Eden "Mardröm" Enqvist

por **Eden Enqvist** Lun Abr 17, 2017 5:04 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Eden Enqvist

▲EDAD▲

Edad real: 45 años. Apariencia: 27 años.

▲ESPECIE▲

Licántropo.

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

Ninguna.

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase baja. No porta más que el violín heredado de su madre y unas monedas en el bolsillo

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

París.

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Garras afiladas, dentadura afiliada, rasgos lobunos (en su forma transformada) y longevidad.
→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el licántropo está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento; si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.
→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
→ Aullido: Habilidad para aturdir y dejar paralizado, por algunos instantes, a sus enemigos por medio de un aullido ensordecedor. En ese momento, el sonido golpea fuertemente el oído del enemigo y en ocasiones puede llegar a destrozarle los tímpanos o incluso causarle algunas lesiones cerebrales. El aullido también sirve para llamar otros de su misma raza.
→ Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros licántropos por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los cambiantes). Funciona únicamente a cortas distancias.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Eden es timorato, introspectivo y reflexivo. Los dolorosos avatares acaecidos en su existencia le obligan a caminar por el mundo con suma cautela, y siempre se esfuerza por mantener dominadas sus emociones. Detesta que traten de jugar con su mente y tiene un elevado sentido de la ética y la moral. Su propia ética, y su propia moral. Por lo general, no es muy diestro en las relaciones sociales debido a los trece años que estuve cautivo, por lo que se siente incómodo con facilidad, y rara vez sabe cómo debe responder a las situaciones de esta naturaleza.

Respecto a otras razas no se deja llevar por los prejuicios, ni alberga ira irracional hacia ningún ser, mas no siente especial simpatía por los humanos debido a las atrocidades que han visto sus cansados ojos. Le aterra verse dominado por su bestia interior, por lo que hace todo lo posible por mantenerla en calma, lo cual no siempre consigue, como se puede suponer.

Posee una estabilidad psicológica relativa, pues el sometimiento mental que sufrió durante su cautiverio fragmenta sus recuerdos, los altera y los desdibuja. Además tiende a tener paranoias que alteran la realidad, normalmente, protagonizadas por su captor.

Siente verdadera pasión por la música y la literatura, su único broquel ante la tortura que para él ha supuesto existir durante gran parte de su vida. Siente una perniciosa atracción por el dolor como vía para sobreponerse a la bestia que dormita en su ser. No sabe quién es en esencia, y arde en deseos por descubrirlo.

HISTORIA

Yo... Esto me resulta más complicado de lo que puedas imaginar. Narrar mi historia y recordar lo en ella acaecido supone someter a mi ser un dolor indócil, que me impele a dejarme abismar por mi bestia interior y sumir este nefando mundo en un mar de caos y sufrimiento.
Nací aquí, en París, esa es una de las pocas certezas que vaga, errabunda, por mi memoria. Recuerdo a mis padres, su felicidad, me recuerdo a mí, joven, inocente, ignorante. Aquella etapa no duró demasiado, o mejor dicho, no duró lo suficiente. Mi padre se vio obligado a huir, llevándome consigo al primer barco que partiera rumbo a Escandinavia, el lugar en el que nació. Entonces, creí muerta a mi madre, pues así me lo contó mi figura paterna, mas tiempo después descubrí que no fue más que una mentira para embozar la crueldad inherente a este pérfido mundo.
Os hablaré un poco de ellos, o al menos, de la efigie que en mi mente tengo de lo que fueron. Él no era el más apuesto, ni el más listo tampoco, mas su lengua era ágil, y su mente rápida. Vivía de pequeños negocios aquí y a allá, casi siempre sacando fruto de su elocuencia para el regateo comercial. Nunca fue un gran padre, pero siempre trató de protegerme. Hasta el final. De ella poco puedo contaros. Recuerdo su perfume, suave, delicado, como una caricia en una noche de lóbrega soledad. También puedo deciros que era hermosa, según mi padre, la mujer más hermosa de París, pero qué podía decir él, al fin y al cabo, según dicen el amor nos eleva a nosotros y al ser amado por encima de todo lo que nos rodea. No sabría decirlo, el amor es algo desconocido para mí.
Otro recuerdo que tengo de ella, el más diáfano, es aquella melodía, la música de su violín. Mi abrazo, mi sueño, mi esperanza. Lo único a lo que pude aferrarme durante los trece años que estuve cautivo en Nitt. Porque eso sí lo recuerdo, con desgarradora claridad, he de decir. Pero eso pertenece a una etapa posterior de mi vida, a cuando dejé de ser humano. A cuando me convertí en una bestia.
No recuerdo aquella noche con especial dolor. Siento más extrañeza que otra emoción, quizás porque fue entonces cuando dejé de ser humano, de ser lo que una vez fui. Cuando la bestia surgió del bosque, mi padre no dudó en ponerse frente a mí, para protegerme. Fue un esfuerzo enternecedor, pero vacuo. La bestia desgarró su testa, arrancando su alma, destrozando su cuerpo. Su sangre bañó mi rostro, mientras aquel enorme lobo se cernía frente a mí, me golpeaba con su aliento y me hipnotizaba con sus ojos enajenados. Todavía hoy desconozco por qué no me mató, por qué deslizó sus hediondas fauces en mi cuello para atraparme en su maldición. ¿Por qué no me mataste? Por mucho que te pregunte, nunca me respondes.
A partir de ahí empezó mi descenso a la locura. Dejé de saber quién o qué era. El advenimiento de la luna suponía para mí una incierta tortura, de desconocer lo que haría, las barbaridades que cometería. Pero todo empeoró cuando él me encontró. Así dio comienzo a mi verdadera pesadilla, mi vorágine de sangre y dolor.
Akvasgard era un hombre noble, de buena posición. Sus tierras llegaban hasta donde la vista podía alcanzar. Pero quería más. Y por ello me buscó... O mejor dicho, buscó a la bestia enclaustrada en mi interior. Él era un brujo. Un hechicero capaz de dominar la voluntad y manipular la memoria. Me resistí, mas no pude escapar a su confinamiento. No era un presidio físico, era mental. Estaba dentro de mí, como una identidad más, gobernando mis decisiones, dominando mis instintos. Me obligaba a dejarme arrastrar por la bestia y a cometer indiscriminadas masacres destinadas a reforzar su posición como señor de Nitt. Hombres, mujeres, niños... Durante trece años, asesiné a un incontable número de seres inocentes, con el objetivo de convencer a las crédulas gentes que existía un monstruo diabólico del que solo Akvasgard, su señor, podía librarlos. De no ser por ella, lady Thillia, mi yo se hubiera visto sepultado bajo aquella pesadilla. Ella fue mi salvación.
Era la amante de Akvasgard, y por algún motivo ignoto, me visitaba por las noches. Me traía lecturas varias que ayudaban a calmar mi primitiva naturaleza, y permitió que pudiera conservar el violín heredado de mi madre para, mediante la música, mantenerme lejos del lobo. Llegue a verla como un ángel, como mi único motivo para subsistir. Fue entonces, cuando una noche, después de trece años de asesinatos, advino a mis aposentos, y sin mediar palabra, me liberó del influjo de Akvasgard. Desconozco cómo lo hizo, quizás ella también siempre fue una hechicera, Lo desconozco, mas me otorgó una libertad que jamás creí posible volver a abrazar.
Un año después, tomé la decisión de retornar al origen de todo, París, con el objetivo de descubrir cuál fue el destino de mi madre, si todavía vive, y huir de las atrocidades cometidas en las tierras del norte. Pero por encima de todo, descubrir si soy aquel joven que contemplaba a su madre esgrimiendo su violín, o el monstruo que sembró el terror en los corazones de los escandinavos. Aquel al que los niños, asustados, conocían como “Madröm”-pesadilla-.

DATOS EXTRA

-Su apodo es "Mardröm", pesadilla en sueco.
-Tiene bastante destreza en el arte de tocar el violín.
-Es un lector apasionado. Le entusiasma la filosofía grecolatina.

por **Nigel Quartermane** Mar Abr 18, 2017 1:23 am

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