casi no podía respirar con normalidad debido a que una de sus manos había subido hasta mi cuello, el cual apretaba con fuerza.
Por si el infierno por el que estaba pasando fuese poco, el fétido aliento del inmortal llegaba hasta mis fosas nasales cuando éste, divertido por la situación de tenerme a su merced, lamió con lujuria mi mejilla. Podía sentir la bilis subiendo por mi esófago en la primera arcada que me dio tras su gesto mientras los demás vampiros le jaleaban por su atrevimiento y se rifaban entre ellos quien me daría el primer mordisco. Pero no podía rendirme todavía; no cuando seguía sin obtener la información que llevaba toda la noche buscando. Necesitaba volver a ver a ese vampiro enigmático que aparecía y desaparecía en los momentos más inoportunos.
Forcejeé de nuevo aún a sabiendas de en el caso de que me soltase no llegaría muy lejos; armándome de valor y sacando fuerzas de donde ya no las tenía. Debido al jolgorio que tenían montado aquellos asquerosos seres, pude aprovechar un ligero descuido de mi opresor para alargar la mano hasta la empuñadura del arma. Pero no fue suficiente, puesto que mi movimiento reclamó la atención del vampiro, que volvió a apresarme con fuerza mientras que con su mano libre ladeaba mi cabeza para dejar libre el acceso hasta mi yugular. Cerré los ojos como si de esa forma lo que me ocurriese fuese a doler menos; como si por no verlo toda la angustia y el miedo que sentía en esos momentos fuese a desaparecer.
Estuve varios minutos con los ojos cerrados a la espera de sentir como esos afilados colmillos se hundían en mi carne, pero contra todo pronóstico y demostrándome una vez más que cuando hay vampiros cerca puede suceder lo más inverosímil, lo único que noté fue como la presión que me tenía retenía cedía considerablemente y un silencio sepulcral me rodeaba.
Fueron solo unos segundos los que tardé en abrir de nuevo los ojos para mirar a mi alrededor y comprobar que había sucedido; segundos en los que escuché la poderosa voz de ese inmortal al que llevaba buscando toda la noche y durante los cuales pude observar la eficacia de ese hombre y su bastón. Enarqué una ceja sorprendida por haber llegado de nuevo al mismo punto que noches atrás, cuando me había salvado también de ser desangrada de alimañas como él pero, ¿Por qué?
- Nadie te ha pedido que me salves. Ni ahora, ni la vez anterior. Soy más que capaz de solucionar mis problemas sola. Y podía haber acabado con sus miserables vidas si no te hubieses interpuesto.- murmuré al tiempo que una nueva imagen de lo sucedido la noche del puerto venía a mi mente como la luz producida por un relámpago. Bajé la mirada para ver como los cuerpos sin vida de los vampiros se transformaban en cenizas, elevando después la vista hacia los dos que quedaban en pie y que no tardaron en salir corriendo como si llegase el fin del mundo- Sin embargo, debo felicitarte por algo que me parece del todo admirable. Dominar un ego tan grande debe ser complicado incluso para un ser sin escrúpulos como tú.- murmuré entre dientes, presa de un sentimiento de rabia y atracción al mismo tiempo que no conseguía explicar. Si no quería salvarme que no lo hiciese, pero echármelo después en cara era algo que no iba a permitir.
Desconocía de donde salía ese sentimiento tan intenso de amor/odio hacia el inmortal, de cómo sin apenas conocerlo mi mente y mi corazón funcionaban por cuenta propia en su presencia y mi voluntad se veía sometida cuando se hallaba cerca. Detestaba sentirme tan vulnerable frente a él. Enfrenté su espeluznante mirada sin titubear, apretando los puños con fuerza y recriminándome no ser capaz de acabar allí mismo con su vida. Pero no podía; había algo en él que me impedía sacar mi arco y atravesarle con una flecha.
-¿Por qué huyes? ¿Te enfrentas con un grupo de desgraciados seres como tú, pero no eres capaz de quedarte frente a mí?-avancé un par de pasos hacia delante cuando éste me dió la espalda y desapareció de nuevo, seguido de su mascota. Descolgué el arco y saqué una flecha de mi carcaj y tensándolo con rapidez, disparé en su dirección esperando no darle pero si llamar su atención.- Soy más que capaz de matar a esos dos vampiros que escaparon, igual que disfrutaría sobremanera acabando con tu lamentable no vida.
Lo sabía; sabía que no era la manera de conseguir que me diese la información que necesitaba, pero es que era verlo y me sacaba de mis cabales. Esa forma de ser tan altiva y sin embargo su extraño comportamiento de salvarme del peligro, me desconcertaba y cabreaba por momentos.
Por si el infierno por el que estaba pasando fuese poco, el fétido aliento del inmortal llegaba hasta mis fosas nasales cuando éste, divertido por la situación de tenerme a su merced, lamió con lujuria mi mejilla. Podía sentir la bilis subiendo por mi esófago en la primera arcada que me dio tras su gesto mientras los demás vampiros le jaleaban por su atrevimiento y se rifaban entre ellos quien me daría el primer mordisco. Pero no podía rendirme todavía; no cuando seguía sin obtener la información que llevaba toda la noche buscando. Necesitaba volver a ver a ese vampiro enigmático que aparecía y desaparecía en los momentos más inoportunos.
Forcejeé de nuevo aún a sabiendas de en el caso de que me soltase no llegaría muy lejos; armándome de valor y sacando fuerzas de donde ya no las tenía. Debido al jolgorio que tenían montado aquellos asquerosos seres, pude aprovechar un ligero descuido de mi opresor para alargar la mano hasta la empuñadura del arma. Pero no fue suficiente, puesto que mi movimiento reclamó la atención del vampiro, que volvió a apresarme con fuerza mientras que con su mano libre ladeaba mi cabeza para dejar libre el acceso hasta mi yugular. Cerré los ojos como si de esa forma lo que me ocurriese fuese a doler menos; como si por no verlo toda la angustia y el miedo que sentía en esos momentos fuese a desaparecer.
Estuve varios minutos con los ojos cerrados a la espera de sentir como esos afilados colmillos se hundían en mi carne, pero contra todo pronóstico y demostrándome una vez más que cuando hay vampiros cerca puede suceder lo más inverosímil, lo único que noté fue como la presión que me tenía retenía cedía considerablemente y un silencio sepulcral me rodeaba.
Fueron solo unos segundos los que tardé en abrir de nuevo los ojos para mirar a mi alrededor y comprobar que había sucedido; segundos en los que escuché la poderosa voz de ese inmortal al que llevaba buscando toda la noche y durante los cuales pude observar la eficacia de ese hombre y su bastón. Enarqué una ceja sorprendida por haber llegado de nuevo al mismo punto que noches atrás, cuando me había salvado también de ser desangrada de alimañas como él pero, ¿Por qué?
- Nadie te ha pedido que me salves. Ni ahora, ni la vez anterior. Soy más que capaz de solucionar mis problemas sola. Y podía haber acabado con sus miserables vidas si no te hubieses interpuesto.- murmuré al tiempo que una nueva imagen de lo sucedido la noche del puerto venía a mi mente como la luz producida por un relámpago. Bajé la mirada para ver como los cuerpos sin vida de los vampiros se transformaban en cenizas, elevando después la vista hacia los dos que quedaban en pie y que no tardaron en salir corriendo como si llegase el fin del mundo- Sin embargo, debo felicitarte por algo que me parece del todo admirable. Dominar un ego tan grande debe ser complicado incluso para un ser sin escrúpulos como tú.- murmuré entre dientes, presa de un sentimiento de rabia y atracción al mismo tiempo que no conseguía explicar. Si no quería salvarme que no lo hiciese, pero echármelo después en cara era algo que no iba a permitir.
Desconocía de donde salía ese sentimiento tan intenso de amor/odio hacia el inmortal, de cómo sin apenas conocerlo mi mente y mi corazón funcionaban por cuenta propia en su presencia y mi voluntad se veía sometida cuando se hallaba cerca. Detestaba sentirme tan vulnerable frente a él. Enfrenté su espeluznante mirada sin titubear, apretando los puños con fuerza y recriminándome no ser capaz de acabar allí mismo con su vida. Pero no podía; había algo en él que me impedía sacar mi arco y atravesarle con una flecha.
-¿Por qué huyes? ¿Te enfrentas con un grupo de desgraciados seres como tú, pero no eres capaz de quedarte frente a mí?-avancé un par de pasos hacia delante cuando éste me dió la espalda y desapareció de nuevo, seguido de su mascota. Descolgué el arco y saqué una flecha de mi carcaj y tensándolo con rapidez, disparé en su dirección esperando no darle pero si llamar su atención.- Soy más que capaz de matar a esos dos vampiros que escaparon, igual que disfrutaría sobremanera acabando con tu lamentable no vida.
Lo sabía; sabía que no era la manera de conseguir que me diese la información que necesitaba, pero es que era verlo y me sacaba de mis cabales. Esa forma de ser tan altiva y sin embargo su extraño comportamiento de salvarme del peligro, me desconcertaba y cabreaba por momentos.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El inmortal vio como la flecha pasaba por su lado haciéndole sonreír levemente, frente a tal osadía, su guardiana estaba por hacerse cargo, de la joven cuando el levemente alzo su mano, desapareciendo y antes de que el objeto se desapareciera en el cielo estrellado, este ya se encontraba detrás de la mortal. hablando a su oído para hacerla temblar de miedo, esta no sabia con quien se metía en cambio el se divertiría mucho quizás, como aquella noche o mejor aun hacerle recordar lo que había pasado esa noche. Este sin permiso ni tampoco buscar avisarle, clavo sus colmillos en el cuello de ella haciéndola sangrar, lo que no permitió que aquellas otras criaturas de la noche hicieran lo estaba haciendo el, deseaba volver a probar la sangre de ella, mientras que sus poderes hacían que tuviera pequeños flashback de lo que habían estado haciendo aquella noche, esto era para buscar quebrarla, le causa mucho deseo verla lamentándose, luego de lo que había hecho, no era mas que una mortal y el vampiro quería enseñarle su lugar, su avaricia a veces no conocía limites.
-Esquisite, como siempre tienes una de las sangres mas cuidadas de toda parís, quizás sea lo que comes, debería invadir tu mente y descubrir todos tus secretos, saber hasta que dices antes de dormir, que claro lo precisaras mucho luego de esta noche encanto.
Menciono mientras terminaba de alimentarse, asegurándose previamente que ella no se fuera a ir en sangre, por la herida que le había hecho usando su poder para ayudarla a regenerar las heridas, mientras lamia y soltarla hacia delante, luego de eso quería ver su reacción, quería ver el odio y la rabia en sus ojos, ver también la impotencia. Este como si nada hubiera pasado comenzó a limpiar de su boca y labios la sangre mirándola de reojo.
-Debéis tener mas cuidado con vuestras acciones, habláis mucho pero estáis lejos de lograr lo que diceis cazadora.
Este dijo para luego fijar la atención en ella, evaluándola si merecía la pena dejarla viva o quizás era mejor acabar con ella en ese mismo instante, era débil frágil su cuerpo se destrozaría sin mucho problemas, incluso podría romper su cuello, como un niño destroza una rama en el parque, pero a el siempre solían ocurrirse formas mas dolorosas y crueles de lograr tales propósitos.
-Esquisite, como siempre tienes una de las sangres mas cuidadas de toda parís, quizás sea lo que comes, debería invadir tu mente y descubrir todos tus secretos, saber hasta que dices antes de dormir, que claro lo precisaras mucho luego de esta noche encanto.
Menciono mientras terminaba de alimentarse, asegurándose previamente que ella no se fuera a ir en sangre, por la herida que le había hecho usando su poder para ayudarla a regenerar las heridas, mientras lamia y soltarla hacia delante, luego de eso quería ver su reacción, quería ver el odio y la rabia en sus ojos, ver también la impotencia. Este como si nada hubiera pasado comenzó a limpiar de su boca y labios la sangre mirándola de reojo.
-Debéis tener mas cuidado con vuestras acciones, habláis mucho pero estáis lejos de lograr lo que diceis cazadora.
Este dijo para luego fijar la atención en ella, evaluándola si merecía la pena dejarla viva o quizás era mejor acabar con ella en ese mismo instante, era débil frágil su cuerpo se destrozaría sin mucho problemas, incluso podría romper su cuello, como un niño destroza una rama en el parque, pero a el siempre solían ocurrirse formas mas dolorosas y crueles de lograr tales propósitos.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Una excitada exhalación salió de mis labios cuando, sin ser capaz de visualizar su ataque, el inmortal al que terminaba de provocar se colocó tras de mí en apenas una milésima de segundo. Más contra todo pronóstico, en lugar de intentar darle muerte con una de mis estacas e incluso huir de allí para salvar mi vida, me mantuve en esa posición con la respiración entrecortada y la extraña necesidad de sentirlo más cerca de mi ser. Cerré los ojos despacio, dejándome llevar por la sensación de ser mordida, por el placer de sentirme por una vez sometida entre sus brazos. Sin saber cómo ni por qué ese gesto, que me pareció tan íntimo al tener su cuerpo pegado al mío, no me produjo ningún tipo de repugnancia, sino todo lo contrario. Era como si lo hubiese estado esperando desde que horas antes saliese en su búsqueda. Fue entonces cuando rápidas imágenes agolparon mi mente; visiones de lo acaecido noches antes y que poco a poco fueron completando las lagunas que yo tenía de su recuerdo.
Jadeé lentamente al darme cuenta que era lo que realmente había sucedido durante nuestro anterior encuentro; como se había aprovechado de mi inocencia y había cometido la peor aberración de todas. Sentí palidecer en ese preciso instante, y no solo por el hecho de que estuviese alimentándose de mí, sino por darme cuenta de que por unas horas le había dado el beneficio de la duda, había llegado a pensar que él podía ser diferente. Las nauseas y el malestar provocados por un recuerdo nítido de todo lo sucedido en nuestro último encuentro, amenazaban con dejarme en el estado de inconsciencia que bien deseaba esa noche. No quería recordar, ni pensar en todo lo que me había hecho ese ser desgraciado.
-Disfruta este momento como si fuese el último, porque te puedo asegurar que no volverás a probar esta sangre que tanto te gusta.- gruñí entre su mortal abrazo, viéndome todavía incapaz de apartarme de él por voluntad propia. Pero, ¿qué me pasaba? ¿Es que acaso no había visto ya suficiente?
Misteriosamente concluyó su mordisco antes de matarme e incluso de dejarme sumamente débil, asegurándose de que no continuaba sangrando por la herida que él mismo me había provocado. Jadeé al sentir su fría lengua acariciando mi piel, limpiando hasta la última gota de sangre que borboteaba de mi cuello sin medida. Al soltarme definitivamente, mis rodillas temblaron fruto del cansancio y la pérdida de sangre, haciéndome caer torpemente hacia delante donde tuve que apoyar una mano en el suelo para conseguir quedarme de rodillas antes de golpear el suelo.
Miles de ideas acompañadas por los recuerdos recién recuperados de ese fatídico día pasaron por mi mente mientras mi mano se deslizaba lentamente hacia mi cadera, donde colgadas del cinturón pendían varias armas entre dagas de plata y afiladas estacas.
-Os equivocáis de nuevo conmigo; jamás pronuncio amenazas que no sea capaz de cumplir.- murmuré estando segura de que escucharía mis palabras aunque para el resto de humanos fuesen inapreciables. Y entonces, buscando el odio y el rencor que sentía hacia ese vampiro para convertirlas en la fuerza que necesitaba para enfrentarlo, desenfundé una de mis estacas mientras saltaba con rapidez para hacerle frente una vez más. Era muy probable que el arma no llegase a cumplir su misión, pero de lo que estaba segura es que después de haber yacido con un vampiro lo que menos me importaba era morir.
Jadeé lentamente al darme cuenta que era lo que realmente había sucedido durante nuestro anterior encuentro; como se había aprovechado de mi inocencia y había cometido la peor aberración de todas. Sentí palidecer en ese preciso instante, y no solo por el hecho de que estuviese alimentándose de mí, sino por darme cuenta de que por unas horas le había dado el beneficio de la duda, había llegado a pensar que él podía ser diferente. Las nauseas y el malestar provocados por un recuerdo nítido de todo lo sucedido en nuestro último encuentro, amenazaban con dejarme en el estado de inconsciencia que bien deseaba esa noche. No quería recordar, ni pensar en todo lo que me había hecho ese ser desgraciado.
-Disfruta este momento como si fuese el último, porque te puedo asegurar que no volverás a probar esta sangre que tanto te gusta.- gruñí entre su mortal abrazo, viéndome todavía incapaz de apartarme de él por voluntad propia. Pero, ¿qué me pasaba? ¿Es que acaso no había visto ya suficiente?
Misteriosamente concluyó su mordisco antes de matarme e incluso de dejarme sumamente débil, asegurándose de que no continuaba sangrando por la herida que él mismo me había provocado. Jadeé al sentir su fría lengua acariciando mi piel, limpiando hasta la última gota de sangre que borboteaba de mi cuello sin medida. Al soltarme definitivamente, mis rodillas temblaron fruto del cansancio y la pérdida de sangre, haciéndome caer torpemente hacia delante donde tuve que apoyar una mano en el suelo para conseguir quedarme de rodillas antes de golpear el suelo.
Miles de ideas acompañadas por los recuerdos recién recuperados de ese fatídico día pasaron por mi mente mientras mi mano se deslizaba lentamente hacia mi cadera, donde colgadas del cinturón pendían varias armas entre dagas de plata y afiladas estacas.
-Os equivocáis de nuevo conmigo; jamás pronuncio amenazas que no sea capaz de cumplir.- murmuré estando segura de que escucharía mis palabras aunque para el resto de humanos fuesen inapreciables. Y entonces, buscando el odio y el rencor que sentía hacia ese vampiro para convertirlas en la fuerza que necesitaba para enfrentarlo, desenfundé una de mis estacas mientras saltaba con rapidez para hacerle frente una vez más. Era muy probable que el arma no llegase a cumplir su misión, pero de lo que estaba segura es que después de haber yacido con un vampiro lo que menos me importaba era morir.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El vampiro sonrió por la amenaza que ella hacia sobre la otra amenaza, que era capaz de cumplir aquello estaba demasiado débil, como para lograr hacerle algún problema al vampiro, ya incluso en su mejor estado no seria capaz de suponer una amenaza para el mismo, menos aun estando recién drenada por este y afectada mentalmente por los recuerdos que el le había permitido a ella recuperar en ese momento, una leve sonrisa se figuro en los labios del vampiro, que espero que ella actuara en cuanto salto, este pareció como una ilusión que se descanso en el ultimo segundo haciendo que el cuerpo de la humana, se estrellara contra el suelo, quedara tirada en este el mismo se arrodillo a su lado, metiendo su mano en el cuero cabelludo de ella a la altura de su nuca y la agarro del pelo jalando de este hacia arriba, forzándola a ponerse de cuatro en el suelo y le menciono a su lado.
-Eres débil humana, tienes poco aguante lo comprobee aquella noche, oh lo estas recordando por eso esa agresividad, te abre devuelto los recuerdos sin querer.
Aquello lo dijo con cierta malicia, en sus palabras solamente para provocarla mas, con su mano libre se encargo de librarla de sus armas, dejarla solamente con la ropa que vestía, pensó en jalarla de este cabello para hacerla ponerse de pie y gritar, pero opto por soltarla y clavar su mano derecha con la estaca que ella pensaba usar contra el conta el suelo, sonriendo levemente.
-Sabes eres atrevida, me gustaba eso en ti, me intentaste varias veces matar aunque sabias que fallarías y ahora en este momento tan débil, tan cristalina aun intentas hacerlo tienes agallas, pero no iras muy lejos.
-Eres débil humana, tienes poco aguante lo comprobee aquella noche, oh lo estas recordando por eso esa agresividad, te abre devuelto los recuerdos sin querer.
Aquello lo dijo con cierta malicia, en sus palabras solamente para provocarla mas, con su mano libre se encargo de librarla de sus armas, dejarla solamente con la ropa que vestía, pensó en jalarla de este cabello para hacerla ponerse de pie y gritar, pero opto por soltarla y clavar su mano derecha con la estaca que ella pensaba usar contra el conta el suelo, sonriendo levemente.
-Sabes eres atrevida, me gustaba eso en ti, me intentaste varias veces matar aunque sabias que fallarías y ahora en este momento tan débil, tan cristalina aun intentas hacerlo tienes agallas, pero no iras muy lejos.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
Una décima de segundo fue solamente lo que necesitó el inmortal para esquivar mi frustrado ataque y dejarme en evidencia una vez más puesto que, con el impulso tomado y esperando que la estaca que empuñada terminase incrustada en su pecho, terminé cayendo de bruces contra el suelo traicionada por la fuerza de la gravedad.
Sin abrir la mano para soltar el arma, mis rodillas golpearon dolorosamente el húmedo asfalto, al igual que mis nudillos, que quedaron lastimados por el roce con éste. Apreté los dientes con fuerza al sentir el punzante dolor que sentía en las rodillas por haber caído de esa forma, más sin duda no fue nada comparable como cuando sus vigorosas manos sujetaron con fuerza mi pelo por la base de la coleta que lo recogía, obligándome sin más opción a permanecer arrodillada en una postura de total sumisión.
-Si tan débil le parezco es que no me conoceis bien. Lo que visteis aquella noche no es nada comparado con lo que soy capaz de hacer cuando estoy enojada y ahora querido amigo lo estoy.- gruñí entre dientes, tironeando inútilmente para soltarme de su agarre. Los recuerdos que tan vagamente habían estado pasando por mi memoria durante las últimas horas, aparecían ahora transparentes como el agua, provocando que hasta mi alma sintiese una profunda repulsión por ese ser que ahora me susurraba al oído.
- Y no se preocupe por su despiste, le agradezco que me haya recordado lo sucedido. Al parecer el tiempo que pasé con vos me resultó tan monótono que apenas lo recordaba.- me encogí de hombros a duras penas, fingiendo una indiferencia que no sentía.- Además, está bien tener nuevas razones para mataros, siempre las mismas resulta aburrido, ¿no cree?
Podía sentir como una a una las armas que portaba en el cinturón iban desapareciendo y echadas a lo lejos.- ¿Es que acaso una débil humana como yo le produce tanto miedo como para desarmarla? Me lo imaginaba a vos más valiente.- apunté a sabiendas de que aquel vampiro no era de esos con los que se puedan gastar bromas. Pero la rabia se apoderaba de mi razón, y cabrearlo era lo único que me liberaba de la tensión que me ahogaba en esos momentos.
Un alarido de dolor salió de mi garganta cuando antes de retirarse el inmortal se aseguró de no ponerme las cosas fáciles. La estaca que hasta entonces había mantenido sujeta contra el suelo, siendo incapaz de moverla sin que el inmortal tironease de mi cabellera, ahora se encontraba clavada contra el asfalto con mi mano de por medio. Unas candentes lágrimas resbalaban por mis mejillas, impotente por no poder devolverle con creces el dolor que ese monstruo que me estaba causando.
Haciendo acopio de todo el valor disponible y apretando la mandíbula hasta que los huesos de ésta crujieron, tiré de la parte posterior de la estaca hasta liberar la mano. Una mano que lo más probable es que quedase lastimada para siempre. Pero como bien me decía mi padre, nada está perdido hasta el último aliento, y a mí todavía me quedaban un par por dar.
-No lo celebre todavía. Soy una mujer persistente que siempre consigue lo que se propone.- susurré mientras me incorporaba del suelo, metiendo la mano herida dentro de la camisola para no moverla. Mis jadeos entrecortados eran señal inequívoca del momento critico en el que me encontraba; mi visión se nublaba por momentos provocado por el inminente dolor de la mano. Pero no estaba todo hecho aún, me quedaba mi último cartucho por quemar.
Lo miré fijamente, sonriendo de lado cuando dejé caer la estaca al suelo.-¿Preparado para el último baile?-susurré con cierto tono sarcástico, antes de abalanzarme sobre él, y saltar sobre su cintura para propinarle un buen mordisco en el cuello. Ojo por ojo, diente por diente, pensé mientras con la mano herida soltaba de mi coleta un punzante punzón que esperaba que esta vez me resultase útil.
Sin abrir la mano para soltar el arma, mis rodillas golpearon dolorosamente el húmedo asfalto, al igual que mis nudillos, que quedaron lastimados por el roce con éste. Apreté los dientes con fuerza al sentir el punzante dolor que sentía en las rodillas por haber caído de esa forma, más sin duda no fue nada comparable como cuando sus vigorosas manos sujetaron con fuerza mi pelo por la base de la coleta que lo recogía, obligándome sin más opción a permanecer arrodillada en una postura de total sumisión.
-Si tan débil le parezco es que no me conoceis bien. Lo que visteis aquella noche no es nada comparado con lo que soy capaz de hacer cuando estoy enojada y ahora querido amigo lo estoy.- gruñí entre dientes, tironeando inútilmente para soltarme de su agarre. Los recuerdos que tan vagamente habían estado pasando por mi memoria durante las últimas horas, aparecían ahora transparentes como el agua, provocando que hasta mi alma sintiese una profunda repulsión por ese ser que ahora me susurraba al oído.
- Y no se preocupe por su despiste, le agradezco que me haya recordado lo sucedido. Al parecer el tiempo que pasé con vos me resultó tan monótono que apenas lo recordaba.- me encogí de hombros a duras penas, fingiendo una indiferencia que no sentía.- Además, está bien tener nuevas razones para mataros, siempre las mismas resulta aburrido, ¿no cree?
Podía sentir como una a una las armas que portaba en el cinturón iban desapareciendo y echadas a lo lejos.- ¿Es que acaso una débil humana como yo le produce tanto miedo como para desarmarla? Me lo imaginaba a vos más valiente.- apunté a sabiendas de que aquel vampiro no era de esos con los que se puedan gastar bromas. Pero la rabia se apoderaba de mi razón, y cabrearlo era lo único que me liberaba de la tensión que me ahogaba en esos momentos.
Un alarido de dolor salió de mi garganta cuando antes de retirarse el inmortal se aseguró de no ponerme las cosas fáciles. La estaca que hasta entonces había mantenido sujeta contra el suelo, siendo incapaz de moverla sin que el inmortal tironease de mi cabellera, ahora se encontraba clavada contra el asfalto con mi mano de por medio. Unas candentes lágrimas resbalaban por mis mejillas, impotente por no poder devolverle con creces el dolor que ese monstruo que me estaba causando.
Haciendo acopio de todo el valor disponible y apretando la mandíbula hasta que los huesos de ésta crujieron, tiré de la parte posterior de la estaca hasta liberar la mano. Una mano que lo más probable es que quedase lastimada para siempre. Pero como bien me decía mi padre, nada está perdido hasta el último aliento, y a mí todavía me quedaban un par por dar.
-No lo celebre todavía. Soy una mujer persistente que siempre consigue lo que se propone.- susurré mientras me incorporaba del suelo, metiendo la mano herida dentro de la camisola para no moverla. Mis jadeos entrecortados eran señal inequívoca del momento critico en el que me encontraba; mi visión se nublaba por momentos provocado por el inminente dolor de la mano. Pero no estaba todo hecho aún, me quedaba mi último cartucho por quemar.
Lo miré fijamente, sonriendo de lado cuando dejé caer la estaca al suelo.-¿Preparado para el último baile?-susurré con cierto tono sarcástico, antes de abalanzarme sobre él, y saltar sobre su cintura para propinarle un buen mordisco en el cuello. Ojo por ojo, diente por diente, pensé mientras con la mano herida soltaba de mi coleta un punzante punzón que esperaba que esta vez me resultase útil.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: ¿Fantasía o Realidad? [Privado Kenner Clapton]
El inmortal estaba empezando a quedarse aburrido de tener que soportar dicha mortal, cuando no dejaba de hablar provocandole era cierto que quizás ese era su objetivo, lograr que su ego fuera lastimado por sus palabras acusadoras y dañinas disparadas como setas hacia el vampiro ,que en realidad se divertía con ese intento tan mortal de hacer perder el control a los demás, era algo típico de aquellos que no poseían el poder suficiente, para lograr las cosas por sus medios, continuo castigando la hasta ver que esta, estaba dispuesta a un ultimo baile, elevo la ceja y destello sus ojos, haciendo el gesto de la suspiracion mirándola para ver como saltaba, a caso todos sus años de cazeria si era que los tenia no le habían enseñado que los vampiros son mucho mas rápidos que los mortales, cuanto mas año mas incluso su fuerza y velocidad se veían realzadas. Antes que ella pudiera llegar a su cuerpo este alzo su mano y golpeo el pecho de ella con algo de fuerza, haciendo que saliera expedida unos metros hacia atrás. Mientras ahora el caminaba hacia ella.
Cuando ella amenazo en levantarse el incremento su velocidad y se paro frente a ella doblando sus rodillas sujetándola del hombro, para que no se levantara tuviera que tumbarse en el suelo, este sonrió recordando sus palabras para decirlas como si disfrutara cada una de sus letras.
-Un ultimo baile he, me asegurare de que así sea durante tu mortalidad, quizás te deje bailar conmigo cuando te unas a mi en la inmortalidad, ser lo que mas odias sera divertido.
Dijo mientras dejaba ver sus colmillos, pronunciarse en su rostro, este había colocado su mano sobre su frente, ejerciendo la presión necesaria, para que pareciera una piedra sobre ella. Pero en vez de clavar sus colmillos sus ojos destellaron dejando le ver todos sus recuerdos, permitiendo le viajar, por su mente viendo el momento en que se volvió lo que era, por que les odiaba tanto, por le hecho de que ella le estaba buscando a el invadió todos sus recuerdos sin tener piedad por ni siquiera uno. Este comenzó a modificar los recuerdos que recién tenia los mas recientes, divirtiéndose con invertir aquellas cosas, quizás para dejarle soñar un poco, pero también para que no le volviera a buscar, no podía dejar que alimentara su odio, sabia que ella seria capaz de seguirlo hasta el fin del mundo con tal de darle muerte, después de todo lo que había pasado. Al terminar dio una carga mental en ella, para que quedara algo atontada durante unos días, así le llevaría un poco mas de tiempo acostumbrarse a lo que estaba en su entorno.
-Si no hubieras tenido esto tan arraigado en ti, hubiera sido divertido usarte de otra forma, pero mejor nos despedimos aquí o quizás nos veamos de nuevo para un ultimo vals....
Dejo una memoria en su subconsciente, algo que el se divertiría llegado su momento hacerlo, un recuerdo de una fiesta de mascaras que el tenia interés en asistir. Este desapareció junto con su ayudante cambiante del lugar.
Cuando ella amenazo en levantarse el incremento su velocidad y se paro frente a ella doblando sus rodillas sujetándola del hombro, para que no se levantara tuviera que tumbarse en el suelo, este sonrió recordando sus palabras para decirlas como si disfrutara cada una de sus letras.
-Un ultimo baile he, me asegurare de que así sea durante tu mortalidad, quizás te deje bailar conmigo cuando te unas a mi en la inmortalidad, ser lo que mas odias sera divertido.
Dijo mientras dejaba ver sus colmillos, pronunciarse en su rostro, este había colocado su mano sobre su frente, ejerciendo la presión necesaria, para que pareciera una piedra sobre ella. Pero en vez de clavar sus colmillos sus ojos destellaron dejando le ver todos sus recuerdos, permitiendo le viajar, por su mente viendo el momento en que se volvió lo que era, por que les odiaba tanto, por le hecho de que ella le estaba buscando a el invadió todos sus recuerdos sin tener piedad por ni siquiera uno. Este comenzó a modificar los recuerdos que recién tenia los mas recientes, divirtiéndose con invertir aquellas cosas, quizás para dejarle soñar un poco, pero también para que no le volviera a buscar, no podía dejar que alimentara su odio, sabia que ella seria capaz de seguirlo hasta el fin del mundo con tal de darle muerte, después de todo lo que había pasado. Al terminar dio una carga mental en ella, para que quedara algo atontada durante unos días, así le llevaría un poco mas de tiempo acostumbrarse a lo que estaba en su entorno.
-Si no hubieras tenido esto tan arraigado en ti, hubiera sido divertido usarte de otra forma, pero mejor nos despedimos aquí o quizás nos veamos de nuevo para un ultimo vals....
Dejo una memoria en su subconsciente, algo que el se divertiría llegado su momento hacerlo, un recuerdo de una fiesta de mascaras que el tenia interés en asistir. Este desapareció junto con su ayudante cambiante del lugar.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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