A vista de pájaro. (Priv)

por **Altair Boussole** Jue Ago 24, 2017 1:50 pm

Su último trabajo, ayudando a limpiar las habitaciones en una pensión con cierto renombre, había acabado. La habían contratado únicamente hasta que la persona que se encargaba de ello con anterioridad se recuperó de una gripe que la había tenido en la cama con fiebre un par de semanas. Y por supuesto, ampliar la plantilla no entraba en los planes de los dueños. Les iba muy bien con el personal que tenían.

Así que recogió sus bártulos, agradeció lo que había durado y el dinero que había recibido por ello y se despidió con la esperanza de que pudieran volver a contar con ella en el futuro. Habían quedado satisfechos con su trabajo y el detalle de que cantara siempre mientras trabajaba le había dado un toque alegre a las mañanas del lugar.

Porque otra cosa no, pero Altaír cantaba muy bien. No sabía si estaba o no relacionado con su naturaleza o simplemente era un don como el que tenían muchos humanos, pero sabía hacerlo y le gustaba.

Lo que también le gustaba, tanto o más que cantar, era volar. De modo que aprovechó que iba a estar unos cuantos días sin trabajar, estirando los francos que había cobrado, para pasar un par de días en el bosque. A ratos halcón, volando bien alto en el cielo para caer en picado y remontar casi al tocar tierra. A ratos diamante, revoloteando entre las ramas, con alegres trinos. Corniblanco por las noches, camuflada cual rapaz común en el bosque.

Comió un par de días de lo que cazaba. Sobrevoló la ciudad, posandose en los tejados. Se divirtió en el bosque y disfrutó de las ventajas de ser humana y animal a la vez...

Hasta que su dicha se trocó en desgracia. Aquella trampa no estaba allí la tarde de antes. No había visto a quien la había puesto, más no dudaba de que era un cazador experimentado. No sabía si uno de ésos que cazan seres sobrenaturales o de los que se limitaban a cazar animales para comer o vender en los días de mercado.

El caso era que estaba alli, atrapada, en mitad de la noche, en una red que colgaba de un árbol y con un ala rota. Además, no podía cambiar de forma, porque el espacio de la trampa no lo permitía y no se rompería por la presión de su cuerpo, sólo conseguiría hacerse más daño.

Ululó pidiendo ayuda.

Tal vez atrajera al cazador, pero no podía liberarse sola, así que... si tenía que acabar en el puchero de alguien, cuanto antes mejor. Al menos tenía la esperanza de que la encontrase una buena persona que la dejara en libertad.

por **Aren Cannif** Vie Ago 25, 2017 11:58 am

El bastón guiaba mis pasos mientras atravesaba la cornisa de la escarpada montaña, ciertamente la vegetación en esos lares no era abundante, claro que allí donde la ladera de la montaña se extendía los arboles campaban a sus anchas creando luces y sobras a través de sus ramas.
Yo solo podía percibir el calor o la ausencia de este sobre mi rostro, mas eso no me detenía, ciertamente nada lo haría para cumplir mi objetivo, la venganza que ahora marcaba mi único sendero en esta vida y las venideras.

Hace ya muchas lunas que la licantropo me saco de mi aldea, para ese entonces yo Aren, solo era el hijo de un herrero, para mas inri, el hijo ciego e este.
Hoy era Aren Cannif, hijo del conde que todos amaban y del que esperaban la salvación de sus almas.
Yo pagué caro este echo, pues aunque logré escapar gracias a la ayuda de mi captora de la fortaleza de Randulf, el rey del norte, mi gente no corrió tal suerte.
Cuando alcancé mi hogar, este estaba reducido a cenizas, todos habían perecido, entre ellos los padres que un día encontraron a un niño ciego abandonado en una barcaza.

Mi intención era llegar a la fortaleza de Akershus y alistarme entre la milicia de mi padre, no necesitaba su apellido, de echo no lo quería, me ganaría mi puesto, mi meta era solo una, hundir mi acero en el vientre de ese rey que había marcado en mi vida la desdicha.
Sumido en mis propios pensamientos escuché el incesante ulular de un búho.

Dicen que no hay mal que por bien no venga, carecía del sentido de la vista, mas gracias a esto el resto de mis sentidos estaban mas desarrollados y no me costó dar con esa criatura que atrapada y posiblemente herida estaba enredada en una trampa de algún cazador.
-Tienes suerte pájaro, de no estar aquí acabarías en la cazuela, es mas, tentado estoy de comerte, el alimento en la montaña no abunda -bromeé sacando la daga una vez trepé a lo alto del árbol.

Palpé la maroma lentamente, y cuando encontré la unión con la red, la sajé haciendo que el animal cayera libre al suelo, de un salto me uní al pájaro que no podía alzar el vuelo.
No podía ayudarlo mucho mas, mis conocimientos de medicina eran un fiasco, dejarlo en el suelo seria su muerte.
-¿que hacemos animalillo? -pregunté divagando entre lo correcto y lo contrario.

por **Altair Boussole** Vie Ago 25, 2017 6:30 pm

Asustada ante la llegada de un desconocido con a saber qué intenciones, Altaír esperó, tensa, hasta ver si lo que quería era ayudarla o si, por el contrario, acababa cruelmente con su vida.

Se sintió muy aliviada cuando cortó la cuerda, mas le duró poco, porque el golpe contra el suelo fue contundente. Ululó de nuevo, lastimeramente. El ala le dolía muchísimo a causa de la fractura. Y no podía cambiar de forma, porque no sabía si acabaría haciéndose más daño.

Esperó a que el hombre que la había liberado bajase del árbol. Había algo extraño en sus movimientos, una mezcla entre lo que parecía inseguridad, por la forma en que palpaba todo, y recelo, como si siempre estuviera alerta.

Cuando lo tuvo de nuevo al lado comprendió por qué. Era ciego. Esos bonitos ojos no le servían para nada. Una pena. Pero a él no parecía afectarle, pues se desenvolvía con bastante soltura.

¿Qué hacían? Pues... tampoco es que tuviera muchas opciones de contestarle con esa forma. Podría cambiar, por supuesto, aunque no tuviera sus ropas, él no iba a verla, aunque sonara tremendamente cruel el pensamiento. No se atrevía, por su fractura. Le picoteó en la mano suavemente, dándole las gracias por liberarle, y le acarició con las plumas del ala sana.

Su ulular era más alegre, pero seguía siendo ininteligible para los humanos. Ay, ¿cómo podría pedirle que le colocara el ala para que la sanación de su cuerpo pudiera hacer el resto? Le picoteó la mano dos veces más, buscando atraer su atención, y movió el ala sana contra su palma, para que pudiera tenerla cerca y tocarla. Quizás si veía que no estaban iguales, entendiera que podía colocar la herida.

por **Aren Cannif** Sáb Ago 26, 2017 12:43 pm

El búho ululaba con mas brío, sin duda estar suelto le ayudaba a sentirse a un paso de la libertad, pero si no podía volar poco íbamos a solucionar.
La naturaleza a veces es cruel, pocas oportunidades te da y menos segundas.
El animal picaba mi mano intentando llamar mi atención, demasiado agradecido para un animal salvaje pensé, quizás porque ahora mismo yo era tan salvaje como él.

Deslicé mis dedos por el denso plumaje buscando la carne, recorrí con la yema de mis dedos las escapulares, estaban bien, deslizándolos después por las cobertoras secundarias, luego las primarias. Esa ala estaba en perfecto estado, así que pasé a la otra que retrajo sin acabar de poder extenderla, ahí estaba el daño, pero no tenia ni puta idea de como recolocar un ala.

Negué dejando escapar el aire, si lo intentaba podía destrozarle mas el ala , era un ser pequeño, tendría que medir la fuerza, para saber bien como hacerlo, aun así tampoco lo medité en exceso, fuere como fuere sin poder alzar el vuelo estaba muerto.

Tiré de su ala con brusquedad descolocandola ligeramente antes de que un ligero “clack” la volviera a colocar.
Aflojé el agarre sin saber bien lo que había pasado, todavía ululaba así que estaba vivo.
-Si la he colocado bien en unos días podrás volar, te aconsejo te mantengas lejos de los depredadores hasta entonces -dije con una ladeada sonrisa.
Tenté a mi alrededor buscando el palo que había soltado antes de trepar al árbol. Queria poder continuar con mi camino, nada me detendría en mi empeño.

Una vez lo toque, lo cogí alzándome del suelo y tentando el terreno para no tropezar me decidí a emprender el camino hacia Akershus la fortificación del conde Cannif.
El camino era largo y de seguro no exento de peligros pero yo ya no era el hijo de un herrero, si no la venganza en estado puro.

por **Altair Boussole** Dom Ago 27, 2017 8:47 am

El dolor que le recorrió todo el cuerpo fue como la descarga de un relámpago. Pero apenas lo tuvo recolocado en su sitio, el alivio le sobrevino.
Ululó en agradecimiento y picó la mano del muchacho suavemente. Movió la cabeza contra aquella mano salvadora, en una mimosa caricia. Pero no podía volar para seguirle, no con un ala rota. Primero tendrían que soldar sus huesos.
¿Realmente iba a dejarla allí, a su suerte? Tenía sentido, sí. La había salvado, ¿qué más podía pedirle? La vida era cruel, lo sabía. Sin embargo, no quería quedarse allí, sola. ¡Al menos podía meterla en un hueco!
Claro, que sin ver, ¿cómo iba a hacerlo? Tsk, todo era demasiado complicado.

Correteó por el suelo, aleteando erráticamente, mientras le seguía. Ululando tras sus pasos, hasta conseguir que se volviera y le agarrase. Le daba igual si se la ponía en el hombro o si la llevaba contra su pecho, pero no podía dejarla allí. El cazador que hubiera colocado la trampa volvería a revisarla en algún momento y, si la encontraba destrozada y vacía no se lo tomaría bien. Así que no quería estar cerca cuando llegase. No quería ser el objeto de su ira.

Iba a dolerle, porque sabía que cambiar de forma no era fácil estando herida. Pero mejor eso que quedarse allí, así que se detuvo, con desesperación, y cambio sus plumas aterciopeladas por la piel humana. Se miró de arriba a abajo, completamente desnuda. Por suerte el hombre frente a ella era ciego y no podía verla.
-No puedes dejarme aquí sola -le dijo, con una voz fina, dulce, aunque enérgica.

por **Aren Cannif** Dom Ago 27, 2017 11:10 am

Escuché el sonido del revoloteo del pájaro, su ulular y sus picotazos como si me llamara, como si intentara que no lo dejara ¿pero yo que podía hacer mas por ese animal?
Me detuve un instante, el sonido ceso mientras escuchaba los huesos quebrarse o al menos eso me pareció.

Ladeé la cabeza intentando poner la oreja para prestar mas atención cuando escuché a una chica posiblemente joven referirse a mi.
-una cambiante -afirmé mas que pregunté.
Estaba claro que así era, algunos de los forasteros que acudían a mi aldea en busca de cobijo de alimento lo eran, en su mayoría nómadas.
No era desconocedor de las razas que poblaban mi mundo, entre ellas estaba la de la otra mujer que me acompañaba en este viaje hacia Akershus.

Bry era una licantropa, desde luego un séquito curiosos si esta doncella se unía a nosotros.
-Ven conmigo si quieres, voy rumbo a Akershus, el condado de Höor Cannif, supongo que siempre sera mas seguro viajar acompañada ya que no puedes alzar el vuelo.
No viajo solo, lo hago con una licantropo. Digamos que seremos un grupo un tanto peculiar -apunté ladeando la sonrisa.

Sigue aquí:

http://www.victorianvampires.com/t40018-the-misty-mountains-cold-privado#417796

por **Altair Boussole** Dom Ago 27, 2017 1:04 pm

-Sí, una cambiante -confirmó con una sonrisa-. No debería haberme transformado con el ala rota. Dios, este brazo duele horrores. Me temo que tendré que volver a convertirme, será más fácil para mí sanar así. Pero me has salvado la vida, así que seré tus ojos en este viaje, hasta que lleguemos al condado de Höor, aunque no tengo ni idea de dónde narices está eso. -sí, se había pensado que era el nombre del lugar-. Yo soy Altaír. ¿Y tú? Si vamos a viajar juntos, qué menos que sepa cómo te llamas. -Antes de dejarle contestar, se miró-. Bueno, y que consigamos algo de ropa, porque como pajarito muy bien, pero el resto del tiempo... no es plan de ir levantando pasiones. Tu amiga, la licántropa... No se le ocurrirá la feliz idea de matarme, ¿no?

Mientras esperaba las respuestas, su cuerpo volvió a cambiar y ululó de nuevo para que el muchacho supiera dónde encontrarla para llevarla con él, porque no podría volar hasta dentro de unos días. Por suerte, el hueso no se había movido de su sitio con tanto cambio y soldaría bien en un par de noches.

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