When the night is cloudy[Libre]

por **Kei Koizumi** Jue Mayo 25, 2017 3:18 am

Había pasado ya algún tiempo desde la última vez que se permitiese hacer algo como eso. Un simple paseo, solo por las calles parisinas, que a estas alturas no parecían poder ofrecer algo que le resultara realmente nuevo. Pero ello también tenía su encanto, porque en realidad lo que veía era diferente cada vez y conforme pasara el tiempo los cambios se harían más evidentes.
Y hablando de las personas, éstas cambiaban todo el tiempo. No era posible permanecer siempre iguales.

El café enfriándose en la mesa mientras observaba por la ventana en una imagen que casi decía que lo hacía distraida y naturalmente, ocultando el interés que en su mirada no podría vislumbrarse. Siempre le había gustado observar a otras personas, los simples gestos, la forma en la que se movían, cómo reaccionaban. Pero hacía mucho que no iba y se sentaba en un café, pedía una bebida que jamás se tomaría y observaba simplemente a la gente pasar.
¿Qué esperaba al hacerlo? Algo que probablemente no sucedería.

Había elegido su propio camino, pero no podía negar que se había cegado a las circunstancias. ¿Era feliz? Si, podía decir que lo era casi sin dudarlo en un primer instante, pero ¿estaba eso bien? La felicidad se construye por pequeños momentos que traen dicha y alegría a nuestras ‘vidas’. Él, que había perdido tanto ¿podía ser feliz solo por tener a alguien a su lado? Las cosas podían resultar simples. Pero nunca nada lo era realmente. Fingió tomar un trago de la amarga bebida, solo para que los ojos curiosos no repararan en él o en la falta de lo que no llegaba a hacer.

Suspiró casi sin darse cuenta y cerró los ojos, no estaba pensando o analizando inútilmente. Era tan simple como solo ver a su alrededor. Y se daba cuenta de que no lo había hecho en mucho tiempo. ¿Estaba bien perderse de esa forma? Realmente no importaba. Él no deseaba lo que muchos otros querían, no anhelaba salvo pocas cosas. No se aferraba a casi nada. Pero cuando lo hacía, los vínculos no podían romperse. Era esa clase de persona. Alguien que parecía distante de todo, pero cuando establecía un lazo, era inquebrantable.

Suspiró de nuevo. ¿Era mucho desear que al estar ahí algo sucediera? Algo más bien específico. Sonrió por su propia ingenuidad, un rasgo que después de los siglos no debería siquiera existir en un ente como lo era él. Pero antinatural, muerto o lo que fuese, lo cierto es que su mente aún conservaba algo de lo que había sido. Aún tenía pensamientos que no podían salvo calificarse de 'humanos'.