Receso para la lujuria || Prive +18

Previamente...


-AAAHHHH- es lo primero q sale de mi boca al ser tomada de los cabellos, mis ojos se abren como dos grandes lunas al escuchar su tono de voz, su tono y las palabras asustándome. Es oficial, me he convertido en un ratón miedoso. Se me empaña la vista al sentir como se vuelven lacrimógenos mi ojos, no e pensando en gritas hasta que me ha tapado la boca y para ello ya es muy tarde. Mi dios bendito, aprieto los muslos al escucharlo decir tan convencido … quiero que tu me abras tus piernas y me dejes ver como te corres, quiero ver lo que mi verga se va a devorar lenta y salvajemente… no se si no puedo respirar por lo q me acaba de decir o porque me esta tapeando la boca pero sus palabras no acaban … mientras te este cogiendo… …en posturas tan vergonzosas… …te dolerá el cuerpo… y en ello aparece la palabra que me descompone por completo “violaré” y si el me lo había advertido pero yo no lo habia tomado en un sentido tan liteal.

Me empuja contra la puerta un auto alzando por completo la falda de lo que se supone es mi vestido, el viento pega contra mi culo desnudo el cual muestra aquella ropa intima de encaje que el a mencionado momentos antes, pero no se detiene a admirar como ha dicho simplemente los ha jalado haciendo q el elástico me recorra hasta caer mas y mas por mis piernas que son separadas por Matyas, mi cuerpo tiembla por completo de miedo, me trago aquellos sollozos que están por escapar, empuja mi cabeza pero yo no hago mas q morderme de nuevo los labios y de la nada siento como entran en mi moviéndose con violencia, urga y se mueve mas y mas y de la nada –Maattyya…. Aaahhhhh- muerdo mis labios de nuevo sientiendo mi espalda arquearse, mi nuca pega contra el pecho de el. Estoy roja, húmeda y muero de miedo. Las grimas han comenzado a salir de mis ojos. No sé si estoy mal o loca o demasiado excitada. –Por favor –susurro temblando por la picazón de aquellas nalgadas, q me hacen apretar los muslos derramando lagrimas al sentirme bacía.

Me gira y el beso es demasiado, su húmeda lengua que juega con la mía en una sensual invitación al pecado, la forma posesiva con laque me reclama, y sus manos que me desvisten… ¡Me que! La puesta del auto se abre, caigo dentro de forma torpe pues mis bragas han hecho la maldad de atorarse en aquellos estúpidos zapatos altísimos, los que termino zafándomelos y dejándolos botados junto a mi ropa interior. Lo miro, gloriosamente semi desnudo, sin camisa y con la bragueta abierta, me arrincono en el lado opuesto por donde hemos entrado, yo estoy igual, los pechos me saltan a la vista, no tengo calzones y vestido lo tengo arremolinado en las caderas –Matyas… por favor… -susurro en un hilo de voz sollozando. Mi mano busca la manija pero al jalarla esta cerrada –No asi, oh por favor no a la fuerza –rompo a llorar, las lagrimas caen en cascada por mis mejillas. Si, excitada y aterrada, quien mierda lo diría.

Me cubrí la boca con las manos y casi se me salieron los ojos cuando él se quito el pantalón como si estuviera en la comodidad de su habitación, me mordí los labios fuerte mirándole la entrepierna hasta que la puerta del carro ce cerro, eso no me iba a entrar… me iba a doler mucho mas que… ¡Oh por dios mío, pero que estaba pensado! ¿Por qué pensaba aun en eso? ¿Pero porque me predisponía a ello? ¡Oh era tan simple aceptar que yo también lo deseaba a él igual o incluso más!. Su toque me hace mirarlo a los ojos, el no despega la mirada mientras me abre las piernas de forma suave en una caricia firme –No –Aguanto la respiración mientras intento alejar su rostro de ahí, me estremezco en un temblor de pies a cabeza sintiendo su húmeda lengua entrar en contacto en mi zona mas sensible. Le miro embobada cuando me ordena mantener las piernas bien abiertas para él, siento que el corazón se me saldrá del pecho –eh… eso no me va a … a entrar… Matyas –susurro pasando la mirada de nuestros sexos a su obscurecida mirada

Niego, y afirmo y vuelvo a negar, no entiendo que tiene que ver el que sepa manejar en esta situación -¿Me… me enseñaras ahora? –pregunto cuando él a acabado su explicación, me toma con fuerza de las piernas –Aahhhh –grito aferrando los brazos a cuello, no me muevo, me siento llena, llena por completo, pero no duele, y se siente tan bien –¡¡¡Matyaaahhh!!! –Grito sintiendo como llega al fondo arqueando mi cuerpo, pegándolo al de él, mis pezones en punta se frotan, siento los pechos demasiado sensibles, pesados. Trato de recuperar el aliento que me roba, estoy temblando. Gimoteo al escuchar cómo me describe. Afirmo ante la explicación agachando la mirada, cerrando los ojos sintiendo como todo mi cuerpo quema –El carro ya está muy caliente –gimo yéndoseme la voz aferrándome más a él. Necesito, pero no se que necesito –No… no yo no… no soy una perrita pervertida, yo nunca… he hecho algo así –mantengo los ojos fuertemente cerrados, intento moverme pero el continua acariciándome la cadera, me toma de las muñecas y me inmoviliza mientras continua instándola que le diga que siento –Siento… siento como me llenas… siento… q es grande… tu piel esta muy caliente –le miro mientras acerco mis labios a los de él –así debió de ser –pienso en voz alta buscando un beso enredando mi lengua en busca de la suya. Un fiero y húmedo beso. Bueno, no en un auto después de una borrachera y tampoco después de a verle vomitado encima, pero si así, asi debería ser cada que te folle algún chico, que te lleve hasta el punto de la locura, que le desees tanto que te derritas por él en cuento sus manos comiencen a acariciarte. Ahora entendía los comentarios de Rubí –Esto… esto no es a la fuerza –susurre rompiendo el beso –Rubi diría que te gusta el juego rudo pero yo deseaba demasiado que pasara esto –suplico desespera intentando moverme.

Muerdo su quijada, mi lengua le lame el cuello, y entre besos, lamidas y mordidas logro que me suelte. Las manos de Matyas se van a mi cadera, sube la prenda por mi torso aprovechando acariciando mi piel, la prenda queda de lado y mi cabello cae en cascada entre los dos, un jalón libera por completo mis pechos y sus manos regresan a mis nalgas cargándome un poco enterrándose de nuevo por completo en mi. Recargo mi frente en su mentón enterrándole las uñas en los hombros, lo escucho gemir y siento su sonrisa, me toma de la espalda cargándome –Matyas… Por favor –pido moviéndome un poco, no lo suficiente mientras los labios de él comienzan a lamer y mordisquear mis pecho –No… no… no… –canturreo en un susurro sin poder contener mis gemidos –AH… no… oh… ah ah –sus manos acarician todo mi cuerpo quemándolo, susurra algo sobre mis pechos –No… no son pequeños –susurro tomando su cabello jalándolo un poco haciendo que me mire –AH!! –grito ya que el muere mi pezón y no lo suelta. Un látigo de dolor y placer me hacen estremecerme.