AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
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Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
La noche se alzaba en París una vez más. Y una vez más la vampiresa volvía a la vida como cada anochecer, mientras dormía durante el día placidamente en su ataud, con la mansión cerrada en la medida de que el sol no atravesase mucho las cortinas, pero ya no había sol en ese cielo, de manera sobre naturarl Bloondy alzaba primero el cuerpo antes de estabilizar su cabeza aun con los ojos cerrados, los abría y se levantaba, miraba a todos lados, a todos esos cuadros que la hablaban, lo primero era acicalarse y arreglarse cuan dama, predominando el negro en sus ropas con toques rojos, se pintaba sus labios, de manera obsesiva la vampiresa siempre vestía la misma convinación de colores, negro y rojo, predominando el negro más que el rojo, se cepillaba su melena acabache y se preparaba para salir. "Hoy tabernas no, estoy harto de sangre con alcohol" Gruño uno de los susurros de su mente, la vampiresa estaba de acuerdo con este pensamiento. Así que tras arreglarse se aventuró en las parisinas calles, mientras meditaba a donde podría ir.
Quizás a un sitio más especifico...o de donde haya algo diferente .-El teatro....- Murmuró la vampiresa, la verdad que ella apenas tenía recuerdo de el teatro de cuando aun su corazón latia, sonrió de medio lado mientras avanzaba por las calles, miraba a la gente captando el aroma por si alguna presa interesante realzaba su sed. No tenía escesiva hambre por suerte, ya que antes de dormir tuvo la suerte de conquistar a un guapo y atractivo joven de quien alimentarse, aunque este no había acabado muerto por la filosofía de la vampiresa. Se relamía aun con el recuerdo de ese delicioso joven, llegando a quizás las calles principales de la ciudad, quizás esta era la zona donde más dinero era derrochado, Bloondy simplemente paseaba cuan damisela sola buscando la proxima victima, aunque se distraia leyendo el titulo de el teatro y la obra a representar mientras Bloondy se imaginaba como sería la glamurosa vida de las actrices de teatro.
Se quedó ciertamente perdida en sus pensamientos que ni se percató de que la gente salía de aquel teatro de vuelta a las calles, quizas a algun restaurante, a las tabernas o directamente a volver a sus hogares. Se despertó bruscamente de sus pensamientos mirando a esa gente, algo olia bien, apetecible, echó a andar entre la gente, pero otro aroma que despertó su curiosidad la desvió de la primera intención en principio. Ladeo la cabeza con curiosidad y echó a andar buscando ese toque especial, no olía a humano común si no a algo más y Bloondy sentía la imperiosa necesidad de descubrir más acerca de esa sangre poco habitual. Poco a poco y sin darse cuenta su objetivo parecía ser una joven la que desprendía ese mistico aroma, Bloondy divertida inicio un juego de acecho ante la curiosa y misteriosa joven.
Quizás a un sitio más especifico...o de donde haya algo diferente .-El teatro....- Murmuró la vampiresa, la verdad que ella apenas tenía recuerdo de el teatro de cuando aun su corazón latia, sonrió de medio lado mientras avanzaba por las calles, miraba a la gente captando el aroma por si alguna presa interesante realzaba su sed. No tenía escesiva hambre por suerte, ya que antes de dormir tuvo la suerte de conquistar a un guapo y atractivo joven de quien alimentarse, aunque este no había acabado muerto por la filosofía de la vampiresa. Se relamía aun con el recuerdo de ese delicioso joven, llegando a quizás las calles principales de la ciudad, quizás esta era la zona donde más dinero era derrochado, Bloondy simplemente paseaba cuan damisela sola buscando la proxima victima, aunque se distraia leyendo el titulo de el teatro y la obra a representar mientras Bloondy se imaginaba como sería la glamurosa vida de las actrices de teatro.
Se quedó ciertamente perdida en sus pensamientos que ni se percató de que la gente salía de aquel teatro de vuelta a las calles, quizas a algun restaurante, a las tabernas o directamente a volver a sus hogares. Se despertó bruscamente de sus pensamientos mirando a esa gente, algo olia bien, apetecible, echó a andar entre la gente, pero otro aroma que despertó su curiosidad la desvió de la primera intención en principio. Ladeo la cabeza con curiosidad y echó a andar buscando ese toque especial, no olía a humano común si no a algo más y Bloondy sentía la imperiosa necesidad de descubrir más acerca de esa sangre poco habitual. Poco a poco y sin darse cuenta su objetivo parecía ser una joven la que desprendía ese mistico aroma, Bloondy divertida inicio un juego de acecho ante la curiosa y misteriosa joven.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 340
Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Su vida había cambiado. Demasiado. En muy poco tiempo. A veces echaba la vista atrás y no creía que aquella fuera realmente su vida. ¿De verdad iba a renunciar a la tranquilidad de su vida en París, a sus clases esporádicas por un dinero que no necesitaba, enseñando a niños de otros, a cabalgar a lomos de Antares, a su preciosa casa, cómoda y elegante, a alguna reunión social esporádica, a ser la perfecta señorita Brutus? ¿Iba a dejar todo eso atrás por una vida cargada de incertidumbre? ¿Iba a dejar que las habladurías y los rumores pisotearan su reputación intachable? ¿Todo por... Él?
No era verdaderamente consciente de todo lo que había cambiado en su vida y todo lo que aún iba a cambiar. Ni siquiera era consciente de que ya no olía a ella misma. No importaba las veces que se bañase, los perfumes que utilizara o las capas de ropa que ocultaran su piel. Lo llevaba dentro, en las entrañas, rezumando por cada poro de su cuerpo. Olía a él, a su vástago... Estaba marcada. Era suya.
O algo así.
Ajena a los cambios que se producían en su cuerpo, más allá de los evidentes y que ya empezaba a tener que disimular, Aletheia había salido a disfrutar de una obra de teatro. Hacía tiempo que no se daba un capricho y aquella le había llamado la atención desde el primer momento que leyó el argumento. Además, el protagonista era un actor joven, apuesto y con buena ejecución, que había visto actuar unos años antes, en una de sus visitas a Perpignan.
A la salida, intercambió saludos con algunas personas. Nadie se sorprendió de verla sola, no era la primera vez que acudía sin compañía a una representación. De todos era sabido que Aletheia Brutus no contaba con una larga lista de amistades y no le importaba. Conocía a muchas personas, era educada y cortés, tenía buena conversación y un humor inteligente. Pero también tenía barreras. Barreras que despertaban el recelo de otras damas parisinas, que no comprendían por qué una mujer de su clase se conformaba con vivir por debajo de sus posibilidades en lugar de buscarse un buen marido que le diera la vida a la que estaba acostumbrada.
Pronto, todas esas personas que ahora le sonreían, hablarían de ella a sus espaldas, criticando que estuviera esperando un hijo de a sabar qué padre. Un bastardo. El hijo de algún muerto de hambre que ni siquiera tendría los arrestos de tomar la responsabilidad de sus actos. Inconscientemente, se puso la mano sobre el vientre, cuya curva incipiente se disimulaba bajo la holgura de la camisa que había elegido esa noche y la caída de la fina toquilla de punto blanco con que se cubría del fresco del inicio de la noche de primavera.
El teatro no estaba lejos de su casa, así que decidió ir dando un paseo. Las calles que tenía que atravesar eran amplias, seguras e iluminadas con las farolas que el sereno encendía cada noche. Nada debería perturbar su vuelta a casa...
Sin embargo, su instinto le dijo que no estaba sola, que había algo o alguien más allí. Un escalofrío le recorrió la espalda, pero no se detuvo. Quizás, con un poco de suerte, quien quiera que fuese simplemente caminara en su misma dirección.
No era verdaderamente consciente de todo lo que había cambiado en su vida y todo lo que aún iba a cambiar. Ni siquiera era consciente de que ya no olía a ella misma. No importaba las veces que se bañase, los perfumes que utilizara o las capas de ropa que ocultaran su piel. Lo llevaba dentro, en las entrañas, rezumando por cada poro de su cuerpo. Olía a él, a su vástago... Estaba marcada. Era suya.
O algo así.
Ajena a los cambios que se producían en su cuerpo, más allá de los evidentes y que ya empezaba a tener que disimular, Aletheia había salido a disfrutar de una obra de teatro. Hacía tiempo que no se daba un capricho y aquella le había llamado la atención desde el primer momento que leyó el argumento. Además, el protagonista era un actor joven, apuesto y con buena ejecución, que había visto actuar unos años antes, en una de sus visitas a Perpignan.
A la salida, intercambió saludos con algunas personas. Nadie se sorprendió de verla sola, no era la primera vez que acudía sin compañía a una representación. De todos era sabido que Aletheia Brutus no contaba con una larga lista de amistades y no le importaba. Conocía a muchas personas, era educada y cortés, tenía buena conversación y un humor inteligente. Pero también tenía barreras. Barreras que despertaban el recelo de otras damas parisinas, que no comprendían por qué una mujer de su clase se conformaba con vivir por debajo de sus posibilidades en lugar de buscarse un buen marido que le diera la vida a la que estaba acostumbrada.
Pronto, todas esas personas que ahora le sonreían, hablarían de ella a sus espaldas, criticando que estuviera esperando un hijo de a sabar qué padre. Un bastardo. El hijo de algún muerto de hambre que ni siquiera tendría los arrestos de tomar la responsabilidad de sus actos. Inconscientemente, se puso la mano sobre el vientre, cuya curva incipiente se disimulaba bajo la holgura de la camisa que había elegido esa noche y la caída de la fina toquilla de punto blanco con que se cubría del fresco del inicio de la noche de primavera.
El teatro no estaba lejos de su casa, así que decidió ir dando un paseo. Las calles que tenía que atravesar eran amplias, seguras e iluminadas con las farolas que el sereno encendía cada noche. Nada debería perturbar su vuelta a casa...
Sin embargo, su instinto le dijo que no estaba sola, que había algo o alguien más allí. Un escalofrío le recorrió la espalda, pero no se detuvo. Quizás, con un poco de suerte, quien quiera que fuese simplemente caminara en su misma dirección.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 18/01/2017
Edad : 254
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy observaba a la nobleza que de aquel teatro salía, ladeando la cabeza, con un sospechos relamer del que nadie allí se percató, notaba ese dulce aroma que olía diferente, que le atraía en cierto modo a probar la sangre de esa persona, aunque no tenía especial sed, siempre estaba dispuesta a un trago gratificante, calido y sabroso. La idea por momentos le gustaba más, se adentraba entre la gente al acecho de ese aroma. La vampiresa pasaba totalmente desapercivida entre todos aquellos nobles y gentes de altos cargos o simplemente con mucho dinero para tener muy lujosas cosas, dio un respingo aguantandose una risa sarcastica, pero lo cierto es que ella no llamaba la atención a modo de desentonar, puesto que se notaba que los ropajes de Bloondy eran de buena seda, por mucho que la cabeza de Bloondy no andase como debiera no dejaba de pertenecer a la alta clase, tanto en Inglaterra como allí en Francia.
Escuchaba de fondo algún comentarío despectivo hacía a alguien que allí se había visto, pero ahora mismo su atención no estaba en los chismorreos de la alta sociedad, ahora había algo que la llamaba, conforme se acercaba a la fuente del aroma se daba cuenta de que pertenecía a una joven y bella dama, que andaba sola por las amplias clases, con curiosidad la vampiresa apretaba el paso, hasta que percivió algo que la descoloco completamente. -¿Pero que..?- Susurró de manera casi inaudible. Los susurros en su cabeza se hicieron más sonoros de lo habitual "Huele a enemigo, huele a lobo, pero no lo es" dijo uno de los susurros, los ojos de Bloondy se clavaron en la espalda de la dama, y apretó el paso hasta colocarse justo detras de ella. Aunque esa acción solia ser bastante invasiba Bloondy era buena cazadora de manera instintiva.
Los largos dedos de Bloondy se alargaron levemente, su curiosidad estaba superando a las ganas de dar un trago, pero agarrarla y empujarla a un callejón iba a ser demasiado burdo y cavernicola, eso lo reserva para los que no merecen su sangre, se relamió los colmillos y rozó con su mano el hombro de la chica. -Bonita noche..y bonita obra ¿no pensais igual?.- Dijo abordando de manera algo brusca, pero uso un tono amistoso y que no llamase a alarmar, puesto que su naturaleza debía ser oculta "Que sutileza querida" Dijo uno de los susurros, Bloondy chisto muy levemente a la nada y miró a aquella joven que un dulce aroma desprendia y otro más amenazante. Fingió haber visto la obra esa noche al igual que ella para dar paso a una cordial conversación, al menos en principio le pareció buena idea, aunque miró a los lados buscando a un acompañante que parecía inexsitente, no tardó en sacar la deducción de que estaba sola, esto podía ser bueno para la vampiresa, quizás no tanto para la joven, pero no iba a romper su mascarada, ni a mostrar esos dos colmillos que bien ocultos tras sus rojos labios estaba.
Escuchaba de fondo algún comentarío despectivo hacía a alguien que allí se había visto, pero ahora mismo su atención no estaba en los chismorreos de la alta sociedad, ahora había algo que la llamaba, conforme se acercaba a la fuente del aroma se daba cuenta de que pertenecía a una joven y bella dama, que andaba sola por las amplias clases, con curiosidad la vampiresa apretaba el paso, hasta que percivió algo que la descoloco completamente. -¿Pero que..?- Susurró de manera casi inaudible. Los susurros en su cabeza se hicieron más sonoros de lo habitual "Huele a enemigo, huele a lobo, pero no lo es" dijo uno de los susurros, los ojos de Bloondy se clavaron en la espalda de la dama, y apretó el paso hasta colocarse justo detras de ella. Aunque esa acción solia ser bastante invasiba Bloondy era buena cazadora de manera instintiva.
Los largos dedos de Bloondy se alargaron levemente, su curiosidad estaba superando a las ganas de dar un trago, pero agarrarla y empujarla a un callejón iba a ser demasiado burdo y cavernicola, eso lo reserva para los que no merecen su sangre, se relamió los colmillos y rozó con su mano el hombro de la chica. -Bonita noche..y bonita obra ¿no pensais igual?.- Dijo abordando de manera algo brusca, pero uso un tono amistoso y que no llamase a alarmar, puesto que su naturaleza debía ser oculta "Que sutileza querida" Dijo uno de los susurros, Bloondy chisto muy levemente a la nada y miró a aquella joven que un dulce aroma desprendia y otro más amenazante. Fingió haber visto la obra esa noche al igual que ella para dar paso a una cordial conversación, al menos en principio le pareció buena idea, aunque miró a los lados buscando a un acompañante que parecía inexsitente, no tardó en sacar la deducción de que estaba sola, esto podía ser bueno para la vampiresa, quizás no tanto para la joven, pero no iba a romper su mascarada, ni a mostrar esos dos colmillos que bien ocultos tras sus rojos labios estaba.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Un roce en el hombro la sacó de sus pensamientos. Se giró para encarar a la persona que le hablaba y cuál no sería su sorpresa al ver ese aura. Pálida y blanquecina. Un vampiro.
Se tensó perceptiblemente. Uno nunca podía fiarse de un vampiro de primeras, pues eran seres traicioneros. No tenía ganas de convertirse en comida para chupasangres, así que dio un paso atrás, dispuesta a defenderse si era necesario, sobre todo si se atrevía a amenazar la vida de su pequeño. Podría soportar casi cualquier cosa, pero a su bebé ni tocarlo. Era la única razón de su vida en esos momentos, en que estaba lejos de su familia, sola y con el corazón destrozado.
-Una obra preciosa, sin duda.
Miró a aquella mujer de arriba a abajo. No era un gesto muy cortés, pero supuso que no le pillaría de sorpresa. La habían educado para mantener la compostura en cualquier situación, pero también para defenderse. Leon se había encargado muy bien de ello. Era una bruja blanca, sí. Una de ésas que usan sus dones para el bien. Pero también sabía sobrevivir si era necesario. Podía sacar uñas y dientes si se veía en un brete. Su conocimiento de la magia era una arma poderosa. No la usaba demasiado, era cierto. Pero si a ese vampiro se le ocurría pensar que iba a dejarle su sangre si luchar, es que no sabía con quién se estaba metiendo. Sobre todo porque no era su cuello lo único en juego. También lo estaba la pequeña vida que crecía en su interior.
No obstante, decidió esperar a ver por donde respiraba. Figuradamente, claro. Los vampiros no respiran.
-Además, se ha quedado muy buena la noche. Ideal para la velada en el teatro.
Se tensó perceptiblemente. Uno nunca podía fiarse de un vampiro de primeras, pues eran seres traicioneros. No tenía ganas de convertirse en comida para chupasangres, así que dio un paso atrás, dispuesta a defenderse si era necesario, sobre todo si se atrevía a amenazar la vida de su pequeño. Podría soportar casi cualquier cosa, pero a su bebé ni tocarlo. Era la única razón de su vida en esos momentos, en que estaba lejos de su familia, sola y con el corazón destrozado.
-Una obra preciosa, sin duda.
Miró a aquella mujer de arriba a abajo. No era un gesto muy cortés, pero supuso que no le pillaría de sorpresa. La habían educado para mantener la compostura en cualquier situación, pero también para defenderse. Leon se había encargado muy bien de ello. Era una bruja blanca, sí. Una de ésas que usan sus dones para el bien. Pero también sabía sobrevivir si era necesario. Podía sacar uñas y dientes si se veía en un brete. Su conocimiento de la magia era una arma poderosa. No la usaba demasiado, era cierto. Pero si a ese vampiro se le ocurría pensar que iba a dejarle su sangre si luchar, es que no sabía con quién se estaba metiendo. Sobre todo porque no era su cuello lo único en juego. También lo estaba la pequeña vida que crecía en su interior.
No obstante, decidió esperar a ver por donde respiraba. Figuradamente, claro. Los vampiros no respiran.
-Además, se ha quedado muy buena la noche. Ideal para la velada en el teatro.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 274
Fecha de inscripción : 18/01/2017
Edad : 254
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy saboreaba el aroma que percibía pero no dejaba de sentir curiosidad por la dama que había ante ella, preguntarle que era el otro aroma que sentía era raro, no estaba segura que aquella dama supiera nada más de su perfecta realidad, al menos esas eran las suposiciones que hacía la vampiresa por si misma, no había motivo para desvelar más...eso rompería su adorada mascarada, que bajo su miramiento jamas debiera ser rota y desvelar a las ovejas donde está el lobo. Ladeó la cabeza y se humedeció sus rojos labios con su lengua, miro de arriba a abajo y casi de manera incosciente susurró. -A usted le quedan mejor los colores calidos.- Sin más y sin venir a cuento, pero la vampiresa casi no había sido consciente de haber dicho eso sin venir a nada, pero su mente volvió algo más a la realidad, y miró a la joven con sus negros ojos. -Así es, un actor magnifico, pero igual demasiado joven, creo que vendría mejor algo más maduro ¿no creeis?
Quizás era fingir una cordial charla, pero Bloondy necesitaba tantear a aquella joven, quizás la noche fuese hasta propicia, aunque en lo personal tenía otra preferencia, por lo general la sangre de varón le tercía más apetecible que la de doncella, aunque lo dicho...no necesita esa exclusión cuando la sed aprieta enserió, Bloondy ignoraba a los susurros aunque no podía evitar algunos tics nerviosos como derrepente mirar a un lado o murmurar de manera inaudible, pero lo controlaba lo mejor que podía. -Es estraño ver a una damisela sola ir al teatro, aunque yo rara vez tenga con quién ir...por cierto soy Lady Bloondy Blackbird, encantada de conocerte.- Se inclinó para el saludo de forma cordial, aunque sin mostrar los dientes en ningun momento, solo un dibujo de sonrisa en sus rojos labios, no hay por que enseñar a nadie nada, si no saben no deben ver...se repetía la vampiresa, mientras una de sus voces se manifestaba "preguntale, invitala, nadie sospecha de dos damas" dijo con su aguda y fria voz, la vampiresa se mostró deacuerdo con esa idea y sonrió a la joven. -¿Quiere que la acompañe? ¿o quizás desee que tomemos algo y charlamos de la obra? por cierto...¿Cual es vuestro nombre mi Lady?- Esperó no ser demasiado invasiva, pero que mejor forma de conocer a alguien que presentarse primeramente, la simpatia y la primera impresión era importante, y más aun en la alta sociedad. Cada vez más impaciente por descubrir a la bella dema, pero lo más tranquila aparentemente intentando parecer solo una joven indefensa con esceso de confianza y muy sociable. Parpadeó notando algo y bajo sus ojos hasta mirar a la tripa de la joven, había percibido algo....uhm...está en cinta.
Quizás era fingir una cordial charla, pero Bloondy necesitaba tantear a aquella joven, quizás la noche fuese hasta propicia, aunque en lo personal tenía otra preferencia, por lo general la sangre de varón le tercía más apetecible que la de doncella, aunque lo dicho...no necesita esa exclusión cuando la sed aprieta enserió, Bloondy ignoraba a los susurros aunque no podía evitar algunos tics nerviosos como derrepente mirar a un lado o murmurar de manera inaudible, pero lo controlaba lo mejor que podía. -Es estraño ver a una damisela sola ir al teatro, aunque yo rara vez tenga con quién ir...por cierto soy Lady Bloondy Blackbird, encantada de conocerte.- Se inclinó para el saludo de forma cordial, aunque sin mostrar los dientes en ningun momento, solo un dibujo de sonrisa en sus rojos labios, no hay por que enseñar a nadie nada, si no saben no deben ver...se repetía la vampiresa, mientras una de sus voces se manifestaba "preguntale, invitala, nadie sospecha de dos damas" dijo con su aguda y fria voz, la vampiresa se mostró deacuerdo con esa idea y sonrió a la joven. -¿Quiere que la acompañe? ¿o quizás desee que tomemos algo y charlamos de la obra? por cierto...¿Cual es vuestro nombre mi Lady?- Esperó no ser demasiado invasiva, pero que mejor forma de conocer a alguien que presentarse primeramente, la simpatia y la primera impresión era importante, y más aun en la alta sociedad. Cada vez más impaciente por descubrir a la bella dema, pero lo más tranquila aparentemente intentando parecer solo una joven indefensa con esceso de confianza y muy sociable. Parpadeó notando algo y bajo sus ojos hasta mirar a la tripa de la joven, había percibido algo....uhm...está en cinta.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
-Mi acompañante ha tenido un imprevisto y era una lástima desperdiciar la entrada -se excusó.
Porque no estaba bien visto que una mujer fuera sola y menos a esas horas, cuando ya había caído el sol. Podría haber llevado a alguien de la familia, un conocido, alguien del servicio. Cualquiera que pudiera ser testigo de su intachable comportamiento, cualquiera que pudiera defender su honor ante los viperinos comentarios de las malas lenguas de la alta sociedad.
Sin embargo, Aletheia ya saba esa batalla por perdida. Porque realmente no le importaba esa guerra. En absoluto. Sus esfuerzos estaban centrados en mantener la mente ocupada y evitar que el maldito pirata invadiera sus pensamientos. Quería olvidarle. Necesitaba olvidarle.
Sabía que no era buena idea, todo se lo gritaba. No aceptes, es una trampa. No te fíes de un vampiro o acabarás muerta en un callejón. Vete a casa, que tienes un hijo que proteger.
Analizó su aura, no parecía especialmente hostil. Y podían mantenerse en un lugar público, con bastante gente. No se atrevería a hacerle nada si había gente, ¿verdad?
-Aletheia. Aletheia Brutus -no tenía sentido mentir cuando pudía encontrarse con cualquier conocido por la calle y que se desvelara su mentira. Además, su familia era importante en el sur de Francia, su apellido se codeaba con los más rancios abolengos franceses, a pesar de no poseer títulos. Si había problemas, seguro que alguien acudiría en su ayuda, aunque sólo fuera por estar en buenos términos con su familia-. Sí, ¿por qué no? Tomemos algo. Aquí mismo.
Señaló con un ademán la cafetería que había frente al teatro. Estaba abierta y había bastante gente. Podría ser una buena opción.
Porque no estaba bien visto que una mujer fuera sola y menos a esas horas, cuando ya había caído el sol. Podría haber llevado a alguien de la familia, un conocido, alguien del servicio. Cualquiera que pudiera ser testigo de su intachable comportamiento, cualquiera que pudiera defender su honor ante los viperinos comentarios de las malas lenguas de la alta sociedad.
Sin embargo, Aletheia ya saba esa batalla por perdida. Porque realmente no le importaba esa guerra. En absoluto. Sus esfuerzos estaban centrados en mantener la mente ocupada y evitar que el maldito pirata invadiera sus pensamientos. Quería olvidarle. Necesitaba olvidarle.
Sabía que no era buena idea, todo se lo gritaba. No aceptes, es una trampa. No te fíes de un vampiro o acabarás muerta en un callejón. Vete a casa, que tienes un hijo que proteger.
Analizó su aura, no parecía especialmente hostil. Y podían mantenerse en un lugar público, con bastante gente. No se atrevería a hacerle nada si había gente, ¿verdad?
-Aletheia. Aletheia Brutus -no tenía sentido mentir cuando pudía encontrarse con cualquier conocido por la calle y que se desvelara su mentira. Además, su familia era importante en el sur de Francia, su apellido se codeaba con los más rancios abolengos franceses, a pesar de no poseer títulos. Si había problemas, seguro que alguien acudiría en su ayuda, aunque sólo fuera por estar en buenos términos con su familia-. Sí, ¿por qué no? Tomemos algo. Aquí mismo.
Señaló con un ademán la cafetería que había frente al teatro. Estaba abierta y había bastante gente. Podría ser una buena opción.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 274
Fecha de inscripción : 18/01/2017
Edad : 254
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy la miraba tán fijamente que casi se le olvidaba parpadear de vez en cuando, olía tán bien, pero tambien olia a lobo, y tambien estaba embarazada, no...las embarazadas no son comida, no no, "Cuanta etica tienes a veces con la comida" Susurró una voz en su cabeza, a lo que Bloondy respondió con un bufido no muy pronunciado para que no se le vieran los colmillos, Aletheia Brutus...de que le sonaba. -Creo que mi familia alguna vez se ha codeado con la suya...me suena...algun tipo de cargo militar ¿tal vez?.- Dijo pensativa rascandose la mandibula con cara de circunstancia, no, ahora mismo no se acordaba, tampoco iba a dar muchos datos, no hay que mostrar mas edad de la que propiamente aparentaba, una joven de 21 años, la miró y se acarició los colmillos con la lengua, algo frustrada, pero estaba casi decidido de que de esas venas no bebería, pero mentiría si dijera que no le divertía el temor de la joven, deformación por ser vampiro supuso.
Miró la cafetería, había mucha gente, ella dió un leve gruñido, demasiada gente...así no podría inspeccionarla bien, pero siempre podría andarse con rodeos. -Bueno...esta bien querida..-Dijo encaminandose a dicha cafetería sin perderla de vista, no querría que la joven derrepente se fuera, aunque no tenía motivos para sospechar que le inquietara su presencía salvo ese pulso elevado ligeramente desde que se había presentado, dejo escapar una leve risa, era tán inocente y encantadora, eso desde luego, pero sus oidos eran agudos y oia los cuchicheos de los de alrededor, ella negó con la cabeza restandole importancía y la observo. -Bien querida, hableme de usted si gustais...jijiji seguro que alguien tan hermosa tendra una ristra de pretendientes que llenaria 2 veces el gran teatro del que acaba de salir.-Dijo Bloondy acariciandose la barbilla con sus largas uñas afiladas, y bien cuidadas, "Enserio...no me queda claro si la estas tirando los tejos, tus dotes de interrogación me absortan"Se mofó uno de los susurros, y los demas susurros se rieron, Bloondy por un momento puso cara de enfado, pero se recompuso rapidamente mirando a la joven.
Sonriendo mientras miraba al camarero acercarse para tomar nota de lo que querrian tomar, Bloondy le lanzó una de esas miradas que darian miedo, de "te voy a comer" desde el sentido más macabro, pero el joven mantuvo la compostura ante la cara de desquiciada de la vampiresa que ahora se disfrazaba de noble. -Cafe...ahm...el que más popular sea....soy inglesa, aun no sé como soleis tomar aquí.- Dijo para bajar la tensión que el camarero pudiera tener, despues volvió a fijar su vista en su objetivo principal, la damisela.
Miró la cafetería, había mucha gente, ella dió un leve gruñido, demasiada gente...así no podría inspeccionarla bien, pero siempre podría andarse con rodeos. -Bueno...esta bien querida..-Dijo encaminandose a dicha cafetería sin perderla de vista, no querría que la joven derrepente se fuera, aunque no tenía motivos para sospechar que le inquietara su presencía salvo ese pulso elevado ligeramente desde que se había presentado, dejo escapar una leve risa, era tán inocente y encantadora, eso desde luego, pero sus oidos eran agudos y oia los cuchicheos de los de alrededor, ella negó con la cabeza restandole importancía y la observo. -Bien querida, hableme de usted si gustais...jijiji seguro que alguien tan hermosa tendra una ristra de pretendientes que llenaria 2 veces el gran teatro del que acaba de salir.-Dijo Bloondy acariciandose la barbilla con sus largas uñas afiladas, y bien cuidadas, "Enserio...no me queda claro si la estas tirando los tejos, tus dotes de interrogación me absortan"Se mofó uno de los susurros, y los demas susurros se rieron, Bloondy por un momento puso cara de enfado, pero se recompuso rapidamente mirando a la joven.
Sonriendo mientras miraba al camarero acercarse para tomar nota de lo que querrian tomar, Bloondy le lanzó una de esas miradas que darian miedo, de "te voy a comer" desde el sentido más macabro, pero el joven mantuvo la compostura ante la cara de desquiciada de la vampiresa que ahora se disfrazaba de noble. -Cafe...ahm...el que más popular sea....soy inglesa, aun no sé como soleis tomar aquí.- Dijo para bajar la tensión que el camarero pudiera tener, despues volvió a fijar su vista en su objetivo principal, la damisela.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
-Es posible, sí. Mi familia se relaciona con mucha gente.
La educación era lo que no le hacia soltarle una fresca y largarse a su casa. Ésas respuestas las guardaba para cuando eran realmente necesarias. Fueron a la cafeteria y ocuparon una de las mesitas, más o menos centrada. Estaba bien estar rodeadas de gente. La vampira no se atrevería a hacerle nada en público. No cuando había cazadores y otros brujos en las inmediaciones. La Logia y la Orden solían tener discrepancias, pero, en general, estaban de acuerdo en qué tipo de criaturas había que controlar si tocaban a uno de los suyos.
Cuando el camarero se acercó, le dedicó una cordial sonrisa.
-Yo tomaré una porción de pastel de nata, por favor.
Al olerlo, le había entrado antojo. Cosas del embarazo, se dijo a sí misma, aunque en realidad era que le privaba el dulce y siempre que podía, se daba un capricho.
Hablarle de ella... Uf... Qué complicación. ¿Cómo iba a hablarle de ella si tenía que guardar tantos secretos? Pero supuso que no era más que una conversación banal y que tampoco tenía que ser especialmente extensa en su relato.
-Sobre mí no hay mucho que contar. Nací y crecí en Perpignan y me mudé a París hace unos años. Me dedico a enseñar a leer y escribir e idiomas a los hijos de algunas familias distinguidas. No lo hago por el dinero, por supuesto. De todos es sabido que mi padre tiene posibles para mantenerme aquí hasta que encuentre un marido -el comentario típico, de la típica señorita de sociedad. Aunque a ella ya se le estaba pasando un poco la edad casadera-. Pero me entretiene. Eso y pasear a caballo. Tengo uno precioso. Su nombre es Antares. ¿A usted le gustan los caballos?
La educación era lo que no le hacia soltarle una fresca y largarse a su casa. Ésas respuestas las guardaba para cuando eran realmente necesarias. Fueron a la cafeteria y ocuparon una de las mesitas, más o menos centrada. Estaba bien estar rodeadas de gente. La vampira no se atrevería a hacerle nada en público. No cuando había cazadores y otros brujos en las inmediaciones. La Logia y la Orden solían tener discrepancias, pero, en general, estaban de acuerdo en qué tipo de criaturas había que controlar si tocaban a uno de los suyos.
Cuando el camarero se acercó, le dedicó una cordial sonrisa.
-Yo tomaré una porción de pastel de nata, por favor.
Al olerlo, le había entrado antojo. Cosas del embarazo, se dijo a sí misma, aunque en realidad era que le privaba el dulce y siempre que podía, se daba un capricho.
Hablarle de ella... Uf... Qué complicación. ¿Cómo iba a hablarle de ella si tenía que guardar tantos secretos? Pero supuso que no era más que una conversación banal y que tampoco tenía que ser especialmente extensa en su relato.
-Sobre mí no hay mucho que contar. Nací y crecí en Perpignan y me mudé a París hace unos años. Me dedico a enseñar a leer y escribir e idiomas a los hijos de algunas familias distinguidas. No lo hago por el dinero, por supuesto. De todos es sabido que mi padre tiene posibles para mantenerme aquí hasta que encuentre un marido -el comentario típico, de la típica señorita de sociedad. Aunque a ella ya se le estaba pasando un poco la edad casadera-. Pero me entretiene. Eso y pasear a caballo. Tengo uno precioso. Su nombre es Antares. ¿A usted le gustan los caballos?
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy empezó a tener un tic nervioso acariciando el filo de la mesa con la uña, miraba alrededor, comprovando que todos estuviesen en sus conversaciones demasiado ocupados, miró a la joven y la sonrió de medio lado.-Si me gustan...sobre todo los de colores negros o blancos...si..me gustan y tambien los perros..- Dijo casi con segundas intenciones, dió una pequeña risilla y negó con la cabeza para sí misma, y observó nuevamente a la joven, notaba como sus ganas de irse o a veces se contenía, notaba a la legua que su educación era autoimpuesta, pero Bloondy empezó a activarse, a ella tambien le cansaba dar tanto rodeo para saciar su curiosidad, además empezó a tocar su cabeza, concretamente la sien cuando las voces se hacian más potentes en sus pensamientos, sacudió la cabeza.
Los susurros se hicieron mayores "Vamos, deja de ser tan educada" gruño una vez. -Paciencia...- Dijo en alto sin preocuparle mucho que su compañera la viera, repentinamente su pupila se dilató notablemente y sonriendo de una manera mucho más fria, claro estaba que seguía sin enseñar sus colmillos afilados, no era necesario, seguia dando toquecitos a la mesa con ese tic nervioso y derrepente paró en seco. -Bien bien dulcinea...mi curiosidad se agranda, se que perteneces a la mascara como yo, escondida del resto de los mortales...lo huelo...veo tu aura..- Dijo derrepente con la voz algo más baja pero de manera muy brusca repentinamente, con sus ojos muy abiertos, ladeó la cabeza hacia la derecha con el semblante notablemente serio, asegurandose de que nadie prestaba atención a las supuestas dos amigas tomando un café juntas. -Sacia mi curiosidad, no va a salir nada malo de esto..no, no debería salir nada malo, me daba curiosidad, eras distinta..si..eres distinta al resto de los que de ese teatro salían, quizas por eso las palabras y cuchicheos que se traían, pero estoy segura que no tiene nada que ver esos cuchicheos con lo que despierta en mi curiosidad sobre tí, la mascara hay que mantenerla...pero las dos somos parte de ella...tu aura me lo dice..¿que sois jovencita?- Las palabras de Bloondy eran dichas rapidamente y en voz baja, observando muy fijamente a la dama llamada Aletheia Brutus, sonrió de medio lado con ese semblante algo tetrico que ahora mostraba.
Los susurros se hicieron mayores "Vamos, deja de ser tan educada" gruño una vez. -Paciencia...- Dijo en alto sin preocuparle mucho que su compañera la viera, repentinamente su pupila se dilató notablemente y sonriendo de una manera mucho más fria, claro estaba que seguía sin enseñar sus colmillos afilados, no era necesario, seguia dando toquecitos a la mesa con ese tic nervioso y derrepente paró en seco. -Bien bien dulcinea...mi curiosidad se agranda, se que perteneces a la mascara como yo, escondida del resto de los mortales...lo huelo...veo tu aura..- Dijo derrepente con la voz algo más baja pero de manera muy brusca repentinamente, con sus ojos muy abiertos, ladeó la cabeza hacia la derecha con el semblante notablemente serio, asegurandose de que nadie prestaba atención a las supuestas dos amigas tomando un café juntas. -Sacia mi curiosidad, no va a salir nada malo de esto..no, no debería salir nada malo, me daba curiosidad, eras distinta..si..eres distinta al resto de los que de ese teatro salían, quizas por eso las palabras y cuchicheos que se traían, pero estoy segura que no tiene nada que ver esos cuchicheos con lo que despierta en mi curiosidad sobre tí, la mascara hay que mantenerla...pero las dos somos parte de ella...tu aura me lo dice..¿que sois jovencita?- Las palabras de Bloondy eran dichas rapidamente y en voz baja, observando muy fijamente a la dama llamada Aletheia Brutus, sonrió de medio lado con ese semblante algo tetrico que ahora mostraba.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
-¿Ser? Soy una mujer, eso es todo. Alguien muy normal.
Una mujer, sí. Y una hechicera. Y la que llevaba en su vientre al hijo de un licántropo. Era de todo, menos normal. Aunque había intentado llevar una vida tranquila, ordenada, aburrida... De veras que lo había intentado. Pero, simplemente no era para ella.
-Pero, si puedes ver mi aura, tampoco necesitas hacerme esa pregunta.
Porque la magia brillaba a su alrededor. Cualquier criatura con capacidad para ver el aura podría notarlo. Suaves ondas, cálidas, de un tono anaranjado, como un atardecer de verano, que invitaban a la tranquilidad.
-Del mismo modo que yo no necesito preguntar sobre la tuya. Lo que no comprendo es qué buscas, qué quieres de mí. Porque si es alimento, hay otras presas a tu alcance mucho más sencillas. ¿Qué puede querer una hija de Caín de alguien como yo?
Directa al punto. Porque era ya tarde y cuanto más se alargase aquel encuentro, más posibilidades había de que se volviera peligroso, porque más gente abandonaría el local.
Temía un enfrentamiento, porque era perfectamente consciente de su desventaja si se quedaban a solas. Un vampiro era más fuerte y más resistente. Y ella tenía un bebé creciendo en su interior y drenándole la energía. Si usaba más magia de la prudente, podría ponerlo en peligro.
Así que prefería evitar cualquier riesgo.
La gente a su alrededor se había reducido considerablemente. Ya sólo quedaban en el lugar los que, como ellas, habían decidido alargar un poco más la velada y disfrutar de una bebida o algo para comer en los alrededores del teatro. Calculó mentalmente la ruta a casa, intentando recordar los tramos seguros y aquellos que no lo eran tanto. Porque, de repente, estaba algo intranquila.
Una mujer, sí. Y una hechicera. Y la que llevaba en su vientre al hijo de un licántropo. Era de todo, menos normal. Aunque había intentado llevar una vida tranquila, ordenada, aburrida... De veras que lo había intentado. Pero, simplemente no era para ella.
-Pero, si puedes ver mi aura, tampoco necesitas hacerme esa pregunta.
Porque la magia brillaba a su alrededor. Cualquier criatura con capacidad para ver el aura podría notarlo. Suaves ondas, cálidas, de un tono anaranjado, como un atardecer de verano, que invitaban a la tranquilidad.
-Del mismo modo que yo no necesito preguntar sobre la tuya. Lo que no comprendo es qué buscas, qué quieres de mí. Porque si es alimento, hay otras presas a tu alcance mucho más sencillas. ¿Qué puede querer una hija de Caín de alguien como yo?
Directa al punto. Porque era ya tarde y cuanto más se alargase aquel encuentro, más posibilidades había de que se volviera peligroso, porque más gente abandonaría el local.
Temía un enfrentamiento, porque era perfectamente consciente de su desventaja si se quedaban a solas. Un vampiro era más fuerte y más resistente. Y ella tenía un bebé creciendo en su interior y drenándole la energía. Si usaba más magia de la prudente, podría ponerlo en peligro.
Así que prefería evitar cualquier riesgo.
La gente a su alrededor se había reducido considerablemente. Ya sólo quedaban en el lugar los que, como ellas, habían decidido alargar un poco más la velada y disfrutar de una bebida o algo para comer en los alrededores del teatro. Calculó mentalmente la ruta a casa, intentando recordar los tramos seguros y aquellos que no lo eran tanto. Porque, de repente, estaba algo intranquila.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy abría los ojos con cierta sorpresa, vaya...la brujita no se andaba con chiquitas, eso le gusta, aunque tambien le gustaba el aroma que desprendía de nerviosismo, Bloondy ladeaba la cabeza, sabía que por ahora no le caía bien a esa brujita, y aunque no albergaba muchas espectativas sobre ello, se lo estaba pasando francamente bien, se acercó algo a la preciosa dama, y sonrió enseñando sus colmillos. -¿Es esto lo que te pone nerviosa? defiendo la mascarada, no se matan inocentes...yo no mato inocentes...¿o temes por que no lo eres?...no pareces una mala persona. - Dijo la vampiresa y se acariciaba la barbilla pensativa, mientras observaba que cada vez menos quedaban y siguió hablando en voz baja para que los demas no las perciviesen. -Ademas...me gusta más la sangre de los hombres.- Se encogió de hombros despreocupadamente, mientras observaba alrededor aunque notaba aun mas los nervios de aquella dama cuando cada vez más tarde se hacía.
Alzó la vista, y vovlió a mirar su tripa donde percibía ese latido en su interior, sonrió con cierta dulzura, y ladeó la cabeza mientras se balanceaba "vamos, no des más rodeos, me das ansiedad hasta mi" Dijo una fria voz en su cabeza. -Calma...ya voy..- Respondió la vampiresa, aunque a los ojos de la bruja claramente hablaba sola.-Jiji, me mete prisa.- Aunque no le preocupaba eso ahora mismo que la bruja pensase que unos cuantos tornillos había perdido en algún lugar, dió una sonrisa de medio lado. -En verdad te he seguido para saciar mi curiosidad, no para comerte, es como puede ser que no seas una loba, pero si huelas a lobo, hueles mucho a lobo pero no eres una de ellos, eso es escandalosamente interesante....como puede una alta dama de la sociedad recibir tán territorial aroma. - Bloondy la miro con cara de curiosidad mientras se acomodaba con una mano en la mejilla para oir la historía.
Alzó la vista, y vovlió a mirar su tripa donde percibía ese latido en su interior, sonrió con cierta dulzura, y ladeó la cabeza mientras se balanceaba "vamos, no des más rodeos, me das ansiedad hasta mi" Dijo una fria voz en su cabeza. -Calma...ya voy..- Respondió la vampiresa, aunque a los ojos de la bruja claramente hablaba sola.-Jiji, me mete prisa.- Aunque no le preocupaba eso ahora mismo que la bruja pensase que unos cuantos tornillos había perdido en algún lugar, dió una sonrisa de medio lado. -En verdad te he seguido para saciar mi curiosidad, no para comerte, es como puede ser que no seas una loba, pero si huelas a lobo, hueles mucho a lobo pero no eres una de ellos, eso es escandalosamente interesante....como puede una alta dama de la sociedad recibir tán territorial aroma. - Bloondy la miro con cara de curiosidad mientras se acomodaba con una mano en la mejilla para oir la historía.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
¿En serio le estaba haciendo esa pregunta? ¿De verdad? Era surrealista todo ese encuentro. Alguien a quien no conocía absolutamente de nada -alguien no, una vampira- la asaltaba a la salida del teatro, acababan tomando algo sin venir muy bien a cuento y le preguntaba, sin el menor rastro de pudor, por qué olía a lobo.
No hacía falta ser muy lista para saber a qué lobo olía. No importaba las veces que se duchara o los perfumes y aceites que se echase. El olor de Leif estaba bajo su piel, en sus entrañas, marcándola como lo que era. Suya.
-Tengo trato con los lobos. Tampoco es extraño para aquellos que sabemos que existe un mundo escondido en las sombras, más allá de la cara dulce de París. Como bien ha dicho, ambas somos parte de la mascarada. Las dos tenemos algo que ocultar a ojos de los humanos corrientes. Así que cuanto menos opciones les demos a descubrirnos, mejor para todos.
Ocultó la sonrisa tras la taza. Tampoco había especificado nada más allá. ¿Qué iba a decirle? ¿Huelo a lobo porque comparto la cama con uno? Eso tampoco era del todo cierto. La bruja quería al lobo, pero no estaban juntos, no como debería estarlo una pareja. Su unión, en esos momentos, no era más que la vida que crecía en su interior y los encuentros esporádicos que dejaban a ambos con una ardiente necesidad de más.
Sin embargo, no era posible. No hasta que no cambiaran algo en aquella ecuación que siempre daba como resultado una brecha entre ellos. Aunque quizás, sólo quizás, ella se atreviera a cambiar uno de los signos de esa fórmula, en pos de un resultado diferente.
Olvidando esos pensamientos, se centró de nuevo en la mujer frente a ella.
-De todos modos... ¿A qué tanta curiosidad? Una mujer desconocida, con tratos con otras criaturas... No es tan raro en París. ¿Por qué, exactamente, ha sentido curiosidad por mí?
No hacía falta ser muy lista para saber a qué lobo olía. No importaba las veces que se duchara o los perfumes y aceites que se echase. El olor de Leif estaba bajo su piel, en sus entrañas, marcándola como lo que era. Suya.
-Tengo trato con los lobos. Tampoco es extraño para aquellos que sabemos que existe un mundo escondido en las sombras, más allá de la cara dulce de París. Como bien ha dicho, ambas somos parte de la mascarada. Las dos tenemos algo que ocultar a ojos de los humanos corrientes. Así que cuanto menos opciones les demos a descubrirnos, mejor para todos.
Ocultó la sonrisa tras la taza. Tampoco había especificado nada más allá. ¿Qué iba a decirle? ¿Huelo a lobo porque comparto la cama con uno? Eso tampoco era del todo cierto. La bruja quería al lobo, pero no estaban juntos, no como debería estarlo una pareja. Su unión, en esos momentos, no era más que la vida que crecía en su interior y los encuentros esporádicos que dejaban a ambos con una ardiente necesidad de más.
Sin embargo, no era posible. No hasta que no cambiaran algo en aquella ecuación que siempre daba como resultado una brecha entre ellos. Aunque quizás, sólo quizás, ella se atreviera a cambiar uno de los signos de esa fórmula, en pos de un resultado diferente.
Olvidando esos pensamientos, se centró de nuevo en la mujer frente a ella.
-De todos modos... ¿A qué tanta curiosidad? Una mujer desconocida, con tratos con otras criaturas... No es tan raro en París. ¿Por qué, exactamente, ha sentido curiosidad por mí?
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
La vampiresa miraba a la joven dama con sus ojos negros abiertos como platos, alzando de vez en cuando una ceja mientras aquella damisela le daba una explicación a ese aroma tan particular que desprendia, le resultaba interesante desde luego y miro a los lados con nerviosismos asegurandose que nadie las oia. -Los inocentes no deben saberlo...nunca...¡¡nunca!!.- Dijo sonriendo cubirendose la boca para que no se viesen sus colmillos, mientras miraba a la dama amiga de lobos, ser amiga de lobos era algo insolito para Bloondy, aunque bueno ella solo conocía a uno, asi que tampoco podía generalizar, se relamío y sonrío. -Los lobos son estraños...creo que estan siempre como de mal humor, aunque en tí es extraño, casi parecieses un territorio marcado anadante...que insolito.- Se rascó la barbilla, y puso una graciosa cara pensativa y finalmente resoplo. -No, esto me confunde...¿puedo verlos?.- Dijo repentinamente, refiriendose si Aletheia se los presentaría, a veces la vampira no se mostraba consciente de cuan impertinente podía ser a veces sin darse cuenta, ladeo la cabeza.
Miró su taza ya vacía mientras escuchaba a la bruja preguntarla por que le había seguido "A ver que vas a responder, que ya la estas incomodando mucho" Dijo uno de los susurros con su grave voz rasposa .-Pues la verdad.- Respondió Bloondy a la nada, mirando un sitió vacio a la derecha, "¿Eh? ¿como que la verdad?" los susurros se le desconcertaron en la cabeza de Bloondy, esta se sacudió tocandose la sien y despues miró fijamente a la dama que aun esperaba respuesta, Bloondy sonrió y señalo el hueco a su derecha. -Es que Bertram quería conocerte, y me dijo que te siguiera, y aparte...me gusta como hueles.- Respondió de manera divertida la vampiresa, en su mente podía ver como el que llamaba Bertran se llevaba una mano a la cabeza "Dios como te odio" Bloondy dejo escapar una risa ante ese comentarío que le hizo el susurro, despues volvió a mirar a Aletheia. -No te preocupes no es mal...- Se quedo mirando al vacio de su lado derecho unos segundos, la verdad es que lo que ella veia era algo retorcido. -.....no es mal chico, pero lo importante es la personalidad.- Rió pero asintió cargandose de razón "¡¡¡Me estas llamano feo maldita zumbada!!!". -Vamos no te enfades, tu tenes personalidad ¿a que sí?- Remató preguntandole a la pobre joven que sin comerlo ni beberlo Bloondy había hundido a Aletheia en sus psicoticas conversaciones que tenía con susurros habitualmente.
Miró su taza ya vacía mientras escuchaba a la bruja preguntarla por que le había seguido "A ver que vas a responder, que ya la estas incomodando mucho" Dijo uno de los susurros con su grave voz rasposa .-Pues la verdad.- Respondió Bloondy a la nada, mirando un sitió vacio a la derecha, "¿Eh? ¿como que la verdad?" los susurros se le desconcertaron en la cabeza de Bloondy, esta se sacudió tocandose la sien y despues miró fijamente a la dama que aun esperaba respuesta, Bloondy sonrió y señalo el hueco a su derecha. -Es que Bertram quería conocerte, y me dijo que te siguiera, y aparte...me gusta como hueles.- Respondió de manera divertida la vampiresa, en su mente podía ver como el que llamaba Bertran se llevaba una mano a la cabeza "Dios como te odio" Bloondy dejo escapar una risa ante ese comentarío que le hizo el susurro, despues volvió a mirar a Aletheia. -No te preocupes no es mal...- Se quedo mirando al vacio de su lado derecho unos segundos, la verdad es que lo que ella veia era algo retorcido. -.....no es mal chico, pero lo importante es la personalidad.- Rió pero asintió cargandose de razón "¡¡¡Me estas llamano feo maldita zumbada!!!". -Vamos no te enfades, tu tenes personalidad ¿a que sí?- Remató preguntandole a la pobre joven que sin comerlo ni beberlo Bloondy había hundido a Aletheia en sus psicoticas conversaciones que tenía con susurros habitualmente.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
-Yo no soy el territorio marcado, querida. Yo soy la alfa.
Quizás era una declaración inapropiada, porque no era del todo cierta aún. Pero venía a ser lo mismo. Si comparaba la manada con una familia, el macho alfa era el padre, la hembra alfa la madre, los betas los hermanos mayores, tíos, primos y demás familia, y los cachorros los más pequeños. Así que... de alguna manera, sí, ella era la alfa en aquella manada que se estaba precocinando en París y que poco a poco acabaría tomando forma. Aunque todavía dudaba de que ella tuviera un puesto junto a Leif, la vampira no tenía cómo saber si eso era o no verdad, porque nadie lo sabía con certeza. Así que, como nada ni nadie podía echar por tierra esa sentencia, se agarró a ella.
-Ahora mismo no puedes verlos, están vigilando en las sombras.
Tampoco tenía cómo avisarlos en caso de que verlos fuera una opción. No era como si pudiera lanzar un mensaje al viento y que por algún milagro llegara a manos de su destinatario de forma inmediata.
-Bertram... ¿Quién es Bertram? -ni siquiera sabía si era buena idea preguntar, porque aquella mujer parecía estar mal de la cabeza. Aunque precisamente por eso, prefería no hacer nada raro, levantarse y marcharse. Uno nunca sabía cómo podía reaccionar un loco.
Echó un vistazo alrededor, para controlar cuánta gente quedaba aún en el lugar. La presencia de humanos ajenos a la Mascarada que mantenían le garantizaba cierta seguridad.
Quizás era una declaración inapropiada, porque no era del todo cierta aún. Pero venía a ser lo mismo. Si comparaba la manada con una familia, el macho alfa era el padre, la hembra alfa la madre, los betas los hermanos mayores, tíos, primos y demás familia, y los cachorros los más pequeños. Así que... de alguna manera, sí, ella era la alfa en aquella manada que se estaba precocinando en París y que poco a poco acabaría tomando forma. Aunque todavía dudaba de que ella tuviera un puesto junto a Leif, la vampira no tenía cómo saber si eso era o no verdad, porque nadie lo sabía con certeza. Así que, como nada ni nadie podía echar por tierra esa sentencia, se agarró a ella.
-Ahora mismo no puedes verlos, están vigilando en las sombras.
Tampoco tenía cómo avisarlos en caso de que verlos fuera una opción. No era como si pudiera lanzar un mensaje al viento y que por algún milagro llegara a manos de su destinatario de forma inmediata.
-Bertram... ¿Quién es Bertram? -ni siquiera sabía si era buena idea preguntar, porque aquella mujer parecía estar mal de la cabeza. Aunque precisamente por eso, prefería no hacer nada raro, levantarse y marcharse. Uno nunca sabía cómo podía reaccionar un loco.
Echó un vistazo alrededor, para controlar cuánta gente quedaba aún en el lugar. La presencia de humanos ajenos a la Mascarada que mantenían le garantizaba cierta seguridad.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
La vampiresa miraba con cierta cara de sorpresa a Aletheia y miraba a todos lados intentando ver los licantroposo escondidos, pero lo unico que capto fueron susurros y sombras que solo se encontraban en su imaginación, la volvió a mirar y ladeo la cabeza con suma curiosidad, así que ella era la alfa, pero ella no parecia una mujer lobo, no olía asi, ni su sangre la encontraba minimamente un apice de la toxica sangre de un licantropo, Bloondy sonreía ampliamente enseñando a la bruja los colmillos, pero asegurandose que solo ella fuese quien los viese, de echó siguió con la mirada a un joven que le parecía bastante apetecible. -Una alfa sin sangre de loba, que exoticamente interesante, entonces tus guardaespaldas te rondaran, creo que pensaran que soy malvada, no lo soy, solo soy....Bloondy jiji.- Recitó a toda velocida y se balanceó de manera compulsiva mientras dejaba escapar una risa, eso inquietó a algunos de los presentes. A lo que Bloondy los miró con rostro serió y alzando una ceja de manera algo intimidante, a lo que debió hacer algo la vampiresa para que esos hombres se mostrasen a continuación confusos.
Bloondy sonrió de medió lado mirando a la bruja blanca, se había quedado con las ganas de ver hombres lobo, la curiosidad de la vampiresa a veces la podía traer problemas, pero no fuese algo que le preocupase en esceso, suspiró y miró a su izquierda. -Él es Bertran.- Señalo al hueco vacio "Que ella no puede verme pesada" gruñó el susurro de voz rasposa que Bloondy veía sentado en la silla mientras la observaba con sus ojos de fondo negro y de iris rojo. "Deja de ponerla tanto de los nervios, preguntale algo que le guste más" bufó con enfado la voz, mientras que Bloondy lo miraba con atención y despues la desvió a la bruja. -Si te fias de los hombres lobo no entiendo por que yo te doy miedo.- Dijo de manera demasiado brusca tal vez, mientras la observaba con sus ojos negros muy abiertos, mientras jugaba con un mechon de su pelo. Emitió un pequeño bufido o sisieo casi involuntarío, ladeó la cabeza nuevamente. -Sabes hacer filtros de amor...me gusta eso...suena muy romantico, puedo pagarte jijii.- Sonrió de manera más dulce esta vez, desde luego la vampiresa a veces se mostraba algo bipolar a ojos agenos, aunque para Bloondy no creía que hubíese sido demasiado inquietante, se quedó mirando a la bruja con ganas de oir su respuesta, un flltro de amor podría serle util a la larga, hay que tener un As en la manga. Bertran se movió y Bloondy lo siguió con la mirada. -Le gusta como hueles, estoy segura que le gustaría incante el diente, pero eso no estaría nada bien...¿verdad?
Bloondy sonrió de medió lado mirando a la bruja blanca, se había quedado con las ganas de ver hombres lobo, la curiosidad de la vampiresa a veces la podía traer problemas, pero no fuese algo que le preocupase en esceso, suspiró y miró a su izquierda. -Él es Bertran.- Señalo al hueco vacio "Que ella no puede verme pesada" gruñó el susurro de voz rasposa que Bloondy veía sentado en la silla mientras la observaba con sus ojos de fondo negro y de iris rojo. "Deja de ponerla tanto de los nervios, preguntale algo que le guste más" bufó con enfado la voz, mientras que Bloondy lo miraba con atención y despues la desvió a la bruja. -Si te fias de los hombres lobo no entiendo por que yo te doy miedo.- Dijo de manera demasiado brusca tal vez, mientras la observaba con sus ojos negros muy abiertos, mientras jugaba con un mechon de su pelo. Emitió un pequeño bufido o sisieo casi involuntarío, ladeó la cabeza nuevamente. -Sabes hacer filtros de amor...me gusta eso...suena muy romantico, puedo pagarte jijii.- Sonrió de manera más dulce esta vez, desde luego la vampiresa a veces se mostraba algo bipolar a ojos agenos, aunque para Bloondy no creía que hubíese sido demasiado inquietante, se quedó mirando a la bruja con ganas de oir su respuesta, un flltro de amor podría serle util a la larga, hay que tener un As en la manga. Bertran se movió y Bloondy lo siguió con la mirada. -Le gusta como hueles, estoy segura que le gustaría incante el diente, pero eso no estaría nada bien...¿verdad?
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
"Si te fias de los hombres lobo no entiendo por que yo te doy miedo."
Porque estás loca, pensó.
¿Filtros de amor? ¡Por supuesto que sabía hacerlos! Eran lo más sencillo del mundo. Un pellizco de esto, otro de aquello, algo de la persona a la que se pretendía hechizar y de la persona de la que debería enamorarse perdidamente...
Eso se estudiaba en primero de hechicería.
Bueno, quizás los que estaban hechos para durar más de un día o para generar algo más que deseo sexual fueran más complejos y requirieran más conocimientos y más magia para ser llevados a cabo, sí. Pero no dejaban de ser pociones que se podían obtener en cualquier mercadillo por unas monedas.
-¿Quieres que haga un filtro de amor para ti? -preguntó sin tener muy claro si quería que la respuesta fuera afirmativa o no.
Si quería una poción verdaderamente efectiva y bien elaborada, que fuera sutil y que tuviera efectos progresivos, eso implicaría muchos días de trabajo e ingredientes más específicos. Si lo que buscaba era un filtro de los que tenían efectos rápidos y de corta duración, pues todo sería mucho más sencillo.
-No, no estaría nada bien. Uno no debe morder lo que es de otro sin su permiso. -Y lo que era ella, por el momento, prefería mantener los muerdos de los vampiros lejos. No era nada personal, nada más allá de preferir seguir estando viva y siendo humana. Le gustaba demasiado el sol-. Creo que Bertran lo entenderá.
Porque estás loca, pensó.
¿Filtros de amor? ¡Por supuesto que sabía hacerlos! Eran lo más sencillo del mundo. Un pellizco de esto, otro de aquello, algo de la persona a la que se pretendía hechizar y de la persona de la que debería enamorarse perdidamente...
Eso se estudiaba en primero de hechicería.
Bueno, quizás los que estaban hechos para durar más de un día o para generar algo más que deseo sexual fueran más complejos y requirieran más conocimientos y más magia para ser llevados a cabo, sí. Pero no dejaban de ser pociones que se podían obtener en cualquier mercadillo por unas monedas.
-¿Quieres que haga un filtro de amor para ti? -preguntó sin tener muy claro si quería que la respuesta fuera afirmativa o no.
Si quería una poción verdaderamente efectiva y bien elaborada, que fuera sutil y que tuviera efectos progresivos, eso implicaría muchos días de trabajo e ingredientes más específicos. Si lo que buscaba era un filtro de los que tenían efectos rápidos y de corta duración, pues todo sería mucho más sencillo.
-No, no estaría nada bien. Uno no debe morder lo que es de otro sin su permiso. -Y lo que era ella, por el momento, prefería mantener los muerdos de los vampiros lejos. No era nada personal, nada más allá de preferir seguir estando viva y siendo humana. Le gustaba demasiado el sol-. Creo que Bertran lo entenderá.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 18/01/2017
Edad : 254
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
La vampiresa entrelazó sus largos dedos acabados en unas uñas cuidadas pero afiladas, y apoyó su mandibula sobre sus dedos observando a aquella maga, parecía guardarse bastantes cosas, pero sin embargo pareció mostrarse sorprendida cuando pidió aquel brebaje para sus ideas descabelladas, que ahora la vampiresa no tenía intención de revelar, sín embargo alzaba una ceja abriendo mucho sus negros ojos, con un aire psicotico en la mirada, mientras reía levemente de manera casí nerviosa. -Sí, me gustaría tener un filtro de amor, o un par de ellos, los veo sumamente utiles y divertidos, seguro que tiene un efecto distinto al que soy capaz de crear con mis habilidades, seguro que es algo...fascinante...si..si..- Dijo de nerviosa forma, incluso por la emoción se podría decir, mientras miraba con sumo interes a aquella brujita que tenía ante ella, y que tenía amigos sumamente interesantes, desde luego todo hay que decirlo, si su hermano le hechase el ojo, seguramente se comportaría de esa forma tán inquisitiva que suele adoptar, como si todo fuese suyo, suspiró enamoradizamente pensando en él, mientras volvía su atención a la joven.
Bloondy alzó nuevamente la ceja y se mordió el labio inferior con cara pensativa y miraba hacía su izquierda, mientras veía esa especlunante figura que tenía Bertran, que a más de uno sin duda le causaria pesadillas, pero Bloondy estaba demasiado acostumbrada, aunque no hacía mucho que conseguía verlo, si que le escuchaba en su cabeza desde niña, eso suavizo las cosas cuando consiguió visualizarlo "¿Estas nostalgica? centrate con esta bruja que tantos secretos esconde" Gruñó de manera grave, Bloondy despertaba efectivamente de sus pensamientos. -Oh si....- Volvió a mirar a Aletheia. - Tienes razón, morder sin permiso está mal, pero a veces es divertido, como un juego, vamos quitate las alas de angelito guapa, seguro que tú tambien a veces te portas mal y te diviertes haciendolo.- Rió Bloondy observandola mientras obsevó como el sitió había quedado practicamente vacio de no ser por el camarero que ya empezaba a recoger, Bloondy miró al hombre y despues a Aletheia. -Creo que se hizo tarde...vaya, que solas nos hemos quedado, jijiji, me gusta volver por callejones oscuros e imaginarme que los espiritus oscuros te persiguen..- Dijo casi sin venir a cuento de nada, mientras se animaba ella a pagar mientras miraba fijamente a Aletheia.
Bloondy alzó nuevamente la ceja y se mordió el labio inferior con cara pensativa y miraba hacía su izquierda, mientras veía esa especlunante figura que tenía Bertran, que a más de uno sin duda le causaria pesadillas, pero Bloondy estaba demasiado acostumbrada, aunque no hacía mucho que conseguía verlo, si que le escuchaba en su cabeza desde niña, eso suavizo las cosas cuando consiguió visualizarlo "¿Estas nostalgica? centrate con esta bruja que tantos secretos esconde" Gruñó de manera grave, Bloondy despertaba efectivamente de sus pensamientos. -Oh si....- Volvió a mirar a Aletheia. - Tienes razón, morder sin permiso está mal, pero a veces es divertido, como un juego, vamos quitate las alas de angelito guapa, seguro que tú tambien a veces te portas mal y te diviertes haciendolo.- Rió Bloondy observandola mientras obsevó como el sitió había quedado practicamente vacio de no ser por el camarero que ya empezaba a recoger, Bloondy miró al hombre y despues a Aletheia. -Creo que se hizo tarde...vaya, que solas nos hemos quedado, jijiji, me gusta volver por callejones oscuros e imaginarme que los espiritus oscuros te persiguen..- Dijo casi sin venir a cuento de nada, mientras se animaba ella a pagar mientras miraba fijamente a Aletheia.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
-Bien, si filtros de amor es lo que quiere, filtros de amor es lo que tendrá. Acordaremos un precio y un plazo. -Miró alrededor, la gente empezaba a retirarse y ella debería hacer lo propio, si no quería quedarse sola con los seres de la noche-. Ahora es tiempo de marcharse. Entiendo que usted esté acostumbrada a moverse a estas horas, pero para mí ya se está haciendo tarde.
Se levantó, dejando que la vampira la invitase y pasando por alto esa referencia a si se portaba bien o no. No era asunto suyo. Era una buena mujer. O eso intentaba. Pero ser buena no implicaba ser tonta. Y si tenía que defenderse, lo haría con uñas y dientes. Se defendería a sí misma y a aquellos que le importaban. Cayese quien cayese.
-Nos reuniremos aquí, mañana al caer la noche, y concretaremos ese encargo. Necesitaré un mechón de pelo de la persona sobre la que deseas que el filtro actúe. ¿Podrá conseguirlo de aquí a mañana? Éso, y cincuenta francos por adelantado. ¿Le parece bien?
Se levantó, dejando que la vampira la invitase y pasando por alto esa referencia a si se portaba bien o no. No era asunto suyo. Era una buena mujer. O eso intentaba. Pero ser buena no implicaba ser tonta. Y si tenía que defenderse, lo haría con uñas y dientes. Se defendería a sí misma y a aquellos que le importaban. Cayese quien cayese.
-Nos reuniremos aquí, mañana al caer la noche, y concretaremos ese encargo. Necesitaré un mechón de pelo de la persona sobre la que deseas que el filtro actúe. ¿Podrá conseguirlo de aquí a mañana? Éso, y cincuenta francos por adelantado. ¿Le parece bien?
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 274
Fecha de inscripción : 18/01/2017
Edad : 254
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Bloondy observo como la hechicera tenía prisa por irse, en el fondo sabía que es que le inquietaba su presencia, más no dijo nada más, dejo que se retiraba mientras meditaba si en una noche le iba a dar tiempo a conseguir él cabello de quienes pretendia usar esa poción, pagó y observó la acelerada marcha de Aletheia, entrecerró los ojos con algo de enfado, casí parecía molesta por el miedo que parecía tenerla la bruja, masculló para sí misma y miro al camarero que se acerco a pedirla que se fuera para cerrar, Bloondy se levanto y usó sus habilidades vampiricas para aturdirlo antes de hundir sus colmillos en la fina piel del cuello "¿Ya has pagado tu frustración con un trago? lastima que no estuviera borracho" Dijo la voz con calido tono. -Oh callate...estoy enfadada. - Gruño Bloondy soltando al aturdido tabernero sin matarlo, solo dejandole mareado y con los recuerdos demasiado borrosos por la habilidad de confusión que tenía la vampiresa. Bloondy abandonó la cafetería y miró al cielo, bien...tenía unas horas para ir a por aquellos cabellos que le había pedido la bruja, así que apretó el paso, sabía en los lugares que podía encontrarlos, y entre otras cosas, la manía que tenía a veces de pedir un mechón de pelo y lo sorprendentemente que la gente se escandalizaba por ello, Bloondy dejo escapar una risa, tenía pocas horas.
Aunque casí la pilló el día, por los pelos consiguió llegar al refugio a descansar, mentras guardaba a buen recaudo los dos mechones de pelo, de dos personas diferentes, uno era de licantropo, un amor prohibido dicen, pero esas historias son las más divertidas, miró el otro mechón de pelo, ese lo guardaría para el momento justo y necesario, un arma secreta, por así decirlo, se encerró en sus aposentos para pasar el día y esperar la caida del sol. "Despierta dormilona, vas a tener tus juguetes nuevos" Retumbó en su cabeza ¿Ya era de noche?...genial. Bloondy casí abrió de una patada el ataud y busco espejo en el que arreglarse, con esos juegos de colores para una exagerada sombra de ojos, y un vestido que quedase a juego con esos colores, "Eres una obsesa de los colores" dijo la quebrajosa voz en su cabeza, Bloondy vio reflejado en el espejo la escalofriante sombra de Bertram a quien guiñó un ojo, se aseguró de que había cogido todo antes de salir a atravesar medio París. Paseó por las calles aun abarrotadas de gente, casí iba de saltarina forma contenta por tener esos brevajes a su mano que desde luego le servirían de mucho, su hermano no sería el unico con seguidores, no señor, ahora ella tendría más que aferrimos seguidores.
Llegó al lugar acordado, la cafetería, el tabernero le dió la cordial bienvenida, no recordaba nada de lo que ocurrió la noche anterior, si se fijo que se habia tapado la herida, vete a saber como creyó que se la hizo, Bloondy dejó escapar una sonrisita traviesa, y se sentó a esperar a que esa hechicera apareciera, "A lo mejor no viene por que la asustastes" rió la voz calida, Bloondy gruño y habló lo suficientemente bajito. -No seas negativo Beckett, si que vendra, he traido el pelo, el dinero...todo..- Respondió la vampiresa, "Eso no es garantia" replicó la voz. -No me hagas rabiar. - Protestó la vampiresa mientras miraba la puerta observando a los que entraban con los nervios propios de un niño que espera los regalos de navidad.
Aunque casí la pilló el día, por los pelos consiguió llegar al refugio a descansar, mentras guardaba a buen recaudo los dos mechones de pelo, de dos personas diferentes, uno era de licantropo, un amor prohibido dicen, pero esas historias son las más divertidas, miró el otro mechón de pelo, ese lo guardaría para el momento justo y necesario, un arma secreta, por así decirlo, se encerró en sus aposentos para pasar el día y esperar la caida del sol. "Despierta dormilona, vas a tener tus juguetes nuevos" Retumbó en su cabeza ¿Ya era de noche?...genial. Bloondy casí abrió de una patada el ataud y busco espejo en el que arreglarse, con esos juegos de colores para una exagerada sombra de ojos, y un vestido que quedase a juego con esos colores, "Eres una obsesa de los colores" dijo la quebrajosa voz en su cabeza, Bloondy vio reflejado en el espejo la escalofriante sombra de Bertram a quien guiñó un ojo, se aseguró de que había cogido todo antes de salir a atravesar medio París. Paseó por las calles aun abarrotadas de gente, casí iba de saltarina forma contenta por tener esos brevajes a su mano que desde luego le servirían de mucho, su hermano no sería el unico con seguidores, no señor, ahora ella tendría más que aferrimos seguidores.
Llegó al lugar acordado, la cafetería, el tabernero le dió la cordial bienvenida, no recordaba nada de lo que ocurrió la noche anterior, si se fijo que se habia tapado la herida, vete a saber como creyó que se la hizo, Bloondy dejó escapar una sonrisita traviesa, y se sentó a esperar a que esa hechicera apareciera, "A lo mejor no viene por que la asustastes" rió la voz calida, Bloondy gruño y habló lo suficientemente bajito. -No seas negativo Beckett, si que vendra, he traido el pelo, el dinero...todo..- Respondió la vampiresa, "Eso no es garantia" replicó la voz. -No me hagas rabiar. - Protestó la vampiresa mientras miraba la puerta observando a los que entraban con los nervios propios de un niño que espera los regalos de navidad.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Dulce magia o pajaro oscuro (priv. Aletheia)
Le había dado bastantes vueltas a si ir o no ir a la cita con la vampiresa. Sopesó los pros y los contras. Y decidió ir. No porque necesitase las monedas que iba a pedirle a cambio, sino porque le iba a venir bien mantener la mente ocupada en algo que no fuera su amor no correspondido, su hijo bastardo y la cantidad de problemas que se le venían encima.
Se puso un vestido azul, con el escote en V y manga francesa, con detalles de raso y encaje. Tomó un bolsito tipo saco y se calzó. El cabello lo llevaba suelto, mucho más cómodo que aquellos intrincados moños que solía hacerse para algunas ocasiones. Fue dando un paseo, porque la cafetería del teatro le pillaba lo suficientemente cerca de casa y todavía era muy temprano. No tenía en mente alargarse hasta muy tarde. Pero nunca se sabía...
Empujó la puerta del local con la mano libre, la que no sujetaba el bolsito, y accedió al interior. Buscó con la mirada a la mujer que tan extrañamente la había abordado la noche anterior y, una vez la hubo localizado, se dirigió hacia ella.
-Buenas noches -saludó con una sonrisa cordial, retirando la silla frente a la que ocupaba ella, para poder sentarse, dejando el bolsito en su regazo-. ¿Lleva mucho tiempo esperando?
Porque no habían concretado exactamente una hora, así que no podía decirse que llegara tarde, pero tampoco su educación la alentaba a hacerse esperar más de lo necesario.
Se puso un vestido azul, con el escote en V y manga francesa, con detalles de raso y encaje. Tomó un bolsito tipo saco y se calzó. El cabello lo llevaba suelto, mucho más cómodo que aquellos intrincados moños que solía hacerse para algunas ocasiones. Fue dando un paseo, porque la cafetería del teatro le pillaba lo suficientemente cerca de casa y todavía era muy temprano. No tenía en mente alargarse hasta muy tarde. Pero nunca se sabía...
Empujó la puerta del local con la mano libre, la que no sujetaba el bolsito, y accedió al interior. Buscó con la mirada a la mujer que tan extrañamente la había abordado la noche anterior y, una vez la hubo localizado, se dirigió hacia ella.
-Buenas noches -saludó con una sonrisa cordial, retirando la silla frente a la que ocupaba ella, para poder sentarse, dejando el bolsito en su regazo-. ¿Lleva mucho tiempo esperando?
Porque no habían concretado exactamente una hora, así que no podía decirse que llegara tarde, pero tampoco su educación la alentaba a hacerse esperar más de lo necesario.
Aletheia Brutus- Hechicero Clase Media
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