AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Apprends-moi à la haime (Privado)
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Apprends-moi à la haime (Privado)
Estaba viviendo finalmente las consecuencias de mis actos, mi respiración estaba agitada y los latidos de mi corazón resonaban en mis oídos, llegué a los callejones, de entre todas las cosas que amaba de Paris, sus calles entrecruzadas como laberintos eran unas de las más resaltantes. Corría entre ellos sin rumbo alguno, esperando que los pasos acelerados detrás de mí se detuvieran, me habían atrapado. Se suponía que estaba haciendo una lectura del tarot gitano a un joven hombre, que he de decir me irritaba en demasía. Él tenía un porte de superioridad y un deje de maldad propia de todo aquel que porta riqueza desde su nacimiento, de aquellos que creen que el universo se mueve para satisfacer sus deseos. Y si, quizás mi lengua afilada me metió en este asunto, pero si debía quedarme ahí siendo víctima de un burócrata y sus burlas, que me cortaran la cabeza, pues, no es algo que soportaría. Él no soporto que alguien de mi clase le devolviera con saña cada uno de sus insultos y ahora estaba yo siendo perseguida por ser una estafadora a pesar que no le quite ni un franco a ese ser.
Finalmente los pasos a mis espaldas se detuvieron, y pare para tomar aire, ahora estaba perdida, pero era mejor estar perdida que en la horca por culpa de un patán con dinero. Me recosté a una de las paredes tomando aire, mirando alrededor, con temor, pero a la vez ansiando que esos guardias volvieran y desafiarlos, acabar con todo defendiendo en lo que creo.
Oí pasos, pero no encontré de donde provenían, mi pulso se aceleró nuevamente y me prepare, indecisa entre correr o hacerle frente a quienes me perseguían, sabiendo que cualquiera de las dos acciones podría cambiar mi vida o simplemente acabar con ella. Pero no eran los guardias, ni quien me había metido en este lio, era alguien más, alguien que no conocía y que por alguna razón le generaba desconfianza más que alivio.
Finalmente los pasos a mis espaldas se detuvieron, y pare para tomar aire, ahora estaba perdida, pero era mejor estar perdida que en la horca por culpa de un patán con dinero. Me recosté a una de las paredes tomando aire, mirando alrededor, con temor, pero a la vez ansiando que esos guardias volvieran y desafiarlos, acabar con todo defendiendo en lo que creo.
Oí pasos, pero no encontré de donde provenían, mi pulso se aceleró nuevamente y me prepare, indecisa entre correr o hacerle frente a quienes me perseguían, sabiendo que cualquiera de las dos acciones podría cambiar mi vida o simplemente acabar con ella. Pero no eran los guardias, ni quien me había metido en este lio, era alguien más, alguien que no conocía y que por alguna razón le generaba desconfianza más que alivio.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Entonces ocurrió, el tiempo perdió significado alguno, las horas no objetaron importancia y la noche se tornó eterna. Pronto su objetivo se vio claro desplazando pensamientos infustuosos cuya existencia solo proclamaba el motivo de atraer pesadumbre y aquello no era un lujo que pudiera darse. Podría buscar otra salida, y por mucho es a lo que ha dedicado su empresa por más de un siglo, sin embargo, ¿no fuera aún más sencillo desaparecer dejando atrás la tumba que ha cavado por más de tres mil años? Con certeza pero existe un código no escrito bajo el apellido Seung, el mismo codigo que los entrelazo antes de nacer y les llevó a conocer el abismo, los demonios que merodean tal como les place. Ese codigo que les ha conducido a forzar la puerta del infierno e interferir en la vida de chicos cuyo único pecado fue ver la luz de este terrible mundo.
Sus pies se desplazaban sutil y calmado por las calles de París. Curioso ante la nueva apariencia de la pequeña gitana, preguntandose que tanto le habría afectado el paso del tiempo y cuales mañas ha de haber añejado el mismo. Quizás era su habilidad para ver el futuro o tan solo ese carisma estafador que insistía en conservar, no podría decir con seguridad el por qué la gitana denotaba su curiosidad y no tenía interés en buscar respuesta. Hyun solía decir que algunos resultaban ser interesante, lo atribuyó tan solo a la vampira dada la fatídica conexión que guardaba con su hermano. Irónico lo rápido que cambió su pensar al toparse con la enigmática Ker. Avanzaba con prontitud sin alborotar no de solo de sus inexistentes latidos, lo que asemeja ser una sonrisa siniestra surca sus labios, la ha encontrado.
—Me descuido tan solo un poco y al regresar te encuentro huyendo por tu vida —sus palabras brotan atinadas y delicadas, contagiada de un extraño entretenimiento singular incluso para quien lo posee— ¿A quien has estafado esta vez? —inquiere de pie frente a ella, de brazos cruzados. Brindando poco interés a quienes pisaban los talones de la joven gitana.
No era propio interactuar con la presa, mucho menos jugar con su comida tal como reprochaba su hermano mayor con precisa insistencia, empero, existía cierta retorcida amistad entre el vampiro y la gitana que ni siquiera ellos descifraban aun. Ella amenazaba constantemente con develar sus planes y él pretendía ser víctima de sus timos, ambos jugando a engañarse. Dos mentirosos por naturaleza.
Sin intenciones a ser interrumpido, con delicadeza sujeto el brazo de la gitana resguardandola bajo la oscuridad que tan perfectamente conocía apenas alumbrados lo suficiente por la luz de la luna.
—¿En qué problemas te has metido ahora, Ker?
Sus pies se desplazaban sutil y calmado por las calles de París. Curioso ante la nueva apariencia de la pequeña gitana, preguntandose que tanto le habría afectado el paso del tiempo y cuales mañas ha de haber añejado el mismo. Quizás era su habilidad para ver el futuro o tan solo ese carisma estafador que insistía en conservar, no podría decir con seguridad el por qué la gitana denotaba su curiosidad y no tenía interés en buscar respuesta. Hyun solía decir que algunos resultaban ser interesante, lo atribuyó tan solo a la vampira dada la fatídica conexión que guardaba con su hermano. Irónico lo rápido que cambió su pensar al toparse con la enigmática Ker. Avanzaba con prontitud sin alborotar no de solo de sus inexistentes latidos, lo que asemeja ser una sonrisa siniestra surca sus labios, la ha encontrado.
—Me descuido tan solo un poco y al regresar te encuentro huyendo por tu vida —sus palabras brotan atinadas y delicadas, contagiada de un extraño entretenimiento singular incluso para quien lo posee— ¿A quien has estafado esta vez? —inquiere de pie frente a ella, de brazos cruzados. Brindando poco interés a quienes pisaban los talones de la joven gitana.
No era propio interactuar con la presa, mucho menos jugar con su comida tal como reprochaba su hermano mayor con precisa insistencia, empero, existía cierta retorcida amistad entre el vampiro y la gitana que ni siquiera ellos descifraban aun. Ella amenazaba constantemente con develar sus planes y él pretendía ser víctima de sus timos, ambos jugando a engañarse. Dos mentirosos por naturaleza.
Sin intenciones a ser interrumpido, con delicadeza sujeto el brazo de la gitana resguardandola bajo la oscuridad que tan perfectamente conocía apenas alumbrados lo suficiente por la luz de la luna.
—¿En qué problemas te has metido ahora, Ker?
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Taeyang Seung, cuando lo vi llegar con su característica sonrisa, llena de malicia, por un momento su familiaridad y una pequeña parte de mi traicionero corazón me hicieron sentir a salvo, antes de recordar que él era la verdadera amenaza y la razón de algunas de mis pesadillas, con respecto a él mis emociones siempre han sido contradictorias, incluso desde el momento en que lo conocí hace algunos años cuando las visiones de los hermanos Seung en mi futuro me mantenían aterrada, su presencia y el hecho de que me introdujera a este mundo fue tan reconfortante como intimidante, yo lucía más joven en ese entonces, él lucía exactamente igual y al momento en que me explicó como las criaturas míticas existían y que papel cumplíamos en ello, entendí que las sombras a su alrededor se aglomeraban para dejarle un eterno tormento y si bien no sentí pena por él, sentí admiración, porque no importa cómo o el coste que conlleve pero Taeyang siempre seguiría, era un hombre con un fin.
Tenía un porte elegante y representábamos un gran contraste debido a mis prendas de carácter gitano, coloridas y brillantes, éramos muy diferentes pero a la vez similares. Sonreí ladinamente una vez que se acercó a mí.
—En parte es tu culpa ¿Por qué he de tener cuidado cuando sé que al final arreglaras todo por mí?
En parte era cierto, él era el ser más oportuno que había pisado esta tierra según mi parecer, siempre reapareciendo en mi vida cuando lo necesitaba.
—Hasta lo haces sonar como si yo fuera el epítome de la estafa y los problemas en el mundo —Hice una pausa mirándolo con fingida inocencia antes de finalmente admitir mi delito — Fue un conde que no soportó lo afilado de una verdad bien dicha, pues, resulta que mató a su padre por órdenes de su esposa y ésta lo matará dentro de unos meses, pero no todos aceptan su destino, como tú y yo lo hacemos.
Lo que le hacía el amor a algunas personas, no era comparado por lo que hacían otras en busca de poder y riquezas, cosas tan banales y tan respetadas en nuestros tiempos.
—Pero, en lo que a problemas se refiere estos guardias son el menor de los míos, deberías pasarte un día por mi caravana el otro día estuvieron a punto de lincharme—Dije con un tono de gran diversión.
La aversión que tenían el resto de los gitanos hacia mí se derivaba de muchas razones, con su carácter tan conservador y mi espíritu liberal ya habían muchos problemas, pero mi origen y la maldición que se decía aquejaba a la familia de mi madre yo sólo representaba un mal augurio para todos ellos.
Tenía un porte elegante y representábamos un gran contraste debido a mis prendas de carácter gitano, coloridas y brillantes, éramos muy diferentes pero a la vez similares. Sonreí ladinamente una vez que se acercó a mí.
—En parte es tu culpa ¿Por qué he de tener cuidado cuando sé que al final arreglaras todo por mí?
En parte era cierto, él era el ser más oportuno que había pisado esta tierra según mi parecer, siempre reapareciendo en mi vida cuando lo necesitaba.
—Hasta lo haces sonar como si yo fuera el epítome de la estafa y los problemas en el mundo —Hice una pausa mirándolo con fingida inocencia antes de finalmente admitir mi delito — Fue un conde que no soportó lo afilado de una verdad bien dicha, pues, resulta que mató a su padre por órdenes de su esposa y ésta lo matará dentro de unos meses, pero no todos aceptan su destino, como tú y yo lo hacemos.
Lo que le hacía el amor a algunas personas, no era comparado por lo que hacían otras en busca de poder y riquezas, cosas tan banales y tan respetadas en nuestros tiempos.
—Pero, en lo que a problemas se refiere estos guardias son el menor de los míos, deberías pasarte un día por mi caravana el otro día estuvieron a punto de lincharme—Dije con un tono de gran diversión.
La aversión que tenían el resto de los gitanos hacia mí se derivaba de muchas razones, con su carácter tan conservador y mi espíritu liberal ya habían muchos problemas, pero mi origen y la maldición que se decía aquejaba a la familia de mi madre yo sólo representaba un mal augurio para todos ellos.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Existe un sin número de aspectos que le disgustan entorno a la caza en la que se ha visto atrapado desde tiempos inmemorables. Habita el hecho de someter a la bestia a actuar a causa de un poco de libertad cuando jura siempre haberla tenido; es tan enrevesado ignorar las cadenas que le unen a la muerte de personas que bien, en otras circunstancias no han de importar ante sus ojos. Sin embargo, nadie está escapo a ser víctima de las tretas del destino y vaya que el menor de los Seung conocía aquel concepto en toda su extensión.
Existía un manto diáfano en su modus operandi que contradecía la serenidad de sus facciones. Y es que, lo que alguna vez fue suplicio y mayor de sus castigo, poco a poco se convirtió en deleite. Si bien estaba condenado a cargar con las últimas palabras a quienes tomaba vida, si bien el remordimiento arremetía cuando más solo se hallaba, aprendió a vivir con los hechos, aceptar su naturaleza…, a convivir con ambas partes de un Franco. Después de todo, no tenía porque compadecerse con quienes no compartía gramo alguno de empatía, hasta que una inoportuna noche sus pasos encontraron a la atrevida Ker, quien en aquel entonces sorprendía a sus víctimas desde temprana edad y presentaba una amenaza mayor a sus benefactores de colisionar su mundo con el de los demás. Podría decir que fueron muchos los factores que le llevaron a no cortar la existencia de la joven en aquel entonces mas estaría mintiendo en la más vil de las formas posibles. Hoy la niña era una mujer, cada vez más avezada como lo fue en el pasado. Dueña de una mirada peculiar que incluso le hacía dudar en tocar uno solo de sus cabellos.
Años han pasado y sigue sin saber cómo propiamente justificar el no haber regresado con su cabeza la noche que su furtivo mundo fue obligado a colisionar con ella; y no es de pensar que el menor de las bestias se limitó a dejar marcas en la vida de la gitana pues si bien dudó, irrumpió en su vida de mano del más retorcido proceder: conocimiento. En ocasiones, no hay mejor regalo que el don de la ignorancia, empero, para el vampiro quien salió en busca de su presa nada más para encontrarse con una niña asustada por visiones que lo mostraban como la bestia que en realidad es.
Sin embargo, no es un secreto que, aunque ella fue su primera misión incompleta —por el momento—, disfrutaba sus rebuscadas explicaciones que apelaban al lado más simple del sentido común. Le hacía sonreír, no a causa de los nefastos deseos que en más de una ocasión lideraba su proceder, no, le hacía sonreír con genuina diversión, una que solo es capaz de recordar en sus pesadillas. ¿Cómo no, entonces, tender su protección cada que le necesitaba?
—¡Já! Claro que lo eres. Aunque sin duda te he mal acostumbrado —sonríe pícaro bajo las sombras sosteniendo a la ahora mujer en sus brazos—. Sí es ese su destino entonces no veo caso alguno en arrancarle yo mismo la cabeza.
Retrocede tan solo lo suficiente para admirar con detalle las facciones de la gitana, cruzado de brazos, capturado por esa sonrisa en particular que ella despertaba se inclina contra la pared a su espalda en tan angosto callejón y escucha entretenido las explicaciones de la dama. Singular, extraño…, atrayente como dos personajes tan remotamente llevados a conocerse, tan diferentes a simple vista compartían tan extraña química. No es que sus lazos sean tan rudimentarios a pesar de todo.
—Te lo había advertido Ker, no eres como ellos. Los mortales tienden a….¿linchar? —incluso término parece sonar fuera de lugar en él—, aquello que no comprenden. Lleva detrás de la oreja de Ker un mechón que retozaba en su rostro—. Con seguridad querrán acabar contigo si paso por allá. Y es mejor que no lo hagan, solo yo puedo disponer de ti, lo sabes—dice, y aunque entiende que es lo más cierto que se daría el lujo de admitir en toda la noche, comprende que es por igual, lo más humano que podría decir a alguien jamás. Aunque es de ellos que estamos hablando, las conversaciones se daban el lujo de ser sinceras a pesar de las mentiras que encontraron sus caminos.
Le mira con media sonrisa astuta en los labios, como si fuese a permitir que tocasen uno solo de sus cabello. Taeyang no tenía, aún, la respuesta al porqué de su accionar protector ante ella o el por qué sentía una extraña calidez a su lado…, mas se empeñaba en dilatar las respuestas tanto como le era admisible.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Al tenerlo tan cerca y con su media sonrisa característica me fui imposible no sentir una gran familiaridad, hasta el punto que inconscientemente apoyé mi frente en su pecho, inhalando profundamente el aroma de las calles de Paris incrustado en su ropa y mezclándose con el suyo propio. Por ese momento me sentí muy cansada como si mi travesía por las calles me pasase factura y se tornara más pesada al unirse a la falta de descanso que había tenido los últimos días al caer en la desdicha de no lograr acercarme a mi propia casa, el intenso proceso emocional que me había sido enterarme de que mi padre tenía una nueva familia y que decidió dejarme por mi cuenta, como si yo no lo necesitara más. Aferrarme a Tae, parecía lo correcto en ese momento, pero en el fondo sabía que esos sentimientos no me llevarían a ningún lado más que mi propia desdicha, conocer el futuro no era sólo una enorme carga sino también un impedimento para dejarse llevar por los sentimentalismos.
Debido al ángulo en que me encontraba un objeto que ya había olvidado manifestó su presencia, era una pequeña, casi insignificante daga, de plata con un gran rubí en la empuñadura y esmeraldas que lo rodeaban; la había robado al conde que trate de estafar, la había visto previamente en alguna de mis visiones siendo empuñada hacia mí. No soy de aquellos que buscan cambiar el futuro con desespero, soy más de quienes lo aceptan, respetan su curso y contribuyen a ello, al menos así solía ser; porque ahora he cambiado nuestro futuro, he estafado y asegurado mi supervivencia pero a un coste demasiado alto, eso él no lo sabía o al menos fingía no hacerlo, no podría asegurarlo. Lleve la daga hacia su cuello, delineando suavemente su yugular, si hacer un solo rasguño, él sabía que no lo lastimaría, yo sabía que eso no era necesariamente cierto.
— Tienes razón, los gitanos y sus costumbres, un joven apuesto a la vistas de las inocentes mujeres de la caravana, todos estarían en tu contra de inmediato— Baje la vista y la daga para entregársela— Es un regalo, la vi y me recordó a ti, no pude evitar robarla. —Sonreí traviesamente y despeje mi mente de las sombras que le rodeaban, olvidando por un momento la tormenta de problemas que tenía encima.
Empezaba a oscurecer y mi sentido de orientación no era muy bueno desde hace un par de calles, no sabía dónde estaba, ni a dónde ir a continuación, mis encuentros con Taeyang generalmente eran fugaces, intensos y significativos, pero tenían otra cosa en común y era que yo sabía que hacer después de sus repentinas sacudidas en mi mundo, pero esta vez no, esta vez me sentía sumamente perdida entre nuestras densas sombras, como si las mismas me ahogaran, un mal presentimiento, un falso presagio o una señal de que algo sucedería y que no podría evitarlo.
—¿Qué haremos a continuación? — Dije evitando su mirada, siguiendo con la mirada a una rata que se paseaba entre la basura del callejón, sintiendo como ese presentimiento me erizaba la piel — Creo que lo mejor será irnos de aquí, está oscureciendo y no sería correcto que nos encontraran solos en un callejón oscuro ¿Qué sería de mi dignidad de ser así? —Pregunté con sorna y una fingida sonrisa, esperando que entendiera el mensaje y mi urgencia de salir de ahí.
Los muros en ese callejón se me hacían más pequeños, tomé su mano y lo lleve hacia adelante para adentrarnos más en las calles de Paris.
Debido al ángulo en que me encontraba un objeto que ya había olvidado manifestó su presencia, era una pequeña, casi insignificante daga, de plata con un gran rubí en la empuñadura y esmeraldas que lo rodeaban; la había robado al conde que trate de estafar, la había visto previamente en alguna de mis visiones siendo empuñada hacia mí. No soy de aquellos que buscan cambiar el futuro con desespero, soy más de quienes lo aceptan, respetan su curso y contribuyen a ello, al menos así solía ser; porque ahora he cambiado nuestro futuro, he estafado y asegurado mi supervivencia pero a un coste demasiado alto, eso él no lo sabía o al menos fingía no hacerlo, no podría asegurarlo. Lleve la daga hacia su cuello, delineando suavemente su yugular, si hacer un solo rasguño, él sabía que no lo lastimaría, yo sabía que eso no era necesariamente cierto.
— Tienes razón, los gitanos y sus costumbres, un joven apuesto a la vistas de las inocentes mujeres de la caravana, todos estarían en tu contra de inmediato— Baje la vista y la daga para entregársela— Es un regalo, la vi y me recordó a ti, no pude evitar robarla. —Sonreí traviesamente y despeje mi mente de las sombras que le rodeaban, olvidando por un momento la tormenta de problemas que tenía encima.
Empezaba a oscurecer y mi sentido de orientación no era muy bueno desde hace un par de calles, no sabía dónde estaba, ni a dónde ir a continuación, mis encuentros con Taeyang generalmente eran fugaces, intensos y significativos, pero tenían otra cosa en común y era que yo sabía que hacer después de sus repentinas sacudidas en mi mundo, pero esta vez no, esta vez me sentía sumamente perdida entre nuestras densas sombras, como si las mismas me ahogaran, un mal presentimiento, un falso presagio o una señal de que algo sucedería y que no podría evitarlo.
—¿Qué haremos a continuación? — Dije evitando su mirada, siguiendo con la mirada a una rata que se paseaba entre la basura del callejón, sintiendo como ese presentimiento me erizaba la piel — Creo que lo mejor será irnos de aquí, está oscureciendo y no sería correcto que nos encontraran solos en un callejón oscuro ¿Qué sería de mi dignidad de ser así? —Pregunté con sorna y una fingida sonrisa, esperando que entendiera el mensaje y mi urgencia de salir de ahí.
Los muros en ese callejón se me hacían más pequeños, tomé su mano y lo lleve hacia adelante para adentrarnos más en las calles de Paris.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Estar tan cerca de ella era un error, cruzar si quiera palabra suponía desafiar las leyes del universo mismo, pero con ella ir en contra de los establecido le era placentero, despertaba en él un sentido de independencia sobre el cual no tuvo derecho incluso antes de ser concebido.
Deliberadamente sostiene con firmeza la cintura de la muchacha impulsándose con rapidez a la parte alta de la ciudad, como si se tratase de una fina muñeca regresa sus pies sobre el tejado de una enorme, lujosa residencia, alejados de los estólidos que la perseguían, mostrando quizás sin proponérselo, benevolencia no porque sintiera tal cosa, sino a cambio de unos minutos más a su lado. Y es que a pesar de las diferencias que yacían como abismo entre Ker y Taeyang, el misticismo entorno a la gitana le atraía de formas que había elegido no definir, que resultaba más viable ignorar junto con el fatídico hecho al que caminan los destinos de ambos.
—Un presente… —toma la daga de las manos de la muchacha, ignorando el rasguño en su piel a causa de la misma. Camina hasta la cornisa y como si la gravedad fuese permisiva con él, deja caer el cuerpo con elegancia sobre la misma, de espalda a Ker, dando el rostro a la luna que gentilmente ilumina su encuentro mientras examina con detenimiento y fingida curiosidad la daga—…, un regalo un tanto irónico ¿no creer, Ker? Quiero creer que es debido a que he llegado a conocerte y no sopesar la idea de que te has vuelto predecible —deja el objeto a un lado y dice: —. Acércate, no quiero usar mis poderes contigo…, no sería divertido —articula sereno—, además, no se supone que mueras esta noche. Ya he cenado de todos modos —bromea.
El tono en su voz pende entre lo divertido y tenebroso, mas sus palabras son ciertas. Los movimientos medidos que suelen escaparse de ella le advierten que ha seguido espiando en el futuro, que es concorde al mismo…, que desconfía de él y no la culpa.
Ker es posiblemente la única que conoce el porqué de la presencia de los hermanos Seung en París, no a sus hermanos de magia, pero sí el destino que comparten, es sin duda la única que cuenta con la gracia del vampiro, pero ¿Qué tan extensa ha de ser la misma? ¿lo suficiente como para protegerla o tan solo basta para comprarle unos días más de vida? Imposible saberlo con Taeyang, lo único cierto es que se complementan. Solo ella sabe hacer relucir una faceta del inmoral que ha sido indivisible para el resto. Empero, no es secreto que en cada encuentro la gitana se abstiene a la espera del fin, aguarda el día en el que las visiones se hagan realidad y la bestia que realmente es él, se manifieste.
—Tu dignidad está a salvo aquí, puedes bien distenderte.
Era inviable decir en qué punto el hombre se fundía con la bestia, o si alguna vez existió uno del todo.
No hace falta irrumpir en la mente de la gitana para conocer sus preocupaciones, o notar que sus ojos han llegado más allá del presente que los simples mundanos alcanzan a ver.
Deliberadamente sostiene con firmeza la cintura de la muchacha impulsándose con rapidez a la parte alta de la ciudad, como si se tratase de una fina muñeca regresa sus pies sobre el tejado de una enorme, lujosa residencia, alejados de los estólidos que la perseguían, mostrando quizás sin proponérselo, benevolencia no porque sintiera tal cosa, sino a cambio de unos minutos más a su lado. Y es que a pesar de las diferencias que yacían como abismo entre Ker y Taeyang, el misticismo entorno a la gitana le atraía de formas que había elegido no definir, que resultaba más viable ignorar junto con el fatídico hecho al que caminan los destinos de ambos.
—Un presente… —toma la daga de las manos de la muchacha, ignorando el rasguño en su piel a causa de la misma. Camina hasta la cornisa y como si la gravedad fuese permisiva con él, deja caer el cuerpo con elegancia sobre la misma, de espalda a Ker, dando el rostro a la luna que gentilmente ilumina su encuentro mientras examina con detenimiento y fingida curiosidad la daga—…, un regalo un tanto irónico ¿no creer, Ker? Quiero creer que es debido a que he llegado a conocerte y no sopesar la idea de que te has vuelto predecible —deja el objeto a un lado y dice: —. Acércate, no quiero usar mis poderes contigo…, no sería divertido —articula sereno—, además, no se supone que mueras esta noche. Ya he cenado de todos modos —bromea.
El tono en su voz pende entre lo divertido y tenebroso, mas sus palabras son ciertas. Los movimientos medidos que suelen escaparse de ella le advierten que ha seguido espiando en el futuro, que es concorde al mismo…, que desconfía de él y no la culpa.
Ker es posiblemente la única que conoce el porqué de la presencia de los hermanos Seung en París, no a sus hermanos de magia, pero sí el destino que comparten, es sin duda la única que cuenta con la gracia del vampiro, pero ¿Qué tan extensa ha de ser la misma? ¿lo suficiente como para protegerla o tan solo basta para comprarle unos días más de vida? Imposible saberlo con Taeyang, lo único cierto es que se complementan. Solo ella sabe hacer relucir una faceta del inmoral que ha sido indivisible para el resto. Empero, no es secreto que en cada encuentro la gitana se abstiene a la espera del fin, aguarda el día en el que las visiones se hagan realidad y la bestia que realmente es él, se manifieste.
—Tu dignidad está a salvo aquí, puedes bien distenderte.
Era inviable decir en qué punto el hombre se fundía con la bestia, o si alguna vez existió uno del todo.
No hace falta irrumpir en la mente de la gitana para conocer sus preocupaciones, o notar que sus ojos han llegado más allá del presente que los simples mundanos alcanzan a ver.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
La presión desapareció suplida por la breve desorientación de viajar con las habilidades de una criatura de su calaña.
Con dificultad me acerqué hacia donde él se encontraba y le observé, era imposible negar que había pasado noches en vela buscando por otra opción, buscando un futuro donde pudiera salvarle de la oscuridad que habitaba dentro de él. Lamentablemente yo no era el estelar en la obra trágica que conformábamos, ni mucho menos el ser más virtuoso en esta historia, que podría redimirlo como premio a una insufrible travesía, sólo era una gitana embarcada por accidente en un peligroso juego con el vampiro en mis pesadillas, uno del cual podría escapar pero elegí no hacerlo. Y aunque Taeyang estaba hundido en sus sombras era imposible no ver algo brillante en él, quizás no fuera bondad o benevolencia, pero había algo que me instaba a acercarme una y otra vez, sin importar las advertencias. Quizás pensara que no había utilizado sus poderes en mí, pero yo lo veía de otra forma debido a que no podía existir otra manera de explicar la atracción fatal que sentía hacia él y que prevalecía aun cuando las dudas me embargaban, quizás fuera un hechizo, una maldición, o sólo la necesidad de afecto que en el fondo sabía cargaba en mis hombros. Fuere lo que fuera debía olvidarlo, aunque lo más difícil era hacer que dicha afirmación sonara como tal y no como una interrogante en mi mente.
—¿Predecible? ¿Yo? Intentaré no sentirme ofendida ante tal acusación —Dije con tono indignado —Y por supuesto que no moriré esta noche, y sí así fuera lamento decirte que me defraudarías enormemente, sólo una cornisa y una broma de tu parte, pensé que el último día en el que tengas el placer de tenerme a tu lado sería mucho más memorable. —Bromeé de vuelta y el ambiente se distendió para volver al aura afable que teníamos anteriormente.
En momentos como esos era realmente difícil imaginarse a Taeyang como el temible y letal verdugo que se supone era, el cual se permitía ser el raciocinio dentro de la bestia de su hermano, ambas partes unidas hasta los confines de sus propias existencias, algo que aún no comprendía del todo.
Por un momento quise preguntarle si él al igual que yo creía que había un futuro, alguno que yo aún no haya explorado, donde salimos ilesos de esto, sin heridas de ningún tipo, para tener un final feliz, pero me retracte rápidamente porque sabía cuál sería su respuesta y cuanto me entristecería escucharla de sus labios, porque en ese momento entendería que a fin de cuentas no era negatividad, era sólo la simple y llana verdad.
—Gracias por preocuparte por lo que queda de mi dignidad, sinceramente no podría aguantar nuevamente un baño en leche de cabra para preservar mi pureza y ser digna de algún joven que se encuentre tan adentrado en su locura que desee ser mi marido. —Dije con sorna, las costumbres gitanas tachaban en lo inaudito y el hecho de que todas las mujeres de la caravana dieran a luz pequeños niños como único propósito de vida no hacia otra cosa más que asquearme. —Aunque quizás no debería preocuparme puesto que no deseo volver con ellos, prefiero las calles antes que volver a esa cuna de enajenación.
Con dificultad me acerqué hacia donde él se encontraba y le observé, era imposible negar que había pasado noches en vela buscando por otra opción, buscando un futuro donde pudiera salvarle de la oscuridad que habitaba dentro de él. Lamentablemente yo no era el estelar en la obra trágica que conformábamos, ni mucho menos el ser más virtuoso en esta historia, que podría redimirlo como premio a una insufrible travesía, sólo era una gitana embarcada por accidente en un peligroso juego con el vampiro en mis pesadillas, uno del cual podría escapar pero elegí no hacerlo. Y aunque Taeyang estaba hundido en sus sombras era imposible no ver algo brillante en él, quizás no fuera bondad o benevolencia, pero había algo que me instaba a acercarme una y otra vez, sin importar las advertencias. Quizás pensara que no había utilizado sus poderes en mí, pero yo lo veía de otra forma debido a que no podía existir otra manera de explicar la atracción fatal que sentía hacia él y que prevalecía aun cuando las dudas me embargaban, quizás fuera un hechizo, una maldición, o sólo la necesidad de afecto que en el fondo sabía cargaba en mis hombros. Fuere lo que fuera debía olvidarlo, aunque lo más difícil era hacer que dicha afirmación sonara como tal y no como una interrogante en mi mente.
—¿Predecible? ¿Yo? Intentaré no sentirme ofendida ante tal acusación —Dije con tono indignado —Y por supuesto que no moriré esta noche, y sí así fuera lamento decirte que me defraudarías enormemente, sólo una cornisa y una broma de tu parte, pensé que el último día en el que tengas el placer de tenerme a tu lado sería mucho más memorable. —Bromeé de vuelta y el ambiente se distendió para volver al aura afable que teníamos anteriormente.
En momentos como esos era realmente difícil imaginarse a Taeyang como el temible y letal verdugo que se supone era, el cual se permitía ser el raciocinio dentro de la bestia de su hermano, ambas partes unidas hasta los confines de sus propias existencias, algo que aún no comprendía del todo.
Por un momento quise preguntarle si él al igual que yo creía que había un futuro, alguno que yo aún no haya explorado, donde salimos ilesos de esto, sin heridas de ningún tipo, para tener un final feliz, pero me retracte rápidamente porque sabía cuál sería su respuesta y cuanto me entristecería escucharla de sus labios, porque en ese momento entendería que a fin de cuentas no era negatividad, era sólo la simple y llana verdad.
—Gracias por preocuparte por lo que queda de mi dignidad, sinceramente no podría aguantar nuevamente un baño en leche de cabra para preservar mi pureza y ser digna de algún joven que se encuentre tan adentrado en su locura que desee ser mi marido. —Dije con sorna, las costumbres gitanas tachaban en lo inaudito y el hecho de que todas las mujeres de la caravana dieran a luz pequeños niños como único propósito de vida no hacia otra cosa más que asquearme. —Aunque quizás no debería preocuparme puesto que no deseo volver con ellos, prefiero las calles antes que volver a esa cuna de enajenación.
Ker Ahkbar- Gitano
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Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Lleva la mirada de la daga al firmamento nocturno mientras escucha con suma atención cada palabra pronunciada por la gitana. Se pregunta en que comento ha de caer la farsa y que tanto lo es entre ellos, donde comienzan las maldiciones y destinos fortuitos que aun habiendo una que otra descabellada solución se plantean inevitable…, y donde comenzaban ellos: dos criaturas más cuyos caminos estaban destinados sin más remedio. Media sonrisa surcó sus labios y ahora toda su atención se encuentra fija en ella.
—Jamás comprendí el deseo humano de casarse ni siquiera cuando fui parte de tal mundo —dice ponderando un tono aún entretenido.
Por razones que se empeñaba en ignorar, una sola mirada de la gitana alejaba la bestia forjada durante siglos de llamaradas, muertes y sangre…, ahuyentaba las pesadillas haciéndole, tontamente, olvidar por fracciones quizás el hombre que le hubiese gustado ser, al menos el generoso en lugar del que arranca corazones sin escatimar y vive con recuerdos ajenos; entonces ¿por qué tomarse el uno al otro pretendiendo que ambos desconocen el final de la obra que entrelaza sus destinos?
No es que Taeyang supiera que nombre atribuirle a la extraña relación que mantenía con Ker, si es que existía una del todo, no encontraba clasificación para las noches como estás en las que se hurtaban miradas furtivas y sonrisas letales. Poco reparaba en sí todo aquello era del todo correcto. Ker le proporcionaba una clase de serenidad que venía de la mano de cierto punto de adrenalina que en más de tres mil años no había encontrado en nadie más y aunque estaba al tanto que podría ser todo a causa del fastidioso proceso catártico que los conducía a un fin inevitable, tal como sucedía con los condenados que compartían dicha maldición, no le importaba. Era tan egoísta como disfrutar aquello efímeros momentos. Sin embargo, por más que lo intentase, no conseguía ignorarla a ella y la carga que estaba consciente, llevaba arrastras consigo.
—No te adelantes a los hechos, ambos sabemos que será sin dudas memorable —duda ante sus propias palabras—. Ker… —duda asalta por primera vez en mucho tiempo. Algo es certero, aquel nefasto juego que ambos han mantenido desde que se conocieron…, tiene amparo mientras ella así lo desee.
Y no es que sea el menor de los Seung un romántico empedernido, no es que mantenga esperanzas en un futuro inexistente, es todo debido a la gitana que sin su consentimiento se ha inmiscuido a diestra y siniestra en su camino, que ha insistido en mantener tan retorcido lazo con él aun sabiendo el demonio que en realidad es.
Sin consideración a decoro alguno, uno que no tenía lugar entre ellos, acortó distancia entre ambos con presteza y, procurando que no sea esta la noche, con cuidado a no rasgar la piel, acarició el rostro de la mortal con la yema del dedo sonriendo complacido ante su reacción
—Eso no fue predecible en lo absoluto. Aún no has perdido el toque —bromea dando cortos pasos atrás, retomando la distancia que los separaba.
—¿Por cuánto tiempo más quieres que sigamos fingiendo? —pronuncia abruptamente—. Tengo cierta inclinación por saber por qué no me temes…—dijo, con cierto dejo en la voz que rendía claridad ante la peculiar situación que los envolvía. No dudaba de la valentía de su acompañante, más bien le extrañaba sobre el qué la mantenía serena a su lado a pesar de las horribles cosas que ha visto.
—Jamás comprendí el deseo humano de casarse ni siquiera cuando fui parte de tal mundo —dice ponderando un tono aún entretenido.
Por razones que se empeñaba en ignorar, una sola mirada de la gitana alejaba la bestia forjada durante siglos de llamaradas, muertes y sangre…, ahuyentaba las pesadillas haciéndole, tontamente, olvidar por fracciones quizás el hombre que le hubiese gustado ser, al menos el generoso en lugar del que arranca corazones sin escatimar y vive con recuerdos ajenos; entonces ¿por qué tomarse el uno al otro pretendiendo que ambos desconocen el final de la obra que entrelaza sus destinos?
No es que Taeyang supiera que nombre atribuirle a la extraña relación que mantenía con Ker, si es que existía una del todo, no encontraba clasificación para las noches como estás en las que se hurtaban miradas furtivas y sonrisas letales. Poco reparaba en sí todo aquello era del todo correcto. Ker le proporcionaba una clase de serenidad que venía de la mano de cierto punto de adrenalina que en más de tres mil años no había encontrado en nadie más y aunque estaba al tanto que podría ser todo a causa del fastidioso proceso catártico que los conducía a un fin inevitable, tal como sucedía con los condenados que compartían dicha maldición, no le importaba. Era tan egoísta como disfrutar aquello efímeros momentos. Sin embargo, por más que lo intentase, no conseguía ignorarla a ella y la carga que estaba consciente, llevaba arrastras consigo.
—No te adelantes a los hechos, ambos sabemos que será sin dudas memorable —duda ante sus propias palabras—. Ker… —duda asalta por primera vez en mucho tiempo. Algo es certero, aquel nefasto juego que ambos han mantenido desde que se conocieron…, tiene amparo mientras ella así lo desee.
Y no es que sea el menor de los Seung un romántico empedernido, no es que mantenga esperanzas en un futuro inexistente, es todo debido a la gitana que sin su consentimiento se ha inmiscuido a diestra y siniestra en su camino, que ha insistido en mantener tan retorcido lazo con él aun sabiendo el demonio que en realidad es.
Sin consideración a decoro alguno, uno que no tenía lugar entre ellos, acortó distancia entre ambos con presteza y, procurando que no sea esta la noche, con cuidado a no rasgar la piel, acarició el rostro de la mortal con la yema del dedo sonriendo complacido ante su reacción
—Eso no fue predecible en lo absoluto. Aún no has perdido el toque —bromea dando cortos pasos atrás, retomando la distancia que los separaba.
—¿Por cuánto tiempo más quieres que sigamos fingiendo? —pronuncia abruptamente—. Tengo cierta inclinación por saber por qué no me temes…—dijo, con cierto dejo en la voz que rendía claridad ante la peculiar situación que los envolvía. No dudaba de la valentía de su acompañante, más bien le extrañaba sobre el qué la mantenía serena a su lado a pesar de las horribles cosas que ha visto.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Era una noche hermosa, de aquellas donde no había nubes a la vista y las luces que alumbraban tenuemente la ciudad no eran más que las mismas estrellas y la luna, que a su paso iba haciendo todo más hermoso, tiempo atrás eso significaba ir a la proa del barco de su padre e intentar identificar constelaciones, ahora al lado de Taeyang esta noche le dejaba un regusto amargo, preguntándose el porqué de la situación que los envolvía puesto que al parecer Ker había vivido su vida enredándose en cada complicación que la rozaba suavemente, como si acumulando puntos de un juego se tratara. Y ya no lo quería, no de esa forma, tan difícil y enrevesada, por un momento sólo quiso alejarse, dejarlo atrás, viviendo una vida tranquila hasta que simplemente el destino los hiciera volverse a encontrar para que él le diera fin al asunto de una vez por todas. Pero entonces le miraba, y por alguna razón muy lejana a su naturaleza solitaria, quería permanecer en contacto, teniendo continuamente un poco de ese juego de discretas verdades que ellos mismos habían creado, pero con el continuo recordatorio de que eso era lo único que podría obtener.
Un poco distraída apenas escucho aquello que decía, sin evitar un pequeño escalofrío al sentirlo tan cerca, y centrando su atención en evitar el pequeño mohín que estuvo a punto de hacer tras su ausencia, regañándose internamente por reacciones tan vánales y faltas de carácter.
Fingir, de eso se trata aquello, de esconder sentimientos que no tenían cabida en el destino que les esperaba, de bromear con temas que evitaban que durmiera por la noche y que a veces fuera imposible no temerle a la oscuridad, pero no a aquella que se da en la ausencia de luz, sino a la que se encontraba dentro de las personas carcomiendo cada ápice de bondad.
Le miró a los ojos antes de responder, expresando mucho más de lo que las palabras podrían.
—¿Realmente quieres que dejemos de fingir? Podríamos hacerlo, por una noche, quizás dos, — Suspiró — ¿Pero qué pasará después? ¿Seremos capaces de volver a esto? ¿Qué pasará si es demasiado bueno dejar de fingir? Si dejamos salir esto…
Pero su voz murió ahí, no queriendo decir más, bajando la mirada, abrazándose a sí misma, sintiéndose demasiado vulnerable, demasiado débil y odiaba sentirse así.
—Taeyang — Le llamó, aun encontrando cualquier cosa más interesante para mirar que a su interlocutor —No te temo, ni jamás te temeré por el simple hecho de que toda esa enorme oscuridad que hay en ti, tan inmensa y de profunda densidad, sólo logra resaltar más aun la pequeña luz que hay en tu interior, porque en ti hay más que maldad, de lo contrario ya yo no estaría aquí.
Algunas veces era imposible olvidar que él sería quién le arrebataría la vida…
—Como en el cielo nocturno, donde la oscuridad no hace más que embellecer las estrellas. — Odiándose un poco por la cursilería en sus palabras y aun evitando su mirada, se acercó más hacia a él, creyendo en lo que su padre le decía sobre como el contacto humano genera empatía y la credibilidad de las palabras. Finalmente y con el corazón acelerado cuando estuvo lo suficientemente cerca apoyó su mejilla en su hombro mirando hacia el cielo estrellado.
—Podríamos dejar de fingir —Dijo susurró.
… Pero otras, lo imposible era recordarlo.
Un poco distraída apenas escucho aquello que decía, sin evitar un pequeño escalofrío al sentirlo tan cerca, y centrando su atención en evitar el pequeño mohín que estuvo a punto de hacer tras su ausencia, regañándose internamente por reacciones tan vánales y faltas de carácter.
Fingir, de eso se trata aquello, de esconder sentimientos que no tenían cabida en el destino que les esperaba, de bromear con temas que evitaban que durmiera por la noche y que a veces fuera imposible no temerle a la oscuridad, pero no a aquella que se da en la ausencia de luz, sino a la que se encontraba dentro de las personas carcomiendo cada ápice de bondad.
Le miró a los ojos antes de responder, expresando mucho más de lo que las palabras podrían.
—¿Realmente quieres que dejemos de fingir? Podríamos hacerlo, por una noche, quizás dos, — Suspiró — ¿Pero qué pasará después? ¿Seremos capaces de volver a esto? ¿Qué pasará si es demasiado bueno dejar de fingir? Si dejamos salir esto…
Pero su voz murió ahí, no queriendo decir más, bajando la mirada, abrazándose a sí misma, sintiéndose demasiado vulnerable, demasiado débil y odiaba sentirse así.
—Taeyang — Le llamó, aun encontrando cualquier cosa más interesante para mirar que a su interlocutor —No te temo, ni jamás te temeré por el simple hecho de que toda esa enorme oscuridad que hay en ti, tan inmensa y de profunda densidad, sólo logra resaltar más aun la pequeña luz que hay en tu interior, porque en ti hay más que maldad, de lo contrario ya yo no estaría aquí.
Algunas veces era imposible olvidar que él sería quién le arrebataría la vida…
—Como en el cielo nocturno, donde la oscuridad no hace más que embellecer las estrellas. — Odiándose un poco por la cursilería en sus palabras y aun evitando su mirada, se acercó más hacia a él, creyendo en lo que su padre le decía sobre como el contacto humano genera empatía y la credibilidad de las palabras. Finalmente y con el corazón acelerado cuando estuvo lo suficientemente cerca apoyó su mejilla en su hombro mirando hacia el cielo estrellado.
—Podríamos dejar de fingir —Dijo susurró.
… Pero otras, lo imposible era recordarlo.
Ker Ahkbar- Gitano
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Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Taeyang nunca fue lo bastante egoísta como para desear algo para si mismo. Sus deseos siempre han sido todo menos sombras, silencios susurrados en la habitación más oscura al final de corredor; sin posiblemente proponérselo se ha limitado a seguir a quien contiene la otra mitad de su alma, sin tener la opción de decidir cedió una parte de sí y desde entonces quedó atrapado en una lucha en la que nunca estuvo destinado a formar parte. Irónico, tristemente jovial como todo lo que hizo falta fue la existencia de Ker, conocer su mirada precisamente y ese peculiar aire de vida para que el menor de los Taeyang anhelara más que la vida en la que se ha visto envuelto, para la que fue destinado incluso antes de ser concebido; quería mucho más de lo que un vil demonio como él podría atreverse a desear. Era entonces cuando concede que no era tan todopoderoso, no si su existencia se resumía en desesperadamente ahuyentar las pesadillas de la gitana que le miraba con tan intenso par de ojos, no cuando estaba al tanto de que era él quien protagoniza la mayor parte de tales pesadillas.
De pronto miles de años se tornaron válidos entorno a sus palabras, incluso puede afirmar ser lo bastante necio como para ver el fin de su inmortalidad con una sonrisa luego de las palabras enunciadas por Ker. Sin embargo, cómo podía él que no fue hecho para tal cosa querer proteger la vida de la gitana por sobre las intenciones de cualquier ser ¿quien era él para atreverse a desear más que los breves momentos, tan efímeros como un latido?
Imposible, pensó. El mero hecho de permitir tal cercanía era el más grande de los peligros para ella. El mundo siempre ha sido hostil, su crueldad no discrimina entre vivos o muertos, disfruta observar cómo sus hijos sufren y gritan y maldicen con ira…, aquella noche le confirmaba que su castigo apenas comenzaba.
—No decidido si eres muy necia o inútilmente valiente —pronuncia las palabras con cierto dejo de tristeza mientras acaricia el abundante cabello negro como la noche que les rodea de Ker. Entendió, por primera vez en siglos los sentimientos de su hermano hacia aquella inmortal que miles de décadas atrás conocieron. Se maldijo al sentir que quedaba atrapado, al reconocer que con gusto, de tener un corazón latiente, lo usaría en sí mismo antes de tocar un solo cabello de Ker; cuando se creía tan benevolente como para reconocer alguna debilidad.
¿Cómo podía ella ver tal cosa en él cuando ha sido testigo de lo que es él capaz? Si se tratase de una muñeca de porcelana la acogió en sus brazos y besó su frente como de pertenecer ambos al mismo mundo de los humanos hubiera hecho; con miedo de fragmentar su tersa piel con el más mínimo tacto. Era ella el primer ser vivo o muerto que vía tal cosa en él, no supo que ansiaba escuchar semejantes palabras hasta escucharlas salir tan bellos labios. Durante segundos que desearía fueran más eternos que el mismo universo se permite ser tan egoísta mas la realidad de ambos es otra.
—Irónico que seas lo primero que anhelo en más de tres mil años —media carcajada cargada de agonía y remordimiento se hace presente—, no puedo afirmar que lo que dices ver en mí sea cierto, no obstante, soy consciente de tus pesadillas sin necesidad de invadir tu mente tanto como para asegurarte que mientras yo esté nada te hará daño…, ni siquiera yo.
Y aunque sus palabras eran sinceras estaba consciente de que, fingir era la único que les restaba en el fatal destino que los envolvía. Aun así, sin importar las circunstancias seguía siendo ella quien había despertado en él el egoísmo y altruismo desafiandose a coexistir juntos en la misma bestia.
—Quién diría que la insolente Ker podía albergar tanta benevolencia hacia esta bestia —dice tan sombrío como entretenido. Y es era eso, de las tantas emociones que despertaba en él. Lo desafiaba en toda su extensión y le gustaba.
— ¿Que has visto? —no da vueltas en preguntar, renuente a usar sus habilidades. Ker era la mayor de las excepciones en eso que él hipocritamene llamaba existencia, necesitaba que permaneceria de ese modo y aquello incluí no hacerla, al menos, victima de sus trucos.
De pronto miles de años se tornaron válidos entorno a sus palabras, incluso puede afirmar ser lo bastante necio como para ver el fin de su inmortalidad con una sonrisa luego de las palabras enunciadas por Ker. Sin embargo, cómo podía él que no fue hecho para tal cosa querer proteger la vida de la gitana por sobre las intenciones de cualquier ser ¿quien era él para atreverse a desear más que los breves momentos, tan efímeros como un latido?
Imposible, pensó. El mero hecho de permitir tal cercanía era el más grande de los peligros para ella. El mundo siempre ha sido hostil, su crueldad no discrimina entre vivos o muertos, disfruta observar cómo sus hijos sufren y gritan y maldicen con ira…, aquella noche le confirmaba que su castigo apenas comenzaba.
—No decidido si eres muy necia o inútilmente valiente —pronuncia las palabras con cierto dejo de tristeza mientras acaricia el abundante cabello negro como la noche que les rodea de Ker. Entendió, por primera vez en siglos los sentimientos de su hermano hacia aquella inmortal que miles de décadas atrás conocieron. Se maldijo al sentir que quedaba atrapado, al reconocer que con gusto, de tener un corazón latiente, lo usaría en sí mismo antes de tocar un solo cabello de Ker; cuando se creía tan benevolente como para reconocer alguna debilidad.
¿Cómo podía ella ver tal cosa en él cuando ha sido testigo de lo que es él capaz? Si se tratase de una muñeca de porcelana la acogió en sus brazos y besó su frente como de pertenecer ambos al mismo mundo de los humanos hubiera hecho; con miedo de fragmentar su tersa piel con el más mínimo tacto. Era ella el primer ser vivo o muerto que vía tal cosa en él, no supo que ansiaba escuchar semejantes palabras hasta escucharlas salir tan bellos labios. Durante segundos que desearía fueran más eternos que el mismo universo se permite ser tan egoísta mas la realidad de ambos es otra.
—Irónico que seas lo primero que anhelo en más de tres mil años —media carcajada cargada de agonía y remordimiento se hace presente—, no puedo afirmar que lo que dices ver en mí sea cierto, no obstante, soy consciente de tus pesadillas sin necesidad de invadir tu mente tanto como para asegurarte que mientras yo esté nada te hará daño…, ni siquiera yo.
Y aunque sus palabras eran sinceras estaba consciente de que, fingir era la único que les restaba en el fatal destino que los envolvía. Aun así, sin importar las circunstancias seguía siendo ella quien había despertado en él el egoísmo y altruismo desafiandose a coexistir juntos en la misma bestia.
—Quién diría que la insolente Ker podía albergar tanta benevolencia hacia esta bestia —dice tan sombrío como entretenido. Y es era eso, de las tantas emociones que despertaba en él. Lo desafiaba en toda su extensión y le gustaba.
— ¿Que has visto? —no da vueltas en preguntar, renuente a usar sus habilidades. Ker era la mayor de las excepciones en eso que él hipocritamene llamaba existencia, necesitaba que permaneceria de ese modo y aquello incluí no hacerla, al menos, victima de sus trucos.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Escondió el rostro en su cuello sintiéndose confortada por el frio tacto de su piel, ocultando una sonrisa culposa provocada por sus palabras, en esos instantes le creyó totalmente cada una de sus palabras, recordándose a sí misma que no era la primera vez que se equivocaba, que quizás ellos se encontraban cambiando el futuro en ese momento con aquellos encuentros que ignoraban los designios de las maldiciones y las acciones pasadas que les condenaban, que incluso podrían ir en contra del destino mismo. Pero una punzada en el pecho le recordó que eso no era posible, que esa atracción creciente nunca debió suceder precisamente por la estela de sufrimiento que dejaría a su paso, como si con cada uno de los gestos que tenían el uno por el otro sólo perpetuaran el dolor que a la larga sería el único vestigio de cualquier pseudorelación que ellos tuvieron o podrían llegar a tener. Suspiró cansinamente, sabía que Taeyang no era capaz de ver más allá de sus propios demonios como para considerarse más que una bestia desalmada, negándose a ver todo lo que ella era capaz de divisar tras la superficie, la calma que le envolvía, los movimientos calculados, ese pequeño atisbo de bondad que a veces deja entrever, hacían de él mucho más que una bestia.
Quiso reír ante la mención de la benevolencia que ella había tenido ante él, porque ella sabía cuan equivocado estaba, más que benevolente había sido egoísta, había manipulado el tiempo generando espacios para esos pequeños encuentros valiéndose de su astucia para ganarse el aprecio del hombre que debió acabar con su vida tras su primer encuentro, y todo causado por no más que su curiosidad, sus deseos de comprender, de conocer más y más sin importar cuan arriesgado o cuantas consecuencias negativas podría ocasionar, nada le importo más que saciar ese extraño instinto que le llevaba hacia él, sabiendo que ella no sería quien lidiara con lo que resultara de todo esto, sino él.
Se tensó ante su pregunta aun cuando había previsto que en algún punto de la noche debía suceder, sacó su rostro de su escondite pero manteniendo su cabeza en su hombro, alejando su mirada de él para concentrarse en un punto lejano en el cielo estrellado preguntándose si debía o no decirle lo que le atormentaba tanto sus días como sus noches.
—He visto muchas cosas, aunque quizás no tantas como debería, — Dijo perezosamente intentando no romper el ambiente que se había creado entre ellos. —Hace un par de semanas encontré una hechicera que fue capaz de crear un amuleto que imposibilita la creación de sueños premonitorios, se habían vuelto… —Dudó ante que adjetivo usar— Abrumadores.
Pero calló ante los sórdidos detalles de cómo los días se fusionaban con las noches al llenar sus sueños con futuros inciertos y sus despertares con miedo de la realización de los mismos, le ocultó como la falta de descanso le habían dificultado discernir lo real de lo imaginario y como se volvió todo ese conjunto mucho más de lo que era capaz de imaginar, entre la desesperación y frustración que le causaban se encontró con la hechicera que halló el fin de su suplicio, que a su le dejaría indefensa ante el futuro venidero, siendo sus conocimientos lo que le hacían siempre estar un paso adelante y su única ventaja contra quienes quisieran injuriarla.
—Debes saber que mis posibilidades de sobrevivir al lío en el que estamos metidos son ínfimas, y nada puedes hacer para detenerlo, estoy empezando a estorbar el camino de tu hermano, quién nunca se ha caracterizado por ser paciente —Su tono se tornaba más serio a medida que proseguía con su discurso, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que le venía dando vueltas en la cabeza. —Él no dudará en tomar cartas en el asunto, y lo sabes, creo saber que esa es una de las razones por las que harás lo que te he visto hacer.
Las cosas estaban claras hasta ese punto, se esforzó en mantener un tono de voz uniforme, sin dejar entrever cualquier avisto de emoción que la delatara a ella y a sus ansias por desviar el tema y olvidar todo lo que al futuro se relacionara.
—Creo que finalmente acabaré con esa paciencia infinita que pareces poseer porque te muestras muy enojado, furioso, hasta incapaz de razonar cuando lo haces, clavas en un movimiento limpio la daga que te he obsequiado en mi pecho dejándome caer —Finalmente se separa de él, nuevamente sin mirarlo— Pero hay otro futuro, en otra línea de tiempo donde pierdes la daga, y posponemos una y otra vez mi final, como la visita de un pariente indeseado, pesando que quizás así cambiaremos la verdad, y tu hermano de hace cargo sin el más mínimo de misericordia.
Cuantas cosas más debía Ker callar, desde el hecho de que Taeyang se encontraba enojado debido a que ella le pedía con vehemencia que lo hiciera, que acabara con su vida porque era incapaz de soportar como sus sueños le perseguían y se enfermaba llena de culpa por mantenerse callada al no revelarle a los otros que debían temer por sus vidas, como tras la estocada el caía con una expresión que no cabía en sí del arrepentimiento, donde ningún grito o llanto eran capaces de aliviar su dolor. Callaba que lo que realmente llenaba sus noches de pesadillas era la mirada sádica de Hyun mientras le ocasionaba dolores inimaginables o como esa pequeña rasgadura entre los hermanos Seung desataban a dos verdaderas bestias.
—Una mujer intentará robártela, no dejes que lo haga, mantenla día y noche contigo de ser necesario, por favor, no la pierdas—Dejo salir un tono suplicante que ella misma desconocía era capaz de hacer —Eso hará todo más fácil.
Para ella, pero Ker era egoísta, aun sabiendo cómo y hasta qué grado le afectaría se obligaba a sí misma a pedírselo, una vez más modificando el futuro para su beneficio por sobre el de otros, porque si en ningún futuro era factible salvarlo a él, entonces se salvaría a sí misma de verlo convertirse en lo que él siempre pensó que era, una bestia.
Quiso reír ante la mención de la benevolencia que ella había tenido ante él, porque ella sabía cuan equivocado estaba, más que benevolente había sido egoísta, había manipulado el tiempo generando espacios para esos pequeños encuentros valiéndose de su astucia para ganarse el aprecio del hombre que debió acabar con su vida tras su primer encuentro, y todo causado por no más que su curiosidad, sus deseos de comprender, de conocer más y más sin importar cuan arriesgado o cuantas consecuencias negativas podría ocasionar, nada le importo más que saciar ese extraño instinto que le llevaba hacia él, sabiendo que ella no sería quien lidiara con lo que resultara de todo esto, sino él.
Se tensó ante su pregunta aun cuando había previsto que en algún punto de la noche debía suceder, sacó su rostro de su escondite pero manteniendo su cabeza en su hombro, alejando su mirada de él para concentrarse en un punto lejano en el cielo estrellado preguntándose si debía o no decirle lo que le atormentaba tanto sus días como sus noches.
—He visto muchas cosas, aunque quizás no tantas como debería, — Dijo perezosamente intentando no romper el ambiente que se había creado entre ellos. —Hace un par de semanas encontré una hechicera que fue capaz de crear un amuleto que imposibilita la creación de sueños premonitorios, se habían vuelto… —Dudó ante que adjetivo usar— Abrumadores.
Pero calló ante los sórdidos detalles de cómo los días se fusionaban con las noches al llenar sus sueños con futuros inciertos y sus despertares con miedo de la realización de los mismos, le ocultó como la falta de descanso le habían dificultado discernir lo real de lo imaginario y como se volvió todo ese conjunto mucho más de lo que era capaz de imaginar, entre la desesperación y frustración que le causaban se encontró con la hechicera que halló el fin de su suplicio, que a su le dejaría indefensa ante el futuro venidero, siendo sus conocimientos lo que le hacían siempre estar un paso adelante y su única ventaja contra quienes quisieran injuriarla.
—Debes saber que mis posibilidades de sobrevivir al lío en el que estamos metidos son ínfimas, y nada puedes hacer para detenerlo, estoy empezando a estorbar el camino de tu hermano, quién nunca se ha caracterizado por ser paciente —Su tono se tornaba más serio a medida que proseguía con su discurso, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que le venía dando vueltas en la cabeza. —Él no dudará en tomar cartas en el asunto, y lo sabes, creo saber que esa es una de las razones por las que harás lo que te he visto hacer.
Las cosas estaban claras hasta ese punto, se esforzó en mantener un tono de voz uniforme, sin dejar entrever cualquier avisto de emoción que la delatara a ella y a sus ansias por desviar el tema y olvidar todo lo que al futuro se relacionara.
—Creo que finalmente acabaré con esa paciencia infinita que pareces poseer porque te muestras muy enojado, furioso, hasta incapaz de razonar cuando lo haces, clavas en un movimiento limpio la daga que te he obsequiado en mi pecho dejándome caer —Finalmente se separa de él, nuevamente sin mirarlo— Pero hay otro futuro, en otra línea de tiempo donde pierdes la daga, y posponemos una y otra vez mi final, como la visita de un pariente indeseado, pesando que quizás así cambiaremos la verdad, y tu hermano de hace cargo sin el más mínimo de misericordia.
Cuantas cosas más debía Ker callar, desde el hecho de que Taeyang se encontraba enojado debido a que ella le pedía con vehemencia que lo hiciera, que acabara con su vida porque era incapaz de soportar como sus sueños le perseguían y se enfermaba llena de culpa por mantenerse callada al no revelarle a los otros que debían temer por sus vidas, como tras la estocada el caía con una expresión que no cabía en sí del arrepentimiento, donde ningún grito o llanto eran capaces de aliviar su dolor. Callaba que lo que realmente llenaba sus noches de pesadillas era la mirada sádica de Hyun mientras le ocasionaba dolores inimaginables o como esa pequeña rasgadura entre los hermanos Seung desataban a dos verdaderas bestias.
—Una mujer intentará robártela, no dejes que lo haga, mantenla día y noche contigo de ser necesario, por favor, no la pierdas—Dejo salir un tono suplicante que ella misma desconocía era capaz de hacer —Eso hará todo más fácil.
Para ella, pero Ker era egoísta, aun sabiendo cómo y hasta qué grado le afectaría se obligaba a sí misma a pedírselo, una vez más modificando el futuro para su beneficio por sobre el de otros, porque si en ningún futuro era factible salvarlo a él, entonces se salvaría a sí misma de verlo convertirse en lo que él siempre pensó que era, una bestia.
Ker Ahkbar- Gitano
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Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
La estela de borrosas memorias de una vida pasada que permanece junto a él siempre ha sido el cuerpo decapitado de su madre, el corazón materno que yacía rebosante de sangre en las manos de su hermano quien presa del demonio devoraba el órgano, hambriento. Como sus pequeñas manos encontraron lugar en su cabello mientras lagrimas furtivas, tibias, mojaban sus mejillas, así como recuerda haberlas secado en un abatimiento de tranquilidad y acercarse a su hermano mayor para sin atisbo de conmoción limpiar sus manos embadurnadas de sangre. Tres mil años después tales memorias se fundieron junto otras tantas pertenecientes a terceros, aquellos quienes de la misma forma en que apartó al corazón de su madre de las manos de Hyun, arrancó la vida junto con sus más dolorosos recuerdos. Y no es que tal acto naciera fruto de la conciencia, no, era su purgatorio personal.
Desde la noche de sangre y cabezas Taeyang no sintió la tibiez de las lágrimas calentar sus mejillas. No experimentó más preocupación que la que ha impulsado el alma rasgada que comparte con su hermano, jamás deseó con tanto fervor no ser el demonio que tenía claro era, nunca siquiera imaginó tales cosas hasta aquella noche, hasta que sus ojos se posaron en Ker.
Comprendió porque los amantes maldecían el amor. En cuanto las palabras brotaron de la gitana dejó caer la daga que balanceaba mientras la escuchaba.
—¿Quién ha sido la hechicera que ofreció tal cosa? ¿Dio a conocer si quiera su nombre? —recordó entonces las advertencias de Hyun. Se alertó ante lo que podía ser un mero truco de su hermano.
A medida que las palabras de Ker, llenas de miedo y pánico, llenaban la oscuridad de la noche no pudo evitar sentir por primera vez temor se asomó frente a sus ojos. Fue aquella la primera vez que sintió pánico ante la sola idea de perder una vida. Descontrol amenazaba con tomarlo como rehén; era lo que ella provocaba en él, o impulsaba frente a sensaciones que desde el inició de los tiempos ignoró, dio por muertas. Empero, teniendo la ira como opción factible y estallar ante la injusticia del universo para con él, alcanzó las manos de la gitana trayéndola de nuevo hacia él, atrapando sus labios, posando gentilmente ambas manos ahora en el rostro de la gitana, feroz, apasionado, hambriento…, buscando la verdad que sabía no estaba siendo contada en sus labios. Desde aquel atardecer en el que vio por primera vez a Ker, en aquel entonces en Silicia más joven y desconfiada, usó sus poderes en ella sin lugar a la duda por el mero hecho de la caza, conoció en persona la mirada curiosa y cautelosa…, se aseguró en sellar las pesadillas que pudieran cazarla, necesitó brindarle una infancia en paz. De todos, ella fue la primera ante quien se mostró y aunque creyó que al alejarse, dilatar tanto como pudiera el destino de la niña hecha mujer que ahora yace altiva y segura, desafiando las circunstancias, inclinándolo a romper su promesa al usar sus poderes en ella. Necesitaba de ella, siempre lo ha hecho incluso sin saber que Ker lo que deseaba, y lo demostraba en cada presión que ejercía sobre ella acercándola con fuerza a él, no existía intimidad suficiente, sin poder evitarlo, consciente que de los dos uno aun requería respirar deslizó la mano que sujetaba firme la cadera de Ker hacia su rostro, la pasión llegó a la gentileza y rozó la débil línea del amor; tan pronto como una lágrima añejada se abrió pasó en el pálido rostro del vampiro supo que había visto más de lo que precisaba saber.
Suspiró al apartarse de la gitana, abrumado ante tal predicamento.
—Jamás creí que haría falta entrometerme en tu mente para saber lo que realmente piensas —dijo en un susurro lo bastante alto para que los dos pudieran escuchar—. Lo siento.
Pensó acariciar la delicada piel de su acompañante, pero tan pronto lo intentó dejó caer la mano a medio camino. Agachó la cabeza en su lugar, en busca de las palabras correctas, de tenerlas.
—Al final mi propio egoísmo será tu perdición, ¿uh? —media sonrisa astillada, melancólica se asomó en sus labios. Impuso distancia entre ambos—. Debí asegurarme de ocluir tus visiones cuando tuve la oportunidad —más para él que para su acompañante—, no debiste quedar atrapada en todo esto —inhala. Entierra las manos en su cabello, así ha de sentirse la frustración, pensó. Esto debe ser lo que los humanos y débiles llaman ser vulnerable.
—No te culpo —evitó mirarla—, supongo que tampoco me diría toda la verdad de estar en tu lugar…, realmente ves el demonio que soy ¿no es así? —la enfrentó al decir esto último—. Buscaría la manera de extinguir mi existencia antes de dañarte, Ker —dolor destilaban sus palabras—. Haré todo lo que esté a mi alcance y más para evitar todo lo que ves llegue a ti. Es algo que inició conmigo y Hyun, si alguien ha de morir seremos él y yo.
Taeyang no había conocido más amor que el que le unía a su hermano mayor, al momento de nacer estuvo incompleto, se comprometió a la causa de su hermano aun no estando de acuerdo con sus métodos, hoy yace a mitad de camino con lo poco que le queda de alma fragmentada en pedazos, su lealtad dividida en dos por igual y el yugo de la familia y la mujer que sin esperarlo eligió amar cuando en si mismo no sabía que era capaz de tal acto banal propio de humanos y bestias a las que incluso en sus momentos de soledad decidió asemejarse. Y es que al igual que Hyun, Taeyang nunca ha tenido un lugar al cual pertenecer no fue humano, ahora que declara ser vampiro no es más que otra vil mentira; ni siquiera él sabe con exactitud qué es. Irónicamente la impetuosa Ker era lo único que se mostraba correcto, sus labios le brindaban calidez, sus palabras augurio…, tarde o temprano debería alejarse, alejar la caza y convencer a los cazadores que ella no era una presa más.
—No puedo mantener la daga. No intentes usar viejos trucos conmigo..., sabes que no sirve de nada.—sin perder el tono apacible que le caracterizaba mas severo al mirar.
Desde la noche de sangre y cabezas Taeyang no sintió la tibiez de las lágrimas calentar sus mejillas. No experimentó más preocupación que la que ha impulsado el alma rasgada que comparte con su hermano, jamás deseó con tanto fervor no ser el demonio que tenía claro era, nunca siquiera imaginó tales cosas hasta aquella noche, hasta que sus ojos se posaron en Ker.
Comprendió porque los amantes maldecían el amor. En cuanto las palabras brotaron de la gitana dejó caer la daga que balanceaba mientras la escuchaba.
—¿Quién ha sido la hechicera que ofreció tal cosa? ¿Dio a conocer si quiera su nombre? —recordó entonces las advertencias de Hyun. Se alertó ante lo que podía ser un mero truco de su hermano.
A medida que las palabras de Ker, llenas de miedo y pánico, llenaban la oscuridad de la noche no pudo evitar sentir por primera vez temor se asomó frente a sus ojos. Fue aquella la primera vez que sintió pánico ante la sola idea de perder una vida. Descontrol amenazaba con tomarlo como rehén; era lo que ella provocaba en él, o impulsaba frente a sensaciones que desde el inició de los tiempos ignoró, dio por muertas. Empero, teniendo la ira como opción factible y estallar ante la injusticia del universo para con él, alcanzó las manos de la gitana trayéndola de nuevo hacia él, atrapando sus labios, posando gentilmente ambas manos ahora en el rostro de la gitana, feroz, apasionado, hambriento…, buscando la verdad que sabía no estaba siendo contada en sus labios. Desde aquel atardecer en el que vio por primera vez a Ker, en aquel entonces en Silicia más joven y desconfiada, usó sus poderes en ella sin lugar a la duda por el mero hecho de la caza, conoció en persona la mirada curiosa y cautelosa…, se aseguró en sellar las pesadillas que pudieran cazarla, necesitó brindarle una infancia en paz. De todos, ella fue la primera ante quien se mostró y aunque creyó que al alejarse, dilatar tanto como pudiera el destino de la niña hecha mujer que ahora yace altiva y segura, desafiando las circunstancias, inclinándolo a romper su promesa al usar sus poderes en ella. Necesitaba de ella, siempre lo ha hecho incluso sin saber que Ker lo que deseaba, y lo demostraba en cada presión que ejercía sobre ella acercándola con fuerza a él, no existía intimidad suficiente, sin poder evitarlo, consciente que de los dos uno aun requería respirar deslizó la mano que sujetaba firme la cadera de Ker hacia su rostro, la pasión llegó a la gentileza y rozó la débil línea del amor; tan pronto como una lágrima añejada se abrió pasó en el pálido rostro del vampiro supo que había visto más de lo que precisaba saber.
Suspiró al apartarse de la gitana, abrumado ante tal predicamento.
—Jamás creí que haría falta entrometerme en tu mente para saber lo que realmente piensas —dijo en un susurro lo bastante alto para que los dos pudieran escuchar—. Lo siento.
Pensó acariciar la delicada piel de su acompañante, pero tan pronto lo intentó dejó caer la mano a medio camino. Agachó la cabeza en su lugar, en busca de las palabras correctas, de tenerlas.
—Al final mi propio egoísmo será tu perdición, ¿uh? —media sonrisa astillada, melancólica se asomó en sus labios. Impuso distancia entre ambos—. Debí asegurarme de ocluir tus visiones cuando tuve la oportunidad —más para él que para su acompañante—, no debiste quedar atrapada en todo esto —inhala. Entierra las manos en su cabello, así ha de sentirse la frustración, pensó. Esto debe ser lo que los humanos y débiles llaman ser vulnerable.
—No te culpo —evitó mirarla—, supongo que tampoco me diría toda la verdad de estar en tu lugar…, realmente ves el demonio que soy ¿no es así? —la enfrentó al decir esto último—. Buscaría la manera de extinguir mi existencia antes de dañarte, Ker —dolor destilaban sus palabras—. Haré todo lo que esté a mi alcance y más para evitar todo lo que ves llegue a ti. Es algo que inició conmigo y Hyun, si alguien ha de morir seremos él y yo.
Taeyang no había conocido más amor que el que le unía a su hermano mayor, al momento de nacer estuvo incompleto, se comprometió a la causa de su hermano aun no estando de acuerdo con sus métodos, hoy yace a mitad de camino con lo poco que le queda de alma fragmentada en pedazos, su lealtad dividida en dos por igual y el yugo de la familia y la mujer que sin esperarlo eligió amar cuando en si mismo no sabía que era capaz de tal acto banal propio de humanos y bestias a las que incluso en sus momentos de soledad decidió asemejarse. Y es que al igual que Hyun, Taeyang nunca ha tenido un lugar al cual pertenecer no fue humano, ahora que declara ser vampiro no es más que otra vil mentira; ni siquiera él sabe con exactitud qué es. Irónicamente la impetuosa Ker era lo único que se mostraba correcto, sus labios le brindaban calidez, sus palabras augurio…, tarde o temprano debería alejarse, alejar la caza y convencer a los cazadores que ella no era una presa más.
—No puedo mantener la daga. No intentes usar viejos trucos conmigo..., sabes que no sirve de nada.—sin perder el tono apacible que le caracterizaba mas severo al mirar.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Ker sentía un vacío creciente en su pecho, como si sus emociones por un momento le abandonaran sin dejar atisbos de lo que eran, sintió tanto por unos segundos pero en un instante ya no, como si no comprendiera en qué punto se encontraba y su mente de pronto colapsara deshaciéndose de sus posibilidades de entender que sucedía y mientras eso pasaba una sucesión de imágenes pasaron por su mente, muchas visiones de un futuro incierto donde ella nunca sobrevivía, al hacerlo la cadena alrededor de su cuello que sostenía el amuleto ardió y dejó escapar un siseo, había comprendido que éste funcionaba como un sistema de entrenamiento mediante el dolor, cada que pensaba en exceso en lo que había visto comenzaba a calentarse como una amenaza, sustituyendo el dolor emocional que le causaba rememorar lo visto por uno físico que le impidiera continuar lastimándose con ello.
Llevó la mano al amuleto y lo sostuvo por un momento alejándolo de su piel que protestaba por el calor antes de dirigirse a él.
—No estoy segura de quien sea, se lo ordené y ella lo envió a mi casa antes que decidiera dejar la caravana. —Dijo aún un poco ausente en sus pensamientos.
Ker comprendía lo sospechoso del asunto, sin embargo, la posibilidad de lograr dormir de nuevo le cegó y dejó de lado cualquier pensamiento de duda al notar el correcto funcionamiento del objeto que aún no terminaba de descifrar. Sólo se sintió demasiado casada del asunto como para indagar más, ya no deseaba saber nada del futuro, pero al parecer sus visiones aún seguían persiguiéndola en sus recuerdos, se prometió a si misma que más que una molestia debía verlo como una clave para solucionar el dilema que se le presentaba pero sólo parecía haber esas dos opciones, ninguna que Taeyang pareciera aceptar, pero lo entendió, muy a su pesar. Tomó la daga que yacía olvidada en el suelo y la miró fijamente buscando una respuesta.
Dejó pasar el hecho de que se entrometiera en su mente, nunca antes lo había hecho, pues, era parte del ese trato implícito que existía en sus encuentros, pero esta era una ocasión diferente, ella había mentido y ocultado por mucho tiempo su tormento ante él y al final quizás lo correcto era que lo supiera ambos, estaban condenados después de todo. El beso le sacó de su ensoñación y le hizo sentir de nuevo, tan intenso y tan feroz, demasiadas emociones expresadas sin palabras, acercándose cada vez más, borrando cada gota de los pensamientos lúgubres que había tenido, todo el contacto que pudieran obtener parecía insuficiente, porque Ker sólo quería más de esa sensación, ella sólo quería tenerlo cerca porque el tiempo que tuvieran para estar juntos parecía estar contado y nunca podría ser suficiente. Al separarse cuando pudo respirar de nuevo lejos de estar más juntos ese beso parecía haberlos separado, ahora Taeyang conocía los detalles ocultos de su historia y cuando sus miradas se encontraron nuevamente y vio aquella pequeña lágrima deslizarse por su rostro fue demasiado, las suyas propias escapaban de sus ojos, silenciosas y sin control alguno, como un reflejo involuntario ante su dolor. Cuando se alejó una punzada en su pecho incrementó su pesar, sentía que lo perdía, justo ahora cuando una necesidad apremiante de mantenerlo cerca se manifestaba.
—Ambos fuimos egoístas al permitirnos llegar hasta este punto. —Dijo haciendo el mayor esfuerzo para que sus palabras no salieran entrecortadas. —Era inevitable que volvieran, es mi maldición personal, nada podría haberlas detenido.
Un sentimiento de gran cansancio le invadió, no quería hablar más de eso y también le llenó un gran pesar porque a veces pensaba que era imposible hacerle entender lo maravillosa persona que él era, todo lo que ella ve en él parecía estar lejos de su campo de visión. Esta vez fue su turno de acercarse, le tomó el rostro y limpió con una suave caricia el rastro de aquella lágrima que había derramado.
—El verdadero problema fue que no eres el demonio que vi en mis pesadillas, resultaste ser mucho más, eres una persona hermosa Taeyang Seung, y me duele que seas incapaz de notarlo —Aunque sus lágrimas se habían detenido Ker seguía estando presa de un gran nudo en la garganta — Jamás deberás elegir entre tu hermano y yo, no sería justo, yo sólo soy una mortal, aún si no fuera por esto yo tarde o temprano envejecería y moriría, debo hacer en algún punto, y sinceramente no imagino una vida sin esto, una vida donde no estés.
Era una fuerte declaración y sabía lo que significaba, estaba harta de mentirse a sí misma cuando la absoluta verdad era que amaba a Taeyang hasta el punto en que había llegado a vivir para aquellos encuentros, reconfortándose a través de las difíciles situaciones con las visiones que auguraban una nueva reunión. Ker sin quererlo había caído presa del amor al que tanto se empañaba en huir y eso le asustaba.
—Creo que aún no conoces todos mis trucos— Dijo envolviéndolo en sus brazos, intentando romper aquella tensión en la que el otro se encontraba — Necesitas escuchar lo que esa mujer que la busca tiene para decir, dársela o no será igualmente tu decisión — Le puso la daga en uno de los bolsillos de su traje —Encontraremos una solución.
Y Ker quiso con todo su corazón creerlo, pero algo dentro de ella le decía que eso no seria posible.
Llevó la mano al amuleto y lo sostuvo por un momento alejándolo de su piel que protestaba por el calor antes de dirigirse a él.
—No estoy segura de quien sea, se lo ordené y ella lo envió a mi casa antes que decidiera dejar la caravana. —Dijo aún un poco ausente en sus pensamientos.
Ker comprendía lo sospechoso del asunto, sin embargo, la posibilidad de lograr dormir de nuevo le cegó y dejó de lado cualquier pensamiento de duda al notar el correcto funcionamiento del objeto que aún no terminaba de descifrar. Sólo se sintió demasiado casada del asunto como para indagar más, ya no deseaba saber nada del futuro, pero al parecer sus visiones aún seguían persiguiéndola en sus recuerdos, se prometió a si misma que más que una molestia debía verlo como una clave para solucionar el dilema que se le presentaba pero sólo parecía haber esas dos opciones, ninguna que Taeyang pareciera aceptar, pero lo entendió, muy a su pesar. Tomó la daga que yacía olvidada en el suelo y la miró fijamente buscando una respuesta.
Dejó pasar el hecho de que se entrometiera en su mente, nunca antes lo había hecho, pues, era parte del ese trato implícito que existía en sus encuentros, pero esta era una ocasión diferente, ella había mentido y ocultado por mucho tiempo su tormento ante él y al final quizás lo correcto era que lo supiera ambos, estaban condenados después de todo. El beso le sacó de su ensoñación y le hizo sentir de nuevo, tan intenso y tan feroz, demasiadas emociones expresadas sin palabras, acercándose cada vez más, borrando cada gota de los pensamientos lúgubres que había tenido, todo el contacto que pudieran obtener parecía insuficiente, porque Ker sólo quería más de esa sensación, ella sólo quería tenerlo cerca porque el tiempo que tuvieran para estar juntos parecía estar contado y nunca podría ser suficiente. Al separarse cuando pudo respirar de nuevo lejos de estar más juntos ese beso parecía haberlos separado, ahora Taeyang conocía los detalles ocultos de su historia y cuando sus miradas se encontraron nuevamente y vio aquella pequeña lágrima deslizarse por su rostro fue demasiado, las suyas propias escapaban de sus ojos, silenciosas y sin control alguno, como un reflejo involuntario ante su dolor. Cuando se alejó una punzada en su pecho incrementó su pesar, sentía que lo perdía, justo ahora cuando una necesidad apremiante de mantenerlo cerca se manifestaba.
—Ambos fuimos egoístas al permitirnos llegar hasta este punto. —Dijo haciendo el mayor esfuerzo para que sus palabras no salieran entrecortadas. —Era inevitable que volvieran, es mi maldición personal, nada podría haberlas detenido.
Un sentimiento de gran cansancio le invadió, no quería hablar más de eso y también le llenó un gran pesar porque a veces pensaba que era imposible hacerle entender lo maravillosa persona que él era, todo lo que ella ve en él parecía estar lejos de su campo de visión. Esta vez fue su turno de acercarse, le tomó el rostro y limpió con una suave caricia el rastro de aquella lágrima que había derramado.
—El verdadero problema fue que no eres el demonio que vi en mis pesadillas, resultaste ser mucho más, eres una persona hermosa Taeyang Seung, y me duele que seas incapaz de notarlo —Aunque sus lágrimas se habían detenido Ker seguía estando presa de un gran nudo en la garganta — Jamás deberás elegir entre tu hermano y yo, no sería justo, yo sólo soy una mortal, aún si no fuera por esto yo tarde o temprano envejecería y moriría, debo hacer en algún punto, y sinceramente no imagino una vida sin esto, una vida donde no estés.
Era una fuerte declaración y sabía lo que significaba, estaba harta de mentirse a sí misma cuando la absoluta verdad era que amaba a Taeyang hasta el punto en que había llegado a vivir para aquellos encuentros, reconfortándose a través de las difíciles situaciones con las visiones que auguraban una nueva reunión. Ker sin quererlo había caído presa del amor al que tanto se empañaba en huir y eso le asustaba.
—Creo que aún no conoces todos mis trucos— Dijo envolviéndolo en sus brazos, intentando romper aquella tensión en la que el otro se encontraba — Necesitas escuchar lo que esa mujer que la busca tiene para decir, dársela o no será igualmente tu decisión — Le puso la daga en uno de los bolsillos de su traje —Encontraremos una solución.
Y Ker quiso con todo su corazón creerlo, pero algo dentro de ella le decía que eso no seria posible.
Ker Ahkbar- Gitano
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Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
No comprendía en totalidad las virtudes que Ker vislumbraba en su persona, entendía, en cambio, que deberlo como el demonio que es arrancando corazones, degustando sangre con placer…, no pensaría lo mismo. Estaba al tanto de quien era, cargaba el peso de una conciencia que no fue diseñada para deambular con él mas allí estaba haciéndole sombra, almacenando memoria de todo aquel cuya vida tomaba sin distinción, en ocasiones lo disfrutaba, es cierto, la tibiez de la sangre en sus manos, el rojo intenso le atraía de formas vergonzosas, cautivaba al niño que a duras penas permanecía en su interior. Sin embargo, junto a Ker, la parte dentro de él que se aferraba a la humanidad se intensificaba, volvía a la vida al instante recordándole que el demonio que habitaba en él no era enteramente suyo.
Los brazos de Ker la brindaban la calidez que no poseía, calmaban al demonio al borde de la locura, al que buscaba una solución sin cesar, poco importándole lo errado de su elección. No era tan puro como ella quería creer, la única verdad es que su presencia era la razón de la paz que nacía en su interior. Desde la tarde en que fue a su encuentro, rumbo doce años atrás, fue la primera vez que la compasión hizo arrebato en él. No como aquellas ocasiones en las que se sentía benevolente ante sus víctimas, creyéndose alguna clase de dios al ser gentil con las muertes que arbitrariamente repartía.
Es cierto que en comparación con Hyun, Taeyang es quien obtuvo el don de la paciencia y, en raras ocasiones, debatía entre si lo indicado era derramar sangre, no por consideración, jamás, sino que así era él: calculador. Disfrutaba matar tanto como su hermano mayor ¿la diferencia? La delgada línea que separa a ambos de la incontrolable locura, los métodos, la calma…, la naturaleza humana que según contó su madre él poseía; naturaleza que se ha visto cuestionada incluso de pequeño.
Acaricia gentil la espesa cabellera de su acompañante y única responsable del control que asume. Encontrar una solución…, necesitaba una solución, sin previo aviso sus sentidos decidieron aferrarse a Ker, sentirla cerca y a salvo era su principal misión. Poco importaban los ancestros de sus padres que indistintamente la metieron en este predicamento, menos le interesaba los métodos que necesitase usar para burlar la condición humana que por igual tenía el descaro de amenazar el extraño vinculo que coexistía entre ellos.
—Me conoces poco si piensas que me quedaré de brazos cruzados. Quiero asumir que no es el caso—besó su frente con la dulzura que solo tenía para ella. Aun atrapado en sus brazos sujetó con ambas manos el rostro de la gitana, inclinándose hacia atrás solo lo suficiente para admirar sus facciones—. Hagamos algo al respecto entonces, el resto de los condenados solían ser solo mortales, también. Yo lo fui alguna vez —dijo, ignorante al verdadero origen de su existencia.
Las palabras de Ker aunque en medida le tomaban por sorpresa se anidaban reconfortantes al alrededor. No tenerla era equitativamente igual a volver a la obscuridad en la que vivió por años, durante milenios escogió a su hermano incluso por encima de sus padres, ahora, deseaba más y estaba dispuesto a todo con tal de obtenerlo, de tenerla a ella pues poco le importaba si el mundo ardía siempre que la seguridad de la gitana esté garantizada.
—Mi dulce Ker —tomó distancia, un paso atrás al borde de la azotea, la noche a su espalda y la profunda oscuridad bajo los pies—, puedo prometer que la escucharé mas no esperes que sea considerado. Dices que no soy el demonio que viste en tus pesadillas, debes saber que la única razón por la que lo mantengo sujeto eres tú. Temo que de ver de lo que soy capaz me temas como se supone deberías —no hizo reclamo ante el regalo que se encontraba de regreso bajo su posesión. Poco le importaba la mujer sobre la que Ker hacia advertencia o la incertidumbre del mañana, requería de una solución, y era aquello por mucho lo más importante. De pronto ocurrió, arrugó las cejas no muy seguro, la observó en silencio durante segundos ponderando si era o no lo correcto, recorrió de regreso no solo sus palabras sino también las de ella desempolvando la respuesta que yacía entre ellas—. He cometido incontables errores, perderte no será uno de ellos.
—Si encuentro forma de que la mortalidad no sea un problema, ¿estaría de acuerdo sin importar qué? —preguntó mas para si mismo, en voz baja audible apenas a corta distancia. Alzó la mirada sosteniendo encuentro con los ojos cautivantes que doblegaban su voluntad consciente del peligro que significaba.
Los brazos de Ker la brindaban la calidez que no poseía, calmaban al demonio al borde de la locura, al que buscaba una solución sin cesar, poco importándole lo errado de su elección. No era tan puro como ella quería creer, la única verdad es que su presencia era la razón de la paz que nacía en su interior. Desde la tarde en que fue a su encuentro, rumbo doce años atrás, fue la primera vez que la compasión hizo arrebato en él. No como aquellas ocasiones en las que se sentía benevolente ante sus víctimas, creyéndose alguna clase de dios al ser gentil con las muertes que arbitrariamente repartía.
Es cierto que en comparación con Hyun, Taeyang es quien obtuvo el don de la paciencia y, en raras ocasiones, debatía entre si lo indicado era derramar sangre, no por consideración, jamás, sino que así era él: calculador. Disfrutaba matar tanto como su hermano mayor ¿la diferencia? La delgada línea que separa a ambos de la incontrolable locura, los métodos, la calma…, la naturaleza humana que según contó su madre él poseía; naturaleza que se ha visto cuestionada incluso de pequeño.
Acaricia gentil la espesa cabellera de su acompañante y única responsable del control que asume. Encontrar una solución…, necesitaba una solución, sin previo aviso sus sentidos decidieron aferrarse a Ker, sentirla cerca y a salvo era su principal misión. Poco importaban los ancestros de sus padres que indistintamente la metieron en este predicamento, menos le interesaba los métodos que necesitase usar para burlar la condición humana que por igual tenía el descaro de amenazar el extraño vinculo que coexistía entre ellos.
—Me conoces poco si piensas que me quedaré de brazos cruzados. Quiero asumir que no es el caso—besó su frente con la dulzura que solo tenía para ella. Aun atrapado en sus brazos sujetó con ambas manos el rostro de la gitana, inclinándose hacia atrás solo lo suficiente para admirar sus facciones—. Hagamos algo al respecto entonces, el resto de los condenados solían ser solo mortales, también. Yo lo fui alguna vez —dijo, ignorante al verdadero origen de su existencia.
Las palabras de Ker aunque en medida le tomaban por sorpresa se anidaban reconfortantes al alrededor. No tenerla era equitativamente igual a volver a la obscuridad en la que vivió por años, durante milenios escogió a su hermano incluso por encima de sus padres, ahora, deseaba más y estaba dispuesto a todo con tal de obtenerlo, de tenerla a ella pues poco le importaba si el mundo ardía siempre que la seguridad de la gitana esté garantizada.
—Mi dulce Ker —tomó distancia, un paso atrás al borde de la azotea, la noche a su espalda y la profunda oscuridad bajo los pies—, puedo prometer que la escucharé mas no esperes que sea considerado. Dices que no soy el demonio que viste en tus pesadillas, debes saber que la única razón por la que lo mantengo sujeto eres tú. Temo que de ver de lo que soy capaz me temas como se supone deberías —no hizo reclamo ante el regalo que se encontraba de regreso bajo su posesión. Poco le importaba la mujer sobre la que Ker hacia advertencia o la incertidumbre del mañana, requería de una solución, y era aquello por mucho lo más importante. De pronto ocurrió, arrugó las cejas no muy seguro, la observó en silencio durante segundos ponderando si era o no lo correcto, recorrió de regreso no solo sus palabras sino también las de ella desempolvando la respuesta que yacía entre ellas—. He cometido incontables errores, perderte no será uno de ellos.
—Si encuentro forma de que la mortalidad no sea un problema, ¿estaría de acuerdo sin importar qué? —preguntó mas para si mismo, en voz baja audible apenas a corta distancia. Alzó la mirada sosteniendo encuentro con los ojos cautivantes que doblegaban su voluntad consciente del peligro que significaba.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
No era difícil para Ker ver cuán reacio estaba Taeyang a creer en su palabra, y quizás si ella fuera de aquel tipo de personas que expresan un poco mejor sus sentimientos él acabaría por entenderlo, puesto que la verdad era que a veces ella vislumbraba las sombras de aquel demonio que tanto salía a relucir, nunca en su presencia, pero aquello que forma parte de uno mismo es imposible de ocultar, y cuando lo veía asomarse no sentía miedo, más bien una, quizás, enfermiza fascinación por ese lado salvaje y feroz que le ocultaba, porque pese a cuanto él intentaba mantenerlo controlado, la verdad era que quizás frente a ella podía dejarlo salir a jugar, ella estaba segura de que jamás huiría o se alejaría sin importar que tan malo pudiera ser, porque también sabía que existía la posibilidad que en su interior estuviera algo mucho peor.
Su padre le contó alguna vez como conoció a su madre y como llegaron al desenlace de su nacimiento, la historia cuando pequeña se mantenía simple y hasta un poco romántica, pero a medida que fue creciendo tintes oscuros mancharon la idealización de la relación de sus padres. Lo que sólo fue una gitana esclava embarazada con el joven comerciante que le vendía telas a los amos del palacio paso a una relación enfermiza por ambas partes, donde su padre cegado por una amor profundo e insano provocado por una daga maldita, manipulo y enamoro a su madre para que la concibiera y luego del parto la asesinó asegurando que era la única forma de salvarla, aseverando que su amor era uno tan puro que le hacía ver que el mundo era demasiado cruel para su amada y por eso debía ser eliminada de él, sólo así aseguraría su bienestar, con la muerte. Pero antes de morir la mujer tuvo un sueño en el que la niña que engendro era un monstruo, un demonio, intento abortarla pero sin importar que intentara no lo logró, y desistiendo de traer otro mal al mundo sólo pudo nombrarla, Ker, como la representación griega de la muerte violenta.
Sin prestarle atención hacia el hilo que tomaban sus pensamientos sólo pudo acercarse más, había algo en el vampiro que siempre le hacía desear más, como si el espacio entre ellos nunca estuviera lo suficiente reducido o como si el contacto nunca fuera menor a lo adecuado. Se preguntaba a si misma cada día si eso era lo que las personas enamoradas sentían, porque de pronto le pareció que el mero pensamiento del amor era banal ante el sentimiento tan profundo que ella creía estar desarrollando.
—No puedes convencerme de que eres un demonio cuando me defiendes como un caballero a su damisela— Dijo juguetonamente, sin embargo su expresión ante sus palabras, un poco más seria ahora. —¿Lo fuiste? —Susurró, pero al parecer el otro no la escuchó.
Ker sabía poco del pasado de Taeyang, la verdad a veces este hecho le molestaba, sentía que no conocía más que una parte del otro y que en sus idas y venidas a lo largo de su vida les separaban, porque cuando este encuentro terminara al igual que muchos otros, él se iría nuevamente, sin dejar pistas sobre su regreso.
—Creo que el problema no es el demonio, el problema quizás sea que yo amaría igualmente esa parte de ti de la cual tanto reniegas—Tomó su rostro en sus manos y se acercó hasta que sus alientos chocaron entre sí, para luego darle un casto beso en los labios —No me perderás, es imposible deshacerse de mí tan fácilmente. —Las palabras querían tener un alcance mucho más profundo, a veces le costaba ver al vampiro, cuando aquellas pequeñas inseguridades salían a flote, él simplemente parecía tan humano.
Pero había miedo, no de morir, no de transformarse en una bestia, el miedo radicaba en que quizás el demonio que su madre vio en ella escapara, miedo de que Taeyang amara su humanidad y no a ella misma, y un miedo muy profundo que se negaba a escuchar, el miedo a una eternidad sola.
—Si encuentras una solución que me permita quedarme a tu lado, te seguiré, no importa hacia dónde. — Su tono fue serio y contundente. —Con una única y absoluta condición, prométeme que una vez que la mortalidad ya no sea parte de mí, no te iras, no importa lo que me quieras ocultar o lo que temas que vea, ya no habrán despedidas indefinidas o encuentros fortuitos, seremos algo firme y consolidado.
Y Ker se sintió una tonta una vez que escuchó aquel deje de desespero en su voz, esa última palabra quebrarse y sus ojos contener las lágrimas, porque junto a él y sólo él, podía sentirse tan vulnerable, tan expuesta y tan lejos de aquella estafadora fuerte e indiferente. Por alguna razón ella sacaba lo mejor de él mientras exponía todas sus debilidades.
Su padre le contó alguna vez como conoció a su madre y como llegaron al desenlace de su nacimiento, la historia cuando pequeña se mantenía simple y hasta un poco romántica, pero a medida que fue creciendo tintes oscuros mancharon la idealización de la relación de sus padres. Lo que sólo fue una gitana esclava embarazada con el joven comerciante que le vendía telas a los amos del palacio paso a una relación enfermiza por ambas partes, donde su padre cegado por una amor profundo e insano provocado por una daga maldita, manipulo y enamoro a su madre para que la concibiera y luego del parto la asesinó asegurando que era la única forma de salvarla, aseverando que su amor era uno tan puro que le hacía ver que el mundo era demasiado cruel para su amada y por eso debía ser eliminada de él, sólo así aseguraría su bienestar, con la muerte. Pero antes de morir la mujer tuvo un sueño en el que la niña que engendro era un monstruo, un demonio, intento abortarla pero sin importar que intentara no lo logró, y desistiendo de traer otro mal al mundo sólo pudo nombrarla, Ker, como la representación griega de la muerte violenta.
Sin prestarle atención hacia el hilo que tomaban sus pensamientos sólo pudo acercarse más, había algo en el vampiro que siempre le hacía desear más, como si el espacio entre ellos nunca estuviera lo suficiente reducido o como si el contacto nunca fuera menor a lo adecuado. Se preguntaba a si misma cada día si eso era lo que las personas enamoradas sentían, porque de pronto le pareció que el mero pensamiento del amor era banal ante el sentimiento tan profundo que ella creía estar desarrollando.
—No puedes convencerme de que eres un demonio cuando me defiendes como un caballero a su damisela— Dijo juguetonamente, sin embargo su expresión ante sus palabras, un poco más seria ahora. —¿Lo fuiste? —Susurró, pero al parecer el otro no la escuchó.
Ker sabía poco del pasado de Taeyang, la verdad a veces este hecho le molestaba, sentía que no conocía más que una parte del otro y que en sus idas y venidas a lo largo de su vida les separaban, porque cuando este encuentro terminara al igual que muchos otros, él se iría nuevamente, sin dejar pistas sobre su regreso.
—Creo que el problema no es el demonio, el problema quizás sea que yo amaría igualmente esa parte de ti de la cual tanto reniegas—Tomó su rostro en sus manos y se acercó hasta que sus alientos chocaron entre sí, para luego darle un casto beso en los labios —No me perderás, es imposible deshacerse de mí tan fácilmente. —Las palabras querían tener un alcance mucho más profundo, a veces le costaba ver al vampiro, cuando aquellas pequeñas inseguridades salían a flote, él simplemente parecía tan humano.
Pero había miedo, no de morir, no de transformarse en una bestia, el miedo radicaba en que quizás el demonio que su madre vio en ella escapara, miedo de que Taeyang amara su humanidad y no a ella misma, y un miedo muy profundo que se negaba a escuchar, el miedo a una eternidad sola.
—Si encuentras una solución que me permita quedarme a tu lado, te seguiré, no importa hacia dónde. — Su tono fue serio y contundente. —Con una única y absoluta condición, prométeme que una vez que la mortalidad ya no sea parte de mí, no te iras, no importa lo que me quieras ocultar o lo que temas que vea, ya no habrán despedidas indefinidas o encuentros fortuitos, seremos algo firme y consolidado.
Y Ker se sintió una tonta una vez que escuchó aquel deje de desespero en su voz, esa última palabra quebrarse y sus ojos contener las lágrimas, porque junto a él y sólo él, podía sentirse tan vulnerable, tan expuesta y tan lejos de aquella estafadora fuerte e indiferente. Por alguna razón ella sacaba lo mejor de él mientras exponía todas sus debilidades.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Apprends-moi à la haime (Privado)
Resultaba irónico, una sucia broma del universo incluso, que una eternidad más tarde sea Ker quien amenazara con ganarse al demonio. No, ya lo tenía de su lado, en la palma de la mano. Esperando dispuesto a quemar el mundo solo por ella. Sentirla tan cerca no hacía más que doblar aún más su voluntad. Deseaba cada parte de ella en su desgraciada vida llevándolo al borde del precipicio sin importarle que pudiera pasar después.
Sonríe. Era ese el problema con Ker, era tan avezada para hacerle creer que nada estaba mal con él. En ocasiones gustaba creerle, jugar a la limpidez que jamás tuvo y confiar en sus palabras. —Oh, lo soy, linda —agradeció en silencio la cercanía. Le hacía sentir seguro. Una voz en su interior bufó, es ella quien no está segura, empero, a estas alturas con su respiración siendo una con la suya y violando el espacio personal que simplemente ya no existía entre ellos, escogió ignorarla—. Es tan solo un efecto secundario —se tomó la libertad de acariciar el contorno del rostro de la gitana con la yema del dedo. Necesitaba de ella. Diablos, la quería en su vida; siendo la primera vez que deseaba algo, experimentar la ansiedad que solo ella le infundía lo estaba volviendo loco—, de ganarse el favor de un demonio. Hacemos tales estupideces —encoge los hombros como niño que ha sido atrapado a mitad de una travesura.
La idea cala en su interior y, escucharla decir tales afirmaciones no hace más que alimentar la locura que reclamaba su oportunidad de ser egoísta. Reclamando como nunca le deba nada para divertirse. Nada que proteger por el simple hecho de quererlo, de haberlo elegido por su propia cuenta. Supo, que no se molestaría en ocultar al demonio a su lado y eso, dentro de la lista inmensa de ataduras que un vil pecador como él pudiese tener o esquivar, no lucía tan mal. Lo disfrutaba, la disfrutaba a ella. Le hacía sentir completo. Tenerla tan cerca, tan decidida a quedarse a su lado enviaba sensaciones que nunca había sentido antes. Ker había, de formas que no comprendió, ingeniársela para convertirse en un hogar. Poco importaba a donde fuera o por cuanto tiempo estuviese lejos, estaba más que atraído a regresar junto a ella. Por desgracia, de hacerlo con el afán que anhelaba era encaminar de la mano una bardada de Achlys en su camino. Resulta la más satírica historia que sea la muerte la única salida para ambos. De apagar su existencia y traerla de regreso podría ocultar del destino que le fue asignado injustamente. Taeyang, en algún momento que decidió olvidar, reclamó a la gitana que le desafiaba sin temor. La quería solo para él.
Veía directo a sus ojos mas sabía que ansiaba eliminar cualquier tipo de distancia entre ellos; incluyendo las capaz de ropa que existían entre ambos. Sin embargo, se conformó con tenerla allí frente a él, lo bastante intimo para descifrar los verdaderos pensamientos de Ker sin necesidad de usar sus poderes, y lo intentó. Sin embargo, por primera vez pudo decir que con certeza sus palabras se reflejaban tal cual eran, tan transparentes y sinceras como nunca.
No desistió en trazar líneas imaginarias en el rostro de Ker. Guiaba los dedos, no, les otorgó libre albedrío. Eran los hermosos detalles de la gitana que le marcaban el compás. Concluyó en los labios. Y sí es que se estaba conteniendo todo este tiempo, la fuerza de voluntad dio al diablo.
—Me alegro —ocupó las manos, ahora firmes, en ambas mejillas—, perderte no es una opción que estoy dispuesto aceptar. Y temo ser peor que Hyun y todas las bestias que existan si algo te llegase a pasar —se encontró a si mismo sorprendido, era lo que pasaba cada vez que la veía: sorpresa. De tener sentimientos, de amarla, de querer protegerla con su propia existencia. Así que la besó, profundo, con rabia y todo el deseo que solo ella había sido capaz de despertar y mantener por más de una noche. Se aferró tanto a sus labios que ultimó leyendo más de lo que siquiera pretendió, alejándose de inmediato. Conociendo una Ker aterradoramente sobria. Más sincera en cuanto a sus sentimientos se trataba de lo que alguna vez fue. Y Taeyang la conocía desde el momento que arribó a este mundo.
Suspiró ante el discurso de la gitana. Puntualizó con una sonrisa genuina.
—¿Es esta tu manera de pedir una relación sustanciosa, Ker? —contuvo una risotada, no por decoro sino por inexperiencia. Bien podría ser un asesino solemne mas cuando de sensaciones de gozo se trataba, no conocía el área. Así que la abrazó. La acorraló entre su pecho y brazos sin saber cómo demostrarle que estaba dispuesto a entregarle el mundo—. Todo lo que eres es lo que hace que anhele quedarme a tu lado, me ha tomado una eternidad aceptarlo. La única verdad es que siempre he de regresar contigo. Es por ello que decidí quedarme; incluso si vive en ti el más aterrador de los pecados. Poco me importa —besa la la cima de la cabeza de la gitana, sumergiendose en el perfume que invadía su cabello y el embriaga. Siendo lo más tierno que encuentra puede hacer. Inclinando unos cuantos centímetros para alcanzarla. Busca su mirada una vez más y besa su frente—. Tengo una solución, linda —asegura—. Escúchame con atención —pide ahora, regresando a la seriedad que lo escuda—: en tres noches te buscaré con la solución a nuestros problemas. Espero que para entonces sigas tan segura sobre esto como lo jura tu mirada aquí y ahora. No más despedidas.
Dio un paso atrás, entregándose a las sombras donde la luz de la luna no lograba iluminar.
—Buscaré por ti. Por favor, intenta no meterte en problemas mientras no estoy —puntualizó con media sonrisa picara en los labios. Consciente de que los problemas siempre han sido parte de ella.
Se lanzó del borde de la azotea, de regreso a la oscuridad. En camino de la carta que restaba en contra de los caprichos de los Ancestros para con los Condenados.
Sonríe. Era ese el problema con Ker, era tan avezada para hacerle creer que nada estaba mal con él. En ocasiones gustaba creerle, jugar a la limpidez que jamás tuvo y confiar en sus palabras. —Oh, lo soy, linda —agradeció en silencio la cercanía. Le hacía sentir seguro. Una voz en su interior bufó, es ella quien no está segura, empero, a estas alturas con su respiración siendo una con la suya y violando el espacio personal que simplemente ya no existía entre ellos, escogió ignorarla—. Es tan solo un efecto secundario —se tomó la libertad de acariciar el contorno del rostro de la gitana con la yema del dedo. Necesitaba de ella. Diablos, la quería en su vida; siendo la primera vez que deseaba algo, experimentar la ansiedad que solo ella le infundía lo estaba volviendo loco—, de ganarse el favor de un demonio. Hacemos tales estupideces —encoge los hombros como niño que ha sido atrapado a mitad de una travesura.
La idea cala en su interior y, escucharla decir tales afirmaciones no hace más que alimentar la locura que reclamaba su oportunidad de ser egoísta. Reclamando como nunca le deba nada para divertirse. Nada que proteger por el simple hecho de quererlo, de haberlo elegido por su propia cuenta. Supo, que no se molestaría en ocultar al demonio a su lado y eso, dentro de la lista inmensa de ataduras que un vil pecador como él pudiese tener o esquivar, no lucía tan mal. Lo disfrutaba, la disfrutaba a ella. Le hacía sentir completo. Tenerla tan cerca, tan decidida a quedarse a su lado enviaba sensaciones que nunca había sentido antes. Ker había, de formas que no comprendió, ingeniársela para convertirse en un hogar. Poco importaba a donde fuera o por cuanto tiempo estuviese lejos, estaba más que atraído a regresar junto a ella. Por desgracia, de hacerlo con el afán que anhelaba era encaminar de la mano una bardada de Achlys en su camino. Resulta la más satírica historia que sea la muerte la única salida para ambos. De apagar su existencia y traerla de regreso podría ocultar del destino que le fue asignado injustamente. Taeyang, en algún momento que decidió olvidar, reclamó a la gitana que le desafiaba sin temor. La quería solo para él.
Veía directo a sus ojos mas sabía que ansiaba eliminar cualquier tipo de distancia entre ellos; incluyendo las capaz de ropa que existían entre ambos. Sin embargo, se conformó con tenerla allí frente a él, lo bastante intimo para descifrar los verdaderos pensamientos de Ker sin necesidad de usar sus poderes, y lo intentó. Sin embargo, por primera vez pudo decir que con certeza sus palabras se reflejaban tal cual eran, tan transparentes y sinceras como nunca.
No desistió en trazar líneas imaginarias en el rostro de Ker. Guiaba los dedos, no, les otorgó libre albedrío. Eran los hermosos detalles de la gitana que le marcaban el compás. Concluyó en los labios. Y sí es que se estaba conteniendo todo este tiempo, la fuerza de voluntad dio al diablo.
—Me alegro —ocupó las manos, ahora firmes, en ambas mejillas—, perderte no es una opción que estoy dispuesto aceptar. Y temo ser peor que Hyun y todas las bestias que existan si algo te llegase a pasar —se encontró a si mismo sorprendido, era lo que pasaba cada vez que la veía: sorpresa. De tener sentimientos, de amarla, de querer protegerla con su propia existencia. Así que la besó, profundo, con rabia y todo el deseo que solo ella había sido capaz de despertar y mantener por más de una noche. Se aferró tanto a sus labios que ultimó leyendo más de lo que siquiera pretendió, alejándose de inmediato. Conociendo una Ker aterradoramente sobria. Más sincera en cuanto a sus sentimientos se trataba de lo que alguna vez fue. Y Taeyang la conocía desde el momento que arribó a este mundo.
Suspiró ante el discurso de la gitana. Puntualizó con una sonrisa genuina.
—¿Es esta tu manera de pedir una relación sustanciosa, Ker? —contuvo una risotada, no por decoro sino por inexperiencia. Bien podría ser un asesino solemne mas cuando de sensaciones de gozo se trataba, no conocía el área. Así que la abrazó. La acorraló entre su pecho y brazos sin saber cómo demostrarle que estaba dispuesto a entregarle el mundo—. Todo lo que eres es lo que hace que anhele quedarme a tu lado, me ha tomado una eternidad aceptarlo. La única verdad es que siempre he de regresar contigo. Es por ello que decidí quedarme; incluso si vive en ti el más aterrador de los pecados. Poco me importa —besa la la cima de la cabeza de la gitana, sumergiendose en el perfume que invadía su cabello y el embriaga. Siendo lo más tierno que encuentra puede hacer. Inclinando unos cuantos centímetros para alcanzarla. Busca su mirada una vez más y besa su frente—. Tengo una solución, linda —asegura—. Escúchame con atención —pide ahora, regresando a la seriedad que lo escuda—: en tres noches te buscaré con la solución a nuestros problemas. Espero que para entonces sigas tan segura sobre esto como lo jura tu mirada aquí y ahora. No más despedidas.
Dio un paso atrás, entregándose a las sombras donde la luz de la luna no lograba iluminar.
—Buscaré por ti. Por favor, intenta no meterte en problemas mientras no estoy —puntualizó con media sonrisa picara en los labios. Consciente de que los problemas siempre han sido parte de ella.
Se lanzó del borde de la azotea, de regreso a la oscuridad. En camino de la carta que restaba en contra de los caprichos de los Ancestros para con los Condenados.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/10/2016
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